Domando A La Bestia Millonaria
Domando A La Bestia Millonaria
Domando A La Bestia Millonaria
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-Señor... ¿Thompson?-
-El señor Erick Thompson dijo que todo lo que necesita hacer es leer
este informe y dar su opinión. Puedo reiterar la conferencia telefónica
para usted- dice con una voz chillante.
-Tu ... eres...- Los puños de Marie estaban cerrados a sus costados, sus
ojos se llenaron de lágrimas una vez más mientras temblaba
visiblemente.
-Lo siento Erick- dije al aire. Tendrás que arreglártelas sin mi.
POV: EMMA
-Tengo una solución. Una asistente personal con más de cuatro años
de experiencia en mi empresa y una década antes trabajando como
mano derecha del grupo de bienes racices Walker. Puedo garantizarle
que su hermano no la asustará en absoluto-
-Yo- un gruñido silencioso que podría haber sido una risa llego a
través del teléfono.
POV: SEAN
-Hola Mel- saluda Miranda, colocando el último lugar. ella toma una de
las botellas y gira la etiqueta.
-Estamos aquí- llego una llamada desde el otro lado del almacén. Mi
padre Leonard, y su asistente durante años, Heather, entraron juntos,
su mano entrelazada con la de él. Recientemente se había descubierto
que mi padre y Heather eran "socios" en algo más que negocios, y
dado que mi padre estaba jubilado desde hace ya algún tiempo.
Supuse que mi padre y Heather eran "socios" la mayoria de las veces
en un asunto personal. El amor está en el puto aire, pongo los ojos en
blanco.
Felices, cada uno de ellos, rodeados de tanto amor. Una fuerte racha
de soledad me atravieas, maldita sea si pudiera entender por que.
Últimamente había sido un bastardo de mierda.
-Ustedes no tienen por que venir aquí a servirme- Soy muy bueno en
mi nuevo papel de bastardo miserable, y como todos los esperaban,
ahora estoy decidido a sobresalir.
-No-
-Bien hecho, Erick- mi padre tomo asiento frente a mi. Doblo los dedos
sobre su barbilla y sonrió a travss de una barbilla tan blanca como la
nieve, pareciendo muy "El hombre más interesante del mundo" del
comercial de la cerveza de dos equis.
-Erick sabe lo que hago en los negocios- dice mi padre, orgulloso con
una gran sonrisa -Estaba hecho para ser ejecutivo- cosa que estaba
muy de acuerdo. Erick sangro por Hoteles Thompson.
-Pero ahora tu deber esta en otra parte, hijo- ‹Aquí viene, no lo digas,
no lo digas›.
-Es hora de ser el hombre que Hoteles Thompson necesita que seas-
Junto a mi Noah resopla. Erick incluso esbozó una sonrisa. Me refería
esto como al discurso de "Batman" de papá . Siempre terminaba con la
misma frase.
- Ya veremos-
Mi padre y yo nos miramos al los ojos durante unos segundos antes de
que se interumpiera nuestra mirada.
Ella deslizo su mirada hacia Erick -¿El solía ser mas agradable?-
pregunta arqueando su ceja.
Mis amigos murieron porque no había podido salvarlos. Pero eso era
en el pasado, y esto era ahora. Mi nueva normalidad era la presencia
de mi familia cada dos viernes desde que regrese, después de dejar
partes de mi mismo en Irak, Si mi pierna, pero también dos muy
buenos hombres. Mientras estube fuera me habían pasado muchas
cosas, y otras tantas les habían pasado a mis hermanos. Erick estaba
casado, por segunda vez con la misma mujer; Noah, estaba
prácticamente casado; y papá lo que sea que este pasando alli con su
asistente.
Capítulos 4 - Domando a la Bestia Millonaria
POV: EMMA
-Puedes pasar con esto. El ya sabe que irás- cierro la puerta de tras y
entro en el almacén. Sean vive en el piso de arriba, el piso de abajo
esta vacío, una enorme área en expansion que no esta acondicionada
aún para nada en particular. Es una lástima, es un gran espacio.
-No- dijo
-¿No qué?- aprieto con mas fuerza mi bolso, clavando los talones en el
suelo.
-Sean- me interrumpe
-¿Perdón?-
Esto promete ser divertido. Emy’s Ap, había enviado a una asistente
que no sólo era una mujer, era sexo con tacones de aguja. En el
momento en que la vi, la mitad de mi esperaba que ellas se quitara las
gafas, se soltara el pelo y me diera un baile exótico. Sólo que ella no
llevaba gafas y ya tenía el pelo suelto. Los mechones oscuros, casi
negros fluyan sobre sus hombros en gruesas ondas. Sus ojos oscuros
estaban bordeados por pestañas de color negro azabache, incluso
entrecerrados con disgusto, eran más de un tono whisky que un
marrón plano. Sus curvas no terminaban en sus hombros, el vestido
color crema que llevaba abrazaba cada curva de su cuerpo, y el suyo
era un cuerpo hecho para abrazar.
Erick, ese hijo de puta. El tenía que haber sabido lo que estaba
haciendo cuando les pidió que enviaran a esta asistente en particular.
Niego con la cabeza y en mi cabeza digo ‹Golpe bajo, hermano›.
-Si había notado la parte de la mujer. Estoy seguro que has tenido tu
parte justa de ser subestimada- Ella envió una mirada a mi pierna
ortopédica y la devolvió a mi cara.
POV: EMMA
Una hora más tarde, con mi agenda en la mano, enderezo los hombros
y regreso a la oficina de Sean. Como no hay puerta, golpeo la pared en
su lugar. El día lluvioso arrojaba una luz apagada sobre la habitación,
que salvo a la lámpara del escritorio y el fuego agonizante, era la única
luz en la habitación.
Finalmente fruncido el ceño cuando entre, agarro una silla del otro
lado de la habitación y la arrastro hasta el frente de su escritorio,
maldición era demasiado pesada. Me sente, cruzando una pierna sobre
la otra y preparo mi bolígrafo sobre la página de mi agenda.
-No, no asistire, ahora sal de mi oficina- El se quito las gafas y las dejo
caer sobre el teclado.
-El señor Thompson es mi padre- Sean cruzo los brazos sobre el pecho
y se reclino en la silla. La postura podría haber parecido relajada, si
todos los músculos de su parte superior no estuvieran felxionados.
Su boca se comprimió en una línea, pero una chispa encendió sus ojos
como si estuviera disfrutando de las bromas. El azul de sus ojos brilló
con un calor que consumió la habitación y robo sus mejillas.
-Ahí lo tiene- le dedico una rápida sonrisa, luego volví a mi lista, marco
tres casillas más antes de levantarme y dirigirme a la salida.
-Ordenaré por usted entonces. ¿Tiene alguna preferecia sobre lo que
come?-
POV: SEAN
Dios, eperaba que esto no fuera algo nuevo o peor aún, que los dolores
fantasma planearan volver para una visita adicional.
-Asísteme-
-Oh por su puesto- Abrió la tapa de mi comida y me entrego un
tenedor de plástico.
Parecía una elección extraña para alguien que era tan malditamente
mandon. Pero tal vez esa era su especialidad. Dominar a su jefe.
-Maldita sea, Emy- Su diminutivo le sentaba bien. Era exótico como sus
ojos y hacía juego con el castaño oscuro de su cabello. Su mirada fija
me recordó el sabor de la comida. Estaba demasiado picante para que
yo la manejara.
POV: EMMA
-Han sido tres de los días más largos de mi vida- le digo a Mayra.
Dejando mi bolso en su escritorio, donde ella estaba escribiendo un
correo electrónico.
-Y... Listo- Mayra toco el teclado con estilo y movió las manos delante
de ella como si hubiera realizado un truco de magia.
- Claro que si, solo alguien puede hacerlo, y esa eres tú - Mayra aparta
la silla de escritorio. -Respondí todos los correos electrónicos que
pude, envié cartas a clientes que no han pagado en treinta días o más ,
envíe facturas a cobranzas para clientes que no habían pagado en
sesenta días o más, y realicé muchas llamadas telefónicas. La buena
noticia- se pone de pie y saca una carpeta manila de la bandeja plástica
que tengo en mi escritorio.
-Todos los elementeo con los que tienes que lidiar estan en este folder,
puedes trabajar desde casa si quieres-
- Hay amiga muestra un poco más de emoción- dice Mayra con un tono
burlón. Ella sabe que no tengo una muy buena relación con mis
padres, ella lo sabe porque había sido mi asistente personal por dos
años antes de dejar la financiera de mis padres, y yo me apoyaba en
ella más que nadie.Ella sabe que cada que nos reunimos terminamos
discutiendo, por que ellos no estan de acuerdo en el camino que tome.
Ella sabe que, ellos quieren que regrese a su empresa a trabajar con
ellos. Pero ellos no entienden que yo no nací para estar lidiando con
números todo el maldito día, ellos no entienden que mi independencia
y el saberme dueña de mi propio negocio me llena y me gratifica.
-Estoy aquí ahora, así que lidiemos con eso- Pido una copa de vino
blanco a la mesera y levanto el menú para revisar las selecciones a la
carta. Mis padre hicieron lo mismo y revisaron sus propios menús ,
charlando sobre que platos principales compartir y cuáles omitir.
-No nececitamos una ocasion para ver a nuestra hija, Emma- dice mi
madre, con los parpados bahos y las cejas levantadas.
-No necesitas uno, pero estoy segura de que hay uno- termino mi vino
y golpeo el borde de la copa cuando la camarera pasa.
Abro la boca para decir que no, o mejor dicho "diablos, no", pero mi
padre anticipo la respuesta y hablo primero.
-Y nos separamos hace tres años, lo cuál si fue algun tiempo, pero
definitivamente no fueron muchos años-
¿Es por eso que George ha estado saliendo con millones de mujeres
últimamente?- mascullo. No estoy celosa, pero es frustrante saber que
el puso en práctica el plan del que me había advertido. "Si no subes a
la cima de la montaña de Financiera Walker conmigo Emma, puedo
encontrar a alguien que lo haga” recuerdo lo que me dijo una vez.
-Pues lamento decirte que no volvere a estar con George para ayudar a
reparar su reputación. Y te agradecería que no me ofrescas con el
mejor postor en el futuro-
-No uses ese lenguaje con nosotros. Conoces nuestra posición sobre ti
y Financiera Walker, sabes que queremos lo mejor para ti.
Escencialmente estas empleando al tipo de personas que tu madre y
yo contratamos y despedimos casualmente. ¿Dónde está el
compromiso en tu negocio? ¿A la excelencia? ¿A la permanencia?- Las
palabras de mi padre nunca dejaban de herirme profundamente.
Varías palabras de contra ataque se me vinieron a la mente, todas muy
gastadas. Francamente estaba demasiado cansada para participar en
una discusión sin sentido.
-De todas maneras, incluso si quisera salir con George, no podría- Odio
mentir, pero mis padres no me habían dejado muchas opociones. -
Estoy saliendo con alguien-
-Bueno, dado que esta noticia es muy nueva, ¿puedes planear asistir a
la ceremonia de George?- dice mi padre y agrega un tono poco
amistoso. -Es posible que tu nuevo novio no este presente para
entonces-
La cena con mis padres me había dejado frustrada por varias razones.
Principalmente por qué estaban tratando de juntarme con George. En
pocas palabras, George había sido un mal novio, priorizando su
trabajo sobre mi. Hacía el final, cuando lanzo un ultimátum, tuve una
epifanía. Me negaba a ocupar el segundo lugar en su vida, o en la mía
propia. Encontré la fuerza para dejarlo y la fuerza para seguir adelante
con mi idea de negocio a la vez. En cierto modo, le debería de
agradecer a George por allanar ese camino. Pero una cosa si es segura;
No vuelvo a salir con él.
-Oh, vaya-
-¿Por qué?-
-Les dije que estaba saliendo con alguien . Pero no pensé que fuera tan
difícil encontrar una cita para aparentar el día del banquete- digo
frustrada. Sin embargo, estoy sin cita, y la ceremonia es la próxima
semana.
-Buen punto-
-Si, señora-
-¿Te conformarías con una novia fingida? Me veo muy bien en vestido
de cóctel- dice Mayra. Suelto una carcajada mientras camino de
regreso a la mesa del comedor. Esa idea suena divertida, nomas de
imaginar la cara de mis padres al presentarla como mi cita.
Por alguna razón, cada vez que gritaba mi nombre de esa manera,
escalofríos recorrían mi columna. Y no de mala manera.
-No seas ridícula. Me tengo que ir- cuelgo la llamada y dejo caer mi
teléfono sobre la mesa. Arreglándome el atuendo para darle un tono
profesional de camino a su oficina.
POV: SEAN
-¡Emy!- Hubo una pausa en sus pasos; entonces esos pasos vinieron en
mi dirección. Cuánto más acercaba el repiqueteo, mi estomago se
sentía mas apretado. Ella ha estado aquí ¿dos semanas? Cada maldita
vez que la veo, esa tensión se extiende en mi estómago hasta mi pecho.
-Oh no, no otra vez- ella sonríe, su exuberante boca se estira en ambos
extremos. Ella levanta mi taza de cafe vacía de mi escritorio.
-Espera-
-Sientate- le ordeno.
-No creo que sea asunto tuyo dado de que me acabas de despedir-
Taylor Morris era unos años más joven que yo, y un constructor
talentoso. Había trabajado con Hoteles Thompson en el pasado y yo
esperaba que pudiera ayudarme con un proyecto que traigo en mente.
-Gracias amor- escucho a Taylor del otro lado de la línea, no era difícil
darme cuenta de que no se estaba dirigiendo a mí. Ella había estado
buscando a un soltero elegible esta tarde y terminó con las manos
vacías. No quiero que considere a Taylor. Maldición, solo con
imaginarla con otro hombre, saca el lado territorial que no había
sacado a relucir en mucho tiempo.
POV: SEAN.
-Si, gracias-Me dirijo a la cocina para tomar dos botellas de cerveza, las
destapo y le entrego una a Taylor.
POV: EMMA
Había abierto la boca para anunciarme pero, observar a Sean con los
ojos cerrados, las pestañas oscuras sombreando sus mejillas era
fascinante. Su cabello había caído en mechones húmedos sobre su
frente, sus labios abiertos, separando esa espesa y tupida barba y
revelando unos dientes asombrosamente blancos. Me pregunto si
¿alguna vez había visto sus dientes? No, no era como si el tuviera el
hábito de sonreírme. No era fácil imaginármelo sonriendo. Estaba tan
perdida en ese pensamiento, con mis ojos recorriendo la longitud de
su curpo, sobre su pecho desnudo y bajando hasta sus piernas, que me
tomó demasiado tiempo darme cuenta de que me había pillado
boquabierta. Cuando su mirada alcanzó mi rostro, sus ojos estaban
abiertos, profundos, oscuros, de un azul marino bajo dos cejas
enojadas.
Pero, por supuesto, que para conseguir dicha taza de café , tendría que
ir a la cocina, donde mi malhumorado y buenote jefe estaba ahora
bebiendo el contenido de una bebida deportiva. Así que vuelo a
sentarme y pego mis ojos a la pantalla de la computadora. Reviso el
correo electrónico y anoto citas en mi agenda para Emys AP, mientras
espero a que el militar caliente en shorts evacuará las instalaciones de
la cocina. Unos minutos después de mi trabajo, una taza de café
apareció en mi lado derecho, vaporizndose, cremoso con el tono
perfecto. Boquiabierta, me giro para mirar lentamente a un Sean sin
camisa, que estaba de pie junto a mí y todavia fruciendo el ceño. ¿El
me había traído café? Si, lo había hecho y yo estoy en shock.
-Darme una ducha mientras estas aquí, también es indecente- grito sin
volverse para mirarme. Cierra la puerta del baño detrás de él. Agarro
mi taza de café y escucho mientas el algua comenzaba a correr,
imaginando a Sean quitandose esos shorts y deslizandose bajo el
chorro del agua completamente desnudo. Todos esos músculos
empapados de agua, sus piernas, brazos y barba masculina y peluda...
¡Dios mio! Era tanta la distracción que no hice nada en los veinte
minutos que Sean estuvo allí. Simplemente tomé un sorbo de mi café y
dejé que mi imaginación se volviera loca.
POV: SEAN
Esa taza de café entregada hace unos minutos atras, podría ser la
primera cosa buena que había hecho por ella. Incluso me aseguré de
rociarla con la crema sabor avellana que ella guarda en mí
refrigerador. Había vertido un chorrito en mi cafe ayer, y me
sorprendí de lo bueno que sabe. Al principio me parecía como algo
afeminado, pero después de unos dulces sorbos de café con sabor a
avellana, quede enganchado. Había agregado algunos a mi servicio de
entrega de comestibles para que ella tuviera mucho a la mano ya que
había estado robando el suyo.
POV: EMMA
Sean estuvo más callado que de costumbre el resto de la mañana y la
tarde. Ordené el almuerzo "Comida Mexicana" y opté por entregarselo
y dejarlo comer en privado. Con un recipiente de plástico para llevar
en la mano, entro en la habitación en penumbra, la única luz entrando
era por las ventanas cortesía de un día nublado. Sean no tenía
encedida la luz de su escritorio, sólo la pantalla de la computadora.
Estaba encorvado, entrecerrando los ojos, con su postura abismal.
-Me estiro una vez por hora. Me muevo mucho, como notaste el otro
día, cuando te quejaste de mis tacones- Sus profundos ojos azules
recorrieron mis piernas como una caricia, deteneiendose en los
tacones rojos que había usado hoy. Tacones rojos y un par de
pantalones holgados de color verde militar, combinados con una
camisa blanca con botones. Informal y cool, era lo que había estado
buscando. Incluso vestía un poco informal y menos profesional que de
costumbre, por la forma en que me miraba, me sentía como si
estuviera usando un diminuto vestido en su lugar.
-Te cortaste la barba- digo, para que aparte los ojos de mi cuerpo. Se
llevo su mano hacía su rostro y sus dedos anchos y largos acariciaron
el resto de vello facial. La parte de atras de su cuello tambien estaba
bien recortada, pero se había dejado el cabello más largo, el frente caía
desordenadamente sobre su frente. La barba poblada y el cabello
despeinado le sentaban bien, pero está versión ligeramente arreglada
también le sentaba bien. Era un pensamiento extraño ya que no lo
conocía.
-Tómate el resto del día mientras estás fuera- Y ahí estaba esa línea de
una milla de ancho que ya conocía demasiado bien.
Y se que tiene razón. Mis propios padres son personas ricas, pero
preferían mantener en secreto lo que hago en lugar de compartir que
su hija era una sirvienta contratada. Es por eso que había optado por
ir a un banquete de lo más incómodo. Si pudiera prsentarme, hacer
algunos conocidos de alto nivel, probablemente podría dejar ir a los
Thompson.
-He hecho algunos trabajos para ellos en el pasado- Una sonrisa con
los labios cerrados apareció junto con uno de sus hoyuelos y casi
puedo jurar que escuché a Mayra gemir en su sangria. Le envío una
mirada de advertencia y Mayra sale de su embelesamiento.
-Sean me lo dijo, pero oye sé como trabajar con una dama que
encuentro jodidamente atractiva- dice levantando las manos de una
manera encantadora y adorable.
Sentí que me ardían las mejillas. Yo solo apostaría, que este tipo emitía
encanto como un gas venenoso. Abro la boca para decir que Sean
estaba equivocado o que Sean es un idiota, pero no salió ninguna
palabra.
-Un vaquero urbano- susurró Mayra cuado sus ojos se posaron en los
míos. -Dios mio, la testosterona... No estoy acostumbrada a tanta
cantidad en una sola persona- Tomo un buen trago de mi margarita y
sólo sonrió al comentario de Mayra.
-¿Qué quiso decir Sean con que no estás disponible?- Mayra preguntó
con duda. Fue comprensible, ya que sus neuronas probablemente
estaban fallando después de la breve visita de Taylor.
-Pensé que te había dicho que te tomaras el día libre- Arrojo mi bolso
sobre la mesa del comedor y me acerco a el enfadada tan rápido, que
una brisa le levanto el cabello. Cortó un trozo delgado de manzana con
el cuchillo de gran tamaño y puso la rebanada en su lengua, la lenta
sensualidad de la acción hizo que mis pasos vacilaran. ¿Por qué
diablos...fue eso tan sexy? ‹concentrate, uno, dos...› Me obligo a centrar
mi atención en mi enfrentamiento con Sean... Y lo que sea que Taylor
fuera para él... Apoyé las manos en mis caderas.
Sean se chupo la lengua contra los dientes con un tst, era una señal
segura de que estaba irritado. Pero no menos de lo irritada que estaba
yo.
-Pero podría-
-¡No lo harás!- dio un paso más cerca, con el labio superior curvado. -
No mientras trabaje para mí-
No tenía ningún interés en salir con Taylor. Era bien parecido, pero
tenía la palabra "problema" escrita por todas partes. Pero aún así
estaba igualmente enojada por que Sean penso que el podía controlar
mi vida personal de la misma manera que controlaba mi negocio,
rehen de la reputación.
-¿Por qué le dijiste a Taylor que estoy con alguien?- estaba tan
silecncioso cómo una estatua . También parecía una, ahora que lo
pienso.
-Ah, eso- pasa los dedos por la solapa abierta de mi camisa, el calor de
mi piel irradiando a través del material. Volteó su mano, manteniendo
sus ojos fijos en los míos y pasando el dorso de sus dedos sobre mi
pecho. No me atrevía a respirar.
‹Bésame ›
POV: SEAN
Paso mis dedos por la piel suave y satinada de Emma de entre sus
pechos subiendo y bajando entre su sostén de encaje blanco y los voy
deslizando por su estómago plano y suave, y a lo largo de la cintura de
sus pantalones. Sus ojos color wisky se clavaron en los míos. Sus
labios carnosos se separaron mientras tomaba aire, y cada onza de de
hombre en mi, quería probar cada gota de mujer en ella.
Avanzo un paso, dos hasta que sus rodillas chocaron con mi pierna...y
mi prótesis. Sus labios se desconectaron de los míos con un sutil
chasquido, sus ojos se abrieron como platos. El fuego que ardía entre
nosotros se sofocó en el silencio colgante. Había tocado la parte de mi
que no era yo, y ahora esos ojos llenos de lujuria y deseo estaban
llenos de alarma. Cómo si hubiera recordado que estaba besando a un
hombre el cuál no estaba completo.
-¿Entonces?-
-¿Olvidaste por un segundo que tenía una discapacidad? ¿Es por eso
que me devolviste el beso?-
-Por discapacidad, supongo a que te refieres a tu horrible actitud- Ella
sostiene su mirada con la mia.
-Y no hagas eso de chuparte los dientes solo por que estas enojado-
-¿El qué...?-
-Es un tic que tienes cuando no sabes que decir- Mi lengua estaba
presionada contra la parte posterior de mis dientes frontales, lista
para hacer precisamente eso. Aprieto la mandíbula y Emma enarco
una ceja triunfante.
-No quieres que salga con Taylor por que me quieres para ti ¿no es
así?- Como ella tenía razón y el no queria admitirlo, solté una risa seca
y miro hacía las ventanas.
-Si, claro- digo con ironía. Ella puso su mano en mi mejilla. Su tacto
suave, su olor...no había nada de Emma Walker que no quisiera. Quería
sus labios sobre los mios, sus manos sobre mi, sus sonidos truncados
de intenso placer saturando el aire después de un maratón de todo un
día entre las sábanas.
Quería ser el hombre que pusiera una sonrisa en su rostro, Quería ser
el hombre que escuchara ese gemido de placer saliendo de sus
garganta commo el que salió cuando la bese hace un momento. Había
una pieza de equipo que se interponía entre llevar a Emma al cielo y
traerla de regreso. La pierna. Emma con su cuerpo perfecto para
morirse... Dios, sentía que mis hombros se marchitaban, mi ira se
desvanecia en una tristeza muda. ¿Qué demonios había estado
pensando?. El Sean que había estado buscando se había ido. El único
Sean que quedo de pie estaba frente a Emma, cuya camisa estaba
abierta porque le había cortado los botones. ¿Qué diablos está mal
conmigo?.
POV: EMMA
Volver al trabajo era la única forma de pasar la tarde, así qué, eso fue
lo que hice. Encontré una camiseta sin mangas dentro de mi bolso, me
anudo la camisa arruinada en la cintura sobre ella. Luego me siento,
apoyo los dedos en el teclado y reviso mi correo electrónico. Había
treinta de ellos, la distracción perfecta de la unión de labios qué me
había dejado caliente y demasiado molesta. Manejo algunos correos de
la secretaría de Erick con facilidad. Si, Sean asistiría a la cena en el Ritz
Carlton, un lujoso salón de banquetes donde Erick había invitado a
muchos dueños de empresas, para codearse con costosos trajes.
-Por qué has aceptado el papel de bestia, pero no creo que seas así-
Dejo qué mi mirada se detenga en su rostro antes de rastrear su
cuerpo. -Y por qué me gustan los desafíos-
-Tal vez... No debiste de haber parado- digo en voz baja. Sus manos se
movieron para agarrar mis hombros y bajo la cabeza, más y más
cerca...
POV: EMMA
-Con quién confio que no saldrás desde que te lo pedí- su tono era más
petulante que gruñon.
-Si-
POV: SEAN
-Es mejor que no sea una boda- le digo al hombre de cabello blanco
que actualmente estaba midiendo mi entrepierna.
POV: EMMA
-Con quién confio que no saldrás desde que te lo pedí- su tono era más
petulante que gruñon.
-Si-
-Es mejor que no sea una boda- le digo al hombre de cabello blanco
que actualmente estaba midiendo mi entrepierna.
Había querido que me dejaran sólo. Ese tiempo pasado se retrasó aún
más en el pasado después de que mi familia se negara a dejar de
presentarse con comida para llevar y después de que contacte a
Taylor. Y después de que besé a mi asistente. Y sobre eso, me siento
entrelasado con Emma, no sólo por que la había tenido tan cerca y
haber probado su boca. La había dejado convencerme para que la
acompañara a un evento sin nombre al que me vestiría como un
pingüino para asistir. Le había hecho creer que estaba de acuerdo para
que no le preguntara a Taylor, pero mis necesidades eran más
profundas que las de un macho que compite. Ser necesitado era una
rara ocasión en mi vida. Ser necesitado por una mujer era aún más
raro.
Me pongo los zapatos y me guardo las llaves en el bolsillo, partiendo
hacía un destino que había estado postergado durante semanas,
meses. Para visitar a la viuda de Alberto. Me había vuelto a conectar
con Amanda. Sabía muy bien como era crecer sin un padre; mi propia
madre había muerto cuando era un niño. Quiero arreglar las cosas con
Amanda, ayudarla a ella y a sus hijos en todo lo que pueda. Amanda
había sido cortes y agradable cuando le pregunté si podía honrar a
Antonio publicando la foto de los tres, Brad y yo incluidos, en el sitio
web de "Corazón de oro, ayuda para veteranos". Ella nos había
deseado lo mejor y me conto que estaba saliendo con alguien. Con un
gran chico con el que solía salir cuando estaba en la escuela
secundaria. El ama a sus hijos según me conto. Saber qué estaba
siguiendo adelante, qué tenía a alguien qué la amaba, que los hijos de
Antonio eran amados, me había facilitado deshacerme de una parte de
la culpa que se había acumulado por la muerte de mi amigo.
Trabajar con Sean era una cosa, pero la idea de estar a su lado, con mi
brazo en el de él, presentándole a mis padres... Probablemente debería
abordar ese tema, pero cuánto más intensamente me observaba, más
pánico me daba.
-¿Si, Sean?- Sus ojos se calentaron cuando dije su nombre. El aire entre
nosotros no crepitaba tanto como zumbaba. Disfruté del momento
tranquilo y amistoso de apreciación compartida. Era raro y había
estado ausente de mi vida durante años. Incluso cuando George y yo
estabamos saliendo, no había sentido esta atracción en particular. Con
Sean, siempre había un zumbido, un murmullo o un crujido entre
nostros. Estar cerca de él era como sumergirme en un baño realmente
tibio. Mmm.
Mis padres asumirían que él era mi cita romántica. Espero que Sean
haga el papel de novio, frustrando los avances de George y mis padres,
actuando como intermediario mientras yo me mezclo con los dueños
de negocios adinerados. No le había dicho esa parte todavía.
Realmente no le había dicho nada.
-Una cita te recogería donde vives y sabría lo que esperas de él- Sean
no había cejado en su mirada valuadora.
-Supongo que si- Sean iba a ser el gran amortiguador aterrador entre
yo y las maquinaciones de mis padres para que George y yo
volviéramos a estar juntos.
-Eres alguien, con la que habría ligado en otra vida- eso me hizo reír.
POV: SEAN
Uno de los primeros cambios que hice, una vez pude caminar con mi
nueva pierna de fibra de carbono, fue adaptar mi auto para poder
conducir. Me tomó algo de trabajo aprender cuánta presión aplicar a
los pedales, ahora que manejaba el vehículo con el pie izquierdo. Al
principio, había conducido con una serie de paradas y arranques
bruscos, pero finalmente encontré mi ritmo.
Pero Emma no me miró así, no sintio lástima por mí, ni se censuró así
misma, ni trato de ser amable conmigo. Todas las asistentes que había
tenido antes de Emma habían sido mujeres, excepto uno, y cada una
de ellas reaccionó ante mí de manera profesional y cortes, pero
siempre veía un toque de lástima en sus ojos. Hasta que la compañia
mando a Emma. Ella era de voluntad fuerte, endemoniadamente
hermosa, aguda e inteligente. Pero ella no cedió a mi actitud
combativa. Ella no sé marchito ante mis órdenes. Aunque bajo mis
manos y labios, ella se volvió dócil, nunca me ha mirado con una pizca
de lástima. Ni una maldita gota.
-Nunca sospeche que fueras del tipo caballeroso Sean- me dice con
una sonrisa que abría sus labios de color rosa brillante. Ella se
acomodó en el asiento, yo cierro la puerta y rodeo el auto, notando
que sonreía durante ese breve paseo. Cuando me sente en el asiento
del conductor, veo el edificio frente a nosotros, la niebla alimentada
por la lujuria se disipó de mi cerebro.
-Si-
-Y me lo ocultaste-
-Lo habría hecho- digo en voz baja. Claro que lo hubiera hecho. Y de
nuevo me doy cuenta de como ella me conocía, y como ninguna
reacción normal hacía ella rompiendo mis barreras se produjo. No
quiero discutir sobre esto. Sólo quiero estar a su lado.
-Pensé que sería más simple si pensabas que yo era un empleada que
no dejaría de presentarse-
-Hay más- Un atónito "Ja" salió de mis labios, pero cuando me volví
para mirarla, Emma parecía disgustada. Su sonrisa se desvaneció.
-Fui preparada para dirigir Finaciera Walker toda mi vida- dijo -Mis
padres me presentaron a George. Ibamos a ser la pareja poderosa que
algún día dirigiría la empresa- me dice mirándome a los ojos. -Mis
padres sabían que no quería el futuro que me habían preparado-
-Me sentí como en uno- dice con una sonrisa triste torciendo su boca. -
Pero sin la parte del matrimonio. George planeaba tomar el puesto de
presidente y dijo que yo podía ser vicepresidente o dirigir el personal.
Lo que sea que me hiciera feliz-
-El es el hijo que mis padres nunca tuvieron. Les rompí el corazón
cuando nos separamos. Culparon a mi obsesión de tener un negocio
por mi cuenta, por ahuyentarlo-
-A mis padres no les importaba que saliera conmigo para subir las
escaleras. Les importaban más las apariencias tanto como a él. Cada
vez que surge el tema de que dirijo una empresa para asistentes,
puedo ver la verguenza en sus rostros. Yo bien podría haberme
dedicado a la recolección de basura o limpieza de hoteles-
-Así que George? ¿Me quieres alli por el? ¿O hablas enserio acerca de
los hombres en plural, coqueteando contigo?
-No del todo. Sólo un poco- Gire a la derecha y le dedico una sonrisa.
Ella me la devuelve diez veces, sus ojos brillan en el interior en
penumbra del coche.
-Mi madre cree, que si puede hacer que George y yo estemos en la
misma habitación, caeremos en los brazos del otro de nuevo-
POV: EMMA
-Deberías-
-Es por eso que me trajiste, Emy. No tienes que correr o esconderte-
Sean deslizo la palma de su mano por mi espalda y mi cuello, y pense
el breve, pero debastador beso a fuera de este salón. Tenía el cabello
recogido, por lo que sus dedos rozaron la piel desnuda de mi cuello y
me provocaron escalofríos. Podía contar con él, como una fuerza firme
y constante. Observo sus labios cuando se corrieron un poco más
cerca...Luego una voz firme, interrumpió.
-No tienes que jugar bien, sabes- Sean me dice mientras seguiamos a
mi madre.
-Tengo que, si espero mezclarme con esta multitud- Dónde quiera que
miraba habia directores ejecutivos y jefes corporativos, y no solo de
Financiera Walker.
-Lo haremos. Pero no significa que tengas que adherirte a las reglas
que establecieron antes de irte Emma- Ante la mención del negocio
que había construido con orgullo, eché los hombros hacía atrás.
POV: SEAN
-Necesitas informarme antes de que hable con esté tipo- digo, alejando
a Emma de su madre, horrorizada e indignada. Lo que no me gustó es
que Emma no me dijo nada sobre George, aparte de que sus padres
quieren que vuelvan a estar juntos.
-No me pareces del tipo que se conforma con una multitud Emma
Walker- ella sacude su cabeza.
-Me siento como una niña a su alrededor, una que se porta mal-
-Confía en mi, Emy. Nadie te confundirá con nada menos que una
dama, incluso sosteniendo una botella de cerveza- Sentí varias
miradas sobre nosotros y note que algunos hombres la miraban con
apreciación.
-Creo que ere más atractiva con ella- Nos separamos y bebimos unos
cuantos tragos con los ojos cerrados.
-Ahora, quiero oírlo- le digo.
-Definitivamente no-
-¿Por qué lo hiciste?- Ella negó con la cabeza, aparentemente sin saber
por qué.
-Por qué quiero que mis padres y George sepan que no voy a volver a
salir con él. Una vez me dio un ultimátum de que elegia su sueño o el
mío o no podríamos estar juntos-
-Así que estás tratando de decirme que estás buscando algo de acción
uh- Volvi a atraerla a mi, incapaz de resistir toda esa confianza y
fuerza desenfrenada. Su mano aterrizó en mi camisa de esmoquin
donde jugo con un boton en lugar de alejarme.
POV: EMMA
Había estado lejos de George durante años, pero como mis padres lo
traían con regularidad, todavía lo sentía como parte de mi vida. No
puedo evitar preguntarme si harían lo mismo con él, mencionarme, en
sus conversaciones con George, hablándole de los éxitos míos, que
probablemente los cuentan como fracasos, y luego entregarle un
discurso para que los dos volvamos a estar juntos.
-Em, te ves...- George hizo una pausa, sus cejas saltando ligeramente. -
Muy rosa-
-Uno- Con los puños apretados, Sean dio un paso más cerca y yo sentí
que sus biceps se flexionaban bajo mi palma. George tenía algunas
pulgadas más de altura que Sean, pero nada en el camino de la mitad
de los músculos en la parte de arriba. Sean trapearía el piso con él.
-¿Qué viste en ese idiota?- Sean se quejo, con su intenso enfoque ahora
en mí.
-Eso es suficiente- Sean paso el pulgar por mi labio. Cuándo sus ojos
regresaron a los míos, había preocupación flotando allí.
-¿Está cicatriz?-
-Me caí de un árbol cuando tenía ocho años- sonrió. Había notado esa
pequeña marca plateada en mi labio, le importaba. Me gustaba como la
intensidad de Sean se había centrado en un punto fijo: en mí.
-Lo único bueno de estar aquí, es estar contigo- Sean inclinó su cabeza
y cubrió mi boca con la de él. Un beso delicioso y reclamante que
esperaba que mi madre y George y todos en el salón presenciaran.
Suspiré, sintiendome cálida, relajada y feliz. Contra mis labios me hizo
una oferta que no quise rechazar.
POV: SEAN
-Por supuesto que no- dijo ella con tanta facilidad, me giro y miro
hacía donde ella esta recostada en el asiento del pasajero. Con el codo
en el borde de la ventana, se enroscó un mechón suelto de su cabello y
me dedicó una sonrisa de suficiencia.
-¿Por qué soy tan tierno?- pregunte . Ella puso una mano sobre la mía
y la presión que tenía en mi pecho se alivió. Ella no me veía de la
forma en que veía a su ex, cómo si la dominara. En todo caso, ella me
había dominado a mi y a mi sensibilidad.
-Cuándo estaba con George, era diferente. No sabia lo que quería.
Ahora lo sé...- Dejó que su voz se apagara. Y me pregunto si había
estado a punto de admitir que me deceaba.
-No, creen que me volví rebelde y lo deje junto con Financiera Walker.
Pensaron que sólo era una etapa-
-Esta bien- digo. Pense que lo decia enserio, pero la metedura de pata
dolio lo suficiente como para recordarme que no me habia ganado su
confianza. Sin embargo, ella habia estado ganandose la mia desde hace
ya un tiempo. ‹Bien hecho Thompson› Acelero pasando el semáforo en
verde. Después de unos minutos en silencio, volvió hablar.
POV: EMMA
Sean estaba lleno de sorpresas. Nos llevó al restaurante italiano
Rossoblu, ubicado en una de las avenidas más concurridas de la
ciudad, era un restaurante pequeño y lujoso, que no se inmutaría si
una pareja entrará con sus mejores atuendos, que lo eran. Tras el
breve inventario que hice, vi a otros dos hombres vestidos de
esmoquin. Las velas detras de un vidrio de color ambar en el centro de
cada mesa hablaban de la tradición, pero los manteles blancos y
frescos, el adorno naranja y amarillo soleado en las paredes, le daban
al restaurante una sensación moderna.
-El hijo del dueño era mi chico de rehabilitación- dice Sean, estudiando
el menú. -Es un ex-militar. Pasamos mucho tiempo juntos mientras yo
aprendía a caminar sombre la pierna, y el mencionaba Rossoblu una y
otra vez. Dijo que una vez que saliera y estuviera cerca de pasar por
aquí, el tendría una mesa y una botella de Chianti esperandome-
-Wow-
-Creo que si- levanto mi copa de vino y bebo, sin decir nada más sobre
nuestra amistad.
-Oh-
-Sobre cómo le debía a Ciudad gótica una deuda que sería pagada en
su totalidad si se disfrazaba y luchaba contra el crimen. O, en mi caso,
si me presentar a trabajar en el último piso de Hoteles Thompson- su
discurso fue seco, pero había humor en sus palabras.
-Vaya, Sean Thompson. No tenía idea de que fuera capaz de este tipo
de coqueteo- Estoy teniendo una velada increible con el. Fue
inesperado. Emocionante.
-Solía ser capaz de muchas cosas- murmuro. Había una pizca de dolor
detrás de su comentario que no me gusto escuchar.
-¿Sean?-
POV: SEAN
-En tu diario...-
-Se lo que es crecer sin una madre. Los hijos de Antonio nunca
volverán a ver a su padre, y Brad no tendrá la oportunidad de tener
hijos- Por mucho que extrañara y añorara a mi madre, había tenido la
suerte de tenrla cerca durante la mayor parte de mi infancia. Erick
pasaba mas tiempo con ella, Noah menos, pero al menos podían
aferrarse a años de recuerdos.
-Eras inevitable, Emy- Ella era la que bailaba sobre el tema del destino,
asi que tal vez por eso la palabra aparecio en la pantalla de mi mente.
No estaba seguro de si Emma y yo estabamos destinados a
conocernos, pero definitivamente ella encaja conmigo como ninguna
otra mujer lo había hecho. Con Christina, siempre había habido un tira
y afloja para llevarnos bien, era tan feroz que prácticamente sudaba
por el esfuerzo. Con Emma, hubo la misma dinamica, pero el tira y
afloja se sintió natural. Sin importar que ella nunca estuvo realmente
en desacuerdo conmigo.
-Lo admito- levanto su pequeña taza de café y miro por encima del
borde, una visión con su cabello oscuro recogido y aretes colgando
brillando a la luz de las velas. -Tú me atrajiste. Quiero decir, no tenía
otra opción. Desenvainaste tu espada y pisoteaste a todos los
asistentes que te envié. O aparecía yo misma o dejar que arruinaras mi
reputación que dura mente he ganado- Una oleada de atracción me
golpeó tan fuerte que no supe que hacer con ella. Las imágenes y los
sonidos del restaurante se disolvieron a su alrededor como una nube
etérea hasta que ella fue la única en enfocarse claramente. Emma es
una fuerza que yo no evitaría. Incluso con un vestido rosa brillante
que contrarestraba a un viento frío que soplaba desde afuera y me
quemaba la cara cuando se adentraba en mí.
-La belleza es una cosa rara en la guerra- Dije, con mi propia voz
infundida de lujuria que sonaba extraña. Su sonrisa arrogante se
deslizó cuando apoyó la taza sobre el mantel.
-Cuando regrese a casa, no encontré belleza ahí. Meses de
rehabilitación, manteniendo mi cabeza baja y trabajar en el proyecto
"Corazón de oro" se convirtió en mi enfoque. Entonces tú...- Sacudo mi
cabeza con asombro cuándo la epifanía me golpeó. -Llegaste, Emma, y
absolutamente ahogas una habitación con ella- Sus ojos color wisky se
oscurecieron, ensombrecidos por espesas pestañas negras. Su voz no
era más que un susurro atónito cuando dijo: "Gracias".
-No estoy hablando de la forma en que te ves- Aunque, Dios, Emma era
una visión en todos los sentidos. -Me refiero a tu espíritu. Eres feroz,
eres fuerte- Ella se quedo en silencio, y me pregunté si estaba
trabajando en lo que había dicho. Sin duda, a esta mujer le habían
dicho que era hermosa, un millón de veces. Sólo su cuerpo tenía que
haber atraído a los hombres como polillas condenadas a incinerarse
en la llama. Pero había más en ella. Capa tras capa de confianza y
poder, independencia y una buena dosis de sarcasmo. Estoy intrigado
por cada capa.
-Umm...- Su sonrisa era nerviosa. Mierda ¿Por que había dicho eso?
-Lo siento- Levante mi propio espresso para hacer algo con mis
manos. -No he hecho esto en mucho, mucho tiempo. No desde...-
POV: EMMA
Está fue una velada inesperadamente romantica con vino, comida y
postres deliciosos, que estaba a punto de ser seguida por mi invitacion
a Sean de pasar la noche en mi departamento. Tan pérdida en la magia
de nuestra conversación y las formas sutiles en que compartió sus
secretos, que no había considerado, hasta que Sean se detuvo en mi
estacionamiento, que no sólo lo estaba invitando a entrar... Le estaba
pidiendo que subiera. Aún dentro del auto, conte mentalmente los
pasos que conducían a mi cómodo y acogerdor departamento en el
último piso. Mi corazón se hundió. Para Sean, el camino debe parecer
una milla de distancia. El motor se apago cuando Sean giro la llave y
los unicos sonidos en el auto eran los latidos de mi porpio corazón y
nuestaras respiraciones tranquilas.
-Emma-
-Ya veo-
-Si tienes dudas, sólo dilo- Su tono de voz fue cortante. Mi corazón
martilleó ¿ De la emoción o de los nervios? No lo sé. No había tenido
sexo en tres años. Cuándo miro a Sean, no hay una sola parte que no
quisiera explorar de lo que hay entre nosotros. A menos que las cosas
fueran más allá del sexo.