Arte Universal de La Guerra Montecuccoli
Arte Universal de La Guerra Montecuccoli
Arte Universal de La Guerra Montecuccoli
LA GUERRA
PRÍNCIPE RAIMUNDO
MONTECUCCOLI
ARTE UNIVERSAL DE
LA GUERRA
PRÍNCIPE RAIMUNDO
MONTECUCCOLI
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https://unoendos.net
Ahora que está en tus manos, este libro es
instrumento de trabajo para construir tu educación.
Cuídalo, para que sirva también a quienes te sigan.
ÍNDICE
PRÓLOGO9
5
CON SOSPECHA 22
SI EN EL CAMPO HUBIERE DE HACER ALTO 23
FIGURA Y CAPACIDAD DE LOS CUARTELES 23
CUARTELES DE INVIERNO 24
DE LAS BATALLAS EN GENERAL Y DE LOS REENCUENTROS
PARTICULARES24
CAUSAS QUE CONVIDAN A DAR LA BATALLA 24
CAUSAS QUE OBLIGAN A NO DAR BATALLA 25
SE OBLIGA EL ENEMIGO A BATALLA 25
OBSERVACIONES EN LAS BATALLAS 25
SI SE GANARE LA BATALLA 27
SI SE PERDIERE LA BATALLA 27
DE LAS SORPRESAS 27
ROMPER UN CUARTEL 28
PARA ROMPER UNA GUARDIA, UNA ESCOLTA
O A LOS FORRAJEADORES 29
EMBOSCADAS29
RETIRADA, DESPUÉS DE HECHA LA EMPRESA 29
ENCUENTROS IMPENSADOS 30
ESCARAMUZAS30
LA PRESA SE REPARTE 31
CAMPEAR31
DESHACER EL EJÉRCITO ENEMIGO 31
AL CONTRARIO 32
6
GUARDIA. DE LAS FORTALEZAS. DONDE SE CONSIDERAN
HOMBRES, MUNICIONES, VÍVERES, ARMAS,
INSTRUMENTOS Y OBSERVACIONES 42
PRESA. DE LAS FORTALEZAS, QUE SE HACE POR ÍMPETU VIOLENTO,
BLOQUEO, SORPRESA O SITIO A FUERZA. POR ÍMPETU VIOLENTO 46
NOTAS58
7
PRÓLOGO
Traducido del italiano al español por Don Bartolomé Chafrión, Alférez de Infan-
tería Española del Tercio de Valencia.
{
Prontitud
3. Observar Resolución
Disposición
BAGAJE
PROVISIONES
VÍVERES
Las mercancías principales son pan, carne, sal, vino, cerveza, cebada, avena,
heno y hierva. Cada día, a un soldado se le dan veinticuatro (24) onzas de pan.
A un mosquetero, o granadero de españoles, se le otorgan cuarenta y ocho
(48) onzas de pan, doce (12) de carne, un (1) brocal de vino y dos (2) de cerveza.
Cada día, a un caballo se le dan diez (10) libras de cebada y, cada semana, vein-
ticinco (25) libras de heno y cincuenta (50) de paja. Cada libra equivale a doce
(12) onzas. Una cuartera de trigo de, aproximadamente, doce (12) cuartales, da
ochenta (80) raciones de pan de a veinticuatro (24) onzas cada una.
Un buey pesa cuarenta y cinco (45) arrobas [1].
Una vaca veinticinco (25) arrobas.
Un carnero cuatro (4) arrobas.
Un puerco diez (10) arrobas.
MUNICIONES
INSTRUMENTOS
CABALLOS
GUÍAS
ESPÍAS
OPERACIÓN
TIEMPOS
Se camina de noche por los bosques, los valles y los lugares cubiertos, apar-
tándose de todos los lugares habitados y casas. No se tocan cajas ni trompetas
sino es a la sordina[6]. No se hace fuego. Se esconden las mechas. Se envía Ca-
ballería delante, que detengan a cuantos encontrasen y que ganen los pasos.
Se toma un camino diferente y después se vuelve, si se puede, sin ser visto.
Se tengan cerradas las puertas por algún tiempo. Si se sale de una plaza,
tener cuidado que algún espía no salga con las tropas.
Si el ejército no estuviese junto, se señalará por escrito el lugar donde han
de juntarse que será, si lo hubiese, sobre el camino que se ha de hacer: asegu-
rándose de que el enemigo no lo ocupe y que se guarde el secreto. Se declare
la hora, se envíen espías y partidas fuera.
DIVERSIDAD DE MARCHAS
ATACAR UN CUARTEL
RETIRARSE
GENERALIDAD DE ALOJAR
SIN SOSPECHA
CON SOSPECHA
CUARTELES DE INVIERNO
La esperanza de la victoria.
Polvo, viento, lluvia y Sol son cosas a propósito, pero accidentales, variables
que dependen de la fortuna y no del saber.
Escoger el campo a propósito. Ancho, si el ejército es poderoso de Caballe-
ría. Angosto, si es de Infantería.
Reconocer primero el campo: si se puede pelear y considerar que la frente
pueda volver, con ventaja, por todas las partes que viniere el enemigo.
Se puede tomar un pantano o foso por ventaja, cubriéndole con tropas, que
se irán retirando por pasos hechos a posta para llamar el enemigo.
Se reforzará la Caballería con Infantería y esta, con uno y otro, según se
considere necesario.
Se dispondrán las líneas de manera que se pueda pelear diferentes veces;
porque vence, al último aquel, quien mantiene las tropas con orden.
SI SE GANARE LA BATALLA
SI SE PERDIERE LA BATALLA
DE LAS SORPRESAS
Tener buenos espías entre los enemigos para que avisen de su intento, que
no se puedan mover sin saberse primero. Señalar a los espías el puesto a don-
de han de venir a dar los avisos.
Se llevarán cuatro (4) o cinco (5) carros ligeros de un solo caballo, para con-
ducir los instrumentos que se utilizarán al romper cualquier estorbo que
se hallare.
ROMPER UN CUARTEL
EMBOSCADAS
Se hacen en los bosques, los jardines, las profundidades, los ribazos y los
desfiladeros: contra los forrajeadores, batidores y partidas del enemigo.
Se debe reconocer el lugar en donde se ha de hacer la emboscada, que no
esté ya ocupado.
No se debe llegar mucho antes del tiempo que se supone necesario para
lograr el intento, para que no llegue noticia al enemigo.
Ponerse en parajes donde se pueda retirar por muchas partes, si el enemi-
go viniere más fuerte.
Plantarse de forma que puedan salir de la emboscada formados.
Tener centinelas que descubran de lejos y sepan estar con mucho cuidado,
para no ser sorprendidos.
Se pueden hacer emboscadas dobles y triplicadas.
La gente, que se enviare para atraer el enemigo a la emboscada, irá por di-
ferentes caminos y solo sabrá el cabo.
Cuando el enemigo puede venir más fuerte, hacer la emboscada con
toda la gente.
Se dejará pasar a la gente del enemigo, que fuere de poca importancia,
cuando se espera algo bueno.
ENCUENTROS IMPENSADOS
Determinación y resolución.
Engañar la vista del enemigo, haciendo que parezcan pocas las tropas. Si
fueran muchas, esconde a la gente, dando mucho fondo, y doblando las filas
sin intervalos.
Si fueran pocas, hacer que parezcan muchas al formar muchos escuadro-
nes o batallones de las tropas, dándoles mucha frente, poco fondo y grandes
intervalos; tocar las cajas y trompetas donde no hubiere gente.
ESCARAMUZAS
CAMPEAR
AL CONTRARIO
Tú harás salir nuevas partidas del campo que vayan sobre las emboscadas
del enemigo.
Te alargarás con fortificaciones lo más que pudieres, para asegurar
tus convoyes.
Mudar puerto a menudo.
Tener un pie en tierra y otro en la mar, o sobre algún río navegable.
FÁBRICA
Las fortalezas se deben fabricar en los confines, en los pasos o en los puer-
tos del mar que sean capaces de mantener a una guarnición tan numero-
sa, que ponga en aprehensión al enemigo que quisieren sitiarlas o entrar
país adentro.
Se tenga advertencia que el lugar sea acomodado para el comercio y que el
aire sea sano. Que pueda tener la gente necesaria para guardarlo; dinero para
pagar los soldados; municiones de boca y de guerra para sustentarlos; y para
mantenerse.
LAS CIUDADELAS
LAS LÍNEAS
8 9 10 11 12
EN LAS IRREGULARES
Si las líneas y los ángulos son propios, es decir, en aquellas que no sean ma-
yores de mil doscientos (1200) pies ni menores de cuatrocientos (400) pies.
En estos, que los ángulos no sean mayores del resto ni menores de sesentas
(60) pies del GRA.
OBRAS EXTERIORES
Revellines
Contraguardias
Como se puede observar en la Figura 10, esta zona está compuesta por cua-
drados. Los mayores tienen un lado AB de setenta y dos (72) pies, los menores
cuarenta y ocho (48) pies.
Estrellas
Se les dan las mismas medidas que a los reductos. Suelen ser cuadradas,
pentagonales y hexagonales. Para mayor brevedad, en el cuadrado de la Figu-
ra 11, se divide cada lado en dos partes iguales en E y se tira la perpendicular
EG, en la cual de E a I se nota un cuarto del lado. En el pentágono de la Figura
12 un quinto y en el hexágono de la Figura 13, sobre cada lado, se forma un
triángulo equilátero PEF.
El perfil
Ancho
AC CD DE EF FB AN
12 24 4 36 20 10
NV VX XH HQ QR RT
10 101 10 30 4 130
Altura y Profundidad
FG EL DO CP XR KS
20 25 27 25 20 7
Rondas
Municiones
Víveres
Armas
Instrumentos
Observaciones
La Guardia de la Caballería
La Guardia de la plaza
Rondas
Centinelas
Arma
Se toca de día, por alguna partida del enemigo. La guardia de afuera hará
alguna señal por dónde viene, qué número y calidad de gentes.
La Caballería saldrá secretamente y la Infantería estará en la entrada cu-
bierta para socorrerla.
Se toca por algún tumulto dentro la plaza. Se cierran las puertas y se harán
tomar las armas a los que no fueran del tumulto.
Si se toca a fuego, no correrán para apagarle si no son aquellos que estu-
vieren destinados para tal efecto. Irán todos los albañiles y carpinteros con
sus instrumentos. Se romperán las casas arrimadas. Los criados y criadas lle-
varán agua.
Se reforzará la guardia y los puestos. Otras guardias rondarán por todas
las calles.
Se toca arma
Se ataca la plaza vigorosamente, por todas partes y con todo género de ar-
mas e instrumentos.
Se ejecuta cuando se conoce que la guarnición es flaca y siente terror.
Por bloqueo
Se toman más fácilmente las plazas que fueran más pobladas. El tiempo
propicio para bloquear una plaza es cuando se reconoce que hay falta de ví-
veres. Esto es poco antes de la cosecha o cuando hay más número de gente,
como en tiempo de fiestas o ferias.
Poner guarnición alrededor de la plaza, en los lugares circunvecinos que se
comuniquen unos con otros para que no entre cosa alguna. O hacer alrededor
una línea de circunvalación con fuertes, distantes de la plaza al tiro del cañón.
Fortificar los lugares por donde se pasa, para seguridad de las provisiones
que vienen al Campo.
Estorbar las salidas de la plaza, arruinar las puertas y los puentes con la
Artillería, los molinos con el fuego.
Si pasare algún río por la plaza, hacer fuertes junto a la orilla y, sobre él,
puentes para comunicar los cuarteles.
Se forman los puentes con barcas, plantando dos órdenes de palizadas o
con grandes troncos de árboles, unidos unos con otros, con garfios de grandes
puntas de hierro.
Se tiran cadenas delante los puentes.
Se fabrican de manera que, por un lado, se puedan desatar las cuerdas que
mantienen el puente; y viendo de lejos bajar alguna máquina para romperle,
se abre, y se le da paso.
Algunas veces es el río tal que se puede divertir el agua, o detenerla, para
inundar la plaza.
Por sorpresa
Se observan las partes y las particularidades del lugar que se quiere sor-
prender; las armas e instrumentos que son menesteres para la sorpresa; los
caminos que se deben hacer.
Cómo se debe disponer la conducta: enviando a la gente en tropas o condu-
ciéndola unida para la ejecución. Se previene todo lo necesario antes de salir.
Se da la orden por escrito de lo que se hubiere de ejecutar.
Se hacen tres cuerpos: uno que trabaje, el otro que este de reten y, el terce-
ro, que guarde la campaña.
Se ocupan las plazas y las calles. Se desarman a los habitantes.
Se reparten las casas para el saqueo. Las mejores para quien lo ha merecido
más y las otras a quien tocare por fuerte.
Romper puertas se hace con petardos o levas.
Para romper rejas sirven instrumentos de fuerza, limas, sierra, martillos
sordos, agua fuerte de tarántulas, lagartijas.
Para romper estacadas sirve un saco de tela de cinco (5) o seis (6) libras de
pólvora cubierto de misturas. Excepto la boca, que ha de estar clavada a un
madero que se arrima a la estacada.
Escaladas
Inteligencia
Trincheras de ataque
Se empiecen fuera del rango del tiro del mosquete. Que sea de noche, si no
puede ser de día.
En la cabeza del ataque se levanta algún fuerte por la plaza de armas, va-
liéndose de alguna ventaja del terreno. Que no vayan enfilados, si no pudiere
ser de otra manera. Se profundizarán o se cubrirán con traversas de fajinas,
tablas, cestones y blindas.
Se encaminarán hacia la parte más flaca de la plaza.
Se levantarán en las partes que dominan la plaza para aquietar las defensas.
Se irá adelantando al paso que se van avanzando en los ataques. Se fabrican
también enterradas en donde el terreno es bueno y el paraje es más alto que el
plan de la Campaña, cerradas con parapetos de tierra y de estacadas.
Se tira para desmontar la Artillería de la plaza, las cisternas y las escaleras
de las torres.
Para hacer brecha se tira cuando se llega a distancia de cincuenta (50) pa-
sos y cuando se llega a la explanada, para quitar las defensas de los flacones.
Se cubren las troneras o cañoneras después de haber disparado con tablones,
cestos y blindas.
La galería
Brecha
Se hace con las minas o con las baterías. Se reconoce con gente armada de
mosquetes.
El asfalto
Ganada la plaza
De la defensa de la plaza
Sorpresas
Escaladas
Las salidas
Retardan mucho las operaciones de los sitiadores. Deben hacerse con reso-
lución y secreto a diferentes horas, la retirada bien dispuesta y segura.
Se hacen con el fin de hacer prisioneros, enviar fuera o introducir gente;
deshacer las trincheras de ataque y enclavar la Artillería, que se hace con cla-
vos, de puntas cuadradas de acero, piedras pequeñitas de río o palillos de ma-
dera fuerte.
Los espías dan aviso de los intentos de los enemigos, echando de noche los
billetes en el foso con alguna señal visible. No se hacen las salidas cuando la
guarnición es poca y débil.
A toda la gente que sale para ser conocido se les da un nombre. Por ejemplo,
San Pablo y una señal como un pañuelo encima de la camisa, cruz de papel o
pajas en el sombrero.
Se juntan en el foso, o en la estacada cubierta, y se reparten en pequeños
cuerpos, para que unos sigan a los otros.
Las armas e instrumentos que deben llevar han de ser a propósito, para la
operación que se hubiere de efectuar.
La Caballería procura ganar las espaldas a las guardias.
La vanguardia ocupa y mantiene algún puesto, mientras los otros ejecutan
el intento para que salgan.
Las baterías
La entrada cubierta
El Foso
La galería
Las minas
Las contraminas
La brecha
Los asfaltos
Del socorro
Por sorpresa