Viaje de Bolivvar Oficial
Viaje de Bolivvar Oficial
Viaje de Bolivvar Oficial
Cuando Bolívar llegó al Perú, este ya era un país fragmentado, no solo por las facciones que
respaldaban a cada uno de sus dos presidentes —electo y depuesto— sino porque también estaba
territorialmente fracturado. El general venezolano se encontró con un Perú donde el norte era patriota y
el sur realista. Si bien San Martín había declarado la independencia en la capital en julio de 1821, esta
división espacial lo que demostraba era que Lima no era el Perú. «Bolívar no dividió al Perú, el país ya
estaba dividido y con la anuencia de San Martín».
El 6 de febrero de 1824 ocurrió un suceso que acelerará el proceso de independencia del Perú cuando se
sublevó la guarnición del Callao poniendo en jaque la plaza. Esto provocó no solo la entrada de los
realistas a Lima, sino a asunción de Bolívar como Dictador del Perú el 10 de febrero de 1824,
permitiéndole al Libertador la suprema autoridad política y militar del país con miras a recuperarlo. Se
suspendió entonces al presidente Torre Tagle y el Congreso entraba en receso. Para la élite peruana,
Bolívar era un venezolano y su ejército, un invasor.
Convaleciente Bolívar en Pativilca, se develó que el marqués de Torre Tagle confabulado con Juan de
Berindoaga y Palomares, conde de San Donás, conspiraban para devolver el Callao y Lima a los realistas.
Otro de los contratiempos que tuvo que sortear el Libertador, fue la denuncia del Congreso gran-
colombiano al declarar la incompatibilidad de las funciones ejercidas por Bolívar, como dictador y, a la
vez, jefe del Ejército Colombiano, provocando airados desencuentros y encendidos debates entre los
parlamentarios.
Fue entonces cuando el Libertador nombró a Sucre comandante general del Ejército Unido Libertador, y
una vez sorteado este percance, dedicó su tiempo a la empresa pendiente que lo había llevado al Perú.
«El 26 de marzo de 1824 asignó a Trujillo el rango de capital de la República, mientras se liberará de
enemigos Lima»
El 6 de agosto de 1824, Simón Bolívar pasó revista a las tropas del Ejército Unido Libertador de Perú
conformadas por 7.900 soldados de infantería y unos 1.000 de caballería, los cuales el 90% eran
colombianos, venezolanos y ecuatorianos; y al día siguiente emprendió la marcha para confrontar a las
tropas virreinales. Estos últimos se encontraban en el Valle del Mantaro y sumaban 11.595 hombres a
órdenes del general de origen francés José de Canterac, quien verificó a sus tropas en Atopa, partiendo
el 30 de julio con dirección a Carhuamayo, a donde llegó el 5 de agosto.
La primera avanzada la protagonizó el ejército realista, cargando con su caballería, lo cual fue efectiva,
pero no suficiente, toda vez fue rechazada por las lanzas -instaladas a modo de picas-, del regimiento
Granaderos de Colombia. Desde una colina, Bolívar observa la batalla y ordena replegar a la caballería
para dar tiempo a la infantería que avanzaba con ímpetu. Pronto las tropas monárquicas se confiaron en
su ventaja creyéndose vencedores, desorganizándose, permitiendo que la estrategia del Libertador
funcionara en los blancos expuestos. Desmoralizados, el ejército de Canterac, fue derrotado y puesto en
fuga, retirándose al Cuzco. Perdieron 254 hombres y 80 fueron capturados. Las tropas colombianas
sufrieron 154 bajas.
Este tratado disponía que el ejército realista renunciaba a seguir la lucha y fijaba la permanencia de los
últimos soldados realistas en las fronteras de la Provincia Constitucional del Callao, ciudad situada en el
centro-oeste del Perú.Igualmente, fundaba que la República del Perú debía saldar la deuda económica y
política a las naciones que ayudaron militarmente a su independencia.
El Congreso del Perú, reunido en sesión extraordinaria, otorgó el reconocimiento del Gran Mariscal de
Ayacucho y Benemérito del Perú en grado eminente a Antonio José de Sucre, por la actuación que tuvo
en aquel campo donde se celebró la batalla.
Después de Ayacucho, Sucre siguió hacia el sur, cruzó con sus tropas el río Desaguadero y ocupo el
territorio del Alto Perú cuyas provincias habían dependido del Virreinato de Río de la Plata. lasprovincias
del Alto Perú debían formar parte del gobierno deBuenos Aires. Sin embargo, este punto de vista no era
compartido por todos los sectores políticos del Alto Perú, entre los cuales había partidariostambién de
formar con sus provincias una nueva República.
La creación de Bolivia.
El 6 de agosto de 1825, una asamblea reunida en Chuquisaca, determina que el Alto Perú sea
independiente y que se cree una República con el nombre de Bolivia, en homenaje al Libertador. Sucre
fue el gran artífice de esta creación basándose en el principio de la autodeterminación de los pueblos.
Bolívar escribió su Constitución y la llamó su hija predilecta. El Alto Perú es un territorio que pertenece a
dos naciones: una partea la Argentina y la otra al Perú. Sucre propone que se realice una Asamblea en
Chuquisaca a fin de que los pueblos decidan su propia suerte. A Bolívar no le gustó la idea y se la criticó
al Gran Mariscal.
El 9 de febrero de 1825, el Mariscal Sucre convoca a las provincias del Alto Perú a un congreso, donde
se decidiría el destino de la nación, que estaba sujeto a tres posibilidades: pertenecer al Río de la Plata,
mantener la adhesión al Perú o exigir la independencia total. La asamblea deliberante, llevada a cabo en
Sucre, el 10 de julio de 1825 determina por unanimidad la independencia total del Alto Perú
(Bolivia).Finalmente, el Presidente de la asamblea, José Mariano Serrano, con la ayuda de una comisión,
redacta “el Acta de Independencia”, poniendo como fecha simbólica el 6 de agosto 1825, en homenaje
a la batalla de Junín.
Por decreto se determina que el nuevo Estado llevará el nombre de Bolivar, en homenaje al Libertador,
que al mismo tiempo es declarado Padre de la patria. Bolivia nace a la vida independiente con los
territorios que conformaban la Real Audiencia de Charcas, que en ese entonces comprendía cuatro
provincias convertidas en los departamentos: de La Paz, Chuquisaca (con Sucre como capital), Santa
Cruz, Cochabamba, Potosí y poco después se crea el departamento de Oruro.
El 18 de abril de 1828 se produjo el Motín de Chuquisaca, en medio del cual se produjo un atentado
contra el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre que casi le cuesta la vida y que le dejó por el
resto de sus días incapacitado del brazo derecho.
El motivo coyuntural para insubordinar la guarnición de Chuquisaca, fue la falta de pagos. Sin embargo,
las causas profundas respondían a la trama de las élites peruanobolivianas, que orquestaban el
desplome del gran sueño anfictiónico del Libertador. Pretendían los terratenientes, comerciantes y
generales de Bolivia y Perú, dejar sin efecto la Constitución de Bolivia de 1826, aprobada también por el
Perú. De allí que el 26 de enero de 1827, comienza en Lima la reacción anti bolivariana con la
insubordinación del Batallón Junión, por parte del comandante neogranadino José de Bustamante,
quien depone al general Jacinto Lara y trastoca los planes continentales de Bolívar. Dicha reacción, a
cuya cabeza estaba el jefe de gobierno, José de La Mar se dirigirá a la frontera de Bolivia, adonde llega el
general Agustín Gamarra con 5 mil hombres para invadir al nuevo Estado, propiciando el Motín de
Chuquisaca.
Tras ser rescatado de Chuquisaca por fuerzas leales, Sucre sale de Bolivia vía marítima el 1° de agosto de
1828. Llega al Callao y allí ofrece al gobierno peruano su mediación en el conflicto con la Gran Colombia.
Despreciado su ofrecimiento Sucre reanuda el viaje. Ya en suelo ecuatoriano escribe al Libertador
Congreso anfictiónico de Panamá
Decisión sobre el apoyo a la independencia de las islas de Cuba, Puerto Rico, Canarias y Filipinas;
Efectivización de la Doctrina Monroe de los Estados Unidos en contra de las tentativas españolas de
reconquista;
Adopción de medidas de presión para obligar a España al reconocimiento de las nuevas repúblicas
Fijación de las fronteras nacionales con base en el principio de utipossidetis, tomando como base el
año 1810
Los embajadores tan sólo acordaron con relativa facilidad la creación de una liga de repúblicas
americanas con jefes militares comunes, la formación de un pacto mutuo de defensa, y el
establecimiento de una asamblea parlamentaria supranacional, aunque sin acordar detalles específicos
sobre el funcionamiento de ésta ni sobre la organización de las tropas comunes de defensa y menos aún
sobre su financiamiento. Con muchas limitaciones se elaboró al fin el “Tratado magnífico titulado de la
Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua” que emergió del Congreso y que, aprobado por todos
los concurrentes, fue ratificado solamente por la Gran Colombia en el mismo 1826.
El Libertador Simón Bolívar anhelaba el entendimiento entre todos los países ybuscaba la unidad del
continente. El Congreso Anfictiónico de Panamá se instaló entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826.
Crear una confederación de los pueblos iberoamericanos desde México hasta Chile y Argentina era el
objetivo central.
Su instalación ocurrió en medio de las conquistas independentistas en Hispanoamérica, tras la liberación
del Alto Perú (actual Bolivia) por parte del Libertador Simón Bolívar y del Gran Mariscal de Ayacucho,
Antonio José de Sucre.El Congreso Anfictiónico de Panamá no derivó en los resultados que Bolívar
esperaba. La mayoría de las naciones que asistieron no estaban en condiciones políticas ni económicas
para cumplir con los acuerdos. Además, las divisiones entre ellas derivaron en conflictos fronterizos.Con
todo, el Libertador se enfocó en la creación de la Confederación de Los Andes (Colombia, Perú y Bolivia)
para oponerse a la política imperial de Estados Unidos y las clases dominantes.
Anarquismo en Colombia
El movimiento anarquista en Colombia ha tenido un papel importante en la historia del país. Desde
finales del siglo XIX, las ideas anarquistas han tenido presencia en diversos sectores de la sociedad
colombiana, especialmente entre trabajadores, campesinos y estudiantes.Durante el siglo XX, el
anarquismo en Colombia tuvo un auge importante, con la formación de grupos y organizaciones
anarquistas que luchaban por la libertad, la igualdad y la justicia social. Muchos anarquistas colombianos
participaron activamente en movimientos sociales y laborales, luchando por los derechos de los
trabajadores y en contra de la opresión estatal y capitalista.
Los conservadores sostenían que después de años de guerra, deterioro moral y desarreglo político y
administrativo, era necesario imponer el orden y el progreso a través de un Estado centralizado que
sepultara para siempre, con la injerencia directa de la Iglesia, el federalismo de antaño. Los
conservadores querían dar pasos hacia adelante, lograr la anhelada paz y poner al país en la ruta hacia
su modernización, pero, paradójicamente, lo hacían restaurando la herencia hispana y la civilización
católica. Por ende, el país quería ser renovado recurriendo a la tradición.
La Constitución de 1886, que dejó de existir sólo hasta 1991, se convirtió en la carta fundacional de la
modernización conservadora. Dicha Constitución estableció, principalmente, la centralización del poder
en la figura del Presidente de la República y le dio facultades a este último para suspender, a su antojo,
las garantías constitucionales a través de la instauración del estado de sitio. Además, al declarar el
catolicismo como religión oficial, convirtió a la Iglesia católica en la máxima aliada del poder político
central y en la garante ideológica y cultural del orden social
De este modo, la república colombiana, que buscaba deshacerse del «Estado débil» y convertir al país
en un Estado nacional territorial, se tornaba en una especie de «república teocrática». La Constitución
de 1886 concretaba en letra escrita el espíritu de la Regeneración y, por ende, buscaba el progreso a
través de una paradójica regresión al pasado.
Ahora bien, este periodo de la Regeneración, cuyo momento fundacional fue la carta de 1886, produjo
una cultura cerrada y autoritaria, dirigida por el clero católico, que tuvo increíbles repercusiones en el
clima político y socio-cultural colombiano en las primeras tres décadas del siglo XX. Fue justamente en
este periodo -sobre todo en aquel de 1910 a 1930- que Colombia experimentó una tortuosa
modernización capitalista que se consolidó a paso lento a través de la bonanza de la producción de café
y los enclaves de las plantaciones de banano y de la extracción de petróleo (Archila, 1998).
Alrededor de estos enclaves tuvieron lugar las primeras expresiones de trabajo asalariado y esto,
sumado a la aparición de las fábricas textiles, permitió el tránsito del artesanado a la clase obrera. La
acumulación de capital generada por la bonanza del café y por el funcionamiento de los enclaves exigió
un desarrollo de una infraestructura fluvial y ferroviaria. Así, Colombia se enfrentó a nuevas condiciones
económicas que, entremezcladas con el aumento poblacional y la creciente urbanización del país, causó
traumáticos cambios sociales. La repentina entrada de capitales subió los niveles de inflación y, por
ende, aumentó el costo de vida, lo que activó las protestas sociales, representadas sobre todo en
huelgas y movilizaciones.
Sin embargo, el anarquismo en ha sido también objeto de represión por parte de los gobiernos y las
fuerzas de seguridad. Muchos anarquistas han sido perseguidos, encarcelados e incluso asesinados por
su activismo político. A pesar de las dificultades, el anarquismo en Colombia sigue presente, con grupos
y colectivos que abogan por la autonomía, la solidaridad y la lucha contra todas las formas de
autoritarismo y opresión. Los anarquistas colombianos continúan resistiendo y organizándose para
construir un mundo más justo y libre.