Obra de Teatro "Propuesta de Matrimonio"
Obra de Teatro "Propuesta de Matrimonio"
Obra de Teatro "Propuesta de Matrimonio"
sexta versión que leo de este libro “Como atrapar a tu hombre” he usado todos los
métodos que indican, pero no hasta ahora no lo puedo atrapar, ya no sé qué hacer para
que él se decida. (Queda pensativa)
(Suena su celular, lo mira y se emociona) ¡Es el!! ¡Es el! El amor de mis sueños, seguro que
ya se decidió. Hay que nervios, ¡Alo! Gil
Gil – (En Off) Te llamaba para saber si puedo ir a tu casa, (Sin hablar de la emoción mueve
la cabeza varias veces diciendo que “SI”) es que me he decidido y quiero proponerte algo,
si me dices que SI, me harás el hombre más feliz del universo. Te parece si voy a tu casa en
unas dos horas. (De acuerdo a lo va escuchando hablar a Gil va haciendo muecas de
alegría, felicidad)
Cándida – (Al publico) Por mi ven ahorita (A Gil) Si por supuesto Gilbertito te espero
Gil – Nos vemos en un rato (corta la llamada)
Cándida – He esperado tanto a que se decida qué un par de horas más no importa.
¡Huy que nervios! Estaré bien arreglada (Retoca el cabello, se mira al espejo de un lado a
otro) tranquila Cándida, tranquila. …No te pongas nerviosa hace tiempo que querías
atraparlo y ya se dio, tranquila, tranquila. Tengo que contarles a las chicas sino me matan,
voy a wasapearlas (coge su celular busca el chat del grupo nerviosa) donde están, donde
están, aquí “Las chicas Cienfuegos”
Dora – Hola Cándida, estaba a medio de mi tratamiento facial y me llega, tu mensaje que
decía “Reunión de emergencia” te ocurre algo, acaso estas en bolero (Con la mano hace
ademan de estar encinta)
Ana – Estaba en pleno peinar cuando llego tu mensaje en el chat y me asusté, me vine
disparada te sucede algo, estás bien.
Josefa – Cándida leí tu mensaje sonaba como desesperada, te pasa algo, me tienes
preocupada.
Cándida – No sean exageradas chicas, no es nada catastrófico.
Cándida – Hay chicas estoy emocionada, estoy nerviosa, estoy feliz, estoy de todo porque al fin se va
a dar lo que tanto deseaba.
Ana – Hay ese profe Gilberto no cambia, siempre pidiendo algo prestado.
Cándida – No mujer, como va a ser por el Whatsapp, me llamo y me dijo “Necesito hablar contigo,
desde hace mucho tiempo quería pedírtelo, pero no me atrevía, si me aceptas seré el hombre más
feliz de todo el planeta. Té parece si nos vemos en dos horas”. Esta clarito no.
Josefa – Vamos Chicas, lo que pasa es que está guardándose para decírselo a solas.
Cándida – Recién me van a pedir, después pensaremos en eso (soñadora) aunque me gustaría en
Paris la ciudad del amor.
Ana – ¡Ah! Picarona
Josefa – Ese Gilberto no es tan gil que digamos, sabe escoger bien.
Cándida -Les confieso que no esperaba que me lo pidiera así tan rápido.
Josefa -Ya, ya, ya no te hagas la que no se daba cuenta, en todas las fiestas que se organizan en el
club con la única que baila es contigo.
Dora – Claro, en la cena de los viernes siempre se sientan juntitos y son pura risita todo el tiempo.
Creo que ya se veía venir algo así.
Dora -Todas en el club dicen lo mismo de cómo te pones toda “Dulcecita” cuando hablas con
Gilberto.
Cándida -Yo Dulcecita, a Gil lo trato igual que a todos en el club además de ser mi profesor de Tenis
somos muy amigos.
Ana – Tu eres la única que el profesor Gil le da clases de Tenis más de una hora
Cándida – El quiere que mejore mi saque (Hace movimiento de saque de bola de tenis)
Dora – Hay Candia, Cándida, no vas a negar que en cuanto lo ves llegar al Club te pones inquieta no
sabes qué hacer para tener toda su atención.
Josefa – Además varias veces te he visto llevándole dulcecitos, galletitas de esas integrales que tú
mismo preparas.
Cándida – No veo nada malo en invitarle un dulce, como mi Gil, perdón Gilberto es soltero, no tiene
quien le prepare cositas ricas.
Josefa – Mira Cándida, nosotros no somos caídas de la azotea, di que te gusta GIL y punto.
Cándida – Tu sí que paras detrás de Jacinto el profesor de Aerobic de una manera que…. es muy
notoria.
Cándida -Si pues, no te hagas la tontita, cuando bailas con él, hasta la Cumbia lo haces pegadita y en
una sola loseta como si fuera a gastarse el piso.
Dora -Cándida tiene razón, todos se dan cuenta que con Jacinto exageras en atenciones.
Josefa -Que habladoras son, solo soy una persona amable con el profesor que me ha enseñado
muchas cosas y nada más.
Cándida – Con todos no eres igual, con Jacinto se ve que es algo especial.
Dora – ¡Ya chicas ¡… suficiente todas tenemos nuestro secretito por ahí.
Cándida – La verdad que para mí lo del profesor Gilberto ha sido una sorpresa. No puedo negar que
es muy cariñoso conmigo, pero nunca me ha sugerido nada amoroso.
Dora -Los hombres son así esperan y esperan hasta que ven la oportunidad y zas se lanzan a cazar
su presa.
Cándida – (Mira su reloj) ¡Hay no! Chicas Gil ya está por llegar, por favor, por favor váyanse, váyanse
rápido.
Dora – ¿Irnos? Ni loca me pierdo esta pedida de novia, hasta la voy grabar
Josefa – Que fregada eres, cuando te pidieron tu invitaste a todo el barrio seguro.
Dora – No, como teníamos varios años de enamorados, lo amenazo le dije “Me pides que nos
casemos o te largas”, al siguiente mes nos casamos.
Ana – A mi me pidieron en la playa en una noche de luna llena, ¡Que nochecita aquella!
Cándida -Muy romántico todo, pero tienen que irse, Gilberto las encuentra va a pensar que las he
invitado a la pedida.
Dora – Esta bien Cándida nos iremos.
Ana – No, no, espera, es mejor que nos vea juntas así le hacemos ver que estamos unidas y que nos
apoyamos en todo.
Ana – Ya sabes Cándida si ese Gil no camina derechito nos avisas y le caemos encima
Josefa – A ver chicas hacemos lo siguiente, lo saludamos, le hacemos ver que la apoyamos y luego
nos vamos.
Cándida – Bueno, bueno, pero por favor tengan cuidado con lo que le dicen, no vaya ser que se
arrepienta.
(Ingresa Gilberto con un ramo de flores, ambos están a un extremo del escenario y se acercan a
saludarse en cámara lenta)
Gil – ¡Cándida!
Dora – Esto me huele a boda, ya siento las campanas tan, tan, tan, tan, tan, tan
Gil – (Al ver a las tres amigas se sorprende) ¡Vaya que sorpresa ¡está todo el equipo ¿Como están mis
queridísimas amigas tenísticas?
Ana – Muy bien profesor Gil, acá conversando un rato con Cándida
Josefa – Siempre nos reunimos para charlar un rato, (Acentuando la frase) “somos muy unidas y nos
apoyamos en todo”.
Las tres juntas: De todo.
Gil – No, hoy es algo muy especial por eso he decido visitarla.
Ana – (Con picardía) A partir de hoy me imagino que la visitaras más seguido.
Cándida – Ana por favor, hoy es la primera vez que Gil visita mi casa.
Cándida – No les hagas caso, sabes que las chicas son muy bromistas.
Gil – Por mi pueden seguir conversando, regreso más tarde o en otro momento.
Cándida -(Nerviosa) Si, si, las llamare más tarde o talvez nos conectamos por video llamada.
Antes de salir desde la puerta las tres voltean lo miran a Gil le hacen la seña de que lo están
vigilando (Con los dos dedos desde el Ojo hacia afuera) Salen todas las amigas, Gil solo sonríe.
Gil – No, por ahora no, después ya tendremos un mejor motivo para brindar.
Cándida – (Sonriendo) Si por supuesto, Además tengo varias botellas de vino desde que enviude
(pausa) no tengo con quien brindar.
Gil – Tu marido fue uno de los mejores presidentes que ha tenido el Club, también éramos muy
amigos, siempre lo recuerdo como una gran persona.
Cándida – Él hablaba siempre muy bien de ti.
Gil – Compartíamos varias cosas juntos, inclusive teníamos el mismo hobby, aunque también lo
enviada porque poseía algo que siempre deseaba.
Cándida – (Emocionada, piensa que se refiere a ella) Bueno eso ya fue no, ahora no está, así que
todo el camino está libre.
Gil – Si tienes razón el ahora ya no está, por eso es que me atrevo a pedirte lo que antes no me
atrevía hacerlo.
Gil – Ante todo por favor no pienses que quiero aprovechar de la situación.
Cándida – Aprovecha nomas…. perdón, perdón no, no como voy a pensar eso de ti, nunca, continua
pide lo que vas a pedir
Gil – Con tu marido éramos muy buenos patas, era mi mejor amigo. (Cándida lo corta).
Cándida – Comprendo, pero los sentimientos a veces no se pueden esconder hay que gritarlos a los
cuatro vientos, porque ocultar el amor que se tiene por alguien.
Gil – (Confundido no entiende lo que dice) ¡Si, Si ¡mira, Yo soy de las personas que busca por todos
los medios posibles lograr lo que se propone.
Cándida – Siempre te he visto así impulsivo, vehemente, pero sigue, sigue no te detengas.
Gil – Por eso me dije, Gil hoy día es el gran día y tienes que pedírselo a Cándida
Cándida – La verdad que sorprendida, sorprendida, no mucho (Melosita) porque ya había notado en
ti ciertas cosas para conmigo.
Gil – Tanto se me notaba mi interés, la verdad que para evitar malas interpretaciones o chismes
espere hasta ahora para pedirte.
Cándida – Ya hace seis años que quede viuda, es un tiempo bastante prudente para descargar
ciertas cosas.
Gil – Si pues hace seis años, que nos dejó como vuela el tiempo.
Cándida – Uno siempre debe buscar ser feliz y si se presenta una oportunidad hay que tomarla no
dejarla pasar no te parece.
Gil – Tienes razón ¿Entonces apruebas mi petición? Porque me muero de ganas, de ansias, de sentir,
de acarícialo.
Cándida – Gil, por favor me ruborizas.
Gil – Cándida, he esperado tanto tiempo para hacer realidad mi sueño, entonces aceptas, me das tu
aprobación, dices que Si.
Gil – (Emocionado y gritando) Me has hecho el hombre más feliz del planeta, del universo.
Gil – No puedo esperar más, estoy muy ansioso por verlo ¡enséñamelo ¡
Cándida – ¿Yo?
Gil – Así como tu difunto marido yo también soy fanático de Messi y esa camiseta es el sueño de toda
mi vida.
Cándida – (Sorprendida) Y con esa “Camiseta”, eres el hombre más feliz de la tierra.
Cándida – Ah sí, pues que mala fortuna la tuya porque yo también soy la mujer más feliz de la tierra
con esa “Camiseta”.
Cándida – Aquí termino nuestra reunión (Coge el ramo de flores y señalando la salida) te vas por
donde has venido no quiero verte nunca más (Le pega con las flores y lo hace avanzar hacia la
puerta de salida)