Ultima 53 A 33
Ultima 53 A 33
Ultima 53 A 33
OPCIONES DE PO
LÍTICA
En este apartado se sugiere una serie de políticas específicas para atender las problemá-
ticas identificadas en el diagnóstico. Muchas de ellas podrían corresponder a la totalidad
del sistema educativo de cada jurisdicción. Sin embargo, en este documento se busca
marcar su especificidad para el nivel primario.
Generalmente, los distintos ejes de la política educativa del nivel primario son gestiona-
dos en los ministerios provinciales por áreas diferentes: currículum, dirección de nivel
primario, políticas socioeducativas, educación superior o formación docente. Sin em-
bargo, aquí se proponen como políticas integrales, que deberían reunir los esfuerzos
coordinados de diferentes áreas del Ministerio.
Es importante aclarar que las opciones de políticas sugeridas en este apartado no de-
ben ser interpretadas como recomendaciones cerradas, sino como opciones puestas a
consideración de los gobiernos provinciales, quienes evaluarán su pertinencia y viabilidad
según los contextos específicos. La selección de alternativas refleja un posicionamiento
técnico e ideológico particular, basado tanto en el saber académico como en la expe-
riencia cosechada por políticas ya implementadas, pero también fundado en criterios
determinados sobre lo deseable y lo posible en materia de política educativa.
Las investigaciones proponen múltiples factores que inciden sobre el mejoramiento del
aprendizaje, aunque no ofrecen certezas (Cervini, 1999; OECD, 2005; UNESCO/ORE-
ALC, 2008). Es importante tomar en cuenta estos estudios de factores asociados a los
12. En este punto se presentan políticas para generar condiciones pedagógicas para la calidad educativa. Más
adelante, se consideran también algunas opciones de política para producir condiciones institucionales y sociales
que también contribuyen con la calidad educativa.
opciones de política | 33
des para enriquecer el currículum y ofrecer condiciones para mejorar las experiencias
de escolarización de niños y niñas.
Una política de este tipo involucra variables curriculares y pedagógicas, socioeduca-
tivas, alimentarias, de organización del trabajo docente, infraestructura, entre otros, y
puede adoptar múltiples formatos y modelos.
En ese marco, una opción clave de política reside en definir si se trata de una polí-
tica orientada por un principio de equidad socioeducativa, que privilegia el derecho
universal a la educación dando más horas de clase a los niños y niñas de sectores
populares, o por un principio curricular-universalista, que aspira a garantizar la jorna-
da extendida para toda la población.
Otra definición clave es si en la extensión de la jornada se privilegia un refuerzo cu-
rricular de los espacios básicos (lengua y matemática), si se desarrollan espacios
curriculares más demandados como inglés y tecnología, o si se abren instancias con
distintos formatos que prioricen aspectos culturales, artísticos, deportivos y comuni-
cacionales más diversos. Esta última alternativa implica pensar en una extensión de
la jornada con espacios curriculares mucho menos estructurados, como talleres o
trabajo por proyectos.
En el marco de estas decisiones, se deberían tener en cuenta, al menos, los
siguientes criterios:
• Que priorice a la población en situación de mayor vulnerabilidad social.
• Que contemple la extensión de la jornada en dos horas dada la mayor factibilidad
en términos de costos e implementación.
• Que garantice horas de trabajo institucional para los docentes.
• Que cuente con asistencia pedagógica de equipos técnicos, con el objeto de
mejorar sustantivamente las prácticas de enseñanza y de gestión institucional.
• Que garantice un muy buen equipamiento escolar (bibliografía, materiales
didácticos, etcétera) para hacer de la jornada extendida un efectivo enriquecimiento
de la experiencia escolar.
Mejorar la alfabetización
Resulta posible aprovechar la gran riqueza de las manifestaciones culturales de las lo-
calidades y regiones, como una base para la apreciación estética y una invitación a la
producción artística. Las siguientes sugerencias apuntan hacia ese objetivo.
Aunque la educación física tenga una larga tradición como espacio curricular en nues-
tro país, en la actualidad parece ubicarse en un lugar poco relevante y muchas veces
13. La gestión educativa provincial podría analizar y adecuar las normas que regulan las salidas de los alumnos
para mejorar los procedimientos, de manera tal que se logre más agilidad en la programación, realización y control
de estos paseos educativos, y se garantice mayor aprovechamiento pedagógico del recurso.
14. En el sitio Web del canal Encuentro puede encontrarse una multiplicidad de recursos y materiales que per-
miten complementar su programación. El sitio Web es: www.encuentro.gov.ar.
15. Un ejemplo interesante de política orientada a la promoción del consumo cultural de los docentes es el
programa “Mirada Maestra”, iniciado en 2007 por el Ministerio de Educación de Santa Fe. Este programa se de-
fine como un “pasaporte cultural” que permite el acceso de docentes de la Provincia a actividades artísticas y de
formación mediante un sistema de vales o cupones.
opciones de política | 37
Una evaluación parcial de los usos, ventajas y desventajas de las normas vigentes (Dise-
ños Curriculares provinciales, Núcleos de Aprendizajes Prioritarios y Contenidos Básicos
Comunes) puede brindar información útil de cara a la posibilidad de establecer nuevas
modificaciones a partir de la aprobación de la Ley de Educación Nacional. Una alternativa
podría ser la realización de un estudio cualitativo y acotado que recoja información sobre
usos, dificultades y prácticas de un grupo de docentes a través de entrevistas y/o grupos
38 | OPCIONES DE POLÍTICA EDUCATIVA PARA EL NIVEL PRIMARIO
focales, entre otras estrategias. Para ello, las gestiones educativas podrían establecer un
trabajo conjunto con otras instituciones que cuenten con antecedentes en esta materia
(por ejemplo, universidades, institutos de investigación).
Se podría consultar dicha producción para evaluar sus posibles usos en las escuelas y,
sobre la base de este análisis, definir nuevas producciones sobre temas y problemas que
no hayan sido contemplados hasta el momento y que resulten de tratamiento necesario
de acuerdo con las prioridades de cada jurisdicción.
La consideración del contexto de los alumnos y sus pautas culturales en las propuestas
de enseñanza significa que estén al servicio de la expansión de su experiencia educativa,
no de una regionalización que limite el acceso al conocimiento y la inserción a otros con-
textos. Entre otras, pueden considerarse las siguientes adecuaciones:
Mejoramiento de la evaluación
La evaluación es un factor clave para la valoración social sobre la calidad educativa. Las
evaluaciones estandarizadas pueden funcionar como un indicador, para las familias y
para la gestión educativa, de los logros y el déficit en relación con determinados criterios.
Pero además, la evaluación escolar, que es informada a las familias a través del boletín,
constituye un medio de comunicación desde el que las prácticas escolares pueden ser
reforzadas por una alianza con las familias. Sin embargo, muchas veces no forma parte
de los factores sobre los cuales interviene la política educativa.
Se trata de una estrategia que podría complementar las evaluaciones nacionales con
resultados para todas las escuelas. Su objetivo es lograr un trabajo de mejora indivi-
dualizado con los equipos del Ministerio, los supervisores y las escuelas, sin necesidad
de hacer públicos los resultados, para evitar la estigmatización de las instituciones y la
competencia entre ellas. Como referencia podrían utilizarse las definiciones recientes en
materia de criterios del Ministerio de Educación de la Nación.
Para sistematizar instancias de devolución de los resultados de las pruebas de calidad a las
escuelas y orientar la enseñanza sobre la base de los problemas identificados, se podrían
elaborar insumos específicos cuyo propósito sea transferir a las instituciones, de un modo
sistemático, organizado y sintético, la información procedente de las evaluaciones de la
calidad educativa, tanto nacionales como provinciales. Estos insumos se conciben como
instrumentos para la mejora tanto desde el nivel institucional como desde el jurisdiccional.
En este caso, se plantea que los equipos técnicos provinciales puedan colaborar con
parte del trabajo cotidiano de los maestros a través de la elaboración de una serie variada
de instrumentos de evaluación en diversas áreas para cada año escolar. La distribución
de estos insumos a las escuelas podría adoptar la forma de un fichero escolar de mode-
los de evaluación escolar, que se renovaría periódicamente.
El libro gratuito es un instrumento clave para asegurar el acceso a la educación por parte
de todos los niños y jóvenes argentinos. A su vez, es la base a partir de la cual es posible
pensar la incorporación de los niños y jóvenes a la cultura escrita (Llinás, 2005). Para que
el libro ocupe un lugar importante en el proceso educativo, es preciso desarrollar políticas
de distribución de libros y textos escolares y de promoción de la lectura de largo plazo.
opciones de política | 41
Estas políticas deben ir incluso más allá del marco escolar, ya que es importante que
impacten en las familias y los hogares. Si bien aquí se plantean algunas de sus conse-
cuencias fuera de la escuela, el centro de las políticas analizadas se refiere a su impacto
en el aula.
Con este objetivo, los Estados provinciales podrían implementar tanto acciones que
complementen las políticas nacionales de dotación de libros a las escuelas, como políti-
cas propias. En el primer caso, las provincias podrían potenciar las acciones nacionales
mediante políticas continuas de capacitación, seguimiento y articulación de estas líneas
de trabajo con el resto de las políticas educativas provinciales. Las acciones de capaci-
tación y apoyo técnico para acompañar y fortalecer la distribución de los libros, así como
las líneas de seguimiento para relevar las opiniones de los docentes, el impacto de las
políticas, definir las escuelas beneficiarias o prever las necesidades de dotación para los
años siguientes, son esferas de intervención clave para los gobiernos provinciales.
En materia de selección de los textos, una medida importante para la selección de los tex-
tos se refiere a la creación de instancias de evaluación técnica independientes del proceso
de compra estatal. De este modo, se contaría con tiempo suficiente para que las editoria-
les interesadas pudieran realizar las correcciones pertinentes para poder participar de la
compra estatal. La exclusión de determinados libros de las compras del Estado debería
16. Algunas provincias ya han desarrollado políticas propias de dotación de libros de texto. Entre ellas cabe
mencionar el programa “Textos escolares para Todos”, de la provincia de Buenos Aires y el Programa de Dotación
de Textos Escolares elegidos por los docentes de Córdoba.
42 | OPCIONES DE POLÍTICA EDUCATIVA PARA EL NIVEL PRIMARIO
Otro aspecto relevante ligado a la selección tiene que ver con la importancia de la par-
ticipación de los docentes para promover el uso efectivo de los libros en las aulas. Ex-
periencias extranjeras y nacionales en la materia muestran que las posibilidades de una
mayor utilización aumentan a medida que la elección del texto se acerca al docente. Pero
la participación docente en la selección debería ir acompañada de capacitaciones para
no reforzar las lógicas más conservadoras del sistema, y atender el riesgo de ineficiencia
y atomización del proceso que esta participación supone17.
Más allá de la distribución de libros de texto por año escolar (manuales), es imprescindi-
ble que las escuelas cuenten con otros tipos de materiales para garantizar el acceso a
una educación de calidad, tales como: textos literarios, enciclopedias, diccionarios, libros
de arte, documentos por áreas (ciencias sociales, ciencias naturales, etcétera), de divul-
gación científica, textos en lengua extranjera y bibliografía para docentes. Por lo tanto, es
importante que los ministerios provinciales consideren la posibilidad de incluir este tipo
de títulos en sus políticas de dotación de libros a las escuelas.
Debe recordarse, además, que los procedimientos para la selección, edición, impre-
sión y distribución de libros en escala suficiente para abarcar todo el nivel de educación
primaria, pueden insumir largo tiempo, por lo que resulta esencial prestar atención al
17. En América Latina existen distintas experiencias de selección de libros de texto con participación de los
docentes. Entre ellos pueden mencionarse los casos de México (a través de la CONALITEG), Brasil (Programa
Nacional do Livro Didático) y Chile (Programa de Textos Escolares de Educación Básica y Media).
18. Un ejemplo de este tipo de políticas es el Programa Bibliotecas Personales, implementado a partir de 2008
por la Secretaría de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este programa se propone apuntalar la
promoción de la lectura, no sólo como una actividad escolar sino como una actividad cultural autónoma. Para ello,
se distribuyen a lo largo del año tres libros a cada alumno, que son de su propiedad. Esta distribución de libros
se acompaña de una serie de actividades sugeridas, a desarrollar por las escuelas en conjunto con las familias y
con organizaciones de la comunidad.
opciones de política | 43
• Establecer un listado de diversos títulos para cada área del currículum como meta de
lectura por año escolar en todas las escuelas primarias de la provincia.
• Organizar una feria del libro anual para las escuelas.
• Organizar jornadas de docentes, directivos, padres y alumnos para evaluar la selección
de títulos y proponer alternativas para renovarla al año siguiente.
• Conformar bibliotecas de aula que se incrementen anualmente con la dotación que
corresponda al año escolar y acompañe la trayectoria de los alumnos en la escuela.
• Implementar programas de lectura con la familia (jornadas de lectura con padres y abuelos,
lecturas públicas a cargo de escritores de la provincia destinadas a las familias, etcétera).
• Diseñar y distribuir a las escuelas propuestas de trabajo escolar para la promoción de
la lectura, que prevea encuentros en los que alumnos de los años superiores les lean a
los grupos de los primeros años.
• Implementar el trabajo por proyectos trimestrales centrados en la lectura y escritura,
que culminen con la presentación a las familias de las lecturas y la producción escrita
realizadas por los alumnos.
Existen muchas propuestas en este campo que podrían ser capitalizadas. Tanto el Mi-
nisterio de Educación de la Nación con el Plan Nacional de Lectura, como la mayor parte
de las provincias, cuentan con una variedad de experiencias desarrolladas a través de
los programas de promoción de la lectura. Una evaluación de estas políticas y la cons-
trucción de un relevamiento conjunto entre la Nación y la Provincia pueden ser útiles para
concentrar esfuerzos en las acciones que resulten más potentes para las escuelas.
Si bien es complejo el conjunto de factores que incide sobre las trayectorias escolares
de los alumnos en el nivel primario, pueden considerarse dos aspectos: componentes
sociales que impactan sobre la escolarización (desigualdades, precarización de las con-
diciones de vida, situación familiar, entre otros) y variables propiamente escolares que
afectan la trayectoria de los alumnos (por ejemplo, inequidad en la distribución de los
recursos entre escuelas, representaciones y prácticas de los docentes).
ción que tienen de la escuela distintos grupos sociales. También se proponen políticas
tendientes a mejorar la actitud de las escuelas y los docentes respecto de grupos socia-
les en desventaja.
19. Un ejemplo de este tipo de relevamiento y sistematización de experiencias puede verse en el documento de
la Fundación SES: Construyendo vínculos. Criterios de intervención educativa para una escuela sostenible. Estudio
exploratorio desde una propuesta de elaboración colectiva, Buenos Aires, SES, 2001. Este texto sistematiza expe-
riencias de vinculación de las escuelas con la comunidad para promover la inclusión educativa.
opciones de política | 45
Uno de los principales medios para elevar los niveles de retención, radica en la revisión y
mejoramiento de las prácticas pedagógicas e institucionales. Además de apoyar técnica-
mente a las escuelas para mejorar las propuestas didácticas y la gestión institucional, las
gestiones educativas pueden desarrollar acciones que fortalezcan el acompañamiento
de otras instituciones y actores de la sociedad civil.
20. Aunque excede los marcos de este trabajo, algunas experiencias de otros países sugieren la posibilidad
de diferenciar las funciones administrativas y de asesoramiento técnico–pedagógico en la definición de roles
diferentes. En México (hasta 2006) y Chile (a partir de la propuesta de creación de la Superintendencia de Edu-
cación, actualmente en discusión) las estructuras de supervisión se dividen en dos tipos de perfiles, con carreras
y mecanismos de promoción diferenciados, según cumplan una función administrativa y de control o una función
de asesoramiento pedagógico y acompañamiento. Esta división de funciones y perfiles permite especializar y
fortalecer la función de asesoramiento técnico–pedagógico.
21. Si bien estas opciones de política parecerían más pertinentes para atender a la problemática del abandono
escolar en la educación secundaria, consideramos que su abordaje integral debería incluir una mirada sobre la
situación de niños en edad de cursar la escuela primaria.
46 | OPCIONES DE POLÍTICA EDUCATIVA PARA EL NIVEL PRIMARIO
escuela y otras instituciones del barrio, para la atención prematura de niños y jóvenes en
riesgo de abandono.
• Favorecer la coordinación entre sí y con el Estado de las organizaciones sociales que
desarrollan apoyo escolar, programas de becas y otras iniciativas educativas incluyentes
para sistematizar e institucionalizar los aprendizajes de estas experiencias.
Las prácticas selectivas de las escuelas y de elección de las familias muchas veces
parten de representaciones prejuiciosas hacia los niños y jóvenes más desfavorecidos.
Frente a esta tendencia, que parece reforzarse al ritmo del crecimiento de las brechas
sociales y culturales, los ministerios de educación provinciales podrían concebir políticas
que ayuden a la escuela a cumplir su función de integración social, tanto desde el punto
de vista de los docentes como de las familias.
La rigidez del formato típico de la escuela primaria (graduado, con una correspondencia
uno a uno entre grado y edad) muchas veces resulta contraproducente para las trayec-
torias escolares de los niños y niñas. Por ejemplo, en el primer ciclo, los procesos de
aprendizaje (particularmente la alfabetización) pueden insumir más de un año escolar,
por lo que la estructura graduada que establece criterios de evaluación y promoción para
cada año puede resultar inadecuada.
En los casos en los que ha sido implementada, es una política que aún está siendo eva-
luada y que no siempre ha arrojado resultados positivos. Algunos de los problemas que
han sido identificados son: el desplazamiento de las tasas de repitencia de primer grado
a la finalización del ciclo, la fuerte resistencia del formato escolar graduado a la unidad del
ciclo, dificultades para comunicar a las familias los criterios de evaluación y promoción
que privilegian la unidad del ciclo frente a la tradición de la calificación anual.
Estas iniciativas deberían acompañarse con otras políticas destinadas a mejorar la ense-
ñanza en el primer grado, tales como la designación de maestros destacados en el inicio
del ciclo, el fortalecimiento de los contenidos de alfabetización inicial en la formación
docente, y la definición de funciones especializadas en la tarea de alfabetización dentro
de la profesión docente.
Por otra parte, desde el punto de vista de la promoción, debería enmarcarse la evalua-
ción de cada año en criterios para el ciclo completo, de manera que sea el proceso de
aprendizaje -y no la graduación en años- el elemento determinante de la promoción de
los alumnos. Otras medidas que podrían adoptarse son las siguientes:
• Explicitar en la normativa los criterios de promoción del ciclo y el modo de efectuar el
seguimiento de estos criterios en la evaluación realizada cada año.
• Acompañar estas definiciones normativas con capacitaciones a supervisores y
directivos, que permitan equiparar criterios de promoción entre las escuelas.
• Implementar mecanismos para contar con pruebas y documentación en caso de
decidir la no promoción de alumnos de primero y segundo grado. Esta medida tiene
el propósito de promover una reflexión profunda en los equipos docentes sobre las
consecuencias de la decisión de la no promoción al inicio de la trayectoria escolar de los
alumnos.
Para acelerar la trayectoria escolar de niños con sobreedad en el contexto urbano, al-
gunas provincias han implementado grados o grupos de “aceleración”. Su propósito es
48 | OPCIONES DE POLÍTICA EDUCATIVA PARA EL NIVEL PRIMARIO
que los alumnos cursen dos años en uno para luego volver a insertarse en la cursada
regular.
Para acelerar la cursada de los alumnos con sobreedad en el ámbito rural (cuyos por-
centajes son más elevados que en el ámbito urbano), se podrían establecer instancias de
formación y promoción aceleradas sin seguir el criterio fijo del año escolar, y aprovechar
de este modo el hecho de que los alumnos cursan en plurigrados (organización típica de
las secciones en escuelas rurales).
Así, a lo largo de un ciclo lectivo, los alumnos podrían promover dos grados si se ofertan
las propuestas de enseñanza adecuadas y sin necesidad de modificar el agrupamiento
de alumnos habitual en la escuela.
Los cambios de estructura del sistema educativo argentino determinaron que el pasaje
de un nivel a otro se convirtiera en un momento complicado en la trayectoria escolar de
los alumnos. Estos cambios de estructura fueron acompañando una extensión de la obli-
gatoriedad escolar y una redefinición de las funciones y objetivos de cada nivel educativo,
lo que afectó aún más a esos momentos de pasaje. Por esta razón, la articulación entre
niveles debe ser atendida por la política educativa y hay que tener en cuenta que muchas
veces ello también supone una coordinación entre áreas diferentes de la gestión.
El nivel inicial viene experimentando una expansión sostenida en la última década. Desde
la sanción de la Ley Federal de Educación es obligatoria la sala de cinco años. Sin em-
bargo, esta medida está lejos de cumplirse plenamente y esto tiene que ver, de alguna
manera, con la distribución y crecimiento de la oferta de jardines de infantes. Asimismo,
esta extensión de la obligatoriedad implica una nueva identidad para el nivel inicial y la
necesidad de establecer nuevos mecanismos de coordinación y complementación con
el ciclo primario. En términos de la articulación entre ambos niveles, pueden pensarse
las siguientes políticas.
opciones de política | 49
• El nivel primario puede realizar aportes a la toma de decisiones sobre la expansión del
ciclo inicial, ya que, por su amplia cobertura, puede ofrecer información relevante sobre
la cantidad de niños de primer grado que no concurren a sala de cinco años. Estos
datos, junto con la consideración de variables demográficas y sociales, puede ser un
buen criterio para orientar la creación de jardines de infantes22.
• Otro aspecto de la coordinación entre niveles tiene que ver con identificar y desmontar las
articulaciones informales que se crean entre instituciones de ambos ciclos, y que pueden
contribuir a la segregación de los niños y niñas en circuitos de escolarización diferenciados.
• Asimismo, en la medida en que se produzca la universalización de la sala de cinco,
es importante integrar la consideración de este año de escolarización al ciclo de
alfabetización que continúa entre primero y tercer año de la escuela primaria, tanto a
través de la capacitación conjunta de docentes de inicial y primaria, como a través de las
definiciones curriculares, la producción de propuestas de enseñanza, etcétera.
• Oro aspecto que tiene que ver con mejorar la trayectoria de los alumnos es el
establecimiento de redes interinstitucionales para un mejor seguimiento de los alumnos a
partir del intercambio de información entre los docentes de ambos niveles.
22. Esta articulación es importante porque existen pocos datos confiables sobre la tasa de cobertura de la sala
de cinco años de nivel inicial, y sobre la distribución territorial de esta cobertura. Por ello, suele ser difícil decidir la
creación de nuevos servicios del nivel.
Los datos que arroja el cálculo de la tasa de escolarización de niños de cinco años sobre la base del Censo Nacio-
nal de Población de 2001, era de 91% para el promedio nacional. Este porcentaje registraba variaciones que van
desde un 74% en Chaco, 76,8% en Formosa, 79,1% en Misiones, hasta el 100% de escolarización en Chubut, La
Pampa, Mendoza, Río Negro, San Juan, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Debe tenerse en cuenta que esta informa-
ción corresponde a 2001 y, desde ese año a la actualidad, muchas jurisdicciones desarrollaron políticas activas de
incremento de la oferta de jardines de infantes. Véase DINIECE: “El Nivel Inicial en la última década: desafíos para
la universalización”, Boletín DINIECE. Temas de Educación, Año 2. Nº 2, mayo – junio, 2007.
50 | OPCIONES DE POLÍTICA EDUCATIVA PARA EL NIVEL PRIMARIO
Desde diferentes análisis, se plantea la necesidad de una mayor articulación de las po-
líticas educativas con otras políticas públicas, como las sociales y las sanitarias, con el
objetivo de aumentar la retención de los alumnos en la educación primaria y atender
integralmente a la problemática de la infancia. Esta coordinación podría llevarse a cabo
mediante la conformación de mesas intersectoriales permanentes para la articulación de
las políticas, y también mediante la firma de convenios para la concertación de proyectos
intersectoriales a nivel local y regional.
Otros mecanismos podrían ser la definición de procedimientos regulares para que las
escuelas canalicen en las distintas carteras la atención a las necesidades de los alumnos
y las familias. Las escuelas cumplirían así con el rol de “puente” entre la población in-
fantil y las agencias encargadas de garantizar sus derechos, cuando ellos no se refieran
específicamente al área educativa (por ejemplo, frente a la detección de enfermedades,
déficits nutricionales o la protección frente al trabajo infantil).
Si bien las escuelas se encuentran demandadas como una institución a través de la cual
el Estado atiende un conjunto amplio de necesidades sociales (o al menos a su detección
y canalización), hay dos que destacan porque en las últimas décadas fueron asumidas
de forma más o menos organizada y planificada: la participación en la prevención y con-
trol de la salud de los niños, y los servicios de alimentación escolar.
opciones de política | 51
La escuela primaria, por lo general, constituye una institución estratégica para el de-
sarrollo de políticas sanitarias sistemáticas con capacidad de abarcar la totalidad de la
población infantil. Habitualmente, las intervenciones de este tipo en el espacio escolar
han adoptado la forma de campañas coyunturales y acotadas a cierto tipo de controles,
insumiendo tiempo y esfuerzo de los actores escolares y los niveles de gestión.
Las distintas jurisdicciones tienen en marcha diversos dispositivos para proveer alimen-
tación escolar a un sector de los niños y niñas en las escuelas primarias. Sin embargo,
estos mecanismos no siempre han sido objeto de una definición política planificada, sino
el resultado de acciones de emergencia en contextos de crisis que fueron consolidán-
dose como servicio permanente en las escuelas. Una política de comedores escolares
orientada a mejorar la organización y el valor nutricional del servicio podría comprender.
Esta es una política que debería adoptarse para la totalidad del sistema educativo. La provisión
de recursos a las escuelas ha seguido distintos criterios, la mayoría de las veces asociados a
estilos de gestión propios de cada administración y su disponibilidad. La distribución ha sido,
en ocasiones, universal y homogénea, y en otras, focalizada. Además, los tipos de distribución
han respondido a criterios y unidades de medida diferentes. Esto ha dado como resultado la
acumulación histórica de condiciones de desigualdad, así como la pérdida de referencias -por
parte de las gestiones educativas sucesivas- de los recursos instalados en las escuelas.
Debiera adoptarse una norma acerca de las condiciones mínimas indispensables de dotación
de las escuelas (bibliotecas, laboratorios, salas de informática, elementos para la práctica de
deportes, entre otros) y completar la dotación a todas las escuelas. Asimismo, debieran defi-
nirse explícitamente los criterios con los que se efectúa la distribución de otros recursos.
Si bien esta iniciativa podría tener un carácter nacional, las provincias podrían implemen-
tar un sistema de medición de la distribución de los recursos educativos, con el objetivo
de contar con información objetiva para asignar las prioridades de financiamiento a las
escuelas donde asisten los alumnos con mayores necesidades sociales. Este sistema
de medición debería traducirse en un dispositivo de justicia distributiva que impacte de
forma medible en la equidad de los sistemas educativos provinciales.
Para construir este sistema de medición es necesario contar con un dato faltante actual-
opciones de política | 53
mente: el nivel socioeconómico de los alumnos por escuela, a nivel censal. Para permitir
una distribución más justa de los recursos entre las escuelas, este dato debería corre-
lacionarse con todos los datos disponibles referidos a la oferta estatal de distribución
de recursos educativos: infraestructura escolar, oferta de bibliotecas, libros de texto,
computadoras, programas de innovación educativa, cantidad y características del plan-
tel docente, oferta de jornada escolar, becas, comedores, aportes de las cooperadoras
escolares, subvenciones en la educación de gestión privada, entre otros.
Este relevamiento debería ser censal, por escuela, turno y sección, tanto para el sector
público como privado (a través de un cuestionario individualizado para cada alumno)
para un año representativo del nivel primario. La información podría ser relevada cada
cuatro años con el objetivo de garantizar, de este modo, un período acorde para que las
políticas públicas impacten y modifiquen la situación del relevamiento anterior. A su vez,
esta frecuencia permitiría que el sistema de medición de la justicia distributiva de la oferta
no implique una carga presupuestaria excesiva para el Ministerio y una sobrecarga en el
relevamiento de información para las escuelas.
Toda la información relevada sobre el NSE de los alumnos no sería de acceso público,
para no vulnerar la sensibilidad de los niños y las escuelas involucradas, y para no gene-
rar posibles estigmatizaciones que incrementen las desigualdades. La información sólo
sería de uso estricto de las autoridades educativas correspondientes a cada jurisdicción
y al Ministerio de Educación de la Nación.
Para lograr una mayor justicia e impacto, las acciones provinciales orientadas a la dota-
ción de recursos materiales a las escuelas podrían considerar los siguientes criterios:
• Fijar condiciones básicas comunes y parámetros para establecer prioridades de
manera objetiva.
• Priorizar escuelas de más bajo nivel socioeconómico.
• Articular las acciones con las políticas pedagógicas y curriculares.
• Realizar las capacitaciones junto con la entrega de materiales, asegurar el acompañamiento
técnico y las evaluaciones relativas al uso de los insumos en las escuelas.
• Garantizar la continuidad de las políticas de dotación de insumos materiales a través
de marcos legales específicos que prevean financiamiento, mecanismos de provisión y
distribución, etcétera.
• Coordinar las acciones provinciales con las acciones nacionales involucradas con la
dotación de insumos materiales.
Para que las acciones nacionales sean mejor aprovechadas por las escuelas y estén
mejor articuladas con la política provincial, sería importante:
• Examinar cada programa nacional en profundidad y planificar su articulación con las