Corona Virus

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 11

REPÚBLICA BOLVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIDAD EDUCATIVA COLEGIO “ANTONIO JOSÉ DE SUCRE”
EL PIÑAL ESTADO TÁCHIRA

CORONAVIRUS

AUTORA:

MÉNDEZ C. BRIGGITH A.

1ER AÑO “A”

EL PIÑAL, MARZO 2020


CORONAVIRUS

Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60 pero cuyo
origen es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan distintas enfermedades, desde un
resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave de neumonía).

Gran parte de los coronavirus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz. De hecho,
la mayoría de las personas contraen en algún momento de su vida un coronavirus, generalmente
durante su infancia. Aunque son más frecuentes en otoño o invierno, se pueden adquirir en cualquier
época del año.

El coronavirus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una
corona o un halo. Se trata de un tipo de virus presente tanto en humanos como en animales.

En los últimos años se han descrito tres brotes epidémicos importantes causados por
coronavirus:

SRAS-CoV: El síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y
SRAG) se inició en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8.000 personas en 37 países y
provocó más de 700 muertes. La mortalidad del SRAS-Cov se ha cifrado en el 10%
aproximadamente.

MERS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue
detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se han notificado hasta octubre de 2019 más
de 2.400 casos de infección en distintos países, con más de 800 muertes. La letalidad es, por tanto,
del 35%.

COVID-19: A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo


coronavirus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces el goteo de nuevos infectados por el
virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que provoca el COVID-19, ha sido continuo y
su transmisión de persona a persona se ha acelerado. Los casos declarados de nemonía de Wuhan
ya superan con creces a los de la epidemia de SRAS, pero la tasa de letalidad es más baja.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la situación de pandemia. Hay


personas infectadas en la mayoría de los países y los profesionales sanitarios insisten en la
necesidad de seguir las medidas preventivas y evitar la alarma social.

En España y otros países se ha decretado el estado de alarma y las autoridades sanitarias


insisten en la necesidad de permanecer en casa para contener la transmisión.
CAUSAS

Hasta ahora, los coronavirus se transmitían de forma limitada entre humanos. Se desconoce
el origen de estos virus, pero se sabe que ciertos animales, como los murciélagos, actúan como
reservorios.

Como en otros virus que causan neumonía, cuando se transmiten en humanos, el contagio se
produce generalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas respiratorias que las personas
producen cuando tosen, estornudan o al hablar.

Todo parece indicar que nuevo coronavirus, COVID-19, también conocido como coronavirus
de Wuhan, tiene una procedencia animal. De hecho, los primeros casos se han relacionado con un
mercado de animales vivos de la ciudad de Wuhan, en China.

En cuanto al MERS, es probable que los camellos sean un importante reservorio para este
tipo de coronavirus y una fuente animal de infección en los seres humanos, como especificaba la
Organización Mundial de la Salud en su nota descriptiva sobre la enfermedad. Sin embargo, se
desconoce la función específica de los camellos en la transmisión del virus y también la ruta o rutas
exactas de transmisión.

En origen, el coronavirus MERS-CoV es un virus zoonótico que se transmite de animales a


personas. Según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree que el virus se originó
en murciélagos y se transmitió a los camellos en algún momento de un pasado lejano.

Se cree que el coronavirus del SRAS tuvo su origen en los murciélagos, saltando
posteriormente a alguna otra especie de pequeño mamífero, como la civeta, y por último a los
humanos.

EVALÚA TUS SÍNTOMAS

Síntomas

En general, los síntomas principales de las infecciones por coronavirus pueden ser los
siguientes. Dependerá del tipo de coronavirus y de la gravedad de la infección: Tos, Dolor de
garganta, Fiebre, Dificultad para respirar (disnea), Dolor de cabeza, Escalofríos y malestar general,
Secreción y goteo nasal.

En espectro clínico de este tipo de infecciones varía desde la ausencia de síntomas hasta
síntomas respiratorios leves o agudos. Esta tipología suele cursar con tos, fiebre y dificultades
respiratorias. Es frecuente que haya neumonía y, en el caso del MERS, también se pueden registrar
síntomas gastrointestinales, en especial, diarrea.

Tal y como ocurre con el virus de la gripe, los síntomas más graves (y la mayor mortalidad) se
registra tanto en personas mayores como en aquellos individuos con inmunodepresión o con
enfermedades crónicas como diabetes, algunos tipos de cáncer o enfermedad pulmonar crónica. En
los casos más graves pueden ocasionar insuficiencia respiratoria.

En la pandemia de COVID-19 se ha constatado que en torno al 80% de las personas


infectadas presentan síntomas leves.

PREVENCIÓN

Hasta la fecha no se dispone de vacuna alguna ni de tratamiento específico para combatir la


infección por coronavirus.

Mantener una higiene básica es la forma más eficaz de evitar contraer este virus en los
lugares en los que existe un mayor riesgo de transmisión, fundamentalmente las zonas en las que se
han registrado casos. Es conveniente lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con
personas ya infectadas, protegiendo especialmente ojos, nariz y boca. A las personas infectadas (o
que crean que pueden estarlo) se les aconseja el uso de mascarillas y usar pañuelos para cubrirse la
nariz y la boca cuando se tose o se estornuda.

Las personas infectadas por el virus que causa el COVID-19 deben guardar cuarentena desde
el diagnóstico de la enfermedad hasta 15 días después de ser dadas de alta. Así lo aconseja la OMS
porque se ha observado que, aunque ya estén recuperadas, pueden seguir transmitiendo la
infección.

La población general sana no necesita utilizar mascarillas, ya que ayudan a prevenir la


transmisión del virus si las llevan las personas que están enfermas. El Ministerio de Sanidad advierte
de que un uso inadecuado de mascarillas puede contribuir al desabastecimiento en aquellas
situaciones para las que están indicadas

Las medidas preventivas deben seguirlas especialmente aquellas personas que padezcan
diabetes, insuficiencia renal, neumopatía crónica o inmunodepresión, ya que tienen más riesgo de
padecer enfermedad grave en caso de infección por coronavirus.

Tipos

En los coronavirus humanos, la gravedad puede variar sustancialmente entre un tipo y otro:
Coronavirus del resfriado

Esta variante de coronavirus corresponde a los tipos 229E y OC43, que provocan los
síntomas comunes de un resfriado, aunque en los casos más graves también pueden ocasionar una
neumonía en personas de edad avanzada o en neonatos.

Síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)

Es una forma grave de neumonía. Provoca dificultad respiratoria y fiebre superior a los 38
grados. El brote de 2002 se extendió por todo el mundo, aunque su frecuencia siempre ha sido
mayor en el este asiático.

Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)

Causa graves problemas respiratorios, además de fiebre, tos y dificultad para respirar, aunque
en un primer momento puede ser asintomático. En los casos más graves también se produce
expectoración de sangre, diarrea y vómitos. Tuvo su primer brote en el año 2012 y desde entonces
se han reportado muchos casos en Oriente Medio, aunque también ha llegado a Europa y Estados
Unidos.

CORONAVIRUS COVID-19

El nuevo coronavirus detectado a finales de 2019, causante del COVID-19, en China muestra
una secuencia genética que coincide con la del SRAS en un 80%. No obstante, en un principio
parece menos virulento y con una tasa de letalidad inferior. En cambio, su transmisión ha sido muy
superior, ya ha causado varios miles de casos más que el SRAS y, como consecuencia, el número
de fallecimientos también es mucho más elevado.
Diagnóstico

Para determinar si el malestar que sufre un paciente proviene de un simple resfriado o de un


coronavirus los médicos puede realizar un cultivo de nariz y garganta, o incluso un análisis de
sangre.

En casos de sospecha de coronavirus se suele realizar una tomografía de tórax para


determinar los síntomas de neumonía, así como otros análisis de coagulación de sangre, un análisis
bioquímico y un conteo sanguíneo. También se realizan pruebas de anticuerpos y aislamiento del
virus del SARS.

Asimismo, con el fin de contener la transmisión, se efectúa una evaluación a aquellas


personas que presentan los síntomas y que puedan ser proclives a contraer el virus.

El control de la temperatura (con cámaras térmicas y termómetros digitales) de las personas


que llegan a un aeropuerto procedentes de zonas afectadas ha sido una de las medidas que se han
puesto en marcha para detectar posibles casos del COVID-19, tal y como se hizo con los brotes
anteriores. También se realizan cuestionarios a los viajeros; en caso de sospecha, se les somete a
evaluación y, en su caso, se les traslada a centros sanitarios.

Tratamientos

No existe una vacuna contra el coronavirus humano que causa resfriado, pero los casos más
leves pueden superarse siguiendo los mismos pasos que un catarro común. Esto no requiere
intervención médica y simplemente con lavarse las manos de forma frecuente, guardar reposo y
beber líquidos de forma abundante los síntomas desaparecerán a los pocos días. También se
pueden tomar analgésicos como ibuprofeno o paracetamol para aliviar dolores de garganta o fiebre.

En casos de coronavirus SRAS, MERS CoV y COVID-19, suele ser conveniente el ingreso
hospitalario en los casos graves. En los casos que los médicos lo consideran necesario, se
administran antivirales, dosis altas de esteroides para reducir la inflamación pulmonar y un soporte
respiratorio con oxígeno; en ocasiones puede precisar antibióticos, pero solo en caso de que existan
infecciones bacterianas sobrevenidas, es decir, sobreinfección.

En resumen, este tipo de infecciones respiratorias se tratan con antivirales (según el criterio
del profesional sanitario) y medidas de soporte. El tratamiento se suele adaptar en función de la
gravedad del paciente, ya que hay casos en los que se producen neumonías graves, pero en otros
las manifestaciones son leves.
Los coronavirus de resfriado tienen tasas muy altas de recuperación y prácticamente todos los
afectados consiguen vencer al virus a los pocos días.

Los coronavirus de SRAS también se superan en la mayoría de los casos, aunque entre el
nueve y el 12 por ciento de los casos ocasionan la muerte del paciente. Tienen más expectativa de
vida los pacientes jóvenes, pues suelen presentar unos síntomas más leves.

La tasa de supervivencia del MERS es menos elevada, alcanzando alrededor de un 36 por


ciento en mortalidad, según especifica la Organización Mundial de la Salud.

Aún es pronto para determinar la tasa de letalidad del virus COVID-19, pero parece inferior a
la de los anteriores. No obstante, dado que transmisión del virus está siendo muy superior a la de las
anteriores epidemias, el número de fallecimientos también es mucho más elevado. La edad
avanzada y las patologías crónicas (hipertensión, enfermedad coronaria, enfermedades respiratorias,
cáncer, diabetes) son los principales factores de riesgo asociados a una mayor gravedad y letalidad
de la infección por el SAR-CoV-2.

Coronavirus: qué se sabe sobre la mutación del SARS-CoV-2 (y qué significa esto para la
lucha contra la pandemia)

El primer paso para derrotar a un enemigo es identificarlo, conocer cómo se comporta y tratar
de predecir cuál será su próximo movimiento.

Pero, ¿qué pasa si en medio de la batalla el enemigo se transforma y las armas que
preparábamos contra él ya no funcionan?

Esa es una de las preguntas que se hacen los científicos que trabajan a toda marcha para
encontrar una vacuna o un tratamiento que pueda controlar la pandemia del nuevo coronavirus.
5 estrategias que están funcionando en los países que han logrado contener los contagios de
coronavirus

Los investigadores ya conocen el genoma del SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad
covid-19. Ese es un gran avance, ¿pero y si de repente comienzan a notar que el virus está
mutando?

¿Eso lo haría más peligroso para los humanos?

"La mutación es una consecuencia inevitable de ser un virus", dice Grubaugh, quien sostiene
que la mutación de un virus no es motivo de preocupación durante el brote de una enfermedad.

¿El coronavirus está mutando?

"Sí, todos los virus de ARN mutan, pero muy pocas de estas mutaciones le traen alguna
ventaja al virus", le dice a BBC Mundo George Rutherford, profesor de epidemiología en la
Universidad de California en San Francisco (EE.UU.).

¿Y está mutando más rápido que otros virus? “Muta a la misma velocidad, más o menos, que
otros virus de ARN”, dice Rutherford.
El pueblo italiano que logró contener la expansión del virus con un experimento "único en el
mundo"

A principios de marzo un estudio realizado en Wuhan, China, con 103 pacientes contagiados
de covid-19 sugirió que el coronavirus había mutado en al menos dos nuevas cepas, una más
agresiva y otra menos agresiva que el coronavirus que se ha estado propagando.

Esta investigación, sin embargo, no convenció a varios científicos.

Grubaugh, por ejemplo, dijo que las conclusiones del estudio eran "pura especulación", ya que
los cambios que habían hallado eran tan insignificantes que no podían considerarse nuevas cepas.

Richard Neher, biólogo y médico de la Universidad de Basel en Suiza, se refirió al supuesto


hallazgo de una nueva cepa más agresiva como un "artefacto estadístico", relacionado con la región
en la que se realizaron las pruebas.

Los autores del estudio, por su parte, advirtieron que su investigación estuvo basada en
información “muy limitada”.

Stanley Perlman, virólogo de la Universidad de Iowa, quien trabajó en el comité internacional


que le dio nombre al coronavirus, le dijo al diario The Washington Post que el virus "no ha mutado de
manera significativa".

En entrevista con BBC Mundo Tarik Jasarevic, vocero de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), afirmó que "hasta el momento no tenemos evidencia de ningún cambio en el virus".
¿Qué significa esto en la batalla contra el virus?

"Si el virus no cambia es más fácil encontrar posibles soluciones", dice Jasarevic de la OMS.

Un virus estable, como hasta ahora ha mostrado ser el SARS-CoV-2, les permite a los
científicos conocer mejor a qué se enfrentan.

¿Cómo diferenciar los síntomas de covid-19 de una gripe, un resfriado o una rinitis alérgica?

Es útil, por ejemplo, para saber durante cuánto tiempo ha estado circulando el virus entre la
población, explica Rutherford.

La estabilidad del SARS-CoV-2 también podría ser una ventaja para el desarrollo de una
vacuna.

En un artículo de la revista Science Andrew Rambaut, biólogo evolutivo molecular de la


Universidad de Edimburgo, explica que el SARS-CoV-2 acumula en promedio entre una y dos
mutaciones por mes.

"Eso es entre dos y cuatro veces más lento que la gripe".

El virus de la gripe muta mucho más rápido, por lo que cada año se hace necesaria una nueva
vacuna. Esto ocurre porque el cuerpo humano deja de ser inmune a la nueva versión del virus.

Peter Thielen, genetista molecular de la Universidad Johns Hopkins, afirma que solo se han
visto entre cuatro y 10 diferencias genéticas entre las cepas que han infectado a personas en
Estados Unidos y el virus original que se propagó en Wuhan.

3 científicos latinoamericanos que están a la vanguardia de la lucha contra el coronavirus (y


los retos que enfrentan)
“Ese es un número relativamente bajo de mutaciones (para un virus) que ha pasado a través
de una gran cantidad de personas”, dijo Thielen al diario The Washington Post.

"En este punto, la tasa de mutación del virus sugeriría que la vacuna que se desarrolle para el
SARS-CoV-2 sería una vacuna única, en lugar de una vacuna nueva cada año, como la vacuna
contra la gripe".

En un hilo de Twitter, el biólogo especialista en vacunas Trevor Bedford calculó que con base
en las mutaciones ocasionales que podría tener el SARS-CoV-2, al virus le tomaría “algunos años en
vez de meses” mutar lo suficiente como para "inhibir significativamente" el efecto de una vacuna.

Los expertos estiman que lograr un vacuna efectiva contra el covid-19 podría tardar entre un
año y 18 meses.

También podría gustarte