Resumen de Contenido Segundo Parcial
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Actos Procesales
Por acto procesal se entiende al acto jurídico emanado de las partes, los
agentes de la jurisdicción y, aún, de los terceros vinculados al proceso,
susceptibles de crear, modificar o extinguir efectos procesales. Para que sean tal,
necesita observarse los siguientes requisitos:
Requisitos subjetivos
Hacen relación al sujeto que los produce.
Aptitud: se refiere a la aptitud de derecho. Si se trata del órgano
jurisdiccional, debe ser dotado de jurisdicción y de competencia. Si se trata
de las partes, deben tener capacidad legal, estar debidamente legitimadas y
gozar del poder de postulación. Si no se trata del órgano jurisdiccional, ni
de las partes, sino de terceros, estos según la ley tienen capacidad para
promover las tercerías.
Voluntad: para que un acto procesal tenga validez basta que estos
emanen de las partes o del Juez, cuya capacidad es un presupuesto de la
relación procesal.
Requisitos objetivos
El acto procesal debe ser genéricamente posible, idóneo para la finalidad que se
busca y además justificado. En consecuencia, los requisitos objetivos son:
posibilidad, idoneidad y la causa.
Posibilidad: determinada por aptitud que tiene el objeto para poder figurar
como tal en el proceso, y lo puede ser desde el punto de vista físico y
moral.
Idoneidad: puede ser el objeto físicamente y moralmente posible, pero
inadecuado para el acto en que se intenta recoger. Ej: que se desee
plantear una pretensión de menor cuantía que quisiera hacer valer en un
juicio declarativo de mayor cuantía.
Causa: es su por qué jurídico, la razón objetiva del mismo: no el móvil
personal que lo impulsa, sino la justificación, relevante jurídicamente, de la
actividad que se realiza.
Requisitos de actividad
Son ellos los requisitos de lugar, tiempo y forma.
a) Lugar: debe distinguirse la circunscripción o territorio jurisdiccional y el
local o recinto donde ejerce sus funciones el órgano jurisdiccional. Esto
permite precisar sobre aquellos acto que se llevaran a cabo dentro de la
circunscripción, sede o local, o fuera de ellos a través de los llamadas
despachos, exhortos y suplicatorios.
b) Tiempo: surge aquí la idea de los términos y plazos. Entendiéndose como
términos, el punto de tiempo marcado para el comienzo de un determinado
ato. El plazo supone un lapso dentro del cual pueden ejercitarse los actos
procesales. Lo que se denomina término para contestar la demanda, es
también un plazo.
c) Forma: es la disposición con que el acto aparece al exterior, la revelación
hacía fuera de su existencia. Es decir, la claridad y precisión en lo que se
pide al órgano jurisdiccional.
De las partes:
De obtención
De disposición
De los terceros:
De prueba
De decisión
De cooperación
Términos y plazos
Para Kisch los plazos son espacios de tiempo que generalmente se fijan
para la ejecución de actos procesales unilaterales, es decir, para las actividades
de las partes fuera de las vistas. Según GUASP, cuando este período de tiempo lo
constituye un momento o serie de momentos breve, no superior al día, hablamos
de términos; cuando lo constituye un espacio de tiempo, una serie de días
hablamos de plazo. En consecuencia, el término significa el “punto de tiempo
marcado para el comienzo de un determinado acto (celebración de una audiencia,
comparecencia de un testigo, práctica de un remate). En cambio, el plazo supone
un lapso dentro del cual pueden ejercitarse los actos procesales. De manera que
cuando hablamos de términos o de plazos en el sistema guatemalteco, nos
estamos refiriendo al espacio de tiempo concedido por la ley o por el juez para la
realización de determinados actos procesales.
Actos jurisdiccionales
Las resoluciones judiciales son los actos procesales por medio de los
cuales el órgano jurisdiccional decide sobre las peticiones y los demás actos de
las partes y los otros participantes en el proceso. La forma en que las mismas se
dan a conocer esta plasmado en el título IV, capítulo IV, título V, capítulos I, II y III,
de la Ley del Organismo Judicial. Artos. 141 al 177 LOJ.
Decretos: Las resoluciones judiciales son los actos procesales por medio
de los cuales el órgano jurisdiccional decide sobre las peticiones y los
demás actos de las partes y los otros participantes en el proceso. La forma
en que las mismas se dan a conocer esta plasmado en el título IV, capítulo
IV, título V, capítulos I, II y III, de la Ley del Organismo Judicial. Artos. 141
al 177 LOJ
Autos: Son resoluciones que deciden materia que no es de simple trámite
o bien resuelven incidentes o el asunto principal antes de finalizar el trámite.
Deberán razonarse debidamente. Deben dictarse dentro de tres días. Artos.
141, 142, 144, 145 LOJ
Sentencias: Son resoluciones que deciden el asunto principal después de
agotados los trámites del proceso y aquellas que sin llenar estos requisitos
sean designados como tales por la ley. Deben dictarse dentro de los 15
días después que se termine la tramitación del asunto. Artos. 141, 142. 144,
147, LOJ
Actos de comunicación
Notificaciones: Son actos de comunicación a los sujetos procesales, de todas
aquellas decisiones que el órgano jurisdiccional realiza en el tramitación del
proceso, que son ejecutados por el personal auxiliar de los órganos
jurisdiccionales. Título IV, Capítulos III y IV. Artos. 66 al 85 CPCyM
En cambio, con la solución imparcial del litigio o sea que se logra en virtud
del proceso, se persigue la solución justa y pacífica del conflicto. Por esa razón se
vincula la institución del proceso, a una actividad eminentemente pública que
corresponde al Estado, y se prohíben las formas que implican un régimen de
justicia privada. Naturalmente no todas las formas de autocomposición y
autodefensa han desaparecido, pero en los casos en que existan, es necesario
para estas siutaciones excepcionales, un proceso ulterior, para declarar la licitud
de la misma en el caso concreto (homologación judicial). Así sucede por ejemplo,
en la legitima defensa; no es suficiente alegar que el niño X es hijo del señor Y, es
indispensable demostrarlo en el proceso y evidenciarlo, para que así sea
declarado en la sentencia.
Para el estudio de la razón de ser o fin del proceso, se han agrupado las
doctrinas en dos corrientes fundamentales: la corriente subjetiva y la
corriente objetiva.
Esta teoría se debe a Goldschmidt, representa una crítica de las más acentuadas,
contra la ya explicada, de la relación jurídica. Éste autor, niega la existencia de
una relación procesal.
En el proceso no puede hablarse de derechos y obligaciones, sino de cargas
procesales, que no tienen su origen en el proceso, sino fuera de él, en la relación
existente el Estado, el órgano encargado de la jurisdicción y los individuos.
Argumenta también en el sentido de que el deber del Juez de decidir la
controversia, es de naturaleza constitucional y no procesal; los llamados deberes
de las partes como el de comparecer en juicio, están medidos por el interés que
tiene en hacerlo, para evitar las consecuencias de su incomparecencia; la
obligación de producir prueba no es sino la carga que todo ciudadano tiene de
colaborar con la administración de justicia –caso de testigos-; el llamado deber de
buena fe, es de carácter moral aún cuando se traduzca en normas legislativas,
etc. En resumen, las partes tienen interés, de colocarse en situaciones favorables
dentro del proceso, porque de no hacerlo así, en ellas repercuten las
consecuencias del mismo.
Clases de procesos
La primera categoría de tipos procesales, según la clasificación de Alcalá-Zamora
y Castillo, está determinada por el contenido del proceso, distinguiéndose aquellos
que resultan de la diversa materia litigiosa a que se refieren; o sea que, según las
diversas ramas del derecho que conozcamos, así habrá un tipo procesal definido,
el cual puede ser civil, penal, administrativo, constitucional, laboral, canónico, etc.
En cuanto al proceso civil en particular, es definido por Guasp, como una serie de
actos que tienden a la actuación de una pretensión conforme con las normas del
derecho privado por los órganos de la jurisdicción originaria, instituidos
especialmente para ello.
Dice Guasp: la clasificación verdaderamente importante del proceso civil hay que
obtenerla, pues, a base del análisis de la actuación a que el proceso tiende; aquí
se ha de partir de una diferenciación esencial; la pretensión, objeto del proceso,
trata siempre de lograr determinada conducta del órgano jurisdiccional, pero esta
conducta es fundamental diversa según lo pedido sea una declaración de voluntad
del juez o una manifestación de voluntad: el primer caso, en que lo pretendido es
que el Juez declare algo influyendo en la situación existente entre las partes, de
un modo simplemente jurídico, se diferencia facialmente del segundo en que lo
que se pide al Juez es una conducta distinta del mero declarar, puesto que se pide
que intervenga entre las partes de una manera física, basta para afirmar esta
diferencia comparar la distinta actividad del órgano jurisdiccional cuando emite una
sentencia que cuando entrega un bien al acreedor: si lo pedido es una declaración
de voluntad, el proceso civil se llama de cognición; si lo pedido es una
manifestación de voluntad, el proceso civil se llama de ejecución.
Impulso procesal: se le llama así, al fenómeno por virtud del cual se asegura
la continuidad de los actos procesales y su dirección hacía el fallo definitivo.
En efecto, este poder de impulso del proceso, unas veces ésta a cargo de las
partes, y otras, depende exclusivamente del Juez. Indudablemente que su relación
con la institución de los plazos procesales es evidente. Por ello, para el sistema
guatemalteco representó un gran adelanto la disposición del nuevo Código
contenida en el artículo 64, que establece: “Los plazos y términos señalados en
éste código a las partes para realizar los actos procesales, son perentorios e
improrrogables, salvo disposición legal en contrario. Vencido el plazo o término
procesal, se dictará la resolución que corresponda al estado del juicio, sin
necesidad de gestión alguna”.