A La Sombra Del Reloj. Roberto Aguirre

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 43

A LA SOMBRA DEL RELOJ

ROBERTO AGUIRRE

A LA SOMBRA DEL RELOJ

EDICIONES BARCO PIRATA

1
© Roberto Aguirre, 2020.
© ​EDICIONES BARCO PIRATA, 2020,
Santiago.

Todos los textos escritos por Roberto Aguirre.


Editados por Carlos Noche.

2
3
NO TIENE QUE VER CON LA
ESCRITURA

Estás aquí por tu cuenta, a quién


culparas
Por meterte en tu camino
Tratando de quitarle la luz al día.

Estás aquí por tu cuenta, sólo,


puedes conseguir lo que quieres.
Escúchame a mí, estás aquí por tu
cuenta tratando de escuchar de
noche, lo que escribiste tú mismo.

No importa la escritura aquí


Puedes sentir que no va del todo
bien.

De todas formas no hay nadie ahí


Pero es clave, que así lo entiendas

Al aclarar
Una silueta de tu mente se escapará

Y realmente no importa que ropa use


Ya que no tiene que ver con la
escritura

Como el filo de la mañana


La manifestación de la armonía del
ave ya no tiene sentido para este
sujeto

Pero esta bien, escribo para mí

Yo no elegí la oda a la flor.


Ni el pétalo de una rosa,

Ni el sollozar del zorzal me


conmueve

Yo no elegí lo necesario tras las


cúspides de los árboles
Ni diseñe una guarida para
guarecerse de una lluvia inevitable

4
II

Despierta la mañana
Porque no tomé el calor del sol, ni la
bruma que me ahoga

Las hojas del invierno me parecen


escuálidas, siempreverdes ​o
deshojadas por la estación.

Pero hiciste el amor con una luz


El lucero

Del amanecer?
De la tarde?

Vive como cada uno de tus


condenados

Vive y nace desde la ceniza


inexpugnable que somos solo de
palo

El despojo correrá
Acompasadamente a tu lado

Vive, que yo tengo una nostalgia


como de primer verso que pone
Todo el poema en movimiento.

Viven todos con la máscara para


salvarse de la infección

La gente es la infección de tu país


Dejalos conseguir lo que desean
Cualquier sujeto es capaz del más
grande de los males o de bendecir
esta tierra

Pronto verás las resurrecciones de


los fantasmas
Como la mala sangre que se
acumula como la grasa de tus venas

Bebiste diez vasos seguidos


Con el puro ímpetu de terminar
contigo

Se invocan de puro susto las micros


a los terminales

5
Todo se posterga
Como las blancas sábanas que se
parecen más a ataúdes
O las urnas cansadas de esperar el
llanto impuesto.

III

En la nube cirrosa que tapa al que da


brío se consagra el instante.

En el atardecer que se cuaja con la


mirada al universo,
al hundirse en el pliego
de los valles corruptos,
se observa su alma inmutable.

IV

Me acallaste con las neblinas que


arrojaste hacia mí.
Y a su vez el paso del tiempo, exiguo
en las cumbres de mi mente.

Las nubes caminan infranqueables y


desordenan mis ojos, me tiran, me
pierden.

Se aprieta el momento y sale en


forma de bocanada, celera y altiva,
revelando la infamia cotidiana.

Me ata nuevamente en las


repeticiones inútiles de mi
pensamiento, que me apresan y tiran
a las fumarolas más bajas de la
costumbre.

Como una lengua de camaleón que


sale de las entrañas de las calles,
hasta el cielo solo para hacerme su
presa.

De lo urbano y su terno gris.

Me transporto en faros que traen


consigo náufragos.
Estremecidos como rumor de
estrellas opacas en los coros llenos
de pájaros
ciegos

6
Retorciéndose en sonrisas
socarronas
Formando parte del vacío

Llenando espacios.

Todo está condenado a desaparecer


como el rumor del alboroto que viaja
ambulante.

De pronto las luces de la ciudad se


volvieron blancas y luego todo
oscureció en el vaivén del producir.
Dejalos en paz, están del lado de los
ángeles

Pero si me muero en un sueño


déjame vivir la vida
Por todas las mentiras que me han
dicho y me hacen temblar

Has estado a la deriva y robando


Intentas caminar en mis zapatos
Pero no te pertenecen
No encuentras el significado

Rompiste todos los vidrios, para no


crecer más
Sabes que jugaste a perdedor

Ahora quiero contarte algo


Yo nunca vi las luces caer por mi
culpa La electricidad de mi atraco
Me indica que debo partir.

¿Acaso fuiste lo suficientemente


soberbio para robar el rayo del cielo?

No quiero rogarle al dios de turno por


una salida temprana

Prefiero que mi papel celeste se


manche de una vez por todas

Es por culpa de este corazón


encendido en el vaivén del bien y el
mal. Como un gesto inmortal,
inmoral, momentáneo o eterno.

7
DE LA LOCURA Y SUS DELIRIOS

8
LA PUERTA

Decanta en diversos paisajes


Con luz tenue que se filtra en sus grietas
Luz que cambia, camaleónica por mis pupilas

Solo alcanzo a ver el espectro de la luz tras la puerta

El guardián me da un ansiolítico
Mientras la mujer guardada en mi y en ti
Esta pariendo anhelos de viejos sueños enterrados

Me sangra el pensamiento
Su dolor es el mío en la medida que nos encontramos en mi
insomnio

La marca camino al origen


Se extinguió.
Los clandestinos lanzan fuego de la atmósfera.

“Vuela un árbol hacia el sur


atado por el palpitar”

Cantan los perros en los círculos de piedra.

Lleno de vidrios molidos en su piel


Se desnudó frente al lago y
Gritó en el desierto agónicamente
La última canción que recordaba.

Cristales molidos siguen soltando lo que llevas dentro.


“Lo sé porque he estado ahi” dice
A medida que los puñetazos iban cayendo por su piel.

“éxito y fracaso, bien y mal,


nada más que una pila de basura
en nombre de la cautela”

La resonancia intrascendente
de las lágrimas del músico,
se dejó escuchar por las habitaciones contiguas.

Lego la nada a nadie.

Como un testamento que gesticula


lo último que queda de luz vacía.

Lego el vacío al porvenir.


Porque este vacío es sin color.

9
¿Estaremos abandonados en una prisión de polvo,
esperando un poco de agua
O el carcelero vendrá a despertarnos otra vez?

La puerta se abre
Y miradas afligidas afloran
Mis pasos siguen sin nacer
Todos los que alguna vez vi
Hoy me miran distantes

Incluso los paisajes han cambiado

Son punto de encuentro


De quienes han sido sus propios prófugos y perseguidores

Pasajeros de una patria colapsada


En un pináculo alucinógeno y enigmático a su vez

Ya no recuerdo los ritmos de las cosas

Y me espera el mismo cielo tenue


La misma capital con sus laberintos numerarios
El mismo pensamiento desangrándome a gotas
La misma obsesión de un pasado que recuerdo
En cada brindis
A medias

Este fue el comienzo del músico ciego.

10
ENCIERRO

Para las personas tomando refugio


En las mazmorras de su mente
Esas voces que retumban se vuelven sonantes

Para quien ama a la mujer hasta el día que muera


Para los hijas e hijas que sueñan lo que nunca encontrarán

Y si esas voces se vuelven fuertes y te enloquecen.


Me parece que está bien.

Robaste los primeros acordes para tu canción


Añoraste en tu soliloquio otro espectador

Y si el sol dejase de alumbrar


Estarías bien.

Para quienes desde sus castillos


Te miran de reojo
Vamos, adentro.

En el vaivén de una ciudad amurallada los transeúntes suelen


ser sabios de a pie.

Quienes cautamente hacen trincheras en tu cerebro para no


desaparecer en el barullo.

El acorde de las ciudades jamás


pudiste reproducirlo otra vez.

11
DIATRIBA

De pronto, miro sus ojos.


Vacío,
No se que presencias vienen a buscarme

Pero ahí estoy

Mirando mi medio vaso de vino


Esperando que me devuelva una mirada

Y vuelvo a caer

Al mismo unis pacio


El espa verso me parece más pequeño
Pero qué importa

Qué importa si fuiste un bufón


Esperando la carcajada ajena
Ahora
Solo eres una presencia
Buscando donde perpetuarte
Viendo en el espejo
Al mismo huérfano desvalido
Sin brazos ni piernas
Con las que levantarse

Qué importa
Si te robaron la infancia

Qué importa si te convirtieron


En una máquina de matar perfecta
Asesino sin piedad
Caníbal
Recojo al muchacho abandonado
Y le saco el polvo

Ese mismo
Que se acumula en los anaqueles

Ya no eres lo que fuiste


Ya no tienes ese mismo ímpetu
Solo te importa que camino quieres erigirte

Ahora
Te vas

Sin ruta, sin dirección


Como un fantasma
Que viene a cosechar recuerdos
Que solo para ti tienen significado

12
Ya nada queda

Mejor deja la razón muy bien escondida. Mejor baja los pies del
reloj porque las ocarinas no tienen tiempo para ayudarte

Las tijeras ya no tienen filo


Pero siempre se le puede sacar punta al lápiz

En fin, es momento de sincerarte ante la interrogante


Sacar la espada del pedestal
O morir de hambre.

13
DE LA CIUDAD Y DE SUS CALLES

14
INVOCACIÓN

Un árbol me mira triste, entre una quebrada y una lágrima, mis


amigos desilusionados.
Un cúmulo de tierra entre los asfaltos, entre los autos frenéticos
resignados cargando cual Sísifo, mochilas llenas de dictámenes
sólo por ser hombres.

Todos añoraban a su amor adolescente. Fue adquiriendo un


espectro la destreza de bailarina. Una botella se rompe. Un niño
llora. ¿Será que volverse adulto es hacerse implacable, cuál
acero que aguante los vaivenes de los dolores que no se pueden
decir en la mesa? ¿Será que la tinta es mi sangre seca?

La tele nos hace partícipes de las tragedias y nos dicen los


cómo, los cuándo y los dónde. Somos todo la misma capital
simultánea que entre tanta bruma no ve las cordilleras con ríos
de seres atropellándose en la carrera diaria del pan.

Y yo poeta, o escribidor, o vómito logo, me pongo en dirección


contraria y como pájaro-velero, voy y no me miran, todos
extraviados; no me notan. Nadie te mira tampoco poesía. Mejor
recitarle a otro amigo de esta ruta que vaya en dirección
contraria a las agujas del reloj.

Los sigo mirando, me piensan y me vuelvo recuerdo. Se tuercen


los momentos detenidos, se me cargan las conciencias. Tengo
una red social enfrente y me vuelvo a justificar y me pongo un
pijama que mi madre me seleccionó. Miro a mis antiguos
compañeros extraviados en sus exilios mentales porque acá no
tienen butacas. Me acuerdo de ti y tus lágrimas de quince años.
Quizá el lápiz no es de mina y solo es de lágrimas que germinan
mientras un coro de payasos pulula verdades por todo su
cuerpo. Y la micro se detiene, me bajo y no tengo peso para
darles.

Un perro se pone a mirar otra cordillera, distinta a la que


apreciamos desde acá.
El tipo de todos los tiempos, el errabundo, sin mochila se ríe de
mi traje.

15
MAPOCHO, SONRIENDO CON TODOS LOS ATLETAS

Río de desmemoria,
Herida gris que se bifurca
En las formas oceánicas.
El que estaba pacífico, ahora llora
Compartiendo su infinita salida,
Con las olas dadivosas que saludan
A tanto caminante sin fe,
Que a veces llora su propia realidad y relampaguea
resplandores.

La falta de fe
Como resplandor que se burla
A la manera de los chubascos para los marginados
A la manera de los poetas a sus piedras
Que con tanto esfuerzo deben acarrear
Antes de subir por la cascada humeante
Que se encuentra al final del río.

Cuántas veces he tenido que viajar por este río.


Sentirse tan nefasto en sus mitades y tan puro en sus gemidos
primarios.
Sienten que ante el granito inamovible hay también una
convicción.
Aman como los primeros días de esa primavera inolvidable.
Gustosos de cantar ante tanta miseria.
Este río vio lo peor y llega al destino de nuestra tierra.
El mar que llora nuestro olvido
Como le lloraron al tiempo cuando se derritió el reloj

Camada de perros
Que siguen a las dulcineas
En la periferia acuática.
Diógenes se asentó en la bahía oscura,
Aunó la miseria de los que se aplacan en la esquina
Que a veces al igual que los despojados, saludan al caballero.

De a poco se va soltando la nota que se estremece


Como al canto que se lo lleva el espíritu del viento.
Un dia dijeron que sus abúlicas aguas llegaron
Al que está calmo, inerte con su gris semblante
En las carpas de los que sonríen ante el flujo fervoroso
Flujo que de a poco ensancha despedidas
Que hace que mis manos y tus manos sean como puentes
potentes.
Hambrientos de héroes andrajosos y despojados
Y fantasmas que no dejan de reírse.
Este río que en el mismo espacio se vuelve a bifurcar
Con nuestra realidad anticipada; prematura, inerte.

16
RESURRECCIÓN

No nos dimos cuenta, quizás por eso nadie lo notó.


Parece que hubiésemos comido colillas ayer.
Nos volvimos ruido hasta desaparecer entre todos los autos.
Los autos son la sangre que recorren las venas de la capital.
El humo es su herida.
Florece vegetación seca en el Santiago invernal.
La luz del día domingo me recuerda cómo terminé.
Cantando hasta las lágrimas un día sábado por la noche,
Pensando en que somos los hijos de nuestra circunstancia
Y que la vida de barrio agoniza cada vez que camuflan una
antena celular
Como palmera.

Cantándole a las semillas que germinarán algún día,


Yo seguiré con mi sonrisa guerrillera.
Y la pequeña revolución de nuestro siglo
Es aquella en donde no llega tanta luz artificial.
Es en el pequeño acto de abrir el pecho
Soltar el escudo y esperar o la estocada
O el apretón de manos

Yo sé que tendrán que cerrar la puerta.


El día lunes llega a arder como el petróleo.
Y volvemos todos ingrávidos, casi flotantes a las pequeñas
jaulas que
Alguien algún día nos asignó.

17
AURORA

(0)

Pero ahí, ahí va.


Desapareciendo entre muchedumbres
Que caminan frenéticas hacia adelante, en la fricción desposeída
de sus pasos.
Otro más ahí va, intentando aplacar su soledad inapelable
Encerrada en un pozo de vidrio con líquido amarillo,
chorreando como pus de las grietas que palpa.

Entre murallas,
​ osas pequeñas
F
Con antenas grabadoras atentas a cada paso fuera de la norma
general.
Mirándolas con la soberbia del que creyó tenerlo todo, del que
quiso escuchar
La voz que le fue permitiendo describir aquello que no ha visto.

Se prometió
​ Entre viajes imaginarios
Volver por sobre sus pasos, con la decisión del que no tuvo más
miedo.
Del que intentó destilar un par de palabras verdaderas
O que estas simplemente salieran como pequeñas gotas de la
tubería oxidada.

(1)

Soporta los embates del haber apostado


Todo a un cúmulo de balbuceos.

Como si eso
Finalmente demostrara la validez –no imaginaria-
Del origen de su dolencia.

No sabe si el detenerse
Es fructífero para su aspiración

Se da cuenta por ende,


Que su aspiración –la de permanecer ahí- es inútil
En medio del camino errabundo que trazan las calles.
Ya que intentó crearla
Bajo el alero de la inmediatez.

La cruz del sur, se erige orgullosa


A pesar de la luz artificial que la ahoga.

Mirando al cielo decide,


Mientras la ciudad es un vidrio
En el que el rostro propio es irreconocible,

18
No desaparecer
Ya no le importa más la opinión
De los cuervos jorobados dándole
A las pobres palabras, profundidades ajenas.

(2)

El hedor de los pescados retoma la calle.


Trozos de escombro, papeles terminales por todo el
Litoral lejano desperdigados en la orilla.
Los recoge y escarba en su oficio forzado.
La palabra certera provista de la altitud necesaria.
Se pregunta si estará a la altura del momento.
Si es digno, si puede manejar las sensaciones,
Para que estas se traduzcan en una nueva lengua, capaz de
emular un nuevo sentir.

Él inhala palabras que entran en su boca,


Como cuando el fallecido entra en el ánfora.
Palabras provenientes de su español materno, magnánimas y
grandilocuentes,
Pero que finalmente nada dicen, por eso las busca con obsesiva
precisión,
Fisgoneando palabras hasta que se le hizo tarde, tomando nota
por ejemplo
de las cigarritas exhibiéndose poniendo su mayor esfuerzo,
Atentas a lo que pueda decir el fisgoneo ajeno.
Pero es inútil, se distrajo ante el ghetto vertical de la ciudad
antropófaga.

Permanece al margen, observando su rostro en el reflejo


imposible de los canales.

Le juega bromas pesadas al tiempo, debido a


Que no ha asumido la finitud de los momentos.

Antes del papel, entabló diálogos imposibles


Con las infancias que siempre han estado.

Como el polvo y chicle acumulado bajo el pupitre de la sala


hacinada.
Como el beso de las mujeres imaginarias en sueños sin rostros.

(3)

Tiene la sensación que siempre estuvo mirándolo


Tras el vidrio derretido de la pantalla en donde busca
La identidad perdida por la risa facilista,
Para complacer a un par de peones aduladores.

19
Cuidó de él, pero la despreció
Con la soberbia del que creyó darle
Algo de categoría a su tiempo
Con frases recortadas de viejos himnos alcoholizados.

(4)

Ahí va.
Descubre como disminuyen sus abandonos.
Mira al cielo, nota que el primero que se abandonó
Fue él, en su inútil intento por alcanzar lo que no acaba.

Errores sexuales, masturbarse dentro de ella por vanidad.

Deseó sumergirse en ellas


pero le dijeron misógino por esperar chicas muertas.

Nota que las estrellas


Son soles paralelos provistas de su propia traslación,
De su propia atmósfera impoluta a pesar del gas empetrolado.
De sus ojos lagrimean nebulosas dotadas de la dicha
De quien se dio cuenta de su equívoco.

Los mismos cuervos le dicen:


“Verás a los hombres morir por sus palabras; héroes del
escombro.
Verás a todos cargar su fácil culpa, marchando tras las vitrinas.”

Ahí, se levanta
Se sacude las cadenas
Se las amarra al pecho
Y sigue caminando imperturbable
Con el destino de quién desea
Reconstruir el universo en su corazón,
Palabra, tras palabra.

20
A MIS COETÁNEOS

Oh desdichado santiaguino
¿Por qué lloras ante tus derrotas?

Te dices a ti mismo
(con la intención de convencerte)
Que no hay salida.

Vaya a recolectar dinero


Y rece para que no haya guerra.

Los hombres tienden acá a


Solamente preocuparse de
Administrar la basura que como
Pastores iban recolectando.
Diógenes no murió
Se multiplicó con ustedes

Les veo tan inciertos


En sus exilios mentales
Y la única tierra que los soporta
Es esa que se atesto de
Muchedumbres sordas
Que le rezan inconscientemente
A un dios sin rostro
Y a falsos santos.

Embrutecidos con su figura


Le creen la sentencia.

¿Pretenden caminar libres y justos,


Con tantas máquinas bloqueando el camino?

¿No ves acaso,


Que para llegar a ti mismo,
Al origen anterior
Del comienzo de esta historia,
se necesitaría experimentar
el florecimiento de una levedad,
de una sutileza sin tapujos?

Porque acá todo es efímero e instantáneo


y lo más probable es que,
si no le serviste a los metales secos,
te harán creer que ya no hay horizontes.

Todos se atestaron de sus miedos.


Todos a la sombra de los grandes rascacielos

21
Guarecidos del sol,
con lentes para no ver
y aparatos para no escuchar,
con la cabeza gacha y mirando para cualquier parte.

Vuelve una vez más


Y cáete en el abismo repetidas veces,
En donde ladran los perros buscando
las sobras de los señores

Y si pretendes salir,
Inúndate de viajes.

No te encontrarás
entre muros tan artificiales.

Pero entremedio
No haces nada más
Que buscar el lecho
Donde yacen los cabizbajos

Y llorar ante tus luchas que no llegaron a ningún puerto


Y morir las vidas que no alcanzaste a concretar y se esfumaron
en medio de la capital
Y asumir ingenuamente que acá brotará algo nuevo,
Y creer que se pertenece a alguna parte
Siendo que a lo único que pertenecemos es a la tierra danzante
Que se recuesta en nuestras suelas.

O acaso ¿Seguirás creyendo las mentiras de estos valles metálicos?

22
DE VIAJES Y REGRESOS

23
AMBULANTE

Quiero encontrar el mundo que se desarrolla allá


Quiero cerciorarme si de verdad todo se perdió

Por mi parte estoy seguro que no.


Que el viaje de los hombres no ha terminado

Y sus sueños se prolongan como haces luminosos hacia otras partes.


Quiero estar seguro de ello

Estrecho mi mirada con el compañero que va caminando


Hacia otro día más.
De forma inversa
Solo le tiendo una sonrisa y sigo mi camino
Algún día nos encontraremos otra vez
Y sabremos compartir las carcajadas de otrora

Por mi parte
Sigo acá
Esperando
El momento previo al debut.

Ya no hay más
Grandes epopeyas
Todos cumplimos el papel
De héroe anónimo.
De romántico y pequeño

Cada pequeño paso, nos hace


Vislumbrar que las grandes historias
Han muerto

O eso

Nos quieren hacer creer.


Cada suspiro y respiración por ahora
Ante los arboles nativos
Es una gran historia

O Es también una muestra de rebeldía.

Encontrarse ante ellos


Es justificar su existencia.

24
PERDISTE LA RUTA

Perdiste el timón de tu primer barco.


Ya no te acuerdas de tus primeros caminos.
Fuiste buscando refugio y te olvidaste.

Olvidaste tus balbuceos.


Cuando la luna entera nos mostraba una senda
Y todas las estrellas brillaban a compases distintos,
Fuiste esperando que aparecieran más.

En ese fondo azulino


Fuiste el inquilino del silencio.
Deslumbrado por verlas reflejadas
En ese mar enrojecido de realidad.

Cuando volviste
Te habían quitado ese recuerdo.
Y tuviste que correr al mismo sitio
A cosecharlo otra vez

Pero no importa, tus espectros sabrán


Que equivocaste la ruta.
Tus espectros sabrán
Que no los has olvidado.

25
MONUMENTO

Las formas que presentan los años.


Los momentos a la
Deriva cual errabundo.

No hay que decir que sí a todo


Lo que vociferan, las voces
Que retumban y chocan contra nuestros vacíos.

Hablan tanto del átomo


Y aquí y allá.

Hablan tanto de narradores


Y lo único que habla
Es nuestra herida
Que germina por nuestras vértebras.

El más y el menos solo danzan en esta escena


En donde puedo suponer
Que soy el bufón.
Que se ríe angustiado

Porque sabe que por mucho


Sepamos de la vida,
En la muerte tanto el vagabundo oscuro
Como el empresario crápula,
Tendrán gusanos en sus pechos.

Esos gusanos que portan como estandartes


Y que asisten a la última gala.
Ellos no diferenciarían quién anda más perfumado

Todos pasan su día


De luto, acordándose
Que el amor es:
“Soportar el dolor del otro
Con una sonrisa”

Que soporte tempestades

Que extienda y prenda


Las luces en los días cínicos e infames
Donde las letras solo sirven para
Ser el dueño de la ley y la verdad.

La única manera después de todo,


Es erigir monumentos como lugares.

Una fogata en medio del frío


Es un incendio en el límite

26
Del corte sideral.

Es unir con la fuerza de la


Palabra y alterar
Concretamente la realidad.

Una fogata es un monumento.

Y cuando dos seres se aprietan


Las manos, desde el pensamiento quimérico
que nació desde el pecho.
Entonces fue genuino

Entonces,
ya fue una acción de arte.

ISLA DE SURCOS, COMPAÑÍAS; LEJANÍAS

Toco tus tierras impávidas a cualquier tiempo.


Voy dándote mis caminos que se alzan distantes,
En rutas de olvido ultramarino y mares infatigables
Más allá de los horizontes.

Las sonrisas surcadas por el tiempo miran desconfiadas


Pero extienden sus brazos como casas impasibles.

Isla dentro de la isla que estás lejos.


Que vas dando sombra a los que por cansancio ya no la llevan,
Porque ya se olvidaron de los matices grisáceos
Y las murallas que se alzan altivas estremeciendo a los viajeros.

Te mantienen sola, como un souvenir viejo.


Como algo pintoresco o interesante que los viajeros consumen
Mientras se siguen acumulando los vestigios de pueblos
Que sin saberlo se petrificaron en un tiempo.

Y ante el vértigo y los computadores y sus números y economías,


Sucumben por sus lejanías de eso que no supieron sembrar.

Por un lado tenemos ese que se quedó en su tiempo


Y por el otro ese que no supo qué hacer ante esa muralla
que se alzaba altiva frente a él.

27
ANDES

La cordillera se abre de piernas.


Germina de ella un millón de espectros sonoros.
La sonoridad de la montaña me deja perplejo
desesperado ante ella.

La montaña que vuelve lloriqueando a los


brazos de su madre como un bebé de pecho.

FANTASMA DE MIERDA
DEJASTE TU SOMBRA PARA VOLVERTE SUICIDIO.

SILENCIO.

La quijotesca percepción de estas calles.


Calles líquidas con luces estrambóticas.

Ahí somos los faroles ajenos de estas plazas


Somos los que se ríen hasta volverse ruido.

Los árboles muertos en el filo de esta carretera


Cabizbajos, escuálidos.

Ya va a llegar el día
Que los jardines botánicos se volverán zoológicos
Y a todos mis arboles se los llevaran presos

¿DÓNDE ESTÁ DIOS?


SE MARCHÓ DE ESTAS TIERRAS HACE RATO

28
DEL CIELO Y EL INFIERNO

29
CRUZ Y FICCIÓN

Pueblo enclaustrado
¿Cómo llegamos a estas latitudes?

Ataviado con cada uno de estos latidos,


Colmado de viejos miedos que te miren,
Que te quiebren la muralla que cosechaste tanto tiempo.

La muralla se quiebra.
Las lágrimas chocan contra el suelo y emerge el relámpago de tu
voz.
El santísimo progreso del chorreo que debes cosechar
Para darle de mamar a tus huachos, Pueblo.

Y viven sin rostro definido


Y el sueño de los ojos abiertos es solo reflejo de publicidades,
Para poblarnos de horizontes utopizantes y clases medias altas.

Media alta la deuda del televisor nuevo, mientras cambiando el


canal,
A los niños se les dispara con un libro, cuando canta el claustro.

Las terminales sensitivas del dolor


ocultan todo.
Pero igual brotarán en tu espalda
Agujas desprendidas por tu gesto.

Las figuras literarias sobran para hacer patente


Mi combate flamígero con el cántico sacrosanto
De los feligreses, que mientras más cruces carguen,
Menos quieren saber quienes son.

Para que sigan rezándole a los dioses del consumo


San Petrodolar, Sor General Motor,
Recuérdenles lo mucho o poco que sus padres pagan
Por el producto de sus educandos.
Ellos tienen que generar la mayor cantidad de dividendos
O sino serán crucificados

Sí, crucificados por los santos de la educación.


Mientras menos preguntas, más progreso,
Obvio.
¿No?

30
II

La nieve teñida de gris del pueblo país.


Inyectada hasta la médula de grasa, nieve grisácea
Como cemento que cae del cielo
Y nos ahoga cuando intentamos cantar.

La misma nieve intenta cantar, pero tuvo la mala suerte de nacer


En esta era donde le aprietan el cogote hasta que sale un líquido
verdoso.
La nube de humo por su lado es el genocidio parsimónico
Del que nuestros pulmones terminaron acostumbrados.

III

El cristo del pueblito, en esta casa


Gimotea insonoro, implorando ser desclavado.
En tu sangre plástica chorrea un reflejo donde se miran los
derrotados.
Todos ellos se arreglan en tu espejo de dolor.
Mientras escuchas el rezo,
Le gritas a la abuela que te desclaven, Cristo.
Que te hagan caminar como un panadero.
Poeta, malentendieron tu palabra.
Y en honor tuyo opulentas catedrales pisotean a los mismos
Para que carguen sus cruces, mientras niños gimoteando en
dolor
No encuentran sus sueños en estas pantallas.

Cristianismo necrótico caminando


A través de salvaciones rifadas al mejor postor.
Gime Sordo, Gime Sordo, ni Pilatos ni dios,
Sino quienes tergiversaron tu canción.
Ellos plantaron las primeras cruces
Para asesinar a un poeta y a un ladrón,
Quienes suelen confundirse

IV

Hoy por Hoy


El mismo pueblo país
Los países sudacas todos, que han preferido
Las promos 2x1 mcmundialeras más cercanas.
Acabó con mi país caminando a duras penas hacia el progreso.
Acabó cambiando a los famélicos del XX
Por los obesos del XXI.

TODOS COMEN DE LA MISMA TORTA CAPITAL​.


Pero para "Los que la supieron hacer"
Son los pedazos más grandes.

31
En su crema llevan
Los ríos que defienden el mar calmando el nerviosismo.
El desierto de vidrio sigue intacto.

Desde mi desierto de vidrio los miro a todos.


Quizás hasta termine transmutado en un artículo del consumo
carroñero.
¿Pero para qué ponernos graves?
La torta del progreso no puede ser manchada.
Pero yo los quiero invitar
Y reír con los olvidados, hasta el llanto universal,
Y romper en mil pedazos los desiertos de vidrio.

El transeúnte se colgó del metro-catedral


Hasta la asfixia.
Recordando su última alegría, de los compañeros
Haciendo aviones de papel que rasguen el cielo.

La alegría de una sonrisa en medio de dunas.


La alegría de cantar aunque se tapen los oídos.

Vuelvo a mirar al vendedor ambulante que ríe.


Su bolso con cachivaches es cruz pretendiendo plusvalía.
Vuelvo a mirar al que tuvo la ilusión del mundo entre manos,
Pero se le fue como cuando pasa el atardecer.

Y el cielo de matiz púrpura,


Combate con una ciudad de destellos intermitentes
Al borde de mares antropófagos,
Mientras las nubes amortiguan al viajero
Cuando este se acuesta en la cuneta con pesos de menos en el
bolsillo.

Su canción al clarear la noche nunca tuvo más significado


Al fin y al cabo, no le debe nada a nadie.
Todos le deben lo escrito.

Al menos como uno de esos recordatorios que pegábamos en el


refrigerador

VI

Al clarear esta noche, solo nos queda mirarnos en la pupila


ajena

32
TU DIOS

Se cansó de estar
Cabeza gacha, cachando
Si es necesario despertar.
Ahora hace la fila para alcanzar su ansiolítico
y darle explicación
A todo el aborto de mundo
que dejó con todos los chacales intentando entender
El infinito abismo que se proyecta
Cuando una estructura es mirada de reojo
y una vieja te mira raro por ser un anormal asqueroso.

Por ser el tipo


que apostó todo
con tanta facilidad,
al horizonte que se nos abre
cuando nos da por creernos
que hemos revelado una verdad,
como prender la luz entre las callejuelas oscuras
mientras el raciocinio se fue de parranda.

Pero no lo necesitamos.
Quizá el siglo de las luces
los dejó a todos ciegos
y todos están heridos
pero nadie lo dice nada
porque pasó de moda,
porque no nos importa, porque ya no nos afecta.
Quizás llegue tarde
al bailongo
y ahora todos creen
que trabajan juntos
pero nadie se escucha.

Pero igual somos el producto


y nacimos en medio
de los patios enrejados
con barrios de artificio,
ya que la seguridad
es la deidad de este siglo
y sálvese quien pueda mejor.

No nos dejen a nosotros ahora


la tarea de decirles las como son.

33
VIRGEN SANGRIENTA

El Mapocho retoma su curso hacia los cerros.


Su caudal invertido gira hacia Vitacura y las calles se inundan de
mierda.

Las parejas riéndose de las viejas.


Viejas con las empanaditas reventadas, corriendo cluecas hacia
El cerro San Cristóbal.

La virgen se saca los hábitos y nos muestra su vagina,


Corrupta por los ángeles que antes compartían la mesa del
padre.
Todos entramos a ella, volviendo hasta el seno de Los Cristos.

Pero la virgen, se dio cuenta de su equívoco


Y cierra sus piernas.

Veo la escena, la desazón de los comensales me obliga a


escribirles.
Veo que hay hombres vendiendo salvaciones, diciendo
“Esta es la Casa de Dios y la Puerta del Cielo, suscríbase y
salvese de esta inmundicia”

Parece que nos llega hasta el cogote y ya no puedo reírme

Miro a una señora


“Señora, esto lo sembramos nosotros, solo tenemos que estar
alertas
Tendremos otra oportunidad en esta tierra

La señora se rie de mi
Al parecer la señora era la virgen desilusionada por nuestro fin
en la inmundicia

Abro los ojos


Y el agua de este río nace cristalina.
Si bien algunos hombres ya han perdido la esperanza
Yo creo firmemente en los que nacen.

Sabremos sembrar una sonrisa


Y cuando los viejos monumentos se levanten,
Caminaremos hasta ellos
Y volveremos a entonar la misma canción
Con nuestra sonrisa guerrillera, brotando desde las paredes,
de este nuestro exilio autoimpuesto, por no mirarnos en el caudal
Borroso del río.

34
VENDEDORES DE FE

Dios se cansó de esperar


Y prefirió abrir una tiendita de fé
En un parque Arauco, donde todos se saludan
Sonriendo, preguntando por la tía, atónitos frente a
Las maravillas deste siglo

Mientras unos con soberbia, intentan


Abarcar a la divinidad con esos juguetes
Que hablan con la fluctuación.

No alcanzan las lenguas para hablar


De todo el vacío que sentimos
Cuando vemos derretirse los glaciares de arriba abajo.

A rey muerto, rey tuerto, rey puesto,


no crean que les voy a vender la pescá.

Los muchos lugares de Chile, simulan


Otra capital, mientras proponemos la verdad proyectada,
Que lo es solamente si se siente, aunque sea equívoca.

Y bebiendo el ansiolítico posible,


Olvidamos que nadie nos obligó
A nacer en esta tierra enrrejada.
Con los chacales y buitres cuidando celosamente
Toda la basura que producen.
Para ser.
¿Ser qué? Sino otro más que optó
Por salvarse a sí mismo.
Sálvese, sálvese, sálvame.
Sálvese quien pueda hacerlo.
Seguiré riendo en mis velorios.
Seguiré llorando en las fiestas.
Seguiré cantando la canción que aún entonamos,
Como en esos tiempos que la divina ingenuidad dió sus primeros
brotes.

35
DE SUEÑOS Y PROMESAS

36
MUJERCITA

Este poema
Puede sonarte algo repetitivo.
Ya lo sabes tú de todas formas, la iniciadora burlesca.

Tú el ángel que alcanza mi mano y se difumina.


Tu rostro me parece irreconocible,
No conocí tu sexo
No conocí tu edad
No conocí tu pasión.

En el amor nos dijimos ser uno para siempre


Pero mi corazón no pude guardarlo en tu caja de tristes fotografías.

Quizás, te vea pronto en brazos de otros.


Quizás fuiste la obsesión de todos los que quisieron alcanzarte.

Pero tú te traicionaste.
Te traicionaste cuando dijiste que no volverías a ser ocupada.

Yo, entre la indolencia y el espasmo, fui sembrando en tierra infértil.


Toda la secreción de mis glándulas, la deposité en ti, porque pensé que me salvarías.
La salvación, la eterna canción imbuida de todo lo que existe,
Seguirá cantando en nuestras oraciones autointoxicantes.

Ahora, mujercita,
Para que veas que no te guardo rencor alguno
Te escribo este poema,
Intentando captar en estas palabras lo que quisimos ser.

Ahora, mujercita,
Solo tú puedes ayudarte.

37
CAMINO INCIERTO

La vida es un escenario
¿Cuál de los dos sueña?
Es algo más que ponerse a mirar Como rompen la bolsa.
Entona una canción desgarrada.
Y tú sonríes buscando ayuda en la desgracia.

Desde todas las mañanas guardo este ardor


Y si tuviera que morir, antes que estar ahí
Tomaría un paracaídas y me rompería.

Estábamos tan mal de dinero,


Que le pedimos un par de pesos
A quien nos condenó en primer lugar,
Y camino al infierno nadie nos vio caer.

Se levantó como de improviso,


Entre la vigilia y el sueño,
Sin pensar en nada más que en el perseguidor.
Ese que con guadaña en mano corta las hojas del inconsciente.

Y ahora olvidamos la canción desgarrada de ese vientre terrestre


Hay demasiadas cosas estresando esos sistemas nerviosos
Algunos se tomaron la peor enfermedad
Actores que el papel de desquiciado se les fue de la mano

Bueno, haces solo lo que puedes.


Hay quienes solo quieren vagar en un rincón

No es una mente sabia aquella.


Yo me conformo con la cercanía de dos ociosos

Tú estás afuera y dentro


En ambos finales del camino.
Te vas lejos en tu vida fácil
Sabiendo que las grietas de a poco se congelan

Angustia y tiempo de rezar


Y esa piel chamuscada se repite en sueños.
Te soplaron que ella pasa
Por tu ciudad sin almas

Angustia y tiempo de rezar

¿Ves como todos hacen fila para el matadero?


Ya no es tan chistoso
Dejaste de bendecirlos con tu reír
Abandonados en un círculo
Con perros callejeros cantando tu canción.

38
EL OBSESO JUEGO DE LA POESÍA

El obseso juego de la poesía,


el juego de los desiertos y los ríos que emergen desde la humedad que se congrega en la
arena,
Es el abrazo de un ser querido que dice

“No te preocupes tanto,


quienes fundaron esta casa sólo quisieron
separar los patios y minimizar el polvo que
entraba por las ventanas”.

Ella transforma su rostro en un espejo de él mismo, como la poesía que intenta rescatar lo
poco de identidad que le va quedando.

El hombre, en su obseso juego, busca y busca a través de distintas fuentes bibliográficas,


pero se queda solo con silencios incómodos, se queda con la sensación:
Que debería rebobinar todo lo sucedido.

A través del televisor, decide que este día no es el indicado para salir a la calle. Nada le
conmueve excepto la risa.

II

Su risa estrepitosa lo levanta de un sueño que ya no recuerda del todo bien. Nunca fue
bueno recordando. Y cuando viaja al pasado no sabe si está en un sueño o bien en una
realidad que se la construyó a lo largo del viaje.

Un par de mocosos le gritan a su madre, quizás con la necesidad de que ella los mire y
entienda.
Ellos hablan y son la medida de su propio universo, que se extiende a lo largo del patio de la
casa recién fundada observada detrás de los vidrios en el asiento de los pasajeros.

El abrazo del ser querido fue en sueños, porque aquel yace en las ánforas y quizás nunca
los conoció bien.

III

Por no haber puesto una cuerda de lino, entre los límites de su cabeza, cumplió el destino
de mucho de los que no vuelven del pasado que se recrea en su mente.

De ese pasado que lo recuerda como si hubiese sido un sueño, y le pregunta a la mujer que
yace a su lado si lo que vivieron fue real o fue solo una filtración, un macabro juego , para
hacerle notar que todo lo que vivió

Quizás no fue real.

39
ESCRITURAL DE LA LUNA ROJA

Sigue
Inventando sin vértigo.
Que por mucho jugar en las cuerdas flojas,
Esas que tiritan en medio del témpano
En la carpa espejo,
vemos que nuestro juego
No produce muecas en estas butacas.

A pesar de aquello, seguiste entrenando


En esas cuerdas flojas, pero te detuviste
En medio del vaivén y el balanceo.

Te detuviste para acabar con ese primer verso.


Para correr otra vez y saludar a las niñas imaginarias.
Entre los álamos, como exhalaciones del bosque,
Como gemidos que aún no han sido velados,
Saludalas y comparte sus gestos
Cantando como la luna roja.

Susurra tus palabras sinceras.


Las canciones que fueron los poemas que pudiste escribir.
Susurra que no detengas la caída libre
de tinta que se escurre por los versos.

Recobra el fogón de los recuerdos que aún conservas.


Las aves van en contra de la gradiente atmosférica,
Armando la escalera que me llevará hasta la luna Roja.

Con el barro hasta el cuello, ensuciando la cocina.


Ensuciando las canciones, podrás entonar una canción llena de
mugre

El barro se formó con la lluvia de un sol egoísta para que un


poeta cante lleno de mugre,
y forme con el barro, una casa donde invite a los futuros
hablantes líricos a discutir,
Robandole a las ánforas el polvo de las memorias,
Soliloquios de niñez, que tú y yo conocemos.

Sonreíste en el vidrio ultravioleta, cuando todo era romper


El color de ese espejo.La exactitud de la palabra termina por
desviar la ruta.

Hoy ante el barrial, solo con un trozo de papel y un lápiz en mi


mano.
Te vuelvo a cantar.

40
LOS ESTRAGOS DEL VICIO

Te dejaron con la mitad del rostro en mi cabeza.


Y en un tren vacío le gritas a la sombra del reloj.
Te dejaron con una cicatriz. Su marca,
solo tú sabes dónde está.
Y se ha ido borrando con el tiempo.

Con caucho por piel, combustible del porvenir


Con materia imperceptible en cada mano, al acecho
De lo que no puedo costear.

La muralla que destruí, sigue con el cráter.


En respuesta de mi propio final, mientras la vida larga
Que te toca actuar esta vez, es la memoria de toda tu gente.

Perdiste la cordillera en tu intento por escapar del dolor.


Sabíamos de la clase de espíritus fuera de esos edificios.
No pude hacer nada más que reír.

Invertebrados agarrados del barrote más cercano.


Murmurando instrucciones para su subalterno,
Cansados de la responsabilidad que les impusieron.

Vuelven del abismo, ese lleno de aire intransitable.


Vuelven con las ganas de irse al llegar a destino.
Los que sonreían antes, hoy nos miran indiferentes
Indiferentes ante el desgarramiento de los ensangrentados.

Ese desgarro, fuerte como la muerte, pero trayendo


Consigo la felicidad humana, no necesita mayor explicación.
Solo decir que esta felicidad es fruto de su sacrificio.
Sacrificio imposible de decir,
Imposible de darle un nombre.

Volví, de ese sueño a medias


Con sabor a colilla cada vez que tosía,
Frutos de recuerdos que nos hablan palabras reconfortantes.
Lleno de cables en la piel, ninguno es capaz
De darme la energía necesaria para seguir avanzando.

Una vez que mire el río limpio,


Podré ser como el arlequín de las calles.
Otra vez más el juglar apostando el pellejo en cada máquina.

41
ÍNDICE

NO TIENE QUE VER CON LA ESCRITURA ………...……………………4

DE LA LOCURA Y SUS DELIRIOS ……………..……………….8


LA PUERTA ……………….……………..9
ENCIERRO ……………………....…….. 11
DIATRIBA ……………………..……….12

DE LA CIUDAD Y DE SUS CALLES ……………………………...14


INVOCACIÓN …………………..………….15
MAPOCHO, SONRIENDO CON LOS ATLETAS …………………...…………16
RESURRECCIÓN ………………………….…..17
AURORA ……………………………...18
A MIS COETÁNEOS ………………………….......21

DE VIAJES Y REGRESOS ………………………….…..23


AMBULANTE ………………….…………..24
PERDISTE LA RUTA ……………………….……..25
MONUMENTO ……………………....……...26
ISLA DE SURCOS, COMPAÑÍAS; LEJANÍAS ……………………….……..27
ANDES ……………………....……...28

DEL CIELO Y EL INFIERNO …………………………..….29


CRUZ Y FICCIÓN ………………………….......30
TU DIOS …………………………..….33
VIRGEN SANGRIENTA …………………………..….34
VENDEDORES DE FE ……………………….……..35

DE SUEÑOS Y PROMESAS ……….……………….…….36


MUJERCITA …………………….……......37
CAMINO INCIERTO …………………….……......38
EL OBSESO JUEGO DE LA POESÍA …………………….…....…..39
ESCRITURAL DE LA LUNA ROJA …………………………..….40
LOS ESTRAGOS DEL VICIO ……………………………...41

42

También podría gustarte