Este documento describe la adoración como un estilo de vida. Resalta que debemos adorar a Dios en todo momento, no solo los domingos o cuando nos sentimos bien. Incluye varios ejemplos bíblicos como Job, David y Pablo y Silas que alabaron a Dios a pesar de las dificultades. El objetivo es que aprendamos a acercarnos a Dios con alabanza y acción de gracias en todas las circunstancias.
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Este documento describe la adoración como un estilo de vida. Resalta que debemos adorar a Dios en todo momento, no solo los domingos o cuando nos sentimos bien. Incluye varios ejemplos bíblicos como Job, David y Pablo y Silas que alabaron a Dios a pesar de las dificultades. El objetivo es que aprendamos a acercarnos a Dios con alabanza y acción de gracias en todas las circunstancias.
Este documento describe la adoración como un estilo de vida. Resalta que debemos adorar a Dios en todo momento, no solo los domingos o cuando nos sentimos bien. Incluye varios ejemplos bíblicos como Job, David y Pablo y Silas que alabaron a Dios a pesar de las dificultades. El objetivo es que aprendamos a acercarnos a Dios con alabanza y acción de gracias en todas las circunstancias.
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LA ADORACION COMO ESTILO DE VIDA
La adoración es más que una canción, es más que un
sentimiento, es más que una actitud, es más que un hecho, la adoración es un estilo de vida.
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza
estará de continuo en mi boca.” Salmo 34:1
“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de
él, sacrificio de alabanza . . .” Hebreos 13:15a
Este versículo no dice “ofrezcamos los domingos a
Dios”, dice ofrezcamos siempre a Dios. Debemos aprovechar bien el tiempo alabando y adorando a Dios, cuando nos despertemos, cuando vayamos al trabajo, cuando estemos conduciendo, cuando estemos limpiando la casa, cuando estemos fregando los cacharros, cuando tengamos problemas, cuando estemos en la iglesia, cuando nos vayamos a la cama . . . Alabemos y adoremos a Dios siempre. Que la alabanza y la adoración formen parte de nuestros pensamientos, de nuestras palabras, de nuestras canciones y de nuestro vivir.
El cristiano y el león
Seamos sinceros con nosotros mismos ¿cuánto
tiempo pasamos al día pidiendo cosas a Dios? . . . ¿cuánto tiempo pasamos dándole gracias, alabándole y adorándole? . . .
Nos levantamos por la mañana y lo primero que
solemos hacer es orar: “Señor, guárdame en este día, bendice a mi familia, suple nuestras necesidades . . .”. Cuando estamos en el trabajo también le pedimos a Dios que nos ayude, después llegamos a casa y pedimos a Dios que El bendiga nuestros alimentos y cuando acaba el día y nos vamos a la cama, pedimos que Dios nos dé buenos sueños y nos proteja. Con estos ejemplos, podemos comprobar que hemos pasado el día pidiendo, pidiendo y pidiendo a Dios. No tengo nada en contra de la oración de petición, Dios quiere que le pidamos, pero no debemos olvidar que El también quiere que le alabemos y adoremos siempre.
“Ellos, después de haberle adorado, volvieron a
Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.” Lucas 24:52-53
Este pasaje no dice que los discípulos estaban
siempre en el templo pidiendo, dice que estaban siempre alabando y bendiciendo a Dios. No debemos esperar al domingo para alabar y adorar a Dios, ahora es el tiempo para adorarle, ahora es el tiempo para bendecirle.
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad.” Juan 4:23
Alabemos y adoremos a Dios en todo momento y
podremos experimentar la plenitud de gozo que hay en su presencia (Sal. 16:11 / Lc. 24:52), alabemos y adoremos a Dios siempre y el Señor añadirá cada día a la iglesia los que han de ser salvos (Sal. 40:3 / Hch. 2:47).
Para terminar este apartado me gustaría contar una
historia muy graciosa, pero muy significativa: Un cristiano iba por la selva y de repente se encontró con un león hambriento, el cristiano nada más ver al león salió corriendo, el león cuando lo vio empezó a perseguirle hasta que el cristiano se quedó sin fuerzas y arrodillándose oró diciendo: “Señor, te pido que toques a este león, que llegue a ser un buen cristiano.” El león de repente se arrodilló delante del cristiano y dijo: “Señor, te alabo y te doy gracias por estos alimentos que voy a tomar.” El cristiano estaba un poco enfadado y cuando llegó al cielo le dijo a Dios: “Señor, yo fui un buen cristiano y cuando oré no me contestaste.” El Señor, mirándole con amor, le dijo: “Hijo mío, cuando tú te acercaste a mí, te acercaste con petición, pero cuando el león se acercó a mí, se acercó con alabanza y acción de gracias.” Aprendamos del león de la historia, vayamos a Dios con alabanza y acción de gracias.
El libro de los salmos nos muestra muy claramente lo
que acabamos de ver, debemos acercarnos a Dios con acción de gracias, alabanza y adoración.
“Lleguemos ante su presencia con alabanza;
aclamémosle con cánticos . . . Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.” Salmo 95:2 y 6
“Entrad por sus puertas con acción de gracias, por
sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre.” Salmo 100:4
¡Despierta y vístete de alabanza!
Muchos de nosotros cuando nos levantamos por la
mañana nos levantamos quejándonos, de mal humor y, algunas veces, nos levantamos como si nos estuviesen matando, “Oh no, otro lunes, ¡AAAAAY!”. Sin embargo, la primera cosa que debemos decir cuando nos levantamos de la cama por la mañana es: “Este es el día que hizo el Señor me gozaré y alegraré en él. ¡Aleluya!” (Sal. 118:24).
En vez de levantarnos como si nos estuvieran
matando, debemos levantarnos con alabanza y nuestra alabanza a Dios creará una atmósfera alrededor de nosotros donde podremos experimentar el amor de Dios, su gracia y su poder.
“El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me
ha ungido el Señor . . .para conceder que a los que lloran en Sion se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido . . .” Isaías 61:1a y 3 (La Biblia de las Américas)
Recordemos que si alabamos a Dios por la mañana,
vamos a ver su gloria a lo largo del día. ¡El manto de alabanza nos sienta muy bien! ¡No olvidemos ponérnoslo!
Alabando a Dios a medianoche
“A medianoche me levanto para alabarte por tus
justos juicios.” Salmo 119:62
Va a haber momentos de oscuridad en nuestras vidas
en los que tendremos que levantarnos en el nombre de Jesús y alabar a Dios no importando como nos podamos sentir, esto es a lo que la Biblia llama sacrificios de alabanza.
“Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al
Altísimo.” Salmo 50:14
“Ofrezcan sacrificios de alabanza, y publiquen sus
obras con júbilo.” Salmo 107:22
“Te ofreceré sacrifico de alabanza, e invocaré el
nombre de Jehová.” Salmo 116:17
Ofrecer a Dios sacrificios de alabanza es alabar y
adorar a Dios en situaciones adversas y cuando no tenemos ganas de hacerlo.
Debemos recordar que no alabamos a Dios porque
nos sentimos bien, alabamos a Dios porque El es digno.
Tenemos una persona en el Antiguo Testamento que
cuando pasó por un momento muy difícil en su vida ofreció a Dios sacrificios de alabanza. Job perdió sus bienes y sus hijos ¿Cuál hubiera sido nuestra respuesta en una situación así? . . . ¿Cuál fue la respuesta de Job?
“Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró
su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” Job 1:20-21
Para Job la alabanza y la adoración eran un estilo de
vida, por eso, en su adversidad pudo decir: “Bendito sea el nombre de Jehová”
También para el rey David la alabanza y la adoración
eran un estilo de vida y en momentos difíciles pudo alabar y adorar a Dios.
“Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí,
entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró . . .” II Samuel 12:19-20
En el Nuevo Testamento tenemos el ejemplo de Pablo
y Silas cuando son arrojados a la cárcel.
“Después de haberles azotado mucho, los echaron en
la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.” Hechos 16:23-26
La mayoría de nosotros en una situación similar nos
hubiésemos quejado y deprimido. Me imagino que nos hubiésemos hecho las típicas preguntas: ¿Qué pecado he cometido para acabar en este calabozo? ¿Por qué estoy sufriendo si Dios está conmigo? . . .
Pablo y Silas no se sentían bien, habían sido azotados
y posiblemente, sus espaldas estaban ensangrentadas, sin embargo, todo esto no les impidió que sacrificaran a Dios alabanza. De igual forma, nosotros debemos alabar y adorar a Dios a pesar de las circunstancias adversas.
Debemos recordar que la alabanza no está basada en
lo que sentimos ni en las circunstancias que nos rodean, la alabanza está basada en Dios, por eso Pablo y Silas pudieron cantar himnos. Cuando Pablo y Silas se pusieron a cantar no lo hicieron en voz baja porque no cantaban para ellos mismos, estaban cantando para Dios y no les importaba lo que pudieran decir los otros presos, oraron y cantaron en voz alta porque la Biblia dice que “los presos los oían” (Hch. 16:25).
El poder de Dios se manifestó sacudiendo cimientos,
abriendo puertas y soltando las cadenas de los presos. Dios pudo obrar de esta manera porque Pablo y Silas oraron y alabaron a Dios, Dios se manifiesta en este tipo de ambiente, Dios nos muestra su gloria cuando le alabamos a pesar de las situaciones que estemos atravesando.
Cuando llevaban el arca de Dios a Jerusalén, el rey
David saltaba y danzaba con toda su fuerza delante de Jehová (II S. 6:14 y 16), a David no le importaba lo que pudiesen decir de él, normalmente los hombres no bailaban por las calles y mucho menos el rey, pero David tenía puesta su mirada en Dios, lo hacía porque amaba la presencia de Dios y aunque fue menospreciado por Mical, su mujer, fue honrado por Dios, por eso pudo decir:
“Danzaré delante de Jehová. Y aun me haré más vil
que esta vez, y seré bajo a tus ojos; pero seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado.” II Samuel 6:21b-22
En el Salmo 50:23 podemos leer:
“El que sacrifica alabanza me honrará.”
Teniendo en cuenta que Dios honra a los que le
honran (I S. 2:30), si sacrificamos a Dios alabanza, estaremos honrando a Dios y si honramos a Dios, El nos va a honrar. “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza . . .” Hebreos 13:15a
¿Qué honra preferimos, la honra de Dios o la de los
hombres? . . . El rey Saúl no buscaba la honra de Dios ni deseaba agradarle, por eso cuando desobedece a la Palabra que Dios le había dado declara lo siguiente:
“Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante
de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel . . .” I Samuel 15:30a
Saúl buscó la honra de los hombres y todos sabemos
su triste final, David buscó la honra de Dios y se convirtió en el hombre conforme al corazón de Dios, la alabanza para David era un estilo de vida y amar a Dios, alabarle y adorarle era su gran pasión. Busquemos la honra de Dios, alabémosle y adorémosle siempre, El es digno.
Una perspectiva positiva
No importa la situación que estemos atravesando, la
alabanza va a hacer que miremos a la situación desde una perspectiva diferente, desde una perspectiva positiva.
Muchas veces, miramos el problema y cuanto más le
miramos ¡más grande se hace! Un día escuché un frase muy interesante: “Deja de hablar a Dios de lo grande que es tu montaña y empieza a hablar a la montaña de lo grande que es tu Dios.” Cuando proclamamos la grandeza de Dios en alabanza y en adoración todo lo demás, incluyendo nuestras montañas, parece pequeño, nuestra situación no ha cambiado, la montaña puede que siga allí, pero la alabanza ha traído una nueva perspectiva a nuestras vidas, una perspectiva positiva. La alabanza nos da alas para que podamos volar por encima de toda situación, problema y montaña. La alabanza nos da alas para que podamos ir a la presencia de Dios y morar donde El habita: la alturas.
La alabanza nos lleva a las alturas, a la presencia de
Dios, y desde esa posición elevada es mucho más fácil creer, orar e interceder.
La alabanza quita nuestros ojos de nosotros mismos
y de la situación que nos rodea y hace que levantemos nuestra mirada a Dios.
La alabanza hizo que Pablo y Silas no miraran lo que
les rodeaba y pusieran su vista en Dios. Al poner su vista en Dios su fe se fortaleció y la respuesta no tardó en llegar.
La Biblia nos dice en Romanos 4:20 hablando de
Abraham:
“Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de
Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.”
¿Cómo se fortaleció en fe? Dando gloria a Dios.
Nuestra fe se fortalece cuando en medio de un problema damos gloria a Dios.
Cuando alabamos y adoramos a Dios vemos todo
problema y situación desde una perspectiva positiva, dejamos de ver nuestro gran problema y empezamos a ver nuestro gran Dios. ¡Aleluya!