Generación Del 27

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

LA GENERACIÓN DEL 27

“Generación de la amistad” se ha llamado alguna vez a este conjunto de poetas. Sus contactos
personales, actos y colaboraciones fraguaron una amistad duradera, de convivencia, de labor
común, entre 1920 y 1936, una comunidad de amigos rota por la tragedia de la Guerra Civil.
(Muerte de alguno, exilio de varios, permanencia angustiada de otros…)

La Residencia de Estudiantes, de Madrid, fue lugar fundamental de encuentro. Algunos viven


allí; otros, acuden atraídos por sus ricas actividades culturales (conferencias, exposiciones,
representaciones teatrales, tertulias…)

Entre los actos comunes, destacan los organizados para celebrar el Centenario de Góngora en
1927 (fecha que les dará nombre): el funeral en Santa Bárbara, que tuvo algo de provocación
vanguardista contra el desprecio académico en que se tenía al gran poeta barroco, y el
homenaje en el Ateneo de Sevilla.

Publican en las mismas editoriales y revistas (Revista de Occidente, La Gaceta literaria, Litoral,
Verso y Prosa, Carmen, Cruz y Raya, Caballo verde para la poesía…) o son incluidos en las
mismas antologías, como la publicada por Gerardo Diego en 1932, que, junto a unos pocos
poetas anteriores, venerados por todos (Unamuno, los Machado, Juan Ramón Jiménez, etc.),
incluye un significativo muestrario de la obra realizada hasta la fecha por las figuras del 27. Las
declaraciones sobre “poética”, que cada autor traza al frente de su poesía, componen un
manifiesto de la nueva poesía.

Afinidades estéticas.

No tienen un mismo estilo, pero sí un “cierto aire de época”, hecho de gustos y afirmaciones
comunes. Es una generación liberal, progresista y universitaria. Todos ejercerán la literatura
como profesores, editores o críticos. Todos tienen medios – viajes, libros, idiomas, la
Residencia… -- para hacerse con una cultura muy amplia. Muestran una escasa preocupación
religiosa. Aunque universales en su formación y de espíritu cosmopolita, se manifiestan
patriotas, especialmente en el terreno del idioma y la cultura. Tampoco hay comunidad técnica
o de inspiración (si bien les anima el ansia de renovar el lenguaje poético, Jorge Guillén señala
que “a la hora de la verdad, frente a la página blanca, cada uno va a revelarse con pluma
distinta”). Su denominador común quizás sea la tendencia al equilibrio y a la síntesis
originalísima entre los polos, en principio opuestos, entre los que se había debatido la poesía
española de los últimos tiempos:

a) Entre lo intelectual y lo sentimental. Se les acusó de “intelectualismo” (Machado


decía que eran “más ricos en conceptos que en intuiciones”), aunque sería más
exacto hablar de emoción refrenada y trascendida, estructurada por el intelecto
(o, en palabras de Bergamín, “inteligencia, sentimiento y sensibilidad contra
intelectualismo, sentimentalismo y sensiblería”).
b) Entre una concepción casi mística de la poesía y un trabajo riguroso en la
elaboración del poema. Entre una concepción romántica y una concepción clásica
de la creación poética. La poesía es “algo inexplicable” (Gerardo Diego), “una
aventura hacia lo absoluto” (Salinas), “un impulso cercano a lo religioso” (Dámaso
Alonso), “aspiración a la unidad, a la fusión del hombre con lo creado”
(Aleixandre), pero, también, creación lúcida, rigor técnico, trabajo bien hecho
(“Perfección es trabajo” o, como afirma Lorca, poeta “por la gracia de Dios o del
demonio” pero no menos “por la gracia de la técnica y del esfuerzo”).
c) Entre la pureza estética y la autenticidad humana , como se verá al observar su
evolución.
d) Entre lo minoritario y la “inmensa compañía” . En sus poemas, alternan
hermetismo y claridad. Aspectos fundamentales son cómo se entretejen lo culto y
lo popular en la poesía de Lorca, Alberti o Gerardo diego, o las afirmaciones de
Salinas y Aleixandre de que “poesía es comunicación”, un paso del “yo” al
“nosotros”.
e) Entre lo universal y lo español. Dámaso Alonso decía que la poesía del 27, “aunque
abierta a muchos influjos exteriores, está profundamente arraigada en la entraña
nacional y literaria española”.

Preferencias literarias: tradición y renovación.

El equilibrio integrador del grupo del 27 recibe su confirmación definitiva cuando se observan
sus comunes preferencias literarias, que van desde el escritor más rabiosamente actual hasta
el poeta primitivo.

Por una parte, están a tono con la poesía europea del momento. En ellos deja huella el
Vanguardismo: Ultraísmo, Creacionismo y, sobre todo, el Surrealismo, Sin embargo, tienden a
frenar las estridencias. Lírica que renueva pero sin alzarse contra nada: “Una generación tan
innovadora que no necesitó negar a los antepasados remotos o próximos para afirmarse”
(Jorge Guillén).

En cuanto a los autores que inmediatamente les precedieron destacan Juan Ramón Jiménez
(su exigente sentido de la creación artística) y Ramón Gómez de la Serna (con sus
deslumbrantes hallazgos de imágenes novísimas). Más atrás apunta su admiración por
Unamuno o los Machado. Y por Rubén Darío, que despertó la vocación poética de Aleixandre y
fue precursor en la valoración de Góngora.

Desde el S.XIX, les llegó la influencia de Bécquer, que puede apreciarse, ante todo, en los
comienzos de todos ellos.

Su amor por los clásicos fue inmenso. El primer nombre que surge es Góngora, reinterpretado
y revalorado por todos ellos. Asimismo, Manrique, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Fray Luis de
León, Quevedo. Aparte de las huellas que dejaron en su obra (temas, versos y estrofas),
algunos miembros del grupo – como profesores y críticos – nos han dejado magistrales
ediciones o estudios sobre ellos. Especial interés suscitó Lope de Vega, sobre todo por sus
poemitas de corte popular.

Y esto nos lleva a otro punto, hay también en el grupo del 27 una profunda veneración por las
formas populares: el Romancero, el Cancionero tradicional, las cancioncillas de Gil Vicente o de
Juan del Encina están presentes en Lorca, en Alberti, en Dámaso Alonso o en Gerardo Diego.

El grupo poético del 27 sorprende porque su asimilación de las formas anteriores, su respeto a
la tradición, no contradice una enorme labor en la renovación de la lírica española, que les
confiere un alto puesto en la Literatura.

Evolución conjunta.

Los críticos, encabezados por Dámaso Alonso y Luis Cernuda, han señalado diversas fases en la
evolución del grupo. Teniendo en cuenta sus propuestas, pero advirtiendo que no todos los
poetas las cumplen en la misma medida ni al mismo tiempo, se pueden distinguir tres grandes
etapas:

1ª) Hasta 1927 aproximadamente: son los tanteos iniciales, en que es notoria la
presencia de tonos becquerianos, junto a algunos resabios modernistas. Pronto se deja sentir
en estos poetas el influjo de las primeras vanguardias. A la vez, el aludido magisterio de Juan
Ramón Jiménez los orienta hacia la “poesía pura”; anhelan depurar el poema de la “anécdota
humana”, renunciar a todo tipo de emoción que no sea estrictamente artística, nacida de la
perfección formal.

El gran instrumento de este arte “puro” es la metáfora, con audacias novísimas,


deslumbrantes, que han aprendido de Ramón Gómez de la Serna y otros vanguardistas. Por
todo ello, no extraña que se les tilde de “herméticos”, de “abstractos”, de “fríos”, de
“deshumanizados” en fin.

Sin embargo, también hay influencia de lo humano a través de lo popular, presente en Libro de
poemas de Lorca (1921) y Marinero en tierra de Alberti (1924).

Paralelamente, encontramos influencia clasicista en Versos humanos de Gerardo Diego (1925-


27), Égloga, elegía, oda de Cernuda o Cal y canto de Alberti.

Todo ello desemboca en el fervor por Góngora, que, tres siglos atrás, había encontrado un
lenguaje especial para la poesía.

2ª) De 1927 a la Guerra Civil: los poetas, llegados a su plena madurez, comienzan a
sentirse un tanto cansados de aventuras formalistas. Se inicia así el conocido proceso de
“rehumanización” de su lírica, que será más rápido y neto en unos que en otros. Pero en todos
se percibe el deseo de una comunicación más íntima y cordial con el mundo y con el lector.

Y es entonces cuando irrumpe el Surrealismo, que señalaba asimismo una dirección


diametralmente opuesta a la poesía “pura”. Pasan a primer término los eternos sentimientos
del hombre. El amor, el ansia de plenitud y las frustraciones, la inquietud ante los problemas
existenciales, etc.

“Ha comenzado – dice Dámaso Alonso – una nueva época de poesía española: época de gritos,
de vaticinios, o de alucinación, o de lúgubre ironía. Una época de poesía trascendente, humana
y apasionada”.

Los tiempos (caída de la Dictadura y de la Monarquía, vicisitudes de la República) han traído


nuevas inquietudes que alientan el compromiso de los poetas. Lorca dijo: “Con Poeta en
Nueva York, un acento social se incorpora a mi obra”. Y en efecto, los acentos sociales y
políticos que clausuraron las vanguardias entran también en la poesía. Alberti, Cernuda y
Prados adoptarán una concreta militancia revolucionaria. Y, de forma más o menos activa,
todos se mostrarán partidarios de la República…

3ª) Después de la guerra: Lorca ha muerto en 1936; los demás, salvo Aleixandre,
Dámaso Alonso y Gerardo diego, parten para un largo exilio. El grupo se ha dispersado. Cada
cual sigue un rumbo poético, pero ninguno abandonará ya los caminos de una poesía humana,
cada vez más humana.

En el exilio, los temas giran en torno a la nostalgia de la patria perdida, el desarraigo… Guillén,
en 1950, en Clamor (nuevo ciclo poético) deja testimonio de las “discordancias” del mundo,
del dolor del hombre.
En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales… Hijos de
la ira (1944) e Historia del corazón son las obras más importantes.

Los poetas del 27


PEDRO SALINAS

Poética: “La poesía es una aventura hacia lo absoluto. Se llega más o menos cerca, se recorre
más o menos camino: eso es todo. La poesía es un modo de conocimiento de realidades más
profundas, una forma de acceso a la esencia de la realidad. Estimo en la poesía, sobre todo, la
autenticidad. Luego, la belleza. Después, el ingenio.” (El ingenio le permite ahondar en los
sentimientos, en las experiencias humanas, para descubrir lo que hay más allá de las
anécdotas concretas. Es decir, para acercarse a “lo absoluto.”)

“Conceptismo interior”, paradojas, observaciones insólitas, sutiles juegos de ideas,


condensación de conceptos. El lenguaje para ahondar en lo humano, fundamentalmente en el
sentimiento amoroso.

Tema: el amor, no romántico, sino prodigiosa fuerza que da plenitud a la vida y sentido al
mundo. Es enriquecimiento del propio ser y enriquecimiento de la persona amada. Es un
acontecimiento jubiloso, que hace amar la vida, decir que sí al mundo.

Métrica: aparentemente sencilla; versos cortos, casi sin rima, pero muy trabajados (gran
exactitud en las palabras). Por su apariencia austera, Lorca llamó prosías a los poemas de
Salinas.

Obras: Presagios, Seguro azar, Fábula y signo (1923-31), poesía pura.

La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936), poesía del amor.

El contemplado (1944), Todo más claro (1949), Confianza (1954), su fe en la vida lucha
con la angustia de alrededor.

JORGE GUILLÉN

Poética: “Poesía pura, pero no químicamente pura” (inhumana o simple) sino “compuesta,
compleja”, que – junto a lo estrictamente poético – incluyera “otras cosas humanas”.
Estilización de la realidad. Parte de realidades o situaciones concretas, pero para extraer de
ellas las ideas o sentimientos más quintaesenciados. (Desnudo de cuerpo, no de estatua.)

Estilo: lenguaje muy elaborado, condensado, denso. Cada frase, cada palabra, pretende
desnudar la esencia de lo que el poeta presenta. (Sustantivos=esencia, NO verbos=existencia.)

Obra: una obra como unidad orgánica, Aire nuestro, que abarca tres ciclos poéticos

Cántico (canto a la vida, a su belleza, a la plenitud de lo creado)

Clamor (testimonio de la otra cara de la vida, confusión, injusticias, miseria)

Homenaje (poemas a diferentes figuras de la historia, las artes y las letras)

GERARDO DIEGO

Hay dos direcciones en su obra:

- poesía de vanguardia, creacionismo, Imagen (1922), Manual de espumas (1924)


- poesía clásica o tradicional, de temas variados (amor, paisaje, toros, lo religioso…) en
variadas formas (romances, sonetos, cantarcillos populares…), El romancero de la novia (1918),
Versos humanos (1925), Soria (1923), Versos divinos (1938-41), Alondra de verdad (1941).

VICENTE ALEIXANDRE

La poesía más que belleza es comunicación: “no hay palabras feas o bonitas en la poesía, no
hay más que palabras vivas y palabras muertas”. Su continua preocupación será situar cada
palabra – bonita o fea – allí donde aparezca como necesaria. Su lenguaje es majestuoso,
denso, penetrante. Lo más característico de su estilo son sus metáforas visionarias, grandiosas.

Por su contenido, se observan dos etapas en su obra:

- 1ª etapa, visión pesimista del hombre: el hombre es la criatura más penosa del
universo, es solo imperfección, dolor, angustia, frágil, más vulnerable cuanto más humano. El
estado perfecto sería volver a la tierra, fundirse con la Naturaleza para participar de su gloriosa
unidad. Obras: Pasión de la tierra, Espadas como labios (1930), La destrucción o el amor (1932-
3) – la pasión amorosa se confunde con la pasión por la muerte liberadora…-, Sombra del
Paraíso (1939-43) – visión del cosmos en su gloria, antes de la aparición del hombre y, con él,
del dolor y la limitación-.

- 2ª etapa, entre 1945-53. Historia de un corazón, una nueva concepción, el hombre es


mirado ahora positivamente. Todavía sufre, pero es admirado su quehacer valiente y doloroso.
La palabra clase es ‘solidaridad’: el poeta es una conciencia puesta en pie, hasta el fin, el
hombre no está solo, el amor es una conciencia de compañía. En esta línea de profunda
humanidad se sitúan libros como En un vasto dominio y Poemas de la consumación.

DÁMASO ALONSO

Profesor, investigador, crítico, poeta. “Nada aborrezco ahora (después de la Guerra Civil) más
que el estéril esteticismo en que se ha debatido desde hace más de medio siglo el arte
contemporáneo. Hoy es solo el corazón del hombre lo que me interesa: expresar con mi dolor
o con mi esperanza el anhelo o la angustia del eterno corazón del hombre. Llegar a él por
caminos de belleza o a zarpazos”.

Obras: 1) Poesía pura, pureza que radica en su sencillez, su transparencia, su ingenuidad. Tema
religioso, forma cuidada. Poemas puros, poemillas de la ciudad (1918-21), El viento y el verso
(1923-4). 2) Poesía desarraigada, que es grito de protesta, queja contra la crueldad, el odio, la
injusticia, contra la podredumbre que el poeta tiene en torno, y son preguntas a Dios sobre el
sentido de la vida y sobre la mísera condición del hombre. Por debajo de todo ello alienta un
desbordado amor a la vida. Combina ira y ternura. Versículos, ideas paralelas, lenguaje
desgarrado, alucinante, brutal incluso. Oscura noticia (1944), Hombre y Dios (19559, Gozos de
la vista.

RAFAEL ALBERTI

Su poesía presenta una gran variedad de temas, tonos y estilos: poesía pura, humor, angustia,
compromiso político…

En sus primeros libros aparecen lo popular (Marinero en tierra, 1925, nostalgia de su tierra
natal, las salinas, el mar, deseo de evasión de Madrid, la forma lírica popular) y lo culto (Cal y
canto,1926-7, con influencia gongorina, sonetos, tercetos, romances cultos, deseo de
encontrar la lengua poética).
Más tarde, hay una ruptura con la tradición, se acerca al surrealismo: Sobre los ángeles, 1927-8
(técnica: imágenes libres, versículo; tema: el poeta, expulsado de un ‘Paraíso perdido’, errando
por un mundo caótico y sin sentido, con el alma vacía y el cuerpo deshabitado, rodeado por
ángeles que simbolizan la crueldad, la tristeza, la desesperanza, la muerte…).

Después de 1931, poesía política (El poeta en la calle, De un momento a otro, Entre el clavel y
la espada. Es una poesía de urgencia, menos atenta a la calidad estética, a veces panfletaria) y
nostalgia de la patria perdida (Retorno de lo vivo lejano).

FEDERICO GARCÍA LORCA

Poética. Ser poeta es combinar inspiración y trabajo consciente. “La inspiración da la imagen,
pero no el vestido. Y para vestirla hay que observar la cualidad y la sonoridad de la palabra”.

En su poesía conviven lo humano y lo estéticamente puro. También lo popular y lo culto.

Obras: Libro de poemas (1921), influencia de Bécquer, del modernismo de Machado, de JRJ.
Contenido variado, hondo malestar, evocación de la infancia…

- Canciones, heterogéneo, poesía pura, vanguardismo, brillantez y hasta frivolidad. Nostalgia


de la niñez y de la pureza; también sensibilidad para los temas trágicos.

- Poemas del cante jondo, la Andalucía del llanto. Libro lleno de dolor y muerte.

- Romancero gitano (1928). Inclinación a la comprensión de los perseguidos… Tema del destino
trágico. Hay un solo personaje, que es la ‘pena que se filtra’. Estallan en este libro unas
tremendas ansias de vivir que topan con la imposibilidad de hacerlo. (¿Proyecta Lorca sus
propias obsesiones?). Mezcla lo culto con lo popular. Metáfora audaz…

- Poeta en Nueva York (1929-30). Aquel mundo=geometría y angustia. Temas: el poder del
dinero, la esclavitud del hombre por la máquina, la injusticia social, la deshumanización… Un
acento social se incorpora a su obra: gritos de dolor y de violenta protesta. La soledad, la
angustia, el corazón malherido del poeta ha sintonizado con millones de corazones
malheridos.

- Diván del Tamarit, inspirado en poesía arábigo-andaluza. Poemas íntimos doloridos.

LUIS CERNUDA

Al principio, como el resto del grupo, poesía pura, imitación de formas clásicas, surrealismo…
Después, fuera de modas: estilo, rechaza ritmos muy marcados, busca el versículo largo o el
verso encabalgado, el lenguaje brillante y rico en imágenes; temas, el divorcio entre el anhelo
de realización personal y el mundo que le rodea, choque entre la realidad y el deseo, ansia de
belleza perfecta, el amor, nostalgia de España al final…

Obra: La realidad y el deseo, título común que expresa el conflicto medular de su vida y de su
creación poética. Varios ciclos: Perfil del aire, 1924-27, poesía pura, tono adolescente. Égloga,
elegía, oda, de corte clásico. Un río, un amor y Los placeres prohibidos, influencia del
surrealismo. Donde habite el olvido, 1932-3, línea más personal, de sinceridad desgarrada.
Invocaciones, poemas largos y memorables. Las nubes, Como quien espera el alba, Vivir sin
estar viviendo, Con las horas contadas, Desolación de la quimera, desde el exilio, nostalgia,
amargura, el paso del tiempo…

Otras obras: Ocnos, 1942; Variaciones sobre tema mexicano e Historial de un libro.

También podría gustarte