Historiografia Critica BAJO Azcapotzalco-14-23
Historiografia Critica BAJO Azcapotzalco-14-23
Historiografia Critica BAJO Azcapotzalco-14-23
13
Historiografía crítica
l Existen distintas acepciones del término "historiúgI"afía", locual hace necesario usar, para diferenciar,
el concepto de "historiografía crítica". En previas dcepciones, histOriografía designa, entre otras, historia
de ¡., historia es.:rita (en generdl, y sobIl' algún tema en particuldr, como historiografía de La Revolución
Mexicana, o historiogrdfía de La Edad Medía, es deci r, el conjunto de rraba}os espeddlhados Il'Ladon;¡dos
con un tema o una épocd en particular); historia es.:rita; fonnas de hacer historia; en parle, contiene
p reocupildones metodológicas, sobre todo en Il'ladón con la historia de la disciplina (del quehacer
histórico, del llamado quehacer historiográfico); historiograffa en Il'!adón con ciertas comentes, por
ejemplo historiograffa marxista. Véast' también la nota sob re "historiografía crítica" en el apéndice de
es te libro.
Introducción general
...existe una diferencia entre una teoría que desconoce toda exigencia de reali·
dad a la representación histórica, y lUla historiografía con plena conciencia de
la complejidad de la cognición histórica, pero que no obstante parte de que
hombres y mujeres reales tenían ideas y sentimientos reales que condujeron a
acciones reales, que pueden ser conocidos y representados histÓricamente. 4
Esas teorías que, como todo pensamiento, deberían ser abiertas para
contemplar la posibilidad, cuando no la necesidad, de constantes transfor·
maciones,s llevan en sí el riesgo de verse reducidas a un método y de ser
aplicadas, no pocas veces, fuera de su horizonte cultural, en forma ajena a su
historicidad. En otros momentos, se estancan y devienen en ideologías que,
al imponerse a la cambiante historicidad, pierden y hacen perder, también
aquí, justamente su potencial original.6 En pocas palabras, nos interesa
investigar "qué significa para el trabajo histórico que existan ideas abstractas
acerca de la realidad social. Esas imágenes forman la imagen de la historia.
Los diagnósticos históricos afectan, a su vez, las imágenes te6ricas".7
Al analizar los espacios teóricos junto con los ámbitos disciplinarios, no
hacemos sino devolverles, y eso vale especialmente para el pensamiento
histórico, su propia historicidad como potencial crítico y reflexivo abierto. La
idea esencial para lograr eso consiste en ubicar, cuestionar y problema tizar
los fundamentos de la historicidad, desde los ámbitos comunes de la historia
y desde los espacios teóricos, y a través de sus actualizaciones y de las
representaciones del pensamiento histórico. Así, la "historiografía crítica" es
un quehacer que induye en su reflexión las consecuendas de éste sobre sus
propios postulados, tal como se marcan en las cambiantes actualizaciones y
representaciones de sus fundamentos. En otras palabras, los parámetros
y planteamientos teóricos en que se basa el quehacer historiográfico se ven
afectados por los resultados de este quehacer y por las reflexiones realizadas
4 Georg G. Iggers, Gescllich/5WÍS5e11sclulft im 20.¡ahrhunder/, Gotinga, Vandenhoeck & Ruprecht , 1996
(1993), p. 88.
s Una e)(igencia que vale no sólo para las ciencias sociales y hwnanas, donde parece más evidente,
sino también para la teona en las ciencias en general.
6 Como ejemplo, podemos mencionar algunas corrientes dogmáticas del marxismo -no son pocos
los filósofos e historiadores que han optado recientemente por distinguir el marxismo del pensamiento
marxiano, con el fin de recuperar este polencial-: o bien,. podemos recordar \as distintas variantes del
positivismo: o, en la historia de la historiografía, una serie de teorías que se convierten en corriente, escuela
y dogma, como ha sucedido, por ejemplo. con el estructuralismo.
7 lhomas Mergel y Thomas Welskopp (OOs.), Geschichlt' lUIischen Kultur 1I11d Gesellsclulft. Bei/rr:lg ~ur
TllroritdebR tle, MlUlich. Verlag C. H. Beck, 1997, p. 10.
15
HistoriograJfa crítica
AJ LUGAR DE LA TEORíA
,.
Introducci6n general
8 Jom Rüsen, '"Origen y tarea de la teoría de la historia", en Silvia Pappe (coord.), CXhales ret:ientes "'1
la trona tk 111 historiografúl alf!milna, México, UAM.A/UIA, 2000, pp. 37-82 (37-38). Este texto foona parle de las
lecturas obligatorias.
17
Historiografía crítica
van posibles derivaciones hacia una visión más "global", a la vez que
se da mayor importancia a la recuperación de lo regional y lo local.
resaltando lo marginal (colonizado) en visiones históricas anteriores,
y oponiendo esta visión a los centros de poder.
• Cortes ideológicos. Es común que esos cortes se deriven de teorías
cuya aplicación inmediata se cruza con posiciones políticas o princi·
pios dominantes vigentes. Así, el marxismo por mucho tiempo ana·
li zó la sociedad mesoamericana como un modo de producción asiá-
tico. En los debates recientes acerca de los centros de poder y la
globalización, el pensamiento llamado "políticamente correcto" toma
partido por determinados gmpos marginad os, y crea los estudios
subalternos, o la historia de género que centra su atención en las
mujeres.
• Formal--constitutivo. En las discusiones en tomo a los géneros y los
formatos, enfoques te6ricos como el estructuralismo o el constructi-
vismo, influyen en los procesos de signi ficación del pasado; cabe
destacar el carácter interdisciplinario y trarsdisci plinario que esos
enfoques adqu ieren cada vez más.
• Uso. El conocimiento histórico suele utilizarse para construir legiti-
midad ; por ejemplo, en la historia mexicana el llamado "Grito de
Dolores" adquiere un sentido fundacional de la nación. Así, el uso
(percepción, interpretación y construcción) de los datos, de la expe--
riencia y la memoria, además de su relación con tipos de explicación,
comprensión y reinterpretación, estructura los discursos en función
de las correspondencias con formas de representación en el sentido
disciplinario o científico.
• Temático. En los estud ios recientes se observa cada vez má s la limi-
tación de lo temático cuando no se problema tiza en función de la
historicidad de los intereses en torno al objeto de estudio.
Lo que nos interesa aquí es que se trata, en tod os los casos, de bases
te6rico·metod ológicas de la propia disciplina. Son elementos que no sólo
rigen la disciplina, sino que además está n sujetos a las mismas reglas que
describen y defin en.
Ahondemos un poco más sob re el luga r de la teoría: cuando pensamos
en los ámbitos de lo teórico como algo sepa rado de las prácticas disciplinarias
(en forma, por ejemplo, de un marco teórico; o como algo que rige estas
prácticas desde su exterior), terminamos enfrentados a un problema doble:
a) por una parte, elaboramos dos investigaciones, una para avanzar y con·
cretar en teoría, la otra para desarrollar un tema específico en la disciplina
propiamente dicho; y bJ debemos tener en cuenta que el ámbito de lo teórico,
18
Introducción general
19
Historiografía crftica
10Los conceptos de horizonte, horizonte de expectativas y otros relacionados con eUos, seencuen-
tran desarroUados en Hans-Georg Gadamer, Vrrdad y método, Salamanca, Ediciones Sígueme, 1986. Véase
especialmente nEI principio de la historia efectual n, pp. 370-377.
20
Introducción general
B) H ISTORICIDAD
II Hablo aquí de tiempos, pero también se puede tratar de dos o más espados: el propio y otro:
otra nación, otra cultura, otro grupo social, otro espado teórico o ideológico, etc. Lo que pa ra la tensión
temporal es el presente y alguna modalidad del pasado, para el espacio resulta ser frecuentemente el lugar
sociocultural propiO Yalguna modalidad de otredad. Casi siempre, ello resulta en un com plejo entramado
de tiempo-espacio; tanto enel ámbito teórico comoen diversos estudiosdecrftica literaria, Mi}á.il Bajtin ha
investigado representaciones especificas de esos cron%pas en determinados momentos históricos.
21
Historiografía crífiCQ
Lectura obligatoria
!2 Observar las formas en que esta tensión queda resuelta (y muchas veces, disuelta) en ciertos
estudios o historias escritas, puede dar la impresión de que, en sf,\a tensión abierta de la historicidad no
es un asWlto importante para la historiografía, sino Wl estado previo, un pWlto de partida, el potencial de
las historias por escribir. Sin embargo, veremos que es Wl aspecto indispensable para los procesos de es-
critura y significación, reescritura y resigniñcaci6n. en la consti tución del conocimiento sobre el pasado.
22