GENERACION 27 Miguel HernáNdez
GENERACION 27 Miguel HernáNdez
GENERACION 27 Miguel HernáNdez
POESÍA
Se denomina Generación del 27 ,también conocida como Generación de Plata, a un grupo de poetas y
escritores españoles que comenzaron a brillar dentro del panorama literario a partir de 1920.La
denominación se asignó a partir del homenaje que algunos de sus miembros rindieron a Luis de
Góngora en Sevilla para el tercer centenario de su muerte en diciembre de 1927.
Este grupo de poetas fue capaz de asimilar la tradición literaria e integrarla con los movimientos de
vanguardia vigentes en aquella época. Pese a sus diferencias literarias, estos poetas mostraban inquietudes
y gustos estéticos afines, también tenían una estrecha relación de amistad.
La Generación del 27 surge en un contexto de continuos cambios sociales y políticos. En pocos años se
dieron acontecimientos muy dispares en el país.
Los autores que tradicionalmente se asocian a esta generación son: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo
Diego, Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Emilio Prados, Rafael Alberti, Luis
Cernuda y Manuel Altolaguirre. Aunque el grupo puede ser más extenso.
Procedían de la alta burguesía y la mayoría se encontraron en la Residencia de Estudiantes de Madrid,
donde coincidieron con artistas como Salvador Dalí o Luis Buñuel. Colaboraron en las mismas revistas:
La Gaceta Literaria (Ernesto Giménez Caballero)
Cruz y Raya (José Bergamín)
Litoral (Manuel Altolaguirre y Concha Méndez)
Revista de Occidente (Ortega y Gasset)
Octubre (Rafael Alberti) y otras.
Resulta muy difícil establecer una nómina exacta de los miembros de la Generación del 27. Sus
componentes más conocidos son Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García
Lorca, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Rafael Alberti. También se añaden
Manuel Altolaguirre y Emilio Prados. Algunos estudiosos incluyen también a Miguel Hernández,
como epígono, pero la mayoría lo enclavan en la Generación del 36.
Dentro del Grupo del 27 existieron, crearon y triunfaron una generación de mujeres pintoras, poetas,
novelistas, ilustradoras, escultoras y pensadoras, de inmenso talento que gozaron de éxito nacional e
internacional, pero que han sido borradas de la historia oficial. Este grupo de mujeres son conocidas
como las sinsombrero: María Zambrano, Rosa Chacel , María Teresa León...
OTRAS DENOMINACIONES
Este grupo de poetas también recibió otros nombres más o menos afortunados: Generación de poetas-
profesores (puesto que muchos de sus autores se dedicaron a la docencia). También fueron conocidos
como Generación de la amistad (por las relaciones que entablaron muchos de ellos en la Residencia de
Estudiantes de Madrid). Otro nombre fue el de Nietos de Góngora (por la admiración que profesaban a
este poeta clásico). O el poco apropiado Generación de la Dictadura (pues muchos de sus componentes
vivieron y algunos murieron en el exilio).
RASGOS COMUNES
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La generación del 27: características, autores y obras. Miguel Hernández. POESÍA
A pesar de la fuerte personalidad de cada poeta, desde el principio mostraron inquietudes y gustos
comunes que les diferenciaban de los otros escritores del momento.
Todos son de edades similares. Tienen una gran cultura literaria y curiosidad intelectual y, su origen
familiar acomodado les permite dedicarse a la poesía. Al comenzar el año 1927, fecha clave para la
generación, Pedro Salinas, el mayor, tiene 36 años, y Manuel Altolaguirre, el menor, 22.
Trabaron amistad entre ellos, sobre todo en Madrid, ciudad en la que todos residieron o pasaron
largas temporadas. La relación personal se dio fundamentalmente en la Residencia de Estudiantes en la
que también estuvieron entre otros, Emilio Prados, García Lorca, Alberti, el pintor Salvador Dalí y el
cineasta Luis Buñuel. La Residencia fue el lugar de encuentro y formación cultural, pues en ella, se
llevaron a cabo muchas conferencias, conciertos, etc. Representaba una educación liberal y laica frente a
la tradicional enseñanza religiosa.
En conjunto, mantuvieron actitudes liberales en política y, salvo Gerardo Diego, durante la Guerra
Civil, apoyaron la República.
Reconocieron como maestros a Juan Ramón Jiménez y a Ortega y Gasset (sobre todo en su
primera etapa)
Crearon un lenguaje generacional, a pesar de las variantes personales. Así, todos conceden
importancia al estilo, cultivan la metáfora y consideran la poesía en su vertiente estética; es decir, como
manifestación autosuficiente e intrascendente, no como medio de expresión de problemas morales,
sociales o biográficos. Esta concepción sigue la línea de Ortega, expuesta en La deshumanización del
arte.
- Entre los clásicos, estudiaron y homenajearon a Manrique, Garcilaso, Fray Luís de León, san
Juan de la Cruz, Quevedo, Lope de Vega, y sobre todo a Góngora, el maestro del arte de la
metáfora.
- De la literatura popular, valoran sobre todo el Cancionero, el Romancero y las cancioncillas
populares. La poesía de Lorca, Alberti y Gerardo Diego, muestra el intenso influjo de la tradición
popular.
- De la poesía cercana destaca el interés por Bécquer, Rubén Darío y, sobre todo, por Juan
Ramón Jiménez. La poesía pura o desnuda se convierte en modelo de casi todos, sobre todo en
gran parte de la obra de Salinas y de Guillén.
Aunque cada componente del grupo evoluciona de forma distinta, se pueden diferenciar tres periodos,
impuestos por las condiciones históricas que les marcaron profundamente:
Etapa inicial, hasta 1927: POESÍA PURA Y NEOPOPULARISMO Tras las primeras obras
en las que encontramos aún cierta influencia de Bécquer y de los modernistas, se impone el ideal
de poesía pura de Juan Ramón Jiménez y la influencia vanguardista. Se depura el poema de
todo lo anecdótico, de toda emoción que no sea puramente artística, haciendo una literatura que
"tiene a la masa en contra suya, y la tendrá siempre. El primer Cántico de Guillén o Seguro
azar de Salinas son buena manifestación de este proceso deshumanizador.
Al mismo tiempo coexiste una poesía neopopular, por ejemplo en Lorca, Alberti y Gerardo
Diego. Lo "humano" les influye, sobre todo a través de la lírica popular (Alberti-Lorca-Diego). El
llamado neopopularismo se transmite en ellas por una doble vía: la oral y la literaria. Pertenecen
al neopopularismo las primeras obras de Diego, El romancero de la novia, Alberti, Marinero en
tierra; al igual que García Lorca con su Romancero gitano.
La sed de perfección formal los lleva al clasicismo, sobre todo de 1925 al 27. Incluso podemos
hablar de una fase "gongorina", como Perito en lunas de Miguel Hernández.
Pasan a primer término nuevos temas, más humanos: el amor, el deseo de plenitud, las
frustraciones, las inquietudes sociales o existenciales... De la producción poética de los autores
del 27 en la órbita de este movimiento, deben destacarse
Tras la Guerra Civil: Este conflicto bélico supuso el asesinato de Lorca y el exilio de la
mayoría de poetas (Salinas, Guillén, Alberti y Cernuda). En esta etapa puede considerarse
deshecho el grupo, aunque mantuvieron la amistad y crearon obras importantes. Los desterrados
tratan en numerosas ocasiones el tema del exilio, es decir, la nostalgia de la patria y la protesta
por la situación política.
En España quedaron Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, en lo que ellos han denominado
exilio interior, por el sentimiento de desarraigo, que se convertirán en el punto de partida de la
poesía de posguerra. Junto a ellos, se mantuvo en España Gerardo Diego, el único que se inclinó
hacia el bando franquista, quien se refugió en una literatura religiosa y clasicista.
En general, se considera que acaba el grupo en los años 1963-64, tras la muerte de Salinas,
Altolaguirre, Prados y Cernuda, ocurridas entre 1951 y 1963.
TEMAS HABITUALES
La naturaleza: La naturaleza que aparece en sus poemas es la cotidiana, la que puede “verse
desde la ventana”, dice Dámaso Alonso. Aparece también una naturaleza asociada a los recuerdos
del poeta. Lo que se conoce como “los paraísos perdidos” y la nostalgia asociada a su tierra natal
(Alberti, en “Marinero en tierra”)
El amor: En el tratamiento del amor aparecerá el erotismo como aspecto más característico. El
amor se presentará sin inhibiciones sexuales en Cernuda (“Los placeres prohibidos” y “La
realidad y el deseo”). Los grandes poetas amorosos son Salinas (“La voz a ti debida”, “Razón
de amor” y “Largo lamento”) y Aleixandre (“La destrucción o el amor”). García Lorca
también hizo del amor uno de los temas centrales de su poesía y de su teatro, pero
habitualmente ese sentimiento estaba unido al de la muerte y el destino trágico.
El compromiso político : Antes de 1936 la mayoría de los autores evitaron escribir poesía social
y política, sin embargo, durante la Guerra Civil, la práctica totalidad de los autores se dedicó a la
literatura de combate, defendiendo su ideología( “El poeta en la calle” de Alberti en 1938)
Es tras la Guerra Civil cuando la mayor parte de los componentes de la Generación, toman
conciencia de su situación en el mundo, desde el exilio y ante la muerte y el dolor. También
aparece esta preocupación en los poetas del exilio interior, Dámaso Alonso (“Hijos de la ira”) y
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La generación del 27: características, autores y obras. Miguel Hernández. POESÍA
La soledad: Emilio Prados es el poeta que mejor representa esta imagen del desarraigo entre el
hombre y el mundo. La soledad es también el tema central en la obra de Luis Cernuda, soledad
que se origina ante el fracaso del deseo (“Donde habite el olvido”)
La muerte: En el siglo XX, el hombre se enfrenta a la muerte como a una bestia invencible, o
como a un misterio insondable, siempre con perplejidad y temor. Para Cernuda, la muerte se
identifica con el olvido. Pero es indudablemente, García Lorca, el poeta de la lucha diaria y
cotidiana con la muerte. (“Romancero gitano”, “Poeta en Nueva York”) Su fusilamiento fue
una confirmación de un destino trágico muchas veces anticipado en su poesía, y representado en
el drama interior de sus personajes teatrales.
Estas son las corrientes en las que cabe situar a los poetas más relevantes del grupo, cada uno
en su momento y a su modo, ya que no todos participaron de todas ellas.
Neopopularismo La poesía neopopular se inspira en la lírica tradicional castellana cantada
por el pueblo español desde tiempos antiguos: el romancero, los villancicos y las canciones.
Aunque esta tendencia fue cultivada por varios autores de la Generación, los grandes
maestros son dos andaluces Lorca y Alberti que representarán en su poesía dos Andalucías
bien diferentes. Andalucía la alta, la de interior, trágica y opresiva de olivares y serranías, en
el caso de Lorca; y Andalucía la baja, la luminosa y alegre de las costas en el caso de Alberti.
Federico García Lorca (1898-1936) es seguramente el poeta más conocido del grupo.
Aunque también cultivó el surrealismo buena parte de su poesía y de su teatro es de corte
neopopular. De entre la obra de corte neopopular de Lorca destacan Romancero gitano, obra
en lo que neopopular se funde con lo vanguardista (1928) y El poema del cante jondo.
Rafael Alberti (1902-1999) inicia su andadura poética, en la misma línea popular que Lorca.
Su inspiración en el cancionero de tradicional dicta sus obras de corte neopopular: Marinero
en tierra (1925) en la que expresa su nostalgia del Puerto de Santa María y con la que ganó
el Premio Nacional de poesía y La amante .En ellas se combinan, una vez más lo culto y
lo popular.
Poesía pura: Llamamos poesía pura a la que huye del sentimentalismo, lo anecdótico y lo
narrativo. En el poema no debe quedar nada accesorio. Entre los máximos representantes del
27 de esta tendencia hay que destacar a Jorge Guillén (Cántico) y a Pedro Salinas. Salinas
(1891-1951) es otro de los pilares de la poesía pura, ello queda suficientemente demostrado
en La voz a ti debida (1933), un extenso poema amoroso, repartido en fragmentos sin
numerar.
Surrealismo: Del influjo del Surrealismo nacen algunas de las máximas creaciones del 27.
Baste recordar Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, Sobre los ángeles,de
Rafael Alberti y La realidad y el deseo, de Cernuda.
Vicente Aleixandre ,Premio Nobel de Literatura en 1977, fue, sin duda, el gran poeta
surrealista de la generación, el que mayor influencia acusó de esta vanguardia. Sus dos
grandes libros surrealistas son Espadas como labios (1932) y La destrucción o el amor
(1935). Su poesía se caracteriza por la inclusión constante de imágenes irracionales y la
utilización del versículo y el verso libre.
MIGUEL HERNÁNDEZ
Es considerado como un poeta puente entre el grupo poético del 27 y la poesía de posguerra.
La vida y obra de Miguel Hernández, trágicamente truncadas por las secuelas de la guerra, sirven de
puente entre dos etapas de la poesía española: de una parte, su precocidad y sus contactos con el grupo
del 27 hicieron que Dámaso Alonso lo llamara “genial epígono” de aquellos poetas; de otra parte, por
edad, se le incluye a veces en la generación del 36 (la de Celaya, Rosales…); en fin su obra ha estado
muy presente en las promociones siguientes.
Trayectoria poética
Aunque también escribió teatro, es su producción lírica la que ha convertido a Miguel Hernández, en
uno de los escritores más célebres del siglo XX en nuestro país. Podemos decir que su creación poética
se define por las siguientes constante presentes en todos sus poemarios.
• Popularismo y apego a la tierra: lo rural y lo natural está siempre presente en su
poesía.
• Intensidad emocional. Un tono apasionado y una voz fuerte que, en ocasiones, han
jugado en su contra, llevando a algunos críticos a minusvalorar su poesía.
• Uso y dominio de formas métricas tradicionales como el soneto, la octava real, el
terceto, el romance.
• Abundancia y originalidad en el uso de metáforas.
1. La primera etapa del autor se inicia con Perito en Lunas (1933) Se trata de un
conjunto de 42 octavas reales y refleja la influencia de distintos poetas, pero el que
destaca por encima de todos es Góngora. Se aprecia en la métrica del poema (la
octava real) y en el gusto por la metáfora, para la que también bebe en las fuentes
del simbolismo y las vanguardias.
El poeta sufre constantemente por la amada, en este y otros sentidos, se puede ver
en el libro la influencia de la poesía cancioneril del siglo XV. El libro se compone,
sobre todo, de sonetos. Este molde clásico tan riguroso favorece la síntesis entre el
desbordamiento emocional y la fuerza de la palabra.
Pero, aparte de los sonetos, la gran composición del libro es la inolvidable “Elegía a
Ramón Sijé”, escrita en tercetos encadenados y que componen una de las más
impresionantes elegías de la lírica española y, acaso, el más alto poema de amistad
que se ha escrito.
3. Durante la Guerra Civil, Miguel, como otros, somete su fuerza creadora a sus fines
más inmediatos. Así aparece Viento del pueblo (1937), con el que se inicia una
etapa de poesía comprometida. Con este libro quiere expresar que la poesía es la
esencia misma del pueblo y tiene su raíz en la tierra y que el poeta devuelve su
poesía a su destinatario, el pueblo. Entre cantos épicos, arengas, poesías de combate,
destacan poemas de nítida preocupación social. Finalmente, en la cárcel compone
la mayor parte del Cancionero y romancero de ausencias, en el cual depura
nuevamente su expresión. Otra vez nos habla del amor: ahora del amor a la esposa e
hijo (y es de nuevo un amor frustrado por la separación). Otros temas son su
situación de prisionero y las consecuencias de la guerra.
De esta época son otros poemas entre los que destaca las Nanas de la cebolla, una
canción de cuna estremecedora.
Significación
La trayectoria de Miguel Hernández es representativa de la evolución de aquellos años: comparte con los
poetas del 27 ciertas tendencias, y como ellos, se aleja del arte deshumanizado. Por ello y por su
contribución a una poesía social abrió el camino de la poesía de posguerra.