Informe Manejo Convulsiones
Informe Manejo Convulsiones
Informe Manejo Convulsiones
BOGOTÁ D.C
30 DE NOVIEMBRE DE 2021
INTRODUCCIÓN
El evento convulsivo es uno de los motivos de urgencia con signos neurológicos más
frecuente en la medicina veterinaria este abarca el 14%, de estos el 80% son epilepsia
idiopática, esta patología pone en peligro la vida del paciente al no actuar oportunamente,
teniendo en cuenta que si las crisis se perpetúan se pueden dar daños neurológicos
permanentes e irreversibles (Caballero et al., 2008).
El objetivo del manejo con terapia médica anticonvulsiva es reducir la frecuencia y la
severidad de las convulsiones, minimizando los efectos negativos de las medicinas. Es
necesario tratar de determinar la causa de las convulsiones, y evaluar la calidad de vida del
paciente cuando se observan casos refractarios (Villanueva, 2019).
ETIOLOGÍA
Las convulsiones se pueden originar debido a una causa intraxial o también llamadas
sintomáticas: siendo estas por afecciones que comprometen el sistema nervioso
específicamente; o extra axial también llamadas reactivas siendo a causa de afecciones
sistémicas que desencadenan en el episodio convulsivo sea metabólico o por intoxicaciones
(ejemplo: hipoglicemia, desbalance electrolítico, etc.). Cuando se sospecha de epilepsia
reactiva o sintomática, pero no se determina el origen, se le denomina criptogénica; y si se
descarta un problema metabólico o estructural y no se determina una causa subyacente, se
denomina idiopática (Márquez et al., 2008). A continuación, se enlista causas de origen intra
o extra axial:
CAUSAS DE CONVULSIÓN REACTIVA O SINTOMÁTICA
Traumático Agudo
Crónico
Plomo
Etilenglicol
Tóxico
Organofosforados
Metaldehído
EXÁMEN CLÍNICO
Se debe obtener la mayor información posible por parte del propietario, y complementarlo
con los hallazgos clínicos en el paciente. En la siguiente tabla, se muestra una serie de
preguntas que complementaran para el direccionamiento del diagnóstico:
ANAMNESIS
¿Duración de actividad convulsiva?
¿Tipo de convulsión? Descripción completa
¿Frecuencia?
¿Duración de crisis anteriores?
¿Existe la posibilidad de haber consumido productos tóxicos?
¿Ha tenido tratamiento previo con antiepilépticos?
¿Presenta enfermedades concomitantes?
¿Cómo fue la situación previa a la crisis?
¿Cambios comportamentales días previos o previos a la crisis?
¿Ha tenido algún traumatismo anteriormente?
En caso de felinos ¿es de interior o exterior? ¿Tiene pruebas virales realizadas
previamente VIF-VILEF?
Tabla 2: Anamnesis del paciente (Mínguez, 2015)
Previamente a iniciar el examen neurológico en el consultorio, se debe determinar si presenta
alteraciones del estado mental, postura o a la marcha (Villanueva, 2019).
La tabla nos permite clasificar según la alteración que se detecte al examen neurológico, el
par craneal afectado (Morales, 2015). La presencia de deficiencias neurológicas asimétricas
como ceguera unilateral, hemiparesia, marcha circular, alteraciones sensitivas faciales
unilaterales, disminución en la propiocepción consciente en un lado del cuerpo, entre otras;
en el periodo inter ictal, sugiere la aparición de una lesión intracraneana o intra axial focal,
como sucede en trastornos inflamatorios, vasculares o neoplásicos (Márquez, 2008).
Es necesario administrar oxígeno al paciente, existen diferentes técnicas como: flujo directo
es decir, conectar una manguera de oxígeno directamente en la boca o nariz del paciente, esta
técnica es la más sencilla; también se puede usar máscara o gafas nasales que proporcionan
un área más cerrada que le generara mayor aporte de O2 es necesario tener precaución ya
que se puede generar traumatismos corneales si no se coloca el tamaño correcto de mascara
según el animal; por último y la técnica de preferencia colocar al paciente en incubadora esta
permite el máximo aporte y permite mejor manejo del paciente evitando estrés por el uso de
implementos, para esta técnica se debe estar pendiente de la ventilación. Además se debe
regular la temperatura, usando medios externos como: aire caliente, almohadas térmicas o
lámparas de infrarrojos; además los fluidos que se vallan a administrar por vía intravenosa
en el tratamiento se pueden calentar previamente, en casos agudos (Mínguez, 2015).
A continuación, protocolo farmacológico establecido desde los fármacos de primera elección
a manejos avanzados como terapia de sueño, en pacientes con crisis refractarias:
• Iniciar infusión continua de diazepam (0,5 mg/kg/hora) en solución salina fisiológica (NaCI
2 0,9%) o dextrosa al 5%.
ANESTÉSICOS
El uso de anestésicos debe realizarse en condiciones óptimas, que implica intubación
endotraqueal, monitorización y, de ser necesario, ventilación mecánica. Durante todo el
proceso se debe realizar monitorización de constantes fisiológicas constante y de parámetros
sanguíneos más susceptibles de alteración como son la glucemia y los electrolitos. Además,
es necesario cambiar de posición frecuentemente al paciente, mantenerlo en condiciones
higiénica optimas y vaciar la vejiga al menos 3-4 veces al día (Mínguez, 2015). (Ver tabla
10)
A continuación, algunos fármacos anestésicos usados:
Propofol Anestésico, se utiliza por 1-6 mg/kg 0,1-0,6
bolos o mediante Infusión a mg/kg/min
ritmo constante, disminuye
la PIC y la actividad
metabólica cerebral
Ketamina Se utiliza por bolos o 5 mg/kg 5 mg/kg/h
mediante Infusión a ritmo
constante para mantener al
paciente en terapia de sueño
sin eventos convulsivos.
Isoflurano Se utiliza según respuesta del -
paciente
Tabla 10 (Mínguez, 2015)
OTROS A TENER EN CUENTA:
Dextrosa: Se usa para lograr una normo glicemia, teniendo en cuenta que en las crisis
convulsivas generalmente se presenta hipoglucemias severas o cuando el origen de estas son
hipoglicemia de base; se puede administrar dextrosa al 50 % a la dosis de 0,5 a 1 ml/kg; si
hay hipoglucemia, debe tratarse con 1 ml/kg de dextrosa al 50% (diluida al 25%).
Posteriormente, debe usarse glucosa al 5% (50 ml de dextrosa al 50% en 500 ml de lactato
de Ringer) (Font et al., 2014).
Manitol: Se utiliza ya que mejora el flujo sanguíneo cerebral, el aporte de oxígeno al cerebro,
elimina radicales libres y reduce el edema vasogénico, puede usarse bolos de 0,5-1,5 g/kg,
durante unos 20 minutos, que pueden repetirse cada 4-6 horas, 2-3 veces, si es necesario.
Siempre deben usarse cristaloides isotónicos para mantener el volumen intravascular después
del manitol, por su gran efecto diurético. Como alternativa al manitol puede usarse la
solución salina hipertónica (7%) a unos 4-5 ml/kg en 5-10 minutos. (Morales et al., 2016).
DISCUSIÓN
Los estados epilépticos son una patología que puede representar un reto para el clínico
seguramente; cuyo diagnóstico y tratamiento se debe realizar minuciosamente y requiere un
seguimiento continuo, para determinar la evolución en caso de que su etiología sea de origen
estructural o cuando comienza a presentar más signos neurológicos con los que inicialmente
cursaba, además es necesario identificar cuando se debe realizar ajuste de dosis o cambio de
tratamiento farmacológico oral cuando se observa la presentación de convulsiones luego de
un periodo donde el paciente ya se había estabilizado (Mínguez 2015). Se debe informar al
propietario que el tratamiento instaurado debe ser de por vida, se requiere compromiso por
parte de los propietarios y un control periódico por parte del veterinario para poder realizar
las modificaciones oportunas y monitorizar la posible aparición de efectos secundarios
(Lorenzo & Bernardini 2007).
Las convulsiones son uno de los síntomas más difíciles de controlar durante una intoxicación,
debido a que muchos fármacos usados tienen severos efectos sobre la conducta del paciente
y afectan notoriamente su estado mental; en caso de pacientes con epilepsia refractaria se
debe buscar errores en el diagnóstico o manejo, para realizar corrección de este y buscar
alternativas de tratamiento médico; teniendo en cuenta las falencias donde se halla presentado
menor respuesta a la acción de determinado fármaco usado, y complementar con pruebas
diagnósticas en caso de no haber aplicado todas las necesarias según el examen neurológico
realizado y la anamnesis para direccionar de nuevo los diagnósticos diferenciales a tener en
cuenta (Caballero et al. 2008).
Cada paciente presenta signología y manejo distinto, por esto no se debe estandarizar el
protocolo anestésico; el paciente epiléptico puede además presentar patologías cardiacas,
renales, hepáticas etc. que deberán ser tenidas en cuenta a la hora de diseñar un protocolo
anestésico acorde a las necesidades del paciente; los pacientes con epilepsia idiopática que
sufren estatus epiléptico tienen peor pronóstico que los que no generan estatus. (Villanueva.
2019).
Cuando las crisis se siguen perpetuando, a pesar de ya haber sido instaurada la terapia
farmacológica anteriormente indicada, se debe pensar en la existencia de alteraciones
metabólicas o estructurales (neoplásicas, inflamatorias) que pueden llevar a la continua
presentación de convulsiones (Font, 2014).
Un estudio reciente ha demostrado una mejoría en el control de las crisis convulsivas en
pacientes que recibían una alimentación cetogénica con triglicéridos de cadena media y un
tratamiento antiepiléptico estándar; debido a que estas dietas con triglicéridos de cadena
media se digieren y absorben de una manera más eficiente en el tracto gastrointestinal
respecto a los triglicéridos de cadena larga, los ácidos grasos de cadena media resultantes se
transportan al hígado y se convierten en cuerpos cetónicos de manera más eficiente, por esto
se considera una dieta más cetogénica con triglicéridos de cadena media, con estas dietas se
pretende generar un estado similar al ayuno, ya que en niños se comprobó que disminuía las
crisis (Lorenzo & Bernardini 2007).
CONCLUSIONES
El objetivo deber ser reducir el número de crisis y la intensidad de esta, en pacientes
con crisis epilépticas de origen idiopático, el tratamiento con fármacos
anticonvulsivos no será curativo, ni definitivo; por lo tanto se deberá escoger el
tratamiento con anticonvulsivos orales que garanticen la estabilización del paciente,
como el levetiracetam o el bromuro de potasio que se pueden usar a largo plazo y no
se ha descrito contraindicaciones respecto a otros.
Una vez conseguido el control, la retirada de fármacos debe ser de forma inversa y
progresiva; teniendo en cuenta los fármacos barbitúricos que pueden generar
dependencia.
Existen dietas que se pueden complementar con el tratamiento farmacológico, estas
contribuyen al aumentar la función mitocondrial y contribuyen a la funcionalidad
cerebral, ya que presentan altos niveles de ácidos grasos y de L-carnitina que ayudan
a proteger las células cerebrales contra daños de radicales libres; se ha descrito su uso
en síndrome de disfunción cognitiva canina como: Canine b/d Hill’s Pet Nutrition o
Proplan Senior 7.
La administración de AINE’s, como el carprofeno o el meloxicam, permitirán un
aporte analgésico más efectivo.
Tanto el propofol como el tiopental serían adecuados para la inducción anestésica,
debiendo evitarse en principio, el uso de ketamina ya que esta inicialmente puede
generar eventos excitatorios que puede desencadenar en una crisis epiléptica, por esto
se usa en fase refractaria.
El fenobarbital es de las principales alternativas para manejo ambulatorio, debido a
que se puede administrar vía oral, sin embargo la hepatotoxicidad que puede llegar a
generar, limita su uso a largo plazo.
El anestésico inhalatorio de elección sería el isoflurano, ya que el sevofluorano ha
sido asociado con una mayor incidencia en la aparición de convulsiones, debido a que
puede incrementar la presión intracraneal.
BIBLIOGRAFÍA
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