Arcillas y Engobes

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ARCILLAS Y ENGOBES

Lic. Florencia Melo


JTP de la Cátedra Taller Complementario de Cerámica
Arcilla naturales de Catamarca, Argentina (del muro de Karina Garret)

ARCILLAS
Cerámica es por definición arcilla cocida. Comenzaremos entonces,
hablando de esta materia prima.

La arcilla es una sustancia mineral presente en la mayor parte de la


corteza terrestre que se ha ido formando a lo largo de millones de años. Es
resultado de la erosión y desintegración de rocas feldespáticas -como el
granito- que al descomponerse desprenden partículas
de alúmina y sílice. Estos dos últimos minerales, combinados con agua,
forman la arcilla pura, cuya composición se expresa químicamente como:

Al2 O3. 2 Si O2. 2 H2O

Esta es una fórmula ideal, pues todas las arcillas contienen algún tipo de
impureza. Dichas impurezas junto a las variaciones en la
fórmula ideal explica las diferentes características de los numerosos y
diversos grupos de arcillas.

Specimen. Instalación de flores de porcelana cruda de la artista


británica Clare Twomey
Según su origen las arcillas se clasifican en dos grandes grupos:
primarias y secundarias

Arcillas primarias o residuales o caolines


Este tipo de arcillas han permanecido más o menos en el mismo sitio de su
formación rocosa original, por lo tanto han tenido poco contacto con otro
tipo de elementos. Se las aprecia por su pureza, resistencia y blancura. Los
caolines constituyen uno de los ingredientes esenciales para las pastas de
porcelana.
Las partículas que conforman estas arcillas son grandes, lo que las hace
poco plásticas y más difíciles de trabajar en comparación con las arcillas
secundarias.
Bethany Krull. Esfinge con suéter. Porcelana y textil

Arcillas secundarias o sedimentarias


En contraposición, se denomina así a aquellas arcillas que por la erosión del
viento, del agua y de los corrimientos de tierra, han sido desplazadas y
transportadas lejos de su lugar de origen. Las partículas que las componen
son más finas, no sólo porque las partes más pesadas se han ido
depositando en el agua por orden de densidad, sino también, porque todos
estos movimientos las fueron moliendo y haciéndolas aún más pequeñas.
Otra consecuencia fundamental de estos movimientos, es que a su paso han
ido incorporando diversas impurezas: tanto materiales orgánicos que
contribuyen a la plasticidad, como sustancias inorgánicas (otros minerales)
que alteran su color original. Estas contaminaciones, lejos de malograr una
arcilla, la enriquecen aportando valiosas diversidades.

Seriados, obra realizada con arcillas extraídas en Punta Indio.


Experimentación con pastas locales. Nicolás Montani, estudiante de la
CTCC 2011

PROPIEDADES GENERALES DE LAS ARCILLAS


Teja de la época romana con pisadas de gato. La sensibilidad de la arcilla
permite plasmar hasta los detalles más nimios como estas huellitas
y traerlos hasta el presente

Plasticidad: es la propiedad física más importante de una arcilla. Permite


que al mezclarla con agua, se la pueda modelar y obtener con ella formas de
cualquier tamaño. Al secarse, consigue mantener esa forma. Al cocerse se
endurece, se torna densa, adquiere consistencia de roca y nunca varía. La
cerámica cocida al rojo o a más temperatura permanece siempre igual a
menos que se rompa.
La estructura natural de las partículas que componen la arcilla corresponde
a una forma plana de tipo hojuelas o escamas que tienden a resbalar unas
sobre otras, manteniendo una buena cohesión entre sí.
La plasticidad depende en gran medida de la finura o tamaño de dichas
partículas. En comparación con ellas, incluso los minerales más finamente
molidos están constituidos por cristales granulares grandes que no pueden
mantenerse unidos.
También favorece a la plasticidad la proliferación de materia orgánica -
como algas y bacterias- en la arcilla por exposiciones al aire y a las lluvias.
Ejemplo de merma: pieza húmeda (recién sacada del molde), bizcochada a
900º C, luego esmaltada y y llevada a la temperatura final de gres a 1230ºC.
Taller de Producción Artesanal del IMCA EV

Merma: al hidratarse las arcillas la absorben, se ablandan y aumentan su


volumen. De modo opuesto, las arcillas húmedas se endurecen al entrar en
contacto con el aire, a la vez que su volumen va disminuyendo durante la
desecación.
Esta reducción de volumen provocada por la pérdida del agua se
llama merma y se produce en dos tiempos: el agua física de la arcilla
desaparece a 120 ºC, en tanto que el agua química o agua de
constitución, lo hace entre los 500 ºC y los 700 ºC. Alcanzada esta última
temperatura, la arcilla se hace dura y pierde su poder de ligazón. Tras el
proceso de la cocción, es que la arcilla se transforma en cerámica.

Para leer más sobre arcillas, procesos y técnicas cerámicas, consultar el


material de cátedra sobre Métodos constructivos en este mismo blog.
Gertraud Mohwald

ADITIVOS

A un cuerpo de arcilla se le pueden incorporar distintos tipos de


elementos

Elementos que desaparecerán en la cocción: Cualquier elemento


que no sea de origen mineral, o no cerámico, no sobrevivirá las altas
temperaturas que requiere este tipo de procesos.
Es posible añadir todo tipo de productos orgánicos -de molienda más o
menos fina- que puedan ser amasados e incorporados dentro de la arcilla
como ser: aserrín, paja, yerba, café molido, hebras de té, fibras vegetales -
como la paina/ algodón del palo borracho o la pelusa dela totora- etc.
También pueden agregarse elementos sintéticos: hilos de nylon cortados,
por ejemplo. El sentido, intenciones, y resultados buscados son tan diversos
como legítimos: lograr texturas, imitar calidades, obtener una pasta más
liviana post-cocción, o más resistente a los diferentes estados de humedad
durante el proceso. Todos estos añadidos se quemarán durante el
horneado, resultando que las paredes de nuestra pieza serán más porosas y,
en principio, menos resistentes. Para no perder la plasticidad ni arriesgar la
integridad de nuestro trabajo, es conveniente que este tipo de aditivos no
superen el 30 % del volumen del cuerpo arcilloso.
Uno de los elementos más empleados por los ceramistas es la pulpa de
papel que da origen a la técnica llamada pasta de papel o paper clay.

Vasos de paper clay de José Ramos

También es posible incorporar este tipo de aditivos solamente sobre la


superficie de la pieza, una vez obtenida la forma para no involucrar todo el
cuerpo arcilloso. Un ejemplo tradicional son los granos de arroz en las
piezas de porcelana oriental.

Elementos que perdurarán luego de la cocción: Se trata de


elementos de origen mineral y/o cerámico
No solo no desaparecerán en la cocción cerámica, sino que se
transformarán durante la misma.
También aquí podemos agregar productos que alteren la textura y la
estructura de la pasta arcillosa: arena, limaduras de metales (como bronce,
por ejemplo), chamote, cenizas volcánicas, etc.
Alfar -Ushuaia. Minerales de Tierra del Fuego: lajas, arena y arcilla

Podemos incorporar óxidos o pigmentos cerámicos amasándolos junto con


la pasta y obtener una arcilla coloreada de modo artificial. Los óxidos
metálicos más utilizados en cerámica son: hierro, cobre, manganeso,
cobalto, cromo, antimonio, zinc, titanio, níquel.

Sulfatos: se trata de otro tipo de minerales derivados de los metales ya


mencionados, especialmente se hierro, cobre, manganeso y cobalto. Se
presentan en forma de cristales grandes que pueden molerse con facilidad.
A diferencia de los óxidos y carbonatos, son solubles en agua, por lo tanto,
al amasarlos con la arcilla se irán disolviendo en ella generando ciertos
efectos y recursos expresivos. Los cristales también pueden incrustarse en
la superficie una vez obtenida la forma. A medida que la pieza se vaya
secando, los cristales se irán disolviendo en el cuerpo arcilloso dando lugar
a manchas de color con formatos orgánicos.
Acritarcos, cerámicas coloreadas con sulfatos de Mercedes Martínez,
estudiante de la CTCC en 2013

*Más sobre colorantes cerámicos en el material de cátedra sobre Pátinas


y esmaltes. Tratamientos de superficie sobre piezas
bizcochadas, en este mismo blog.

FÓRMULA BÁSICA PARA ARCILLAS COLOREADAS 1020º-


1040ºC
(expresada en volúmenes)

Cada 20 partes de arcilla en polvo


 hasta 3 partes de fundente alcalino
 hasta 3 partes de óxidos o pigmentos cerámicos (en el caso de los
óxidos de cobre y cobalto, es recomendable no excederse en más de una
(1) parte)
Alice Walton. Vale Ribbons, porcelanas coloreadas, 2020

COMBINACIÓN DE LA ARCILLA CON ELEMENTOS NO


CERÁMICOS

He aquí un amplio campo de experimentación. Podemos separar la


propuesta en dos grandes grupos. Por un lado los materiales pequeños de
determinados metales que podrán ir junto con el cuerpo arcilloso durante
la cocción. Y por otro lado, objetos diversos que se combinarán con
nuestras piezas cerámicas una vez ya horneadas.

En el primer caso, la gran dificultad que tenemos es la merma de la


arcilla: mientras esté húmeda adaptará perfectamente con el material no
cerámico, pero esto se modificará a medida que la arcilla se seque. Por otro
lado, dicho material no cerámico, tendrá un comportamiento diferente al
de la arcilla durante la cocción. Para reducir las posibilidades de fracaso
debemos considerar:
 El elemento no cerámico debe ser de tamaño mínimo
 Emplear una arcilla con bajo coeficiente de contracción (por ejemplo,
una arcilla con chamote)
En caso de no poder resolver ninguna de las situaciones anteriores,
conviene calcular el porcentaje de contracción de la arcilla utilizada y
agregar el elemento no cerámico luego de la cocción.

Florencia Melo. Calipso, 2012. Detalle pestañas con tachuelas incrustadas


pre-cocción

En el segundo caso, es conveniente que el objeto “extra” en cuestión lo


tengamos antes y durante la construcción de las partes cerámicas. Así
podremos lograr una óptima combinación y acople entre ambos. No
perdamos de vista que mientras la arcilla esté fresca, contaremos con un
material versátil y de fácil adaptación, pero que una vez seca y horneada
nuestra pieza, las posibilidades de maniobra serán escasas o nulas.

Mariel Tarela. Débora-Dora, cerámica y técnica mixta


Leo Tavella

Importante: no debemos perder de vista que toda experimentación


implica un riesgo no sólo para nuestro propio trabajo, sino para los
demás con quienes comparte la horneada, para el material de carga y
para el horno en sí. Entonces, conviene hacer pruebas, tomar nota de lo
que se hace, estudiar los comportamientos de lo que querramos buscar y
extremar todos los recaudos.

CLASIFICACIÓN DE LOS DIFERENTES TIPOS DE CERÁMICAS


SEGÚN SU TEMPERATURA DE COCCIÓN
Como explicamos más arriba, la fórmula química que define un producto
arcilloso es ideal, y en sus múltiples variantes abarca un gran espectro de
pastas cerámicas. Sus componentes permitirán o requerirán diferentes
temperaturas de cocción, a mayor temperatura, mayor resistencia mecánica
y química. No hay clasificaciones absolutas, pero podemos considerar tres
grandes grupos:
Diego Cossettini

Bajas temperaturas: Se consideran a las arcillas cuya cocción está


comprendida entre los 700 y los 1100 ºC. Entre los 700 y los 900 ºC se
consideran temperaturas muy bajas. Allí podemos ubicar a las arcillas rojas
que derivarán en terracotas, las tejas y los ladrillos macizos. Luego entre los
1000 y los 1100ºC, tenemos pastas blancas, cremas y rosadas. Por ejemplo,
en nuestro taller horneamos entre 1020º-1040º C

Instalación en terracota de Andrew Livingstone


Temperaturas medias: 1100-1180 ºC.

Altas temperaturas: 1180-1400 ºC. Gres, porcelana y material


refractario
Botella de gres del maestro Shoji Hamada (1894-1978)
Natalia Khlebtsevich. Luz blanca, porcelana, 2009

Tomemos por ejemplo, tenemos una arcilla sedimentaria roja, con una
importante proporción de óxido de hierro en su composición: en baja
temperatura puede utilizarse para modelar piezas, por en altas
temperaturas puede llegar a fundirse y aplicarse como esmalte.
Obra en adobe de Gabriel Chaile

Adobe: El adobe es un ladrillo de barro y paja secado al sol, que no ha


pasado por ningún tipo de cocción y se utiliza en construcción. En la
contemporaneidad, muchos artistas eligen este tipo de material para
plasmar sus proyectos y obras y se lo incluye dentro del ámbito de la
cerámica como disciplina

ENGOBES
Ánfora griega, diseño realizado con engobes

Definición
Son arcillas líquidas o barbotinas a las que se han adicionado colorantes,
en forma de óxidos metálicos o de sus pigmentos derivados. Los
engobes pueden variar en espesor, según su aplicación, pero lo ideal es que
tengan la consistencia de una crema.
Conviene que la arcilla que intervenga en la composición del engobe sea del
mismo tipo que aquella sobre el que vaya a ser aplicado. Esta precaución
asegura una mayor adaptación de ambos.
También se le puede agregar un pequeño porcentaje de fundente, que no
solo contribuirá a la adherencia, sino que ayudará a desarrollar el color.
Perspectiva histórica
Históricamente el engobe es el método de coloración de superficie más
primitivo, anterior al descubrimiento del esmalte. La cerámica griega,
etrusca, romana y toda la cerámica precolombina fueron decoradas con
engobes. Los alfareros de la cultura Nazca en el Perú precolombino fueron
los que lograron llevar a los engobes a su máxima perfección.

Vasija de la cultura Nazca

Elaboración
Siendo el engobe por definición una arcilla coloreada utilizada en forma
más líquida para cubrir o contrastar con la arcilla del cuerpo de la pieza,
entonces, toda arcilla natural puede ser utilizada como tal. Habrá que
considerar si tiene una buena adaptación, si no se descascara, etc, pero en
principio, podrá usarse como tal.
Sin embargo, puede suceder que tal vez no tengamos a nuestra mano
arcillas naturales coloreadas, o querramos obtener una determinada paleta
de colores. Entonces podremos crear nuestro propio color a partir de arcilla
y colorantes. Hemos formulado sencillamente los engobes en volúmenes
empleando todos los materiales en polvo (secos) para tener más precisión
en cuanto a las medidas. Así podremos repetir los mismos colores cuantas
veces fuera necesario.

FÓRMULA BÁSICA PARA ENGOBES 1020º- 1040º, expresada en


volúmenes.

Cada 10 partes de arcilla en polvo:


 hasta 3 partes de fundente alcalino
 hasta 3 partes de óxidos o pigmentos cerámicos (al igual que en las
arcillas coloreadas en el caso de los óxidos de cobre y cobalto,
recomendable no excederse en más de una parte)

Aplicación
Ya hemos hablado de la merma que sufre la arcilla durante el secado y
la cocción. Al ser el engobe básicamente una arcilla, se comportará como
tal. Por esto se lo aplica cuando la pieza ha adquirido dureza de cuero,
para que se seque junto con la pieza, se adapte a ella, y no se descascare ni
desprenda.
La aplicación en sí misma puede ser una técnica decorativa: pincel, soplete,
jeringa, pera de goma, etc.
Silvia Solís. Noción de infinito, engobes bruñidos, 2005. Chubut, Argentina

Otras posibilidades una vez que el engobe se ha oreado son:

Bruñido
Consiste en abrillantar la pieza por medio de frotación. Para esto se utiliza
un objeto plano, duro y muy liso, como por ejemplo una cuchara de metal.
Tradicionalmente se utiliza una piedra de ágata
El bruñido homogeneiza la superficie exterior, y no sólo la pieza adquiere
un brillo característico, sino cierta impermeabilización.
Vasija con engobe bruñido de Teresita Naranjo

Alisado
Consiste en eliminar de la superficie externa de la pieza las irregularidades
que pudieran existir. Este procedimiento se puede realizar con un trapo
(tradicionalmente con hojas de maíz), o cualquier otro material suave,
antes de poner a secar la pieza. Una alternativa puede ser un trozo de
algodón envuelto en nylon.
Este trabajo no implica el esfuerzo de frotación que requiere el bruñido.

Esgrafiado
Puede o no combinarse con las anteriores. Consiste en raspar con una
herramienta punzante, atravesando el engobe, para dejar a la vista la
arcilla.
Vasos esgrafiados de Louise Gelderblom
Fernando Arce. Los camineritos. Engobes esgrafiados

Incrustación
Técnica también conocida como mishima. Consiste en realizar cortes,
grafismos o incisiones en la superficie de la arcilla y luego rellenarlos con
engobes de colores contrastantes. Conviene que el engobe esté un poco
espeso para favorecer la adaptación.
Una vez llenas las líneas, se deja reposar el engobe hasta que la superficie
se endurezca. Cuando está a dureza de cuero se eliminan los excesos
rascando con una herramienta metálica, de manera que afloren las líneas
de color. Y cuando esté completamente seca, podrá lijarse cuidadosamente
para que el dibujo quede nítido.
Geninne Zlatkis. Cuenco con incrustación de engobe azul

Una vez medidos todos los elementos, los colocaremos en un mortero y lo


mezclaremos suavemente en seco por aproximadamente media hora. Luego
iremos agregando agua y mezclando con la mano del mortero hasta obtener
una consistencia cremosa. El engobe así preparado puede conservarse en
un recipiente hermético y se mantendrá listo para usarse. En caso de que
endurezca, bastará con colocarlo de nuevo en el mortero y repetir la
hidratación. Como toda arcilla, convendrá dejarla descansar al menos 24
horas antes de su utilización.
Luciano Polverigiani, arcilla coloreada y engobe

EJEMPLO DE LA PREPARACIÓN DE UN ENGOBE

En este caso se trata de un engobe coloreado con pigmento de


bajo cubierta azul
Los tres materiales en polvo: arcilla tinkar, fundente alcalino
y pigmento bajo cubierta azul 211
Se colocan todos los materiales en un mortero de porcelana y
comienzan a mezclarse. Al comienzo, pueden distinguirse por separado.
La mezcla debe continuar al menos media hora a ritmo suave,
pero sostenido. Paulatinamente los tres elementos irán integrándose.
Añadir agua de a poco y continuar mortereando hasta obtener
una consistencia cremosa
Aparecerán grumos
Mezclar con el pilón enérgicamente...
...hasta obtener una consistencia homogénea.
Trasvasar a un recipiente de boca ancha. Bien tapado, se conserva
perfectamente

GLOSARIO

Atmósfera oxidante: Se trata de las cocciones cerámicas en las que hay


suficiente suministro de oxígeno en la cámara del horno. Esto sucede en
aquellos hornos en los cuales el combustible está separado de la cámara de
cocción -en el caso de que el calor se genere por combustión (leña, carbón,
gas, fuel-oil, etc). En los hornos eléctricos, no se genera una combustión,
sino que las resistencias eléctricas son las que generan calor, y las paredes
del horno son lo suficientemente aislantes para que no se disipe. En este
tipo de hornos, la atmósfera de cocción es oxidante.

Atmósfera reductora: Son cocciones con entrada de aire muy reducida,


lo que provoca cambios a nivel superficial en pastas y esmaltes. Como se
desprende de la explicación anterior, en los hornos en los que hay
combustión puede haber atmósferas reductoras -generalmente parciales- o
se pude generar una reducción a propósito dentro de la cámara de cocción
añadiendo algún elemento que sofoque la entrada de oxígeno. Una
atmósfera reductora también puede hacerse en una situación post-cocción:
ya sea sumergiendo en material orgánico una pieza sacada del horno al rojo
vivo (raku) o bien ahumando una pieza ya bizcochada (y fría) con papel y/o
hojas.

Barbotina: en realidad describe un estado de la arcilla. Es arcilla en


estado líquido o fluido.

Ebony Russell

Bizcocho: horneada de bizcocho. Se le llama así a la primer horneada de


las piezas cerámicas. Y a veces a las piezas que ya han tenido una primer
horneada: "una pieza en bizcocho"

Chamote: Material cerámico molido a diferentes grosores que suele


añadirse a la arcilla húmeda para reducir la merma, controlar las tensiones
durante el secado y prevenir tensiones y roturas. El chamote puede ser
desde impalpable, hasta un grosor relativamente grande -de más de 2 mm.
Dureza de cuero: Se llama así al estado del barro en el que todavía
conserva algo de humedad, pero ya no es plástico. Si se lo llegara a
presionar, se partiría. Es en este estado cuando e se aplican los engobes.

Fundente: es una combinación de minerales que reducen el punto de


fusión de la sílice en la pasta cerámica, formando un cristal o vidriado. Es el
componente mayoritario de un esmalte.

Material de Cátedra elaborado por la Lic. Florencia Melo

Cátedra Taller Complementario de Cerámica | Titular: Lic.


Verónica Dillon

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