Cuadernillo 3° Secundaria
Cuadernillo 3° Secundaria
Cuadernillo 3° Secundaria
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EL TERRITORIO ARGENTINO
La Republica Argentina está localizada en el hemisferio Sur y en el hemisferio Oeste. Forma parte
del continente americano y del continente antártico. Limita al Norte con Bolivia y Paraguay, al Sur
con Chile y el océano Atlántico, al Este con Brasil, Uruguay y el océano Atlántico y al Oeste con
Chile.
Con respecto a la extensión, nuestro país es uno de los más extensos del mundo, con 2.791.810
km2 en la porción americana emergida. Si a este valor se le agrega la superficie de la Antártida y
las Islas Malvinas su extensión pasa a ser de 3.761.274 km2.
La Argentina ejerce su soberanía sobre un territorio compuesto por diferentes espacios: el
continental, el oceánico, el aéreo y el antártico.
En cuanto al Espacio Continental, los puntos extremos de nuestro país son:
NORTE: confluencia de los ríos Grande de San Juan y Mojinete, en Jujuy 21° 46’ Latitud
Sur; 66° 13’ Longitud Oeste.
SUR: cabo San Pio, en Tierra del Fuego 55° 03’ Latitud Sur; 66° 31’ Longitud Oeste.
ESTE: ciudad de Bernardo de Irigoyen, en Misiones 26° 15’ Latitud Sur; 53° 38’ Longitud
Oeste.
OESTE: Parque Nacional Los Glaciares, en Santa Cruz 50° 01’ Latitud Sur; 73° 34’
Longitud Oeste.
Con respecto a la forma, la Argentina posee forma de triángulo rectángulo, donde el cateto mayor
se extiende en el oeste por el límite con Chile, el cateto menor se localiza al norte, coincidiendo
con los límites de Bolivia y Paraguay, y la hipotenusa se corresponde con las líneas limítrofes que
separan Argentina de Brasil, Uruguay y la fachada Atlántica.
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También la forma de nuestro país es alargada en latitud ya
que la distancia entre el punto extremo norte y sur es
aproximadamente de 3.694km., esta singularidad le otorga
al país variedad de climas, flora, fauna y recursos
naturales variados.
El estudio de la posición relativa de un país analiza las
relaciones de un Estado con otros espacios con los que
tiene comunicación. Dichas relaciones le otorgan fortalezas
o debilidades al mismo según los objetivos o los momentos
históricos.
En cuanto a su posición relativa, está alejada de las
principales potencias mundiales y de las rutas o vías de
comunicación más importantes, pero a su vez presenta
una posición estratégica en el Atlántico sur por sus
recursos pesqueros y energéticos. También posee una
posición ventajosa en América del sur al limitar con 5
países, lo que favorece el intercambio cultural y
económico.
La Argentina está dividida políticamente en 23 provincias y
un distrito federal, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En cuanto al ESPACIO AÉREO, este abarca las capas atmosféricas que cubren la superficie
terrestre y marítima del territorio. La utilización del espacio aéreo por parte del Estado argentino se
encuentra regulada mediante acuerdos internacionales, y también se rige por las pautas
establecidas por la Organización de Aviación Civil Internacional.
La Argentina tiene la singularidad de poseer una amplia fachada frente al océano Atlántico, que se
extiende a lo largo de 5.000 km desde el punto medio del límite exterior del río de la Plata hasta el
límite con Chile, en el canal Beagle. Esta porción está integrada por tres elementos: las masas
oceánicas, que cubren el margen continental; los fondos marinos correspondientes al margen
continental; las islas, que emergen del margen continental.
Por lo tanto, el ESPACIO MARÍTIMO comprende el sector oceánico adyacente a las costas del
territorio terrestre argentino y el subsuelo correspondiente. Este se denomina mar territorial y se
extiende hasta las 12 millas marinas desde la costa y ejerce soberanía absoluta. Luego se
extiende la zona contigua que abarca las siguientes 12 millas marinas, allí el Estado ejerce el
derecho de control y reglamentación aduanera, migratoria, fiscal y sanitaria. A este sector se suma
el mar patrimonial o zona económica exclusiva (ZEE) que se extiende desde las 12 millas marinas
hasta las 350 millas marinas, sobre el cual el Estado argentino también se reserva el derecho de
explotación y exploración de los recursos vivos y no vivos del mar, incluyendo lecho y subsuelo, y
tiene el deber de cuidar el ambiente, aunque no puede impedir su libre circulación.
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La SUPERFICIE TERRESTRE Y EL SUBSUELO correspondiente están demarcados por límites
reconocidos y aceptados internacionalmente con Chile, Paraguay, Bolivia, Uruguay, Brasil y el
océano Atlántico.
La porción americana emergida del territorio argentino está constituida por el sector emergido de
América del Sur la periferia de la misma está formada por dos elementos bien diferenciados: el
límite internacional y la frontera.
El límite internacional es la línea convencional que separa dos Estados contiguos. Es el resultado
de procesos históricos y su establecimiento se realiza a través de acuerdos, arbitrajes,
mediaciones, etcétera.
Los límites son líneas imaginarias que sirven para demarcar hasta dónde llega un territorio y, por
lo tanto, también la extensión de los territorios vecinos. Existen tres tipos de límites:
Geográficos: remiten a las líneas de vaguada (las líneas de mayor profundidad de los ríos),
las isobatas (profundidades del mar), las altas cumbres y las divisorias de agua (en
cadenas montañosas) y las líneas de costas.
Geométricos: implican distancias medias en cuerpos de agua o cadenas montañosas y
líneas que unen puntos.
Geodésicos: se establecen por paralelos y meridianos
CUESTIONES DE LÍMITES
Tal como ocurre en el resto del mundo, la delimitación del territorio argentino ha sido motivo de
discordia entre países. Estos procesos han tenido resoluciones pacíficas, pero también se ha
llegado a enfrentamientos bélicos. El caso del actual reclamo de las Malvinas, por parte de la
Argentina, es ejemplo de ello.
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Cuestión del Río de la Plata: Se terminó de
resolver en 1973 cuando ambos países
establecieron que el Río de la Plata se ex tiende
desde Punta Gorda hasta una línea recta que une
Punta del Este, en el Uruguay, con Punta Rasa del
cabo San Antonio, en la Argentina. A su vez, se
acordó que las aguas del río son de uso común,
excepto en las zonas ribereñas hasta los 3
kilómetros de ancho y 11 kilómetros en el cauce
exterior del río. La isla Martín García fue declarada
como parte del territorio argentino y convertida en
reserva natural para conservar la flora y fauna
autóctonas de la región. Por último, se marcó el
límite lateral marítimo del río desde el punto medio
de la línea que une Punta del Este con Punta Rasa
hasta unos 320 kilómetros dentro del océano
Atlántico.
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La región del Chaco boreal: los territorios en litigio abarcaban las actuales provincias de
Formosa, el Chaco y el centro del Paraguay. El conflicto se originó luego de la Guerra de la
Triple Alianza (1865-1870), en la que se enfrentó la alianza conformada por la Argentina, el
Uruguay y el Brasil contra el Paraguay. Luego de la derrota del Paraguay, se estableció
que las tierras ganadas en la batalla serían repartidas entre los vencedores. Sin embargo,
la Argentina rechazó su parte y reconoció la soberanía paraguaya sobre el territorio del
Chaco Boreal, que se extiende al norte del río Verde. No obstante, Paraguay no aceptó
esta condición y reclamó el territorio comprendido entre el río Verde al norte, el río
Pilcomayo al sur, y el río Paraguay al este. Para resolver este litigio, se solicitó arbitraje al
presidente estadounidense Hayes, en 1876, quien le adjudicó al Paraguay todo el territorio
en disputa. En la actualidad, existe un
intercambio fluido entre ciudades
vecinas de ambos países, como
Encarnación (en el Paraguay) y Posadas
(en la provincia de Misiones) y Asunción
(en el Paraguay) y Clorinda (en la
provincia de Formosa).
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Los límites con la República de Chile
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Sin embargo, la Argentina no reconoció este fallo sosteniendo dos argumentos. Primero,
que las islas Picton, Nuevay Lenox, no se encuentran al sur del canal si no al oeste, y
segundo, que otras islas situadas más al sur del Cabo de Hornos se encuentran en el
océano Atlántico, por lo que el derecho de exclusión no tendría validez.
Como consecuencia de esta disputa, se sucedieron varios hechos que produjeron tensión
en la zona, ya que ambos países instalaron a sus Fuerzas Armadas en el lugar para
proteger su soberanía. El litigio finalizó en 1984 con la mediación del Papa Juan Pablo II y
la firma de un acuerdo definitivo por el que se estableció que todas las islas en disputa se
otorgaban a Chile y se reconocía a este país un área dentro del océano Atlántico de
10.000km2. También se establecieron seis pintos que definieron la zona económica
exclusiva correspondiente a cada uno de los Estados.
Hielos continentales: en 1902 se había acordado que el límite internacional se extienda
desde el monte Fitz Roy o Chaltén hasta el monte Stokes. Sin embargo, las características
geográficas de la zona demoraron la construcción de los hitos, dando lugar a que Chile
planteara nuevas exigencias sobre los hielos.
Luego de un arbitraje realizado en 1978 la zona de la Laguna del Desierto, en la provincia
de Santa Cruz, fue otorgada a la Argentina. Entre 1991 y 1993 se llevó adelante un nuevo
proceso de negociación entre el gobierno argentino y chileno sobre un sector de la
cordillera correspondiente a los hielos continentales. Este territorio se extiende entre los
paralelos de 46° y 51° 30’ de latitud sur y posee una superficie de 22.000km2. Representa
una extensa área de nieves permanentes y glaciares de gran valor paisajístico y como
reserva de agua dulce. Ambos países reclamaban dos áreas distintas, y se acordó trazar
una línea poligonal que pase por el medio de las dos posiciones sostenidas por cada
Estado. Con el trazado de esta línea la Argentina perdió varios cientos de kilómetros
cuadrados de territorios.
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LAS ISLAS MALVINAS ARGENTINAS
Las Islas Malvinas componen un archipiélago ubicado en el océano Atlántico sur. Tiene una
superficie de 11.410 km2 y está integrado por dos islas mayores, Gran Malvina al Oeste y Soledad
al Este, separadas por el canal de San Carlos. Están acompañadas por numerosas islas menores,
y en total alcanzan unas doscientas. A pesar del aislamiento y de la distancia respecto del resto
emergido del país, constituyen islas continentales ya que emergen del margen continental
argentino.
Actualmente, se encuentran bajo la ocupación ilegítima del Reino Unido de Gran Bretaña. Sin
embargo, nuestro país continúa con el reclamo de sus derechos de soberanía sobre esos
territorios que, de acuerdo con criterios históricos y naturales, corresponden a la Argentina.
Nuestro país reclama la soberanía sobre las islas basándose en una serie de criterios aceptados
por la comunidad internacional. Pero Gran Bretaña ignora este pedido y, en los últimos años, se
negó a dialogar y negociar con la Argentina sobre estas cuestiones.
Entre los argumentos argentinos se pueden enumerar los siguientes:
Contigüidad y continuidad geográfica: las islas se encuentran al este de la Patagonia
argentina, aproximadamente a 780 kilómetros de distancia. A su vez, se localizan dentro
de la plataforma continental, por lo que están comprendidas dentro del mar territorial
argentino y en su zona económica exclusiva.
Herencia colonial: una vez disuelto el Virreinato del Río de la Plata, las islas,
administradas por España durante cuarenta y tres años, pasaron a depender de la
naciente Argentina, y así fue reconocido por todos los países con quienes nuestro país
mantenía relaciones. Esto se basa en el principio Uti possidetis juris “Poseerás lo que
poseías”.
Posesión pacífica desde 1811: las islas tuvieron población estable y gobernadores
designados por las autoridades de Buenos Aires. El último gobernador, también nombrado
comandante político y militar de las islas, fue Luis Vernet, en 1829.
Usurpación inglesa: las islas fueron usurpadas por el Reino Unido en1833 expulsando a
las autoridades y los habitantes de las islas. Dicho accionar respondió a una política
imperial de controlar las rutas marítimas internacionales a partir de la dominación de
pequeños lugares de gran valor estratégico.
La Argentina presentó su reclamo sobre las Malvinas ante distintos organismos internacionales.
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La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 1965 (resolución 2.065 XX) la existencia
de una disputa sobre la soberanía entre ambos países. El Reino Unido y la República Argentina
fueron instados a resolver la disputa de forma pacífica a través de negociaciones, teniendo en
cuenta los "intereses" de los isleños. En cambio, el Reino Unido se basa en el principio de
autodeterminación de los pueblos, respetando los "deseos" de los pobladores, que se han
manifestado a favor de continuar siendo británicos. La Argentina sostiene que no debe aplicarse
dicho principio. Existe una situación colonial pero no un pueblo colonizado ya que la población de
Malvinas se trata de un grupo trasplantado.
La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) también apoyó la
reivindicación nacional de soberanía sobre las islas e instó ambos gobiernos a respetar lo
acordado en las Naciones Unidas y a mantener las negociaciones por vía pacífica.
El conflicto bélico de 1982 interrumpió todo el trabajo diplomático y las negociaciones pacíficas
que venían realizándose desde 1965 entre los dos países. A partir de la década de 1990 se
reanudaron las relaciones comerciales entre los dos países, pero el Reino Unido se niega a
negociar con la Argentina la soberanía de las islas Malvinas a pesar de las reiteradas resoluciones
de las Naciones Unidas, respaldadas por la amplia mayoría de las naciones. Igualmente nuestro
país continúa reclamándolas ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.
A partir de la reforma de la Constitución Nacional de 1994 se incorporó el tema del reclamo de
soberanía sobre el archipiélago como política de Estado. Desde ese entonces se llevaron a cabo
exposiciones en las distintas asambleas generales de las Naciones Unidas, pero el Reino Unido
se niega a dialogar con el fin de solucionar el conflicto.
LA ANTARTIDA ARGENTINA
La Antártida Argentina se encuentra comprendida entre los meridianos de 25° y 74° de longitud
Oeste, el paralelo de 60° de latitud Sur y el Polo Sur. Su delimitación se realizó extendiendo los
puntos extremos Este y Oeste hasta el Polo Sur. Desde un punto de vista político, la Antártida
Argentina pertenece a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur.
En 1948, la Argentina dio a conocer su reclamo territorial Antártico basándose en los siguientes
argumentos:
La proximidad geográfica, por la escasa distancia al continente americano;
La continuidad geológica: La cordillera de los Andes reaparece en la Península antártica
con el nombre de Antartandes;
La ocupación permanente e ininterrumpida del Observatorio meteorológico y magnético de
las Islas Orcadas del Sur, inaugurado el día 22 de febrero de 1904;
La herencia de los territorios de España;
La participación en las actividades foqueras desde sus inicios;
Los trabajos científicos, cartográficos, de exploración y mantenimiento en forma
permanente y continuada.
El continente antártico se encuentra sometido a lo establecido en el Tratado Antártico, que se
firmó en 1959 y entró en vigencia en 1961. Este tratado estableció entre sus principales puntos:
La utilización del continente para fines pacíficos exclusivamente;
La libertad de investigación científica y cooperación internacional;
La protección y la conservación de los recursos naturales vivos;
La prohibición de explosiones nucleares y eliminación de desechos radioactivos;
La realización de reuniones periódicas con el fin de intercambiar información;
La no aceptación de nuevas reclamaciones territoriales.
En 1991 finalizó la vigencia del tratado Antártico, pero se aprobó el protocolo adicional de Madrid,
que mantuvo la situación reinante hasta el momento. También se estableció que toda actividad
relacionada con los recursos económicos queda suspendida por un periodo de cincuenta años.
En el artículo segundo de este protocolo se estableció: "Las Partes se comprometen a la
protección global del medio ambiente Antártico y los ecosistemas dependientes y asociados y,
mediante el presente Protocolo, designan a la Antártida como reserva natural, consagrada a la
paz y a la ciencia".
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LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Luego de intensas luchas entre diversos sectores políticos y varios intentos fracasados, finalmente
en 1853 la República Argentina tuvo su Constitución nacional, nuestra Ley Suprema.
En ella se establece que la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma Representativa,
Republicana y Federal.
El gobierno es representativo porque quienes gobiernan, elegidos mediante el voto popular, lo
hacen en representación de toda la población durante un período determinado. Es por esta razón
que las autoridades se renuevan periódicamente.
Que la Argentina sea una república significa que hay una ley máxima o Ley Suprema, nuestra
Constitución nacional, a la cual deben ajustarse todas las demás leyes que ordenan la vida del
país, ya sean leyes provinciales u ordenanzas municipales.
Y es federal porque reconoce que todas las provincias tienen autonomía, es decir que cada una
puede tomar sus decisiones para aplicarlas en su territorio. Por ejemplo, pueden dictar sus propias
constituciones, sin contradecir los principios básicos de la Ley Suprema.
Un sistema republicano de gobierno supone la división de poderes, cada uno con funciones
específicas. Esta característica evita la concentración y abuso de poder y garantiza el pleno
ejercicio de derechos civiles, sociales y políticos.
El Poder Ejecutivo está a cargo del Presidente de la Nación, acompañado de un vicepresidente,
ambos elegidos por el voto de los ciudadanos. El presidente elige a sus ministros, es decir, los
encargados de organizar las acciones de gobierno en diversas áreas, como economía, salud y
educación, entre otras.
El Poder Legislativo en nuestro país está formado por dos cámaras -la de Senadores y la de
Diputados- que se encargan de proponer y elaborar las leyes que rigen en todo el país. Sus
miembros, los legisladores, son elegidos de forma directa por los ciudadanos de la Nación a
través del voto.
El Poder Judicial está formado por los jueces de la Corte Suprema de la Nación y los demás
jueces que pertenecen a los tribunales inferiores, el Consejo de la Magistratura y el Jurado de
Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación. Su función consiste en supervisar que se cumplan
las leyes y se respete la Constitución. Los jueces son elegidos por el Presidente de la Nación, con
el acuerdo de los Senadores.
El Estado nacional está organizado en tres niveles de gobierno: el nacional, el provincial y el
municipal. Cada uno de ellos tiene competencias y atribuciones propias.
A estos niveles se le suma el régimen particular de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital
del país.
El Gobierno nacional tiene jurisdicción en todo el territorio de la República Argentina; en cambio,
los gobiernos provinciales, los municipales y el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
solo en sus respectivos ámbitos.
Esta división de los niveles de gobierno está vinculada a la necesidad de lograr una mejor
atención de las necesidades de la población.
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El Poder Judicial lo desempeña una Suprema Corte de Justicia, las cámaras de apelaciones, los
tribunales inferiores y los juzgados de paz. Su función es atender faltas provinciales y vecinales.
Los territorios de las provincias se dividen a su vez en jurisdicciones políticas más pequeñas
llamadas partidos o municipios. Cada uno de ellos es gobernado por un intendente, elegido por los
ciudadanos del municipio a través del voto.
La Ciudad de Buenos Aires fue designada Capital de la Nación en 1880 y, desde entonces, es el
lugar donde se establecen las autoridades del Gobierno nacional.
Durante muchos años, la Ciudad era gobernada por un intendente elegido directamente por el
Presidente de la Nación. Pero en 1994, cuando se reformó la Constitución nacional, la Ciudad de
Buenos Aires fue declarada distrito autónomo, es decir que en adelante tendría, al igual que las
provincias, un gobierno elegido por sus ciudadanos y debía dictar su propia Constitución, la que
fue sancionada en 1996.
La población de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es de casi 3.000.000 de habitantes. Para
poder organizar las actividades de una población tan numerosa, en 1996 se crearon los Centros
de Gestión y Participación (CGP).
Estos centros funcionan en algunos barrios con el fin de facilitar y descentralizar las funciones del
Gobierno de la Ciudad. En los CGP se realizan los trámites de Registro Civil, Rentas o
infracciones de tránsito. También se brinda información sobre los servicios que ofrece el Gobierno
de la Ciudad, como actividades culturales, programas de salud, etcétera.
Desde el año 2005, los CGP cambiaron su nombre y se transformaron en Centras de Gestión y
Participación Comunal (CGPC). Mediante una ley, se formaron 15 comunas y en cada una de
ellas se organizó una Junta Vecinal para representar los intereses y problemas de cada barrio.
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LA ARGENTINA Y SUS BASES NATURALES
En nuestro territorio, los relieves resultantes de los procesos geológicos se pueden agrupar en
cuatro grandes ejes: las montañas, las sierras, las mesetas y las llanuras. Cada una de estas
formas de relieve fue formada durante miles de años y, en la actualidad, siguen en constante
transformación. Los extensos periodos de tiempo en que se divide la historia del planeta Tierra
reciben el nombre de "eras geológicas", y cada una de ellas presenta diferentes características en
cuanto a la formación del relieve.
Los relieves se formaron a lo largo de millones de años. Para diferenciar el momento de su origen,
se analiza la antigüedad de los materiales de la corteza terrestre. Así se puede conocer en qué
era geológica se originó. En el caso de los relieves de la geografía argentina , se pueden observar
la siguiente formaciones geológicas:
Era precámbrica: se desarrolló hace más de 570 millones de años; en esta era se
formaron los basamentos o macizos.
Era Paleozoica: transcurrió desde el fin de la precámbrica hasta hace 245 millones de
años. En esta era comenzaron a plegarse el sistema de Famatina, la Precordillera de La
Rioja, San Juan y Mendoza, y los Andes patagónicos.
Era mesozoica: le siguió a la Paleozoica hasta hace 65 millones de años puntos se
produjeron formaciones volcánicas en la puna, la Cordillera frontal, la Patagonia, la meseta
misionera y al este de la llanura pampeana. Se acumularon sedimentos en las zonas bajas
y se produjo el plegamiento del sistema de Ventania.
Era cenozoica: comenzó hace 65 millones de años y en esta era se plegaron y
ascendieron la Sierra Subandina, la Cordillera Principal, los Andes patagónicos y el
sistema de Famatina. Se fracturaron y descendieron la Puna, la Cordillera Frontal, la
Precordillera de La Rioja, San Juan y Mendoza; las sierras de Tandilia y de Ventania y las
Sierras Pampeanas. Aún continúa la acumulación de sedimentos en la llanura pampeana y
en los valles intermontanos.
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Estructuras de relieve, según periodo de formación, de la Argentina, parte continental americana
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LAS ESTRUCTURAS DEL RELIEVE
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Erosión eólica: es el desgaste que generan las partículas que transporta el viento contra
las rocas o los suelos. Este tipo de erosión predomina en los climas áridos, porque la falta
de humedad y de vegetación en el suelo hace que
las partículas estén sueltas y puedan ser
transportadas con mayor facilidad.
Erosión fluvial: la corriente de los ríos es el agente
erosivo más importante porque tiene la capacidad
de excavar sus cauces y transportar grandes
cantidades de sedimentos producidos por la
meteorización.
Erosión glaciaria: los glaciares son grandes masas
de hielo que se forman por la acumulación y
compactación de nieve. Tienen un movimiento
lento pero constante, y en su avance arrastran
grandes bloques de roca y también muelen y
raspan las rocas del suelo.
Erosión marina: las olas de los mares y océanos
impactan con fuerza sobre la costa, modificando su
forma.
Erosión pluvial: el impacto de las gotas de lluvia
sobre el suelo libre de vegetación deteriora los
materiales superficiales.
Erosión mecánica: se produce por los cambios bruscos de temperatura entre el día y la
noche. Estas variaciones provocan que las rocas se expandan y se contraigan, y luego se
rompan en fragmentos más pequeños.
Cada uno de estos procesos desarrolla un conjunto característico de formas del relieve, y su
acción implica la erosión de los materiales y también el transporte de estos hacia lugares más
bajos, donde se depositan.
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Hacia el sudoeste se localizan los Andes patagónico-fueguinos, que son la parte más baja de la
cordillera. La erosión glaciaria modeló este relieve, formando profundos valles y depresiones, en
los que el agua acumulada por los deshielos dio origen a los numerosos lagos de la región.
LAS MESETAS
Las mesetas están formadas por rocas muy antiguas pertenecientes a los macizos o escudos
precámbricos. Son superficies relativamente planas que se encuentran elevadas sobre el terreno
que las rodea.
Por ejemplo, la meseta misionera es un afloramiento del macizo de Brasilia, y se encuentra
sometida a una intensa erosión fluvial. Los suelos tienen un alto contenido de hierro que, al
oxidarse con la humedad del ambiente, les da su
color rojizo característico. Presenta numerosas
fracturas que forman saltos y cascadas, como las
Cataratas del Iguazú.
La meseta patagónica se extiende al sur del río
Colorado y se formó sobre basamentos
precámbricos y de comienzos del paleozoico,
cubiertos por sucesivas coladas basálticas
producto de las erupciones volcánicas. Debido a
la elevación de los Andes, la meseta patagónica
presenta un desnivel de oeste a este, que termina
en la costa del Mar Argentino en forma de
acantilados.
PUERTO PIRÁMIDES
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basamentos precámbricos. Sus suelos poseen un alto contenido de materia orgánica que les
aporta una alta fertilidad. Esta cualidad, sumada al clima húmedo predominante, la convierte en el
ambiente más favorable para desarrollar el cultivo de diversas especies vegetales.
La llanura pampeana presenta depresiones en las que son frecuentes las inundaciones, como en
el centro de la provincia de Buenos Aires, y algunas elevaciones, como las cuchillas entrerrianas.
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LOS DESASTRES NATURALES DE ORIGEN GEOLÓGICO
Los movimientos sísmicos y las erupciones volcánicas son fenómenos naturales que, al
manifestarse en regiones muy pobladas generan importantes consecuencias para la sociedad.
El territorio argentino, debido a sus condiciones físicas,
posee un área extensa de actividad sísmica y volcánica
localizada en la zona cordillerana.
La actividad sísmica está relacionada con los límites de
las placas tectónicas. La mayor intensidad de la actividad
sísmica está concentrada en los márgenes delos bordes
convergentes. La fuerte presión generada por las dos
placas que se unen es liberada a través de las fallas, que
se mueven lateralmente generando terremotos de gran
magnitud, si se desarrollan sobre el continente; cuando
se desarrolla en la corteza oceánica, se denominan
maremotos, los cuales muchas veces generan olas
gigantescas o tsunamis debido al gran desplazamiento
vertical originado por el movimiento. La subducción o hundimiento de la Placa Nazca
Un sismo es un desplazamiento de materia, una bajo la Placa de Sudamérica ha formado la
liberación brusca de energía, que se produce en la cordillera de los Andes y provoca actividad sísmica
litosfera. Esa energía se expande hacia todas las y volcánica que caracteriza el oeste de Argentina.
direcciones a velocidades que varían según la
composición del medio por donde se propagan.
Los daños producidos por los terremotos se perciben en fenómenos de 6°o más en la escala de
Richter: se desmoronan y
resquebrajan muros, se agrieta el
suelo, etcétera.
Por otra parte, los sismos pueden
tener efectos indirectos sobre las
masas de hielo o aludes de nieve que
se caen en las zonas montañosas,
ocasionando un peligro inminente
para las poblaciones que viven al pie
de las montañas.
ESCALA DE RICHTER
Menos de 3.5° Las personas no lo sienten, pero sí es registrado por los sismógrafos.
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Las áreas afectadas por vulcanismo
La actividad volcánica también está relacionada con los bordes de placas convergentes. Los
volcanes son fisuras o grietas de la corteza terrestre por donde asciende el magma (mezcla de
rocas y minerales fundidos del interior de la Tierra), gases y cenizas hacia la superficie. Durante
una erupción volcánica, la montaña puede despedir cenizas, rocas incandescentes y lava.
En el país existen treinta volcanes activos de los
cuales varios son considerados riesgosos por los
científicos y especialistas en el tema, ya que hay
asentamientos poblacionales muy cerca de ellos.
El volcán Lanín, en la provincia del Neuquén, se
encuentra en estado latente. Los volcanes Peteroa,
San José y Tupungato, en Mendoza, se encuentran
con actividad moderada. Si bien la actividad volcánica
actual no es alarmante hay que tener presente que a
lo largo del límite con Chile se ubican setenta volcanes
en actividad, que también pueden afectar a nuestro
país, ya que con sus erupciones, pueden afectar
centros urbanos y áreas rurales. Por ejemplo los
vientos del oeste y sudoeste transportan las nubes de
cenizas volcánicas a través de largas distancias en el
territorio argentino, esto daña la calidad del aire y del
suelo, de los
cultivos y del
ganado.
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EL CLIMA DE LA ARGENTINA
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Las lluvias orográficas
Cuando los vientos provenientes de los
anticiclones se encuentran con relieves
elevados, producen precipitaciones
orográficas. Las montañas cortan el paso de
los vientos y estos se ven obligados a
ascender. Al subir el aire se enfría y la
humedad se condensa y se transforma en
precipitaciones. En las zonas frías o de gran
altura estas precipitaciones pueden ser en
forma de nieve. Luego, el aire se torna más
cálido y seco al descender por la ladera
opuesta. Este tipo de lluvias se producen en
las Sierras Subandinas y en los Andes
Patagónicos.
Tipos de climas
La extensión en latitud, la disposición del relieve y la influencia de los vientos determinan los tipos
de climas y sus variedades.
El clima subtropical lleva este nombre por ubicarse al sur del trópico de
Capricornio, en el noreste de la Argentina. En él se distinguen tres variedades de este a oeste:
• Sin estación seca: con temperaturas medias superiores a los 20° C, es decir sin invierno térmico,
y lluvias abundantes durante todo el año;
• Con estación seca: abarca la llanura del Chaco occidental, se presenta con precipitaciones
insuficientes durante la estación invernal y las temperaturas medias son superiores a los 200 C;
• Serrano; coincide con las primeras estribaciones de la Cordillera de los Andes, donde los vientos
se comportan de forma particular ya que descargan la poca humedad que les queda al chocar con
las montañas, y producen precipitaciones orográficas en las laderas occidentales, dando origen a
una formación de selva.
Los climas áridos se desarrollan en todas las latitudes. La característica que los agrupa es el
déficit de humedad (escasez de precipitaciones) y la amplitud térmica diaria y anual. Este clima, al
norte del río Colorado, se encuentra en la Cordillera de Los Andes, sierras pampeanas, cuyo y
oeste de la llanura pampeana. Al sur del mismo río ocupa las mesetas patagónicas. Se pueden
distinguir:
• Árido andino puneño: se registran bajas temperaturas debido a la altura del relieve, y lluvias muy
escasas.
• Árido de las sierras y bolsones: se desarrolla en las sierras pampeanas, con temperaturas más
agradables y precipitaciones insuficientes en verano.
• Semiárido: se da en el norte de la Patagonia, con lluvias insuficientes, especialmente en
invierno.
• Árido patagónico: se desarrolla en el resto de la meseta, con temperaturas inferiores a los 12° C
y precipitaciones insuficientes e invernales.
El clima templado se ubica entre el clima árido y el subtropical. Su situación en latitudes medias
determina una marcada estacionalidad, es decir, con gran amplitud térmica entre los períodos
estival (20° C de temperatura media) e invernal (14° C de temperatura media). La ausencia de
relieves elevados y la constante influencia de los vientos provenientes del océano Atlántico,
facilitan la entrada de humedad que se transforma en precipitaciones suficientes que disminuyen
progresivamente de este a oeste. Se distinguen:
• Templado húmedo: recibe la influencia de los vientos del anticiclón del Atlántico sur. Las
precipitaciones se producen todo el año y disminuyen de este a oeste.
• Templado semiárido: se desarrolla en el oeste de la zona central y presenta lluvias escasas.
• Templado serrano: lluvias escasas de verano e invierno seco, se desarrolla al pie de las sierras
pampeanas.
Por último los climas fríos tienen en común bajas temperaturas durante todo el año y
precipitaciones pluviales o nivales, que se distribuyen de acuerdo con la influencia de los vientos.
Sus variedades son:
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• Frío húmedo: presenta lluvias abundantes y nevadas invernales en los Andes patagónico-
fueguinos y en las Islas del Atlántico Sur.
• Frío polar o antártico: en el sector Antártico Argentino, con temperaturas inferiores a 0°C,
precipitaciones en forma de nieve y suelos congelados.
25
Los vientos regionales
Además de los vientos de los anticiclones del océano Atlántico y Pacífico, que se generan por la
distribución de las presiones atmosféricas a escala planetaria, existen vientos de alcance local o
regional. Estos son los responsables de las variaciones climáticas en nuestro país.
La sudestada es un viento que se localiza sobre el Río de la Plata y se caracteriza por ser
un fenómeno persistente, con temperaturas bajas, generalmente acompañado por
precipitaciones. Esto se produce cuando se combinan dos sistemas: uno de alta presión
ubicado sobre el océano Atlántico Sur, que lleva aire frío y húmedo hacia el este de la
provincia de Buenos Aires, el sur del litoral y las costas uruguayas; y el otro sistema, de
baja presión, que se localiza en el
centro sur de la Mesopotamia y aporta
aire cálido y húmedo. Al chocar las
masas de aire de ambos sistemas se
producen las precipitaciones. La
ocurrencia de este viento predomina
entre los meses de abril a diciembre,
siendo el mes de julio el que presenta
la mayor cantidad de sudestadas.
26
La dinámica atmosférica varía según diversos factores, como la latitud, la altitud, la distancia del
mar, la disposición del relieve y las corrientes oceánicas. A escala continental, algunos fenómenos
pueden tener una duración corta, como los ciclones o las grandes nevadas. Otros pueden actuar
durante una o varias semanas, incluso meses, como por las oleadas de frío, las inundaciones o
las sequías. También existen fenómenos más breves y
a escala regional, como los tornados.
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LAS CARACTERÍSTICAS HÍDRICAS DEL TERRITORIO ARGENTINO
El sistema hidrográfico está compuesto por varias cuencas. Una cuenca hidrográfica es el área en
la cual el agua fluye hacia un río principal. Incluye tanto los cuerpos de agua como los cursos,
superficiales y subterráneos.
A su vez, se pueden distinguir varias cuencas:
Las cuencas endorreicas son aquellas en las que el agua de la cuenca desagua en un río
principal, pero no llega hasta el mar, y se evapora en el recorrido hacia las zonas más bajas.
Generalmente, se encuentran en zonas de climas áridos, donde las precipitaciones no son
suficientes para alimentar los cursos de aguay la elevada radiación solar provoca una mayor
evaporación.
Las cuencas exorreicas, en cambio, desaguan en el océano. En el caso de nuestro país, por la
pendiente del terreno, estas cuencas desembocan en el océano Atlántico. Dentro de este tipo de
cuencas encontramos la de los ríos Paraná y Uruguay, también llamada cuenca del Plata. Algunos
ríos patagónicos desembocan en el océano Pacífico, como el río Futaleufú o el río Manso.
Las zonas donde el agua se pierde por la
infiltración bajo la tierra o por evaporación, y no
poseen escurrimiento hacia un río principal, se
denominan zonas arreicas. Es el caso de
algunos sectores de la meseta patagónica, el
centro de la región chaqueña y Cuyo.
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La cuenca del río Desaguadero
La cuenca del río Desaguadero abarca los territorios de las provincias de La Rioja, San Juan,
Mendoza y La Pampa. Se desarrolla en una de las zonas más áridas del país, donde las
precipitaciones alcanzan los 300 mm anuales, con excepción de la zona cordillerana, donde se
producen nevadas que alcanzan el equivalente a 800 mm de precipitaciones anuales.
El régimen de los ríos que componen la cuenca es nival y alcanza su mayor caudal en los meses
de primavera y verano. La utilización de sus aguas para el riego en los oasis de cultivo implica una
reducción notable en la cantidad de agua transportada.
El río principal recibe distintos nombres a lo largo de su recorrido de norte a sur:
Jagüe, Vinchina, Bermejo, Desaguadero, Salado, Chadileufu y Curacó. Nace en la Cordillera
Frontal, en el cerro Bonete (6.872 metros sobre el nivel del mar), y se alimenta de los deshielos.
Atraviesa la precordillera y se infiltra en los sedimentos de su cauce, originando oasis de cultivo.
Este río abastece de agua potable a los poblados de Vinchina, Villa Castelli y Villa Unión, que no
superan los 2.000 habitantes cada uno.
En el límite entre La Rioja y San Juan recibe el aporte esporádico de algunos afluentes, como el
Guandacol o de la Troya. A partir de aquí recibe el nombre de Bermejo y sigue su curso sudeste
por la provincia de San Juan.
Atraviesa una zona desértica, rodeada por médanos y
arenales que dificultan el drenaje del agua cuando se
produce la creciente, y desemboca en el sistema de
lagunas Guanacache, en las que ya no hay agua
debido al creciente uso de este recurso para el riego.
El fin de las lagunas hizo que terminaran también las
actividades que allí se realizaban, como la pesca y la
recolección de totoras para hacer cestería. A su vez,
esto generó el despoblamiento de los asentamientos
aledaños.
A partir de este lugar, el río recibe el nombre de
Desaguadero. En la actualidad, presenta un cauce de
60 metros de ancho, aunque temporariamente fluye
un hilo de agua.
En la provincia de Mendoza, recibe el aporte del río
Tunuyán, Diamante y Atuel, y adquiere mayor caudal.
Allí toma el nombre de río Salado, y sigue su curso
hacia el sur.
En La Pampa, el río termina su recorrido en las
lagunas La Dulce, Urre Lauquen y La Amarga, pero no
llega al río Colorado y desde allí al mar como sucedía
en el siglo XIX. Por esta razón, se considera al
sistema Desaguadero como una cuenca endorreica,
modificada notablemente por la acción de los seres
humanos.
La cuenca del Plata tiene una superficie de 3.200.000 km2, que se distribuyen a lo largo de parte
de los territorios del Brasil, el Paraguay, Bolivia, el Uruguay y la Argentina. Es una de las cuencas
más importantes del mundo por su dimensión y las potencialidades de aprovechamiento, como
también por ser una de las más grandes reservas de agua dulce del mundo. Además, la gran
cobertura vegetal (selvas, bosques y pastizales) que se desarrolla en toda esa región cumple la
función vital de absorber el dióxido de carbono y producir el oxígeno necesario para neutralizar las
emisiones de gases que contaminan el aire, convirtiendo el área en un “pulmón” para el planeta.
Esta cuenca abarca las subcuencas de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay, y desemboca en el
Río de la Plata, y de allí al océano Atlántico, por lo que se trata de una cuenca exorreica. Estos
ríos son aprovechados para el abastecimiento de la población, como vía de transporte y para la
29
generación de energía eléctrica. Actualmente, las represas de Yacyretá (explotadas por Brasil y
Argentina) y la de Salto Grande (compartida con Uruguay) producen, aproximadamente, el 40%
de la energía consumida en nuestro país.
El problema de las inundaciones
La mayor parte de la superficie de la cuenca se extiende en un relieve llano, con escaso declive.
Debido al régimen pluvial y la estacionalidad de las lluvias, principalmente en la época de verano,
las áreas cercanas a los ríos sufren inundaciones. Además, otro factor que agrava estos
fenómenos es la creciente deforestación que se realiza para extender la frontera agrícola o para la
explotación forestal, y que va dejando el suelo descubierto, favoreciendo la erosión.
En esta zona se asientan más de 100 millones de personas. Durante las crecidas extraordinarias
de los ríos más caudalosos de la cuenca., se generan grandes pérdidas económicas. Es una de
las mayores áreas de producción de alimentos a nivel mundial.
En las provincias argentinas que se encuentran en la cuenca se desarrollan el 90% de los
cereales y oleaginosas del país, y se encuentra el 70% de ganado bovino.
Es relevante destacar que el agua que se infiltra en esta cuenca da origen a un gran sistema de
aguas subterráneas, llamado acuífero Guaraní, que es uno de los reservorios de agua dulce y
potable del mundo.
30
LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS Y LOS ACUÍFEROS
El acuífero Guaraní es uno de los reservorios subterráneos de agua dulce más importantes del
mundo. Se localiza debajo de parte de la cuenca del Plata, y tiene una extensión aproximada de
1.200.000 km2, distribuidos a lo largo de los territorios de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
El agua dulce es un recurso natural escaso; y por eso es un recurso estratégico, motivo de
disputas políticas y económicas.
Se estima que la cantidad de agua dulce que posee esta reserva alcanzaría para abastecer de
agua potable a toda la población del planeta (6.000 millones de habitantes) durante 200 años.
El acuífero Guaraní se formó en la Era precámbrica, cuando la superficie terrestre estaba cubierta
por vastos desiertos. Al fragmentarse la Pangea, el magma de la astenosfera salió a la superficie
a través de fisuras, formando una capa de roca volcánica sobre el sustrato arenoso. Miles de años
después se produjeron las glaciaciones, que cubrieron gran parte del planeta con masas de hielo
que fueron erosionando la superficie y dejaron al descubierto parte del estrato de arena que se
encontraba debajo de las rocas. El agua de lluvia comenzó a infiltrarse y se acumuló debajo de la
capa de rocas volcánicas, es decir, sobre el sustrato arenoso, que acumula el agua en el espacio
libre que queda entre los granos de arena.
Luego de millones de años, el desgaste de la superficie y su posterior fractura permitieron que el
agua contenida en la profundidad saliera a la superficie y se fuera renovando con el agua que
recibe de la lluvia.
Las zonas más frágiles del sistema acuífero Guaraní son las zonas de recarga. El cambio en el
uso de la tierra afecta directamente las aguas subterráneas, ya que modifica la cantidad de agua
que se infiltra en el suelo y la que se escurre hacia las áreas más bajas. Esto se produce, por
ejemplo, cuando la vegetación natural es reemplazada por cultivos. La escasa cobertura vegetal
promueve la erosión de los suelos, ya sea por las precipitaciones como por los cursos de agua
superficiales. También, el uso de productos químicos en los cultivos o los desechos cloacales de
la población
contaminan el agua
y representan una
amenaza creciente
para las reservas
subterráneas.
En algunas zonas,
el agua dulce del
acuífero es extraída
a través de
perforaciones en la
tierra y es utilizada
para realizar
emprendimientos
turísticos,
relacionados con los
baños termales. Sin
embargo, las
perforaciones
excesivas degradan
el agua pura del
acuífero.
Acuífero Guaraní.
El acuífero presenta zonas de recarga, donde se infiltra el agua. Estas se localizan en las
áreas cercanas a los grandes cursos de agua. A su vez, las zonas de descarga del sistema,
donde el agua aflora hacia la superficie, son los ríos y esteros.
31
32
33
LA ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO ARGENTINO Y EL USO DE LOS RECURSOS
NATURALES
Los elementos y las fuentes de energía que proporciona la naturaleza, y los seres humanos
utilizan para satisfacer sus necesidades, son considerados RECURSOS.
Para que los elementos de la naturaleza se conviertan en un recurso es necesario que la sociedad
los valore y haga uso de ellos. Esa valorización puede variar a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el
litio, que actualmente se utiliza para la fabricación de baterías de celulares, no era un recurso
valorado a la llegada de los españoles a América. Dado que los recursos constituyen un bien, es
decir, algo tangible y utilizable, pueden convertirse en una fuente de riqueza o en un bien
económico.
Según la cantidad y el tiempo en que tardan en crearse o regenerarse, los recursos se clasifican
en:
RENOVABLES: son aquellos que se encuentran en relativa abundancia según el
ambiente, y que tardan poco tiempo en regenerarse, por ejemplo, la flora, la fauna, el suelo
y el agua. Si la sociedad los utiliza adecuadamente, puede contar con ellos de forma
ilimitada, pero si no se respetan sus tiempos y ciclos de regeneración corren el riesgo de
agotarse.
NO RENOVABLES: son aquellos que se forman muy lentamente, ya que tardan millones
de años en originarse, por ejemplo el petróleo, el gas natural, los minerales y los metales.
PERPETUOS: son aquellos elementos generadores de ciclos de energía que estarán
presentes de forma permanente en la Tierra, como el viento, la energía del sol o la fuerza
de las olas del mar.
POTENCIALES: son aquellos elementos que en algún momento podrían ser utilizados.
34
Al igual que el manejo conservacionista, es difícil llevar a la práctica el manejo sustentable, en
especial, en los países más pobres, donde es necesario decidir entre explotar los recursos más
demandados, con la intención de obtener beneficios económicos para la sociedad, o bien,
conservarlos para las generaciones futuras. No obstante, se están llevando adelante algunas
experiencias locales, como los aprovechamientos eólicos en la Patagonia, o en los
emprendimientos solares en diferentes sitios de la Argentina.
La valorización y la explotación de los recursos naturales en nuestro país ha cambiado a lo largo
del tiempo, de acuerdo con diferentes decisiones políticas, sociales y económicas, es por ello que
resulta importante conocer la historia de la organización del territorio nacional, para poder
comprender el uso de los recursos a lo largo del tiempo.
Los primeros seres humanos que ingresaron al actual territorio argentino lo hicieron por el norte
hace, aproximadamente, 18.000 años, y llegaron a tierra del fuego 7000 años después. A partir de
este poblamiento inicial, los pueblos originarios desarrollaron sus conocimientos técnicos y
modificaron su relación con la naturaleza.
Gran parte de estos pueblos serán cazadores, recolectores y nómadas, porque variaban su lugar
de residencia en función de la disponibilidad de alimentos en cada época del año. De forma lenta
y gradual, muchos de ellos se convirtieron en agricultores y se establecieron en pequeños pueblos
que luego fueron creciendo.
Cuando arribaron los primeros colonos europeos se encontraron con estos pueblos,
mayoritariamente cazadores y nómadas, a excepción de lo que sucedía en el noroeste, cuyos
habitantes se encontraban bajo la influencia del imperio inca. En esta región había pueblos
sedentarios que contaban con complejos sistemas de manejo del agua y del suelo para la
agricultura. El cultivo en terrazas era una modalidad propia del imperio inca y muchas de esas
huellas se encuentran aún hoy en nuestro territorio.
Con la llegada de los
españoles, se destruyeron
muchos de los sistemas
productivos
precolombinos, y las
sociedades originarias
fueron sometidas al
trabajo esclavo en la
agricultura y en las minas
de Potosí.
La población originaria fue
diezmada por las
enfermedades que
trajeron los colonizadores,
el descenso de su
natalidad y el de la
colonización.
Sin embargo, muchas
comunidades han
sobrevivido la conquista y,
en la actualidad,
constituyen minorías
culturales muy
importantes en nuestro
país.
En el actual territorio
argentino habitaron diferentes grupos de pobladores originarios que utilizaron los recursos
naturales sustentablemente.
35
Los pueblos prehispánicos y la valorización de los recursos naturales
Antes de la llegada de los españoles, lo que actualmente conocemos como territorio argentino
estaba ocupado por diferentes grupos indígenas que valorizaban los recursos naturales de
diferentes maneras, y que tenían distintas modalidades económicas y pautas culturales. Por eso,
organizaban sus espacios de modo diverso.
Por ejemplo, los habitantes sedentarios del noroeste (ubicados en la Puna, los valles cordilleranos
y el sector oriental, en transición con la llanura chaqueña) practicaron la agricultura mediante
sistemas tecnológicos de riego (como el que se muestra abajo), así como la rotación deja tierra.
Sus principales cultivos eran la papa, el maíz, la quínoa, el poroto y el zapallo. Éstos se distribuían
en función de sus requerimientos ambientales: en las zonas ubicadas bajo los 2500 metros sobre
el nivel del mar, los cultivos se veían menos limitados que en las zonas más elevadas. Esta
actividad se complementaba con la cría de camélidos y la recolección de frutos, como la
algarroba. Los asentamientos se concentraban en pequeños poblados, en valles que rodeaban las
áreas agrícolas, y desarrollaban intensos intercambios comerciales con pueblos del otro lado de la
36
cordillera y del norte, en los actuales territorios chileno, boliviano y peruano. Muchas de esas rutas
aún se usan.
En el nordeste, en lo que hoy llamamos litoral mesopotámico, los grupos indígenas también
practicaron la agricultura, aunque de forma más rudimentaria ya menor escala. Preparaban la
tierra eliminando la cubierta vegetal de un sector del terreno, quemaban después los restos de
vegetación -cuyas cenizas abonaban el suelo- y finalmente, sembraban. Su economía se basaba
también en la caza, a recolección de frutos y la pesca.
Los demás grupos indígenas que habitaban la zona chaqueña, la llanura pampeana y la
Patagonia eran nómades. Por tanto, no construían poblados y se trasladaban buscando zonas
con mejor provisión de agua, y caza y pesca más abundantes. Algunos realizaban,
ocasionalmente, algunos cultivos.
37
Miguel de Tucumán (1565), Córdoba (1573) y San Salvador de Jujuy (1593). Esta corriente
se proponía encontrar una salida al océano Atlántico para asegurar la continuidad de la
extracción de plata de las minas de Potosí.
La corriente del oeste o de Chile (proveniente de Santiago de Chile), a través de la
cordillera de los Andes, fundó las ciudades de Mendoza (1561), San Juan (1562) y San
Luis (1594).
La corriente del este o de Asunción (proveniente de Asunción), penetró por el río de la
Plata y el río Paraná; fundó las ciudades de Santa Fe (1573), Buenos Aires (segunda
fundación en 1580) y Corrientes (1588). Fue la más importante por su duración,
continuidad y cuantía.
La primera expedición colonizadora que vino desde España llegó desde el Atlántico comandada
por Pedro de Mendoza y realizó la primera fundación de Buenos Aires en 1536. No prosperó
porque fueron atacados por los pobladores originarios. La segunda fundación la llevó a cabo Juan
de Garay en 1580 y fue la definitiva.
Los nuevos territorios incorporados a los dominios españoles tenían como objetivo fundamental
unir las áreas mineras de Potosí (actual Bolivia) con un puerto sobre el Atlántico, que permitiera
trasladar la plata y el oro extraídos directamente hacia España. Muchas ciudades se convirtieron
en centros de abastecimiento para la ruta comercial Potosí- Buenos Aires.
El actual territorio de la Argentina pertenecía administrativamente al Virreinato del Perú, pero a
medida que fue tomando importancia esta ruta comercial, surgió la necesidad de dividirlo en dos
partes y, en 1776, se creó el Virreinato del Río de la Plata. Su capital era Buenos Aires, y estaba
conformado por los actuales territorios de la Argentina, Bolivia, el Paraguay, el Uruguay y partes
de Chile y el Brasil. Además, se subdividía administrativamente en intendencias y gobernaciones.
Más allá de este avance expansivo de los españoles sobre el territorio americano, muchas zonas
aún continuaban bajo dominio de los pueblos originarios. Las regiones chaqueña y patagónica
fueron las que más tiempo permanecieron bajo el dominio de los pueblos originarios.
38
A pesar de este esquema espacial, se debe considerar que gran parte del territorio seguía
ocupado por pueblos indígenas, sobre todo en el Gran Chaco y la zona Patagónica.
39
La principal función económica del virreinato era la explotación minera en la región de Potosí.
Desde allí, se trasladaban los minerales hacia el puerto de Buenos Aires, donde se los llevaba en
barcos rumbo a España. Alrededor de la explotación minera existía un sistema productivo que
abastecía dicha actividad.
En los valles andinos y en las cercanías de Potosí existían haciendas agrícolas y ganaderas que
funcionaban con mano de obra esclava indígena, mediante formas serviles de trabajo; su función
era abastecer de alimentos, vestimenta y herramientas a comerciantes, empresarios mineros y a
la enorme cantidad de esclavos que trabajaban en las minas.
Sobre la principal ruta comercial que abastecía el traslado de minerales hacia Buenos Aires, se
desarrollaron importantes ciudades, como Salta, Tucumán y Córdoba. Allí se producían alimentos,
cueros, bebidas alcohólicas y también se criaban mulas de carga.
En las cercanías de Buenos Aires, donde predominaba la actividad portuaria, se desarrolló
además una intensa actividad ganadera que producía cueros, lana, cebo y tasajo,
fundamentalmente.
El sistema económico del Virreinato del Río de la Plata se basó en la extracción compulsiva de
recursos minerales que eran enviados a España. Los territorios que formaban parte del virreinato
fueron organizados en función de una ruta comercial diseñada para la extracción de recursos,
pero no para la integración del territorio virreinal.
La distribución de la población
Desde la llegada de los españoles, la población originaria fue diezmada, y la nueva sociedad
colonial se constituyó sobre la anulación de los sistemas sociales y productivos precolombinos.
Los colonizadores tomaron posesión y control de los territorios más productivos y se convirtieron
en la clase dominante de la nueva estructura social.
Los criollos, que eran hijos de españoles, nacidos en América, ocuparon los estratos sociales
intermedios, mientras que los indígenas y los negros ocuparon los sectores más empobrecidos y,
prácticamente, no tenían derechos dentro de la estructura social.
El Potosí y el noroeste argentino fueron las zonas con mayor densidad de población durante el
periodo colonial y, también, durante el período precolombino. Allí se concentraba la actividad en
las minas, que era uno de los pilares económicos de la sociedad colonial.
Otra zona con gran densidad de población era la del puerto de Buenos Aires, porque desde allí se
enviaban las riquezas extraídas hacia Europa.
Durante esta etapa llegaron numerosos africanos que fueron traídos como esclavos al puerto de
Buenos Aires, y fueron vendidos, mayormente, a empresarios mineros que los trasladaron al norte
del virreinato. Durante los siglos XVIII y XIX, algunas provincias llegaron a tener más de la mitad
de su población afrodescendiente. Recientes estudios del Indec demuestran que entre un 3% y un
4,3% de la población argentina tiene antepasados de origen africano.
Con la ocupación española del territorio argentino, se inició el manejo explotacionista de los
recursos naturales, que pretende lograr beneficios económicos sin tener en cuenta la
regeneración de los ecosistemas.
Los centros económicos más importantes del Virreinato del Alto Perú estaban radicados en
Potosí, que albergaba ricas minas de plata, y en Lima, sede de las autoridades virreinales y puerto
de salida hacia Europa. En lo que hoy constituye el territorio argentino, no existían yacimientos de
metales preciosos. Sin embargo, los españoles aprovecharon otras condiciones: desde el
noroeste de este territorio, se enviaban alimentos para abastecer a Potosí y Lima, mulas para el
transporte de los metales y mano de obra para el trabajo en las minas. Así, el noroeste era una
zona con dinámica económica funcional al desarrollo minero.
El litoral, el centro y el oeste del actual territorio argentino fueron ocupados por causas
estratégicas y comerciales mediante corrientes colonizadoras, y constituyeron zonas de
importancia secundaria. Buenos Aires, a pesar de su excelente ubicación para el comercio
atlántico con Europa, tenía también un lugar marginal, ya que las reglas del monopolio prohibían
todo intercambio que no se realizara a través del puerto de Lima. En esa ciudad, sólo se
practicaba el contrabando; parte de la plata potosina salía ilegalmente por sus costas. En 1776,
cuando se creó el Virreinato del Rio de la Plata y se la designó su capital, el litoral comenzó a
cobrar importancia. La apertura comercial con el exterior aumentó considerablemente la
40
circulación de mercancías. A través del puerto de Buenos Aires, la plata potosina comenzó a ser
exportada masivamente, al igual que los cueros obtenidos a partir de la cría en estancias y de la
caza de ganado cimarrón; además, ingresaban manufacturas europeas. Esto hizo decaer
significativamente la producción artesanal que se había desarrollado en el interior y rediseñó la
organización territorial.
La leña y el suelo también fueron recursos muy valorizados. El ganado vacuno y el ganado
caballar se incorporaron como nuevas especies en la zona pampeana, de condiciones naturales
adecuadas, y produjeron importantes modificaciones ambientales, que se acentuaron en las
décadas siguientes.
41
Del espacio colonial a los estados provinciales
La creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776 modificó notablemente el esquema
territorial. Por un lado, se produjo el crecimiento de Buenos Aires a partir de la apertura formal de
su puerto; por otro, se desarrolló la ganadería en todo el frente atlántico y se desarticuló el circuito
potosino, con el consecuente deterioro de las economías del interior vinculadas a él.
Las transformaciones del Litoral fueron notables, sobre todo a partir de que se intensificó el
comercio de cueros sustentado en la expansión ganadera. Este hecho fue, de alguna manera, un
antecedente de la agroexportación del siglo siguiente.
El auge del puerto desplazó también las estructuras de poder desde el Alto Perú hacia el Río de la
Plata y toda el área pampeana.
Las primeras formas de explotación ganadera fueron las vaquerías, expediciones de caza de
ganado cimarrón que se realizaban en la campaña bonaerense, con el fin de obtener el cuero, los
cuernos y las pezuñas del animal. A fines del siglo XVIII, con el aumento de la exportación de
cueros y el consumo interno de carne, se comenzó a desarrollar la cría de ganado en estancias,
unidades de producción de vacunos. Esto generó un proceso de ocupación privada de la tierra
que poco a poco se fue concentrando en manos de un grupo reducido que se enriqueció con su
posesión.
A partir de 1810 comenzó un proceso de
desestabilización del antiguo orden establecido en el
Virreinato del Río de la Plata.
América del Sur fue protagonista de numerosas
batallas por la independencia, que conllevaron a la
pérdida del poder español en América. En algunas
regiones del Virreinato del Río de la Plata empezó a
conformarse una nueva organización política y
territorial, conformada por las Provincias Unidas del
Río de la Plata. Fueron trece provincias iniciales y
catorce, en 1832, cuando Jujuy se separó de Salta.
Los territorios del Paraguay, Bolivia y algunos sectores
de Chile y la Banda Oriental del Uruguay también se
independizaron de la Corona española y formaron
países separados, de manera contraria a las
pretensiones de algunos sectores locales que querían
conformar un único país heredero del antiguo
virreinato.
El 25 de mayo de 1810 marcó el fin de los lazos
político-económicos con España y el inicio de un
proceso de organización territorial nuevo. Esta
estructuración político-territorial se fue elaborando
conflictivamente en torno a dos cuestiones
fundamentales: cómo resolver el ordenamiento
político-administrativo anterior, y cómo armar, sobre
ese marco territorial indefinido, heredado del virreinato,
un proyecto de Nación y Estado.
La formación de las primeras catorce provincias de lo que se llamaría República Argentina derivó
de las antiguas intendencias del Virreinato, a las que se le sumaron la Banda Oriental y parte de
Misiones. En 1813 se incorporan los pueblos de Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis) y un año
más tarde se crearon las provincias de Entre Ríos y Corrientes, y las de Salta y Tucumán. Poco
después surgirían Santa Fe, Santiago del Estero y Jujuy. Los territorios de la Patagonia y Gran
Chaco continuaban bajo el control de las sociedades indígenas, que posteriormente fueron
desplazadas con las sucesivas campañas militares para apropiarse de esos territorios.
42
dividieron al interior y el Litoral, dificultando la conformación de un proyecto nacional durante
varias décadas.
De hecho, cuando se sancionó la Constitución Nacional, hacia 1853, el territorio se encontraba
dividido en dos: el Estado de Buenos Aires por un lado y la Confederación Argentina, conformada
por el resto de las provincias, por otro. El control del puerto y su aduana por parte de Buenos Aires
constituyó una importante fuente de poder para ejercer su dominio e imponer sus intereses sobre
el resto de las provincias. Buenos Aires defendía a ultranza el liberalismo, ya que su ganadería
estaba integrada al mercado externo, controlado por Gran Bretaña.
A lo largo de todo el siglo XIX, la cuestión de la delimitación del territorio argentino constituyó un
elemento clave; en especial porque acotar geográficamente los límites de una nación en plena
conformación implicaba asegurar una base material para poner en funcionamiento la producción.
En relación con esto, la expansión ganadera fue constante y a las estancias se les sumaron los
saladeros, mientras que la agricultura iniciaba su crecimiento lentamente.
Estas dos actividades se organizaron en torno a un recurso fundamental: el suelo, por lo que la
apropiación de la tierra comenzó a ser un tema de interés para quienes tenían en sus manos el
ordenamiento político del país.
Problemas internos
Luego de 1810, comenzaron a consolidarse dos grandes visiones acerca del futuro de la
organización de los territorios del Virreinato del Río de la Plata. Por un lado, la postura de los
denominados unitarios, que querían un país regido por una economía liberal y un poder
fuertemente centralizado en Buenos Aires. Por otro lado, la visión de los federales, que pretendían
un sistema político menos centralizado y con mayor autonomía para las provincias. Los conflictos
internos entre ambos grupos se agudizaron a partir de 1828, y llevaron a numerosos conflictos
armados internos.
Entre 1852 y 1862, las disputas de intereses entre diversos sectores llevaron a la división del país
entre la Confederación Argentina -que reunía a todas las provincias del interior-y Buenos Aires -
que funcionaba como un país aparte-.
Finalizado el conflicto en 1862, tras la batalla de Pavón, se unificó el país como un Estado federal
y se estableció la Ciudad de Buenos Aires como capital de la República. Así el nuevo país
contaba nuevamente con catorce provincias y, en lo sucesivo, se fueron incorporando nuevos
territorios al dominio del Estado nacional.
Otros conflictos territoriales que ocurrieron en el proceso de conformación del territorio argentino
se desarrollaron entre distintos Estados ya conformados o en proceso de conformación. La Guerra
contra el Brasil en la década de 1820 y la usurpación del territorio argentino de las Malvinas por
parte de Inglaterra en 1833 son ejemplos de conflictos que la Argentina tuvo con otros países.
En 1864 se desencadenó la Guerra contra el Paraguay (o de la Triple Alianza), a partir de la unión
entre el Brasil, el Uruguay y la Argentina para atacar al Paraguay. Este conflicto terminó con la
derrota del Paraguay, la destrucción de su economía y la pérdida de la mayor parte de su
población masculina.
43
El impulso de la zona pampeana y los cambios demográficos y sociales
Una vez finalizado el dominio colonial, desapareció la vieja ruta comercial que unía Potosí con el
puerto de Buenos Aires. Esta ciudad comenzó a tener mayor relevancia económica y política. La
región norte de la zona pampeana presentaba muy buenas condiciones agrícolas y ganaderas, y
la cercanía con el puerto ofrecía ventajas comerciales muy importantes, sobre todo, para la
exportación. Entonces, el centro del desarrollo económico del país se corrió hacia la región
pampeana -proceso que continuaría profundizándose a lo largo de las décadas siguientes-, y los
productos agropecuarios que le ofrecían ventajas a la Argentina en el mercado mundial, como el
trigo, la lana y los cueros, cobraron cada vez más importancia.
A partir de la independencia, la mayoría de la población se distribuyó en el territorio en función de
las actividades económicas preponderantes.
La mayor demanda de trabajo en las estancias bonaerenses y la vital importancia económica del
puerto de Buenos Aires fomentaron el crecimiento de la población de esta región.
La población continuó aumentando y concentrándose fundamentalmente en una creciente red de
ciudades y en los sectores rurales circundantes.
44
EL MODELO AGROEXPORTADOR
En 1862, una vez resueltos los conflictos internos entre unitarios y federales, en la Argentina
comenzó un proceso de modernización. La economía se organizó en función de la demanda
europea -especialmente británica- de materias primas.
Además, durante esta época, se produjo a nivel mundial una
reorganización del orden económico. Cada país se
especializaba en producir y vender al mercado internacional
según sus ventajas tecnológicas y naturales.
Nuestro país se insertó en el mercado mundial como
proveedor de materias primas de origen agropecuario, como
trigo, lana y cueros.
Para poder ingresar a este sistema internacional, la Argentina
y varios países de América latina adoptaron un modelo
económico, político, social y territorial denominado modelo
agroexportador.
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Este lugar dentro del orden económico mundial generaba una gran dependencia: las economías
de los países agroexportadores dependían del precio internacional de unos pocos productos que,
además, eran fijados por los países industrializados. A su vez, este modelo no propiciaba grandes
ingresos para los países que exportaban materias primas porque vendían bienes no elaborados
(de menor valor) y compraban bienes con valor agregado.
Desde 1860 hasta 1930, el modelo agroexportador fue el protagonista del desarrollo económico
de nuestro país. Desde el Estado se generaron distintas políticas para favorecer el desarrollo de
este modelo. Cuatro aspectos fueron fundamentales para su funcionamiento:
La incorporación de tierras productivas: la apropiación del suelo en forma privada se
inició tempranamente con la entrega de grandes extensiones a los estancieros ganaderos
y a los comerciantes vinculados a la exportación. Posteriormente, para ampliar la frontera y
extender los territorios, se realizaron sucesivas campañas militares para apropiarse de las
regiones habitadas por indígenas y entregárselas a los terratenientes, quienes fueron
concentrando la posesión de la tierra en pocas manos.
Inversiones de capitales: los capitales llegaron desde el exterior, especialmente de Gran
Bretaña y Francia, y fueron destinados a la creación de infraestructura (sanitaria,
habitacional, de comunicaciones, de transportes, etcétera). También sirvieron para
abastecer a la creciente población urbana al mismo tiempo que esta ponía en
funcionamiento el modelo.
Desarrollo de los ferrocarriles: fue un elemento clave para el funcionamiento de la
agroexportación ya que permitía transportar las cargas desde las zonas productoras hacia
los puertos exportadores, especialmente Buenos Aires. También distribuía los productos
importados por las distintas ciudades, y el diseño radial,
que además beneficiaba al Litoral, consolidaba el papel
dominante de Buenos Aires y su puerto.
Inmigración: la escasez de población y la
necesidad de contar con mano de obra para el nuevo
modelo, fueron paliadas con la llegada de inmigrantes de
origen europeo que se incorporaron como trabajadores.
El Estado promocionó su llegada mediante políticas de
incentivo y la mayoría se asentó en el litoral pampeano.
46
por los servicios prestados durante la campaña militar; o bien, sirvieron como garantías de los
préstamos que el Gobierno había tomado. Los indígenas fueron diezmados y vencidos durante la
guerra. Quienes sobrevivieron se vieron obligados a abandonar su vida nómade; se establecieron
como peones en colonias dedicadas a la cría de ganado ovino.
En el caso de Chaco, la incorporación de este territorio al control estatal también implicó el
sometimiento de los pueblos originarios que lo habitaban. Matacos, tobas, mocovíes, abipones,
pilagás y otros grupos, aunque se incorporaron lentamente a la forma de vida de las colonias,
sufrieron la marginación y el desamparo. Muchos comenzaron a trabajar como hacheros en los
obrajes, como trabajadores golondrina para la zafra azucarera o como peones de estancias.
Con la progresiva incorporación de las tierras de Chaco y de la Patagonia, y con la formación de
los territorios nacionales y las gobernaciones en 1884, la organización territorial logró
consolidarse.
Este medio de transporte surgió como respuesta a la necesidad de transportar en forma fluida,
regular y a muy bajo costo las materias primas provenientes de las diferentes regiones del país
hacia los puertos ubicados en la región pampeana, especialmente hacia el puerto de Buenos
Aires, ya que desde allí partían por barco los productos agropecuarios hacia Europa y hacia el
resto del mundo. Pero, además, posibilitó abastecer a las poblaciones de los centros urbanos
ubicados sobre la margen del Río de la Plata y del río Paraná.
Como el ferrocarril estaba al servicio de la exportación, el trazado de sus vías se realizó en forma
radial, ya que las líneas se dirigen y convergen en un punto central: la ciudad de Buenos Aires.
Esta nueva configuración espacial con centro en Buenos Aires favoreció el desarrollo de la región
pampeana y acentuó los desequilibrios
regionales de carácter económico y social.
El ferrocarril ocupó un papel relevante en
la integración del Estado nacional.
Posibilitó que la agricultura fuese rentable;
los bienes primarios, exportables; y
permitió el surgimiento de nuevos pueblos
que funcionaban como centros de
expansión social y productiva, como las
colonias agrícola-ganaderas en las
provincias de Buenos Aires, Córdoba,
Santa Fe y en la Patagonia, que se
constituyeron como polos de desarrollo
regional.
Desde 1865, Buenos Aires y Rosario se
destacaron como lugares de destino de las
vías férreas. Posteriormente, se incorporó
la ciudad de Bahía Blanca.
A principios de siglo XX, las empresas
extranjeras, principalmente de origen
inglés y francés, tenían la concesión de los
ferrocarriles que surcaban la región
pampeana. Por ser el área de mayor
movimiento de personas y de materias primas, estas empresas se volvieron altamente rentables.
En las zonas más alejadas, como el noroeste, la región chaqueña y la Patagonia, el Estado se
hizo cargo de la expansión del ferrocarril, denominado de fomento, que llegaba hasta aquellas
zonas en las que los capitales privados no se habían interesado.
Numerosos pueblos surgieron a partir de la llegada del ferrocarril. Con el tiempo, estos pueblos se
convirtieron en receptores de grandes contingentes de inmigrantes, que llegaban al territorio
argentino expulsados de sus países de origen y se instalaban en colonias agrícolas o en la Ciudad
de Buenos Aires.
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Las economías regionales durante la agroexportación
El modelo agroexportador se consolidó en las últimas décadas del siglo XIX. Como resultado de
ello, se originaron dos espacios dentro del territorio argentino en relación con el destino de los
productos y las formas de explotación:
• La economía y el espacio pampeano: aquí la expansión ganadera fue una constante que ya se
venía desarrollando desde el siglo XVIII. Aprovechando tanto las condiciones ambientales del
pastizal pampeano, como las leyes que favorecían la entrega de tierras y el contexto de la
economía mundial, el ganado se consolidó como el principal recurso exportable de toda la región.
Al primer ciclo del vacuno, con saladeros y exportación de cueros, se le sumó el auge de los
ovinos (a mediados de siglo XIX), para finalmente consolidar el bovino de exportación con la
aparición de los frigoríficos.
Como para la cría del ganado exportable se requería el desarrollo de alfalfa para alimentar a los
animales, muchos terratenientes tuvieron que alquilar una porción de sus parcelas para su
producción. Así la agricultura también comenzó a ser una actividad creciente y rentable, sobre
todo en los primeros años del siglo XX y con el desarrollo de los cereales (trigo, maíz, lino y otros
granos), destinados al mercado externo.
La tenencia de la tierra mantuvo la estructura del latifundio (grandes extensiones) y solo en las
colonias de inmigrantes, estos pudieron acceder a la propiedad, aunque en parcelas de menor
dimensión denominadas minifundios.
• La economía y los espacios extrapampeanos: más allá del límite de la zona pampeana, los
productos generados por las economías regionales se orientaban hacia el mercado interno. Dos
ejemplos centrales son el vino en Cuyo y el azúcar tucumana.
La vitivinicultura se organizó en pequeñas fincas asociadas a la elaboración de la vid; de esta
manera, muchos productores eran además bodegueros.
La caña de azúcar mostró otro panorama, ya que la producción estaba concentrada en pocos
terratenientes que explotaban a campesinos y que, a su vez, eran los dueños de las fábricas
(ingenios azucareros), con lo que se ampliaban las desigualdades entre ambos actores sociales.
Otros casos son el Chaco, donde la explotación forestal del quebracho con el uso de mano de
obra indígena quedó en manos de capitales extranjeros, y la Patagonia, con el mercado de ovinos
y la producción de frutas en el Alto Valle.
Esta organización territorial periférica quedó marginada de la agroexportación, salvo excepciones,
incrementando las desigualdades espaciales.
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El granero del mundo
A fines del siglo XIX, el modelo basado en la exportación de carnes y de granos se había
consolidado. Las actividades económicas tradicionales y características de las regiones de
nuestro país, a las que se conoce como economías regionales, crecieron en función de las
necesidades del mercado interno y, principalmente, de la exportación.
Aunque no había una gran diversidad de productos exportados, ya que estos se limitaban solo al
trigo, maíz, lino, carne vacuna y lana, la importancia de la actividad se basaba en la cantidad
exportable, tanto es así que, a principios del siglo XN, la Argentina legó a ocupar el tercer lugar
como exportador mundial de trigo. La zona triguera abarcaba la provincia de Buenos Aires, el sur
de Santa Fe, el sur de Córdoba y el noreste de La Pampa. A través de su cultivo para el
abastecimiento del mercado interno y, especialmente, para la exportación, la región pampeana
cobró impulso y se dinamizó. La gran exportación de cereales y de granos hizo que nuestro país
fuera conocido, a nivel internacional, como el granero del mundo.
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En 1896, la ampliación del Ferrocarril Sur hasta la confluencia de los ríos Limay y Neuquén
permitió el establecimiento de colonias agrícolas en el territorio patagónico.
El clima semiárido con precipitaciones que no superan los 300 milímetros anuales y el desarrollo
de un bioma de estepa signado por la escasez y la dureza de sus pastos limitaron la actividad
productiva a la explotación del ganado ovino que, a fines del XIX, había sido desplazado de la
región pampeana. A principios de siglo XX, la instalación de graserías y la adopción del frigorífico
posibilitaron la incorporación de ovejas Lincoln para el aprovechamiento de su carne, y en menor
grado, de su lana. Paulatinamente, esta raza fue reemplazando las tradicionales ovejas Merino.
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El ejemplo más paradigmático es el caso de Buenos Aires y sus alrededores, que creció a partir
de la instalación de muchos inmigrantes europeos que, no habiendo encontrado posibilidades de
insertarse en el campo, terminaron morando en la ciudad. Además, los flujos rural-urbano y
urbano-urbano del siglo XX reforzaron la importancia de este núcleo como centro de
concentración de la población, hecho que fue determinando un sistema urbano con una ciudad
muy grande, Buenos Aires, seguida muy detrás por otras dos: Córdoba y Rosario. Esta última, por
sus condiciones portuarias tuvo un incremento notable de la población urbana y pasó a ser, hacia
1895, la segunda ciudad más poblada del territorio argentino con 92.700 habitantes, muchos de
ellos inmigrantes.
El impacto de la inmigración
Durante la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX, cincuenta y dos millones
de europeos abandonaron sus países. De ellos, unos siete millones aproximadamente llegaron a
la Argentina, que después de Estados Unidos fue el país que mayor inmigración recibía y el que
tuvo el impacto más alto, teniendo en cuenta la relación entre cantidad de población nativa e
inmigrantes.
La promulgación de la Ley de colonización e inmigración del año 1876 abrió definitivamente las
puertas a los inmigrantes europeos. Esto no significó que fuera ese momento el inicio del proceso
migratorio, muy por el contrario, ya desde varias décadas atrás los flujos eran una constante.
Los intentos pioneros se habían desarrollado a partir de las colonias agrícolas establecidas sobre
todo en Santa Fe y Entre Ríos, donde los estados provinciales fomentaban activamente la llegada
de inmigrantes. Estos últimos ocuparon y valorizaron el territorio para a agricultura, ya desde
mediados del siglo XIX.
Pero a partir de 1880, fue el Estado nacional recién conformado el que se encargó de poner en
práctica medidas para fomentar la llegada de extranjeros: se creó el Hotel de inmigrantes, se
instalaron oficinas de promoción en ciudades europeas, se otorgaron subsidios de pasajes,
etcétera. El resultado fue una abrumadora oleada de europeos que mayoritariamente se instalaron
en la zona del Litoral y especialmente en Buenos Aires. Las cifras muestran que más del 90% de
los inmigrantes optaron por radicarse en esta región.
Una de las características que primó en este proceso fue la pluralidad, ya sea del lugar de origen,
la profesión u oficio, el nivel de instrucción, etcétera. Y si bien es cierto que predominaron los
varones, en su mayoría italianos y españoles del sur, sin profesión o trabajadores rurales, el
panorama fue mucho más amplio y diverso.
En el funcionamiento de la migración jugaron un rol central las cadenas migratorias, ya que los
inmigrantes instalados se comunicaban por correspondencia o a través del retorno y advertían a
sus compatriotas acerca de las ventajas de instalarse en estas tierras. Así, amigos, parientes,
vecinos o paisanos fueron tejiendo una fluida red de información que conectó Argentina con los
destinos de salida europeos.
No todos los que llegaban se radicaban, sino que muchos se instalaban por un período y luego
retornaban a su lugar de origen. Con las guerras, la inmigración se detuvo para luego reiniciarse
una vez finalizadas, aunque no con la misma intensidad.
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vegetal, en la pampa y en la Patagonia; agotamiento de los bosques de quebracho, en Chaco;
contaminación de las aguas del Riachuelo con desechos de frigoríficos, y desplazamiento de la
selva de yungas al pie de las sierras subandinas por la expansión del cultivo de la caña de azúcar,
en Tucumán, Salta y Jujuy.
El
caso de La Forestal
Durante la etapa agroexportadora, se llevó a cabo la explotación de los bosques de quebracho
colorado ubicados en el noroeste de la provincia de Santa Fe. A fines del siglo XIX, el quebracho
colorado comenzó a ser valorado por los ingleses como recurso para la extracción del tanino,
sustancia utilizada para curtir cueros, y para la explotación de su madera, de gran durabilidad,
destinada a la fabricación de postes para alambrados y durmientes para el ferrocarril.
El manejo del recurso tuvo un carácter destructivo o minero, ya que no se repusieron los
ejemplares talados y, cuando se agotaron los de Santa Fe, la explotación se trasladó a los
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bosques de Chaco y de Formosa, con las mismas características. Los ingleses construyeron el
ferrocarril que conectaba los obrajes, Zona de extracción de la madera, con las tanineras, donde
se procesaba el tanino, y con los puertos del río Paraná, para los embarques de la producción
hacia Europa.
La empresa inglesa The Forestal Land, Timber and Railways Company Limited (La Forestal) fue la
más importante y conocida en esta explotación, y la que obtuvo mayores ganancias. Los
especialistas afirman que constituía "Estado dentro del Estado argentino", ya que concentraba
mucho poder: tenía policía propia para reprimir a los trabajadores, moneda propia o vales que se
canjeaban en las proveedurías de la misma empresa y bandera propia, ya que en su territorio se
enarbolaba la bandera inglesa.
La tala indiscriminada de los quebrachos, sin reforestación, dejó el suelo expuesto a la erosión
eólica, a la acción de las lluvias y al pisoteo del ganado, lo que impidió la regeneración de los
árboles y transformó el bosque en pastizal.
A medida que la explotación se fue alejando más de los ferrocarriles y de los puertos, se
encareció el producto por los mayores costos de transporte, lo que derivó en el cierre de La
Forestal, con serias consecuencias socioambientales, ya que se frenó el crecimiento de la zona.
En búsqueda de mayores ganancias, los ingleses se trasladaron a Sudáfrica, donde el quebracho
fue reemplazado por el arbusto acacia mimosa, y la mano de obra argentina, por otra más barata.
54
EL MODELO DE INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES
A partir de la crisis económica internacional surgida en los países centrales en 1929, la Argentina
debió modificar sus políticas económicas. Esto implicó pasar de forma paulatina de un modelo
exclusivamente agroexportador a otro denominado “Industrialización por Sustitución de
Importaciones” (ISI), que implicó cambios territoriales y sociales muy importantes.
Cambios político-económicos
El tránsito hacia la ISI generó diversos cambios, sobre todo en el rol del Estado. Esto generó gran
resistencia en los sectores más poderosos de la sociedad, como los latifundistas, acostumbrados
a recibir grandes ganancias con el modelo agroexportador. Dentro de las nuevas medidas
estatales, se creó el Banco Central, en 1935, que otorgaba créditos con bajos intereses para la
creación de industrias. Sin embargo, el principal cambio se dio a mediados de la década de 1940,
cuando las políticas estatales apuntaron al desarrollo industrial y también al desarrollo social.
Se crearon instituciones y organismos para regular y proteger la industria nacional, se modificaron
las leyes laborales beneficiando a los trabajadores, que hasta ese momento no contaban con
legislación que contemplara, por ejemplo, el salario mínimo y las vacaciones. También se
desarrollaron políticas en relación con la distribución y el transporte de cargas y pasajeros para
integrar la mayor parte del país en este nuevo modelo económico y productivo. Además, a partir
de 1950, tanto los Territorios Nacionales de la región patagónica como los de la zona chaqueña se
provincializaron y se formaron, entre otras, las provincias de Santa Cruz, Río Negro, Chubut,
Neuquén, La Pampa, Chaco y Formosa.
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El patrón territorial surgido con este modelo mostró una concentración de las industrias en la
Capital Federal, el Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Santa Fe, y un porcentaje muy bajo en
el resto del territorio. Como consecuencia de esta concentración se produjo un incremento de las
migraciones del campo a la ciudad. Estos nuevos inmigrantes del interior fueron reemplazando a
los tradicionales inmigrantes europeos, constituyendo un nuevo grupo social
Consecuencias territoriales
El proceso de industrialización por sustitución de importaciones también influyó,
significativamente, en el modo de distribución de la población dentro del territorio argentino.
El primer factor que incidió en este cambio fueron las oleadas migratorias del interior del país,
especialmente desde las áreas rurales hacia las áreas urbanas. Estas migraciones respondieron
al aumento del desempleo en el campo, debido, en un principio, a la desaceleración de la
producción agropecuaria para la exportación y, más adelante, debido a la mecanización en los
espacios rurales, que implicó el reemplazo de mano de obra por maquinaria agrícola.
Otro factor importante, ligado al anterior, es que el desarrollo industrial se fomentó en
determinados espacios de nuestro país, principalmente en las provincias de Buenos Aires,
Córdoba y Santa Fe, y en menor medida en Tucumán y Mendoza. Estos espacios concentraban
los medios de producción, en especial los capitales para las inversiones en la actividad industrial y
en los servicios ligados a esas industrias, como el transporte ferroviario y la red de transporte vial,
es decir, las rutas nacionales y provinciales.
Durante el período de industrialización, se profundizaron las diferencias regionales que se habían
fijado en el modelo económico-productivo previo. Tanto las inversiones nacionales como las
extranjeras, luego de 1955, se concentraron en la Ciudad de Buenos Aires y en varios partidos del
conurbano bonaerense, y en menor medida en las ciudades de Córdoba y Rosario.
Paulatinamente, se fue conformando alrededor de estas ciudades, lo que luego se denominó el
cinturón industrial o frente fluvial industrial, que bordeaba los ríos Paraná y de la Plata, uniendo a
su vez el borde industrial del Riachuelo.
Las migraciones internas desde el interior hacia estas localidades en crecimiento y la instalación
de industrias de diversa envergadura produjeron una diferencia cada vez más grande entre estos
territorios y los del resto del país. Es decir, hubo zonas que se vieron beneficiadas en este
56
proceso y sacaron amplias ventajas. Por ejemplo, solo Buenos Aires concentraba
aproximadamente el 60% de la producción fabril del país, de la fuerza de trabajo y del consumo.
Sin embargo, el proceso de urbanización de estas ciudades no fue totalmente planificado, sino
que muchos de los nuevos asentamientos poblacionales se hicieron en forma precaria y no
contaban con la infraestructura de servicios básicos para una vivienda, como agua de red,
desagües cloacales, gas de red, tendido eléctrico, etc. Más tarde, el Estado tuvo que responder a
las necesidades de estos nuevos pobladores generando planes de vivienda y mejorando las que
ya estaban. Asimismo, la red de trasporte vial se amplió hacia 1960 y superó el trazado radial,
conectando zonas más alejadas de la región pampeana con el fin de extender el área industrial y,
además, para ampliar el poblamiento de zonas más lejanas.
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Mundial. Es necesario aclarar que su impacto no igualó al provocado por las oleadas de principios
de siglo XX.
En ese momento comenzaron a predominar las migraciones de los países limítrofes. Estos
desplazamientos no eran una novedad, ya que desde el primer censo, en 1869, se habían
registrado migrantes de los países vecinos, que constituían alrededor del 20% del total de los
extranjeros. Estos porcentajes se fueron incrementando en los años posteriores.
Desde el censo de 1947 los inmigrantes paraguayos son mayoría dentro de los migrantes
limítrofes, seguidos por los bolivianos y los chilenos. Pero su distribución territorial varía en función
de la oferta de trabajo y la proximidad con el país de origen, así como también por el rol que han
jugado las cadenas migratorias. La comunidad paraguaya se concentró en Corrientes y Misiones
por la cosecha de la yerba mate, y en Chaco y Formosa, por el circuito algodonero. Los bolivianos
se insertaron en la zafra azucarera del Noroeste y en la actividad hortícola en Buenos Aires, los
chilenos en la Patagonia, vinculados al circuito lanero y la producción de frutas en Río Negro. Los
uruguayos y brasileños fueron los grupos minoritarios y en general se instalaron en Buenos Aires.
Estas comunidades migratorias, además de insertar- se en la economía, recrearon en las zonas
donde se instalaron muchas pautas culturales de sus países y regiones de origen, como sus
festividades, danzas, creencias o costumbres.
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La metrópolis de Buenos Aires
Buenos Aires surgió como una pequeña aldea colonial que fue extendiendo su superficie a partir
de la inserción de la Argentina en el mundo como país agroexportador. Su nombramiento como
capital la posicionó como el centro urbano más importante y receptor de inmigrantes externos e
internos. Con el correr de los años extendió sus límites, anexando otros núcleos aledaños y
convirtiéndose en una ciudad metropolitana.
Hacia fines del siglo XIX, la ciudad concentraba casi el
20% de la población del país, y hasta la Primera Guerra
este porcentaje continuó ampliándose, superando el 25%
hacia el censo de 1914. El auge migratorio convirtió a
Buenos Aires en una ciudad pujante, en crecimiento
constante y cosmopolita. Muchos de los extranjeros
arribados, al no poder instalarse en el campo, terminaron
alojándose en los nuevos barrios, más alejados del centro
pero favorecidos por la extensión de los transportes,
especialmente el ferrocarril y el colectivo.
Sin embargo, el mayor crecimiento de la urbe se
experimentó a partir de la década de 1940, cuando en
pleno proceso industrializador, miles de trabajadores
provenientes de las zonas rurales se instalaron en la
ciudad que, debido al excesivo crecimiento, superó los
límites administrativos de la Capital Federal. La
instalación de fábricas se transformó en un atractivo para
estos nuevos habitantes urbanos, que favorecidos por los
loteos baratos y la prolongación de las redes y los medios
de transportes se localizaron en la periferia, conformando
barrios cuya jurisdicción ya no era la Capital sino la
Provincia de Buenos Aires. Tal es el caso de Avellaneda,
San Martín, Lanús, entre otros.
En las décadas posteriores se mantuvo esta tendencia, y
se sumaron a este conglomerado urbano nuevas zonas
cada vez más alejadas, provocando una mancha urbana
en continua expansión. La localización de la población en
los barrios periféricos generó la presencia de
movimientos pendulares diarios entre el lugar de trabajo,
generalmente en el centro, y el de residencia, en las
afueras de la ciudad, conectados por las vías de
transporte.
Por otro lado, muchos de los habitantes que no pudieron acceder a la vivienda en zonas
urbanizadas se ubicaron en asentamientos marginales, carentes de infraestructura urbana, lotes
inundables o terrenos ocupados, dando origen a la formación de las denominadas “villas miseria”.
59
.
Una de las características del Modelo de Industrialización fue la alta participación del Estado en la
planificación de la economía, tanto en cuestiones vinculadas con la producción como con el
consumo.
Los vaivenes de la actividad agropecuaria caracterizaron a toda la etapa y la creciente
industrialización, acompañada de la redistribución de los ingresos, comenzó a tener sus
limitaciones hacia 1950.
La producción fabril siguió centralizada en Buenos Aires y en menor medida en Córdoba y Santa
Fe. Solo algunas provincias, como Santa Cruz y Rio Negro, generaron riquezas a partir de la
extracción minera, el petróleo y la ganadería ovina.
Las limitaciones de la industrialización se hicieron más notables con la dependencia tecnológica
de los años 50. A partir de allí, se generó un proceso de estancamiento que obligó a reducir los
gastos del Estado y los salarios de los obreros; por otro lado, se seguía privilegiando el desarrollo
de las industrias básicas por sobre las pesadas, que requerían insumos externos y maquinarias
importadas.
En la década de 1970 se produjo un nuevo desequilibrio en la economía argentina, como
resultado del impacto de las transformaciones en el ámbito internacional (crisis del petróleo de
1973). Esta situación obligó a redefinir el modelo económico que había funcionado hasta ese
entonces, lo que poco a poco llevo a un proceso de desindustrialización.
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EL MODELO NEOLIBERAL
61
A diferencia de la fase anterior, en la que el Estado era garante de los derechos sociales y
laborales de la población y se buscaba tomar medidas económicas para favorecer a la industria
nacional, a partir de la década de 1970, la Argentina adoptó un modelo económico neoliberal. Este
modelo se impuso casi en simultáneo en la mayoría de los países de Sudamérica, y en la
Argentina fue implementado por el gobierno militar que asumió luego del golpe de Estado del 24
de marzo de 1976. A partir de ese año, se abandonaron las medidas proteccionistas que
favorecían a la industria nacional y se impulsaron otras que facilitaron las importaciones de
productos del exterior. Estas medidas, implementadas por el ministro de Economía del gobierno
militar, Alfredo Martínez de Hoz, disminuyeron la competitividad de las industrias argentinas, que
competían en desiguales condiciones con los productos mucho más baratos fabricados en el
exterior por grandes empresas transnacionales.
La implementación de este modelo tuvo como consecuencias una disminución de la producción de
la industria nacional, masivos despidos de trabajadores y un aumento de la desocupación y la
pobreza de la población. A la vez, se concentró fuertemente la riqueza en aquellas empresas que
apoyaron y sustentaron el golpe militar y que incrementaron notoriamente sus ganancias y
patrimonios durante los años que duró el gobierno militar, la deuda externa se incrementó
notoriamente: al finalizar la dictadura militar en diciembre de 1983, el endeudamiento externo era
el 600% más elevado que en el año 1976 y alcanzó los 45 mil millones de dólares. La
desocupación, la pobreza y el aumento de la deuda externa en aquellos años provocaron
perjuicios económicos que se prolongaron por décadas, y muchos de ellos perduran hasta la
actualidad.
62
regulados por el Estado y se eliminaron los controles que, según el ministro, afectaban la
competencia privada.
Por último, el plan impuso la libre negociación de los salarios; es decir que cada trabajador
debería discutir las condiciones laborales con su empleador. Para ello, anuló artículos de la Ley de
Contrato de Trabajo y eliminó la actualización periódica del salario mínimo vital y móvil. Como las
actividades sindicales y gremiales estaban prohibidas y el derecho a huelga había sido
suspendido, los trabajadores se encontraban en inferioridad de condiciones frente a las
imposiciones de las empresas. Los salarios fueron congelados y perdieron la capacidad de
compra.
La implementación de casi ocho años de políticas neoliberales tuvo como principal consecuencia
económica la desindustrialización del país y la pérdida del salario y del empleo de millones de
personas. En tanto la deuda externa, contraída con organismos como el FMI y con bancos
internacionales, se multiplicó por seis.
63
La ley suspendió los regímenes de promoción minera que se habían implementado en la década
anterior. Los objetivos de estos regímenes habían sido fortalecer la expansión de empresas
mineras, establecer nuevas fuentes de trabajo para promover el arraigo de la población en zonas
despobladas, elevar el nivel de vida y de capacitación de mano de obra minera, diversificar las
economías regionales, satisfacer la demanda interna y sustituir la importación de minerales e
incrementar la exportación.
Uno de los puntos más importantes de la ley de emergencia económica tenía que ver con un
nuevo régimen de inversiones extranjeras. La ley retomaba un decreto de la dictadura y establecía
que los inversores externos podían colocar sus capitales sin aprobación previa por parte del
Estado y repatriar sus beneficios en cualquier momento.
Por último la ley derogó un Decreto Ley de 1963 de Compre Nacional, que obligaba a la
administración pública y a todas las empresas del Estado a adquirir exclusivamente materiales,
mercaderías y productos de origen nacional con el propósito de fomentar las actividades
nacionales de producción de bienes, evitar el agravamiento del déficit en la balanza de pagos
mediante el pago de divisas al exterior, e incrementar el empleo y reducir la desocupación.
64
por los grandes productores o grupos económicos nacionales o extranjeros. Los pequeños
productores, en su mayoría, quedaron excluidos de este proceso, al no contar con los recursos ni
con el acceso al crédito para adecuarse al nuevo perfil productivo y tecnológico.
A partir del 2002, con la devaluación, se dio un crecimiento productivo en las economías
regionales vinculado a una mayor demanda interna y externa. Sin embargo, ello no se tradujo en
una mejora para todos los sectores que participaban de las economías regionales: se acentuaron
las tendencias existentes, en las que los sectores más modernos se beneficiaron con ese
crecimiento.
La crisis de 2001
Después de casi 25 años de implementación de políticas neoliberales, con excepción de la
presidencia de Raúl Alfonsín entre 1983 y 1989, en diciembre de 2001, estalló una crisis
económica y social sin precedentes.
La administración pública había reducido a un tercio la dotación de empleados. La desaparición de
más de 350.000 pymes produjo la perdida de centenas de miles de puestos de trabajo. El 18% de
la población económicamente activa se encontraba sin empleo, y el trabajo informal, en el que el
trabajador no cuenta con ninguno de los derechos laborales que tienen los trabajadores formales,
ascendió a casi 40%.
Además, ante la incertidumbre económica y la desconfianza que generaban las medidas del
gobierno de Fernando de la Rúa, quien había ganado las elecciones presidenciales en 1999,
miles de ahorristas sacaron sus depósitos de los bancos. Para frenar la corrida bancaria, el
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Gobierno, mediante un decreto, implementó el llamado corralito. De ese modo, los bancos
restringieron la posibilidad de retirar el dinero que los ahorristas tenían depositados. La deuda
externa se volvió impagable y los organismos de crédito internacionales dejaron de prestar dinero.
El malestar social creció. Debido a las sucesivas protestas masivas en contra de la política
económica y a los saqueos a supermercados y comercios, De la Rúa renuncio a la presidencia y
el país se declaró en default, es decir que, en ese contexto, la Argentina oficializó la decisión de
suspender los pagos de la deuda externa.
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67
RECURSOS ENERGÉTICOS
68
etapa de crecimiento sostenido, pero de gran dependencia externa, ya que se importaban
productos manufacturados y maquinarias que hasta ese entonces no se producían en el país.
En cuanto a los recursos energéticos, la Argentina le compraba a Inglaterra el carbón mineral
necesario para las máquinas de vapor y para la producción de energía en general. Esta
dependencia de otros países hizo que el Gobierno nacional comenzara a impulsar exploraciones
geológicas en busca de petróleo. El primer lugar hallado donde era factible su extracción fue
Comodoro Rivadavia (Chubut).
El entonces presidente de la Nación, José Figueroa Alcorta, decretó la posesión del yacimiento
por parte del Estado y se crearon, en 1911, la Dirección General de Explotación del Petróleo de
Comodoro Rivadavia y, en 1922, la Dirección General de
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
Así, la Argentina pudo dejar de importar gran cantidad de
carbón británico y comenzó a producir, a menor costo,
este insumo de vital importancia para su naciente
industria.
A través de YPF, el Estado fue el que impulsó el
desarrollo de las actividades productivas y el hallazgo del
90% de las reservas de gas y petróleo en nuestro
territorio. En 1946 se creó Gas del Estado, una empresa
estatal encargada del transporte y distribución del gas
natural.
En 1951, se comenzó a explotar el yacimiento de carbón
de Río Turbio, que originariamente estaba a cargo de
YPF, hasta que en 1956 se creó Yacimientos
Carboníferos Fiscales (YCF).
69
El gas natural
El gas natural es, junto con el petróleo, una de las fuentes de energía no renovable más
importantes del mundo. Es, por otra parte) la más limpia, segura y útil del mundo. No tiene olor ni
color. El característico olor que posee el gas que se destina al abastecimiento domiciliario se debe
al agregado de un componente llamado metilmercaptano. De esta manera, puede detectarse
fácilmente una fuga de gas y evitar accidentes e intoxicaciones.
Los yacimientos de gas se encuentran casi siempre cercanos a los del petróleo y se componen,
principalmente, de gas metano, utilizado por lo general como fuente de energía.
Para su extracción, se construyen pozos de perforación y ductos. El gas, por su propia presión,
asciende naturalmente por esos ductos hacia la superficie donde se lo procesa y almacena.
70
En la actualidad, aproximadamente un 25% de la energía requerida a nivel mundial por hogares,
vehículos e industrias es abastecida por gas natural. Sus principales usos son:
Doméstico: se lo emplea principalmente para la cocina, la calefacción, la climatización de agua y
de piletas, y para el funcionamiento de algunos electrodomésticos, como las heladeras.
Comercial y de servicios: se lo utiliza en diferentes instituciones comerciales y de servicios, como
negocios, hospitales, escuelas, restaurantes, panaderías, etcétera.
Industrial: casi la totalidad de los procesos industriales utilizan el gas en alguna etapa de su
producción. Las industrias que más emplean este tipo de combustible son la del vidrio, la de la
cerámica, la del papel, la química y la textil.
Vehicular: en países como la Argentina, el uso del gas como combustible para vehículos es muy
importante. Se lo denomina gas natural comprimido (GNC). Luego de Pakistán, nuestro país es el
segundo con mayor cantidad de vehículos que utilizan este combustible en el mundo. Se estima
que, en la actualidad, existen más de 2.000.000 de autos con GNC en el país. Algunas de las
ventajas que presenta frente a otros combustibles son la reducción del costo, aproximadamente el
50% con respecto al precio de la nafta; y un 80% menos de emisión de gases tóxicos y de ruidos.
Minerales estratégicos
Los minerales son considerados recursos no renovables porque su formación lleva millones de
años y sus tiempos de regeneración son muy lentos. Esto significa que, si se acabaran, deberían
pasar millones de años para volver a formarse.
En la actualidad, algunos minerales son considerados estratégicos para el desarrollo de la
economía de los países y, por ese motivo, tienen un alto valor de comercialización. Son
fundamentales para la economía de los países que los poseen y muy codiciados por aquellos que
los necesitan para su desarrollo y no los pueden obtener en su subsuelo. Algunos de los
minerales estratégicos más importantes son:
El uranio: el de mayor calidad se utiliza en los reactores nucleares, que en la actualidad
producen el 17% de la energía de todo el planeta. Además, es empleado en la industria
armamentística para la creación de dispositivos explosivos. En la Argentina, existen
reservas de uranio en Salta, Catamarca, La Rioja, Mendoza y Chubut
El litio: se lo utiliza para la fabricación de baterías. Con el desarrollo de la tecnología
celular, adquirió una importancia significativa. En la Argentina, se encuentra uno de los
yacimientos de litio más importantes del mundo, en el Salar del Hombre Muerto, en la
provincia de Catamarca.
EL coltán: presenta una gran resistencia al calor y tiene muy buenas propiedades
eléctricas. Por esta última característica, se lo utiliza principalmente para la producción de
componentes electrónicos de computadoras, videojuegos y teléfonos. En los últimos años
ha adquirido una gran importancia estratégica en todo el mundo. La Argentina posee
reservorios de coltán en la provincia de Córdoba.
El platino: se lo utiliza en la industria eléctrica, en la joyería y en la fabricación de implantes
ortopédicos. Sudáfrica es el principal productor mundial. No existen reservas de este
mineral en la Argentina.
71
Los recursos extraídos por las empresas, principalmente canadienses y estadounidenses, son
exportados pagando regalías de solo un 3% sobre el valor que las empresas declaran estar
extrayendo en la boca de la mina. Además, no pagan impuestos por los servicios básicos, ni
tampoco por los miles de litros de agua potable que consumen durante la producción. Estas
ventajas son parte del marco legal que les permite extraer minerales, que son estratégicos por su
baja disponibilidad, y obtener ganancias extraordinarias.
En Catamarca, por ejemplo, en el yacimiento Bajo la
Alumbrera, cada
100 dólares de producción, solo un dólar con veinte
queda en la provincia.
Algunos estados provinciales actúan como promotores de
la actividad, legitimándola a pesar de las consecuencias
económicas y ambientales, argumentando que traerá
“progreso”, y con promesas de puestos de trabajo. Solo
seis provincias prohibieron la minería a cielo abierto:
San Luis, Córdoba, La Pampa, Chubut, Río Negro y
Mendoza.
La nueva minería de carácter transnacional está en
marcha desde 1997, año de la inauguración de Bajo la
Alumbrera en Catamarca, uno de los emprendimientos
más importantes, junto con Veladero, en San Juan; Cerro
Vanguardia, en Santa Cruz, y Pascua Lama, proyecto
binacional con Chile, facilitado mediante el Tratado de
Integración y Complementación Minera firmado en 1997,
el cual crea una región entre ambos países en el cual las
mineras cuentan con libertad de acción.
Desde entonces la actividad es fuente de permanente conflicto entre las empresas, el Estado y las
comunidades locales que comenzaron a organizarse. Las consecuencias económicas y
ambientales que Bajo la Alumbrera comenzó a provocar, funcionaron de caso testigo para los
habitantes de cualquier localidad del país en la que una minera quisiera instalarse. Uno de los
casos más destacados ocurrió en Esquel, donde la organización comunal logró frenar mediante
plebiscito la instalación de la minera El Desquite, cuya producción alteraría de manera irreversible
la vida de Esquel. De allí en más, el conflicto entre las comunidades locales, por un lado, y las
empresas y el Estado, por el otro, se reproduce en
cada rincón de la Argentina minera. Las
comunidades se enfrentan, en un conflicto
asimétrico, a corporaciones con gran poderío
económico, que intentan frenar las protestas con
ofertas de empleos y obras de mejoramiento de
espacios públicos. Por otra parte, las empresas
cuentan con el apoyo del Estado, quien dispone de
las fuerzas de seguridad o del Poder Judicial para
frenar las acciones de las comunidades locales.
Estas últimas defienden el derecho a trabajo digno, al
ambiente sano y se resisten a que las empresas,
con complicidad del Estado, dispongan de recursos naturales de vital importancia, como el agua
potable, a muy bajo costo, y pongan en riesgo las producciones locales y la salud de sus
habitantes.
72
que verificará los cambios en las superficies de los glaciares y en los ambientes llamados
periglaciares.
Esta es una herramienta legal importante para evitar la minería a cielo abierto en la zona donde se
encuentren campos de hielo, como lo establece la ley.
Bajo de la Alumbrera: es uno de los principales yacimientos metalíferos del mundo, donde
se explotan cobre y oro a cielo abierto (en forma superficial). Está ubicado en las sierras
del noroeste de Catamarca, a 2.600 metros sobre el nivel del mar. Los derechos para su
explotación pertenecen a una sociedad integrada por el gobierno de Catamarca, la
Universidad Nacional de Tucumán y el gobierno nacional, en unión transitoria con una
empresa de capitales suizos y canadienses. Las instalaciones cuentan con molinos que
trituran las rocas, piletones con sustancias químicas para la separación del cobre y del oro,
y un mineraloducto que llega hasta la capital de Tucumán. El mineral concentrado es
transportado por ferrocarril hasta Puerto General San Martín, cerca de Rosario, desde
donde se envía al mercado internacional: Alemania, Estados Unidos, Canadá, Japón,
Corea y Brasil.
Salar del Hombre Muerto: se encuentra en el norte de Catamarca, muy cerca de la Puna,
en una depresión que antiguamente ocupaba un lago y que, al secarse, dejó una capa de
sedimentos salinos. La evaporación de las aguas de las precipitaciones (100 milímetros
anuales) v de los deshielos contribuye a la formación de una capa superficial llamada
salmuera, rica en mineral de litio, potasio y boratos. El litio es muy apreciado para la
fabricación de pilas y baterías destinadas a telefonía celular, computadoras, cámaras
digitales y automóviles, y a otras aplicaciones industriales. Una empresa norteamericana
está a cargo de la explotación, que se caracteriza por emplear paneles solares para
acelerar la evaporación de la salmuera. La producción llega al puerto chileno de
Antofagasta, vía ferrocarril. Desde allí, es exportada a los Estados Unidos, Europa y
Japón.
73
LAS FUENTES DE ENERGÍA SUSTENTABLES
Existen recursos perpetuos que pueden ser utilizados para generar energía de una manera
sustentable, es decir, sin generar daños en el medio ambiente, La Argentina posee zonas con
gran potencial para la generación de energía solar, eólica, geotérmica y mareomotriz, gracias a
sus características naturales.
La energía eólica
La energía eólica se obtiene a través de diversas tecnologías que aprovechan la energía cinética
del viento y la convierten en energía eléctrica o mecánica. El viento es una fuente de energía que
se utiliza hace cientos de años para distintos fines, por ejemplo, para bombear agua de los pozos
a través de los molinos en el campo.
Para producir energía eléctrica se utilizan
aerogeneradores. Estos equipos tienen dos o tres palas
que, al ser accionadas por el viento, mueven un rotor que
convierte ese movimiento en electricidad.
El parque eólico Antonio Morán, de la Sociedad
Cooperativa Popular de Comodoro Rivadavia, es uno de
los más grandes de América del Sur y posee veinticuatro
generadores en servicio.
Se estima que el potencial eólico de nuestro país al sur del
paralelo 42 puede superar la producción anual de
petróleo.
En otras regiones del país, también hay condiciones
favorables para la instalación de aerogeneradores,
principalmente, en Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa
Cruz, La Rioja, San Juan yen varias zonas serranas y
costeras de la provincia de Buenos Aires.
Las condiciones naturales de estos lugares son óptimas, ya que poseen vientos constantes y
uniformes que facilitan la producción de esta energía.
La energía solar
La energía del sol se puede aprovechar para generar calor y electricidad, pero esto está
condicionado por la intensidad de radiación solar recibida por la Tierra y las condiciones climáticas
de cada lugar.
Para transformar la energía solar, existen dos alternativas: la
conversión foto- térmica, es decir, la que busca convertir
directamente la radiación solar en calor, y la conversión
fotovoltaica, que la convierte en electricidad.
Los equipos solares térmicos captan la radiación solar y la
transforman en calor que luego se almacena como agua
caliente en los acumuladores. Estos equipos sirven para
calefacción domiciliaria o industrial, y reducen hasta en un
70 % el consumo energético tradicional.
Actualmente, la tecnología fotovoltaica se utiliza para dar
electricidad a zonas que se encuentran alejadas de las redes
eléctricas, como las áreas rurales o los equipos de
emergencia que se encuentran en algunas rutas de nuestro
país. En la Argentina, un 30% de la población rural carece
de servicio eléctrico por red. Para satisfacer las necesidades
energéticas de este sector de la población, se desarrolló el
Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales
(PERMER). Hasta el momento, mediante este proyecto, 3.260 viviendas, 540 escuelas rurales y
76 dependencias públicas como salas de emergencia médica, destacamentos de policía, etc.,
poseen suministro eléctrico. Otros objetivos del proyecto son la instalación de cocinas, hornos y
calefones solares en los parajes rurales de todas las provincias del país.
74
La energía geotérmica
La Tierra almacena de forma interna energía en forma de calor. Esta puede ser aprovechada para
su conversión en energía eléctrica o en calor para uso humano o procesos industriales y
agrícolas.
Por regla general, en la parte más superficial de la corteza, la temperatura aumenta 3°C cada 100
metros de profundidad. Esta variación se llama gradiente geotérmico. Los puntos más calientes de
la corteza se localizan en las áreas cercanas a la cordillera, donde las placas de bordes
convergentes tienen gran actividad.
Para poder obtener energía geotérmica se hacen perforaciones hasta llegar al reservorio de agua
subterránea. Hay que tener en Cuenta que para que un yacimiento geotérmico sea sustentable, el
volumen de agua caliente o vapor que se extrae de él no debe ser mayor a la capacidad de
recarga natural del acuífero.
En la Argentina, existen más de 300 puntos de interés geotérmico, pero solo en cuatro de ellos
podría generarse energía eléctrica. Estos son Copahue y Domuyo, en Neuquén, Tuzgle en Jujuy,
y Valle del Cura en San Juan. Las dificultades para su explotación son los elevados costos de la
exploración y su lejanía con las principales áreas pobladas, donde podría aprovecharse la energía
producida.
En nuestro país hay varias localidades con aguas termales* que constituyen un lugar turístico,
como las de Copahue, en Neuquén, o las de Río Hondo, en Santiago del Estero. Estas aguas
también pueden utilizarse para la minería, porque, a través de diversos procesos, se pueden
recuperar las sales disueltas en ellas, que tienen un alto
valor comercial, como el boro, el litio o el cadmio. Sin
embargo, el aprovechamiento más importante de las aguas
termales es el que se realiza con fines energéticos.
La energía mareomotriz
El mar es una fuente inagotable de energía. Las mareas se
pueden utilizar para producir energía eléctrica, pero en
nuestro país esto aún no ha sucedido.
La energía mareomotriz se genera por el movimiento de las
mareas. Cuando sube el nivel del mar, el agua ingresa a las
turbinas, que al moverse producen electricidad. En la costa
sur de nuestro país, la amplitud de las mareas es una de las
más elevadas del mundo, por lo que sería viable instalar centrales
mareomotrices allí. La zona más estudiada para tal fin es la
Península Valdés, en Chubut.
Sin embargo, actualmente, las centrales mareomotrices presentan algunas desventajas, como el
daño a la flora y fauna marinas, el impacto visual en las áreas costeras, que altera el paisaje
natural, y el elevado costo del transporte de la electricidad hacia las redes de distribución.
El desafío es desarrollar nuevas tecnologías que no dañen
los ecosistemas costeros y aprovechar este recurso
inagotable.
75
Otro ejemplo de gran relevancia es el aprovechamiento del bagazo de caña de azúcar, que se
utiliza como combustible para las calderas de los ingenios azucareros.
Otros aprovechamientos de la biomasa son:
El uso de leña para uso doméstico (cocina y calefacción).
La utilización de residuos agroindustriales como cáscara de girasol, de arroz, de
maní etc., en calderas para generar calor o electricidad, y así obtener vapor.
El uso de los residuos de las industrias forestales, como aserrín y virutas, par
generar energía en las industrias madereras.
Manejo del gas metano capturado en los rellenos sanitarios para genera energía
eléctrica.
Los biocombustibles
Los biocombustibles son todos los combustibles que provienen de la biomasa También se los
conoce como combustibles de origen biológico, y los dos más utilizados en la actualidad son el
biodiesel y el bioetanol.
El biodiesel se fabrica con aceites vegetales reutilizados o con aceites provenientes de cultivos
energéticos, como la soja o la canola.
El bioetanol se obtiene del maíz, la caña de azúcar, la remolacha, la cebada, e trigo o el sorgo.
El desarrollo de este tipo de combustibles despertó un gran debate a nivel mundial, ya que se
necesitan tierras para los cultivos energéticos que podrían ser utilizadas para la producción de
alimentos.
Entre las ventajas del biodiesel y el bioetanol se encuentra el bajo impacto ambiental, ya que el
dióxido de carbono liberado de la combustión es mucho meno que el de los combustibles fósiles, y
disminuye la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Son biodegradables y están
libres de azufre y de otras sustancias cancerígenas.
La Argentina es el primer exportador de biodiesel del mundo y sus principales mercados son los
Estados Unidos y la Unión Europea.
El sistema terrestre
Los cambios que producen las personas en el ambiente pueden generar problemas de alcance
global, que afectan con distinta intensidad a las diversas zonas del mundo.
La biosfera es la capa del planeta donde se desarrolla la vida. Dentro de ella se encuentran la
hidrosfera, que reúne los mares, océanos y las aguas continentales; la atmósfera, que es la
envoltura gaseosa del planeta, y la litosfera, que es la parte solida del sistema terrestre. Estos tres
componentes constituyen un sistema físico en el cual se produce intercambio de energía y
materia, y en el que cualquier modificación que se produzca en alguno de los elementos del
sistema afectará a otro.
La sociedad y el ambiente
Los cambios producidos por la sociedad en el ambiente alteran la biosfera y ocasionan diversos
fenómenos o procesos que deterioran el entorno y la calidad de vida humana. Los seres humanos
siempre extrajeron recursos de la naturaleza para satisfacer sus necesidades primarias. Todos
esos elementos se transforman en un recurso natural, pero la utilización de los recursos implica,
en muchos casos, su degradación y la del ambiente. Se debe tener en cuenta que el planeta es un
sistema, y que cualquier cambio que se produzca en uno de sus componentes altera los demás.
Muchos de los problemas ambientales que padece la Argentina son la consecuencia directa de la
acción humana.
76
circulación de los vientos, modificaciones de la temperatura global y períodos excepcionales de
lluvias y sequías, entre otros.
77
en su crecimiento y periodo de florecimiento. Asimismo, el aumento de la temperatura
promedio de la atmosfera acelera el derretimiento de los glaciares y las nieves
permanentes de las montañas.
Efectos sobre las personas: la exposición prolongada a los rayos solares produce
quemaduras en la piel. El aumento de la temperatura favorece la generación de
enfermedades infecciosas causadas por los mosquitos (como el dengue, la malaria y la
fiebre amarilla).
La pérdida de biodiversidad
La biodiversidad es la variedad biológica que tiene un ecosistema. Incluye las especies de flora
y fauna, y la interrelación entre ellas y el medio ambiente.
En los procesos de explotación de los recursos naturales, las especies vegetales y animales
suelen ser desplazadas de su hábitat o reemplazadas por otras especies. Esto ocurre, por
ejemplo, cuando se produce la deforestación de las selvas y los motes con el objetivo de
comercializar la madera obtenida, ampliar terrenos para la cría de ganado y para la expansión
de las áreas destinadas a la agricultura.
Los efectos sobre los ecosistemas varían según la actividad que se desarrolle en ellos, su
duración y, en el caso de las especies vegetales, la cantidad de tiempo que se deja “descansar”
la tierra para volver a explotarla. A esa tierra que no se siembra durante uno o varios ciclos
vegetativos se la llama barbecho. Cuando el barbecho es largo, las tierras pueden recuperar la
humedad y sufrir menos la erosión. En este caso la regeneración vegetal es rápida y la
diversidad biológica está asegurada. Si el barbecho es corto (inferior a cuatro años) la
regeneración de la vegetación es más difícil y se transforma el espacio original en un ámbito de
vegetación escasa.
Según la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, entre 2008 y 2012 se
deforestaron 1.145.044 hectáreas, un promedio de 229.009 hectáreas por año. En lo que
concierne a la fauna, especies como el yaguareté o el oso hormiguero se encuentran en peligro
de extinción.
78
La erosión de los suelos
La cobertura vegetal protege los suelos de la erosión. La deforestación es uno de los
principales problemas que aceleran el deterioro de los suelos, pero también puede intervenir el
sobrepastoreo y la intensificación de la agricultura.
El sobrepastoreo se produce cuando los animales consumen la vegetación a un ritmo acelerado
y no llega a regenerarse, dejando el suelo sin la cobertura vegetal.
La erosión es un fenómeno natural que se produce por procesos mecánicos y químicos que
desgastan y fragmentan los materiales de la superficie terrestre, que luego son transportados por
el agua y por el aire.
La acción antrópica sobre los ecosistemas intensifica este proceso al eliminar la cobertura
vegetal natural de los suelos, permitiendo que la erosión actúe directamente
Las consecuencias de esa pérdida son la disminución en la producción de alimentos, el daño en
la calidad del agua subterránea y superficial y la destrucción de los ecosistemas. Además, la
ausencia de cobertura vegetal aumenta la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera con
la consiguiente disminución del oxígeno que producen las plantas.
En la Argentina, la deforestación se debe mayormente a la expansión de la frontera agraria, es
decir, a la eliminación de masas arbóreas para contar con mayor superficie para la agricultura.
A fines del siglo XIX, gran parte de las llanuras chaqueña y pampeana presentaba áreas boscosas
que actualmente están ocupadas por campos cultivados con cereales y oleaginosas. Hoy los
árboles son valorizados sólo como barreras para proteger los cultivos del viento o como sombra
para las residencias rurales.
Los pequeños productores y minifundistas del norte del país deforestan con esos fines a una
escala mucho menor que los grandes productores, por lo que el impacto que causan en los
ecosistemas es muy bajo. Dicho impacto aumenta cuanto mayores son la superficie explotada y la
escala de la actividad productiva.
79
Otra actividad que se basa en la deforestación es la producción maderera. Con el argumento de
que los árboles son un recurso renovable, muchas empresas forestales los explotan como si
pudieran autorregernerarse en un tiempo breve, El tiempo que requieren las diversas especies
arbóreas para reproducirse y garantizar su continuidad no se tiene en cuenta y la tala masiva
generalmente se planifica sólo en función del margen de ganancia que deja.
Tras la tala completa de la superficie boscosa, después de dejar los ecosistemas deteriorados,
con escasas posibilidades de explotación por parte de la población local u otros posibles
productores, muchas empresas se mudan hacia otras áreas aún no deforestadas.
Gran parte de estas empresas son de origen extranjero y cuentan con exhaustiva información
sobre las variedades y las especies de árboles de las diferentes ecorregiones del país, lo que les
permite seleccionar aquellas que más se cotizan en el mercado.
Contratan mano de obra rural, que se caracteriza por ser barata y no estar gremializada (hay
quienes trabajan por 200 pesos mensuales, con total precariedad y sin cobertura social), lo que
reduce los costos de extracción y traslado. En cuanto a la tierra, aprovechan las inmediatas
necesidades financieras de las jurisdicciones estatales que tienen injerencia sobre las áreas
boscosas y selváticas, y acceden a ella a través del pago de bajas sumas de dinero.
Si las empresas eliminasen solamente el "excedente biológico" y consideraran la cantidad de
árboles que necesitan un bosque O una selva para recuperarse, no se comprometería la viabilidad
ecológica de éstos.
80
La desertificación
Con la degradación de los suelos en las zonas áridas, semiáridas o
subhúmedas, se produce el proceso de desertificación y, como
consecuencia, la pérdida de productividad del suelo.
En este proceso influyen las actividades humanas y los factores
climáticos como el viento y las precipitaciones.
En las zonas áridas, que tienen un tiempo de regeneración muy
lento, la sobreexplotación del suelo, la deforestación y las prácticas
agrícolas inadecuadas ocasionan un problema ambiental difícil de
solucionar.
Entre las consecuencias de la desertificación se pueden mencionar:
La menor resistencia de los ecosistemas a la variabilidad
climática natural.
La desaparición de la capa fértil del suelo y, por
consiguiente, la pérdida gradual de su productividad.
El deterioro o desaparición de la cobertura vegetal, que
funciona en dos sentidos: la deforestación favorece la La estepa patagónica sufre las consecuencias
erosión y, a su vez, la degradación del suelo limita el de la desertificación, producto de la
crecimiento de la vegetación. La disminución de la producción sobreexplotación del suelo producida por el
de alimento. sobrepastoreo y sobrepisoteo del ganado
La migración de la población que vive en áreas afectadas. ovino, entre otras causas.
La desertificación también contribuye al cambio climático mundial, ya que el suelo
descubierto aumenta la cantidad de energía reflejada por la superficie terrestre hacia la
atmosfera.
82
La contaminación atmosférica
La contaminación de la atmósfera tiene consecuencias
directas sobre las personas y afecta el conjunto del sistema
terrestre. Debido a la circulación de masas de aire, la
contaminación puede expandirse más allá de la zona en la
que se genera, ocasionando la contaminación de las aguas,
de los vegetales y de los animales. Afecta con diversas
intensidades las ciudades, las zonas industriales y también
a la población y los ambientes que están alejados de las
áreas contaminantes.
En la Argentina, las grandes áreas urbanas, como Buenos
Aires, Córdoba y Rosario, presentan elevados niveles de
contaminación del aire. Esto se debe a la concentración de
transportes públicos y privados, y a las actividades
industriales.
84
LA POBLACIÓN DE LA ARGENTINA
El crecimiento poblacional
La población de un país crece o decrece a lo largo del tiempo en
relación a como evolucionan la natalidad, la mortalidad y las
migraciones.
A medida que las personas nacen, mueren o se desplazan para
cambiar de lugar de residencia, la población total de un país
puede aumentar o disminuir. De este modo, el crecimiento
poblacional está compuesto por un crecimiento vegetativo,
asociado a la evolución de la natalidad y la mortalidad, y un
crecimiento migratorio, vinculado con las migraciones
internacionales.
Crecimiento absoluto y relativo de la población
El crecimiento de la población puede expresarse en términos
absolutos o relativos. El primero se calcula como la diferencia
entre la cantidad de habitantes de dos períodos. El crecimiento
relativo en cambio, expresa cuánto representa esa diferencia
(aumento o caída) en el total de la población, expresándose
generalmente en forma de variaciones porcentuales o en
forma de tasas. Por ejemplo el crecimiento absoluto de la
población argentina entre 2001 y 2010 fue de 3.856.966
personas. Medido en términos relativos, la población argentina
creció un 10,6% entre ambos años.
85
a la población originaria debido al contagio de enfermedades, el uso de armas de fuego y su
explotación como fuerza de trabajo.
Más tarde, en el siglo XIX, fueron emprendidas las campañas al “desierto” con el objetivo de
avanzar sobre los territorios que aún estaban en manos de los pueblos originarios para ampliar el
territorio del Estado e incorporar tierras a la producción agropecuaria.
En 1878 se inició la mayor de estas campañas militares, conducida por el General Roca, que en
pocos años prácticamente eliminó a los pueblos indígenas.
A pesar de todo, el último censo de población en 2010, contabilizó 955.032 personas que se
reconocen descendientes de los pueblos originarios en la Argentina.
86
La distribución regional de la población
La población argentina se concentra en mayor medida en la pampeana (especialmente, en la
Ciudad Autónoma de Bueno y las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe). Se consolidó
en las últimas décadas del siglo XIX, a partir del desarrollo del modelo agroexportador.
En la actualidad, dos tercios de la población argentina viven en la región pampeana. Sin embargo,
en las últimas décadas, el ritmo de crecimiento ha sido menor que el del resto de las regiones del
país, lo que provoca una disminución del peso relativo de esta región dentro del total de la
población. Otras regiones, en cambio, han aumentado de modo significativo su peso en el total de
la población, particularmente las provincias patagónicas.
La localización de la población responde a diversos factores, como por ejemplo el clima, el relieve,
las condiciones ambientales, el acceso al agua entre otros, así como también factores históricos y
políticos.
Teniendo en cuenta la distribución heterogénea de la población argentina se pueden diferenciar
dos grandes áreas: una de ocupación continua, que se desarrolla en el noreste y este de nuestro
país, coincidiendo con el área de llanuras y los climas templado y cálido; y la otra zona, con una
ocupación más dispersa, que se desarrolla desde el noroeste hasta el extremo sur del país,
coincidiendo con los climas áridos, los cordones montañosos y la escasez de agua. Dentro de
esta zona se observan algunos focos aislados de población, que coinciden generalmente con las
ciudades capitales de las provincias, como por ejemplo Mendoza, Neuquén, San Salvador de
Jujuy, entre otras.
87
demográfico de la Argentina.
Actualmente, solo el 4,5% de la población que vive en la Argentina nació en el extranjero (1,8
millones de personas). Y de este total, alrededor del 30% arribó al país la última década.
La precarización laboral
El desempleo es un problema que sufren en mayor medida ciertos sectores de la sociedad. A su
vez, muchas de las personas tienen empleos precarios. Algunas de las condiciones de trabajo
precario más comunes en nuestro país son:
88
• La subocupación: esto sucede cuando una persona trabaja, involuntariamente, menos de 35
horas por semana y no puede satisfacer sus necesidades con el salario que recibe. Esto es muy
común, por ejemplo, entre los docentes que recién se inician en la vida laboral.
• La sobreocupación: cuando una persona tiene que trabajar más de 45 horas semanales para
satisfacer sus necesidades, se considera sobreocupación. Un ejemplo lo suelen representar los
conductores de taxis, quienes muchas veces deben trabajar 12 o 13 horas por día para obtener
una remuneración adecuada a sus necesidades.
• Las insuficientes o incorrectas condiciones de higiene y seguridad también son condiciones de
precariedad laboral. Esto suelen padecer los obreros de la construcción, que muchas veces no
cuentan con los elementos de seguridad necesarios -cascos, arneses, etc.- para trabajar en una
obra.
• También se considera trabajo precario cuando el empleador requiere una menor clasificación
laboral que la que el trabajador posee: este es el caso, por ejemplo, de personas que poseen
títulos universitarios y trabajan por necesidad como empleados en rubros que no tienen relación
alguna con su formación.
• Una nueva forma de precarización laboral es la tercerización del trabajo: las empresas contratan
a otras empresas para realizar determinadas tareas, por lo que los trabajadores muchas veces no
tienen las mismas condiciones de contratación. Por ejemplo, un banco contrata a una empresa
para que realice la limpieza. Esos trabajadores no están contratados por el banco, sino por otra
empresa y no gozan de los beneficios que tienen los empleados bancarios, sus sueldos son
menores y muchas veces hasta son contratados en negro.
• Tal vez, el trabajo en negro sea la principal causa de precariedad laboral en la Argentina, ya que,
de esta forma, el empleador no realiza los aportes jubilatorios y de cobertura médica a sus
empleados.
89
En los últimos años, el Estado ha tomado diversas iniciativas que contribuyeron a disminuir los
índices de desocupación y de trabajo precario, en especial el de trabajo en negro; ya mejorar las
condiciones generales de los trabajadores de la Argentina. Algunas de estas medidas fueron la
implementación, en agosto de 2009, del plan Argentina Trabaja. Este plan tiene como objetivo la
creación de cooperativas de trabajadores que deben realizar tareas que contribuyan a mejorar la
infraestructura urbana. El plan apuntó a favorecer a aquellas personas de bajos recursos que no
tuvieran trabajo. De esta manera, se crearon desde 2009 hasta 2012, más de 500.000 nuevos
empleos, y con el trabajo de estas personas, se mejoraron escuelas y hospitales, se forestaron las
plazas y parques, se construyeron veredas y alcantarillas y muchas obras urbanas más. Además,
contribuyó a disminuir el trabajo precario, debido a que estas personas fueron empleadas en
blanco.
Otra forma de generar oportunidades de inclusión social y laboral en la población juvenil fue la
creación del programa jóvenes con más y mejor trabajo. Capacita de forma gratuita a jóvenes que
se quieren incorporar al mercado de trabajo. Hasta mediados de 2012, permitió que consiguieran
empleo más de 120.000 personas.
Fomentar que las empresas privadas regularicen a sus empleados para que dejen de trabajar en
negro es otra manera a través de la cual el Estado intenta optimizar el mercado de trabajo. Por
ejemplo, se les salda parte de las deudas que tengan las empresas o se les reduce el pago de
impuestos a cambio de que regularicen a diez de sus trabajadores.
Gracias a estas y otras medidas, la desocupación disminuyó un 200% en los últimos 10 años, y el
empleo en negro, por ejemplo, disminuyó del 30,8% en 2001 al 26,9% en 2010.
De todas maneras, este último dato significa que a pesar de las medidas explicadas, todavía hay
millones de trabajadores en la Argentina que no están registrados y están empleados en negro o
tercerizados, y es el Estado el que debe favorecer las condiciones para revertir esa situación.
La pobreza en la Argentina
En Argentina, como en todos los países de América latina, la pobreza es un grave problema
social. Aunque en los últimos años los indicadores de pobreza han disminuido notoriamente,
todavía hay millones de personas que no tienen garantizada la satisfacción de las necesidades
básicas.
La línea de pobreza
Una de las formas para medir la pobreza en la Argentina es calcular el ingreso de las personas y
las familias. Esta información se obtiene a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).
Según el ingreso de los hogares, se calcula si los miembros de esas familias pueden acceder a su
Canasta básica total (CBT), que está compuesta por un conjunto de elementos que satisfacen
necesidades alimentarias y no alimentarias (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.).
Si el ingreso es inferior a lo que se necesita para que todas las personas de la familia satisfagan
estas necesidades, se considera que están debajo de la Línea de pobreza.
Hacia mediados de 2012, una familia tipo, conformada por dos adultos y chicos, como mínimo
necesitaba $1.458 para no estar por debajo de la Línea pobreza. Para
esa misma fecha, aproximadamente 2.600.000 personas no alcanzaban a
adquirir con sus ingresos la Canasta Básica Total, lo que representaba
6% del total del país.
Esta información se debe actualizar todos los meses, debido a que
el proceso inflacionario provoca que los precios
aumenten, y el valor de la canasta básica también,
lo que puede modificar la cantidad de personas
bajo la Línea de pobreza
La línea de indigencia
El cálculo de la Línea de indigencia contempla solo
el dinero que se necesita para satisfacer las
necesidades alimenticias, que recibe el nombre de
Canasta básica de alimentos (CBA) y excluye las
necesidades no alimenticias. La indigencia abarca
los sectores más empobrecidos de la población que
al no poder satisfacer sus necesidades calóricas de
90
alimentación, se ven expuestos a diversas enfermedades y tienen en riesgo su vida.
En nuestro país, a mediados de 2012, el valor de la CBA era de $717. En ese entonces había
aproximadamente 700.000 personas en esa situación, lo que presentaba el 1,7% del total de los
habitantes del país.
Pasado y presente
Los efectos de la Reforma del Estado
implementada en 1990 provocaron un
enorme crecimiento de los indicadores de
desempleo, precarización laboral y pobreza.
Este último índice alcanzó su punto máximo
en los meses anteriores y posteriores a la
crisis de 2001.
Al momento de realizarse el Censo Nacional
de Población y Vivienda de 2001, la cantidad
de hogares con NBI del país superaba el 14%
del total, y vivían más de 14.000.000 de personas bajo la Línea de pobreza. En algunas
provincias, principalmente en las de las regiones del noroeste y noreste, el porcentaje de pobreza
superaba el 80% de la población.
Por el contrario, en provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y algunos lugares de la
Patagonia, los indicadores de pobreza eran inferiores, aunque en casi todos los casos superaban
el 20% del total de la población.
A partir del año 2003, la situación económica del país comenzó a mejorar, y los valores de
pobreza descendieron progresivamente.
En la actualidad, los valores de pobreza de la Argentina se encuentran entre los más bajos de
todo el continente.
91
los últimos años. La reactivación económica, la reapertura de empresas y fábricas, la generación
de empleo y las políticas públicas de ayuda a las personas en situación de pobreza como la
Asignación universal por hijo (AUH) contribuyeron a la disminución de la pobreza y la indigencia, y
junto con esto, a la mejora de otros indicadores sociales, como la mortalidad infantil que en 2009
descendió al 12,1%.
La pobreza rural
Medir la pobreza rural en la Argentina tiene la dificultad de que los
indicadores utilizados (las Líneas de pobreza e indigencia, y las
Necesidades básicas insatisfechas) fueron elaborados con
criterios urbanos; entonces, resultan mucho más efectivos para
medir la pobreza en las ciudades que en los espacios rurales. En
el ámbito rural, muchas veces, las personas se abastecen de
alimentos gracias a su propia huerta o quinta, y no necesitan
dinero para comprarlos, por lo que calcular el valor de la Línea de
pobreza en el campo según los precios de los alimentos de la
canasta básica no representa la real dimensión de la pobreza de
las personas. En cuanto a las viviendas, sucede lo mismo. El
acceso a ciertos recursos o materiales de construcción en el
campo es distinto al de las ciudades y, tal vez, una casa hecha
con ladrillos de adobe o el baño fuera de la vivienda no represente
necesariamente una situación de pobreza de esa familia.
La pobreza en la población campesina
En el campo, el grupo social más expuesto a condiciones de pobreza o pobreza extrema es el de
los campesinos, quienes tienen algunas características que los definen, y que afectan su calidad
de vida.
• No son dueños de los campos en los que trabajan. Son empleados de los dueños de los campos
y trabajan muchas horas a cambio de un salario que, en general, es muy bajo. Además, en la
mayoría de los casos, lo cobran en negro, por lo que no poseen aportes jubilatorios ni cobertura
médica. A su vez, suelen sufrir el desempleo temporal: cuando es época de siembra o cosecha
tienen trabajo, pero luego están desempleados gran parte del año.
• No acceden a la mayoría de los servicios básicos, como la electricidad, el agua potable o el gas
natural. Todavía existe una gran cantidad de campesinos que vive sin luz y sin gas natural para
calefaccionar sus viviendas o para cocinar. Dependen de los costosos grupos electrógenos o
garrafas para poder tener estos servicios básicos cubiertos.
• No pueden acceder a la educación. El mayor porcentaje de analfabetos del país se encuentra
dentro de la población campesina. Las extensas jornadas de trabajo y la necesidad de mano de
obra familiar dificultan la asistencia a la esuela de muchos hijos e hijas de campesinos. Esto hace
difícil poder conseguir un empleo mejor y mejores condiciones de trabajo en el futuro.
92
ocupan ancestralmente a manos de empresas o de personas, argentinas o extranjeras. Estas
expropiaciones les impiden mantener su estructura social y económica, basada en la práctica de
las actividades agrícolas. Empujados por la falta de trabajo y la pobreza, muchos dejan sus tierras
y su pueblo para ir a trabajar como asalariados a las ciudades: se estima que más de 65.000
personas, lo que representa más del 10% del total de los originarios del país, vive actualmente en
el Gran Buenos Aires.
La pobreza entre los habitantes de los pueblos originarios es mucho más elevada que la del
promedio del país. Mientras que la pobreza a nivel nacional es del 6,5%, en la población originaria
este porcentaje se eleva a más del 25%, y en poblaciones como la wichi en Salta, Formosa y
Chaco los niveles de pobreza son todavía mayores.
En lo que respecta a la educación sucede algo similar: mientras que el analfabetismo a nivel
nacional es muy bajo, en algunas poblaciones originarias como la wichi o la mbyá guaraní el
analfabetismo es muy elevado, y afecta a más del 20% de la población.
93
región con una ciudad desproporcionadamente grande. El término hace referencia a una ciudad
cabecera demasiado grande en relación con el resto de las ciudades.
El tamaño desmesurado del GBA responde a procesos históricos, políticos y económicos que
guardan similitudes con otros países latinoamericanos. El surgimiento inicial de una ciudad puerto
que además cumplía las funciones administrativas (Buenos Aires era la capital del Virreinato del
Río de La Plata), la concentración de los sistemas de transporte hacia Buenos Aires durante la
modernización del Estado, la llegada de una inmensa cantidad de inmigrantes por el puerto y la
concentración de las actividades industriales a mediados del siglo pasado han determinado un
enorme crecimiento poblacional de dicha ciudad.
94
década de 1970 hasta el año 2001 se desaceleró el crecimiento del AGBA debido, principalmente,
al a fuerte desindustrialización y la falta de inversión del Estado.
95
Los espacios rurales de nuestro país se caracterizan
por tener una gran heterogeneidad de actividades
productivas, tanto en la región pampeana (orientada
mayoritariamente a lo largo de la historia a la
exportación de materias primas) como en las distintas
regiones del interior del país (orientadas
históricamente al mercado interno, si bien esto está
cambiando en la actualidad). Una gran especialización
en determinados productos agropecuarios
caracterizan las diferentes regiones del país.
Como consecuencia del incremento de tecnología en
la producción agropecuaria, que reemplaza el trabajo
humano, y de la fuerte concentración de la tierra que se ha ido
incrementando de manera significativa durante las últimas
décadas, la densidad de población de las zonas rurales bajó considerablemente.
Si bien muchos de los cambios rurales se pueden analizar en términos nacionales, es necesario
diferenciar las características y procesos propios del sector pampeano de los del resto de las
regiones del interior del país. Por ejemplo, en lo que respecta a problemas ambientales, en el
sector pampeano estos se encuentran relacionados con la intensificación del uso de agrotóxicos
que contaminan los suelos y el agua, mientras que en los espacios rurales extrapampeanos se
asiste a un continuo avance de la frontera agropecuaria, donde las actividades productivas se
expanden sobre regiones boscosas y selváticas a partir del desmonte de dichas áreas.
96
por parte del Estado- dicha producción aumenta la dependencia económica del país, porque está
supeditada a las variaciones de precios de un único cultivo. Además, el uso intensivo de
agroquímicos y la falta de rotación de cultivos degrada los suelos y compromete la capacidad
productiva futura. La soja se exporta casi en su totalidad, a partir de tres productos fundamentales:
aceite de soja, harina de soja y poroto no procesado. Estos dos últimos productos se utilizan
fundamentalmente para el alimento de la ganadería en países europeos y en los Estados Unidos.
97
ACTIVIDADES ECONÓMICAS EN NUESTRO TERRITORIO
La “sojizacion” de la producción
La soja es una planta de la familia de las oleaginosas que en
los últimos años ha tenido una extraordinaria expansión en
nuestro país. El crecimiento de la producción se basa en tres
aspectos fundamentales: el aumento de la demanda de los
mercados internacionales, el aumento del precio internacional y
la incorporación de maquinaria y tecnología que permitió un
gran crecimiento de la productividad y de los márgenes de
ganancia de los productores.
Debido a los enormes beneficios que representa la producción
de soja, muchos dueños de campos fueron reconvirtiendo
progresivamente el destino de sus tierras. Pasaron de cultivar
98
otras especies, criar ganado o de la práctica de la actividad forestal a la siembra de soja.
Además, la soja cumple un papel fundamental para la economía de la Argentina: los tres primeros
productos de exportación de la Argentina son derivados de este cultivo: harina de soja, porotos de
soja y aceite de soja.
99
conejo, aunque en pequeñas cantidades, se destina a países como Alemania, los Países Bajos o
Austria. El consumo de este tipo de carne en nuestro país, a comparación de otros países, es
prácticamente inexistente.
El debate ambiental
Uno de los principales aspectos negativos de la actividad
minera en la Argentina está relacionado con la cuestión
ambiental. La mayoría de estas empresas privadas extranjeras que realizan exploraciones y
extracción de minerales en nuestro país están denunciadas por no invertir lo suficiente para
disminuir el impacto que su actividad produce en el ambiente. Debido a esto, es evidente que, en
los lugares donde se encuentran los yacimientos mineros, los niveles de contaminación del aire, el
agua y el suelo se elevan notoriamente, provocando un perjuicio ambiental irreparable para la
región.
Vivir en Andalgalá
Desde la instalación de la mina cerca de Andalgalá, hacia el año 2004, gran parte de la población
formada por, aproximadamen 20.000 habitantes comenzó a reflexionar acerca de los severos
daños ambientales que produce este tipo de extracción de minerales: la explotación a cielo
abierto. Sin embargo, la posibilidad de empleo bien remunerado, que genera una actividad como
la minería, abrió profundos debates entre los habitantes.
100
En la actualidad, diversas organizaciones ambientalistas se siguen oponiendo a la mina,
mostrando los daños ambientales que generó esta práctica: numerosos casos de intoxicación
debidos a los elevados niveles de arsénico,
plomo, cadmio, cobre y mercurio en el agua, en
una región árida donde el agua potable es muy
escasa; la contaminación del suelo y el aire, lo
que provoca un considerable aumento de los
casos de afecciones pulmonares en la
población de las localidades cercanas a la
mina; la migración de muchos productores
agropecuarios, que dejaron la región ante la
improductividad del suelo, producto de la
contaminación; la formación de un enorme
basurero, denominado “dique de cola” de más
de 30 hectáreas de extensión, a donde van a
parar los desechos producidos por la mina.
El consumo excesivo de agua potable es otro
grave problema. Se estima que el
funcionamiento de la mina insume más de
50.000.000 de litros de agua potable por día. Esto es grave, ya que en esa región el agua potable
es un bien escaso.
La pesca
El sector pesquero argentino se divide en dos sectores: el continental, que, abarca toda la captura
de peces de aguas dulces que se produce comercialmente el país; y la pesca marítima, que es la
que se produce en el Mar Argentino.
Sin dudas, el sector continental es de menor importancia que el marítimo: aunque la variedad de
especies capturadas es mucho mayor, el volumen pescado es muy bajo. Las especies de río más
importantes que se comercializan en el mercado local, o se exportan, son: el sábalo, la carpa, el
salmón, la boga y el pejerrey.
En cuanto a la pesca marítima, los
productos que se comercializan
son la merluza, el abadejo, la
anchoíta, el besugo; moluscos,
como el mejillón y el calamar y
crustáceos, como el langostino, el
cangrejo y el camarón. Las
características ecológicas del Mar
Argentino son muy favorables para
el desarrollo de la vida marítima: la
Argentina posee una costa de más
de 4.700 kilómetros de extensión y
una zona de explotación exclusiva
de casi 1.000.000 de kilómetros
cuadrados Además, el Mar
Argentino recibe la acción de
corrientes oceánicas que oxigenan
las aguas y aportan nutrientes que
favorecen el desarrollo de la vida
marítima. Gracias a eso, alberga
más de 300 especies de peces, y
su potencialidad comercializable es
de más de 12.000.000 de
toneladas.
A pesar de estas favorables condiciones el sector pesquero argentino presenta algunas
problemáticas que le impiden desarrollan todo su potencial. Algunas de estas problemáticas son:
101
• La falta de investigación acerca del verdadero potencial pesquero del país en general, y del Mar
Argentino en particular.
• La falta de inversión en la infraestructura de los buques y de los puertos, que en su mayoría
tienen tecnología obsoleta y que les impide un mejor rendimiento pesquero y comercial.
• La falta de controles y la pesca ilegal. Existen numerosas denuncias de la pesca ilegal realizada
por buques extranjeros que pescan sin autorización dentro de la zona económica exclusiva
argentina, o sobre la milla 201.
El sector forestal
Los bosques se explotan para extraer y producir distintos tipos de
productos derivados de los árboles:
• Papel y cartón (representa, aproximadamente, el 70% del total de
las exportaciones de la Argentina del sector forestal);
• Manufacturas de pasta de celulosa; madera y manufacturas de
madera; carbón vegetal;
• Leña;
• Taninos y pigmentos;
• Resinas.
La explotación forestal en la Argentina se desarrolla en bosques
nativos (que crecen naturalmente) y en bosques implantados (donde los árboles se producen
como si fueran cultivos: se los siembra, se
espera su madurez y se los cosecha para
su comercialización).
La superficie total de tierras forestales en
nuestro país se estima en,
aproximadamente, 30.000.000 de
hectáreas. Esta superficie se encuentra en
constante disminución debido al
crecimiento del consumo de papel y de
madera, al aumento de la cantidad de
herramientas mecánicas modernas que
permiten talar más rápidamente, a los
incendios forestales y, principalmente, al
avance de la frontera agrícola, que destina
cada vez más tierras al cultivo de la soja.
Los productos más utilizados en la
industria forestal son el pino y el eucalipto:
por su rápido crecimiento y su bajo costo
son muy utilizados para la industria
maderera y la de celulosa.
Las principales zonas de explotación de
bosques nativos son el bosque chaqueño,
en las provincias del Chaco y Formosa; la
selva de las yungas, en Tucumán, Salta y
Jujuy; el bosque andino-patagónico, y la
selva misionera (de la cual queda menos
del 7% de la superficie que tenía hace cien
años).
102
El problema de los incendios forestales
Los incendios forestales afectan vastas regiones del país, las más
afectadas fueron los pastizales de la estepa pampea y los bosques
andino-patagónicos y chaqueños. En total, se vieron afectadas más
de 220.000 hectáreas. Según la Secretaría de Ambiente y
Desarrollo Sustentable de la Nación, las principales causas de
estos incendios fueron la negligencia y los incendios intencionales.
Los incendios naturales explican solo el 2% del total.
103
104
EL SECTOR SECUNDARIO: LA INDUSTRIA EN LA ARGENTINA
105
La industria petroquímica en la Argentina
La industria petroquímica emplea combustibles fósiles, como el petróleo y el gas natural, para la
elaboración de productos químicos, que son utilizados como insumos para producir diversos
bienes, como plásticos, pinturas, cosméticos, textiles y fertilizantes, entre otros. Es una industria
capital intensiva, donde los costos
de inversión son muy elevados, y
que presenta importantes efectos
de escala, es decir, si las
cantidades producidas aumentan
se reducen fuertemente los costos
de producción. Una característica
típica de esta industria es la
integración vertical y la existencia
de fuertes barreras a la entrada
para nuevos productores, ya que se
requieren grandes inversiones,
largos períodos de construcción y
de puesta en marcha de las
plantas, y grandes volúmenes de
producción.
¿Qué es la nanotecnología?
La nanotecnología es la tecnología aplicada a la fabricación de materiales reordenando sus
átomos y moléculas; por eso, trabaja a escalas muy pequeñas. El término nano significa la
milmillonésima parte de un metro, una medida que no es perceptible para el ojo humano. La
nanotecnología se vincula estrechamente con otras tecnologías de punta, como las tecnologías de
106
la información y la comunicación (TIC) la biotecnología y la bioingeniería, entre otras. Requiere
una alta calificación de los recursos humanos y gran inversión en infraestructura específica para
su desarrollo.
Al trabajar a escalas tan pequeñas, la nanotecnología diseña y crea nuevos materiales y
productos con características novedosas, aprovechando las propiedades de los materiales cuando
se trabaja con ellos a tamaño “nano”. Así, los nanomateriales (denominados así cuando se los
modifica a muy pequeña escala) adquieren propiedades diferentes de las que tienen a escalas
más grandes. Por ejemplo, escala “nano”, algunas sustancias opacas, como el cobre, se vuelven
transparente y el oro se vuelve líquido a temperatura ambiente.
En términos comerciales, algunas de las aplicaciones de la nanotecnología, en particular de los
nanomateriales, ya se encuentran presentes en una amplia variedad de productos, como
catalizadores de automóviles, filtros solares, fibras para la fabricación de telas con propiedades
antimanchas o antiarrugas, superficies autolimpiantes, herramientas para cortar. Además,
utilizando materiales más resistentes, se mejoran los procesos productivos. Por ejemplo, los
nanotubos de carbono son cien veces más resistentes que el acero y cinco veces menos densos.
Debido a sus características novedosas, los nanomateriales son demandados por diferentes
sectores productivos, entre ellos la electrónica, la aeronáutica, la industria de cosméticos, la
industria textil y el transporte.
El desarrollo de la nanotecnología abre la posibilidad de numerosos avances para muchas
industrias y disciplinas.
En los últimos diez años, la Argentina ha avanzado en la investigación en el campo de la
nanotecnología. Existen actualmente veintidós empresas que trabajan con esta tecnología, entre
las que se destacan una empresa siderúrgica, que proyecta fabricar productos con nanopartículas
para utilizar en tuberías y hacerlas resistentes a la corrosión, y la empresa estatal INVAP, que
está desarrollando sensores infrarrojos para utilizar en satélites aplicando nanotecnología.
¿Qué es la biotecnología?
La biotecnología consiste en la aplicación científica y tecnológica de organismos vivos para
elaborar bienes y servicios, abriendo una nueva frontera de posibilidades de producción. Los
desarrollos biotecnológicos, cuyos principales avances se produjeron en las últimas décadas, han
generado avances inimaginables en distintas aplicaciones industriales, principalmente en sectores
como el farmacéutico, el veterinario y el agropecuario.
Por ser intensiva en conocimiento, la biotecnología requiere recursos humanos calificados, fuertes
inversiones en investigación y el desarrollo de infraestructura específica. Asimismo, presenta una
estrecha relación con otras tecnologías, como la nanotecnología, la bioingeniería y las TIC.
La biotecnología permite no solo elaborar nuevos productos, sino también realizar el mismo
producto a través de procesos más rápidos, mejor
controlados o que permiten lograr una escala de producción
industrial que no sería posible con métodos tradicionales.
La biotecnología es un enfoque que comprende diversas
disciplinas y ciencias, como la biología, la bioquímica, la
genética, la agronomía, la ingeniería, la química, la medicina
y la veterinaria, entre otras. Así, a diferencia de innovaciones
implementadas en el pasado en otras ramas (como la
electrónica), la biotecnología encuentra su base en ciencias
que llevan muchos años de desarrollo y experimentación.
Si bien América latina se encuentra lejos de los países
desarrollados en cuanto al grado de avance de la
biotecnología, a escala regional la Argentina es uno de los
más avanzados, junto con el Brasil.
En la actualidad existen en el país alrededor de ochenta
empresas biotecnológicas, la mayoría de capital nacional.
Más de la mitad de estas empresas se localiza en la ciudad
de Buenos Aires, seguida por las provincias de Buenos Aires,
Santa Fe y Córdoba. Entre los productos biotecnológicos
desarrollados en la Argentina se destacan la clonación de
animales con características especiales, el desarrollo de vacunas utilizando técnicas
biotecnológicas y el desarrollo de semillas modificadas para resistir herbicidas.
107
La localización industrial en la Argentina
Históricamente, el área industrial más importante del país ha sido el Gran Buenos Aires. Durante
el proceso de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), esta aglomeración, que ya
concentraba numerosas actividades, experimentó un importante crecimiento demográfico,
económico y territorial, asociado a la radicación de industrias y a la llegada de grandes
contingentes de migrantes provenientes
de otros lugares del país y de países
limítrofes. Alrededor de 1960, el área
concentraba más de la mitad de los
trabajadores industriales del país.
En las últimas décadas, la mayor región
industrial del país se amplió al Frente
Fluvial Industrial, que se extiende entre las
ciudades de Rosario y La Plata. Allí se
encuentran los principales mercados de
trabajo y de consumo para las industrias.
Además existen numerosas
infraestructuras de transporte que
permiten el fluido desplazamiento de la
producción, tanto para abastecer al resto
del mercado interno nacional como para la
exportación a otros países. Por lo tanto,
esta región presenta grandes ventajas
locacionales para las empresas.
Otras áreas industriales tradicionales son
las grandes áreas urbanas, tales como el
Gran Córdoba, el Gran Mendoza y el Gran
Tucumán. Asimismo hay regiones
industriales relevantes en el centro de
Santa Fe, el este de Córdoba y el centro
de la provincia de Buenos Aires.
Las nuevas inversiones industriales, salvo
que necesiten estar cerca de las fuentes
de materias primas, se localizan
preferentemente donde ya se encuentran
otras empresas, para aprovechar la
existencia de proveedores de insumos y
consumidores. Por este motivo, el
desarrollo industrial es territorialmente
desigual, concentrándose la mayor parte
de las empresas y el empleo en las áreas
mencionadas anteriormente.
En las últimas décadas, los gobiernos han
impulsado la radicación de industrias en áreas de menor desarrollo relativo a través de diversos
regímenes de promoción industrial regional, generando áreas de nueva industrialización.
108
La distribución regional de las actividades industriales
Si bien el desarrollo industrial es en la Argentina territorialmente desigual, en todo el país se
desarrollan variadas actividades industriales.
La principal rama industrial es la producción de alimentos y bebidas, ya que ocupa
aproximadamente a la tercera parte de los obreros industriales del país. Esta actividad se
distribuye por todo el país, debido a que los alimentos se consumen diariamente y su producción
se localiza cerca de los consumidores. En algunas provincias, como Entre Ríos, Jujuy, Tucumán,
Mendoza, La Pampa, Río Negro y Salta, además de atender la demanda local de alimentos, es
significativa la actividad de las agroindustrias, que producen bienes para el resto del mercado
nacional e incluso internacional (por ejemplo, la producción de vino en Mendoza o la de productos
de frutas en Río Negro).
El resto de las ramas industriales presenta una
distribución territorial heterogénea.
109
producción tabacalera. Por otra parte, en Jujuy también es importante la industria siderúrgica
desarrollada en la localidad de Palpalá. En Tucumán, por su parte, también se fabrican papel,
calzados, productos textiles y autopartes, mientras que en la provincia de Santiago del Estero se
destaca la elaboración de hilados y tejidos.
Asimismo, en las provincias de Catamarca y La Rioja, debido a los regímenes de promoción
industrial, se desarrollaron la industria textil y de confecciones y las curtiembres de cuero,
mientras que en La Rioja también es importante la elaboración de productos de papel y de
plástico.
110
EL SECTOR TERCIARIO EN LA ECONOMÍA ARGENTINA
La administración pública
El Estado nacional junto con los Estados provinciales y locales son los encargados de la
administración pública en su conjunto.
Toda sociedad necesita de sistemas burocráticos de organización de la población y de sus
propiedades, de un catastro para organizar la provisión de servicios y el cobro de impuestos, y
sistemas de organización ejecutiva, legislativa y judicial. Estos sistemas administrativos demandan
una gran cantidad de recursos económicos y humanos para garantizar el funcionamiento eficiente
del Estado, y generan muchos puestos de trabajo. Existen provincias de nuestro país que no
poseen una población muy numerosa, y en ellas los cargos públicos creados por el Estado
representan un porcentaje muy alto del mercado de trabajo en relación con los otros sectores de
la economía.
111
Con el correr del tiempo, la falta de control del Estado sobre el funcionamiento de estos servicios
se hizo evidente: la mayoría de los servicios empeoraron y las pérdidas económicas para el
Estado fueron aún mayores, ya que muchas de las privatizaciones eran concesiones, es decir,
que la empresa privada manejaba la compañía y cobraba las tarifas, pero el Estado continuaba
manteniendo la infraestructura. Por ejemplo, se privatizaron los ferrocarriles con el argumento de
que generaban 300.000.000 de dólares de pérdidas al año, pero luego de la privatización se
desmanteló la mayor parte de la red, y cientos de pueblos quedaron desconectados, decenas de
miles de personas perdieron su trabajo, pero el Estado continuaba subsidiando a las empresas
privadas en 300.000.000 de dólares al año.
La falta de competencia, por ejemplo, en los sectores de transporte, energía y comunicaciones,
impidieron que mejoraran los servicios, y frente a la falta de control del Estado, muchas empresas
se dedicaron a acrecentar sus ganancias con los subsidios y a brindar servicios con mínimas
condiciones de funcionamiento e inversión.
112
de bancos y agencias financieras, ya sea por la privatización parcial o total de bancos estatales
como por el ingreso irrestricto de bancos privados extranjeros.
A fines de la década de 1990, en la Argentina había alrededor de catorce bancos estatales y
sesenta bancos privados, y aproximadamente veinte agencias financieras (no bancarias), como
casas de cambio de moneda extranjera. Las ventajas de la integración financiera en el sistema
global tuvo como consecuencia, entre otras cuestiones, que ante una crisis financiera mundial
nuestro país se viera muy vulnerable, como ocurrió en el año 2001, cuando se sucedieron el cierre
de bancos, el famoso “corralito” y la fuga de capitales hacia el exterior. Otra consecuencia
negativa de la desregulación financiera es que la inversión de capitales se oriente a la
especulación financiera en lugar de encauzarse hacia la inversión productiva. Estas acciones
generan, a largo plazo, un crecimiento negativo de las actividades productivas reales y su
consecuente reducción del empleo, ya que la actividad financiera requiere de escasa mano de
obra.
Actualmente, se observan modificaciones en algunas políticas que regulan la actividad financiera,
apuntadas a mejorar el crecimiento de las actividades productivas y a proteger la economía
nacional, para estar en condiciones de paliar los impactos que pueden producir las crisis
mundiales.
113
las áreas productivas primarias con las ciudades-puerto: Buenos Aires y Rosario.
Durante la década de 1940, bajo el modelo de ISI en el que el Estado cumplía un rol protagónico
en la organización de la economía, se expandieron nuevas líneas férreas que respondieron a los
requerimientos del modelo de industrialización.
En 1948, los ferrocarriles fueron estatizados y se alcanzó la mayor expansión de la red ferroviaria.
Luego de 1955, comenzó un período de falta de inversión en el sector, que se profundizó durante
las décadas de 1970 y 1980, bajo las ideas neoliberales que consideraban al ferrocarril como un
gasto económico, sin visualizar los beneficios que generaba para el conjunto del país.
A partir de 1990 comenzó la política deliberada de desmantelamiento de los ferrocarriles. Se
privatizaron compulsivamente todos los ramales y muchos se cerraron por ser considerados “no
rentables”. Los ramales ferroviarios de cargas se redujeron entre los años 1989 y 2000 de 34.000
kilómetros a menos de la mitad, y los servicios de pasajeros fueron cerrados casi en su totalidad.
La destrucción de los ferrocarriles dejó a cientos de pueblos desconectados de las redes de
transporte, y perjudicó profundamente sus actividades económicas regionales, que necesitaban
del ferrocarril para poder insertar sus productos en los grandes mercados de consumo. Durante
los últimos diez años, si bien se han restablecido algunos ramales, la falta de inversión hace de
los ferrocarriles un medio de transporte inseguro y poco eficiente para las necesidades del país.
El transporte aéreo
El transporte aéreo en la Argentina comenzó su expansión a partir de la década de 1940. La
empresa argentina de bandera nacional era Aerolíneas Argentinas, y fue privatizada en 1990.
Los criterios empresariales del grupo económico español que la adquirió y la
Falta de control por parte del Estado durante la década de 1990 llevaron al vaciamiento de la
empresa y a su lamentable decadencia.
Durante este proceso, prácticamente, no se invirtió en mejorar la flota aérea y se cerraron destinos
de cabotaje (entre provincias), que le generaban ganancias sustanciales a la empresa
privatizadora, y muchas regiones quedaron sin ningún tipo de servicio aéreo. Ejemplo de ellos son
las ciudades capitales de Catamarca, La Rioja o La Pampa.
En el año 2008, el Estado nacional recuperó el control de esta empresa y, a partir de entonces, se
ha modernizado la flota aérea y se han incluido destinos que no están dentro de los itinerarios de
las aerolíneas privadas. De todos modos, el sistema de transporte aéreo todavía presenta grandes
deficiencias en cuanto a su servicio.
114
El turismo en nuestro país, una actividad en crecimiento
El turismo es una actividad terciaria que agrupa varios servicios relacionados, como el transporte,
los diversos servicios de hospedaje y las ofertas recreativas naturales y culturales que existen en
nuestro país. Además, genera grandes beneficios económicos para las regiones receptoras.
Actualmente, en la Argentina, el turismo es una actividad que está en pleno crecimiento.
Desde comienzos del siglo XXI, la Argentina protagoniza un fuerte proceso de expansión tanto del
turismo internacional y del turismo interno.
El arribo de turistas desde el exterior se ha expandido desde 2002, especialmente por los bajos
precios internacionales de nuestro país (cambio competitivo), resultado de la devaluación de
nuestra moneda.
Los grandes atractivos turísticos, los bajos costos internacionales y los buenos servicios de
hotelería, gastronomía y recreación determinaron este proceso de gran expansión de la actividad
turística de origen internacional.
En relación con el turismo interno, su crecimiento comenzó a partir de los años:
2004 y 2005 con la recuperación económica y el aumento del poder adquisitivo de la población.
Las mejoras en los servicios de transporte aéreo, en la infraestructura y en la capacidad hotelera
en numerosas zonas turísticas también contribuyeron a la expansión del turismo interno y el
turismo internacional en nuestro país.
Desde el año 2008, ha variado de manera significativa el origen del turismo internacional que
arriba a la Argentina. La fuerte crisis económica internacional que afecta a países europeos,
Estados Unidos y Japón ha disminuido la cantidad de arribo de turistas de esos países, mientras
que los arribos provenientes del resto del mundo se han incrementado.
En la actualidad, el turismo representa una actividad económica que genera altos ingresos
económicos y nuevos puestos de trabajo para el país.
115
116
ESPACIO, POLÍTICA Y PODER
117
La gestión del territorio
Las estrategias políticas, normativas, económicas y sociales diseñadas por el Estado y los
distintos agentes para orientar la gestión del territorio involucran diferentes escalas de
planificación y ejecución: nacional, regional, provincial y local. Además, tienen entre sus objetivos
la integración y el desarrollo de los diversos espacios y de su población.
Desde la formación del Estado argentino, los modelos de desarrollo económico, directa o
indirectamente, han beneficiado a las provincias de la región pampeana, a través de la
concentración de la inversión pública, la infraestructura, la población, las industrias y los servicios;
esto ha generado desigualdades socioterritoriales con el resto del país.
Entre las décadas de 1940 y 1970, la participación del estado en la economía y la producción
potenció el crecimiento de determinadas áreas urbanas industriales del país, mientras que las
economías regionales de las provincias afrontaban dificultades que las relegaban a una situación
de estancamiento y expulsión de la población.
Más recientemente, la gestión de la economía quedó reducida a las reglas del mercado (entre
mediados de los años 1970 y 2002), cuando la puesta en práctica de medidas neoliberales
redujeron el rol del Estado y, por lo tanto, las riquezas, los bienes, los servicios se concentraron en
manos privadas, profundizando aún más las desigualdades sociales y territoriales.
Por lo tanto, la planificación del Estado en sus diferentes escalas resulta imprescindible para
construir condiciones de igualdad, promover el desarrollo de las regiones y de las comunidades
locales y garantizar la sustentabilidad del territorio en el marco de su inclusión en la economía
mundial. Bajo esta lógica, la puesta en marcha del Plan Estratégico Territorial Argentina 2016
plantea la necesidad de intervenir sobre el espacio argentino con políticas que promuevan mayor
equidad social.
118
de vivienda, agropecuaria, etcétera. En algunos casos, se implementaron políticas de intervención
regional o provincial, pero no siempre fueron exitosas por las grandes diferencias
socioeconómicas. A partir de la década de 1970, el Estado disminuyó la intervención territorial,
dejando que el mercado internacional regulara la organización del espacio, provocando graves
desequilibrios socioambientales. Actualmente, se reconoce la importancia de políticas estatales de
gestión que contemplen todas las características geográficas, económicas y culturales propias de
cada territorio. El modelo de gestión debe fortalecer los municipios y las comunidades locales, a
fin de involucrar activamente a la ciudadanía en el diseño y ejecución de las políticas públicas y
sociales, desde abajo hacia arriba.
119
exigencias en materia ambiental. La lógica de las empresas capitalistas que explotan los recursos
de un determinado lugar implica la obtención de máximos beneficios con el menor costo posible,
es decir, ganancias rápidas, sin importar el deterioro que se ocasione en la naturaleza o en las
sociedades que habitan esos territorios. Cuando los Estados no regulan el accionar de esas
empresas mediante leyes y sanciones, existen grandes probabilidades, que se produzca un daño
ambiental irreversible.
En la última década, el Estado nacional ha recobrado su rol de ordenador y precursor de políticas
de preservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales del territorio nacional,
como así también la valorización y protección de aquellos considerados recursos “estratégicos”.
La nueva posición del Estado consiste en poner en práctica medidas tendientes a fortalecer la
producción apoyando la inversión pública y privada, pero atendiendo las necesidades de la
población y el uso racional y sostenible en el tiempo de los recursos.
Aún quedan muchas cuestiones pendientes por resolver al respecto, como el caso de la minería a
cielo abierto, cuya legislación, producida en la década de 1990 y vigente en la actualidad, favorece
la apropiación de los recursos por parte de consorcios transnacionales, que ponen en riesgo el
ambiente y, sobre todo, a las poblaciones que habitan en las zonas de explotación.
El marco jurídico del Estado nacional y las respectivas constituciones provinciales, junto a las
instituciones de gobierno, deben, mediante las leyes sancionadas, promover la satisfacción de las
necesidades materiales y simbólicas de la población en su conjunto, atendiendo entre otras
prioridades, a la preservación, el uso y la explotación de los recursos naturales del territorio de
una manera sostenible a través del tiempo, con el fin de no poner en riesgo y desigualdad a las
generaciones futuras.
La política del Estado argentino en materia territorial debe contemplar el incentivo a la inversión de
capitales privados, pero a la vez, debe velar por los intereses de todos los habitantes del país,
asegurando la soberanía y el control de los recursos nacionales del territorio.
El 27 de abril de 2011, la presidenta Cristina Fernández envió al Congreso de la Nación la Ley de
Protección al dominio nacional sobre la propiedad, posesión o tenencia de las tierras rurales, para
su tratamiento y posterior sanción. Esta ley está destinada a regular la situación, dominio o
posesión del territorio cuyos propietarios sean personas o empresas extranjeras.
La ley apunta a aquellas tierras destinadas a usos rurales, como la producción agropecuaria, la
explotación forestal, actividades; y sus consideraciones más importantes son:
Artículo 7°: Se establece en el veinte por ciento (20%) el límite a toda dad de dominio de
tierras rurales en el territorio nacional.
Artículo 9°: Las tierras rurales de un mismo titular extranjero no podrán superar las mil
hectáreas (1.000 ha), cualquiera sea su lugar de ubicación, y su cómputo se determinará
por la Autoridad de Aplicación sobre la totalidad de las tierras rurales de dicho titular en el
territorio nacional, atendiendo, mismo, a los siguientes parámetros complementarios: a) la
localización de las tierras rurales y su proporción respecto del Municipio, Departamento y
Provincia que integren. b) la capacidad y calidad de las tierras rurales para su uso y
explotación. c) la situación de titularidad del dominio de otras tierras rurales del pretenso
adquirente.
Artículo 10°: No se entenderá como inversión la adquisición de tierras rurales, por tratarse
de un recurso no renovable que aporta el país que recibe la inversión.
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agrarias no tuvieron eco, debido a la concentración de grandes extensiones del suelo en manos
de un pequeño número de familias terratenientes y sus redes con el poder político.
El aire
La capa gaseosa que envuelve la Tierra, la atmósfera, provee recursos de vital importancia para la
vida de las personas y demás seres vivos.
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El aire atmosférico contiene el oxígeno que respiramos, un bien que compartimos todos los seres
humanos. Nadie puede delimitar ni apropiarse del aire. Pero aunque es de uso libre, conservarlo
limpio y puro demanda la responsabilidad de todos. Diversas formas de contaminación (esmog
urbano, emisión de gases tóxicos, etc.) atentan contra este bien común y derivan en
problemáticas locales, regionales y mundiales. Entre estas últimas se destaca la contaminación
por la excesiva emisión de gases, especialmente el dióxido de carbono, que muchos especialistas
consideran causante del cambio climático global.
La atmósfera es además un medio para la circulación del transporte aéreo. La Argentina cuenta
un extenso espacio aéreo sobre el que ejerce control.
Existen sectores del espacio aéreo que no pertenecen a ningún país, sobre los que hay acuerdo
internacional para que los vuelos se realicen sin que medie, control de algún Estado.
Pero el espacio aéreo ubicado por encima del territorio estatal (que puede incluir un sector
marítimo adyacente al continental) es soberanía exclusiva y absoluta de cada país y, para circular
por él, las aeronaves deben comunicarse con la torre de control que le corresponde a su zona de
vuelo y solicitar los permisos correspondientes. Cada país se responsabiliza, a su vez, por el
servicio de información y el control de los vuelos realizados en su espacio aéreo.
Reglamentaciones emanadas de organismos internacionales legislan el tráfico aéreo, como el
Convenio sobre Aviación Civil Internacional firmado en el marco de las Naciones Unidas en 1944.
En el espacio exterior o ultraterrestre existen regulaciones relativas a las actividades espaciales.
Según el derecho internacional, cualquier Estado tiene libre acceso al espacio exterior o
“ultraterrestre” y a la exploración de la Luna y otros objetos celestes, pero ninguno de ellos puede
apropiarse ni reclamar su soberanía con el pretexto de haber adquirido derechos, por ejemplo, por
primera ocupación o uso continuado.
El suelo
Las personas nos desplazamos y construimos los edificios donde habitamos y trabajamos sobre el
suelo, que forma parte de los continentes. Toda persona tiene derecho y necesidad de un sitio
donde habitar, y algunas pueden acceder a una porción de tierra para cultivar o realizar alguna
otra actividad económica. Sin embargo, al hablar del suelo como un bien común entra en
discusión el tema de la propiedad privada. Muchos de los conflictos de intereses que se viven en
la Argentina de hoy, y que se repiten en otras partes del mundo, se relacionan con las formas de
apropiación de los recursos naturales del suelo y del subsuelo (tierras fértiles para cultivar,
bosques, minerales, yacimientos de hidrocarburos, etc.) y los intereses contrapuestos que
defienden los distintos actores sociales involucrados en esta práctica: el Estado, las empresas
privadas que explotan los recursos, los usuarios, los movimientos sociales campesinos e
indígenas, las organizaciones no gubernamentales –ONG-, etcétera.
El agua
Esta se obtiene principalmente de ríos yaguas subterráneas que son de uso libre, como es el caso
del Río de la Plata. El proceso privatizador de la década del noventa transfirió a empresas
privadas varias empresas estatales encargadas de la extracción de agua, de su transformación en
agua potable y distribución.
El acceso al agua potable es un derecho humano universal, imprescindible para satisfacer
necesidades básicas. La distribución natural del agua en el planeta no es homogénea, ya que
existen zonas más húmedas y más secas. Nuestro país presenta esta dualidad: el oeste y el sur
son áridos, mientras que el este es húmedo. Pero inclusive en las zonas con mayor volumen de
recursos hídricos puede haber población que no tiene el acceso necesario a fuentes de agua
potable porque, por ejemplo, o hay infraestructura para distribuir el agua o la población no tiene
recursos económicos para pagar el servicio.
En cuanto a la circulación por aguas oceánicas y continentales, la Argentina tiene costas sobre el
mar, y por eso forma parte de su territorio un sector adyacente del océano, llamado mar territorial.
Esto es reconocido internacionalmente: en el marco de la Organización de las Naciones Unidas se
estableció una serie de normas que reglamentan los derechos del mar. Por ejemplo, los países
con litoral marítimo ejercen soberanía sobre sus mares territoriales, que abarcan 12 millas marinas
desde la costa (poco más de 19 km). A su vez, en el Mar
patrimonial o Zona Económica Exclusiva (ZEE), que se extiende hasta 200 millas marinas de la
costa (alrededor de 320 km), el país acepta la libre navegación pero se reserva el derecho de
exploración, explotación, conservación y administración de los recursos naturales de las aguas,
122
del lecho y del subsuelo. Más allá de estos sectores se extienden las “aguas internacionales” de
libre navegación. No obstante, existen normas de carácter internacional para regular su uso.
En cuanto a las aguas continentales, estas suelen formar parte de cuencas hídricas que, en
general, son compartidas entre varias naciones. Un ejemplo es la principal cuenca hídrica
argentina, la Cuenca del Plata, conformada por una gran variedad de recursos hídricos (ríos,
aguas subterráneas, lagos, lagunas) que son además una importante vía de comunicación en la
región. El uso de los recursos de una cuenca hídrica puede generar diversos conflictos tanto
dentro de un país, entre distintas jurisdicciones, como entre países. Un ejemplo de conflicto se
puede suscitar porque en un tramo del río y desde una ribera se descargan sustancias
contaminantes que afectan a la población y a las actividades situadas en ambas márgenes. Otros
problemas surgen cuando las actividades desarrolladas en el curso superior de una cuenca
afectan o condicionan su uso en el curso inferior (aguas abajo). Es el caso de los embalses
construidos en las provincias de Mendoza y San Juan, que retienen las aguas del río Atuel en sus
territorios, y de este modo afectan la llegada del caudal a la provincia de La Pampa.
El 71% de la superficie de la Tierra está cubierta por agua. El agua de los océanos, salada y no
apta para el consumo humano, representa el 97% del total de agua disponible. El agua en estado
sólido, que se encuentra congelada en glaciares y casquetes polares, representa el 2% del total.
El 1% restante se divide entre el agua subterránea, que forma los acuíferos, en la humedad que
se encuentra en el suelo y en el agua superficial que forma los ríos, los lagos y las lagunas. Esto
significa que la cantidad de agua potable disponible en la actualidad y de relativo fácil acceso es
muy limitada. En muchos lugares del mundo, y en una buena parte del territorio de nuestro país, la
obtención del agua potable representa un grave problema. Esta situación produce consecuencias
negativas para la producción y para la salud de las personas. El agua dulce es considerada un
recurso natural renovable, debido a que se regenera a partir de las precipitaciones y de la
evaporación del agua de los océanos. Sin embargo, la demanda para usos productivos y para
consumo domiciliario -muchas veces de forma irracional- ha aumentado considerablemente en las
últimas décadas y ha contribuido a provocar su escasez.
En nuestro país, gracias a la variedad de climas y relieves, existen diversos sistemas de drenaje.
Así, mientras que existen zonas húmedas y con gran cantidad de cursos permanentes y espejos
de agua, también encontramos zonas extremadamente áridas en las que los recursos hídricos son
limitados.
Es un recurso indispensable para la vida humana y, por lo tanto, es considerado un bien común, al
cual todos los habitantes del planeta deben tener acceso. Cuando el uso del agua está regulado
por el Estado, el agua adquiere el carácter de un bien público. Sin embargo, por su gran
importancia para las actividades productivas, el agua puede ser apropiada por particulares para su
uso y comercialización; por lo tanto, también puede ser considerada un bien económico.
En las últimas décadas del siglo XX, el liberalismo económico instaló la idea de que el agua es un
bien y puede ser intercambiado en el mercado. Los grandes organismos de crédito internacional,
como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
sumados a las empresas multinacionales que explotan este recurso, promovieron el concepto de
escasez y uso ineficiente del agua, para impulsar una gestión enfocada en las necesidades del
mercado. De acuerdo con esos lineamientos, muchos países periféricos privatizaron los servicios
públicos de provisión de agua, como la Argentina, que concesionó Obras Sanitarias de la Nación
(OSN) a comienzos de la década de 1990.
123
Mientras durara la concesión, la empresa debía invertir parte de sus ganancias en mejorar y
extender las redes de servicios. Además debían, captar y potabilizar el agua, transportarla y
distribuirla, y hacer la recolección, el tratamiento y la disposición de los desechos cloacales. A
mediados del año 2000, la empresa solo había invertido la mitad de lo prometido y las tarifas
habían aumentado un 45%. Estas irregularidades e incumplimientos llevaron a que la empresa
vuelva a ser una empresa del Estado, llamada Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA).
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La importancia del agua subterránea
El agua subterránea es uno de los reservorios más importantes de este recurso a nivel mundial.
Se calcula que la cantidad de agua almacenada naturalmente debajo de la superficie es treinta
veces mayor que toda el agua superficial de ríos, lagos y lagunas del planeta.
Los reservorios subterráneos se forman por la acumulación de agua dulce, proveniente de las
lluvias, que se infiltra por los poros del suelo formando acuíferos. Estos acuíferos no son lagos o
ríos subterráneos, sino que el agua se encuentra contenida entre los poros que conforman el
suelo, de manera similar a como se encuentra la arena mojada en las costas cerca del mar.
Algunos acuíferos, principalmente aquellos que están en zonas más húmedas y lluviosas, se
ubican a poca profundidad, por lo que la extracción del agua es menos dificultosa y menos
costosa. Otros se encuentran a gran profundidad, y su explotación es más difícil.
En muchas ciudades del mundo las personas obtienen agua potable de los acuíferos. En algunas
zonas de la Argentina es común encontrar viviendas que tienen agua de pozo, es decir, agua de
los acuíferos que se extrae hacia la superficie a través de un sistema de cañerías y de bombeo.
En la actualidad, los reservorios de agua subterránea que se encuentran en los acuíferos son un
bien muy preciado mundialmente, debido a que, además de que almacenan grandes volúmenes
de agua potable, los niveles de contaminación que presentan respecto del agua superficial son
muy inferiores. A pesar de eso, los basurales y rellenos sanitarios de las grandes ciudades, y los
químicos tóxicos presentes en los fertilizantes, herbicidas y plaguicidas que se usan en la
agricultura suelen contaminar seriamente también estas aguas.
125
LA ARGENTINA EN EL MUNDO DE HOY
El proceso de globalización
Desde la década de 1970 se vienen produciendo grandes transformaciones sociales, económicas,
territoriales, políticas, culturales y tecnológicas, en el marco del proceso de reestructuración del
sistema capitalista mundial. En este contexto, el mundo ha alcanzado un alto nivel de
globalización.
La globalización resume un conjunto de procesos que se desarrollan a escala planetaria de
manera simultánea y que involucran una mayor interrelación entre los lugares y las personas.
Para dar cuenta de este fenómeno se han utilizado diversos términos: aldea global, sistema
global, sociedad global, economía global.
La globalización se expresa en el aumento a escala planetaria de los flujos de personas, de
dinero, de información y de conocimiento. Sin embargo, la globalización no llega a todos los
lugares y personas del mundo de la misma forma. Hay territorios y grupos sociales que están
incluidos y otros son excluidos de este proceso.
La deslocalización de la producción
A partir de la década de 1970, algunas etapas de
los procesos productivos se trasladaron de los
países desarrollados hacia países en desarrollo,
especialmente el sudeste asiático, aprovechando
la existencia de mano de obra barata y regulaciones
laborales y ambientales flexibles. A su vez, esta
deslocalización de la producción industrial ha sido
posible por el desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), que
126
permiten articular las actividades que forman parte del proceso productivo y que son realizadas en
diversos lugares del mundo. De esta manera, las grandes corporaciones actúan a escala global,
definiendo sus inversiones en función de las ventajas locacionales que ofrece cada país, región o
ciudad.
127
hipermercados, grandes centros de compras, hoteles de alta categoría y otros espacios
destinados al ocio y el entretenimiento, como los complejos multicines. Estos emprendimientos
contaron con una fuerte participación de capitales extranjeros.
En el caso de la actividad inmobiliaria destinada a usos residenciales, en la década de 1990
también aparecieron o bien se consolidaron nuevas formas de ocupación residencial vinculadas
con procesos de suburbanización (countries, barrios privados, etc.).
128
nuevas maneras de enfocar el comercio mundial, entre otros. En el año 2011, Sudáfrica se unió a
este conjunto de países, dando forma al BRICS.
129
organismo. Por ejemplo, el terrorismo, las armas biológicas y químicas, la propagación de armas
nucleares, la degradación del ambiente y las pandemias.
Recientemente, muchos países, entre ellos la Argentina, han expresado la necesidad de una
reforma del organismo. Varios miembros aspiran a que juegue un rol más efectivo en los asuntos
mundiales, mientras que otros desean que su actuación se limite a la labor humanitaria. Asimismo,
los países emergentes reclaman una mayor participación en sus órganos, y en particular, piden la
aplicación del Consejo de Seguridad para reflejar la situación geopolítica actual, es decir, incluir
más miembros de Asia, África y América latina.
Nuestro país fue elegido ocho veces para ocupar un lugar como miembro no permanente en el
Consejo de Seguridad. Asimismo, ha reclamado en reiteradas ocasiones ante la ONU la
descolonización de las Islas Malvinas por parte del gobierno del Reino Unido. Por último, cabe
destacar la presencia argentina en numerosas misiones de paz de la ONU en diversos lugares del
mundo; por ejemplo, el Líbano (1958) Yugoslavia (1992-1995), Haití (1997) y Costa de Marfil
(2006), entre otras.
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• Mercado Común: además de liberar el comercio y de adoptar un arancel externo común, tiene
como objetivo ampliar la integración a los mercados de capital trabajo, es decir, fomentar la libre
movilidad de mercancías, servicios, capitales y personas en un nuevo espacio económico común.
Esta forma de integración requiere la creación de organismos de carácter supranacional para la
formulación de económicas comunes. Ejemplo: Unión Europea (UE) en el periodo 1993-2002.
• Unión Económica y Monetaria: es el máximo nivel de integración. A las características de un
mercado común se agrega la unificación de las políticas económicas (fiscal y monetaria). Los
Estados participantes ceden su soberanía económica a una entidad económica supranacional. La
UE, con la entrada en vigencia de una moneda única (Euro) en el año 2002, es actualmente el
único ejemplo de unión económica y monetaria del mundo.
El Mercosur
El Mercado Común del Sur (Mercosur) es un bloque regional de América del Sur, creado mediante
la firma del Tratado de Asunción, el 26 de marzo de 1991. Sus miembros fundadores son las
repúblicas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. A su vez, otro conjunto de Estados
participan como Estados asociados: Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y el Perú. En julio de 2012,
Venezuela se incorporó al bloque como miembro pleno, aunque todavía no ejerce los mismos
derechos que los cuatro Estados originarios.
Este tipo de integración fue pensado como un instrumento que impulsara tres procesos
políticamente prioritarios a escala regional: la consolidación de la democracia, la transformación
de las estructuras económicas existentes y el proceso de apertura de las economías vinculado
con el logro de su inserción en el mercado mundial.
El objetivo del Mercosur es la libre circulación de bienes y servicios mediante la eliminación de
derechos aduaneros y otras barreras no arancelarias. Hasta el momento, el bloque es una unión
aduanera imperfecta, porque únicamente se liberalizó el comercio intrazona, aunque aún se
mantienen algunas excepciones, y se estableció un arancel externo común, aunque no para todos
los productos. Por ejemplo, el sector azucarero presenta altos aranceles intrazona y extrazona, y
los países mantienen numerosos productos exceptuados del arancel externo común (juguetes,
textiles y confecciones, bienes de capital, entre otros).
En términos económicos, el Mercosur es actualmente el cuarto bloque comercial del mundo, y
este posicionamiento ha contribuido a modificar el interés estratégico global por América del Sur.
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La Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR)
La Unión de Naciones Sudamericanas es un ambicioso proyecto de integración continental
económica, política y social iniciado en 2008, en la ciudad de Brasilia, donde se firmó el tratado
que le dio origen. Forman parte de la unión: la Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador,
Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Entre sus objetivos, la UNASUR procura "construir una identidad y una ciudadanía
sudamericanas, y desarrollar un espacio regional integrado en el dominio político, económico,
social, cultural, del medio ambiente y de infraestructuras", de acuerdo con lo explicitado en el
tratado fundacional. Con el tiempo, tiene la pretensión de alcanzar un grado de integración
equivalente a la Unión Europea.
Desde el punto de vista de la política exterior, esta unión surge para asegurar una posición propia
de la región en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en la Organización Mundial de
Comercio (OMC), entre otras, y para constituirse en un bloque regional con presencia mundial.
Este bloque regional también fortalece el proceso de integración regional del conjunto de los
países latinoamericanos durante los últimos años.
Otra cuestión que la UNASUR considera relevante es la posibilidad de avanzar en el desarrollo
sostenible y en el bienestar de los pueblos, y se ha fijado como meta contribuir a resolver los
problemas que afectan a la región, como la pobreza, la exclusión y la desigualdad social.
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