Trinitita o Vidrio de Alamogordo
Trinitita o Vidrio de Alamogordo
Trinitita o Vidrio de Alamogordo
Se acercaba el final de la Segunda Guerra Mundial. El Proyecto Manhattan llevaba desarrollándose desde
1941, cuando el presidente Roosevelt, motivado por la posibilidad de que Alemania consiguiera desarrollar
un nuevo tipo de arma de destrucción masiva, autorizó la puesta en marcha de uno de los desafíos técnicos y
científicos mas ambiciosos de la historia. El proyecto implicó a físicos, químicos, ingenieros, matemáticos y
miles de trabajadores en un esfuerzo contrarreloj.
Los logros técnicos del proyecto Manhattan dieron un impulso al desarrollo industrial y tecnológico de los
EE. UU. También plantó la semilla de la Guerra Fría, debido a su dramático fruto, surgido en julio de 1945
de las instalaciones de Los Álamos, en Nuevo México: el Gadget
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El Gadget, preparado para el test Trinity. Los Alamos National Laboratory / Wikimedia Commons
A la una de la tarde del día 12 de Julio de 1945, el sargento Herbert Lehr lleva el núcleo de plutonio de la
bomba a la sala de montaje. Atomic Heritage Foundation
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El plutonio-239 es un isótopo fácilmente fisible fabricado por irradiación de uranio con neutrones. El
plutonio no se encuentra en la naturaleza más que en forma de trazas, en algunos yacimientos de uranio
donde se formaron “reactores nucleares naturales”.
Uno de los retos del proyecto era obtener suficiente plutonio puro a partir de uranio. Para ello utilizaron el
Reactor B de la planta secreta de producción de plutonio de Hanford (Washington). Ahora museo, entonces
fue el primer reactor nuclear comercial destinado a la producción de plutonio, operado por la empresa
DuPont, que renunció a los beneficios y se desmarcó de este área para no ser asociada con el desarrollo de la
bomba.
Torre de 30 metros y caseta donde se colocó la bomba para la detonación. Todo se volatilizó, pero las
evidencias de esta estructura podían verse en la trinitita. Cortesía de National Nuclear Security
Administration / Nevada Site Office
A las 5:29 de la mañana del 16 de julio de 1945, se detonó el Gadget en el remoto desierto de la Jornada del
Muerto. Fue la primera explosión nuclear de la historia, con un rendimiento aproximado de 19 kilotones.
Fue más potente de lo calculado, destruyendo algunos instrumentos científicos ubicados a supuesta distancia
segura.
Robert Oppenheimer remarcó que esa fue la frase más apropiada que se dijo tras la explosión.
En efecto, las dos siguientes bombas, llamadas Little Boy y Fat Man (versión militar del Gadget), mataron a
unas 214 000 personas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. De ellas, aproximadamente la
mitad murieron por las explosiones y el resto debido a la contaminación radiactiva.
Una vista aérea de la zona cero 28 horas después de la prueba Trinity el 16 de julio de 1945
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La trinitita, testigo silencioso de la explosión
El plutonio-239 sostiene una reacción, llamada fisión, en la que un neutrón parte un núcleo atómico en
fragmentos, liberando una media de 2,88 neutrones, que rompen otros núcleos de plutonio y así
sucesivamente. Esta reacción puede amplificarse en cadena cuando se supera la masa crítica con plutonio
muy puro. En este caso tiene lugar la liberación explosiva de la energía producida por la ruptura de los
núcleos.
La fisión de los núcleos genera otros elementos químicos. Estos elementos no son iguales que sus versiones
comunes (es decir, isótopos), sino que son muy radiactivos.
Los neutrones provocan, además, la transformación de los materiales con los que se encuentran en
elementos radiactivos. El resultado es, además de la brutal explosión, una contaminación radiactiva que
puede alcanzar cientos de kilómetros de distancia, debido a que algunos elementos son volátiles o gases,
como el yodo-131 o el kriptón-85.
Hoy día, la trinitita ha perdido la mayor parte de su radiactividad y puede manejarse sin riesgo. Pero aún
contiene testigos de la explosión nuclear:
Cesio-137: es uno de los principales productos de fisión del plutonio. Con un periodo de
semidesintegración de 30 años, es el mayor elemento radiactivo de la trinitita. El cesio-137 es uno de
los principales causantes de la contaminación radiactiva en una explosión nuclear.
Americio-241: indica que la bomba estaba formada por plutonio-239. Permanecerá en la trinitita
durante un milenio.
Bario-133: es difícil de detectar, pues su actividad se reduce a la mitad en algo más de 10 años. Se
piensa que su origen está en el explosivo que se usó para detonar la bomba, llamado Baratol,
formado por nitrato de bario.
Europio-152: un elemento radiactivo característico de la trinitita, utilizado en la confirmación de
ésta frente a falsificaciones.
Los elementos radiactivos desaparecerán con el tiempo, pero las características peculiares de este material,
la presencia de estructuras extrañas como los cuasicristales, y las huellas isotópicas que delatan su origen,
seguirán ahí tras la desaparición de la civilización. Un testigo de nuestro paso por el planeta y del genio,
soberbia y maldad humanas.