Tema 1 Parte 2
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El recurso de queja se debe presentar por escrito. Becerra Bautista advierte que
“la interposición del recurso debe ser motivada, es decir, con la expresión de los
agravios que cause esa determinación, indicando tanto las disposiciones legales
que se dejaron de aplicar o que se aplicaron ilegalmente, como los argumentos
jurídicos que demuestren la violación correspondiente”.
Antes de la entrada en vigor del decreto de reformas publicado en el DOF del 24
de mayo de 1996, el plazo para interponer el recurso de queja era muy breve: 24
horas, contadas a partir de que surtiera efectos la notificación del acto reclamado.
A partir de la entrada en vigor del decreto mencionado, el plazo de interposición se
amplió a “los tres días siguientes al acto reclamado”, que también deben
computarse a partir de que surta efectos la notificación de dicho acto reclamado.
Antes del decreto de reformas, la queja se debía interponer directamente ante el
tribunal ad quem, pero el quejoso debía comunicar al juez a quo, dentro del mismo
plazo, que había interpuesto el recurso ante aquél, acompañándole copia del
escrito en que se contuviera la queja. A partir de la entrada en vigor del decreto de
reformas, el recurso de queja se debe interponer ante el propio juez de primera
instancia.
414.1 Noción
De acuerdo con el art. 717 del CPCDF, la llamada apelación extraordinaria es
admisible, dentro de los tres meses que sigan al día de la notificación de la
sentencia, en los casos que el mismo precepto señala. Esto significa que a
través de la apelación extraordinaria se impugnan resoluciones que han adquirido
la autoridad de la cosa juzgada, lo cual implica que aquélla es un medio
de impugnación de carácter excepcional, en el sentido en que ha sido explicado
en el capítulo 10 (supra 10.4.1). Pero, además, la apelación extraordinaria
no se tramita dentro del mismo proceso original, pues éste ya ha concluido
mediante sentencia firme, por lo cual tampoco se puede considerar como un
recurso, sino como un proceso ulterior, como un proceso impugnativo de la cosa
juzgada, para emplear la acertada denominación que le asigna Becerra Bautista.
14.2 Supuestos.
La apelación extraordinaria, como medio de impugnación excepcional, sólo
procede en los supuestos siguientes, los cuales se encuentran previstos en el
art. 717:
1. Cuando se haya emplazado al demandado mediante edictos y el juicio se
haya seguido en rebeldía. Becerra Bautista advierte que, en este caso, para
que sea eficiente la apelación extraordinaria se debe acreditar que el
emplazamiento por edictos no se ajustó a las disposiciones legales, por no
haberse hecho en alguno de los supuestos previstos en el art. 122 y que,
por esa irregularidad, la persona que promueve este medio de impugnación no
tuvo conocimiento del juicio que concluyó con sentencia firme
invalidable por los defectos del emplazamiento.
2. Cuando no hayan estado representados legítimamente el actor o el demandado
o no hayan tenido capacidad procesal, y las diligencias se hayan entendido
con ellos.
3. Cuando no haya sido emplazado el demandado conforme a la ley. Ya se ha
señalado que el emplazamiento constituye una de las “formalidades esenciales del
procedimiento”. El demandado que no haya sido emplazado conforme
a la ley tiene, primero, la vía del incidente de nulidad de actuaciones; después
de que se haya dictado sentencia, sin haber comparecido al juicio, la apelación
extraordinaria; y, por último, el juicio de amparo por violación de la
garantía de audiencia que establece el art. 14 de la Constitución (supra 3.8.2).5
4. Cuando el juicio se haya seguido ante un juez incompetente, no siendo
prorrogable la competencia. Según el art. 149, sólo es prorrogable la competencia
por razón del territorio, así como la competencia por razón del
grado, en “el caso en que, conociendo el tribunal superior de apelación contra
interlocutoria, resuelta que sea, las partes estén de acuerdo en que conozca de la
cuestión principal”. Pero fuera de estos dos supuestos —territorio
y grado, en las condiciones señaladas— la competencia no es “prorrogable”. Esto
significa que la regla es que la competencia —sobre todo por
razón de la materia y la cuantía— de los órganos jurisdiccionales no puede
extenderse a casos no comprendidos en ella, aun cuando las partes estuviesen de
acuerdo, en forma expresa o tácita, en someterse a tales órganos
jurisdiccionales.
1.5.1Noción.
Ante la sentencia, la parte que ha sido vencida en juicio puede asumir alguna
de estas dos actitudes: cumplirla o no cumplirla. Con la actitud del cumplimiento
voluntario se logra la satisfacción de las pretensiones de la parte vencedora,
acogidas en la sentencia, y no se hace necesario ningún acto procesal más. La
actividad del órgano jurisdiccional termina cuando la parte vencida cumple
voluntariamente los puntos resolutivos de la sentencia. En cambio, la actitud
de incumplimiento de la sentencia por la parte vencida hace necesario que el
juez dicte, a instancia de la parte interesada, las medidas adecuadas para lograr la
realización práctica del contenido de la sentencia, aun en contra de la
voluntad de la parte vencida.
1.5.7 Embargo
Como ha quedado señalado, la ejecución de las sentencias de condena, ya
sean de dar, hacer o no hacer, por lo general se traducen directa o indirectamente
en el embargo de bienes del condenado, para enajenarlos y con su producto
pagar la cantidad a la que haya condenado la sentencia o los daños y
perjuicios que se ocasionen por su incumplimiento. Esto no significa que toda
ejecución desemboque siempre, necesariamente, en el embargo. No llegan a
éste, por ejemplo, la ejecución de las sentencias que ordenan la entrega de un
bien inmueble o de una persona, el otorgamiento de un instrumento, la celebración
de un acto jurídico y la división de una cosa común. Pero fuera de
estos casos, lo normal es que la ejecución se realice mediante el embargo.