Resumen O'Donnell
Resumen O'Donnell
Resumen O'Donnell
Críticas de O’Donnell:
1. Reformulan las esperanzas del Iluminismo que sostienen que el progreso
social tiene que generar formas políticas mejores: riqueza = democracia. En
la medida en que los otros países logren avanzar económicamente, la
probabilidad de emergencia y/o consolidación de la democracia política
debería crecer en ellos.
2. Suposición de que los procesos causales que operan actualmente son
similares a los que produjeron el resultado conjunto “desarrollo
socioeconómico-democracia” en los países contemporáneos más ricos.
3. Las incongruencias son tratadas como “desviaciones” o “regresiones”
debidas a “obstáculos”. El paradigma se defiende de toda evidencia contraria
sosteniendo que si fuera posible removerlos, los procesos causales podrían
ejercer sus efectos sobre lo político sin distorsiones.
4. Falacia universalista: se cree que la correlación desarrollo
socioeconómico-democracia política opera tanto a nivel conjunto como
regional entre los países en que se asienta el paradigma.
5. Postula una relación lineal entre desarrollo socioeconómico y probabilidad de
emergencia/consolidación de democracia política: si crecen los valores de la
primera, entonces crecen (a una tasa fijada por alguna función no explicada)
los valores de la segunda. Se busca así sustituir con datos horizontales (de
muchas unidades en un solo momento para cada una de ellas: sincrónico) la
necesidad de contar con datos longitudinales (a lo largo del tiempo y para
cada una de las unidades: diacrónicos).
6. Estiramiento conceptual: el lado derecho (democracia política) está
incorrectamente definido: el crecimiento socioeconómico se correlaciona en
realidad con pluralización política, número e interrelaciones entre actores
políticos dentro de un contexto nacional, diferente de la democracia política,
una expresión institucional de un conjunto de factores entre los que está la
pluralización. Nada permite creer a priori que esto tendrá que ocurrir
nuevamente en los países menos desarrollados.
El lado izquierdo también está mal definido y, por ende, sus indicadores no
miden lo que deberían medir.
Reformulación de la ecuación:
MÁS DESARROLLO SOCIOECONÓMICO
=
MÁS PLURALIZACIÓN POLÍTICA
≠
MÁS PROBABILIDAD DE DEMOCRACIA POLÍTICA
Los países más desarrollados son más homogéneos internamente que la gran
mayoría de los países subdesarrollados, y tienen formas de distribución y grados de
dispersión más o menos similares en la mayor parte de las variables utilizadas. Ahí
si está justificado tomar el conjunto del país como la unidad de análisis para estudiar
efectos de estructura socioeconómica sobre la dimensión política, así como usar
medias para comparar entre países altamente desarrollados.
En el paradigma básico se usa el PBI que no considera la distribución ni la
dispersión, de manera que los países terminan siendo ubicados a lo largo de la
dimensión desarrollo socioeconómico sólo sobre la base de las medias nacionales y
encima de algunas variables.
Las medias son indicadores, y éstos sólo son útiles si logran captar o resumir las
características de la unidad de análisis que resultan fundamentales para los
propósitos de la investigación. Y si los indicadores presuponen una realidad social
diferente de la que efectivamente existe, es obvio que van a llevar a errores.
Aunque los indicadores son medias estadísticas, su referente empírico es el
conjunto de las distribuciones. Por lo tanto, es muy probable que el uso acrítico de
medias lleve a resultados erróneos si uno está estudiando comparativamente países
que tienen diferentes distribuciones y diferentes grados de dispersión de las
variables sobre la base de las cuales el estudio y la comparación se llevan a cabo.
- Argentina: relativamente homogéneo: es pequeña la proporción de personas
viviendo en el área periférica. Desde que esto implica una dispersión
comparativamente pequeña de diversas variables alrededor de sus medias
nacionales, se puede argumentar que los datos nacionales promediados
sirven para dar una primera impresión satisfactoria.
- Brasil: país grande en términos de población y territorio, altamente
heterogéneo: una importante proporción de su población vive en el área
periférica, donde los valores de la mayoría de las variables socioeconómicas
son muy bajos y su grado de dispersión alrededor de la media es muy
marcado. Dadas estas circunstancias, el uso de las medias es inútil.
- Perú: relativamente pequeño en población y territorio, heterogeneidad interna
similar a B: mismas conclusiones.
Las medias nacionales no son apropiadas para comparar estos 3 países. Pero
pueden hacerse modificaciones.
El uso acrítico de las medias nacionales implica también la adopción acrítica del
país en su conjunto como unidad de análisis natural de la política comparada.
Nuevas consideraciones:
a. la población de las áreas periféricas de estos 3 países tiene una ínfima
participación en la producción, consumo y transmisión de los bienes y
mensajes asociados con una mínima participación económico social;
b. los centros de cada país contienen una abrumadora proporción de los actores
y sectores que pueden ejercer influencia directa sobre el escenario político
nacional.
Mejor estrategia: comparar los centros o áreas modernas de cada uno de estos
países en lugar de continuar con las medias.
El análisis de las medias ubica a Argentina como superior en desarrollo
socioeconómico frente a Brasil y Perú, pero la comparación de los centros arroja
que las variables del centro brasilero exceden a las del centro peruano y se ubican
más cerca de los valores del centro argentino.
Sobre heterogeneidad intranacional: distinción centro-periferia
Periferia: área que presenta las siguientes características conjuntas:
a. región agraria con ingreso per cápita -200 dólares anuales;
b. productividad per cápita menor a la mitad del promedio urbano del país;
c. mínima producción y consumo de bienes industriales;
d. muy bajos niveles de organización sindical de sus obreros y empleados.
El centro contiene tanto los grandes centros urbanos como las regiones agrarias en
las que estas condiciones no se dan juntas. Centro-periferia ≠ urbano-rural.
No pudo dividir grandes centros urbanos en categoría única porque no hay datos:
los usos corrientes de análisis de datos están altamente correlacionados con los
usos corrientes en su recolección: hay muy pocos datos desagregados
latinoamericanos y no pueden desagregarse post recolección.
Argentina: casi excepcional para la región en la medida en que hay casi completa
ausencia de sector periférico.
La marginalidad socioeconómica en las periferias trae aparejada una mínima
exposición al impacto de la modernización que experimentan los centros de los
mismos países. Esto provoca que en las áreas periféricas sea mínimo el nivel de
actividad política orientada con permanencia hacia el escenario político nacional.
Excepto explosiones sociales de corta duración, la periferia contiene una alta
proporción de población que no cuenta para nada en la toma de decisiones en el
escenario político nacional.
Para comparar los efectos directos que sobre la dimensión política ejerce la
estructura socioeconómica de los países sudamericanos, es preferible una
estrategia de comparación de los centros de cada uno de estos países antes que el
uso de promedios nacionales.