Documento de Trabajo 1
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Las preguntas que nos hacemos sobre el conocimiento disciplinar de la psicología, sean
sobre los modos de su creación, movilización y recepción o sobre las formas en que es
responderse desde una amplia variedad de posiciones epistémicas sobre qué es la psicología,
cuál es su objeto, y cómo produce conocimiento, y utilizando los más heterogéneos recursos
El trabajo con el pasado y su uso en las formas de hacer historia, tampoco ha escapado a la
creación de una heterogeneidad de puntos de vista, que en algún momento han entrado en
disputa y se han vuelto contrarios, en un campo que ha tenido su propio desarrollo y que fue
delineando su contorno a partir de versiones ‘históricas’ sobre las ideas, las ciencias y las
La psicología “forma un campo de saber y prácticas marcado por una pluralidad radical no
imposible” (Ferreira, 2010, p.14). En este 'magma psicológico', los estudios históricos en
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institucionales, la profesionalización y las identidades profesionales así como los objetos
incluido el interés por las condiciones sociales y culturales de los saberes, articulando de
narrativas reflejan la imagen de una disciplina que avanzó sobre diversos campos de
imagen que valida el estado actual de la psicología, así como de agentes y acciones que
tradiciones que en el marco de las historias de las ciencias, Canguilhem (2009) las definió
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como historias recurrentes, historias que le imprimen un carácter legitimante a los
enfatizar una figura referente y un método singular, dejando de lado el carácter colectivo de
caracterizaron los inicios de la psicología a fines del siglo XIX y que intentaron comprender
Kurt Danziger (1984) uno de los más destacados representantes de los estudios en historia
espera de ser descubiertos por algún genio solitario. A partir de los desarrollos de la
sociología del conocimiento, contrapone la idea que los conceptos, teorías y objetos de la
históricas específicas” (p.3), por lo que deben ser estudiados en relación a las actividades
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El curso de Historia de la Psicología del Uruguay (1988- actualidad) se ha interesado por
construir una perspectiva histórica que trascienda las tradiciones clásicas y avance sobre
perspectiva histórica, tomando los elementos que hemos considerado útiles para elaborar
una herramienta de análisis que nos permita estudiar de manera crítica el pasado de la
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HISTORIA Y PRÁCTICAS
HISTORIADORAS
Paul Veyne (1984) plantea que la historia no es más que la respuesta a las preguntas que nos
una elección previa para que no se disperse en singularidades ni caiga en una indiferencia en
la que todo es equivalente” (p. 33). Si bien la elección de un tema es libre, debemos
considerar que resulta imposible describir totalmente el tema elegido y esa descripción será
selectiva, los hechos y relaciones que configuran un tema serán para quien lo estudie un
campo de posibilidades, donde los itinerarios recorridos serán el fruto de esas elecciones
previas: “los historiadores cuentan historias que son como itinerarios que han decidido
Los hechos que configuran esos itinerarios no se dan de manera aislada, se producen como
2005, p.10).
El trabajo de historizar tiene que ver con hacer comprender las tramas históricas sobre las
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testimonios es lo que dará forma y sentido a los hechos o situación estudiada y éste no
modo en que elige y entiende los hechos, las relaciones que establece entre ellos, forman
parte de un proceso de abstracción que le otorga sentido al relato de quien narra la historia.
Estos sentidos y relatos forman el cúmulo de versiones históricas sobre diversos temas, la
beneficiado de una amplitud de formas de estudiar, entender y trasladar a los demás, los
componentes de los hechos históricos. “El único progreso que cabe al conocimiento
darnos mas lecciones de las que ya nos da, pero puede seguir multiplicando los
reflexiones históricas, que han propuesto conceptos que trascendieron varias épocas y en
rastrear estos componentes desde la Grecia antigua, ubicaremos algunos mojones que nos
resultan importantes destacar del pensamiento histórico desde los inicios de la modernidad.
Las reflexiones teóricas durante el siglo XVIII sobre los alcances del conocimiento histórico
diferenciara de las belles lettres y “por legitimar el uso de la razón sobre el de la memoria en la
selección de los hechos” (Mudrovic, 2005, p.6). La empresa de los estudios en historia se
dirigía a fijar los límites del conocimiento y delimitar los hechos verdaderos para asegurar la
El siglo XVIII conocido como el siglo de las luces, se caracterizó por la proliferación de
estudios históricos por parte de filósofos, en este período “nacen las ideas del devenir de la
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materia, de la evolución de las especies, del progreso de los seres humanos. Pensadores
un estado ideal” (Bourdé y Martin, 1992, p.71). Montesquieu, cuyo modelo eran las ciencias
de la naturaleza, aspiraba a trasladar tal modelo sobre los estudios históricos, formular leyes
los hechos, de manera de salir del caos de los acontecimientos fue el objetivo de Voltaire,
quien junto a Condorcet buscaron encarnar la razón en la historia, así como el “flujo
continuo de la historia humana hacia un mayor progreso y mas transparencia” (Dosse, 2003,
p.52).
En la época del iluminismo, el universo se volvió mas inteligible para la naciente ciencia y la
regido por leyes universales, y la historia tendrá su historia natural, “la inclusión del hombre
A finales del siglo XVIII e inicios del XIX, las bases para el pensamiento histórico moderno
ciencias humanas, esa razón exige ser pensada bajo el principio de evolución; el progreso
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implica continuidad y cambio, dos elementos que no forman parte de la tradición cristiana
tomado por las nacientes ciencias sociales y será Augusto Comte quien recupere la idea de
una ciencia de la sociedad, similar a las ciencias naturales llamada: la física social. El credo
positivista desarrollado por Comte tendrá sus adeptos en el campo de la historia, “la
verdadera historia positivista fue definida por L. Bordeau en L'Historie et les Historiens: essai
critique sur l'historie considerée commo science positive, publicado en 1888” (Bourdé y Martin,
1992, p. 143). Para L. Bordeau, quién fue discípulo de Comte, la historia era la ciencia de los
desarrollos de la razón y su objeto serían todos los hechos dirigidos o influenciados por la
razón.
La historia científica tendría entonces como objetivo, al igual que las ciencias de la
naturaleza, la búsqueda de leyes que rigieran el desarrollo de la especie humana, estas leyes
1) las leyes de orden, que muestran la similitud de las cosas; 2) las leyes de relación, que hacen
que las mismas causas provoquen los mismos efectos; y 3) la ley suprema, que regula el curso de la
historia. En suma, se trata de una filosofía de la historia, resueltamente determinista, que pretende
Los principios que fueron estructurando el perfil de la naciente ciencia histórica, junto a los
aportes de las ciencias sociales y las estadísticas, se conjugaron para consolidar la imagen
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Los historiadores de los siglos XIX y XX intentaron crear una física social, una ciencia
embargo, este impulso fue difícil de sostener. El historicismo positivista dio paso, en
Francia, a la Escuela de los Annales. Esta escuela fue el ejemplo de las nuevas formas de hacer
historia en las primeras décadas del siglo XX, propuso una nueva dialéctica entre pasado y
presente, perspectiva que le implicó luchar en dos frentes: “contra los eruditos puramente
limitados a la restitución del pasado, sin inquietud alguna por las apuestas actuales, y por
otro, contra los economistas y sociólogos cuando tienden a ocultar el espesor temporal de
ubicar el confuso objeto del relato?, inmerso en la relación entre la acción narrada, la
De Certeau muestra que la historia depende a la vez de una escritura performativa en el acto de
hacer historia y de una escritura en espejo en el hecho de narrar historias, con lo cual el género
histórico está desde el comienzo en tensión entre una vertiente científica y una vertiente ficcional
Si la historia es un relato, para De Certeau también es una práctica que debe referenciarse a
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Precisamente en función de este lugar los métodos se establecen, una topografía de intereses se
precisa y los expedientes de las cuestiones que vamos a preguntar a los documentos se organizan.
De la misma manera que el relato histórico se encuentra inscripto en su medio social, las
formas que adquiere ese relato, su impronta técnica, está vinculada a lo que De Certau
(1999) llamó 'la institución histórica'. La idea que el saber debe estar separado de lo social,
tiene su raiz para De Certeau en aquellos saberes ligados al origen de las ciencias modernas,
del espacio público y elaboraron un discurso con reglas propias distanciado de lo social.
Shapin y Schaffer (20015) ubican el inicio de las prácticas que propiciaron la división entre
comenzaron a definir las características que debían revestir los saberes que pretendieran
La historia formó parte de esa corriente de saberes que se propusieron ser ‘ciencia’, y de la
misma manera que elaboró las condiciones para devenir ciencia histórica, también produjo
las condiciones para su crítica. “Toda doctrina que rechaza en historia su relación con la
sociedad queda en el campo de lo abstracto. Niega los mismo que la está produciendo” (De
social no puede generar una práctica y en el caso de la historia esto resultaría grave, ya que
es en esa relación con lo social donde se encuentra el objeto de la disciplina y por ende la
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Avanzado el siglo XX, las prácticas historiadoras abandonaron las pretensiones de una
historia totalizante como lo planteaba Michelet y han abierto su espacio a perspectivas como
de estas escuelas o elaborar teorías sobre los casos que abordamos, sino que como plantean
Campagno y Lewkowicz (2007), consideramos que llevar adelante una práctica historiadora
producción de una situación histórica...teorizar las prácticas en que estamos implicados” (p.
36).
discurso ideológico mas o menos consciente, implicado sociohistóricamente, hace surgir “la
necesidad imperiosa que tiene el historiador de interrogarse sobre las condiciones, los
medios y los límites de sus conocimientos” (Bourdé y Martin, 1992, p.5). En este sentido
optaremos por una forma de abordar la práctica historiadora sin pretender construir
heterogeneidad de ese pasado como las posibles perspectivas que sobre el pueden situarse y
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P R Á C T I C A Y P E R S P E C T I VA
HISTÓRICA: GENEALOGÍA
como del objeto a conocer, son características sobre las que debemos guardar nuestros
recaudos. Nietzsche (1887) nos alerta sobre la 'patraña conceptual' de volvernos sujetos
suspendiendo las fuerzas interpretativas. Son estas fuerzas, en definitiva, las que nos
sea el número de afectos a los que permitamos su palabra sobre una cosa, cuanto mayor sea el
número de ojos, de ojos distintos que sepamos emplear para ver una misma cosa, tanto mas
completo será nuestro concepto de ella, tanto más completa será nuestra objetividad. (p.139)
fuera del tiempo y desde esa cima intenta ordenar el discurso ‘verdadero’ de la historia. Los
continuidad del relato histórico, limita la multiplicidad de causas y el devenir azaroso a una
explicación causal y mecánica, reduciendo las múltiples formas y sentidos del acaecer.
Para Nietzsche, el historiador debe destruir esa
profundo" (Nietzsche, 1874, p. 94). Dirige la crítica sobre el uso del pasado, un uso
desligado del presente y que se construye como una verdad, tornándose en jueza que ordena
y castiga. La historia debe dejar las alturas para concentrarse en lo micro, “para ello, al igual
Descender, atender a lo pequeño, subvertir la mirada, se proponen como las premisas de una
práctica historiadora que se aleja de la pretensión totalizante, y a la vez reconoce que “la
todo el ámbito no-acontecimental que nos queda por historificar) y del cual no podemos
divisar a la vez todos los ángulos” (Veyne, 1984, p.178), por lo que los consejos
organizan, y esta síntesis es tan espontánea como la memoria al evocar eventos pasados, “el
campo histórico es totalmente indeterminado, con una sola excepción: todo lo que se
encuentra dentro de él tiene que haber acaecido realmente. Aparte de ello, no importa que
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La crítica de Nietzsche a la historia de los historiadores y sobre todo, a los fundamentos
metafísicos de la historia que en definitiva legitiman el presente en el que viven, son los
La genealogía para Nietzsche es una propuesta histórica y filosófica que vincula el presente y
el pasado, la actualidad y el origen de una manera vívida, es una perspectiva histórica que
mantiene una relación vital con los problemas del presente, “Genealogía es, en primer lugar,
Como sucede con las diferentes formas de abordar la historia, la genealogía surge de la
actualidad, de esa actualidad que necesita del pasado para ser comprendida, pero que a
del presente, sino que lo que vivimos en el presente es resultado de lo histórico, contingente
y azaroso.
universales y propone la historización de esos valores. La razón, la moral, son algunos de los
objetos que estudió Nietzsche para mostrarnos que no son algo dado y naturales, sino que
genealogía para Nietzsche es también crítica, la crítica debe abordar las condiciones que
ciertos valores morales se convirtieron en tales y también el valor de esos valores (Mahon,
1992).
La genealogía nos permite comprender “cómo se llega a ser lo que se es” (Nietzsche, 1888,
p.57), mostrándonos que todo tiene una historia y en ella reside la verdad genealógica. No
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rechaza la búsqueda del origen, que como plantea Foucault (1988), implicaría recoger la
Para Foucault, quien retoma los planteos nietzscheanos en sus estudios, existen otros
idéntico a sí mismo.
psicología, del que ya planteamos su heterogeneidad; sino trazar las derivas de un saber que
La genealogía no va tras los orígenes para captar esencias, ni buscando formas inmóviles que
luego se desarrollan a través de la historia, cuando mira los comienzos busca el azar,
agitación, rupturas, no trata de construir una epistemología; “ella demuestra, mas bien, que
1988, p. 247).
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LA ARQUEOLOGÍA Y GENEALOGÍA
EN L A PRÁCTIC A FOUC AULTIANA
“Triple peligro que cierta forma de historia pretende conjurar refiriendo el desarrollo
continuo de una necesidad ideal” (Foucault, 1996, p. 59). En base a estos principios se
propuso analizar dos conjuntos, por un lado el 'conjunto crítico' que refiere a los discursos,
utilizando el principio de trastocamiento, es decir, como se han formado esos discursos, sus
propone tomar a los discursos como prácticas discontinuas, que pueden cruzarse, solaparse
y excluirse, la segunda refiere a que el discurso es lo que es, no hay un trasfondo a descifrar
y por ultimo, dirigirse sobre lo que hace posible la aparición de esos discursos (Foucault,
1996).
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Estas dos formas de abordaje no son separadas, “La crítica analiza los procesos de
equilibrio, de manera de que la última irá volviéndose mas importante en el trabajo sobre la
objetos de la genealogía. Para Ian Hacking (1988) lo que Foucault va a denominar como
discursos, dominios de objetos, etcétera, sin tener que hacer referencia a un sujeto que es o
través del curso de la historia” (p. 46), no apunta a una historia de quien emitió tal
Los estudios realizados por Foucault sobre el asilo y la prisión fueron posibles como el lo
contenidos a los que hace mención refieren a bloques de saberes que se encontraban
desarrolla la crítica.
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El proyecto genealógico de Foucault trata de hacer jugar esos saberes locales contra aquellos
ordenarlos en función de los valores de la ciencia. Esta lucha contra el saber legitimado,
implica la insurrección de lo saberes contra los efectos de poder centralizadores del discurso
en definitiva: “Las genealogías son, muy precisamente, anticiencias” (Foucault, 2000, p.23).
En el curso de los años 1975 y 1976 en el College de France llamado Defender la Sociedad,
Foucault (1975-76/ 2000) propuso una definición provisoria de genealogía vinculada a las
un saber histórico de luchas y la utilización de ese saber en las tácticas actuales” (p. 22).
El estilo Foucaultiano de hacer historia abarca, según Veyne (1984), el programa de las
sino en las prácticas. El sentido que Foucault le brinda a la noción de prácticas refiere a lo que
los hombres realmente hacen cuando hablan o actúan, no remiten a algo exterior que las
El relato foucaultiano se centra sobre las prácticas y sus historias, en cómo se han
constituido ciertas verdades y las luchas sobre éstas. Esta nueva manera de hacer historia no
se especializa sobre el discurso o lo que está oculto en el discurso, sino que considera con la
misma importancia las condiciones de emergencia de esos discursos, “la parte oculta del
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discurso y de la práctica no es separable de la parte que emerge” (Veyne, 1984, p. 237). En
este sentido, la genealogía como aspecto central de su metodología, tendrá como foco
central “las relaciones mutuas entre los sistemas de verdad y las modalidades de poder, el
246).
Foucault advirtió, como lo hizo Nietzsche una curiosa sacralización de la historia y de los
modos de llevarla adelante. Según el autor francés, los historiadores se han planteado el
abren dos vías de entrada a los estudios históricos que permiten llegar a niveles diferentes y
que Foucault (2013a) plantea que así se accede a la metodología de la discontinuidad, lo que
ligazón mucho mas numerosos que la relación universal de causalidad mediante la cual se
acontecimientos organizados secuencialmente y con cierto principio rector, al igual que las
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establecer sentidos comunes entre fenómenos simultáneos o sucesivos; para Foucault esta
ideas sólo nos llevan a “aceptar que, en primera instancia, solo se está frente a una población
búsqueda incesante del origen, es preciso renunciar a ésta y a aquellas operaciones que
discursos. De aquí sigue la descripción pura de los hechos del discurso que permitirá
plantearnos la pregunta sobre la irrupción de los enunciados, por que aparecen éstos y no
otros, en base a que reglas, y que otros enunciados aparecen sobre estas reglas. Se trata de
determinar sus condiciones de existencia, fijar sus límites y relaciones con otros enunciados,
En el horizonte de este planteo se perfila un objetivo mas amplio como lo es: “el del modo
las condiciones que en una cultura rigen la aparición de los enunciados y su mantenimiento,
como devienen en prácticas o conductas, el modo en que circulan y en base a que principios.
El trabajo sobre el universo de los discursos se sostiene sobre tres criterios, que para
Foucault permiten sustituir los temas de la historia totalizante; criterio de formación que
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focalizado en el conjunto de relaciones que definen un discurso internamente y el contexto
permiten describir, como episteme de una época, no la suma de sus conocimientos o el estilo
general de sus investigaciones, sino la separación, las distancias, las oposiciones, las diferencias,
las relaciones de sus múltiples discursos científicos: la episteme no es una especie de gran teoría
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EPISTEME Y DISPOSITIVOS
Foucault, el autor francés propone una primera definición destacando que en cada cultura y
en cada momento “sólo hay siempre una episteme, que define las condiciones de posibilidad
de todo saber, sea que se manifieste en una teoría o que quede silenciosamente investida en
una práctica (Foucault, 2002 a, p. 166). Mas adelante, y ya realizando una explicitación y
reflexión sobre el modo de abordar las discursos en un campo histórico plantea que:
Por episteme se entiende, de hecho, el conjunto de las relaciones que pueden unir, en una época
determinada, las prácticas discursivas que dan lugar a unas figuras epistemológicas, a unas
ciencias, eventualmente a unos sistemas formalizados; el modo según el cual en cada una de esas
espacio que se define por las posiciones y funciones de los elementos que la componen, lo
que nos lleva a una segunda característica compartida que refiere a la heterogeneidad de los
genealógico, abordando los dominios que Foucault fue articulando en sus estudios: saber,
poder y subjetividad. Esta noción permite abordar procesos históricos a partir de ciertas
elementos que componen el espacio del dispositivo mantienen una relación histórica que se
que establecen entre ellos, a esas relaciones que se van transformando y cambiando en el
Este juego de relaciones es la matriz del dispositivo, el uso de los saberes, su manipulación
en tanto parte de un juego estratégico dan cuenta de las relaciones poder, lo que implicará
por poder hay que comprender, primero, la multiplicidad de las relaciones de fuerza inmanentes y
propias del dominio en que se ejercen, y que son constitutivas de su organización; el juego que por
medio de luchas y enfrentamientos incesantes las trasforma, las refuerza, las invierte; los apoyos
que dichas relaciones de fuerza encuentran las unas en las otras, de modo que formen cadena o
sistema, o, al contrario, los corrimientos, las contradicciones que aíslan a unas de otras; las
estrategias, por último, que las tornan efectivas, y cuyo dibujo general o cristalización institucional
toma forma en los aparatos estatales, en la formulación de la ley, en las hegemonías sociales.
Los estudios genealógicos llevaron a Foucault a estudiar el poder de una forma innovadora, a
partir de la cual estableció una nueva concepción de la que se desprenden ciertas reglas para
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del poder, lo que no lo sitúa en estamentos sociales sino circulando en una especie de red,
debería preguntar lo que cierta gente desea y por que desea dominar a otros, en cambio se
debería preguntar “como funcionan las cosas en el nivel de la sujeción presente, en el nivel
nuestros gestos, dictan nuestras conductas, etc”, esos proyectos que nos constituyen como
Sujetos, saber y poder son los dominios sobre los que discurren los estudios genealógicos de
Foucault, práctica historiadora que contiene la relación entre la actualidad y la historia y que
mismos. Esta ontología histórica recorre tres líneas, la primera vinculada a la verdad a
modo en que nos constituimos en sujetos que actúan sobre los otros y la tercera relacionada
a la ética a través de la que nos formamos en agentes morales (Mahon,1992; Moro, 2006).
preguntarnos sobre cómo se ha convertido en un saber cuyos agentes expertos actúan sobre
así como interrogarnos sobre que legitimidades se sostiene tal posibilidad y que valores
éticos y morales hemos trasmitido y ayudado a consolidar a lo largo del tiempo. Esta
propuesta de estudio histórico no solo pretende aportar a conocer el modo en que nos
sociales, culturales y políticos, sino que además opere como una herramienta de análisis de
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Editores.
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Danziger, K. (1984). Towards a conceptual framework
Universidad Iberoamericana.
Nueva Visión.
Valencia: Pre-textos.
ediciones de la Piqueta.
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Foucault, M. (1967/2013a). Sobre las maneras de
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Gabilondo, A. (1990). El discurso en acción: Foucault y una
York Press.
Universidad de Cantabria.
Akal.
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Nietzsche, F. (1874/1999). Sobre la utilidad y el perjuicio
Biblioteca Nueva.
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