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EL NIÑO DEL CEMENTERIO
SOOYOUNG
-¿Ya te vas? ¿no puedes esperar un poco?
-Ya es tarde Yerim – le digo a mi hermana mientras tomo
mi bolso – además sabes que me gusta llegar antes y pasar un momento a solas.
-Bueno – Yerim asiente hacia mi – iré con papá más tarde
entonces.
Le sonrió procediendo después abrir la puerta y salir por
esta, pensando en ese momento que no sería mala idea pasar por la floristería y comprar unas rosas.
Las favoritas de mamá.
Hoy estaba de cumpleaños y siempre para esta fecha nos gusta ir a visitarla en la mañana, pero esta vez se presentó un inconveniente en el trabajo de mi padre y Yerim prefirió acompañarlo, por una parte es mejor así.
Unos momentos a solas con mamá.
Una vez que llegó al cementerio, mis manos sujetando el
ramo de flores con delicadeza mirando a mi alrededor, literalmente, no habiendo nadie allí, lo cual me pareció un poco extraño la verdad, pero vamos.
Tampoco es que sea el mejor de los lugares.
Llego a la lápida de mi madre dejando las flores junto a su
tumba, me acomodo en el suelo ante ella y permanezco en silencio por varios minutos, pero al cabo del rato, ya no puedo retener las lágrimas y estás se deslizan solas por mi rostro, porque Dios…
En estos momentos extraño tanto a mi madre, han
pasado seis años desde su muerte.
Pero aún se siente tan reciente.
Pasa alrededor de media hora, media hora que pase hablando, diciéndole todo lo que estaba pasando y lo que estaba sintiendo, de alguna manera sentí como si me estuviera escuchando desde el cielo, aquello haciéndome sonreír un poco.
No me sentía sola.
-Hola – dice de pronto una voz.
Doy un salto un poco asustada mirando hacia mi lado
derecho, la imagen de un niño apareciendo ante mis ojos, la verdad estoy sorprendida, es decir…
Solo estábamos el niño y yo en el cementerio, la sorpresa
solo duró unos pocos segundos porque al instante fruncí un poco el ceño hacia el.
-¿Qué haces aquí solo? ¿y tus padres? – pregunto, el me
sonríe sentándose a mi lado, su mirada dulce y tierna causándome ternura la verdad.
-Mi madre me dejo aquí solo – dice el niño, su voz siendo
un poco dulce – ¿Cuántos años tienes? -Eso debería de preguntar yo.
-8 años.
-24.
-¿Seguro que tú madre te dejo?
El niño asiente bajando la mirada hacia sus manos en su
regazo. Al cabo de los minutos (después de varias preguntas de mi parte) el me mira a los ojos, en ese momento notando algo extraño en su mirada…
-¿Cómo es así que tú madre te dejo solo? ¿Cómo pasó? –
pregunto una vez más, aquello pareciendome algo extraño.
-Si, ella se fue hace diez años.
Abro los ojos mirándolo fijo, pero el parece tranquilo la
verdad, trago con fuerza frunciendo un poco el ceño ahora, no creyendo lo que escuche… Literalmente, me tomo cinco minutos asimilar que estaba hablando con un fantasma…
Miro hacia el una vez más, su mirada estando vacía y
efectivamente, sin vida, notando su piel pálida y ropa algo andrajosa…
-¿Dónde está tu tumba? – pregunto hacia el.
El niño me toma de la mano y jala de mi por las lápidas, el
tacto en mi muñeca siendo frío y tosco, mientras íbamos caminando el comenzó a hablar.
-Me llamo Min Yoongi – comienza a decir – mi madre y yo
sufriamos de violencia por causa de mi padre, en una de sus peleas el arremetió contra mi… me golpeó tantas veces y tan fuerte que eso provocó mi muerte.
Me limito a solo escuchar sin saber que decir, la verdad
aquello pareciendome demasiado triste.
-La verdad estoy preocupado – dice de pronto – por mi
mamá… no sé si está bien o incluso viva, desde que morí mi madre no ha venido ni un solo día a verme – el se detiene de pronto, su mirada conectando con la mía – de seguro y eres un ángel – sonríe – viniste hacer justicia por mi. Mi mamá nunca quiso denunciar a mi padre… creo que estás aquí y me ves porque harás justicia.
Miro hacia la lápida de pronto, el nombre de Min Yoongi
estando grabado en esta, en el momento que miro hacia el niño este ya no está, en ese momento grabandome su nombre para después buscarlo.
****
Min Yoongi.
Tecleo aquel nombre en la pantalla de mi celular
esperando que cargue la información y al hacerlo… Si…
Era cierto.
Había salido hasta en las noticias, sus padres, Min Minho
y Min Eun habían dicho que había muerto a causa de un accidente de auto, pero yo sabía que no era así…
-¿Qué ocurre? – pregunta mi padre entrando en la
habitación, mi mirada cayendo sobre la de el.
Como mi padre es detective decidí contarle lo que había
pasado, el si me creyó, pero sabiendo muy bien que casi nadie cree en estas cosas paranormales entonces mi padre decidió ir con la médium que era de su estación de policía, la cual era una fuente confiable.
Al día siguiente fuimos al cementerio una vez más, los
lleve hasta la tumba del niño, mi padre la verdad tenía esperanzas de comprobar esto y llevarlo a juicio para poder hacer justicia por este niño, pero entonces…
Las cosas resultaron ser diferentes, la médium
comenzando a hablar y mi sangre helandose. -Intente invocarlo pero no pude – comienza a decir, sus ojos cayendo sobre los míos – en su lugar, esa tumba está adueñada por otra alma bastante confundida y también pesada – ella mira hacia la tumba mis ojos yendo hacia ella también, en ese momento sintiendo un escalofrío en todo mi cuerpo.
-El alma de ese niño se fue hace mucho tiempo –
continua diciendo la mujer – seguramente el niño con el que Sooyoung hablo no es el niño de esta tumba si no otro ser.