Utilización Del Manual DSM V

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Utilización del Manual DSM V

Courtois Pérez Paola Itzel


Licenciatura en Psicología, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas
5502: Psicopatología Infantil
Docente: Omar Ulixis Ralda Coello
22 de marzo del 2024
Los trastornos mentales se definen en relación a las normas y valores culturales,
sociales y familiares. La cultura proporciona marcos interpretativos que dan forma
a la experiencia y expresión de los síntomas, signos y comportamientos que
constituyen criterios para el diagnóstico. La cultura se transmite, se revisa y recrea
dentro de la familia y de otras instituciones y sistemas sociales. La evaluación
diagnóstica debe, por tanto, considerar si las experiencias, los síntomas y los
comportamientos del individuo difieren de las normas socioculturales y crean
problemas de adaptación en las culturas de origen y en determinados contextos
sociales o familiares. En el desarrollo del DSM-5 se han tenido en cuenta los
aspectos esenciales de la cultura que son relevantes para la clasificación y
evaluación diagnóstica.
Antes del nombre de cada trastorno, se indica el código CIE-9-MC seguido del
código CIE-10-MC entre paréntesis. Las líneas en blanco indican que el código
CIE-9-MC o CIE-10-MC no es aplicable.
En algunos trastornos, el código se puede indicar únicamente de acuerdo con el
subtipo o el especificador. Los códigos CIE-9-MC se utilizarán a efectos de
codificación en Estados Unidos hasta el 30 de septiembre de 2014 y los códigos
CIE-10-MC se utilizarán a partir del 1 de octubre de 2014.
Después del título del capítulo y del nombre del trastorno, se incluye entre
paréntesis el número de página del texto o criterios correspondientes.
Nota para todos los trastornos mentales debidos a otra afección médica: El
nombre de la otra afección médica se indica en el nombre del trastorno mental
debido a [la afección médica]. El código y el nombre de la otra afección médica se
indicarán en primer lugar inmediatamente antes del trastorno mental debido a la
afección médica.
UTILIZACIÓN DEL MANUAL
La introducción contiene bastante información sobre la historia y el proceso de
desarrollo de la revisión del DSM-5. Esta sección se ha diseñado como guía
práctica para la utilización del DSM-5, en particular, en la práctica clínica. El
objetivo principal del DSM-5 consiste en ayudar a los profesionales de la salud en
el diagnóstico de los trastornos mentales de los pacientes, como parte de la
valoración de un caso que permita elaborar un plan de tratamiento perfectamente
documentado para cada individuo. Los síntomas que se incluyen en cada uno de
los conjuntos de criterios diagnósticos no constituyen una definición integral de los
trastornos subyacentes, que abarcan todos los procesos cognitivos, emocionales,
de comportamiento y fisiológicos y son bastante más complejos de lo que se
puede explicar en estos breves resúmenes. Lo que se pretende es más bien que
sea un resumen de los síndromes característicos, con los signos y síntomas que
apuntan hacia el trastorno de base, con la historia evolutiva característica, sus
factores de riesgo biológico y ambientales, sus correlaciones neuropsicológicas y
fisiológicas, y su curso clínico típico.
El DSM pretende servir de guía práctica, funcional y flexible para organizar la
información que pueda ayudar en el diagnóstico preciso y el tratamiento de los
trastornos mentales. Es un instrumento para los clínicos, una fuente educativa
fundamental para los estudiantes y una referencia para los investigadores en este
campo.
Definición de trastorno mental
Un trastorno mental es un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente
significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento del
individuo que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del
desarrollo que subyacen en su función mental. Habitualmente, los trastornos
mentales van asociados a un estrés significativo o a discapacidad, ya sea social,
laboral o de otras actividades importantes. Una respuesta predecible o
culturalmente aceptable ante un estrés usual o una pérdida, tal como la muerte de
un ser querido, no constituye un trastorno mental. Los comportamientos
socialmente anómalos (ya sean políticos, religiosos o sexuales) y los conflictos
existentes principalmente entre el individuo y la sociedad no son trastornos
mentales, salvo que la anomalía o el conflicto se deba a una disfunción del
individuo como las descritas anteriormente.
Abordaje para la formulación del caso clínico
La formulación del caso de cualquier paciente debe incluir una historia clínica
detallada y un resumen detallado de los factores sociales, psicológicos y
biológicos que pueden haber contribuido a la aparición de determinado trastorno
mental. Es decir, para establecer un diagnóstico de trastorno mental no basta con
comprobar la presencia de los síntomas citados en los criterios de diagnóstico.
Aunque la comprobación sistemática de la presencia de estos criterios y de la
forma en que los presenta cada paciente garantiza una evaluación más fiable, la
gravedad relativa y la validez de cada criterio individual, así como su contribución
al diagnóstico, requieren un juicio clínico. Los síntomas de nuestros criterios
diagnósticos forman parte de un repertorio relativamente limitado de respuestas
emocionales humanas a tensiones internas y externas, que generalmente se
mantienen en un equilibrio homeostático, sin interrupción, en condiciones
normales. Se necesita formación clínica para decidir cuándo la combinación de
factores predisponentes, desencadenantes, perpetuadores y protectores ha dado
lugar a una afección psicopatológica cuyos signos y síntomas rebasan los límites
de la normalidad. El objetivo final de la redacción de la historia clínica radica en la
utilización de la información disponible sobre el contexto y el diagnóstico para
elaborar un plan de tratamiento integral adecuadamente fundamentado en el
contexto cultural y social del individuo. Sin embargo, las recomendaciones para la
selección y la utilización de las opciones de tratamiento más adecuadas para cada
trastorno sobre la base de la evidencia científica superan los límites de este
manual.
Criterios de significación clínica
El comité elaborador del DSM-5 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han
hecho importantes esfuerzos para separar los conceptos de trastorno mental y de
discapacidad (desequilibrios en áreas sociales, laborales u otras áreas
importantes). En el sistema de la OMS, la Clasificación Internacional de
Enfermedades (CIE) abarca todas las enfermedades y trastornos, mientras que la
Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud
(CIF) constituye una clasificación independiente para la discapacidad global. A su
vez se ha demostrado que el cuestionario para evaluar la discapacidad de la OMS
(WHODAS), que se basa en la CIF, es una medida estandarizada útil de la
discapacidad causada por los trastornos mentales. Sin embargo, en ausencia de
marcadores biológicos claros o de medidas clínicas útiles de la gravedad de
muchos trastornos mentales, no ha sido posible separar por completo las
expresiones de los síntomas normales y patológicos que se incluyen en los
criterios diagnósticos.
Elementos de un diagnóstico
Criterios diagnósticos y elementos descriptivos
Los criterios diagnósticos se plantean como directrices para establecer un
diagnóstico y su utilización debe estar presidida por el juicio clínico. Las
descripciones en forma de texto del DSM-5, incluidas las secciones introductorias
de cada capítulo, pueden ayudar a cimentar el diagnóstico (p. ej., aportando
diagnósticos diferenciales o detallando mejor los criterios en el apartado
"Características diagnósticas"). Una vez hecha la evaluación de los criterios
diagnósticos, será el médico quien decida la aplicación de los subtipos y/o
especificadores del trastorno que considere más adecuados. Hay que citarlos
especificadores de la gravedad y del curso para definir el estado actual del
individuo, pero sólo cuando se cumplan todos los criterios.
Subtipos y especificadores
Se indican subtipos y especificadores (algunos codificados en el cuarto, quinto o
sexto dígito) para incrementar la especificidad. Los subtipos se definen como
subgrupos fenomenológicos del diagnóstico, mutuamente exclusivos y en conjunto
exhaustivos, y se indican con la instrucción "especificar si" dentro del conjunto de
criterios. Por el contrario, los especificadores no pretenden ser mutuamente
exclusivos o en conjunto exhaustivos y, en consecuencia, se puede citar más de
un especificador. Los especificadores se indican con la instrucción "especificar" o
"especificar si" dentro del conjunto de criterios. Los especificadores ofrecen la
oportunidad de definir un subgrupo más homogéneo de 22 Utilización del manual
individuos que sufren el trastorno y comparten determinadas características (p. ej.,
trastorno mayor de depresión con características mixtas), y aportan información
relevante para el tratamiento del trastorno del individuo, como la especificación
"con otra comorbilidad médica" en los trastornos del sueño y la vigilia. Aunque a
veces se asigna un quinto dígito para codificar un subtipo o un especificador (p.
ej., 294.11 [F02.81] trastorno neurocognitivo mayor debido a la enfermedad de
Alzheimer, con alteración del comportamiento), o la gravedad (296.21 [F32.0]
trastorno depresivo mayor, episodio único, leve), la mayoría de los subtipos y
especificadores que se incluyen en el DSM-5 no se pueden codificar con los
sistemas CIE-9-MC ni CIE-10-MC; por eso se indican solamente incluyendo el
subtipo o el especificador tras el nombre del trastorno (p. ej., trastorno de ansiedad
social [fobia social], tipo de actuación). Obsérvese que, en algunos casos, el
especificador o el subtipo se puede codificar en la CIE-10-MC pero no en la CIE-9-
MC. En consecuencia, en algunos casos se cita la cuarta o quinta cifra del código
del subtipo o del especificador, que solamente hace referencia a los códigos de la
CIE-10-MC.
Diagnóstico principal
Cuando un paciente hospitalizado recibe más de un diagnóstico, el diagnóstico
principal es la afección que se establece como causa fundamental del ingreso del
paciente. Cuando un paciente ambulatorio recibe más de un diagnóstico, el motivo
de la visita es la afección fundamental responsable de la asistencia médica
ambulatoria recibida durante la visita. En la mayoría de los casos, el diagnóstico
principal o el motivo de la visita también es el principal foco de atención o de
tratamiento.
Diagnóstico provisional
El especificador "provisional" se puede utilizar cuando existe una fundada
suposición de que al final se cumplirán todos los criterios de un trastorno, aunque
en el momento de establecer el diagnóstico no exista información suficiente para
considerarlo definitivo. El clínico puede indicar la incertidumbre anotando
"(provisional)" después del diagnóstico. Por ejemplo, este diagnóstico se puede
utilizar cuando un individuo que parece sufrir un trastorno depresivo mayor no es
capaz de dar información adecuada para la anamnesis y, por lo tanto, no se puede
confirmar si cumple todos los criterios. Otro uso del término provisional se aplica a
las situaciones en las que el diagnóstico diferencial depende exclusivamente de la
duración de la enfermedad.

Métodos de codificación y procedimientos de registro


Cada trastorno va acompañado de una identificación diagnóstica y de un código
estadístico que es el que usan las instituciones y los departamentos de salud para
la obtención de datos y con fines de facturación. Existen protocolos de registro
específicos para estos códigos diagnósticos (identificados como notas de
codificación en el texto) que fueron redactados por la OMS, y por los centros
norteamericanos Medicare and Medicaid Services (CMS), Centros para el Control
de Enfermedades y Centro Nacional de Prevención para Estadísticas de Salud,
con el objetivo de garantizar una codificación internacional uniforme de las tasas
de prevalencia y de mortalidad de las afecciones de salud identificadas. La
mayoría de los clínicos usan los códigos para identificar el diagnóstico o el motivo
de la visita a los CMS y en los casos de reclamación a los seguros privados. El
sistema oficial de codificación que se usa en Estados Unidos en el momento de la
publicación de esta guía es la CIE-9-MC.

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