Mito de La Caverna de Platón
Mito de La Caverna de Platón
Mito de La Caverna de Platón
resumen y significado de la
alegoría
Platón (428 a.C.- 347 a.C.) usó esta historia para mostrar al filósofo
como un guía hacia la educación, intentando liberar a las personas
de sus ataduras.
Dimensión antropológica
El conocimiento verdadero
El conocimiento sensible
Conocimiento y aprendizaje
Platón (428 a.C.- 347 a.C.) usó esta historia para mostrar al filósofo
como un guía hacia la educación, intentando liberar a las personas
de sus ataduras.
Dimensión antropológica
El conocimiento verdadero
El conocimiento sensible
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Fragmento destacado de la Web
El mito de la caverna permite explorar la visión que Platón tiene
del conocimiento y la educación ya que, para él, el conocimiento
real es distinto al del mundo aparente. El prisionero que escapa
pasa de la ignorancia al conocimiento. Los prisioneros son una
metáfora de la condición de las personas en la sociedad.17 abr 2022
Cuál es la enseñanza del mito de la caverna?
Platón nos enseña que debemos aspirar a un conocimiento más pleno, que nos
libere de las ataduras y nos ayude a realizarnos como seres humanos: “todas las
cosas rectas y bellas que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de
ésta… es necesario tenerlas a la vista para poder obrar con sabiduría, tanto en
lo ...
Por:
Víctor Manuel Pérez Valera*
El mito de la caverna en Platón, pretende mostrarnos de modo
análogo el gran privilegio del hombre, la importancia del conocimiento.
Éste, según el mito, es bastante limitado, estamos encadenados
desde que nacemos en una cueva que tiene en la entrada una
hoguera, y en la pared de la cueva apreciamos las sombras que
revelan la realidad. La filosofía de Platón pretende liberarnos de estas
ataduras, ya que la masa, en general, vive cómoda en su ignorancia y
esto repercute en el modo de autogobernarnos.
Uno de los prisioneros escapa de sus cadenas y logra conocer de
modo más pleno la realidad, pero cuando regresa para liberar a sus
amigos, éstos no lo escuchan, lo tratan de loco y lo condenan a
muerte. Platón nos enseña que debemos aspirar a un conocimiento
más pleno, que nos libere de las ataduras y nos ayude a realizarnos
como seres humanos: “todas las cosas rectas y bellas que en el
ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta… es necesario
tenerlas a la vista para poder obrar con sabiduría, tanto en lo privado
como en lo público”.
Nuestro propio conocimiento y el de nuestro mundo, lo percibimos a
través de las sombras que nos transmite un mundo confuso y limitado,
es necesario traspasar la hoguera que está en la boca de la cueva
para poder encontrar la liberación moral e intelectual de las ataduras
del mundo sensible: el ideal es el aforismo “conócete a ti mismo”,
mediante la ascensión al mundo inteligible.
El conocimiento tiene una dimensión moral y política, por eso, este
mito se encuentra en el capítulo séptimo del diálogo La República.
Con la muerte del que quiere liberarnos, se ejemplifica la condena a
muerte de Sócrates, y que de algún modo la encontramos en el
misterio de la cueva de Belén, en el que el Logos, tampoco es
escuchado, sino a la postre, condenado a muerte. La lucha entre la luz
y las tinieblas se refleja tanto en la caverna de Platón como en la
cueva de Belén.
La historia bíblica nos narra como unos peregrinos que emigraron a
Belén, no encontraron sitio en la posada del pueblo. Una antigua
tradición afirma que “el Salvador” nació en una gruta, lo cual
corroboran escritos del siglo II, como el de Justino mártir y el
Protoevangelio de Santiago. Por lo demás, se puede constatar que
alrededor de Belén hay muchas cuevas que servían de establo a los
animales. Un poco después San Jerónimo señala que la actual
basílica de la Natividad se construyó sobre una cueva.
El mito de la caverna es atemporal, en el misterio de la cueva de Belén
en cambio, se trata de un tiempo especial: “al llegar la plenitud de los
tiempos…” (Gal 4,4). Es un acontecimiento que dividirá la historia de la
humanidad entre un antes y un después. Existía una promesa desde
tiempos inmemoriales sobre este misterio, en varios profetas de la
antigüedad judía: Isaías y Miqueas. Este misterio no es enigmático,
sino es luz que se difunde sobre el mundo: el futuro del hombre sería
incomprensible sin él. Su luz disipa las tinieblas y su brillo es verdad y
vida.
Este acontecimiento es la apoteosis del amor, culmen de la dialéctica
del Eros de Platón. La encarnación del Logos, es la Palabra fuente y
plenitud del conocimiento, que penetró en nuestra historia y en nuestra
cultura. El Logos es creador y de él recibimos la plenitud.
A mediados del siglo XX el gran filósofo español Javier Zubiri escribió
que la sociedad moderna se había instalado en la finitud. El sabor de
la finitud, centrado en lo caduco y temporal, ha cerrado al hombre
moderno las puertas de la trascendencia, del misterio que está más
allá de nuestras pequeñas aspiraciones. Nos hemos creado
demasiados y graves problemas y no encontramos las soluciones.
Vivimos en el desconcierto.
La cueva de Belén nos abre un horizonte de esperanza, de aspiración
a la infinitud. La respuesta del hombre como problema está en la
escucha del Logos, aceptar a éste en nuestra vida y en nuestros
caminos, es un gran reto. El Logos es un don, “que al darse a sí
mismo nos ha dado toda novedad”, es menester acoger el don y darle
cobijo.
El arte de los grandes pintores religiosos tiene este aspecto, un halo
de misticismo: en el Greco las figuras tienden hacia lo alto con un
gesto de huida a lo más excelso, Giotto dignifica lo pequeño como
trasunto de lo máximo. Fra Angélico con sus rasgos elementales
insinúa el encuentro alegre de lo divino y lo humano y además nos
revela que la Navidad no es sólo individual, sino algo comunitario y
fraternal.
Cada elemento del mito de la caverna simboliza un nivel del ser y del
conocimiento: con el ejemplo de los hombres atrapados en la caverna y el hombre
liberado, explica su concepción dualista del mundo.17 abr 2022
Índice
1. Mito de la caverna: historia
2. Mito de la caverna: significado
3. El mito de la caverna en la actualidad
Con este relato, Platón enseña que la realidad está claramente dividida entre el
mundo de las apariencias o de las sombras (de la pura opinión o Doxa) y el
mundo de la luz (Espisteme o conocimiento):