Unidad 3 Eco

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B:3

- LOS CLASICO ADAM SMITH


Hemos visto la escuela Fisiocracia que era o significaba al gobierno de la naturaleza y sus

principios básicos eran

a)la agricultura y

b) la teoría del orden natural de la cosas.

Esta escuela la clásica, la manchesteriana o la inglesa pregonaban la doctrina liberal o

individualistas y fue formulado a principios del siglo XVIII y principio s del XIX , para

posibilitar a los países aprovechar de los reciente descubrimiento científicos y organizar

una sociedad industrial eficaz, que reemplazase al r4gimen anterior que, basado en las

corporaciones o gremios ( existente en la edad media) y en la omnipresencia del estado(

los reyes absolutistas), resultaba pesado e ineficaz.

Los pensadores que más se destacaron fueron Adam Smith, David Ricardo, Robert Malthus

juan bautista say y jhon Stuart mil, entre otros.

La idea de estos aparecen influenciado por la filosofía UTILITARISTA ( que se basaba en la

obtención de la felicidad individual y a partir de allí la felicidad colectiva, para lo cual se

apelaba a la experiencia y se incita a iniciar en la observación de la realidad ambiental”

LA BUSQUEDA DE LA VERDAD”.

Al estudiar los actos de los entendimientos y de la voluntad del hombre concreto, se

procura ver sus motivos o impulsos ; descubriéndose así causas egoísta como una

tendencia innata de la naturaleza humana, así se logró formular el principio de hombre


económico , o sea el hombre movido en lo económico por su interés personal , o sea que

los hombres son seres egoísta y desigualmente dotados por la naturaleza de lo que no es

posible esperar una perfección , sino un mundo mejor.

Por tal motivo la escuela clásica considero: que la mejor manera de organizar la

producción y el consumo , tratando de obtener el máximo de satisfacción por cada

individuo con el mínimo esfuerzo era: Utilizar esa característica básica del ser humano

para que la vida económica descanse en la lucha de los intereses individuales en un

mercado absolutamente libre.

En un mercado así , los precios se formarían de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda

, “ Determinando la orientación de la Producción ( LA OFERTA) y de consumo ( LA

DEMANDA), CON EL MINIMO ESFUERZO Y EL MAXIMO DE BENEFECIOS.

ESTA ESCUELA CLASICA, se funda en un contexto capitalista, en el cual la revolución

industrial provoca enormes cambios en una sociedad que aun asimilaba el cambio de un

sistema feudal y entraba a un sistema de capitalismo de mercado.

La escuelas clásica desarrolla su propia TEORIOA DEL VALOR , LA CUAL ARGUMENTAS

QUE EL VASLOR DE TODAS LAS MERCANCIAS ESTA DADO POR LA CANTIDAD DE TRABAJO

EMPLEDADO EN LA PRODUCCION DE LOS MISMOS, TEORIA VALOR TRABAJO.

A TRAVES de esta teoría se pretende explicar la dinámica de los precios en una economía,

en la cual los precios de mercado a largo plazo, tienden a los precios naturales, por el

proceso de atracción gravitatorio del mercado o en términos de Smith debido a la mano


invisible. Esta teoría busca además el establecimiento de las ganancias, salario y rentas

natural como fundamento de los precios naturales de las mercancías.

La teoría clásica crea supuestos fundamentados en la ética de mercado a grandes rasgos

pueden enumerar los siguientes:

- Todas las mercancías se mueven en un mercado de competencia perfecta.

-La teoría supone que el laissez faire es la única institución reguladora es el mercado.

-Hay una mano invisible, es decir en una sociedad cada individuo en búsqueda del interés

propio genere el beneficio de la sociedad.

-La única autoridad que lleva los precios al equilibrio es el mercado.

- Las economías funcionan en un estado de pleno empleo.

-Promueve el libre comercio, organizado por los agentes que interactúan en los mercados

“oferentes y consumidores” basados en la teoría del valor trabajo.

Esta escuela clásica le asignaba una enorme importancia al comercio internacional.

ADAM SMITH

El jefe y representante más eminente de la escuela clásica fue el economista y filósofo

ingles ADAM SMITH.

En 1176 aparece su obra fundamental titulada INVESTIGACIONES SOBRE LA NATURALEZA

Y LAS CAUSAS DE LAS RIQUEZAS DE LAS NACIONES.


En esta obra explica con gran claridad el concepto de nuestra ciencia.

S/mith RECHAZA el principio de que los metales precios son los únicos bines por excelencia

capaz de producir riqueza, y sostenía que la riqueza consiste también en otros bienes que

el hombre puede usar o consumir.

COINCIDE con los fisiócratas en lo que respecta a las leyes naturales que rigen los

fenómenos económicos, por eso solo admite la intervención del estado, solo cuando es

indispensable para la seguridad de la sociedad o la defensa del país..

NO ACEPTA la opinión de los fisiócratas en lo relativo a la agricultura y devuelve a la

industria manufacturera su legítimo puesto de INDUSTRIA PRODUCTIVA.

AFIRMA QUE EL TRABAJO es la principal fuente de riqueza, proclama la división del

trabajo y explica su división dentro de las fábricas.

Sostiene la libre competencia o sea el libre juego de la oferta y la demanda.

Al analizar la actitud egoísta del hombre, sostiene que se debe a dos móviles:

1- A la pasión por el disfrute inmediato que nos lleva a realizar gastos.

2- El deseo de mejorar nuestra condición presente, que es lo que nos lleva a GUARDAR,

RESERVAR O AHORRAR.

A DIFERENCIA DE LOS Fisiócratas, Smith sostiene que el origen de la riqueza proviene del

trabajo productivo de un país, gracias a la especialización del trabajo, que en definitiva

dependerá de las dimensiones del mercado; y esta, de la libertad de comercio, tanto a nivel

interno como internacional.


Planteaba que para potenciar la división del trabajo era indispensable, según ADAM SMITH,

LA LIBERTAD DE COMERCIO A ESCALA INTERNACIONAL (liberando las barreras aduaneras).

LAS PRINCIPALES IDEAS DEFINIDAS POR ADAM SMITH SON LAS SIGUIENTES:

-Defensor del liberalismo económico frente a las ideas mercantilistas: el comercio debe

funcionar sin trabas ni restricciones, ni prohibiciones. SMITH SE MUESTRA A FAVOR DE LA

ABSTENCION ESTATAL EN LA ECONOMIA , SUPONE ADEMAS QUE LA BUSQUEDAD DEL

INTERES PARTICULAR DE CADA INDIVIDUO SERA GUIADO POR UNA MANO INVISIBLE, EL

MERCADO, QUE ARMONIZA EL CONJUNTO DE DECISIONES INDIVIDUALES CON EL

RESULTADO MAS EFECIENTE Y BENEFICIOSO PARA TODOS.

-LA DIVISION DEL TRABAJO era para a. Smith el origen de fuertes alzas en la productividad:

decía que la especialización de los obreros permite elevar su rendimiento gracias a la

mejora de su destreza y al ahorro de tiempo. Además planteaba que la división del trabajo

favorece la creación maquinarias al simplificar las tareas y hacerlas más rutinarias.

Sostenía que la fuente del progreso era la división del trabajo y la fuente de la riqueza era

el trabajo humano (motivo por el cual hablaba de la necesidad de desarrollar la industria.

A. Smith adopta una teoría del valor como costo de producción o precio natural de la

mercancía, que estará formado por la suma de los precios naturales de los tres factores de

producción (Tierra, trabajo y capital).

Según A: Smith, el análisis del cambio dinámico de la sociedad descansa sobre la teoría de

la acumulación. Esta teoría viene condicionada por la distribución de la renta entre las

diversas clases sociales, especialmente por la parte que le correspondía a los


terratenientes y capitalistas ya que estos serían los únicos en tener excedentes para poder

acumular
Mano invisible
La mano invisible es una metáfora económica creada por el filósofo Adam
Smith que expresa la capacidad de ayudar al libre mercado. Fue acuñada en
su Teoría de los sentimientos morales (1759), y popularizada gracias a su
obra magna, La riqueza de las naciones (1776), a pesar de que solo aparece
una vez en cada uno de dichos textos:
Los ricos solo seleccionan del montón lo más preciado y agradable. Ellos consumen apenas más que
los pobres, y a pesar de su natural egoísmo y avaricia, aunque solo buscan su propia conveniencia,
aunque el único fin que se proponen es la satisfacción de sus propios vanos e insaciables deseos,
comparten con los pobres el fruto de todos sus progresos. Son conducidos por una mano invisible a
realizar casi la misma distribución de las cosas necesarias para la vida que habría tenido lugar si la
tierra hubiera estado repartida en porciones iguales entre todos sus habitantes, y entonces sin
pretenderlo, sin saberlo, promueven el interés de la sociedad y aportan medios para la multiplicación de
la especie.
.
En la medida en que todo individuo procura en lo posible invertir su capital en la actividad nacional y
orientar esa actividad para que su producción alcance el máximo valor, todo individuo necesariamente
trabaja para hacer que el ingreso anual de la sociedad sea el máximo posible. Es verdad que por regla
general él no intenta promover el interés general ni sabe en qué medida lo está promoviendo. Al preferir
dedicarse a la actividad nacional más que a la extranjera él solo persigue su propia seguridad; y al
orientar esa actividad para producir el máximo valor, él busca su propio beneficio; pero en este caso
como en otros muchos, una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en sus
propósitos. El que sea así no es necesariamente malo para la sociedad. Al perseguir su propio interés
frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si deliberadamente intentase
fomentarlo..

Generalmente, se acepta que tanto la teoría de la mano invisible como el laissez


faire —expresión popularizada por el fisiócrata Vincent de Gournay en la década
de 1750— representan los fundamentos ideológicos del liberalismo clásico,
aunque esta última expresión no se menciona ni dogmática ni literalmente en
ningún trabajo de Adam Smith (ni tampoco en los trabajos de otros economistas
de la misma corriente, como David Ricardo o Thomas Malthus).
En su Teoría de los sentimientos morales, Smith aduce que, contrariamente a lo
asegurado por Thomas Hobbes, el egoísmo psicológico no constituye las bases de
todo comportamiento humano, sino que esas se encuentran en el proceso
de simpatía (o empatía), a través del cual un sujeto es capaz de ponerse en el
lugar de otro, aun cuando no obtenga beneficio de ello. Lo anterior, junto a
un egoísmo racional, llevaría indirectamente al bienestar general de las
sociedades a través del proceso de una mano invisible. Posteriormente, en La
riqueza de las naciones, Smith profundiza o modifica esta lógica, indicando que
dicho proceso se ve expresado a través de la competencia y de otros mecanismos
que serían capaces por sí mismos de asignar con eficiencia y equidad tanto
los recursos como el producto de la actividad económica. (ver eficiencia
económica). Esta aparente modificación o contradicción en la propuesta ha dado
origen al llamado problema de Smith: “El "problema de Smith" es fruto de
lecturas positivistas que no consideran el contexto general ni las interrelaciones
existentes entre las distintas partes del programa de investigación smithiano. En
realidad, se puede comprobar que existen muy importantes analogías entre
la configuración social propuesta en La teoría de los sentimientos morales y la
armonía del mercado de La riqueza de las naciones, hasta el punto de que forman
parte de un mismo paradigma.1
La sugerencia de la mano invisible, como generalmente se la entiende, supone la
acumulación de la problemática de la justicia social —independientemente de la
acción al respecto por el Estado— solo en la política económica o, más
específicamente, en la actividad económica por sí sola. Según esta visión, la mano
invisible compensa las acciones y regula las conformaciones sociales.
Posteriormente, ya en pleno siglo XX el economista de la escuela
austriaca Friedrich Hayek buscó reemplazar o complementar la sugerencia con la
de un «orden espontáneo», que conduciría a «una asignación más eficiente de los
recursos de la sociedad que cualquier diseño puede lograr».2
Sin embargo, algunos críticos han expresado que tal «orden espontáneo» carece
de cualquier fundamento moral o ético,345 aspecto que es central a la posición de
Smith y posiblemente a cualquier tentativa de justificar sus propuestas económicas
en términos de «dar a cada cual lo que corresponde».6
Para Smith ese elemento de justicia tiene una función fundamental como «el pilar
principal que mantiene todo el edificio» (de la vida social) (ver Teoría de los
sentimientos morales), es decir, es el fundamento que hace posible mantener
una cohesión social; cohesión que sustenta el orden público necesario —en la
opinión de Smith— para asegurar el buen funcionamiento económico.7

Telón de fondo
Las ideas de Adam Smith no solo buscaron ser un tratado sistemático
de economía sino uno también de moralidad, constituyendo un ataque frontal a la
doctrina mercantilista. Al igual que los fisiócratas, Smith intentaba demostrar la
existencia de una ley de la naturaleza, que funcionaría con más eficacia cuanto
menos se la perturbara.
Para Smith, la propuesta se enmarca en el «teísmo racional» típico de su tiempo,8
como ejemplo de la manifestación de la Divina Providencia, algo que, junto a un
número predeterminado de instituciones a partir de las cuales se mantiene
el orden social, tiene las características de bendición divina por las riquezas que
crea. El espectador imparcial (la humanidad) no puede negar ni la existencia de
ese orden natural ni las implicaciones que de eso siguen: la existencia de Dios y la
justicia del orden social existente:
Pero cada parte de la naturaleza, cuando es estudiada con atención, demuestra igualmente el cuidado
providente de su Autor, y podemos admirar la sabiduría y bondad de Dios incluso en la debilidad y
tontera del hombre.
Teoría de los sentimientos morales, VI ed. p. 96.

Consecuentemente, en su Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza


de las naciones Smith llama al primer libro De las causas del adelantamiento y
perfección en las facultades productivas del trabajo; y del orden con que su
producto se distribuye naturalmente entre las diferentes clases del Pueblo. A
mayor abundancia, la conclusión de ese primer libro re-afirma: «Todo el producto
anual de la tierra y del trabajo de una nación... naturalmente se divide, como ya se
ha observado, en tres partes; la renta de la tierra, los salarios del trabajo, y las
ganancias del capital (stock en el original), y constituye un ingreso a tres órdenes
diferentes de personas; los que viven de rentas, los que viven de salarios, y los
que viven por la ganancia. Esas son los tres órdenes originarios, y principales
partes componentes de toda sociedad civilizada, de cuyos ingresos esos de todos
los otros órdenes últimamente se derivan» (Libro I, cap XI: Conclusión). Es en ese
contexto en el que Smith introduce la metáfora de la mano invisible.
Smith consideraba que la división del trabajo y la ampliación de
los mercados abría posibilidades ilimitadas para que la sociedad aumentara su
riqueza y su bienestar social mediante la expansión de producción especializada y
el comercio entre las naciones, abriendo así el camino de la industrialización y de
la aparición del capitalismo moderno en el siglo XIX.
Tanto los fisiócratas —de quienes se origina el famoso laissez faire— como Smith
ayudaron a generalizar la idea de que, ya que existe un orden natural aplicable a
la economía, sigue que ese orden exige la no intervención del Estado, porque las
cosas se van a acomodar conforme a una voluntad o mecanismo
superior, omnisciente:
La administración del gran sistema del universo, sin embargo, el cuidado de la felicidad general de todos
los seres racionales y sensibles, es el negocio de Dios y no del hombre. Al hombre le está asignado un
departamento mucho más humilde, pero uno mucho más adecuado a la debilidad de sus poderes y la
estrechez de su comprensión; el cuidado de su propia felicidad, la de su familia, sus amigos, su país.

Todo lo anterior parece sugerir o es generalmente interpretado como significando


que —en la opinión de Smith— el sistema económico tal y como existía o existe
no deja lugar a una objeción moral acerca de las injusticias a las que el sistema de
mercado pueda dar lugar. Parece que para Smith, «el resultado de la distribución
—quién posee qué— de las consecuencias no intencionadas de las acciones
individuales no admite reclamos morales insatisfechos más allá de que esas
acciones no hayan causado daño a la propiedad o persona de otros. Cualquier
resultado del mercado es tan justo como cualquier otro».9 Sin embargo, esa no es
una interpretación universalmente aceptada.

Crítica[editar]
A pesar de su origen en una tentativa de dar fundación moral a un sistema
socioeconómico, la tesis de la mano invisible no puede garantizar la distribución
equitativa de la prosperidad económica de acuerdo con algún criterio moral de
recompensa al esfuerzo o a la capacidad individual. Una economía de
mercado retribuye a los individuos solo de acuerdo con su capacidad para producir
cosas que otros están dispuestos a pagar. El mejor jugador de baloncesto del
mundo gana más que el mejor jugador de ajedrez del mundo simplemente porque
la gente está dispuesta a pagar más por ver un partido de baloncesto que por ver
una partida de ajedrez, no porque el baloncesto o el esfuerzo dedicado a
perfeccionarse en él sea inherentemente más virtuoso que el dedicado al
ajedrez.[cita requerida] Consecuentemente, se ha afirmado que el concepto solamente
muestra el desconocimiento de Smith del funcionamiento del mercado. Y que esa
percepción del funcionamiento de la economía se basa en el supuesto erróneo
que un funcionamiento de acuerdo con ese orden natural llevaría inevitablemente
a una economía eficiente y justa. En las palabras de Joseph Stiglitz:
Las teorías que desarrollamos explican por qué los mercados sin trabas, a menudo, no solo no
alcanzan justicia social, sino que ni siquiera producen resultados eficientes. Por determinados intereses,
aún no ha habido un desafío intelectual a la refutación de la mano invisible de Adam Smith: la mano
invisible no guía ni a los individuos ni a las empresas —que buscan su propio interés— hacia la
eficiencia económica.15

Por ejemplo, tanto Smith como la literatura económica clásica que se originó de su
obra asumen que los mercados son siempre eficientes excepto por algunas fallas
limitadas y bien definidas. Los estudios de Stiglitz y otros más revocan esa
presunción: los mercados son eficientes únicamente en circunstancias
excepcionales. Stiglitz y Greenwald16 muestran que «cuando los mercados están
incompletos o la información es imperfecta (lo que ocurre prácticamente en todas
las economías), incluso en un mercado competitivo, el reparto no es
necesariamente Pareto eficiente. En otras palabras, casi siempre existen
esquemas de intervención gubernamental que pueden inducir resultados Pareto
superiores y benefician a todos».16
Aun cuando estas observaciones y la generalización de la existencia de las fallas
de mercado no garantizan que una intervención estatal sea exitosa, dejan claro
que el rango «óptimo» de intervenciones gubernamentales recomendables es
definitivamente mucho mayor que lo que reconoce la escuela tradicional:
El verdadero debate hoy en día gira en torno a encontrar el balance correcto entre el mercado y el
gobierno. Ambos son necesarios. Cada uno puede complementar al otro. Este balance será diferente
Adam Smith 2 (economía): Los Precios (por
Jan Doxrud)
Historia, Economía

Adam Smith 2 (economía): los precios

En este escrito abordaré la teoría del precio de Adam Smith que es de importancia
ya que fue fruto de muchas confusiones que heredaron y no resolvieron autores
posteriores, como fue el caso de Karl Marx (1818-1883) que continuó con la
errónea teoría objetiva del valor. Como veremos, Smith defendía que el valor de
un bien era igual a la cantidad de trabajo contenida en este y posteriormente Marx
vendría a repetir lo mismo pero introduciendo algunas sutilezas, ya que en El
Capital, Marx señala que el valor de un bien depende de la “cantidad de trabajo
socialmente necesario” y en lugar de hablar de trabajo, habla de “fuerza de
trabajo”. En otras palabras, tal teoría defiende de que existe un “precio objetivo”
en torno al cual orbitan los diferentes precios y que serían los costos los que
determinan los precios de los bienes. Tal idea sería refutada en la segunda mitad
del siglo XIX por tres autores (Carl Menger, Leon Walras y William Stanley
Jevons) que representaron la “revolución marginalista” y que defendieron, en
esencia, que los precios eran fruto de estimaciones subjetivas de las personas, de
manera que la famosa paradoja de por qué el diamante era más caro que el agua no
era en realidad una paradoja. El diamante es escaso y muy demandado, en cambio
el agua, que es esencial para nuestra vida, la encontramos en abundancia. Pero si
cambiamos las circunstancias y nos encontramos en un desierto, claramente
preferiremos tener a mano una botella de agua y no una bolsa de diamantes. Para
cualquiera que quiera entender la economía marxista, debería examinar también
los escritos que le precedieron como el de Adam Smith y John Stuart Mill.
Comenzaré con los conceptos de precio nominal y precio real. Smith señala en
el capítulo V del Libro I que todo ser humano es rico o pobre teniendo en
consideración de su capacidad de poder gozar de las cosas necesarias, convenientes
y gratas para su vida. Con la complejización de la economía, el aumento de la
división del trabajo y la expansión de los mercados, las personas podrán ser ricas
o pobres dependiendo del trabajo ajeno del que pueda disponer. Smith explica que
en un “estado originario” en donde no existía la propiedad privada, el trabajador
gozaba de todo el producto de su propio trabajo. Así, con la primera apropiación
de la tierra y la acumulación de capital, el ser humano se valdrá de otros para
acrecentar su riqueza, es decir, poder obtener aquellos bienes y servicios que
consideran que le son esenciales para su vida. Como bien nos recuerda Smith, la
riqueza es poder en la medida en que es capaz de comprar, sobre todo su facultad
de poder comprar trabajo. El trabajo adquiere un lugar central en la teoría
económica de Smith ya que para él, este constituye el “precio primitivo” o
“moneda originaria” que sirvió para comprar y pagar todas las cosas. En otras
palabras el trabajo es la medida real del valor de cambio de toda clase de bienes.
En palabras de Smith:

“El precio real de cualquier cosa, lo que realmente le cuesta al hombre que quiere
adquirirla, son las penas y fatigas que su adquisición supone”. Más adelante
añade: “No fue con el oro ni con la plata, sino con el trabajo como se compró
originariamente en el mundo toda clase de riquezas; su valor para los que las
poseen y desean cambiarlas por otras producciones es precisamente igual a la
cantidad de trabajo que con ella pueden adquirir”[1].

Cabe agregar que Smith diferenciaba entre trabajo productivo e improductivo.


En cuanto al primero se refiere al lo que conocemos como sector primario y
secundario, vale decir, las actividades extractivas y al procesamiento de las
materias primas. El trabajo improductivo se refiere al ofrecimiento de servicios,
esto es, al sector terciario. La explicación detrás de este razonamiento es que Smith
consideraba que eran los bienes materiales los que se pueden acumular y pueden
ser utilizados potencialmente para incrementar la riqueza, en cambio los servicios,
inmateriales, se desvanecen el acto mismo y, por lo tanto, no se pueden acumular.

Por lo tanto, para el escocés era evidente que el trabajo era la medida universal
y más exacta del valor, así como la única regla que permitía compara los valores
de diferentes mercancías en distintos tiempos y lugares. Pero Smith reconoce
que, aunque el trabajo representa la medida real del valor de cambio de las
mercancías, generalmente no es utilizada efectivamente como una medida para
estimar el valor, es decir, las personas no están constantemente estimando el valor
en función del trabajo que la persona imprimió en un artículo determinado y cómo
poder traducir ese trabajo en un precio determinado. Smith explica que resulta
complejo averiguar la relación proporcional que existe entre cantidades diferentes
de trabajo. Continúa explicando el autor:

“El tiempo que se gasta en dos diferentes clases de tareas no siempre determina
de una manera exclusiva esa proporción. Han de tomarse en cuenta los grados
diversos de fatiga y de ingenio. Una hora de trabajo penoso contiene a veces más
esfuerzo que dos horas de una labor fácil, y más trabajo, también, la aplicación
de una hora de trabajo en una profesión cuyo aprendizaje requiere el trabajo de
diez años, que un mes de actividad en una labor ordinaria y de fácil ejecución”.

El lector podrá tener ante sí a dos caricaturista que le ofrecen hacerle un retrato,
pero resulta que uno cobra el doble ya que cursó sus estudios en prestigiosas
universidades, y el otro es un autodidacta que no pudo pagar sus estudios y
pavimentar, a punta de esfuerzos y sacrificios, su camino a convertirse en un
dibujante. ¿Quién merece cobrar un mayor valor por su servicio? ¿Acaso al lector
estará dispuesto a pagar el doble una caricatura que el esforzado y sacrificado
caricaturista puede hacerlo por la mitad del precio y con los mismos resultados?
¿Cómo se puede medir el ingenio y la creatividad y traducirlo a un valor
monetario? ¿Cómo traducir las habilidades de un artista en un precio real y precio
nominal? (posteriormente me centraré en este último tipo de precio). Al respecto
escribe el autor: “Iguales cantidades de trabajo, en todos los tiempos y lugares,
tienen, según se dice, el mismo valor para el trabajador. Presuponiendo un grado
normal de salud, de fuerza y de temperamento, de aptitud y destreza, ha de
sacrificar siempre la misma proporción de comodidad, de libertad y de felicidad”.
Este pasaje parece perfilar la idea de Marx de un trabajo abstracto (no concreto) y
simple (no complejo/calificado), una suerte de promedio de gasto fisiológico que
pueda ser utilizada como medida de valor.

Ante este escenario complejo, Smith reconoce que en la práctica los precios se
forman de acuerdo al regateo y a la puja” del mercado y que resulta ser más
frecuente que se cambie y compare una mercancía con otra mercancía y no en
relación a la cantidad de trabajo que tal mercancía puede contener. Paso seguido
Smith se refiere a la introducción del dinero en las transacciones. En un principio
se intercambiaban bienes por bienes, es decir, no existía esta mercancía (dinero)
que funcionaba como medio de intercambio. Es lo que posteriormente Marx
representaría como M – M, es decir, el intercambio directo entre mercancía (M).
Posteriormente Marx explica en El Capital que tal fórmula se transformaría en M
– D – M, esto es, el intercambio de mercancías utilizando como intermediario la
mercancía dinero (D). Smith señala que una vez que cesó la permuta o el trueque,
las mercancías comenzaron a intercambiarse por dinero, siendo este personificado
por metales tales como el cobre, plata u oro.

“Con los progresos de la industria muchas naciones comerciantes consideraron


conveniente acuñar y convertir en monedas diferentes clases de metal: el oro, para
los pagos de mucha importancia; la plata, para las compras de un valor
moderado, y el cobre, o algún metal basto, para las de poca consideración”[2].

Ahora bien, el dinero, considerado como una mercancía, también se encuentra


sujeto a fluctuaciones, ya que el oro y la plata pueden cambiar de valor,
dependiendo de la disponibilidad de estos. Con el descubrimiento de América y la
afluencia de metales preciosos en dirección a España, los precios de los bienes
aumentaron debido al aumento del stock de oro. En términos modernos sería como
inflar la masa monetaria, manteniendo tipos de interés bajos y una baja producción
de bienes, en otras palabras tenemos inflación. En nuestro días sabemos que el
sistema de dinero fiduciario ya no obedece a ningún tipo de anclaje a algún metal
precioso y, en teoría, la masa monetaria puede ser expandida infinitamente por los
bancos centrales. Antiguamente esta práctica era llevada a cabo por reyes y
emperadores disminuyendo la cantidad de metal puro de las monedas, lo que se
traducía en un alza de los precios. Llegamos así al concepto de precio nominal que
es la expresión monetaria de un bien, es decir, el trabajo vendría a ser el precio real
y la moneda, el precio nominal. Esta carácter dual del precio de las
distintas mercancías también se aplica a la mercancía que conocemos como
trabajo. En este último caso, el precio nominal es el salario que recibe el obrero, y
el precio real consiste en la cantidad de cosas “necesarias y convenientes” para la
persona y su familia. Añade Smith que la demanda de mano de obra asalariada
aumenta necesariamente con el incremento del ingreso y del capital de las
naciones, y ese aumento del ingreso y del capital es el incremento de la riqueza
nacional.

Continúa explicando el escocés que lo que motiva un alza en los salarios no es la


magnitud real de la riqueza de la nación, sino que su continuo incremento, lo que
explicaría la razón por la cual los salarios de las colonias norteamericanas sean
más altos que los de Inglaterra. Smith realiza algunas críticas sobre el tema de los
salarios en Inglaterra. En primer lugar señala que los salarios no fluctúan con el
precio de las provisiones, es decir, mientras el precio en dinero del trabajo (salario)
se mantiene uniforme, el precio de las provisiones experimentan un alza,
mermando así el poder adquisitivo de los trabajadores. También sucede que el
precio de bienes como el pan y la carne solía ser casi el mismo en toda Gran
Bretaña, pero no así los salarios de los trabajos, por ejemplo, en las grandes
ciudades y sus contornos. Pero Smith no pretende presentar un panorama sombrío
ya que también reconoce que el nivel de vida de la clase trabajadora ha aumentado
significativamente en lo que respecta a la posibilidad de adquirir bienes y servicios
que años antes hubiesen sido imposible imaginar. Las patatas, zanahorias, nabos,
coles y el grano, escribe Smith, se habían abaratado considerablemente. De esta
manera concluye Smith:

“La lamentación general en el sentido de que el lujo se introduce hasta en las


clases ínfimas del pueblo y de que actualmente un pobre trabajador no se contenta
con el mismo alimento, vestido y habitación con que se contentaba en otra época,
puede llevarnos al convencimiento de que no sólo ha aumentado el precio del
trabajo expresado en dinero, sino la recompensa real”[3].
Pasemos a examinar los elementos que componen el precio de las distintas
mercancías. Como ya se señaló, en un estado originario, la única medida de valor
y norma para el intercambio era el trabajo. Así, Smith señala que cuesta usualmente
el doble de trabajo matar a un castor que a un ciervo, por lo que a la hora de
intercambiar, un castor valdrá dos ciervos. Pero con el progreso de la industria, la
división del trabajo y la especialización, esta forma de intercambio resulta
extremadamente compleja. Así, el componente del precio no puede ser únicamente
el trabajo ya que entran en escena otros dos actores, de manera que tenemos los
siguientes tres componentes: salario, beneficio y el interés. Tenemos que la renta
que procede del trabajo es el salario; la renta que deriva del capital se denomina
beneficio, y por último, tenemos aquella renta derivada que es el interés y que es
percibida por el prestamista (esta última no es una renta originaria como la que
proviene de la tierra, el capital y el trabajo). Así pues, Smith afirma que en toda
sociedad, el precio de cualquier mercancía se resuelve en una u otra de esas partes,
o en las tres en un tiempo. Por ejemplo, en el precio del trigo, una parte viene a
pagar la renta del terrateniente (tierra), el salario (renta del trabajo) y el beneficio
del colono (renta del capital). Continúa ejemplificando Smith:

“En el precio de la harina es necesario contar el del trigo, el beneficio del


molinero y los salarios de sus servidores; en el precio del pan se habrán de contar
los beneficios del panadero y los salarios de sus obreros, y en el precio de ambos,
el trabajo de transportar el trigo desde la casa del colono hasta el molino, y de
éste al panadero…”[4].
Hemos abordado brevemente el tema del precio real, precio nominal y los
componentes del precio. Ahora finalizaré con otro dualismo que introduce Smith:
el precio natural y el precio de mercado de los bienes. Smith explica que en toda
sociedad existe una tasa promedio de salarios y beneficios en cada uno de los
diversos empleos que se le da al capital y al trabajo. Dicha tasa, continúa
explicando el filósofo escocés, se regula de manera natural por las circunstancias
generales de la sociedad, su riqueza, pobreza, su condición adelantada, decadente
o estacionaria. Lo mismo es cierto para la renta de la tierra, que se regula por
factores como por ejemplo, la fertilidad natural o artificial de la tierra. Son estos
niveles promedios lo que Smith denomina como tasas naturales, en este caso, de la
renta, el trabajo y del beneficio. El precio natural varía con la tasa natural de cada
una de las partes componentes, esto es, el salario, el beneficio y la renta. Estos
último, a su vez, varían de acuerdo las circunstancias generales: riqueza, pobreza,
o su condición progresiva, estacionaria o decadente. Pasemos a examinar el precio
de mercado. Este precio se regula por la proporción entre la cantidad de la
mercancía específica que se lleva al mercado y la demanda de quienes están
dispuestos a pagar, es decir, lo que nos enseñan los manuales de economía: la
formación del precio fruto de la oferta y la demanda. Pero habría que esperar al
economista inglés Alfred Marshall (1842-1924) para traducir está explicación a
los ya clásicos gráficos de oferta y demanda. Smith procede a explicar cómo la
interacción de la oferta (la cantidad de bienes ofrecidos en el mercado) y la
demanda interactúan y cómo influyen en la formación de los precios:

“Cuando la cantidad de una mercancía que se lleva al mercado es insuficiente


para cubrir la demanda efectiva, es imposible suministrar la cantidad requerida
por todos cuanto se hallan dispuestos a pagar el valor íntegro de la renta, los
salarios y el beneficio, que es preciso pagar para situar el artículo en el mercado.
Alguno de ellos, con tal de no renunciar a la mercancía, estarán dispuestos a
pagar más por ella. Por tal razón se suscitará entre ellos inmediatamente una
competencia, y el precio de mercado subirá más o menos sobre el precio
natural…”[5].

Posteriormente describe el caso contrario:

“Cuando la cantidad llevada al mercado excede a la demanda efectiva, no puede


venderse entonces toda ella entre quienes estarían dispuestos a pagar el valor
completo de la renta, salarios y beneficio que costó la mercancía…Parte de ella
tiene que venderse a los que están dispuestos a pagar menos, y este precio más
bajo que ofrecen por ella, reducirá el de toda la mercancía. El precio de mercado
bajará más o menos con respecto al natural, según que la abundanciao la escasez
del género incremente más o menos la competencia entre los vendedores, o según
que éstos se muestren más o menos propensos a desprenderse inmediatamente de
la mercancía”[6].

Ahora bien, estos desajustes entre oferta y demanda tendrán como consecuencias,
como la toma de decisiones de los productores y los planes de compras de los
consumidores. Smith señala que en caso de que la porción afectada sea la
correspondiente a la renta de la tierra, entonces los productores tendrán los
incentivos suficientes para destinar sus fincas a producir otros artículos, de manera
que a la larga la cantidad ofrecida en el mercado será insuficiente para cubrir la
demanda efectiva y los precios volverán así a su “nivel natural”. Si, por el
contrario, explica Smith, la cantidad llevada al mercado fuese inferior a la demanda
efectiva, alguna de las partes componentes de su precio (renta, beneficio o el
salario), se elevaría por encima de su nivel natural, esto es, algunos de los
componentes del precio estarán por encima de su tasa natural. Pero a la larga se
producirá una nivelación de la tasa de beneficio, es decir, el terrateniente no podrá
gozar de rentas extraordinarias por un tiempo infinito, lo mismo sucede con el
beneficio y los salarios. Puede suceder, claro está, que el “precio de mercado”
puede mantenerse por un tiempo considerable por encima del “precio natural”. Por
ejemplo, Smith señala que lo anterior es posible debido a los “secretos industriales”
que permite disfrutar de ventajas y ganancias extraordinarias por un cierto período
de tiempo. También está el caso de un monopolio otorgado a algún individuo que
establece el precio más alto que se pueda conseguir. Otras razones que señala
Smith son los privilegios de corporaciones, estatutos de aprendizajes y leyes que
restringen la libre competencia en determinadas ocupaciones.
Podemos ver entonces que para Smith existe un precio natural, que también
denomina como precio de libre competencia, que actúa como un centro en torno al
cual gravitan los precios de las numerosas mercancías, de manera que cuando el
mercado es intervenido, se producen oscilaciones que hacen que el precio de
mercado se aleje del precio natural. Pero también los precios fluctúan debido a la
oferta y demanda, aunque para Smith la demanda no influía en el valor de los
bienes, sino que era más bien el costo de producción el determinante.

Como vimos anteriormente, parece ser que Smith es optimista (al menos respecto
al diagnóstico de Marx) en lo que se refiere a las transformaciones económicas que
experimentaba Gran Bretaña y el mundo en general y los beneficios que el nuevo
régimen de producción podía dar a las clases menos favorecidas. Comenta en un
pasaje:

“…la recompensa liberal del trabajo fomenta la propagación de la clase baja, y,


con ella, la laboriosidad del pueblo. Los salarios del trabajo son un estimulante
de la actividad productiva, la cual, como cualquier otra cualidad humana, mejora
proporcionalmente al estímulo que recibe. Una manutención abundante aumenta
la fortaleza corporal del trabajador, y la agradable confianza de mejorar su
condición, así como la de acabar sus días en plenitud y desahogo, le animan a
movilizar todos sus esfuerzos”[7].

En cuanto a la teoría del valor, el lector deberá reflexionar si acaso son los costes
los que determinan los precios o si es la cantidad de trabajo contenido en un bien
lo que determina su precio. O por el contrario, ¿es la oferta y la demanda los que
determinan los precios de manera que es el empresario-productor el que deberá
tomar la decisión, teniendo en cuenta los precios vigentes, si estará dispuesto o no
a incurrir en esos costes para producir un determinado bien "X"? (y si podrá incluso
reducir los costes en la producción de ese bien "X") O ¿acaso el empresario no
debe preocuparse por los costes ya que los podrá siempre cubrir mediante un
aumento de los precios de sus bienes?

¿Existe acaso un precio objetivo, racional o justo en torno al cual deben gravitar
los precios de mercado? Casi siempre resulta suceder que los denominados
"precios justos" resultan ser los más injustos para la población.
RECOMENDACION

ESTOS SON VIDEOS MUY CORTOS, PERO MUY EJMPLIFICATIVO DE CADA UNO DE LOS
PUNTOS A TRATAR EN ESTE PUNTO 1 DE LA UNIDD 3.
ACCEDER A LOS SIGUIENTES LINKS.

https://www.youtube.com/watch?v=xSPYTUcf6Bc este es un hermosos documental


para comprender el pensamiento de Adam Smith. Recomiendo. Ver, al finalizar el
análisis de la unidad 3.
https://www.youtube.com/watch?v=bbGthAeswQw.
https://www.youtube.com/watch?v=5rCRNMQh46s
Teorías: ventajas comparativas.
UNIDAD 3 PTO. 1

Qué es una ventaja comparativa?


La ventaja comparativa es la capacidad de una persona, empresa o país para
producir un bien utilizando relativamente menos recursos que otro. El concepto
de ventaja comparativa es uno de los fundamentos básicos del comercio
internacional. Asume como decisivos los costes relativos de producción y no los
absolutos.

Qué es una ventaja comparativa ejemplo?


Cuando un país se especializa en los bienes en los que posee ventaja
comparativa, la producción total aumenta. Siguiendo el ejemplo de Ricardo,
Portugal puede producir tela y vino con menos factores productivos que Inglaterra.

Cuál debe ser el rol del Estado en relación con las ventajas comparativas?
Respuesta certificada por un experto. El rol del Estado en relación con las
ventajas comparativas debe radicar en promover el crecimiento de las industrias
donde se tengan mayores ventajas comparativas, para fortalecer estos sectores
claves.

Cuál debe ser el rol del Estado en relación con las ventajas comparativas?
Respuesta certificada por un experto. El rol del Estado en relación con las
ventajas comparativas debe radicar en promover el crecimiento de las industrias
donde se tengan mayores ventajas comparativas, para fortalecer estos sectores
claves.
la importancia del comercio internacional mejora la calidad y la economía. Este
reto lleva a nuestro país a desempeñar su papel, destacando un destino
atractivo para la inversión y la apertura comercial. Ya que es un impulso al
bienestar económico y social, estabilizando los precios, disminuyendo la tasa
de desempleo y a si mismo aumentando la productividad y la competitividad.
TEORIA DEL VALOR
UNIDAD 3 PTO. 1
Qué dice la teoria del valor?

Teoría del valor-trabajo. La teoría del valor-trabajo (TVL, también teoría laboral
del valor o TLV) es una teoría que considera que el valor de un bien o servicio
depende de la cantidad de trabajo que lleva incorporado. ... Para él, el valor era la
cantidad de trabajo que uno podía recibir a cambio de su mercancía.
Valor en economía

En economía, como valor se designa la magnitud empleada para medir los bienes,
productos y servicios, comparando sus beneficios y utilidad. Como tal, puede hacer
referencia al monto en que se calcula el precio o costo en dinero de una cosa en el
mercado.

Cuál es la diferencia entre el precio y el valor?


En la práctica, se tiende a definir el precio como la cuantía económica que un
comerciante espera recibir por su producto, una vez se encuentra este en el
mercado. Mientras que, por otro lado, el valor representa la cuantía que un cliente
está dispuesto a pagar por un determinado bien o servicio.

RECOMENDACIÓN:
Ud. A continuación podrá ingresar al siguiente link y ver atentamente el mismo.
https://www.youtube.com/watch?v=JFV4L8KrfC0 Informar.

Esto le servirá para aclarar y afirmar conceptos sobre la teoría en cuestión.


Teorías : ventajas comparativas.

Qué es una ventaja comparativa?


La ventaja comparativa es la capacidad de una persona, empresa o país para
producir un bien utilizando relativamente menos recursos que otro. El concepto
de ventaja comparativa es uno de los fundamentos básicos del comercio
internacional. Asume como decisivos los costes relativos de producción y no los
absolutos.

Qué es una ventaja comparativa ejemplo?


Cuando un país se especializa en los bienes en los que posee ventaja
comparativa, la producción total aumenta. Siguiendo el ejemplo de Ricardo,
Portugal puede producir tela y vino con menos factores productivos que
Inglaterra.2 dic. 2019
Cuál debe ser el rol del Estado en relacion con las ventajas comparativas?
Respuesta certificada por un experto. El rol del Estado en relación con las
ventajas comparativas debe radicar en promover el crecimiento de las industrias
donde se tengan mayores ventajas comparativas, para fortalecer estos sectores
claves.
Cuál debe ser el rol del Estado en relacion con las ventajas comparativas?
Respuesta certificada por un experto. El rol del Estado en relación con las
ventajas comparativas debe radicar en promover el crecimiento de las industrias
donde se tengan mayores ventajas comparativas, para fortalecer estos sectores
claves.
la importancia del comercio internacional mejora la calidad y la economía. Este
reto lleva a nuestro país a desempeñar su papel, destacando un destino
atractivo para la inversión y la apertura comercial. Ya que es un impulso al
bienestar económico y social, estabilizando los precios, disminuyendo la tasa
de desempleo y a si mismo aumentando la productividad y la competitividad.

Qué dice la teoria del valor?


Teoría del valor-trabajo. La teoría del valor-trabajo (TVL, también teoría laboral
del valor o TLV) es una teoría que considera que el valor de un bien o servicio
depende de la cantidad de trabajo que lleva incorporado. ... Para él, el valor era la
cantidad de trabajo que uno podía recibir a cambio de su mercancía.
Valor en economía

En economía, como valor se designa la magnitud empleada para medir los bienes,
productos y servicios, comparando sus beneficios y utilidad. Como tal, puede hacer
referencia al monto en que se calcula el precio o costo en dinero de una cosa en el
mercado.12 jul. 2018
Cuál es la diferencia entre el precio y el valor?
En la práctica, se tiende a definir el precio como la cuantía económica que un
comerciante espera recibir por su producto, una vez se encuentra este en el
mercado. Mientras que, por otro lado, el valor representa la cuantía que un cliente
está dispuesto a pagar por un determinado bien o servicio.

https://www.youtube.com/watch?v=JFV4L8KrfC0 Informar.

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