Repilo Del Olivo Subrayado

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ENFERMEDADES DE LOS CULTIVOS

DIAGNÓSTICO Nº 7

REPILO DEL OLIVO


(Fusiclaudium oleaginum)

1. Fichas de diagnósticos en laboratorio de organismos nocivos de los vegetales,


(1996). Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
2. Melgarejo, P., García-Jiménez, J., Jordá, Mª C., López, Mª M., Andrés, Mª. F.,
Duran-Vila, N. (2010). Patógenos de Plantas descritos en España. Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación. 717 pp.
3. Smith, I.M., Dunez, J., Lelliott, R.A., Phillips, D.H., Archer S.A. (1992). Manual
de Enfermedades de las Plantas. Ed. Mundi- Prensa. 440-442 pp.
4. Trapero, J. R. Viruega, L. M. López-Doncel, R. Segura, M. Alsalimiya, J. Moral y
L. F. Roca 2010. Repilo del Olivo. En: “Enfermedades de las Plantas causadas por
Hongos Y Oomicetos. Naturaleza y Control Integrado”. Ed.: R.M. Jiménez Díaz y
E. Montesinos. I.S.B.N.: 978-84-935247-5-3. Pp. 267-281.
5. Martín, A., Ruíz, M.J., et al. (2014). Guía de Gestión Integrada de Plagas. Olivar.
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Secretaría General
técnica. Centro de Publicaciones.
6. Reglamento Específico de Producción Integrada de Olivar. Orden 16 de febrero.
(BOJA nº 39 de 27 de febrero de 2012).
7. Resolución de 20 de mayo de 2014, de la dirección general de la producción
agrícola y ganadera, por la que se actualizan algunas sustancias activas
fitosanitarias.
8. Resolución de 2 de junio de 2015, de la dirección general de la producción agrícola
y ganadera, por la que se actualizan algunas sustancias activas fitosanitarias.
9. Resolución de 22 de junio de 2018, de la dirección general de la producción
agrícola y ganadera, por la que se actualizan algunas sustancias activas
fitosanitarias (BOJA nº 131, 9 de julio de 2018).

E.T.S.I.A. UNIVERSIDAD DE SEVILLA


CURSO 20-21
PROFESOR RESPONSABLE: Dr. MANUEL AVILÉS GUERRERO.
Ficha 73

SpHocaea oleaglna (Cast.) Hughes. OLIVO


Repilo, Vivillo u Ojo de gallo Olea europaea L.

Sinonimia

Para algunos autores es S. oleaginea.


Cycloconium oleaginum Castagne .
que para algunos autores es C. olea-
gineum.

Distribución en España

Presente, ampliamente distribuida.

Cultivos afectados

Olea europaea L. (olivo) , Aunque el


hongo es más bien un patógeno
específico del olivo cultivado, puede
infectar a Phyl/irea spp. y Ligustrum vu/-
gare L. (aligustre) .
Mancha inicial de repilo en hoja.

Sintomatología

Lesiones en el limbo foliar y ocasionalmente en el peciolo, pedúnculo del fruto y fruto. Manchas cir-
culares de tamaño variable y coloración llamativa que se desarrollan sobre el haz de la hoja. Ini-
cialmente de color oscuro, aceitoso y brillante, más tarde se rodean de un halo amarillento y la
zona central de la mancha toma una tonalidad
también amarilla, quedando separada del halo
exterior por una banda verde. Posteriormente
vuelve a oscurecerse al desarrollarse sobre ella
las fructificaciones del hongo. En ocasiones, la
mancha presenta un tono blanquecino al sepa-
rarse la cutícula de la epidermis. El desarrollo de
manchas en el haz no se corresponde con mani-
festaciones similares en el envés, donde sólo se

Síntomas avanzados de la enfermedad. Síntomas en fruto. (Foto: R. Santiago)


aprecian, a veces, zonas enne-
grecidas a lo largo del nervio
central. Las manchas foliares
originan la caída de la hoja,
aunque puede haber defolia-
ción en ausencia de éstas,
debido a fuertes infecciones en
el peciolo. Las manchas en
pedúnculo del fruto son de
tonalidad pardo-oscuro y
forma alargada.
En fruto se manifiesta cuando
está próximo a la maduración
como manchas de pocos milí-
metros, pardas y ligeramente
deprimidas.

Conidióforos y conidias de S. oleagina.

Análisis de la muestra

En la fase de incubación del hongo, las manchas


foliares subepidérmicas no son visibles a simple
vista, por lo que pueden ser detectadas mediante
el «método de diagnóstico precoz» poniendo las
hojas en solución de sosa (Na OH) al 4% durante
25-35 minutos. Si la hoja está infectada, las man-
chas se observan perfectamente. Para provocar la
esporulaclón del patógeno, se pone la hoja con
manchas visibles en cámara húmeda a 20 ºC
durante 2 ó 3 días.
Aunque es posible cultivar y mantener el hongo en
medio de cultivo agarizado, pese a que su creci- Conidióforo con collaretes y conidio con 2 tabiques.
miento es lentísimo y la esporulación de sólo un 2ü°k (Foto: R. Santiago)
aproximadamente del total de conidios sembrados,
resulta poco práctico para el diagnóstico; además la
siembra de conldlos ha de hacerse uno por uno en medio preparado con extracto de hojas de olivo.

Identificación

Los conidlóforos son castaños claros, fialidiformes o ampuliformes, unicelulares con collaretes por la pro-
ducción sucesiva de conidios. Los conidios se forman solitarios son oblongos a piriformes, de color castaño
claro, unicelulares cuando jóvenes y bicelulares cuando maduran, es raro encontrar tricelulares.

Bibliografía

BARNETT, H. L. y HUNTER, B. B., 1998: lllustrated genera of imperfect fungi. (4.0 ed.) APS Press. 106-107.
ELus, M. B., 1971: Dematiaceous Hyphomycetes. CAB. 142.
JIMÉNEZ DíAZ, R.M., 1985: Enfermedades del olivo. Olivae, 11 Año n.º 8: 24-26.
lABORDA, E., 1964: Puesta a punto del método de diagnóstico precoz del repilo del olivo. An. Edafol.
Agroblol., 23: 215-224.

GRUPO DE TRAIJAJO DE LA[JORA TORIOS DE DIAGNÓSTICO


Departcunento de Sanidad Vegetal de Córdoba. Junta de Andalucía.
Pére,z de Algaba de La Torre, A.
Spilocaea oleagina (Castagne) Hughes
Repilo del olivo

Sinónimos: Cycloconium oleaginum Castagne.

Taxonomía: Reino Fungi, Hongos Mitospóricos (División Eumycota, Subdivisión Deu-


teromycotina, Clase Hyphomycetes).

Descripción: Forma conidióforos unicelulares, fialidiformes, de color amarillento y muy


pequeños, que llevan conidias piriformes, marrones, con un septo transversal donde la ca-
nidia se constriñe y miden 14-27 x 9-15 µm.

Huéspedes: Olivo.

Sintomatología: Provoca la aparición de manchas de color pardo oscuro, circulares y


anilladas con un centro verde. Con el tiempo toman aspecto aterciopelado y aparecen con
un halo amarillo claro, violeta o pardo claro. Puede infectar el pedúnculo del fruto, pro-
vocando su caída.

Referencias:

-Benlloch, M. (1942). Observaciones sobre algunas enfermedades del olivo. Boletín Pa-
tología Vegetal y Entomología Agrícola 11: 1-12.

- Benlloch, M. (1945). Clave para reconocer las plagas y enfermedades del olivo por
sus síntomas externos. Publicación Estación Fitopatológica Agrícola de Madrid
16: 14 pp.

- Estaciones de Patología Vegetal. (1926). Trabajos de las Estaciones de Patología Ve-


getal. Publicación Estación Patología Vegetal 1: 107-113.

717
440 Capítulo 13

Venturia chlorospora (Ces.) Karsten a la morfología del conidióforo, debe clasificarse


(Anamorfo: Fusicladium saliciperdum [Alles- claramente en Spi/ocaea en vez de en Cyc/oconium.
cher & Tubeuf] Tubeut) No se conoce teleomorfo, que bien pudiera ser Ven-
turia.
V. ch/orospora, que está muy extendido en Europa
y América del Norte, ataca a muchos sauces, es- Huéspedes
pecialmente a algunas formas de Salix alba (inclu-
yendo a la var. vitellina), S . americana y Infecta a especies de Olea , especialmente al olivo,
S. decipiens . Algunos sauces, entre ellos S. alba Olea europaea.
var. coerulea, S. fragilis y S . viminalis, parecen ser
resistentes. V . chlorospora causa una enfermedad Distribución geográfica
denominada moteado del sauce: se forman manchas
irregulares sobre las hojas , que pueden morir y des- S . oleagina está muy extendido en la región medi-
prenderse; sobre los brotes se forman lesiones ne- terránea, así como en las principales áreas mundia-
gras, tipo sarna, y los brotes y ramas anillados mue- les de cultivo del olivo (mapa del CMI 183).
ren de adelante a atrás. En hojas y brotes se desa-
rrollan pústulas con las conidias de F. saliciperdum.
Enfermedad
El hongo inverna en los brotes muertos infectados
durante la primavera y verano anteriores; en algunas S. oleagina causa el repilo del olivo con síntomas
áreas se desarrolla el teleomorfo durante el otoño y de lesiones en hoja, fundamentalmente en la haz
el invierno sobre las hojas caídas. La infección se (Fig. 55). Las lesiones inicialmente pasan desaper-
debe principalmente a conidias que se forman en la cibidas, luego casi no se detectan y, posteriormente,
primavera en los brotes infectados y atacan a las crecen formando manchas pardo oscuras, circula-
hojas jóvenes en expansión; el tiempo fresco y llu- res , la mayoría anilladas o zonadas, con un centro
vioso favorece la enfermedad. En algunas áreas verde ; posteriormente toman un aspecto atercio-
V. chlorospora causa daños importantes en plan- pelado y a menudo aparecen rodeadas por halos
taciones de mimbres, y puede reducir el crecimiento concéntricos amarillo claro, violeta o pardo claro
de los sauces arbóreos susceptibles causando de- (de donde el nombre de mancha ocular u ojo de gallo
foliaciones prematuras; los ataques graves dañan la
estética de los sauces ornamentales. Los viveristas
deben sacar estaquillas sólo de plantas madre sanas
y aplicar tratamientos invernales a las plantaciones
de éstas; también pueden tratarse durante la esta-
ción vegetativa las plantas de vivero, las plantacio-
nes de mimbres y los árboles jóvenes en parques y
jardines con maneb, zineb , captan o brestan
(Diercks, 1959).
Nüesch (1960) ha señalado sobre sauces a otras
especies de Venturia, y V. saliciperda Nüesch (ana-
morfo: Pollada saliciperda [Allescher & Tubeuf]
v. Arx) es considerada por ciertos autores como un
patógeno más importante que V. chlorospora
(CMI 481); la importancia relativa de estos hongos
en distintos países necesita evaluarse.
PHILLIPS

Spilocaea oleagina (Castagne)


Hughes
(Sinónimo: Cyc/oconium oleaginum Castagne)
j
Descripción básica
S . oleagina produce colonias subcuticulares esen- Fig. SS. Síntomas de repito (Spilocaea oleagina)
cialmente similares a las de los moteados ; en base en la haz y el envés de hojas de olivo.
Ascomycetes IV 441

que se le da en algunas regiones). La clorosis puede humedad atmosférica esté próxima a saturación, de-
extenderse a gran parte de la lámina foliar , y la hoja pendiendo de la temperatura. Veranos cálidos, se-
cae. El patógeno puede infectar el pedúnculo del quías y períodos sin lluvia actúan como factores
fruto, causando su caída; los ataques directos a la limitantes al desarrollo de la enfermedad, aunque el
aceituna o a los ápices tiernos de los brotes no son resto de las condiciones sea favorable. Normalmen-
frecuentes. Las hifas infectivas penetran en la hoja te hay uno o dos períodos principales de infección:
atravesando y degradando enzimáticamente la grue- el más frecuente es durante el otoño y el invierno
sa cutícula y posteriormente se desarrollan paralelas (en áreas de verano seco e invierno suave), o en
a la superficie, dando lugar a un micelio subcuticular primavera y principio del verano (en áreas de in-
de hifas hialinas, septadas y ramificadas ; las colo- viernos más fríos), o según las condiciones locales
nias permanecen localizadas en una capa cutinizada y el crecimiento estacional del árbol en ambas es-
de la pared de la célula epidérmica hasta que se taciones. En las condiciones más favorables el pe-
descomponen los tejidos de la hoja; este hábito de ríodo de incubación es de unas dos semanas, pero
crecimiento se ha asociado con la reacción de de- si a la infección sigue una estación cálida y seca (o
fensa de los tejidos infectados (Graniti & De Leo, con menor frecuencia fría) puede durar varias se-
1966), que incluye la movilización e hidrólisis del manas o incluso meses , por ejemplo la aparición de
glucósido fenólico oleuropina, dando Jugar a la agli- lesiones foliares en otoño puede deberse a infeccio-
cona fenólica, que a su vez inhibiría a las enzimas nes que han permanecido latentes desde la prima-
del hongo que degradan la pared celular, evitando vera*. Las lesiones formadas en primavera pueden
que colonice el mesófilo. Las hojas afectadas caen frenar su desarrollo durante el verano y luego reac-
prematuramente (una hoja sana vive normalmente tivarse y esporular, es decir, extender sus márgenes
un año y medio aproximadamente); las infecciones formando un nuevo anillo, con las primeras lluvias
graves pueden producir la defoliación de los árboles. otoñales.
Las infecciones recurrentes llevan a desarrollo po-
bre y muerte progresiva de los árboles defoliados. Importancia económica
Las pérdidas se deben principalmente a una reduc-
Epidemiología ción de la superficie foliar, aparte de a la muerte
progresiva de brotes y ramas defoliadas por infec-
Si las condiciones ambientales son favorables (La- ciones recurrentes ; las pérdidas de producción pue-
viola, 1%6; Saad & Marsi, 1978) S. oleagina puede den ser también consecuencia de que las yemas axi-
desarrollarse durante todo el año en su huésped pe- lares de hojas que han caído a causa de la enfer-
renne. La enfermedad es particularmente grave en medad no se desarrollen dando lugar a brotes
plantaciones densas o mal ventiladas y en viveros. florales , sino que solamente se desarrollan macro-
El inóculo de las infecciones primarias procede nor- blastos. Los daños directos a fruto son raros , siendo
malmente de lesiones que esp0rulan sobre hojas de imp0rtancia sólo para la aceituna de mesa. Aun-
afectadas que han permanecido en el árbol durante que para muchos países no haya datos disp0nibles,
el invierno o el verano; las conidias formadas en o sean escasos, se considera que unas pérdidas me-
estas lesiones pueden permanecer viables durante dias del 20-30% son estimaciones conservadoras en
varios meses, sin embargo una vez separadas de sus áreas en las que la enfermedad es recurrente en
conidióforos pierden su capacidad germinativa en cultivares susceptibles de olivo; sin embargo se han
menos de una semana. Aunque son 'esp0ras secas' señalado pérdidas superiores.
no se diseminan eficazmente por el viento sino que
normalmente se dispersan por agua de lluvia, y se-
guramente hay una dispersión lateral limitada por Control
vientos que llevan gotas de agua cargadas de coni- En las plantaciones sujetas a ataques recurrentes de
dias ; a consecuencia de lo anterior la infección es repilo se recomienda podar y adoptar otras medidas
más grave en las partes inferiores de la copa, donde dirigidas a reducir la humedad o el sombreado. Los
también es mayor la humedad. Las conidias for-
madas en las hojas caídas al suelo no tienen prác- *Se han desarrollado técnicas (Loprieno & Tenerini, 1959)
ticamente importancia en la infección. La infección para detectar las infecciones latentes, p. ej. sumergiendo
tiene lugar en un amplio intervalo de temperaturas, muestras de hojas en una solución caliente (50-60° C) de
KOH o de NaOH al 5% durante 2-3 min hasta que apa-
con un óptimo a 18-21 º C (la formación de apresorios recen manchas pequeñas, redondeadas, negras, en los pun-
parece requerir 16-24º C), con tal de que durante tos en que permanecen localizadas las colonias de
uno-dos días las hojas se mantengan mojadas o la S . oleagina.
442 Capítulo 13

programas de control químico incluyen tratamientos Phaeocryptopus gaeumannii (Rohde)


antes y durante las estaciones principales de infec- Petrak
ción; en general se utiliza caldo bordelés, oxicloruro (Sinónimo: Ade/opus gaeumannii Rohde)
de cobre o algunos fungicidas orgánicos de alta per-
si~tencia (p. ej., captafol). En muchas áreas con un P. gaeumannii se encuentra sólo sobre especies de
clima mediterráneo seco se aconsejan tres trata- Pseudotsuga, afectando a todas las variedades del
mientos (al final del invierno, al final del verano y abeto de Douglas, Pseudotsuga menziesii; se en-
al final del otoño), sin embargo el número (l-8) y el cuentran diferencias de resistencia entre distintas
momento de los tratamientos varían mucho según poblaciones del árbol y distintos árboles. Se ha en-
las condiciones locales y estacionales. En los lu- contrado en toda Europa, América del Norte, Tas-
gares donde el tamaño y la densidad de los olviares, mania y Nueva Zelanda (mapa del CMI 42). Causa
la topografía desigual o rocosa, la falta de agua u una enfermedad de las acículas denominada nor-
otros factores hagan que los tratamientos con los malmente caída suiza de acículas: al final del verano
pulverizadores usuales sean inaplicables o anti- las acículas afectadas amarillean y si están muy afec-
económicos, se han utilizado pulverizaciones aéreas tadas caen; las pseudotecas negras del hongo pue-
de formulaciones cúpricas en aceite. En las zonas den encontrarse durante la primavera y principio del
en que las infecciones tienen lugar sólo en períodos verano en el envés de las hojas; la mayoría de los
limitados puede resultar ventajoso un efecto fito- árboles enfermos tienen entre 10 y 40 años, aunque
tóxico que se ha observado en algunos fungicidas a veces se ven afectados árboles más jóvenes o más
(especialmente el cobre) sobre las hojas infectadas: viejos.
tras los tratamientos preventivos la mayoría de las En mayo, junio y principios de julio las pseudo-
hojas con lesiones caen al suelo, liberando por tanto tecas liberan las esporas, que pueden afectar a las
a los árboles de fuentes de inóculo. A menudo se hojas jóvenes; el hongo se desarrolla entre los te-
han observado diferencias de susceptibilidad entre jidos de las hojas y durante el invierno forma estro-
cultivares y clones de olivo y se conocen selecciones mas oscuros, como tapones, en las cavidades sub-
locales que resisten a la enfermedad, al menos bajo estomáticas del envés. En primavera en estos es-
ciertas condiciones ambientales; sin embargo se ha tromas se forman pseudotecas que se proyectan so-
realizado poco trabajo de selección de mejora que bre la superficie por fuera de las aperturas esto-
lleve a una mayor resistencia de cultivares valiosos máticas. En mayo empiezan a madurar las ascas,
pero susceptibles. que liberan las esporas completando el ciclo vital.
GRANITI El crecimiento del hongo está favorecido por plu-
viometrías estivales y humedades elevadas (Merkle,
Spilocaea pyracanthae (Otth) v . Arx (sinónimo: 1951). P. gaeumannii causa a veces defoliaciones
S. eriobotryae [Cavara] Hughes , Fusicladium py- graves en algunas zonas de Europa, raramente pro-
racanthae [Otth] Viennot-Bourgin) causa moteado duce la muerte de los árboles, pero los puede dejar
de las hojas y los frutos de Cotoneaster y Pyra- dispuestos a los ataques de otros hongos, especial-
cantha ornamentales, y en la región mediterránea mente de especies de Armillaria; sin embargo, aun-
se encuentra también sobre níspero (Mespilus ger- que está muy extendido y las acículas del abeto de
manica) y níspero del Japón (Eriobotrya) (mapa del Douglas pueden aparecer densamente cubiertas de
CMI 435). Apiosporina morbosa (Schwein.) v. Arx pseudotecas, en la mayoría de los casos causa pocos
(sinónimo: Dibotryon morbosum [Schwein.] daños. Normalmente no se necesitan medidas de
Theiss. & H. Sydow) causa en América del Norte control, pero en América del Norte Chastag-
(mapa del CMI 48) chancros en Prunus; se dispersa ner & Byther (1983) han obtenido un control ex-
por ascosporas y es especialmente importante sobre celente sobre árboles de Navidad tratándolos con
ciruelo, siendo un patógeno ausente de Europa, que clorotalonilo poco después de la brotación.
debe excluirse como organismo sujeto a cuarentena PHILLIPS
(CMI 224; EPPO 10). Platychora ulmi (Schleicher)
Petrak (anamorfo: Piggotia u/mi [Grev .] Keissl.), ex-
tremadamente frecuente en hojas de olmo en otoño, Rhizosphaera kalkhoffii Bubák
causa una lesión carbonosa evidente, que, sin em-
bargo, no tiene importancia económica. Los estro- R. kalkhoffii forma picnidios negros pedunculados
mas negros dan lugar primero a picnidios y poste- (CMI 656) que aparecen principalmente sobre pi-
riormente a pseudotecas a lo largo del otoño Y del ceas (especialmente Picea pungens, P. abies
invierno (Viennot-Bourgin, 1949). P. sitchensis), pero también sobre especies de
Capítulo 13
Repilo del Olivo
Antonio Trapero, José R. Viruega, Luís M. López-Doncel, Rosa Segura, Mohamed
Alsalimiya, Juan Moral y Luís F. Roca

1. Importancia y distribución geográfica

El Repilo, "vivillo", "ull de gall" o caída de las hojas es una enfermedad del olivo
ampliamente difundida en todas las regiones oleícolas del mundo, siendo espe-
cialmente grave en zonas húmedas o años lluviosos, en olivares próximos a ríos,
arroyos, vaguadas, en viveros y en plantaciones densas y mal ventiladas. En
España, se ha considerado la enfermedad más importante del olivar, tanto por su
extensión como por los perjuicios que ocasiona en condiciones favorables para su
desarrollo. A pesar de ello, los datos sobre las pérdidas de cosecha debidas a esta
enfermedad son escasos e imprecisos, aunque se ha estimado una pérdida media
ligeramente superior al 6% de la producción para el período 1969-74 (De Andrés,
1991 ). A estas pérdidas directas hay que añadir el coste económico y medioam-
biental de los tratamientos fungicidas utilizados para su control, considerando que
sólo el gasto de fungicidas cúpricos, utilizados principalmente contra esta enfer-
medad, supuso unos 200 millones de euros en el año 2007 (Trapero et al., 2009).
La principal consecuencia de los ataques de Repilo es la intensa defoliación del
árbol (Fig. 1), con el consiguiente debilitamiento y disminución del rendimiento del
cultivo. En ocasiones, también se han observado infecciones del pedúnculo del
fruto, que originan su caída, lo que conlleva un efecto negativo indirecto sobre la
calidad del aceite. La infección del fruto, aunque es muy rara, perjudica la calidad
del mismo y reduce su rendimiento graso, pero no afecta al aceite (Trapero y
Blanco, 2008).

2. Sintomatología y diagnóstico

El síntoma más característico de la enfermedad se presenta en el haz de las


hojas, donde destacan manchas circulares o anulares de tamaño variable y de
color marrón oscuro-negro, a veces rodeadas de un halo amarillo característico
(Fig. 2A). Este halo suele estar ausente en otoño-invierno, mientras que en prima-
vera es muy acusado. El color oscuro de las manchas se debe a las conidias del
agente causal, las cuales pueden cubrir la totalidad de la mancha, o bien aparecer

267
Enfermedades de las plantas causadas por Hongos y Oomicetos. Naturaleza y control integrado

Figura 1. Olivos gravemente defoliados por el Repilo ("repilados").

distribuidas en anillos concéntricos, sobre todo en las lesiones viejas. La aparien-


cia de las manchas depende del cultivar de olivo, edad de la lesión y condiciones
ambientales en las que éstas se han desarrollado, pero en cualquier caso se iden-
tifican sin dificultad. Las lesiones viejas suelen presentar una coloración blanque-
cina debida a la separación de la cutícula de la epidermis foliar y a la pérdida de
las conidias (Fig. 2B).
En el envés de las hojas, los síntomas son menos aparentes y consisten en
zonas ennegrecidas discontinuas a lo largo del nervio central (Fig. 2C). Algunas
veces las lesiones afectan sólo al pecíolo de las hojas, las cuales caen aún verdes
o tras amarillear. Otras veces las lesiones pueden afectar al pedúnculo del fruto,
originando la deshidratación de la aceituna y caída prematura de ésta, acompaña-
da del pedúnculo.
Ocasionalmente se observan lesiones en el fruto, produciendo su deformación
al detenerse el crecimiento de la zona afectada. Cuando el fruto está desarrollado
no hay deformación del mismo, pero las partes afectadas permanecen verdes más
tiempo y presentan una ligera tonalidad negra debida a las esporas del hongo (Fig.
2C). En ataques severos, el crecimiento del hongo forma una verdadera costra o
roña en la superficie de la aceituna, llegando a producir el agrietamiento de la
misma (Fig. 2D).
Como consecuencia de las lesiones foliares se produce una caída importante
de hojas, lo cual se aprecia claramente en los árboles y, especialmente, en las

268
Repilo del Olivo

Figura 2. Síntomas del Repilo del olivo. A, hojas con manchas típicas con y sin halo ama-
rillo; B, hojas con manchas atípicas de Repilo: lesiones necróticas, manchas anulares, man-
chas y pecas irregulares con escasa formación de esporas; C, lesiones en el envés de la
hoja y en el pedúnculo del fruto; D, lesiones en aceitunas.

ramas bajas, que son las más afectadas por la enfermedad y que pueden quedar
totalmente defoliadas o "peladas" (Fig. 1), a lo cual hace referencia el nombre
común de Repilo. Evidentemente, otras afecciones de naturaleza biótica (Cf.,
Capítulo 11) o abiótica pueden ocasionar defoliaciones en olivo, si bien esta enfer-
medad es la causa principal de ellas.
El diagnóstico del Repilo del olivo se basa en los síntomas característicos, por
lo que no presenta dificultades. En condiciones desfavorables, las infecciones per-
manecen latentes, sin mostrar signos ni síntomas visibles durante largos periodos
de tiempo, por lo que es importante su detección en esta fase asintomática. Para
ello se emplea el método de la "sosa" desarrollado por Loprieno y Tenerini (1959),
aunque ligeramente modificado para su utilización a temperatura ambiente (Zarco
et al., 2007). Este método se basa en la oxidación de compuestos fenólicos acu-
mulados en los tejidos infectados y permite detectar las infecciones latentes como
manchas circulares o anillos de color oscuro y tamaño variable que aparecen tras
sumergir las hojas presumiblemente infectadas en una solución de NaOH al 5%
durante 20-30 min (Fig. 3).

269
Enfermedades de las plantas causadas por Hongos y Oomicetos. Naturaleza y control integrado

Figura 3. Detección de las infecciones latentes de Fusicladium oleagineum tras su-


mergir las hojas de olivo en NaOH al 5% durante 20 min.

3. Etiología

El agente causal del Repilo es un hongo Hifomiceto descrito en 1845 en


Marsella (Francia) como Cycloconium oleagineum Castagne. En 1953, el hongo se
reclasificó en el género Spilocaea, como Spilocaea oleaginea (Castagne) Hughes,
hasta que en 2003 el género Spilocaea fue revisado y eliminado, reubicándose
todas sus especies en el género Fusicladium (Schubert et al., 2003). Así pues, la
nomenclatura propuesta actualmente para la especie causante del Repilo del olivo
es Fusicladium oleagineum (Castagne) Ritschel & U. Braun. Este nombre hace
referencia exclusivamente al estado asexual (anamórfico) del hongo. El estado
sexual (teleomórfico) no se conoce, aunque ha sido objeto de numerosos estudios,

270
Repilo del Olivo

Figura 4. A, Conidias y anélidas de F. o/eagineum; B, Formación de una conidia sobre una


anélida, en la que se distinguen los collaretes característicos.

pero se clasificaría en el género Venturia de los Ascomicetos Pleosporales por ana-


logía con otras especies de Spilocaea y de acuerdo con análisis filogenéticos de
regiones del DNA ribosómico (González et al., 2002).
El hongo se desarrolla en la cutícula de los tejidos infectados, formando un
entramado de hitas de las que emergen al exterior células conidiógenas simples
(anélidas), globoso-ampuliformes de color castaño, con collaretes formados por la
producción sucesiva de esporas asexuales o conidias. Las conidias son bicelula-
res, obpiriformes, de color castaño claro y de 15 a 30 x 9 a 15 µm, con pared verru-
culosa, truncadas por la base y más estrechas y alargadas en el ápice (Fig. 4). En
los tejidos muertos el crecimiento micelial es más extenso, formando densas
masas estromáticas.
Fusicladium oleagineum es un patógeno biotrofo específico del olivo y acebu-
che, aunque en inoculaciones artificiales ha resultado patógeno de Phillyrea angus-
tifolia y en varios países mediterráneos se han descrito infecciones en Ligustrum,
Phillyrea y Quercus por hongos morfológicamente parecidos, pero que correspon-
den a diferentes especies de Spilocaea (Navarro y Trapero, 1998). La dificultad
para cultivar el hongo in vitro ha impedido conocer en profundidad la variabilidad
de esta especie, que parece ser amplia, como se desprende de los estudios sobre
requerimientos nutritivos y de inoculaciones artificiales, donde se han llegado a
identificar seis grupos que se distinguen por su virulencia sobre varios cultivares de
olivo (Alsalimiya, 2004; López-Doncel et al., 2000).

4. Ciclo de patogénesis

El ciclo de patogénesis del Repilo consta de seis fases principales según


Loprieno y Tenerini (1959): infección, que comprende la germinación de la conidia
y la penetración de la cutícula de la hoja por el hongo (i), desarrollo vegetativo bajo
la cutícula de la hoja (ii), emisión de hitas hacia la superficie foliar perforando nue-

271
Enfermedades de las plantas causadas por Hongos y Oomicetos. Naturaleza y control integrado

vamente la cutícula (iii), formación de las anélidas una vez alcanzada la superficie
foliar (iv), esporulación o comienzo de la formación de conidias (v) y aparición de
la mancha foliar, debido a la acumulación de anélidas y conidias (vi) (Fig. 5).
El patógeno sobrevive durante los períodos desfavorables, principalmente tiem-
po seco y caluroso, en las hojas infectadas que permanecen en el árbol, bien en las
lesiones visibles o como infecciones latentes. Las conidias formadas en las hojas se
mantienen viables durante varios meses, aunque una vez separadas de los coni-
dióforos pierden su capacidad germinativa en menos de 1 semana. Tras un período
húmedo puede producirse con facilidad una nueva tanda de conidias en las man-
chas foliares. Ello determina que en ambientes favorables puedan existir conidias

III IV

11

Periodo de incubación

. Grtícula

Conidias

VI

Anélida
Micelio
intercelular
Conidia

Hojas
infectadas en
el árbol

¿Reproducción
sexual?
- Figura 5. Ciclo
de patogénesis
del Repilo del
Micelio Hojas olivo causado
intercdular infectadas en
por Fusicladium
el suelo
oleagineum.

272
Repilo del Olivo

viables (inóculo) disponibles para la dispersión e infección durante casi todo el año,
con un número muy escaso o nulo durante el verano (Tjamos et al., 1993). En las
hojas caídas también se producen conidias; sin embargo, su papel como inóculo
para producir nuevas infecciones se considera sin importancia epidemiológica, debi-
do a que pierden su viabilidad en pocas semanas (Viruega y Trapero, 1999).
Las conidias son separadas de las lesiones y transportadas hasta otras zonas
de infección por la acción del agua procedente de la lluvia, rocío o nieblas. Se trata
de una dispersión a corta distancia favorecida por el viento en tiempo húmedo. Por
ello, las infecciones más severas se producen en las ramas bajas e interiores que
son las que permanecen más tiempo mojadas y reciben mayor cantidad de inócu-
lo (Trapero y Blanco, 2008). En tiempo seco, las conidias no son separadas con
facilidad de los conidióforos por corrientes de aire; sin embargo, también se ha
determinado su dispersión por el viento e insectos (Tjamos et al., 1993), o bien por
el viento facilitada por los tricomas de las hojas (Viruega, 1999). La importancia epi-
démica de esta dispersión en ausencia de lluvia no se conoce, pero parece limita-
da.
Una vez que las conidias han quedado depositadas sobre los tejidos suscepti-
bles, la germinación sólo tiene lugar si existe agua libre o una humedad superior al
98%, con temperaturas en el intervalo de O a 27ºC y el óptimo en torno a 15ºC
(Obanor et al., 2008b; Viruega y Trapero, 1999). Posteriormente, el establecimien-
to de la infección requiere agua libre o una atmósfera saturada de humedad duran-
te al menos 12 h, dependiendo de la temperatura, que presenta un amplio interva-
lo (8 a 24ºC) y el óptimo próximo a 15ºC (Viruega y Trapero, 1999). Tras la infec-
ción, el desarrollo del hongo queda restringido a la capa cuticular de las paredes
de las células epidérmicas. Este hábitat cuticular proporciona al patógeno, además
de los nutrientes que requiere para su desarrollo y esporulación, un pH subalcali-
no favorable para sus enzimas extracelulares y una protección contra la deseca-
ción y la radiación solar (Tjamos et al., 1993).
El período de incubación o latencia de las infecciones es muy variable, pudien-
do oscilar entre 1 y 1O meses, en función de la temperatura, humedad relativa, cul-
tivar y edad de la hoja (Trapero y Blanco, 2008).

5. Epidemiología

El desarrollo de las epidemias de Repilo requiere el concurso simultáneo de los


tres componentes fundamentales de la enfermedad: población del patógeno,
receptividad del huésped y condiciones climáticas. La gravedad de las epidemias
dependerá del tiempo en que estos tres factores interaccionen favorablemente
(Trapero y Roca, 2004).
La población del patógeno viene definida por su virulencia y por la cantidad de
inóculo (conidias) que se produce en las lesiones, siendo el nivel de inóculo el
único factor a considerar si el cultivar es susceptible a la enfermedad. Aunque F.
oleagineum puede formar conidias casi todo el año (Tjamos et al., 1993), en las

273
Enfermedades de las plantas causadas por Hongos y Oomicetos. Naturaleza y control integrado

investigaciones desarrolladas en Andalucía se ha comprobado que la producción


de inóculo se inicia al final del otoño, alcanzando rápidamente el máximo en invier-
no (Enero-Febrero) y decreciendo paulatinamente durante la primavera hasta anu-
larse con el tiempo seco y caluroso al final de la primavera (Trapero y Roca, 2004).
La receptividad del olivo a la infección depende de la susceptibilidad del culti-
var, la edad de las hojas y su estado nutricional. Aunque la información respecto a
la susceptibilidad de los cultivares de olivo al Repilo es abundante (Rallo et al.,
2005; Bartolini y Cerreti, 2009), la inmensa mayoría de los trabajos se refieren a
observaciones puntuales de campo, generalmente en ambientes diferentes y sin
elementos comunes de comparación, lo que ha generado frecuentes contradiccio-
nes. El desarrollo de un método de inoculación con conidias de F. oleagineum apto
para diferenciar genotipos de olivo (López Doncel et al., 2000), junto con las eva-
luaciones sistemáticas realizadas en el Banco Mundial de Germoplasma de Olivo
del IFAPA de Córdoba y en las descendencias de cruzamientos del programa de
mejora genética del olivo (Rallo et al., 2005), han permitido clasificar más de 3.000
genotipos por su resistencia al Repilo, destacando la elevada susceptibilidad de los
principales cultivares españoles (Tabla 1).
A veces, se observan contradicciones entre la información bibliográfica y los
resultados de estas evaluaciones. Un factor que podría explicar estas discrepan-
cias es la existencia de grupos de virulencia en las poblaciones de F. oleagineum,
que da lugar a que algunos cultivares de olivo que son muy susceptibles en su
zona de origen, como 'Arbequina' en Cataluña y 'Frantoio' en Italia, hayan resulta-
do moderadamente o muy resistentes a las poblaciones del patógeno existentes en
Córdoba (Alsalimiya, 2004; Moral et al., 2005).
El mecanismo o mecanismos responsables de la resistencia de los cultivares de
olivo a F. oleagineum no es bien conocido, habiéndose indicado características
estructurales, como el grosor y composición de la cutícula, y sobre todo, mecanis-
mos bioquímicos relacionados con la formación y acumulación de compuestos
fenólicos en la zona de infección, principalmente derivados de la oleuropeína, un
componente habitual de las hojas y frutos del olivo (Tjamos et al., 1993). Las bases
genéticas de la resistencia al Repilo también se desconocen, aunque existen evi-
dencias que apuntan hacia un alelo recesivo y estudios moleculares recientes han
identificado varios genes implicados en la resistencia del cv. Lechín de Sevilla
(Benítez et al., 2005). En este cultivar se ha comprobado que la resistencia se
expresa en los primeros momentos de la infección, durante la germinación de las
conidias y la formación de los apresorios, reduciendo drásticamente el número de
infecciones (Benítez et al., 2005). También se ha observado una reducción de la
esporulación en las lesiones ya formadas, lo que demuestra que en el mismo cul-
tivar pueden operar otros mecanismos de resistencia (Moral et al., 2005).
La fenología y el estado nutricional de la planta son otros factores determinan-
tes de la receptividad del olivo a esta enfermedad. Así, la edad de las hojas se
correlaciona inversamente con la susceptibilidad al Repilo, siendo las hojas recién
formadas en primavera extremadamente susceptibles, mientras que las hojas vie-
jas muestran cierto grado de resistencia (Viruega, 1999). Por otro lado, el exceso

274
Repilo del Olivo

de N y la deficiencia de K y Ca favorecen la infección por F. oleagineum (De


Andrés, 1991; Trapero y Blanco, 2008).
La lluvia, o humedad relativa próxima a saturación, y la temperatura (8 a 24ºC,
óptimo 1SºC) son los factores climáticos determinantes de las principales etapas
del ciclo de patogénesis del Repilo. Ello, junto a la receptividad de la hoja, ha per-
mitido establecer que la primavera es el periodo crítico para las infecciones por F.
oleagineum en Andalucía (Trapero y Roca, 2004; Viruega, 1999). Si existen lesio-
nes de invierno y la primavera se presenta fresca y lluviosa, la abundancia de inó-
culo y la existencia de hojas nuevas, que son más susceptibles y no están protegi-
das por fungicidas, dan lugar a infecciones severas. Estas infecciones permanecen
latentes durante el verano, sin producir caída de las hojas, y constituyen la fuente
de inóculo principal para las infecciones del otoño-invierno siguiente (Trapero y
Roca, 2004). Se trata, por tanto de epidemias de desarrollo lento, mono- u oligocí-
clicas, cuya máxima expresión se presenta al final del invierno, aunque la infección
principal ocurre en primavera.

Tabla 1. Susceptibilidad de cultivares de olivo al Repilo causado por Fusicladium


oleagineum a

Categoría b Cultivar

AS Blanqueta, Callosina, Cornicabra, Empeltre, Lechín de Granada,


Manzanilla de Sevilla, Meski, Morisca, Ocal, Pajarero, Picholine
marroquí, Picual, Verdial de Huévar, Verdial de Vélez-Málaga.

s Alameño de Cabra, Changlot Real, Gordal de Granada, Gordal


Sevillana, Hojiblanca, Lucio, Manzanilla del Piquito, Morona.

M Alfafara, Arbequina, Bical, Cobranc;osa, Manzanilla Cacereña,


Manzanilla de Guadix, Morrut, Picudo, Royal de Cazarla.

R Borriolenca, Chetoui, Escarabajillo, Gordal de Archidona, Leccino,


Megaritiki, Racimal, Rapasayo, Temprano, Vallesa, Zarza.

AR Arbosana, Cipressino, Dolce Agogia, Frantoio, Galega vulgar,


Koroneiki, Lechín de Sevilla, Manzanilla de Montefrío, Oblonga,
Razzola.

ª Evaluación realizada en inoculaciones artificiales y en el Banco Mundial de Germoplasma


de olivo del IFAPA de Córdoba.

b AS= altamente susceptible, S= susceptible, M= moderadamente susceptible, R= resisten-


te, AR= altamente resistente.

275
Enfermedades de las plantas causadas por Hongos y Oomicetos. Naturaleza y control integrado

6. Control

La estrategia general de lucha contra el Repilo puede variar según las distintas
zonas olivareras, debido a la complejidad de las epidemias, a su dependencia de
las condiciones climáticas y a la incidencia de otras enfermedades o plagas. Por
ello, se aconseja seguir las indicaciones de los Servicios de Sanidad Vegetal o de
los técnicos del olivar {ATRIAs, APls, ADVs, etc.) de la zona (Civantos, 1999). A
continuación se indican las principales medidas de control ordenadas según su
naturaleza; si bien hay que resaltar que la lucha contra las enfermedades del olivo
debe contemplarse de forma integral, como un componente más del cultivo del oli-
var, con vistas a lograr una producción elevada y de calidad, pero con el mínimo
impacto ambiental.

6.1. Métodos culturales

Debido a la importancia que tienen la elevada humedad ambiental y el agua


libre en el desarrollo de la enfermedad, son recomendables aquellas medidas cul-
turales que favorezcan la ventilación de los árboles, tales como podas selectivas y
marcos de plantación que eviten copas densas o muy juntas. En este sentido, los
nuevos sistemas de plantaciones superintensivas o en seto propician un mayor
sombreado de los árboles, favoreciendo los ataques de Repilo y obligando a inten-
sificar las medidas de control. Otro factor que influye significativamente en la seve-
ridad de las infecciones es el estado nutritivo del árbol. Por ello, se recomienda una
fertilización equilibrada, no abusando de los abonados nitrogenados y evitando que
se produzcan deficiencias nutritivas (Trapero y Blanco, 2008).

6.2. Resistencia genética

En zonas endémicas y en campos donde se den condiciones muy favorables


para la enfermedad, es recomendable la elección de cultivares poco susceptibles.
Sin embargo, el predominio de los criterios de calidad y productividad, así como la
escasez de cultivares resistentes con buenas características agronómicas, limitan
las posibilidades de aplicación de esta medida (Rallo et al., 2005). No obstante,
esta situación podría mejorar en un futuro próximo, ya que el desarrollo de resis-
tencia a F. oleagineum está incluido en el programa de mejora genética del olivo
que se desarrolla en Andalucía y se han identificado genotipos resistentes entre las
descendencias seleccionadas por características agronómicas (Alsalimiya, 2004).

6.3. Métodos químicos

La eficacia de los tratamientos foliares con fungicidas protectores, principal-


mente productos cúpricos, contra la enfermedad es bien conocida. En España, el
"tratamiento de Repilo" constituye una práctica más del cultivo en la mayoría de los
olivares, realizándose al menos dos aplicaciones antes de las lluvias otoñales o pri-

276
Repilo del Olivo

Figura 6. Diferencias de susceptibilidad entre cultivares de olivo tras una grave epi-
demia de Repilo.

maverales (Civantos, 1999). No obstante, la frecuencia y momento de las aplica-


ciones varía considerablemente con el nivel de infección existente, la susceptibili-
dad del cultivar, el ambiente favorable y la persistencia del fungicida. Por ello, se
ha desarrollado un modelo de predicción de epidemias, que está siendo validado
en campo incluyendo diferentes cultivares (Trapero et al., 2009; Trapero y Roca,
2004). Este modelo asume que la época crítica para realizar los tratamientos con-
tra el Repilo es la primavera, como demuestran los estudios realizados en
Andalucía (Roca et al., 2004; Viruega, 1999) y ha sido confirmado en otros países
(Obanor et al., 2008a; Shabi et al., 1994). En esta época, el momento de comen-
zar los tratamientos y el número de aplicaciones viene determinado por el nivel de
infección al final del invierno y por las condiciones meteorológicas, pudiendo reali-
zarse de O a 3 tratamientos entre final de invierno y final de primavera. Estos tra-
tamientos van dirigidos principalmente a proteger la hoja nueva, aunque también
ayudan a reducir el inóculo formado en las lesiones foliares previas, sobre todo en
el tratamiento de final de invierno, cuando se alcanza la máxima producción de inó-
culo. Cuando se requiera más de un tratamiento en primavera, se recomienda
reducir la dosis de fungicida y fragmentar las aplicaciones para proteger mejor la
hoja en desarrollo.

277
Enfermedades de las plantas causadas por Hongos y Oomicetos. Naturaleza y control integrado

El factor determinante de los tratamientos otoñales es el nivel de infección al


final del verano. Si no es elevado (<1 % de hojas infectadas), los tratamientos pue-
den demorarse hasta la aparición de las primeras manchas esporuladas, o incluso
eliminarse, ya que si el otoño no es muy lluvioso, las infecciones permanecen laten-
tes hasta el invierno, después de la recolección de las aceitunas. No obstante, la
eliminación del tratamiento(s) otoñal(es) debe realizarse sólo cuando el cultivar sea
resistente a la Antracnosis causada por Colletotrichum spp., como ocurre con
'Picual' (Moral y Trapero, 2009). En el caso de cultivares susceptibles a la
Antracnosis, como 'Hojiblanca' o 'Picudo', el tratamiento otoñal es crítico para el
control de esta enfermedad, aunque no resulte de utilidad contra el Repilo por el
bajo nivel de infección detectado al final del verano.
Entre los fungicidas utilizados contra el Repilo hay que destacar los productos
de cobre (hidróxido, oxicloruro, óxido, sulfato), aunque también se emplean com-
puestos orgánicos (mancozeb, maneb, propineb), generalmente mezclados con
cobre. Dado que son tratamientos preventivos, es necesario mojar muy bien con el
caldo fungicida toda la copa del árbol y preferentemente las ramas bajas e interio-
res, que es donde más frecuentemente se desarrolla la enfermedad. La cantidad
de cobre depositado en las hojas guarda una relación inversa con la severidad de
las infecciones, por lo que la dosis de aplicación es de gran importancia para una
adecuada protección de las hojas (Roca et al., 2007). Como los períodos de infec-
ción pueden ser relativamente largos, un factor relevante para la eficacia de los fun-
gicidas preventivos en campo es su persistencia o resistencia al lavado por lluvia.
Estudios realizados en condiciones controladas y en campo han puesto de mani-
fiesto que existen diferencias notables de persistencia entre fungicidas cúpricos,
pero estas diferencias no dependen del tipo de sal o compuesto cúprico, ni de la
dosis aplicada, sino de la formulación comercial del producto (Marchal et al., 2003).
Aparte de la posible contaminación ambiental por cobre, que debe ser controlada,
el efecto secundario más preocupante de los tratamientos cúpricos es su fitotoxici-
dad. Sin embargo, no se han observado defoliaciones o efectos significativos sobre
el cuajado de frutos en olivos tratados en primavera con diferentes formulaciones
comerciales de cobre (Roca et al., 2007). En cambio, es conocido que el cobre
puede penetrar en las hojas infectadas por las aberturas producidas por el patóge-
no y resultar fitotóxico, provocando una caída de las hojas con lesiones, por lo que
resultaría beneficioso, ya que contribuye a disminuir el inóculo disponible para nue-
vas infecciones (Tjamos et al., 1993). Sin embargo, en investigaciones recientes,
este efecto sólo ha podido confirmarse para el sulfato de cobre puro, pero no para
los diferentes fungicidas cúpricos comerciales evaluados (Roca et al., 2007).
Finalmente, al igual que ocurre con las Roñas de los frutales, el crecimiento cuti-
cular del hongo facilita la acción de productos penetrantes o sistémicos. Varios de
ellos (difenoconazol, dodina, kresoxim-metil, tebuconazol, trifloxistrobin) están
registrados contra el Repilo y podrían ayudar a mejorar la estrategia de lucha,
sobre todo en primavera, por su mayor efecto curativo. No obstante, se recomien-
da su aplicación en mezcla o alternancia con cobre para aumentar su eficacia y
para evitar el desarrollo de resistencia en el patógeno (Trapero et al., 2009). Antes

278
Repilo del Olivo

del empleo de los fungicidas mencionados se recomienda consultar el portal del


Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (http://www.mapa.es/es/agri-
cultura/pags/fitos/registro/menu.asp) a fin de elegir productos fitosanitarios que
estén autorizados en España.

6.4. Métodos biológicos

Las medidas indicadas en los apartados anteriores permiten un control satis-


factorio del Repilo si se integran y aplican adecuadamente. Ello ha propiciado que
no se hayan realizado estudios sobre otros métodos de control alternativos o com-
plementarios (Trapero et al., 2009). Sin embargo, en los últimos años, la necesidad
de minimizar el impacto ambiental de los fungicidas, está impulsando la utilización
de métodos de control biológico, como el uso de microorganismos antagonistas o
productos de origen natural. Por ello, se han iniciado investigaciones al respecto en
relación con el Repilo del olivo, cuyos resultados más significativos se indican a
continuación, aunque todavía no son de aplicación práctica en campo.
Respecto a los microorganismos antagonistas, se ha evaluado el efecto de
numerosos aislados fúngicos y bacterianos, procedentes de hojas de olivo, sobre
la germinación de las conidias de F. oleagineum y sobre la infección en plántulas
inoculadas artificialmente. De ellos, dos aislados bacterianos, uno identificado
como Bacillus subtilis, y varios aislados fúngicos, principalmente de los géneros
A/ternaria, Aureobasidium, Cladosporium, Coniothyrium y Phoma, redujeron la ger-
minación de conidias y la infección de las plántulas en más de un 50% respecto a
los testigos correspondientes (Segura, 2003), pero no han resultado eficaces en
plantones de olivo en condiciones semicontroladas (Roca et al., 2009).
Asimismo, se han evaluado numerosos extractos vegetales y productos comer-
ciales a base de éstos. De ellos, extractos de cítricos, lentisco, olivarda, romero,
saúco o tomillo, e incluso el extracto de hojas del cv. Frantoio resistente al Repilo
han demostrado su eficacia frente a F. oleagineum, tanto in vitro sobre las conidias
del patógeno, como en plantones inoculados (Horchani, 2009). Sin embargo, estos
productos han resultado poco eficaces en los experimentos de infección natural en
campo (Roca et al., 2009).
En algunos casos, el efecto de los microorganismos o extractos vegetales pare-
ce estar relacionado con la inducción de resistencia, ya que no son activos frente
al patógeno y actúan en hojas no tratadas con dichos productos. Este fenómeno de
inducción de resistencia sistémica en olivo ha sido también observado para diver-
sos fitofortificantes comerciales, productos químicos orgánicos e inorgánicos, e
incluso el propio cobre, lo que abre nuevas perspectivas para el control del Repilo
(Roca et al., 2006).

7. Bibliografía seleccionada

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279
Enfermedades de las plantas causadas por Hongos y Oomicetos. Naturaleza y control integrado

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281
REPILO (Fusicladium oleagineum = Spilocea oleagina)

1. Detalle al microscopio de repilo 2. Hoja de olivo con manchas viejas de 3. Distintos tipos de manchas de repilo en
repilo el haz de la hoja

6. Síntomas de repilo en el envés de la 7. Ramilla defoliada por efecto del repilo 8. Repilo en pedúnculos del fruto
hoja

Fot ografías : Jo rd i Mateu Pozue lo (1), Manuel Ru iz Torres (2 y 4), Pilar Gándara Carretero (3), Fra ncés Ga rcía Fi g ueres (5 y 8) y
Man ue l Ro d ríguez Pérez (6 y 7)

Descripción
El Repilo es una enfermedad causada por el hongo Fusicladium oleagineum, anteriormente
denominado Spilocea oleagina, que es patógeno solo del olivo .

Los síntomas más característicos de esta enfermedad consisten en manchas circulares de color
oscuro, rodeadas en ocasiones por un halo amarillento que se desarrollan en el haz de las hojas. En
el envés pueden aparecer manchas difusas a lo largo del nervio central que son menos distintivas.

Las infecciones en el pedúnculo del fruto son poco frecuentes comparadas con las infecciones
foliares .
Las esporas de F. oleagineum necesitan temperaturas entre 15-20 ºC y lluvia o una humedad
muy elevada (por encima del 98%) sobre los órganos susceptibles (las hojas) durante uno o dos

Gestión Integrada 139


de Plagas
GUÍA DEL OLIVAR

días para dispersarse, causar infecciones en otras hojas y extender la enfermedad en la parcela.
Por esto, el repilo es especialmente importante en los periodos húmedos del otoño-invierno y
en primaveras lluviosas y frescas, periodos clave que deben ser considerados para prevenir el
desarrollo de la enfermedad.

(Tomado de Bejarano et al., 2011)

Síntomas y daños
Defoliación y la consiguiente pérdida de productividad . Es muy rara la infestación del fruto, y
cuando se produce hay una pérdida en la calidad del aceite.

Seguimiento y estimación del riesgo para el cultivo


- Selección de la parcela de muestreo
Si el olivar es homogéneo (en cuanto a condiciones ambientales: climatología, suelo), el
muestreo que se realice sería válido para una superficie de 300 ha .
- Número de árboles en cada parcela de muestreo
20 árboles homogéneos.
- Número unidades de muestreo secundarias
20 hojas seleccionadas en todas las direcciones.
- Trampas que deban utilizarse: descripción, número y modo de uso
No se utilizan trampas.
- Definición de las variables que se miden
Se anotará el número de hojas con manchas de repilo visible y/o repilo latente, y la variable es
"Porcentaje de hojas con síntomas = (Nº de hojas con síntomas/ Nº de hojas observadas) por
100"
Repilo latente es el momento en que el hongo ha invadido la hoja, pero todavía no ha dado
lugar a los síntomas visibles . Para detectarlo hay que sumergir las hojas en una solución de
sosa caústica al 5% durante 20 minutos. Si existe repilo latente aparecerán unos puntos negros,
como hechos con rotulador, en el haz de la hoja .
- Época de muestreo
Final de verano, antes de las primeras lluvias.
Final del invierno, antes de que se den las condiciones ambientales favorables. En primaveras muy
lluviosas, y dado que las hojas nuevas son más sensibles al ataque del hongo, es recomendable
hacer otra evaluación del grado de ataque en la segunda mitad de la primavera .

Medidas de prevención y/o culturales


De manera general, es necesario llevar a cabo podas que favorezcan la aireación del interior del
árbol, y de este modo, que las hojas mojadas se sequen más rápido.

Además, en aquellas zonas que tengan unas características ambientales propicias para este
hongo, es necesario no excederse en el abono nitrogenado.

Igualmente, en nuevas plantaciones en zonas que tengan condiciones ambientales muyfavorables


para el desarrollo de la enfermedad, pueden utilizarse variedades resistentes al repilo, como
Lechín de Sevilla, Manzanilla de Hellín o Picudo de Montoro, y si es posible, disponer las hileras
de tal manera que disminuya las horas de sombra en los árboles.

Las descritas en las medidas de prevención.

140 Gestión Integrada


de Plagas
ANEXO DE FICHAS DE PLAGAS, ENFERMEDADES YMALAS HIERBAS

Umbral/Momento de intervención
Se recomienda hacer un tratamiento químico al llegar al siguiente umbral:
Cuando hay más de 1 % de hojas con repilo visible y/o latente. Si en el período de desarrollo
del hongo inmediatamente anterior (primavera u otoño anterior) hubo un ataque superior al 1%
de hojas con repilo visible, puede hacerse un ataque preventivo si hay condiciones ambientales
propias para el hongo.

Medidas alternativas al control químico


Para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o
culturales, pudiendo ser alternativas al control químico.

Medios químicos
Se podrán utilizar los productos fitosanitarios autorizados en el Registro de Productos Fitosanitarios
del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Oue algunas formulaciones, tal y como indica el fabricante, sólo pueden utilizarse al final del
. . .
invierno o en primavera.
Escoger el tipo de materia activa en función del grado de infestación: si es incipiente, formulados
que tienen una función preventiva y si está más desarrollada, fungicidas orgánicos con acción
traslaminar.
A la hora de seleccionar los medios de control se priorizaran siempre las medidas de prevención
y/o culturales, seguidas por el resto de medidas alternativas al control químico y por último los
medios químicos.

Bibliografía
Bejarano-Alcázar, J. D. Rodríguez-Jurado, J.M. Durán-Álvaro, M. Ruiz-Torres, M. Herrera-Mármol
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es/02f9e 190-faff-11 e0 -929ff77205134944/alfrescoDocument?i3pn=contenidoAlf&i3pt=S&i3I
=es&i3d=e57 47030-1 668-11 df-b 7 e2 -35c8dbbe5a83&contentld=482cde8a-ee81 -4f8a -b050-
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Roca, L., J.R. Vi ruega, L.M. López Doncel, J. Moral, A. Trapero (201 O). Métodos culturales, químicos
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Gestión Integrada 141


de Plagas
GUÍA DEL OLIVAR

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mil
Roca, L., J.A. Beltrán, R. Pe ricas, A. Trapero (2012). Estrategia de reducción de cobre para el control
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Trapero, A., J.R. Vi ruega, L.M. López-Doncel (2001 ). El Repilo, o caída de las hojas del olivo, en
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magrama .gob.es/ministerio/pags/Biblioteca/Revistas/pdf Plagas%2FBSVP 33 02 235 248 .pdf

142 Gestió n Integrada


de Plagas
a.. G>
ro ro
""O~
a:;-o:
=::::,
CJ -
u, ~
ro Enfermedades Seguimiento y estimación Medidas de Umbral/Momento de Medidas alternativas
=i:iJa.. principales del riesgo para el cultivo prevención y/o culturales intervención al control químico (*)
CJ

Repilo En 20 árboles coger 20 Realizar podas que favorezcan la aireación Cuando hay más de 1% Se podrán utilizar los productos
(Fusícladíum hojas/árbol y determinar de hojas con repilo visible fitosanitarios autorizados en el
oleagíneuml el porcentaje de hojas con No excederse en el abono nitrogenado y/o latente, si en el período Registro de Productos Fitosanitarios
Spílocaea síntomas de repilo visible o en aquellas zonas que tengan unas de desarrollo del hongo del Ministerio de Agricultura,
oleagína) repilo latente = (Nº de hojas características ambientales propicias para inmediatamente anterior Alimentación y Medio Ambiente
con síntomas/ Nº de hojas este hongo (primavera u otoño anterior)
Escoger el tipo de materia activa en
observadas) por 100 En nuevas plantaciones en zonas que tengan hubo un ataque superior
función del grado de infestación: si
Para detectar el repilo condiciones ambientales muy favorables al 1% de hojas con repilo
es incipiente, formulados que tienen
latente hay que sumergir las para el desarrollo de la enfermedad, utilizar visible, puede hacerse un
una función preventiva, y si está más
hojas en una solución de variedades resistentes al repilo y si es posible, tratamiento preventivo si hay
desarrollada, fungicidas orgánicos
sosa caústica al 5%durante disponer las hileras de tal manera que condiciones ambientales
con acción translaminar
20 minutos disminuya las horas de sombra en los árboles propicias para el hongo

Época de muestreo:
Final de verano, antes de
las primeras lluvias

Final del invierno, antes de


que se den las condiciones
ambientales favorable

En primaveras muy
lluviosas, y dado que las
hojas nuevas son más
sensibles al ataque del
hongo, es recomendable
hacer otra evaluación
del grado de ataque en
la segunda mitad de la
primavera

(*) Se han recogido en este apartado los medios biológicos, biotecnológicos y físicos. Los medios cultura les, que también pueden ser una alternativa al control químico, se han agrupado con las medidas de prevención.
NOTA: Aquellos agricultores que se encuentren exentos de la obligación de contratar un asesor fitosanitario, para implementar la GIP podrán seguir las recomendaciones de las estaciones de avisos fitosanitarios en aquel las zonas donde existan o de otros
organismos competentes.
Sevilla, 27 de febrero 2012
CRITERIOS DE
ESTIMACIÓN DEL RIESGO MÉTODOS DE CONTROL
INTERVENCIÓN
METODO VISUAL BIOLÓGICOS
PLAGA Unidad Muestral OTROS Fauna Suelta
ENFERMEDAD Secundaria Variable de Escala de MÉTODOS UMBRAL ÉPOCA QUÍMICOS OTROS
auxiliar fauna
Número densidad Valoración
Elemento autóctona auxiliar
Por U.M.P.

Repilo Hoja 20 % de hojas 0 = Hojas sin - > 1% de hojas con Final de - - Formulados de Reducción del
con manchas repilo. repilo visible y/o verano, antes compuestos cúpricos abonado
Spilocaea de “repilo” 1 = Hojas con latente. de las primeras autorizados. nitrogenado.
oleagina visible y/o repilo. lluvias. Difenoconazol
latente. Maneb Podas que
Mancozeb favorezcan la
Propineb aireación.
> 1% de hojas con Final de Kresoxim-metil (7)
repilo visible. invierno. Tebuconazol (7)
Trifloxistrobin

BOJA núm. 39
Dodina
Dodina + oxicloruro
de cobre

Repilo plomizo - - - - - Tratamientos espe- Final de - - Formulados de Retirada de hojas


cíficos sólo en caso primavera compuestos cúpricos. infectadas del
Mycocentrospora de ataques severos suelo para reducir
Difenoconazol (7)
cladosporioides y tras confirmación la fuente del
Kresoxim-metil (7)
de diagnóstico. inóculo, utilización
Tebuconazol (7)
de variedades
poco susceptibles.

Escudete - - - - - Ataques en - - - Controlar la


Camarosporium cosecha anterior - mosca del olivo.
dalmaticum

Aceituna - - - - - Zonas de riesgo y - Cuajado. - - Formulados de Utilización de


jabonosa variedades - Endurecimien- compuestos cupricos variedades poco
sensibles: to del hueso. + ditiocarbamatos susceptibles,
Colletotrichum spp Tratamientos pre- autorizados. adelantar la
ventivos si hubiese recolección,
condiciones retirada y
favorables de lluvia. eliminación de

Página núm. 13
frutos y ramas
Si hay condiciones Final del infectadas.
favorables de lluvia. verano.
Núm. 104 página 72 Boletín Oficial de la Junta de Andalucía 2 de junio 2014

Reglamento Específico de Producción Integrada de Arroz:


Método control químico
Plaga/enfermedad/malas hierbas
EXCLUIR INCLUIR
Echinocloa y Gramíneas anuales
Imazamox (9+10+11) Imazamox (9+10+16)
Arroz salvaje
Ciperáceas
Ortosulfamurón
Dicotiledóneas
(9) Arroz Clearfield. Aplicar únicamente en tratamientos terrestres.
(10) No utilizar en campos inundados.
(16) Se recomienda no utilizar en más de dos campañas consecutivas. En caso de necesitar su uso en una tercera campaña se
hará cumpliendo las medidas indicadas por la empresa titular del producto y siempre bajo el estricto seguimiento del servicio
técnico.

Reglamento Específico de Producción Integrada de Fresa:


Método control químico
Plaga/enfermedad
EXCLUIR INCLUIR
Oidio Azoxistrobin + Difenoconazol
Botritis Bacillus Subtilis

Reglamento Específico de Producción Integrada de Frutales de Hueso:


Método control químico
Plaga/enfermedad
EXCLUIR INCLUIR
Boscalida + Piraclostrobin
Monilia Fluopiram + Tebuconazol
Oidio Tebuconazol + Trifloxistrobin
Ceratitis Betaciflutrin
Monilia Bacillus Subtilis
Xanthomonas

Reglamento Específico de Producción Integrada de Lechuga al aire libre:


Método control químico
Plaga/enfermedad
EXCLUIR INCLUIR
Mildiu Dimetoforf + Piraclostrobin
Mildiu
Esclerotinia Azoxistrobin + Difenoconazol
Alternaria
Orugas
Deltametrin
Pulgones
Spirotetramat
Pulgones Tau-fluvalinato
Orugas Betaciflutrin

Reglamento Específico de Producción Integrada de Olivar:


Método control químico
Plaga/enfermedad/malas hierbas
EXCLUIR INCLUIR
Bentiavalicarb isopropil + mancozeb
Repilo Tebuconazol + Trifloxistrobin
Aceituna Jabonosa (Colletotrichum acutatum y Trifloxistrobin
Colletotrichum gloesporides) Oxicloruro de cobre + Propineb
Diflufenican +
Malas Hierbas Terbutilazina Iodosulfuron-metil-sodio
00048751
Núm. 127 página 40 Boletín Oficial de la Junta de Andalucía 2 de julio 2015

Reglamento Específico de Producción Integrada de Cultivos Hortícolas Protegidos:

Método control químico


Cultivo Plaga/enfermedad
EXCLUIR INCLUIR
Botritis Fenpirazamina
Oidio
Berenjena
Cladosporiosis Cifuflenamid + Difenoconazol
Alternaria
Botritis Fenpirazamina
Oidio Cifuflenamid
Calabacín
Oidio
Cifuflenamid + Difenoconazol
Cladosporiosis
Oidio Cifuflenamid
Oidio
Melón
Cladosporiosis Cifuflenamid + Difenoconazol
Alternaria
Oidio Cifuflenamid
Botritis Fenpirazamina
Pepino
Oidio
Cifuflenamid + Difenoconazol
Cladosporiosis
Botritis Fenpirazamina
Oidio Cifuflenamid
Pimiento Oidio
Cladosporiosis Cifuflenamid + Difenoconazol
Alternaria
Oidio Cifuflenamid
Sandia
Oidio Cifuflenamid + Difenoconazol
Botritis Fenpirazamina
Oidio Cifuflenamid
Tomate Oidio
Cladosporiosis Cifuflenamid + Difenoconazol
Alternaria

Reglamento Específico de Producción Integrada de Olivar:

Método control químico


Plaga/enfermedad/malas hierbas
EXCLUIR INCLUIR
Malas hierbas Clortoluron + Diflufenican
Repilo Folpet + Oxicloruro de cobre + Sulfato cuprocálcico
Alfacipermetrin
Bactrocera oleae
Deltametrina

Reglamento Específico de Producción Integrada de Patata:

Método control químico


Plaga/enfermedad/malas hierbas
00072615

EXCLUIR INCLUIR
Mildiu Amisulbrom
Gusano de alambre Lambda-cihalotrin
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
BOJA Número 170 - Martes, 5 de septiembre de 2017
página 47

reglamento específico de Producción integrada de lechuga al aire libre


Método control químico
Plaga/enfermedad/malas hierbas
EXCLUIR INCLUIR
Folpet + Oxicloruro de cobre +
Alternariosis
Sulfato cuprocalcico
Bacillus thuringiensis kurstaki + tebufenocida (*)
(**)
Orugas
Tebufenocida (**)
Clorantraniliprol + Lambda cihalotrin
Benalaxil + Cimoxanilo +
Folpet
Folpet + Oxicloruro de cobre +
Mildiu de la lechuga
Sulfato cuprocalcico
Metalaxil-M + Oxicloruro de
cobre
Podredumbre blanca Metil tolclofos
Podredumbre de cuello y raíces Metil tolclofos
(*): Sólo para heliotis
(**): Sólo para spodoptera

reglamento específico de Producción integrada de olivar:


Método control químico
Plaga/enfermedad/malas hierbas
EXCLUIR INCLUIR
Deltametrín
Algodoncillo
Metil clorpirifos (*)
Barrenillo Deltametrín
Barrenillo negro Betaciflutrín
Malas hierbas anuales Florasulam + penoxsulam
Folpet + Oxicloruro de cobre +
Repilo
Sulfato cuprocalcico
Glifodes Deltametrín
Parlatoria Fosmet
Mosca del Olivo Acetamiprid
Piojo blanco Fosmet
Betaciflutrín (**) (***) (****)
Prays oleae (carpófaga)
Acetamiprid
Serpeta Fosmet
(*): Sólo antes o al inicio de la floración.
(**): No utilizar en épocas de actividad de abejas
(***): No utilizar a menos de 20 metros de corrientes de agua
(****): Mantener zonas refugio de fauna auxiliar tales como setos, lindes, riberas o zonas de cultivo sin tratar

reglamento específico de Producción integrada de Patata:


Método control químico
Plaga/enfermedad/malas hierbas
EXCLUIR INCLUIR
Dimetomorf + Fluazinam
00120291

Mildiu
Cimoxanilo + Propamocarb

Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253 - 802X http://www.juntadeandalucia.es/eboja


Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
BOJA Número 131 - Lunes, 9 de julio de 2018
página 83

Reglamento Específico de Producción Integrada de Olivar:


Método control químico
Plaga/enfermedad/malas hierbas
EXCLUIR INCLUIR
Spinetoram (*****)
Prays oleae
Acetamiprid (**) (***) (****)
Bactrocera oleae Acetamiprid (**) (***) (****)
Repilo
Fenbuconazol
Repilo plomizo
Malas hierbas Amitrol Carfentrazona – etil (******)
Sin especificar Lecitina de soja (*******)
Látex sintético (********)
(**) No utilizar en épòca de actividad de las abejas
(***) No utilizar a menos de 20 metros de corrientes de agua
(****) Mantener zonas refugio de fauna auxiliar tales como setos, lindes, riberas o zonas de cultivo sin tratar
(*****) Para generación antófaga y carpófaga
(******) No aplicar con fruto caído en el suelo que vaya a ser recolectado. No mojar las partes verdes del árbol. Se exceptúa la pulverización
de algunas varetas de consistencia herbácea en la base de los troncos.
(*******) Uso como coadyuvante en herbicidas y reguladores de crecimiento
(********) Uso como coadyuvante en fungicidas e insecticidas

Reglamento Específico de Producción Integrada de Patata:


Método control químico
Plaga/enfermedad/malas hierbas
EXCLUIR INCLUIR
Ametoctradin + Metiram
Mildiu
Maneb Zoxamida + Cimoxanilo
Alternariosis

Malas hierbas Linuron

Reglamento Específico de Producción Integrada de Remolacha Azucarera:


Método control químico
Plaga/enfermedad
EXCLUIR INCLUIR
Cercospora Maneb
00139025

Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253 - 802X http://www.juntadeandalucia.es/eboja

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