Arcillas y Engobes
Arcillas y Engobes
Arcillas y Engobes
ARCILLAS
Cerámica es por definición arcilla cocida. Comenzaremos entonces,
hablando de esta materia prima.
Esta es una fórmula ideal, pues todas las arcillas contienen algún tipo de
impureza. Dichas impurezas junto a las variaciones en la
fórmula ideal explica las diferentes características de los numerosos y
diversos grupos de arcillas.
ADITIVOS
Tomemos por ejemplo, tenemos una arcilla sedimentaria roja, con una
importante proporción de óxido de hierro en su composición: en baja
temperatura puede utilizarse para modelar piezas, por en altas
temperaturas puede llegar a fundirse y aplicarse como esmalte.
Obra en adobe de Gabriel Chaile
ENGOBES
Ánfora griega, diseño realizado con engobes
Definición
Son arcillas líquidas o barbotinas a las que se han adicionado colorantes,
en forma de óxidos metálicos o de sus pigmentos derivados. Los
engobes pueden variar en espesor, según su aplicación, pero lo ideal es que
tengan la consistencia de una crema.
Conviene que la arcilla que intervenga en la composición del engobe sea del
mismo tipo que aquella sobre el que vaya a ser aplicado. Esta precaución
asegura una mayor adaptación de ambos.
También se le puede agregar un pequeño porcentaje de fundente, que no
solo contribuirá a la adherencia, sino que ayudará a desarrollar el color.
Perspectiva histórica
Históricamente el engobe es el método de coloración de superficie más
primitivo, anterior al descubrimiento del esmalte. La cerámica griega,
etrusca, romana y toda la cerámica precolombina fueron decoradas con
engobes. Los alfareros de la cultura Nazca en el Perú precolombino fueron
los que lograron llevar a los engobes a su máxima perfección.
Elaboración
Siendo el engobe por definición una arcilla coloreada utilizada en forma
más líquida para cubrir o contrastar con la arcilla del cuerpo de la pieza,
entonces, toda arcilla natural puede ser utilizada como tal. Habrá que
considerar si tiene una buena adaptación, si no se descascara, etc, pero en
principio, podrá usarse como tal.
Sin embargo, puede suceder que tal vez no tengamos a nuestra mano
arcillas naturales coloreadas, o querramos obtener una determinada paleta
de colores. Entonces podremos crear nuestro propio color a partir de arcilla
y colorantes. Hemos formulado sencillamente los engobes en volúmenes
empleando todos los materiales en polvo (secos) para tener más precisión
en cuanto a las medidas. Así podremos repetir los mismos colores cuantas
veces fuera necesario.
Aplicación
Ya hemos hablado de la merma que sufre la arcilla durante el secado y
la cocción. Al ser el engobe básicamente una arcilla, se comportará como
tal. Por esto se lo aplica cuando la pieza ha adquirido dureza de cuero,
para que se seque junto con la pieza, se adapte a ella, y no se descascare ni
desprenda.
La aplicación en sí misma puede ser una técnica decorativa: pincel, soplete,
jeringa, pera de goma, etc.
Silvia Solís. Noción de infinito, engobes bruñidos, 2005. Chubut, Argentina
Bruñido
Consiste en abrillantar la pieza por medio de frotación. Para esto se utiliza
un objeto plano, duro y muy liso, como por ejemplo una cuchara de metal.
Tradicionalmente se utiliza una piedra de ágata
El bruñido homogeneiza la superficie exterior, y no sólo la pieza adquiere
un brillo característico, sino cierta impermeabilización.
Vasija con engobe bruñido de Teresita Naranjo
Alisado
Consiste en eliminar de la superficie externa de la pieza las irregularidades
que pudieran existir. Este procedimiento se puede realizar con un trapo
(tradicionalmente con hojas de maíz), o cualquier otro material suave,
antes de poner a secar la pieza. Una alternativa puede ser un trozo de
algodón envuelto en nylon.
Este trabajo no implica el esfuerzo de frotación que requiere el bruñido.
Esgrafiado
Puede o no combinarse con las anteriores. Consiste en raspar con una
herramienta punzante, atravesando el engobe, para dejar a la vista la
arcilla.
Vasos esgrafiados de Louise Gelderblom
Fernando Arce. Los camineritos. Engobes esgrafiados
Incrustación
Técnica también conocida como mishima. Consiste en realizar cortes,
grafismos o incisiones en la superficie de la arcilla y luego rellenarlos con
engobes de colores contrastantes. Conviene que el engobe esté un poco
espeso para favorecer la adaptación.
Una vez llenas las líneas, se deja reposar el engobe hasta que la superficie
se endurezca. Cuando está a dureza de cuero se eliminan los excesos
rascando con una herramienta metálica, de manera que afloren las líneas
de color. Y cuando esté completamente seca, podrá lijarse cuidadosamente
para que el dibujo quede nítido.
Geninne Zlatkis. Cuenco con incrustación de engobe azul
GLOSARIO
Ebony Russell