Publicacion Meningococo
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MENINGOCÓCICA
EN LA
ADOLESCENCIA
ENFERMEDAD MENINGOCÓCICA
EN LA ADOLESCENCIA
Documento de expertos
13 de octubre de 2021
Coordinadores
Dr. Roberto Debbag (Argentina)
Expertos invitados
Dra. Adriana Efron (Argentina)
2
Contenido
Introducción............................................................................................................................................................................ 3
Situación epidemiológica............................................................................................................................................. 3
Coberturas vacunales
(Dr Juan Pablo Torres)........................................................................................................................................................ 17
Discusión................................................................................................................................................................................... 19
Recomendaciones.............................................................................................................................................................. 19
3
Introducción
Neisseria meningitidis (Nm) es un diplococo gram negativo, presenta una cápsula de polisa-
cáridos y una membrana externa con proteínas estructurales.
La enfermedad meningocócica invasiva (EMI) se caracteriza por ser de difícil diagnóstico por-
que se asemeja a otras infecciones virales comunes, tener una evolución muy rápida (puede
causar la muerte en 24-48 hs), tener una alta tasa de mortalidad (50% sin tratamiento, 8-15%
con tratamiento) y dejar secuelas significativas en 10-20% de los que sobreviven. La mayoría de
los casos ocurren en personas previamente sanas, algunos factores de riesgo incluyen el taba-
quismo, el consumo de alcohol, el contacto estrecho con un caso, el hacinamiento y los viajes a
zonas hiperendémicas o con epidemias.
Situación epidemiológica
En América Latina, solo 4 países han introducido vacunas antimeningocócicas de forma siste-
mática en sus Calendarios Nacionales de Inmunización (CNI): Cuba, Brasil, Chile y Argentina.
Uruguay notificó 5 aislamientos (todos B) en 2020, lo que representa una disminución del 70%.
En Argentina, las tasas de incidencia de EMI disminuyeron a partir del 2015, antes de la incor-
poración de la vacuna ACWY conjugada (ACWYc) en el PNI en 2017. MenB y MenW son los sero-
grupos predominantes en Argentina, siendo que en 2018 MenB fue el serogrupo predominante
en lactantes y MenW predominante en adolescentes. La incidencia más alta fue en lactantes
(0.2/100.000 en 2018), no se han documentado picos en adolescentes ni adultos. En 2020, se no-
tificaron solo 17 aislamientos de meningococo (70% B, 17% W) contra una media de 76 aislados
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en el período entre 2014-2019, sin cambios de distribución de serogrupos.
La incidencia en Colombia fue de 0.22/100.000 habitantes en 2019, con las tasas más altas re-
portadas en lactantes <1 año. Actualmente, el serogrupo C es el más prevalente (reemplazó al
B a partir de 2015). En la región de Cartagena se ha identificado predominio del serogrupo B.
México notificó tasas de incidencia muy bajas de enfermedad meningocócica. Entre 2008 y
2019 apenas 401 casos fueron reportados, con una media de 33 casos al año, predominante-
mente en populaciones pediátricas, con prevalencia del meningococo C (responsable por 73%
de los casos identificados en este período) .
Bibliografía
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5
Situación actual de la vigilancia de
enfermedad meningocócica
(Dr. Wilfrido Coronel)
Es importante no sólo tener una vigilancia por país sino mantener una vigilancia regional. En
América Latina hay una red de vigilancia regional pasiva (SIREVA II) donde los casos se notifi-
can como meningitis, sepsis, meningitis + sepsis u otros, pero no se especifican otras presenta-
ciones clínicas (neumonía, artritis, endocarditis, epiglotitis, manifestaciones gastrointestinales).
No todos los países de la región notifican de manera obligatoria la EMI, y no se hace la fenoti-
pificación, genotipificación y perfil de susceptibilidad de las cepas en todos los casos debido a
la escasez de recursos.
Este sistema de vigilancia pasivo, ya sea nacional o regional (SIREVA II), ha permitido conocer
en parte el comportamiento cambiante de esta patología. En la región Norte de América son
prevalentes los serogrupos B, C e Y, en la región de Centroamérica predomina el serogrupo C,
en la región Andina (Colombia, Ecuador) predominan los serogrupos B y C y en el Cono Sur
(Argentina, Chile) el B y W.
Sin embargo, el sistema de vigilancia difiere en el mundo y todas las regiones tienen que avan-
zar en ello, ya que el objetivo no solo es conocer la circulación o distribución de los serogrupos
de meningococo geográficamente, sino determinar y conocer la circulación de complejos clo-
nales que pueden estar asociados a comportamientos de la EMI más agresiva, atípica y asocia-
da a mayor morbi-mortalidad. El complejo clonal ST-11 asociado a los serogrupos W y C es una
variante de preocupación actual.
Existen retos para enfrentar la EMI en el mundo, uno de ellos es el subdiagnóstico. Muchos países
de medianos y bajos ingresos económicos no han incorporado métodos diagnósticos molecula-
res (PCR) para mejorar la detección y así incrementar el diagnóstico. Otro de los retos es vigilar y
determinar las diferentes expresiones de proteínas de superficies del serogrupo B, que es el más
prevalente en el mundo, el más relacionado con la generación de brotes, y contra el cual no existen
vacunas conjugadas. Es además necesario poder determinar el efecto de las vacunas recombinan-
tes contra el meningococo B sobre la portación nasofaríngea, así como también el efecto rebaño.
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cual es necesario modernizar tanto a nivel local, nacional, regional y mundial, y así, poder te-
ner datos confiables que nos sirvan para la toma de decisiones. Este sistema de vigilancia y de
generación de datos sobre la EMI, ideal que sea en tiempo real, sistemático y sobre una base
poblacional.
Bibliografía
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7
Papel del adolescente en la transmisión y diseminación
de la enfermedad. Portación en la adolescencia
(Dra. Ángela Gentile)
En Argentina se observa una disminución en el número de casos de EMI desde el año 2015.
En 2019 se notificaron 97 casos (tasa de incidencia 0.2/100.000 habitantes) principalmente en
niños menores de 5 años y la mayoría en menores de 1 año.2 El serogrupo más prevalente fue
el B en 2019 (50%), seguido por el W (29%) y el C (14%). La distribución de serogrupos varía por
edad, W+C representan el 19% de los aislamientos en los menores de 1 año, y el 57% en los niños
mayores y los adolescentes (10-19 años).
La vacunación reduce las tasas de portación, en el RU la vacunación con MenC redujo significa-
tivamente la portación del serogrupo C.
Bibliografía
8
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9
Rol del laboratorio en la definición
de las coberturas vacunales
(Bioq. Adriana Efron)
Se han desarrollado métodos de laboratorio para medir la protección inducida por las vacunas
contra MenB que complementan al poder bactericida del suero. Éstos son: MATS (Meningo-
coccalAntigenTypingSystem), MEASURE (Meningococcal Antigen Surface Expression Assay),
gMATS (geneTicMATS), y MenDeVar (MeningococcalDeducedVaccineAntigenReactivity).2, 3
MATS y gMATS se utilizan para evaluar cobertura de 4CMenB, MEASURE para MenB-FHbp y
MenDeVar para ambas vacunas.
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El porcentaje de cobertura predicho por MATS y gMATS en varios países del mundo varió del
60% a 90%.
Los cambios temporales en la prevalencia de las variantes de los antígenos de la vacuna pue-
den tener un impacto en la cobertura de cepas de MenB. En Brasil el predominio de fHbp subB
/ var1 disminuyó entre 2004 (86,7%) y 2016-2018 (31,7%) debido a la circulación de los complejos
clonales ST-461, ST-35 y ST-213, que predominantemente albergan fHbp subA / var2–3. Recien-
temente, una disminución en la cobertura potencial prevista de cepas de MenB por la vacuna
4CMenB se observó en Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte, Norte de España y Países Bajos.
Aunque con limitaciones, estos métodos pueden complementar el ensayo bactericida del sue-
ro proporcionando predicciones de protección a gran escala y reproducibles. Sin embargo de-
berían ser reevaluados periódicamente.
Bibliografía
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Vacunas disponibles: ¿cuáles son las mejores
estrategias para la prevención de la enfermedad
meningocócica?
(Dr Rodolfo Villena)
Existen diferentes tipos de vacunas meningocócicas, según las estructuras bacterianas utilizadas:
• Polisacáridos capsulares
Las vacunas polisacáridas tienen buena inmunogenicidad en adultos jóvenes, pero son poco
inmunogénicas en los <2 años, no contienen adyuvantes, existen en formulaciones mono, bi o
tetravalentes para A, C, AC y ACWY, no hay una formulación para el serogrupo B, no inducen
memoria inmunológica ni inmunidad cruzada y no erradican la portación nasofaríngea (Tabla 1).
Memoria Inmune X
Las vacunas polisacáridas conjugadas se combinan de manera particular con diferentes pro-
teínas transportadoras, como el toxoide diftérico (DT), toxoide diftérico mutante (CRM197) o el
toxoide tetánico (TT). Se pueden administrar en menores de 1 año, no contienen adyuvantes,
previenen la adquisición de portación nasofaríngea e inducen una protección de aproximada-
mente 5 a 10 años, dependiendo de la proteína a la cuál se conjuguen. Los adolescentes que re-
cibieron una primo vacunación en la infancia con MenC conjugada tienen una mejor respuesta
al refuerzo con MenACWY-TT2, en comparación con aquellos no vacunados previamente. No
existen datos de intercambiabilidad disponibles hasta el momento para todas las formulacio-
nes de vacunas disponibles, por lo que se recomienda completar los esquemas primarios en
lactantes con una vacuna del mismo fabricante. Los refuerzos en >2 años se pueden dar inde-
pendientemente de la vacuna aplicada anteriormente (Tabla 2).
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Tabla 2. Características comparativas de las vacunas meningocócicas conjugadas tetravalentes contra
serogrupos A, C, W e Y, según el tipo de proteína de conjugación, aprobadas en Latinoamérica
DT: toxoide diftérico; CRM197: toxoide de mutante diftérico; TT: toxoide tetánico; NA: no aplica; ± Dosis Vacuna conjuga-
da con TT de 10 mg de antígeno por serogrupo
# Revisar según agencias regulatorias de cada país; * Esquema desde los 9 meses de edad; § Se recomienda diferir la
administración de PCV 13 por al menos 4 semanas, ya que podría interferir en la inmunogenicidad de algunos serotipos
neumocócicos, cuyo significado clínico se desconoce
DTPa: vacuna combinada de difteria, tétanos y Pertussis acelular; VHA: virus hepatitis A; SRP: sarampión, rubeóla, paro-
tiditis; SRPV: sarampión, rubeóla, parotiditis, varicela; FT: vacuna de polisacárido capsular Vi de Salmonella Typhi; PCV
13: vacuna neumocócica conjugada 13 valente; PCV 7: vacuna neumocócica conjugada 7 valente; RV5: vacuna rotavirus
pentavalente; Hexavalente: vacuna combinada polio inactivada serotipos 1,2 y 3, difteria, tétanos, Pertussis acelular,
Haemophilus influenzae tipo b y hepatitis B; FA: fiebre amarilla; EJ: vacuna contra la encefalitis japonesa; 4CMenB: va-
cuna recombinante de 4 componentes de proteínas de membrana externa contra el serogrupo B; dTPa: vacuna com-
binada de difteria de dosis reducida, tétanos y Pertussis acelular; HPV4: vacuna contra el virus del papiloma humano
de 4 serotipos; PCV 10: vacuna neumocócica conjugada 10 valente; HPV2: vacuna contra el virus del papiloma humano
de 2 serotipos.
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mundo. En adolescentes, la persistencia de anticuerpos aún está en evaluación, variando entre
4 a 8 años, dependiendo de la proteína evaluada, disponiéndose de un mayor seguimiento
para 4CMenB que para FHbp. Ambas vacunas inducen anticuerpos bactericidas y protección
cruzada contra otros serogrupos como los C, W, Y y X, y la 4CMenB también induce protección
contra Neisseria gonorrhoeae.3,4, sin embargo, no previenen la portación nasofaríngea de Nm.
Las OMS recomienda realizar campañas de vacunación masivas e introducir las vacunas en
el calendario nacional de inmunización cuando la incidencia de la enfermedad en el país es
intermedia (2 a 10/100000 habitantes) o alta (> 10/100000). Cuando la incidencia es baja, la re-
comendación es vacunar a los grupos de riesgo. Los adolescentes tienen tasas de portación
nasofaríngea más altas que el resto de la población y transmiten la enfermedad a lactantes y
adultos mayores. Las estrategias de vacunación que incluyen lactantes y adolescentes son las
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más efectivas para prevenir la enfermedad y disminuir el número de casos. Por ejemplo, en el
RU, la combinación de la 4CMenB en lactantes y MenACWYc en adolescentes ha sido la estra-
tegia más efectiva.5 En América Latina, Argentina vacuna a lactantes (3, 5-15 meses) y adoles-
centes (11 años) con la MenACWY; Brasil con la MenC en lactantes (3, 5-12 meses) y la MenACWY
en adolescentes (11-12 años); mientras que Chile indica la vacuna MenACWY a los lactantes al
año de vida (Tabla 4).
Los grupos de riesgo que tienen indicación de vacunas antimeningocócicas son los pacientes
con enfermedades oncológicas, con trasplante de órgano sólido, con trasplante de progenito-
res hematopoyéticos, los IDP, los VIH y los asplénicos.
Bibliografía
15
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16
Coberturas vacunales
(Dr Juan Pablo Torres)
Uno de los factores más relevantes para que una vacuna incorporada al CNI tenga impacto en
la protección contra la enfermedad para la cual previene, es que exista una adecuada cobertu-
ra vacunal en la población que la recibe.
En América del Sur, la incorporación de vacunas meningocócicas al CNI ocurrió el año 2010 en
Brasil con vacuna MenC en lactantes (3, 5 y 12-15 meses de edad), posteriormente el 2017 con
incorporación de vacuna MenC en adolescentes y desde el año 2020 con vacuna ACWYc en
adolescentes de 11-12 años. En Chile, luego del brote epidémico causado por el serogrupo W
en los años 2011-20121, se inició una campaña de vacunación a niños de 9 meses a 4 años con
vacuna ACWYc y desde el año 2014, se incorpora esta misma vacuna, en 1 dosis al año de vida
al CNI. En Argentina, el año 2017 se introduce la vacuna ACWYc en lactantes (3,5 y 15 meses) y
adolescentes (11 años).2
Las coberturas vacunales observadas en estos países son variables y disminuyeron en todos
ellos desde el comienzo de la pandemia del COVID-19 en el año 2020. En Brasil, se reportan co-
berturas en lactantes menores de 1 año para la vacuna MenC de 91% en 2016, 87% el 2017, 88%
el 2018, 86% el 2019 y una caída a un 77% en 2020. Una situación similar ocurre con la cobertura
en niños mayores de 1 año, en que la cobertura reportadas el año 2016 de 93% cae a un 75% el
año 2020. En adolescentes de 11 a 14 años, la cobertura vacunal para la vacuna MenC entre 2017
y 2019 fue de un sólo 41% (cabe mencionar que podría existir un sesgo en esta cifra, ya que se
cambió el sistema de registro administrativo a un sistema digital, por lo cual puede existir un
sub-registro).3
En Chile, se reportan coberturas para la vacuna ACWYc en lactantes de 1 año de 96% en 2016,
97% el 2017, 97% el 2018, 97% el 2019 y una caída a un 87% en 20204. Mientras tanto, en Argen-
tina, las coberturas vacunales para vacuna ACWYc en los años 2017, 2018 y 2019 fueron de 77%,
77% y 74% para la primera dosis, 55%, 66 y 66% para la segunda dosis, menos de 50% para la
dosis de refuerzo y cifras de 47%, 38% y 24% en adolescentes, respectivamente.5
En conclusión, se observa que pocos países en Latinoamérica han incluído la vacuna menin-
gocócica en sus CNI. Junto a esto, la pandemia del COVID-19 se ha asociado a caídas en las
coberturas vacunales, con una menor cantidad temporal de casos de EMI, lo cual puede crear
una menor percepción de esta enfermedad, siendo un escenario propicio para la ocurrencia de
potenciales brotes. Debemos estar atentos al desafío de ampliar la vacunación meningocócica
a más países de la región, con coberturas adecuadas y considerando la vacunación de diferen-
tes grupos etarios.
Bibliografía
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17
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Discusión
A la fecha, son pocos los países de la región que incorporaron vacunas meningocócicas en los
calendarios nacionales de inmunizaciones (CNI). Durante la pandemia de la COVID-19, la vigi-
lancia de la enfermedad meningocócica y de sus secuelas disminuyó considerablemente. Es
importante recuperar y reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica, en cada país y en la
región, para conocer la situación local.
Por otro lado, las bajas tasas de cobertura y el retraso en los esquemas son motivo de preocu-
pación. Para mejorar las coberturas, en Brasil por ejemplo, se suprimió la recomendación de un
intervalo entre la administración de la ACWYc y la vacuna COVID en adolescentes, actualmente
ambas se co-administran.
Una estrategia para proteger a las personas más vulnerables es incorporar las vacunas en el CNI
para los grupos de riesgo. En Argentina, la vacuna 4CMenB se administra a individuos con facto-
res de riesgo y al personal de los servicios de bacteriología. Para mejorar el conocimiento de la
carga de la enfermedad meningocócica se debería apuntar a implementar un sistema de vigi-
lancia unificado regional que permita unificar la metodología de notificación y las definiciones.
Recomendaciones
1. Realizar una vigilancia epidemiológica activa que integre los casos clínicos con la informa-
ción de laboratorio. Los nuevos métodos moleculares de diagnóstico pueden contribuir al
manejo de los pacientes y a las iniciativas integradoras de vigilancia en los centros centine-
las. Antes de la pandemia se observaba una tendencia a la disminución en la incidencia de
la EMI, incluso en países sin programas de vacunación. A nivel regional, hay una gran hete-
rogeneidad en la notificación de casos, solo se informan los casos de meningitis y sepsis, y
no se notifican otras presentaciones clínicas (artritis, neumonía, gastrointestinal), lo cual es
fundamental para la sospecha precoz de la enfermedad y el adecuado manejo de la misma.
2. Mejorar el diagnóstico con métodos de biología molecular como la PCR en tiempo real.
Incorporar estas técnicas moleculares en la práctica diaria para hacer vigilancia en tiempo
real.
4. Generar datos de las secuelas de la EMI para analizar la relación costo-efectividad de las
vacunas.
5. Trabajar para mejorar el acceso a las vacunas meningocócicas en la región y para desarro-
llar una vacuna universal.
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