Tema 7. El Teatro de 1939 A 1975. Antonio Buero Vallejo.
Tema 7. El Teatro de 1939 A 1975. Antonio Buero Vallejo.
Tema 7. El Teatro de 1939 A 1975. Antonio Buero Vallejo.
Durante los años cuarenta, el teatro se limita mayormente al teatro militante falangista o
nacional-católico, la comedia burguesa influenciada por la alta comedia benaventina, y un
tipo de comedia sentimental cercana a la subliteratura rosa de quiosco. El modelo
dominante es la comedia burguesa benaventina, caracterizada por una construcción
cuidada, dosificación de la intriga, y la alternancia hábil entre escenas humorísticas y
sentimentales. Estas comedias se centran en personajes de clase media y ambientes
acomodados, abordando temas recurrentes como asuntos matrimoniales, celos e
infidelidades. Autores como Luca de Tena y José María Pemán contribuyen con numerosas
obras en este estilo.
También son frecuentes en los escenarios españoles de posguerra las obras humorísticas.
Los dos únicos autores interesantes son Miguel Mihura, Tres sombreros de copa, Ninette y
el señor de Murcia, Maribel y la extraña familia y Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está
debajo de un almendro o Los ladrones somos gente honrada.
Los temas más utilizados en sus obras son la libertad, la justicia, la verdad, la
soledad, la felicidad, el amor... para ahondar en aspectos de la naturaleza humana.
los personajes se dividen en activos, dispuestos a emplear violencia verbal o física
para sus objetivos, y "soñadores", que viven angustiados en un mundo que les
parece pequeño para sus aspiraciones. Esta dualidad no implica juicios morales e
ilustra la complejidad de los personajes en sus tramas.
La acción se sitúa en España en un período próximo (la posguerra con todas sus
miserias, la Guerra Civil...) o el pasado histórico.
Destaca la presencia de finales esperanzadores: en muchas de sus obras se deja
abierta la posibilidad de que, a pesar de lo difícil que parece, los personajes puedan
tener una probabilidad de salvarse (p.ej. Tomás y Lino en La fundación)
En el teatro de Buero Vallejo pueden distinguirse varias etapas:
Segunda etapa (teatro de crítica social) Antonio Buero Vallejo entra en una etapa de
dramas históricos donde la acción se desarrolla en épocas pasadas. Esta elección le permite
sortear la censura y analizar los problemas contemporáneos con objetividad, aprovechando
el distanciamiento histórico. Obras como "Las Meninas", que aborda la vida de Velázquez,
"El sueño de la razón", centrada en Goya, "Un soñador para un pueblo", sobre Esquilache, y
"El tragaluz", donde dos investigadores futuristas exploran la vida de una familia afectada
por la Guerra Civil, destacan en esta etapa.
Tercera etapa (se une lo existencial, lo social y la innovación formal). En esta etapa,
la crítica se vuelve más explícita y se incorporan innovaciones técnicas. "La Fundación", la
obra más destacada, presenta a Tomás, un hombre que, tras confesar un delito bajo tortura,
cumple condena en prisión. Ante la dureza de su situación, Tomás se refugia en la locura,
imaginando vivir en una fundación que le ha invitado a escribir un libro. Sus ojos perciben
paisajes y ambientes lujosos hasta que la cordura lo confronta con la realidad.
Alfonso Sastre
Fundó varios grupos teatrales de gran compromiso político con intención de renovar el
panorama teatral. Para Sastre, el teatro debía ser un instrumento de agitación y
transformación de la sociedad. Algunas obras de Sastre fueron: Escuadra hacia la muerte;
Guillermo Tell tiene los ojos tristes...
Francisco Nieva es reconocido por su contribución al "teatro furioso", que se caracteriza por
ir en contra y a favor de todo y nada simultáneamente. Además, incursiona en el "teatro de
farsa y calamidad". En el primer grupo destacan obras como "La carroza de plomo
candente" y "El combate de Ópalos y Tasia", donde aborda con total libertad su enfoque
transgresor del sexo. En el segundo grupo sobresalen "Malditas sean Coronada y sus hijas" y
"El baile de los ardientes", explorando el complejo mundo de pasiones, transgresiones,
culpa y conocimiento, pilares fundamentales de su obra dramática.
Fernando Arrabal, heredero del teatro del absurdo y de la crueldad, lidera una revolución
teatral con su teatro pánico, inspirado en el Dios Pan y caracterizado por elementos oníricos
y críticos del Surrealismo y Valle-Inclán. Obras destacadas en este estilo son "El cementerio
de automóviles" y "El arquitecto y el emperador de Asiria". En su última etapa, se inclina
hacia lo que denomina teatro bufo, con obras como "Oye, Patria, mi aflicción" o "Róbame
un billoncito". A finales de los años sesenta, surgen diversos grupos teatrales experimentales,
como Els Joglars, Els Comediants y Tricicle, abordando nuevos temas y formas de representación.