Enfermería Geríatrica
Enfermería Geríatrica
Enfermería Geríatrica
Cada profesional en enfermería debe rotar de forma obligatoria por las áreas de
atención estipuladas en la orden. Entre ellas se encuentran Atención Primaria,
Atención Especializada unidades de hospitalización, equipos de soporte, unidades
de cuidados paliativos geriátricos, etc; instituciones sociales y otros recursos
Comisiones de Calidad, Comisiones de Ética, Unidad de Docencia e Investigación,
etc. Estas rotaciones son llevadas a cabo según las peculiaridades de los servicios
que posea la Comunidad Autónoma donde se ubique la Unidad Docente. Además,
cada residente tiene asignada una enfermera tutora, figura que vela por la
adquisición de las competencias requeridas para obtener el título.
Existen, según Burke varios enfoques sobre la especialidad, tanto positivos como
negativos, que enumera en los siguientes puntos: Una oportunidad para ejercer
las habilidades profesionales, para aplicar el conocimiento clínico en la práctica y
para utilizar las habilidades en la toma de decisiones clínicas; Una oportunidad de
ser creativos y utilizar la iniciativa en la prestación de cuidados al Paciente; Una
oportunidad para cuidar de los adultos mayores en diferentes marcos, como
clínicas de la comunidad, el propio hogar del paciente, la residencia de ancianos y
el hospital de cuidados agudos; Una oportunidad para colaborar con otras
disciplinas de la asistencia sanitaria en la planificación e implementación del
cuidado de los adultos mayores; Una oportunidad para enseñar y apoyar a los
adultos mayores en la realización de actividades de la vida diaria y en el
mantenimiento de su independencia; Una oportunidad para apreciar la sabiduría
de los adultos mayores y para enriquecerse cuando comparten los recuerdos de
sus experiencias vitales; Una especialidad que tiene una mala imagen entre
muchos profesionales de la enfermería.
Existen dos acciones combinadas para conseguirlo: adaptar los entornos mediante
facilitadores, productos de apoyo y la eliminación de barreras, y mejorar la
capacidad intrínseca de la persona. Para ello se ha demostrado en la literatura el
beneficio del ejercicio físico de las personas mayores para la mejora del tono y la
fuerza muscular, la mejora de patologías crónicas, la reducción de las caídas y un
largo etc.