Viacrucis
Viacrucis
Viacrucis
Oración:
Señor, Dios nuestro, que has querido realizar la salvación de todos los hombres
por medio de tu Hijo, muerto en la cruz, concédenos, te rogamos, a quienes
hemos conocido en la tierra este misterio de Amor, dar testimonio de Él con
palabras y obras ante cuantos en tu bondad se cruzan en nuestro camino cada día.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Primera estación
Jesús es condenado a muerte
1
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: «¿Qué hago con el que
llamáis rey de los judíos?». Ellos gritaron de nuevo: «Crucifícalo». Pilato
les dijo: «Pues ¿qué mal ha hecho?». Ellos gritaron más
fuerte: «Crucifícalo». Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a
Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran
(Mc 15, 12-15).
Señor Jesús nosotros somos todavía más frágiles en la fe que los primeros
discípulos, también nosotros corremos el riesgo de traicionarte, cuando tu Amor
debería alentarnos a amarte cada vez más. Nos hace falta oración, vigilancia y
verdad. Así la fe crecerá y será fuerte y gozosa.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Segunda estación
Jesús con la Cruz a cuestas
2
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo
sacaron para crucificarlo. Marcos 15, 20
Tu Jesús, has sido contado entre los pecadores en la primera generación cristiana
precisamente por hablar públicamente de Ti; Pedro y Juan, Pablo y Silas,
entraron en prisión. Así ha ocurrido muchas veces a lo largo de los siglos.
También en nuestros días hay hombres y mujeres que son encarcelados,
condenados e incluso asesinados simplemente por ser creyentes o por su
compromiso en favor de la justicia y la paz. Ellos no se avergüenzan de tu Cruz,
son ejemplos admirables para que los imitemos.
Señor Jesús conforta interiormente a los perseguidos, que se extienda por todo el
mundo el derecho fundamental a la libertad religiosa, te damos gracias por todos
aquellos que como ángeles, ofrecen maravillosos signos de la venida de tu Reino.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
3
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jesús pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los
dolores de su Santísima Madre, triste y afligida al pie de la Cruz. Amén.
Tercera estación
Jesús cae bajo el peso de la Cruz
4
como el, te pedimos con confianza a Ti que eres el Cordero de Dios,
perdón por nuestros pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Meditando sobre el peso de tu Cruz, no nos avergonzaremos de hacer sobre
nuestro cuerpo la señal de la Cruz, es una ayuda eficaz gratuita para los
pobres y para quién es débil, no exige ningún esfuerzo se trata ciertamente
de una gracia de Dios.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Cuarta estación
Jesús se encuentra con su Madre
5
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
"Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y
elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción. ¡Y a ti
misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto
las intenciones de muchos corazones.»" Lucas 2 , 34 – 35 "Su madre
conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón." Lucas 2, 51
Señor Jesús el drama que afrontas junto a tu Madre por una callejuela de
Jerusalén, nos hace pensar en tantas tragedias familiares de nuestro mundo, hay
para todos; madres, padres, hijos, abuelos y abuelas. Es fácil juzgar a los demás,
pero lo más importante es saber ponerse en su lugar y ayudarles en la medida de
lo posible, lo intentaremos.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
6
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jesús pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los
dolores de su Santísima Madre, triste y afligida al pie de la Cruz. Amén.
Quinta estación
El cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz
7
forma de vida, se sienta animado al vernos cultivar lo bello, lo justo, lo
verdadero, lo esencial, que quien sea frágil nos vea humildes, porque en muchos
aspectos también nosotros somos frágiles. Que quién reciba de nosotros signos de
gratitud perciba que nosotros mismos tenemos motivos para decir gracias, que
quién no pueda correr se sienta tranquilo porque le queremos, estamos dispuestos
a ir más despacio, no queremos dejarlo atrás.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en
pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce
y algunas mujeres que él habla curado de malos espíritus y enfermedades:
María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer
de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con
sus bienes. Lucas 8. 1 - 3
Señor Jesús la presencia femenina es significativa, en los Evangelios las mujeres
tienen un lugar destacado, te ayudaron a Ti y a los apóstoles, algunas de ellas
estuvieron presentes en tu Pasión y fueron las primeras en anunciar tu
resurrección. El genio femenino nos lleva a vivir la fe con afecto hacia Ti, nos lo
enseñan todos los santos, queremos seguir sus huellas.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
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ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jesús pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los
dolores de su Santísima Madre, triste y afligida al pie de la Cruz. Amén.
Séptima estación
Jesús cae por segunda vez
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Señor Jesús que abismo de tristeza en tantas almas heridas por la soledad, el
abandono, la indiferencia, la enfermedad, la muerte de un ser querido,
inconmensurable el dolor de cuantos sufren la crueldad de la violencia, el odio de
palabras falaces o se encuentran con corazones de piedra que hacen llorar y
llevan a la desesperación. El corazón del hombre, el corazón de cada uno de
nosotros espera otra cosa, el cuidado del amor. Tu Jesús nos lo enseñas a todos
los hombres de buena voluntad: “Ámense los unos a los otros, como yo lo he
amado”
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Octava estación
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho
y lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de
Jerusalén, no lloren por mí, lloren por ustedes y por sus hijos, porque miren
que vienen días en los que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los vientres
que no han dado a luz y los pechos que no han criado”. Entonces empezarán
a decirles a los montes: “Caigan sobre nosotros”, y a las colinas:
“Cúbrannos”; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con el
seco?».
Lucas 23, 27- 31
Señor Jesús, también hoy viendo nuestras ciudades tendrías motivos para llorar,
que Tu nos indicas. Pero ahora sentimos como una llamada tuya, lo que dijiste en
Dios”. “Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de
la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo, alumbre así su luz a los
hombres para que vean las buenas obras y den Gloria al Padre que está en el
cielo”. Mateo 5, 13 – 16
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Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Novena estación
Jesús cae por tercera vez
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
"Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al
Padre.»
Juan 16, 28
Señor Jesús ante tu Amor y el Amor del Padre nos preguntamos si no nos
necedad y escándalo, siendo así que es fuerza y sabiduría de Dios. ¿No estaremos
cuenta de que antes de que Dios viniese a nosotros, ni siquiera sabíamos quién
era Dios?.
Cuando Tu, Hijo unigénito llegaste, Dios que nos hizo a su imagen nos permitió
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Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Décima estación
Jesús es despojado de sus vestiduras
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
“Se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica”
Salmo 22, 18
Tu túnica Señor, nos lleva a meditar en un momento de gracia y también en todas
las veces que se viola la dignidad del hombre, la gracia es la del bautismo; al
has sido revestido de Cristo, ésta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de
Amor con que cuidas a todas las criaturas, nos lleva también a pensar en
esclavo, los niños y adolescentes a los que han robado su inocencia heridos en su
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Tu nos haces pedir humildemente perdón a cuantos sufren éstos ultrajes y rezar
vida de demás.
Ante Ti, Señor Jesús, renovamos nuestro propósito de vencer el mal con el bien.
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
"Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y
cada lado, y Jesús en medio. Pilato redactó también una inscripción y la puso
Juan 19, 16 - 19
personas inocentes?
Tu Evangelio es la mejor defensa para el hombre, para todos los hombres, Señor
Jesús tu aceptaste la Cruz para enseñarnos a dar nuestra vida por Amor, en la
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hora de la muerte escuchaste al ladrón arrepentido. Salvador inocente, fuiste
Duodécima estación
Jesús muere en la Cruz
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
Jesús dijo a voz en grito: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
nuestra vida, para que nos cuidase a nosotros igual que cuidó de Ti. Nos
grito a Dios con las palabras del Salmo 21 que expresan los sufrimientos, pero
también las esperanzas del justo. El Evangelista Lucas, recuerda que poco antes
20
de morir, dijiste: “Padre en tus Manos encomiendo mi espíritu”, la respuesta que
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
"El centurión y los que con él estaban guardando a Jesús, al ver el terremoto
Hijo de Dios.» Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que
habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle. Entre ellas estaban
Misericordia, en Ti, pobre elección, la Iglesia está llamada a ser pobre y amiga de
los pobres.
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Contemplando tu rostro, el nuestro no podrá ser distinto del tuyo, nuestra
nuestro Dios.
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
"Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en
secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el
"Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de noche
- con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el cuerpo de
judía de sepultar."
Juan 19, 38 - 40
“Que fortuna para mí y para vosotros, nos dice José de Arimatea que nos
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Pilato para obtener el Cuerpo de Jesús, más que la determinación, me han
movido el Amor y la alegría. Estoy contento de haber podido darle una tumba
Nicodemo podría añadir: “Mi primer encuentro con Jesús, fue en horas
Cuerpo, por eso he comprado una mixtura de mirra y aloe, pero la verdad es que
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Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí pobre pecador.
"El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los
aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido
retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres
tierra, les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No
en el éxito, entonces la Palabra de Dios nos dice: “¿Por qué buscas entre los
muertos al que está vivo?”, ¿por qué estás buscando allí, aquello no te puede dar
vida, si escuchamos podemos abrirnos a aquél que da la vida. Aquél que puede
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dar la verdadera esperanza. Dejémonos nuevamente tocar por el estupor del
Presencia.
su cuerpo que es la Iglesia y lo hace andar atrayéndolo hacia Él, ayer es la tumba
resurrección perenne a la que nos impulsa el Espíritu Santo que nos da plena
libertad.
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