Lectura Escritura y Oralidad - UNIDAD I - 2024
Lectura Escritura y Oralidad - UNIDAD I - 2024
Lectura Escritura y Oralidad - UNIDAD I - 2024
La lectura en la Universidad
Bienvenidos a la primera unidad del Espacio Formativo “Lectura, Escritura y Oralidad” del
Curso de introducción a la Vida Universitaria del Ciclo lectivo 2024.
En esta unidad, comenzaremos desarrollando un tema que nos parece relevante que es “La
lectura en el ámbito universitario”, un tema importante ya que nos permitirá adquirir diversas
herramientas muy necesarias para transitar espacios de formación en el nivel superior.
Las prácticas de lectura que los y las estudiantes llevan a cabo en las carreras tienen una
especificidad que las distingue de las que se realizan en otros ámbitos. Esto es así por los
textos que se leen, por los conocimientos y/o saberes previos que se requieren, por la
finalidad que tienen y por la existencia de la institución académica como mediadora de esa
práctica específica de lectura. Es por esto que los estudios universitarios suponen el ejercicio
de una lectura reflexiva y crítica; una lectura que pueda explicar la lógica del texto que se
aborda y de las condiciones de producción que permitieron crearlo (es decir, que pueda poner
en relación texto y contexto, y destinatario/as). Es decir, se busca que los y las estudiantes
puedan interpretar los textos, reconocer las ideas principales y establecer relaciones entre
temas planteados y los conocimientos previos.
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En las asignaturas, es común que los contenidos previstos en las unidades se presenten a
través de distintos textos. Dicho de otro modo, en general, en el ámbito académico no se lee
únicamente un texto para estudiar una temática, sino que normalmente se cuenta con varias
fuentes sobre un mismo tema.
Este tipo de lectura es el punto inicial para el desarrollo de prácticas académicas específicas,
como las tareas de investigación, los trabajos prácticos o las evaluaciones, ya sean
presenciales o domiciliarias, entre muchas otras posibilidades.
Las relaciones que pueden vincular textos son muy variadas: se pueden reunir textos a partir
de pertenecer a un/a mismo/a autor/a, a un mismo período histórico o a un género, entre
otras opciones.
La lectura de un corpus requiere una mirada atenta que permita identificar cuál es el tema
que se trata, qué aspectos sobre la temática se consideran o se discuten, cuáles son los
subtemas que cada autor/a selecciona para desarrollar en su texto, qué posicionamientos se
plantean y con qué argumentos se sostienen.
Es decir, implica que el/la lector/a no solo identifique las ideas centrales de un texto, sino que
pueda vincularlas con el resto de los textos. Así, reconocerá los aspectos temáticos sobre los
que la mayoría de los textos se ocupan, estableciendo relaciones de comparación.
Básicamente, se trata de una lectura comparativa que construye un tema a partir de extraer
información de distintas fuentes. Con esta finalidad, se realizan dos grandes operaciones: se
complementa información proveniente de los distintos textos o se confrontan los
posicionamientos o argumentos expresados por distintos autores sobre un mismo aspecto
temático.
Para esto, antes que nada, hay que realizar una primera lectura que permita encontrar estos
aspectos temáticos sobre los cuales construir la comparación.
Luego, es importante organizar las ideas sostenidas en cada texto leído en función de esos
lineamientos temáticos.
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Una estrategia simple y eficaz para esto es la realización de un cuadro comparativo que refiera
los aspectos temáticos identificados.
El proceso de lectura
Según Solé (1998), para leer críticamente, se debe tener en cuenta que en la lectura
intervienen procesos cognitivos que se dividen en tres subprocesos: prelectura, lectura y
postlectura.
En principio, el proceso comprende la prelectura. Se trata del primer acercamiento a los textos
y nos proporciona una visión panorámica, general. Hojear el texto, detenerse en la tapa, mirar
la contratapa no es perder el tiempo: de esta manera empezamos a configurar el texto que
leeremos, a identificar su relación con un género y con el ámbito social en el que se produjo y
se lee.
Por eso, se constituye como un marco de referencia inicial. Esta primera etapa es el antes de
la lectura, y es el momento en el que se encuentran los objetivos, conocimientos previos y las
predicciones. Durante la prelectura tenemos el primer acercamiento al texto, en el que
tratamos de responder preguntas como: ¿Para qué voy a leer? (es decir, nos fijamos objetivos
de la lectura) ¿Qué sé acerca de este texto? (activamos los saberes previos) ¿De qué se trata
este texto? ¿Qué me muestra su organización, su estructura? (formulamos hipótesis,
predicciones sobre el texto).
Los objetivos que se plantean los lectores con respecto a la lectura que se va a desarrollar en
cierta forma determinan cómo se sitúa un lector ante el texto propuesto para la lectura y
cómo controla la obtención de dicho objetivo.
Es decir, como dijimos antes, permite una primera aproximación al texto que ayuda a
establecer las relaciones entre el texto y su contexto y a determinar el tema global que se
trata. En este sentido, la prelectura:
■ Aporta información sobre el/la autor/a y su obra. Generalmente se obtiene de leer los
paratextos, es decir, los datos, verbales o icónicos, que acompañan al texto. Por
ejemplo, si se trata de un libro, datos como la portada, la contratapa y las solapas, el
índice, la información sobre la edición, entre otros.
■ Permite tener una idea general acerca del tema de estudio.
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Paratextos
Otro de los conceptos que vamos a desarrollar son los paratextos.
La etimología de la palabra paratexto nos remite a lo que rodea o acompaña al texto (“para”
= junto, al lado de). El conjunto de paratextos constituye el primer contacto del lector con el
material impreso y, desde este punto de vista, funciona como un instructivo o guía de lectura,
ya que le permite anticipar cuestiones como el carácter de la información y la modalidad que
asumirá en el texto.
Los distintos formatos (libro, diario, revista, entre otros) que toma el texto escrito utilizan
distintos y variados paratextos (índices, volantas, títulos, contratapas, primera plana, datos de
autor/es, de edición, etc.) que se interrelacionan con los modos de lectura que se deben
desplegar para cada uno de ellos.
Todo proceso de comprensión textual implica llevar a cabo una serie de operaciones
cognitivas de distinta complejidad: anticipación del tema del texto y de la función textual
(informar, apelar al destinatario, obligarlo a algo, contactar, etc.), búsqueda en la memoria
y selección de la información que tiene el lector y que se relaciona con la que supone que le
va a aportar el texto, puesta en relación de ambos tipos de informaciones (la del lector y la
del texto).
Los elementos paratextuales orientan y ayudan al lector en las distintas operaciones; es por
esto que quien se enfrenta a un texto no parte de cero, sino de una primera representación
semántica, una hipótesis, que luego se irá reformulando durante la lectura.
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La contratapa no suele ser el paratexto más fiable en cuanto a la información que
brinda, dado que su función primordial es influir sobre los posibles lectores. Sin
embargo, aporta algunos datos sobre el contenido, el autor y su obra. Lo hace con el
objetivo de persuadir y, por lo tanto, en muchas ocasiones incluye opiniones extraídas
de reseñas sobre el libro (obviamente, de aquellas que hacen una evaluación positiva).
que los principales argumentos de valorización del libro suelen ser la importancia del
tema, su originalidad y novedad.
El índice, que es una tabla de contenidos o de materias, está conformado por un listado
de los títulos según su orden de aparición, cada uno con la indicación de la página
correspondiente.
Este paratexto refleja la estructura lógica del texto, por lo que cumple una función
organizadora de la lectura: si el lector quiere realizar la lectura completa del libro,
puede prever los temas con los que se enfrentará; si, por el contrario, busca una
información específica como parte de un proceso de investigación, se dirigirá
directamente hacia aquellas secciones (partes, capítulos, parágrafos) sobre las que
tenga especial interés.
Comprensión lectora
Ahora bien, mucho hablamos de la lectura y la información que nos brindan los paratextos,
pero ¿qué es la comprensión lectora?
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Frente a eso, se hace casi indispensable abordar aquellos métodos que utilizamos para realizar
una buena discriminación de ideas en un texto.
Esto se logra a través de una lectura que permite que el lector avance y retroceda, se detenga
en algún punto, piense, revise información, y relacione la información nueva con la que ya
posee previamente.
El segundo subproceso es la lectura. En este momento las preguntas que guían nuestras
acciones pueden ser: ¿hay una correspondencia entre lo que leo y lo que
supuse inicialmente? ¿Qué dudas tengo sobre el texto? ¿Cuáles son los planteamientos
básicos del texto?
Sugerencias que pueden colaborar con la identificación de las ideas centrales de un texto:
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A continuación, presentamos algunas estrategias de lectura utilizadas en el ámbito
académico:
Subrayado
Una de las técnicas que se utiliza para diferenciar estas ideas importantes es el subrayado
El subrayado:
Anotaciones
Otra técnica para destacar información son las anotaciones al margen de cada párrafo.
Pueden realizarse simultáneamente al subrayado y hacer explícitas interpretaciones o
comentarios del texto.
Muchas veces las anotaciones son respuestas a preguntas simples que podemos hacer al texto
como ¿Qué dice el tema?, ¿Cuál es el tema de este párrafo?
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Resumen
El resumen es una de las herramientas muy útiles a la hora de interpretar un texto y lograr
tener la mayor comprensión posible del mismo. El mismo podrá actuar como guía de estudio,
pero también de repaso rápido, de forma que en una lectura rápida de los resúmenes de los
diferentes capítulos, podamos recoger una idea global de toda la materia a estudiar.
Síntesis:
A diferencia del resumen, la síntesis es un trabajo de elaboración personal. Esto implica, que
una vez comprendido el sentido general del texto, se lleve a cabo una explicación con las
propias palabras y destacando el estilo personal.
La clave para lograr realizar una buena síntesis es la comprensión del tema estudiado.
Esquemas
Otro modo de organizar la información son los organizadores gráficos o esquemas. Los
esquemas son una expresión gráfica del subrayado, son una síntesis lógica y ordenada de las
ideas de un texto y/o tema de forma visual. En ese sentido, permiten la comprensión de la
estructura global y de las partes. Además, las ideas principales se destacan, se organizan y se
relacionan, así como también resultan completadas por las ideas secundarias.
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✔ Usar distintos elementos para resaltar lo expresado: subrayado, colores, entre otros
signos.
✔ Estructurar el esquema de manera escalonada (por ejemplo: elementos como el título
del tema y apartados).
✔ Utilizar distintos tipos de letra según la importancia de las ideas.
✔ Mantener un sentido de dirección, ya sea de izquierda a derecha o de arriba abajo, en
la presentación de las ideas.
Mapa conceptual
Por su parte, el mapa conceptual es una técnica basada en el desarrollo gráfico de un tema a
partir de los conceptos principales, unidos a partir de flechas y palabras enlace, permitiendo
así una estructuración gráfica que puede leerse siguiendo las direcciones de las flechas.
✔ Leer, subrayar y, de ser posible, realizar un resumen previo del tema o texto.
✔ Elaborar un listado de los conceptos o palabras clave del texto
✔ Colocar la idea principal del tema o texto en la parte superior de una página o en el
centro.
✔ Escribir ideas relacionadas y unirlas por líneas que muestren esta relación. Utilizar,
además, palabras sueltas o frases cortas.
✔ Colocar los conceptos más generales o inclusivos en la parte superior del mapa y los
conceptos incluidos en la parte inferior.
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Los mapas conceptuales presentan varias ventajas: permiten distinguir la información
significativa de la que no lo es, organizar la información en función de conceptos que se
consideran relevantes y, de esta manera, estimulan la reflexión lógica personal.
Cuadros comparativos:
Són gráficos fáciles de construir que sirven para comparar dos o más elementos de manera
organizada. Nos permite vincular o establecer relaciones de semejanza o diferencia entre dos
o más conceptos.
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Cuadros sinópticos:
Son una forma visual de resumir un tema. Nos muestran la estructura global, las ideas
principales y las secundarias. La información se organizará a partir del título del tema y la
forma se irá configurando a partir de un sistema de llaves.
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Fichas de contenido
Y por último tenemos las fichas de contenido son textos escritos con un contenido breve y
selectivo extraído de texto y/o tema durante su estudio.
✔ Incluir en una ficha únicamente una nota, una información o un contenido. Evitar
incluir varias ideas, aunque sean del mismo autor, tema o libro para facilitar la
clasificación.
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✔ Anotar la procedencia del contenido de la ficha, indicando autor, obra y página de la
obra, o del tema.
✔ Redactar un título de la ficha que exprese la idea general del texto.
La elaboración de fichas puede resultar muy útil en el trabajo con: glosarios de términos,
resúmenes de libros -clasificados por autor, tema, etc.-, vocabulario básico de una asignatura.
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Actividades
Hemos llegado al final de esta unidad y fuimos haciendo un recorrido por conceptos como la
lectura, y aquellos momentos que incluyen. Además, trabajamos con diferentes técnicas para
lograr la comprensión de los textos. Les proponemos cerrar este módulo con algunas
actividades
Para comenzar les pedimos que escriban un texto breve (diez renglones aproximadamente)
en el que cuenten alguna experiencia propia con la lectura ¿Qué tipo de lectura realizan?
¿reconocen dificultades al momento de interpretar los textos? ¿Leen en diferentes formatos?
¿Cuáles son las expectativas respecto a esta materia?
1. A partir del texto “La generación app” de Howard Gardner y Katie Davis les proponemos
que observen la siguiente imagen, el índice y el prólogo y traten de responder las siguientes
preguntas:
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LA GENERACIÓN APP
PRÓLOGO
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