Qué Es El Efecto Invernadero Parte1

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¿Qué es el efecto Invernadero?

El efecto invernadero es un fenómeno natural que consiste en


la retención del calor cerca de la superficie de la Tierra por
parte de los gases de efecto invernadero. Estos gases actúan
de forma similar al cristal de un invernadero, reteniendo el
calor del sol e impidiendo que escape al espacio.
¿Cómo se produce el efecto invernadero?
El efecto invernadero es un fenómeno natural que se produce
cuando algunos gases de la atmósfera retienen el calor del
sol e impiden que escape al espacio. Esto provoca el
calentamiento global.
¿A quienes afecta el efecto invernadero?
El efecto invernadero afecta a todo el planeta. Los grupos
sociales más vulnerables, como los pescadores, los
indígenas y los aborígenes, son los más afectados.
El efecto invernadero provoca cambios en los ecosistemas y
la desertización. Esto provoca muertes, enfermedades y
migraciones masivas de especies.
El efecto invernadero también provoca:
-Deshielo de masas glaciares
-Inundaciones de islas y ciudades costeras
-Huracanes más devastadores
-Migraciones de especies
-Desertificación de zonas fértiles
-Cambios en los patrones meteorológicos
-Enfermedades respiratorias causadas por el smog y la
contaminación atmosférica
-Clima extremo
-Alteraciones del suministro de alimentos
-Aumento de los incendios forestales
El efecto invernadero también puede provocar:
-Lesiones, enfermedades y defunciones por fenómenos
meteorológicos extremos
-Inseguridad alimentaria y del abastecimiento del agua, y
desnutrición
-Enfermedades respiratorias y alérgenos
-Olas de calor más habituales y duraderas en diferentes
regiones del mundo
¿Qué capas de la tierra afecta?
El efecto invernadero afecta a las capas más cercanas a la
Tierra, la troposfera y la estratosfera. La troposfera se está
expandiendo debido al calentamiento global, mientras que la
estratosfera se está encogiendo debido a un enfriamiento
paralelo en las alturas.
Causas de efecto invernadero
Todo comenzó a gestarse a partir de la Revolución Industrial,
cuando la actividad del hombre se fundamentó en el uso de
los combustibles fósiles, y continuó a medida que pasaban
las décadas con el resto de actividades humanas que
acentuaban los niveles de contaminación. Como
consecuencia, la temperatura se ha incrementado ya en 1 ºC
en comparación con la de aquella era.
Así, de manera general, podemos determinar que las
principales causas del efecto invernadero son el consumo de
energía no renovable, la destrucción de los ecosistemas, el
transporte y la combustión fósil, con las emisiones de CO2,
provocada por el uso del petróleo, el carbón y el gas natural.

A efectos prácticos más concretos, el efecto invernadero está


causado por el nivel de desechos y de basura en nuestro
planeta, entre los que se incluyen los plásticos; la ausencia
de un buen reciclaje; el abuso de la calefacción y el aire
acondicionado; la utilización de espráis; la ganadería
intensiva; el consumo excesivo de energía de origen no
renovable; el abuso de la utilización de los medios de
transporte contaminantes como los aviones y los vehículos
diesel y de gasolina; y la deforestación.
Consecuencias del efecto invernadero
Este conjunto de circunstancias incrementa y acelera el
cambio climático, el cual amenaza no solo el medio ambiente
y los ecosistemas, sino también nuestra forma de vida. El
aumento de la temperatura media terrestre por encima de 1,5
ºC provocaría el calentamiento de los océanos, el deshielo de
los casquetes polares con el consiguiente aumento del nivel
del mar y la inundación de las poblaciones costeras, y la
desaparición de algunas islas.

Pero no solo eso, El cambio climático también propicia la


proliferación de fenómenos meteorológicos adversos, como
huracanes, tornados y tifones, al igual que la desertificación
de algunas zonas que dejarán de ser fértiles y afectarán a las
cosechas y a las hambrunas, así como a la propagación de
más enfermedades y pandemias.

Esta situación provocaría, sin duda, la migración de


poblaciones enteras y de diversas especies en busca de
nuevos territorios para sobrevivir.

No obstante, algunos de los efectos del cambio climático ya


empezamos a sufrirlos. Prueba de ello son el incremento de
las olas de calor y de frío extremo, con temperaturas que
baten récords desde que se tienen registros, además de
alteraciones de las estaciones del año y del ciclo de floración
de las plantas, y la sucesión de incendios y huracanes, entre
otros.

En nuestra mano está que ponerle freno a esta situación para


que las circunstancias no empeoren. Todos podemos poner
nuestro granito de arena en nuestro día a día para contribuir a
que la situación empeore, así como a educar a los más
pequeños de la casa para que adopten hábitos adecuados
para ello. Consume de manera responsable, no malgastes
energía y recicla todo lo que puedas. El planeta y el futuro de
tus hijos y tus nietos te lo agradecerán.
¿Cuál es el estado actual del cambio climático en el
mundo?
El año 2020 comenzó con lo que parecía una ola imparable
de cambio de hábitos en pro de la lucha contra el cambio
climático. Por fin, las voces científicas y los movimientos
ecologistas como Fridays for future habían calado tanto en la
sociedad como los gobiernos, que ya dirigían sus estrategias
hacia la transición verde. Sin embargo, lo que parecía ser el
año para cambiar de rumbo hacia un planeta más verde, se
convirtió en un año marcado por una crisis económica y de
salud sin precedentes. De este modo, los esfuerzos
climáticos fueron relegados a un segundo plano, eclipsados
por la irrupción de la pandemia.

Y aunque en este año hemos sido testigos de una breve y


nunca antes vista disminución de las emisiones, lo cierto es
que este solo fue un efímero respiro para el planeta ya que
las emisiones de CO2 han vuelto a registrar niveles récord y
siguen aumentando. Todo ello nos muestra que el cambio
climático no se detendrá ante crisis mundiales como la de la
COVID-19 y necesitamos reducir las emisiones y lograr la
neutralidad en materia de carbono para 2050.

La urgencia de esta misión es cada vez mayor: se prevé que


el período comprendido entre 2016 y 2020 será el quinquenio
más cálido de la historia, y en base de las tendencias
actuales, el mundo no está en condiciones de mantenerse por
debajo de los objetivos del Acuerdo de París. Así lo muestra
el informe “United in Science 2020” editado por varias
agencias de las principales organizaciones científicas.* En él
se destacan los efectos cada vez más acusados e
irreversibles del cambio climático, que afectan a los glaciares,
los océanos, la naturaleza, las economías y las condiciones
de vida de los seres humanos y que a menudo se dejan sentir
a través de peligros relacionados con el agua como la sequía
o las inundaciones. Asimismo, el informe también documenta
cómo COVID-19 ha obstaculizado nuestra capacidad para
realizar una vigilancia exhaustiva de estos cambios a través
del sistema de observación mundial.

A continuación, exponemos algunas de sus conclusiones


principales:

En primer lugar, las emisiones globales de dióxido de carbono


(CO2) fósil, que son aquellas procedentes del uso de
combustibles fósiles y la industria, alcanzaron un récord en
2019 de 36,7 Gigatoneladas. Durante el 2020 se observan
anomalías relacionadas con el periodo de confinamiento y
parón de la economía global que hizo disminuir en abril un
17% las emisiones en comparación con los promedios
globales diarios en 2019. Unos niveles que volvieron a
recuperarse en junio de 2020.

A pesar de esta ligera reducción de emisiones durante la


pandemia, las concentraciones de Gases de Efecto
Invernadero en la atmósfera han seguido aumentando hasta
alcanzar nuevos registros. Esto se debe a que el balance de
las concentraciones atmosféricas es el resultado de las
emisiones actuales y pasadas y del período de vida
sumamente prolongado de ese gas, por lo que el efecto del
descenso de emisiones durante el confinamiento en el
cómputo total es muy limitado. Este es uno de los puntos más
críticos en la lucha contra el cambio climático ya que las
reducciones sostenidas de las emisiones son necesarias para
estabilizar el aumento de la temperatura global.
En este sentido, el informe revela que la temperatura media
mundial de la superficie para el período 2016-2020 estará
entre las más cálidas de cualquier período equivalente
registrado. En concreto, se estima que actualmente es 1,1 °C
superior a la media de la etapa preindustrial (1850–1900). Y
lo más preocupante, existe alrededor de un 20% de
probabilidad de que la temperatura media global supere
temporalmente los 1,5 °C por encima del nivel preindustrial en
el período comprendido entre 2020 y 2024.

En consecuencia, el cambio climático inducido por el hombre


está afectando a los sistemas de sustentación de la vida, que
van desde la cima de las montañas hasta las profundidades
de los océanos, lo que provoca diferentes efectos en cascada
para los ecosistemas y la seguridad humana como:

Deshielo del Ártico y aumento del nivel del mar


El ritmo de subida del nivel medio del mar a escala mundial
de 2006 a 2015 es ya de 3,6 milímetros anuales, un valor sin
precedentes para el conjunto del siglo pasado. En este punto
debemos tener en cuenta que el océano global cubre el 71%
de la superficie terrestre y otro 10% de la misma está cubierta
por glaciares o capas de hielo, lo que llamamos criosfera. El
océano y la criosfera sostienen hábitats únicos y están
interconectados con otros componentes del sistema climático
a través del intercambio global de agua, energía y carbono, lo
que provoca que cualquier cambio en el nivel de estos dos
componentes afectará gravemente al clima terrestre y a la
vida submarina.
Acidificación del océano y pérdida de biodiversidad mar
El océano ha absorbido entre el 20 y el 30 % del total de
emisiones de CO2 que provoca el hombre desde la década
de 1980, y ello ha incrementado su acidificación. Desde
aproximadamente 1950 muchas especies marinas han
experimentado cambios en su área de distribución geográfica
y en sus actividades estacionales en respuesta al
calentamiento de los océanos, los cambios en el hielo marino
y la pérdida de oxígeno. Esto ha dado lugar a cambios en la
composición de las especies, la abundancia y la producción
de biomasa de los ecosistemas, desde el ecuador hasta los
polos.

Modificación de las condiciones hidrológicas


Los cambios que están ocurriendo en nuestro sistema
climático han comenzado a impactar y tendrán impactos más
pronunciados en nuestro planeta. El Informe de las Naciones
Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el
Mundo (UNESCO, 2019) enumera tres impactos clave
relacionados con el agua en un clima cambiante:

1) Aumento de los desastres relacionados con el agua:


actualmente el 90% del impacto de los desastres naturales
está relacionado con el agua y para 2050, el número de
personas en riesgo de inundaciones aumentará de su nivel
actual de 1.200 millones a 1.600 millones.
2) Aumento de las zonas que sufren de estrés hídrico: A
principios y mediados del decenio de 2010, 1.900 millones de
personas, o el 27% de la población mundial, vivían en
posibles zonas de grave escasez de agua. En 2050, esta cifra
aumentará entre el 42% y el 95%, o entre 2.700 y 3.200
millones de personas.

3) Aumento de las muertes relacionadas con la mala calidad


del agua. Datos del 2019, mostraban que el 12% de la
población mundial bebe agua de fuentes no mejoradas e
inseguras, con el consecuente riesgo para la salud. En este
aspecto, según datos de UNICEF (2017) más de 800 niños
mueren cada día por la diarrea asociada con el agua no
potable y la falta de higiene y saneamiento.

Por último, el documento hace hincapié en que los impactos


de la pandemia de COVID-19 también van más allá de las
emisiones. Según la OMM, los buques de investigación
oceanográfica y los buques comerciales dejaron de tomar
datos durante la pandemia de COVID-19, y la red GO-SHIP
canceló su estudio oceánico de la década. El informe destaca
que el estudio de estas variables es esencial para evaluar el
avance del cambio climático y sus consecuencias por lo que
estas “lagunas” deberían evitarse a través de la coordinación
internacional y la colaboración en materia de datos. Un
espíritu de alianza que además queda reflejado en el prólogo
del Secretario de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien
señala que:
“Nunca antes ha sido tan evidente la necesidad de aplicar
transiciones limpias, inclusivas y a largo plazo que permitan
afrontar la crisis climática y hacer realidad el desarrollo
sostenible. Debemos convertir la estrategia de recuperación
de la pandemia en una auténtica oportunidad para forjar un
futuro mejor”. Y añade que para ello “necesitamos ciencia,
solidaridad y soluciones”.

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