Azucar y Edulcorantes
Azucar y Edulcorantes
Azucar y Edulcorantes
Se ha publicado una nueva directriz sobre los edulcorantes artificiales y naturales como substitutos de la promoción
terrorista del daño que genera el azúcar, se desaconseja su uso para controlar el sobrepeso y reducir el riesgo de
enfermedades relacionadas con la obesidad y el cáncer.
Asentados en los resultados de una revisión sistemática de la clara evidencia, que sugiere que el uso de edulcorantes no
azúcar no confiere ningún beneficio a corto, mediano o largo plazo en la reducción de la grasa corporal en adultos o
niños.
Los resultados sugieren que existen efectos indeseables por su uso a largo plazo, como un mayor riesgo de diabetes tipo
2, enfermedades cardiovasculares, cánceres, problemas hepáticos, renales y cardiacos definitivos en la mortalidad de
adultos.
"La sustitución de azúcares libres por edulcorantes, no ayuda a controlar el peso, y se deben considerar otras formas de
reducir la ingesta de azúcares libres, como consumir alimentos con azúcares naturales, como la fruta, o alimentos y
bebidas no azucarados",
Los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y carecen de valor nutricional.
Las personas deben reducir totalmente el dulzor de la dieta, desde una edad temprana, para mejorar su salud.
La recomendación se aplica a todas las personas, excepto a las que padecen diabetes preexistente, e incluye todos los
edulcorantes no nutritivos sintéticos, naturales o modificados que no están clasificados como azúcares y se encuentran
en alimentos y bebidas industrializados, o que se venden solos para que los consumidores los añadan a alimentos y
bebidas.
Entre los edulcorantes no nutritivos más comunes se encuentran el acesulfamo-K, el aspartamo, el advantamo, los
ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia.
La recomendación no se aplica a los productos de higiene y cuidado personal que contienen edulcorantes no azúcar,
como dentífricos, cremas para la piel y medicamentos, ni a los azúcares y alcoholes de azúcar (polioles) bajos en calorías,
que son azúcares o derivados del azúcar que contienen calorías y, por tanto, no se consideran edulcorantes no azúcar.
Debido a que el vínculo observado en la evidencia entre los edulcorantes no azúcar y los resultados en enfermedad
podría estar confundido por las características basales de los participantes en el estudio y los complicados patrones de
uso de estos edulcorantes, la recomendación se ha evaluado como condicional, siguiendo los procesos de la OMS para el
desarrollo de directrices.
Esto indica que las decisiones políticas basadas en esta recomendación pueden requerir un debate sustantivo en
contextos nacionales específicos, vinculados, por ejemplo, al alcance del consumo en diferentes grupos de edad.
La directriz de la OMS sobre los edulcorantes no azúcar forma parte de un conjunto de directrices existentes y futuras
sobre dietas saludables cuyo objetivo es establecer hábitos alimentarios sanos para toda la vida, mejorar la calidad de la
dieta y disminuir el riesgo de ENT en todo el mundo
¿Qué edulcorante te hace mal?
Los peores culpables incluyen el aspartamo (que se encuentra en Equal y NutraSweet), la sucralosa (que se encuentra en
Splenda) y la sacarina (que se encuentra en Sweet 'N Low) . Muchas personas que eliminan los azúcares artificiales de
sus dietas informan de la mejora de muchos problemas de salud, como migrañas, depresión, síndrome del intestino
irritable, aumento de peso y más.
El azúcar se ha convertido en el enemigo público número uno en el mundo de la nutrición, lo que lleva a muchos
consumidores a seleccionar edulcorantes artificiales en su esfuerzo por evitar el azúcar real. Si bien reducir la ingesta de
azúcar agregada es un objetivo valioso, ¡los edulcorantes artificiales pueden no ser una mejor alternativa! La verdad es
que los edulcorantes artificiales tienen peligros que acechan debajo de la superficie, incluidos los vínculos con el
aumento de peso, la diabetes, las enfermedades cardíacas y otros riesgos para la salud.
Lo peor de lo peor
Los edulcorantes artificiales son tentadores porque no contienen calorías, pero aún proporcionan una dulzura poderosa.
Sin embargo, esta es una combinación peligrosa. Estos edulcorantes no nutritivos no proporcionan una sensación de
plenitud o satisfacción, sin embargo, simultáneamente vuelven a entrenar las papilas gustativas para requerir más y más
dulzura. Como resultado, las personas terminan comiendo y bebiendo demasiado, volviéndose adictas a los dulces y
aumentando de peso.
Hay muchos edulcorantes artificiales actualmente en el mercado, y muchos de ellos incluso se agregan a opciones de
alimentos aparentemente más saludables como yogurt, vitaminas y cereales para el desayuno. Los peores de los peores
culpables incluyen el aspartamo ( encontrado en Equal and NutraSweet ), la sucralosa ( que se encuentra en Splenda ) y
la sacarina ( que se encuentra en Sweet ‘ N Low ). Muchas personas que eliminan los azúcares artificiales de sus dietas
informan la mejora de muchos problemas de salud, incluidas las migrañas, la depresión, el SII, el aumento de peso y
más.
Mejores opciones de edulcorante
Si bien es cierto que comer demasiado azúcar agregado no es bueno para su salud, hay muchos edulcorantes y sabores
naturales que pueden mejorar los alimentos sin la necesidad de aditivos artificiales. La miel cruda, la stevia, la vainilla y
la canela son excelentes opciones. Intente ser creativo con recetas de alimentos integrales para descubrir el potencial de
los alimentos con sabor natural y vuelva a entrenar sus papilas gustativas para disfrutar de edulcorantes naturales en
pequeñas cantidades.
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Es cada vez más común endulzar nuestras bebidas y alimentos con endulzantes distintos al azúcar.
Pepsi Diet salió al mercado hace 50 años, con la intención de que los consumidores vincularan la bebida gaseosa sin
azúcar con la pérdida de peso.
Y hoy muchos compran bebidas dietéticas y edulcorantes en un intento para reducir la cantidad de azúcar que
consumen.
Pero con los años ha surgido la preocupación sobre si son seguros o no.
¿Sin embargo, cuánta evidencia hay de que son malos para nosotros?
El aspartame es quizá el endulzante artificial más conocido y también el que tiene peor prensa.
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Muchos compran bebidas dietéticas y edulcorantes en un intento para reducir la cantidad de azúcar que consumen.
Es una alternativa al azúcar, un ácido graso creado a partir de ácido aspártico y fenilalanina.
Un documento de 1996 indicaba que el aumento de los tumores en el cerebro podían estar relacionados con la cada vez
mayor popularidad del aspartame.
El temor se mantuvo, y comenzaron a mencionarse otros tipos de cáncer vinculados con el consumo del edulcorante.
Era tal la preocupación que el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos llevó a cabo una investigación en 2006
basada en los datos de medio millón de personas.
El estudio no encontró un aumento del riesgo de contraer cáncer de cerebro, leucemia o linfoma en personas que
habían consumido aspartame.
Del mismo modo, cuando la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria hizo la investigación de la evidencia más
exhaustiva hasta la fecha, concluyó que en los niveles recomendados (40 miligramos al día por kilogramo de peso) su
consumo era seguro, incluso para niños y mujeres embarazadas.
Lea también: La lucha contra la gordura a lo largo de la historia
Protector dental
La razón por la que al parecer no causa problemas es porque muy poco aspartame terminaba en nuestro sistema
circulatorio.
Y es que se descompone rápidamente en subproductos.
Pero hay una excepción.
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Hay evidencia de que el aspartame puede ayudar a prevenir las caries.
Las personas con un raro transtorno genético llamado fenilquetonuria o PKU no pueden descomponer la fenilalalina,
uno de los subproductos del aspartame. Así que para ellos consumir este endulzante no es seguro.
Es por eso que se advierte en el envase que los endulzantes contienen fenilalalina.
Pero otros endulzantes sí suelen tener efectos secundarios para los consumidores en general.
Si comes demasiados dulces mentolados sin azúcar que contienen xilitol lo habrás experimentado por ti mismo.
El xilitol es un tipo de carbohidrato procedente del abedul y otros árboles de madera dura.
Contiene un 30% menos de calorías que el azúcar y no deja regusto.
Pero si lo consumes en grandes cantidades puede causar retención de líquidos y diarrea.
Aunque también podría tener ventajas, ya que hay evidencia de que puede ayudar a prevenir las caries.
Se ha demostrado que el chicle o los dulces de menta con xilitol neutralizan la acidez de la placa sobre los dientes.
El más reciente, pero no tan nuevo
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La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria halló que los componentes de la estevia no causan cáncer, que no son
tóxicos y que son seguros para niños y mujeres embarazadas.
El más nuevo en el mercado, aunque no es en realidad tan novedoso, es un edulcorante procedente de la planta estevia.
En Paraguay y Brasil la estevia se ha usado en medicina durante siglos.
Y en Japón se ha vendido como endulzante por más de cuatro décadas.
No tiene calorías y endulza 300 veces más que el azúcar.
Es original de áreas subtropicales de América Latina y su componente endulzante, el glucósido de esteviol, se extrae de
sus hojas poniéndolas a remojo en agua.
Este componente pasa a través del cuerpo sin ser absorbido.
La desventaja es que deja un regusto amargo, por lo que a veces la venden mezclada con edulcorantes artificiales.
Fue aprobada como aditivo alimenticio en 2008 en Estados Unidos y en 2011 en Europa.
¿Pero son los glucósidos de esteviol seguros?
En 2010 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria concluyó que sí, después de llevar a cabo un análisis de todas la
evidencia disponible de pruebas tanto en humanos como en animales.
El organismo halló que estos componentes no causan cáncer, que no son tóxicos y que son seguros también para niños y
mujeres embarazadas.
La gran esperanza en torno a estos edulcorantes es que satisfagan a los golosos sin que estos aumenten de peso o
desarrollen diabetes.
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Los científicos no están seguros de que el consumo de edulcorantes no evite ganar peso en el mediano o largo plazo.
Sin embargo, llevan años en el mercado y no parece que hayan frenado el problema de obesidad de muchos países.
Además, los científicos aún no saben si tiene consecuencias el hecho de que el cerebro registre un sabor dulce pero el
cuerpo no reciba la dosis de azúcar esperada.
La preocupación es que la señal de dulzura en cierta forma engaña al cuerpo y éste libera demasiada insulina, algo que
podría llevar a ganar peso a largo plazo.
Todavía no es posible afirmar que esto está ocurriendo.
Pero la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha concluido que no hay suficiente evidencia para decir que estevia
ayuda a lograr o mantener un peso saludable.
Lea también: 5 consejos para desintoxicar el cuerpo y bajar de peso
Intolerancia a la glucosa
Justo cuando parecía que los edulcorantes artificiales no merecen la mala fama que tienen, un reciente estudio hecho en
Israel concluyó que, lejos de prevenir la diabetes de tipo 2, el aspartame, la sacarina y la sacarosa contribuyen a que la
enfermedad se desarrolle.
La investigación se llevó a cabo en ratones.
A un grupo de roedores sanos les dieron de beber estos endulzantes diluidos en agua y a otros solo agua o agua con
azúcar.
Cuando midieron su nivel de glucosa en sangre, los investigadores encontraron que los ratones que habían consumido
los edulcorantes habían desarrollado intolerancia a la glucosa, algo relacionado con la diabetes de tipo 2, algo que no le
sucedió a los roedores que bebieron solo agua o agua con azúcar.
Aparentemente la razón tenía que ver con una bacteria hallada en el intestino. En el caso de los que habían consumido
edulcorantes, la bacteria en cuestión había mutado.
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Hay edulcorantes buenos y malos, y para determinar 100% su efecto es necesario invertir más en investigación.
Los resultados obtenidos en ratones no siempre se pueden extrapolar a humanos.
Y la dieta habitual de los roedores es, por supuesto, muy diferente a la nuestra.
Así que la segunda parte del estudio la desarrollaron en humanos.
Le proporcionaron a un grupo de voluntarios la dosis máxima diaria permitida de sacarina, el equivalente al que
contienen 40 latas de una bebida dietética típica.
A los cinco días poco más de la mitad de los participantes mostraron intolerancia a la glucosa a algún nivel; curiosamente
los que tenían las bacterias del intestino mutadas.
Al ver esto, los investigadores quisieron ir más allá y llevaron a cabo trasplantes fecales.
Concretamente, cogieron heces humanas y las introdujeron en ratones.
Como consecuencia, por medio de sus heces, los humanos que habían desarrollado intolerancia a la glucosa se la
traspasaron a los roedores, lo que sugirió que la clave está en las bacterias del intestino.
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Pepsi Diet salió al mercado hace 50 años, con la intención de que los consumidores vincularan la bebida gaseosa sin
azúcar con la pérdida de peso.
Pero antes de que decidamos que los edulcorantes son dañinos para la salud, hay que tener en cuenta que éste es un
estudio aislado llevado a cabo principalmente en ratones y en el que sólo participaron siete personas.
Incluso los propios científicos reconocen que es necesario seguir investigando.
Y es que este estudio poco nos dice sobre el impacto a largo plazo de los endulzantes en los humanos.
Además, otro estudio realizado en 2013 en ocho países europeos y que implicó a más de 300.000 personas no encontró
relación alguna entre el desarrollo de la diabetes de tipo 2 y el consumo de edulcorantes artificiales.
De todas estas investigaciones hay una lección que aprender.
Y es que no existen dos categorías: los edulcorantes buenos y los malos.
Todos son diferentes y necesitan ser investigados y tomados en consideración de forma separada.
Así que, teniendo en cuenta toda esta evidencia, parece lejos el día en el que se pueda determinar si las bebidas
dietéticas son buenas o malas para la salud.