FX de Platillos Tibiales
FX de Platillos Tibiales
FX de Platillos Tibiales
DIAGNOSTICO
RADIOGRAFIA
RADIOGRAFIA SIMPLE AP Y LATERAL DE RODILLA
SOSPECHA ALTA RX OBLICUAS
VISTA EN ROTACION INTERNA SI TIENE INESTABILIDAD
POSTELATERAL
CON TRACCION (PASIVA) COLAPSO AXIAL
10 GRADOS DE INCLINACION HACIA CAUDAL PARA VER EL PLATILLO
MAS
DEFINIR LA CONGRUENCIA ARTICULAR
Tratamiento
Habitualmente, el tratamiento de la fractura de platillos tibiales es quirúrgico, seguido de
una movilización articular precoz y una descarga de peso. Sin embargo, la decisión para
optar entre un manejo quirúrgico y conservador, debe basarse no tan sólo en el patrón de
fractura, sino que también, en la condición del paciente, su demanda física, el estado de las
partes blandas y de la superficie articular.
Dentro de las indicaciones quirúrgicas habituales, descrita por Schatzker el año 1975 11
encontramos:
Escalón articular ≥ 2 mm
Ensanchamiento > 5 mm
Traslación Metafisio-Diafisaria > 1 cm
Angulación > 10º en el plano coronal (varo/valgo) o sagital
Fractura expuesta
Síndrome Compartimental asociado
Lesión Ligamentaria asociada, que requiera cirugía
Fractura asociada de tibia o fíbula ipsilateral
Las principales contraindicaciones quirúrgicas son:
Paciente con comorbilidad que contra indique cirugía
Paciente que no sea capaz de seguir un protocolo de rehabilitación
Complicación de partes blandas
Los objetivos, en orden de importancia, del tratamiento quirúrgico para permitir rango
articular precoz son:
Restaurar el alineamiento
Estabilizar la articulación
Restituir la superficie articular
Reparar lesiones de tejidos blandos
Opciones de Tratamiento
No Quirúrgico
Frecuente en lesiones de baja energía y, mayormente, en pacientes con comorbilidades que
contra indiquen una cirugía, postrados y sin o con mínimo desplazamiento del rasgo de
fractura. Para optar por un manejo ortopédico, es de vital importancia la estabilidad de la
articulación para el pronóstico del resultado. Así, menos de 10º de inestabilidad de
varo/valgo se considera aceptable. Idealmente, utilizar una órtesis articulada de rodilla por
un período de 8 a 12 semanas y mantener en descarga por 6-8 semanas, para prevenir el
desplazamiento.
Quirúrgico
Fijador Externo
Principalmente utilizada cuando no hay compromiso de tejidos blandos
El fijador externo, permite a la cubierta cutánea recuperarse del trauma inicial,
proveyendo mayor estabilidad que un yeso, facilitando la monitorización de ésta, la
obtención de imágenes (TAC o RNM) y los cuidados por personal de enfermería. *
Como principio general se debe fijar en flexión de 20 a 30º, con tracción axial
suficiente para que la ligamentotaxis, que reduce la traslación metafisio-diafisaria
en ambos planos, sea suficiente.
La principal indicación es como parte de un manejo escalonado en paciente que
hayan sufrido un accidente de alta energía y/o que presenten un patrón de fractura
inestable, ambas condiciones pueden comprometer la cubierta cutánea de manera
progresiva que inclusive puede determinar la necesidad de colgajos para su
cobertura definitiva, situación que disminuye utilizando el fijador externo.
Reducción Abierta y Fijación Interna
Previo a mencionar los abordajes, vamos a tener las siguientes consideraciones generales:
Utilizar mesa radiolúcida.
Aparato de rayos con inclinación caudal de 10-15º en proyección AP (slope tibial).
Uso de Isquemia por elevación (rosada).
Evaluación intraoperatoria del eje mecánico (método del cable de electrobisturí).
Evaluación de la estabilidad de la rodilla posterior a la fijación (lesión
ligamentaria).
Abordaje Antero-Lateral
Es el abordaje más común.
Con el paciente en supino, con lo necesario para otorgar 20 a 30º de flexión y así
ayudar a la reducción
la incisión se centra sobre el Tubérculo de Gerdy en forma de “S” alargada o “palo
de hockey”. Figura 2.
El fragmento elevado, se reduce con agujas Kirschner en forma transitoria. Figura 3.
Abordaje Postero-Medial
También conocido como abordaje de Lobenhoffer
Se utiliza para sintetizar rasgos del platillo medial. Con el paciente en supino, en
posición de “figura de 4”, se realiza una incisión longitudinal recta sobre el aspecto
posterior del borde tibial. El rasgo de fractura se reduce con una maniobra de
extensión y valgo. Algunos rasgos de fractura posteromediales, pueden ser resueltos
mediante este abordaje, utilizando una variedad de placas, anatómicas o no, que
deben contrarrestar el cizallamiento (butress plating). Figura 4. En los casos de
fracturas bicondíleas, se fija primero el rasgo posteromedial, para así otorgar una
columna medial estable y permitir la reducción del platillo tibial lateral a través de
un abordaje antero-lateral.
Abordaje Posterior
Utilizado habitualmente para los rasgos coronales posteriores.
Con el paciente en prono y la rodilla en semiflexión de 10 a 15 grados, la incisión
comienza 12 cm distal al pliegue poplíteo, en el borde medial del gastrocnemio y
continúa proximalmente lateralmente al tendón semitendinoso. Una vez que la
incisión llega a la fosa poplítea, se extiende hacia lateral, configurando una incisión
en “L” invertida.
Abordaje Postero-Lateral (Frosch Modificado)
Se posiciona al paciente en decúbito lateral o en prono, dependiendo del rasgo de fractura.
Se posiciona un paquete de ropa en la parte medial de la rodilla en semiflexión, para ejercer
un estrés en varo y, abrir el espacio articular lateral. Se realiza una incisión con forma de
“S” alargada de 15 cm, proximal desde la región posterolateral hacia distal en la región
antero-lateral.