La Restauración y Su Crisis (1875-1902)
La Restauración y Su Crisis (1875-1902)
La Restauración y Su Crisis (1875-1902)
CRISIS (1875-1931)
I.- La Restauración (s. XIX): reinado de Alfonso XII y la regencia de Mª Cristina (1875-
1902).
LA RESTAURACIÓN: 1874-1923
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saltando por los aires en los años treinta con la caída de Alfonso XIII y la proclamación
de la II República en 1931.
INTRODUCCIÓN
2. La Iglesia
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Durante 1875 las primeras medidas del nuevo régimen consistieron en: lograr el
apoyo de la Iglesia, que se hallaba distante por los ataques recibidos durante el
periodo revolucionario; suspender los periódicos de la oposición que habían
florecido en los años anteriores; establecer tribunales especiales para los delitos de
imprenta; otorgar a la Iglesia la potestad de juzgar y censurar prensa y otros
escritos. La confesionalidad católica del Estado era evidente y el control de la
educación también. Vuelve la Iglesia del Concordato de 1851.
3. El Ejército
4. La Burguesía oligárquica
Para Cánovas el apoyo de las élites oligárquicas era fundamental. Por primera
vez la burguesía moderada y progresista estará unida, defendiendo ambas un
sistema estable y basado en el orden conservador y liberal. La experiencia del
Sexenio, inestabilidad, desorden público unió a las clases dominantes con un
interés común.
a) El centralismo administrativo.
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de más de 30.000 habitantes (casi todas las capitales de provincia) los alcaldes
serían nombrados por el rey, lo que equivalía a ser designados por el Gobierno, y
que los presupuestos provinciales y municipales deberían ser aprobados por este.
En línea con ese centralismo encontramos la abolición de los Fueros de las
Provincias Vascas por una ley de julio de 1876 (aunque la ley no hablaba
categóricamente de "abolir", sino de "reformar el antiguo régimen foral"). Por lo
demás, la excusa del fin de la guerra civil con los carlistas sirvió para engrandecer
la conciencia nacional unitaria alrededor de Alfonso XII y para que Cánovas
pusiera en práctica su idea de que el orden social interno pasaba por la unidad de
códigos y la igualdad jurídica de todos los ciudadanos, plasmadas en la
Constitución.
b) Constitución de 1876
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nombrar directamente a los senadores. La Constitución también proclamaba la
confesionalidad católica del Estado, aunque toleraba otras creencias. En
consecuencia se restableció el presupuesto del culto y clero.
La prolija declaración de derechos quedó limitada porque su aplicación se remitía a
leyes ordinarias que, en general, los restringieron, sobre todo, los de imprenta,
expresión, asociación y reunión.
Fue promulgada el 30 de junio de 1876 e iba a permanecer en vigor hasta 1931.
Aunque es de carácter moderado, es lo suficientemente elástica como para ser
aceptada por los progresistas.
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elaborar leyes que uno de los dos partidos pudiera derogar cuando llegase al
gobierno. Los partidos dinásticos, conservador y liberal renunciaban a los
pronunciamientos como mecanismo para acceder al gobierno. Se aceptaba, por
tanto, que habría un turno pacífico de partidos que aseguraría la estabilidad
institucional mediante la participación en el poder de las dos familias del
liberalismo y pondría fin a la intervención del ejército en la vida política
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Pero en todo el proceso era fundamental la figura del cacique, término que
procede de América y que significaba algo así como jefe de indios. Los caciques eran
individuos o familias que, por su poder económico o por sus influencias políticas,
controlaban una determinada circunscripción electoral. El caciquismo era más
evidente en las zonas rurales, donde una buena parte de la población estaba
supeditada a los intereses de los caciques, quienes, gracias al control de los
ayuntamientos, hacían informes y certificados personales, controlaban el sorteo de
las quintas, proponían el reparto de las contribuciones, podían resolver o complicar
los trámites burocráticos y administrativos y proporcionaban puestos de trabajo.
Así, los caciques se permitieron ejercer actividades discriminatorias y con
sus "favores" agradecían la fidelidad electoral y el respeto a sus intereses.
Todas estas prácticas fraudulentas se apoyaban en la abstención de una
buena parte de la población, cuya apatía electoral se explica tanto por no sentirse
representada como por el desencanto de las fuerzas de la oposición en participar
en el proceso electoral. En general, la participación electoral no superó el 20% en
casi todo el período de la Restauración.
1. Evolución política.
El sistema político que se impuso en el país trajo consigo una etapa de gran
estabilidad. Lo cual no oculta sus debilidades: era un sistema corrupto y
antidemocrático. La alternancia de los dos partidos funcionó. El Partido
Conservador estuvo en el poder durante los primeros años del reinado. Este
partido se encargó de aprobar una serie de leyes de carácter conservador: la ley de
imprenta, la ley electoral que reintroducía el sufragio censitario, el control de los
ayuntamientos.
Los dos hechos más destacados de su reinado fueron la finalización de los dos
conflictos que se habían iniciado durante el Sexenio: la tercera guerra carlista y la
guerra de Cuba.
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Entronizado Alfonso XII, la guerra carlista caminaba hacia su fin en 1875: los
ejércitos de Jovellar y Martínez Campos dominaron el Maestrazgo y Cataluña, y,
posteriormente, una fuerte ofensiva sobre Vizcaya y Guipúzcoa dispersó al ejército
carlista y obligó a Carlos VII a emigrar a Francia en febrero de 1876. El final de la
tercera guerra carlista llegó con victoria en marzo de 1876, si bien el miedo de los
Gobiernos de Madrid a posibles rebrotes de la misma iba a permanecer en las
décadas siguientes. El final del conflicto carlista trajo como consecuencia la
reforma del régimen foral (1876). Esta actuación acorde, además, con el control y la
centralización que reclamaba una administración moderna y eficaz. Lo más
importante de esta modificación foral fue la adopción de una fórmula intermedia:
la obligación por parte de las provincias vascas de contribuir con contingentes de
soldados para el servicio militar, y el establecimiento de los conciertos económicos
especiales, que todavía perduran. Esto último representaba para los vascos una
notable autonomía en materia económica y hacendística. Según esta fórmula, los
impuestos no los cobraba la Hacienda del Estado, sino las diputaciones vascas,
quienes aportarían después a las arcas del Estado el cupo acordado como
contribución a los presupuestos generales.
El otro gran problema al que hay que hacer frente es la Guerra de Cuba,
llamada Guerra de los Diez Años. La estabilidad en España hace que se pueda
reclutar un ejército de 25.000 hombres y enviarlos a Cuba. Allí el general Martínez
Campos combina la acción guerrera con las gestiones diplomáticas. Fruto de ello
fue la firma de la paz con los rebeldes en 1878 en la paz de Zanjón. A cambio de esto
los rebeldes veían mejorada su situación, los prisioneros fueron amnistiados. El
problema no solucionó, simplemente se pospuso hasta 1895 en que estallaría la
guerra definitiva que acabaría en 1898 con la pérdida de Cuba.
En 1881 y hasta 1884 se inició el turno al subir al poder el Partido Liberal.
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Durante el gobierno de Sagasta (1885-1890), llamada esta etapa Gobierno largo
se acordaron numerosas ideas liberales como la ley de Asociaciones de 1887 que
permitía la legalización de las organizaciones obreras, en la clandestinidad desde la
dictadura de Serrano. El sufragio universal masculino de 1890, no es que creyera
sinceramente en el voto popular, pero esto le permitía aumentar su liderazgo
dentro del Partido Liberal. La ley del Jurado de 1888 que permitía la creación de
jurados populares para juzgar ciertos delitos. Consiguió, también, la aprobación de
todos los derechos individuales que ya aparecieron en la constitución de 1869. En lo
económico se aprobó el código de comercio y el código civil.
En los últimos años de la Regencia de María Cristina se rompe la estabilidad
creada por los líderes de los dos partidos dinásticos. En 1897 Cánovas muere
asesinado por el anarquista Angioillo, y su lugar es ocupado por Silvela y más tarde
por Maura, quienes desean regenerar la vida política. El Partido Liberal y Sagasta
tuvieron que sufrir la crisis del 98 y asumir el desprestigio político producido por la
derrota. Sobre la crisis del 98 hablaremos más adelante. Sagasta murió en 1903,
momento en que el partido empezó a dividirse en varias tendencias que no
lograron aglutinar los líderes que le sucedieron y que dieron lugar a una lucha por
el poder en el interior del partido.
Problemas de la Restauración
Problema político
Movimientos antidinásticos
Republicanismo
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Los republicanos, contrarios a la monarquía y a favor de un reformismo
social y político, se erigieron en la oposición parlamentaria más importante al
régimen de la Restauración, a pesar de ser los grandes derrotados por el
pronunciamiento de 1874, la represión a que fueron sometidos y las variadas
divisiones internas (tendencias, reorganización de fuerzas), todo ello le restaron
eficacia y apoyo electoral a su programa político.
Un caso contrario fue el del político progresista Ruiz Zorrilla, quien viró hacia el
republicanismo radical que no descartaba la acción violenta contra la monarquía:
fundó el Partido Republicano Progresista.
El republicanismo con más adeptos y más fiel a su ideario inicial fue el Partido
Republicano Federal, que seguía teniendo como líder a Pi y Margall y contaba con
el apoyo de una parte importante de las clases populares.
Carlismo
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Vasco y Cataluña, pero su influencia era escasa en el resto del territorio español, el
programa mantenía en vigencia los antiguos principios, unidad católica, fuerismo,
antiliberalismo, tradicionalismo etc.
Movimientos Nacionalistas
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federalismo de la mano de Pi i Margall. Los dos movimientos, por la situación del
momento, fracasaron.
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En 1906 se creó la Solidaritat Catalana, una coalición liderada por la Lliga
regionalista, a la que acompañaban carlistas y republicanos catalanistas. Consiguió
un gran éxito electoral en las elecciones a Cortes de 1907 (41 de 44 escaños) y ayudó
al dominio político de la Lliga en Cataluña.
El Nacionalismo vasco
El auge del nacionalismo vasco a finales del siglo XIX, se vincula con la
reivindicación de los fueros — abolidos al finalizar la guerra carlista en 1876—, y con
una reacción defensora de la lengua, cultura y sociedad vascas frente a los cambios
sociales, económicos y culturales que provocan la industrialización y la llegada
masiva de inmigración del resto de España a Vizcaya. Es importante, dejar muy
claro, que el nacionalismo vasco tiene peculiaridades distintas al catalán. Se
desarrolló sobre dos pilares fundamentales: Sabino Arana y el Partido Nacionalista
Vasco.
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entonces cuando apareció la tensión interna entre los defensores de la
independencia y los que buscaban, como objetivo más viable y práctico, la
autonomía dentro del Estado español.
Estos últimos, urbanos, industriales y con dinero imprescindible para el
partido, se impusieron en el control del PNV y entraron en una línea autonomista
"catalana", copiando la idea de "rehacer España" desde, en este caso, el País Vasco.
Movimiento obrero
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Mientras el republicanismo ejerció una oposición exclusivamente política al
régimen de la Restauración, el movimiento obrero -entendido como la actividad
política y social de los obreros y campesinos para mejorar su situación y defender
sus derechos- se opuso frontalmente a todo el sistema.
Movimiento obrero
El socialismo (marxistas)
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clase trabajadora”, la transformación de la propiedad privada en propiedad común
de la nación, y todo ello permitiría la abolición de las clases sociales. Este era el
programa máximo, el horizonte hacia el que los trabajadores deberían encaminar
su lucha. Pero en la práctica, los socialistas rehuyeron la actividad insurreccional y
adoptaron una estrategia gradualista, primero mejorar las condiciones de vida de la
clase trabajadora, sufragio universal, reducción de la jornada laboral etc.
El las últimas décadas del siglo, los socialistas trabajaron por la expansión
del asociacionismo obrero, la difusión de la conciencia de clase entre los
trabajadores, como la fiesta del 1 de mayo, huelga, mítines. Criticaban a las
instituciones, al sistema canovista y al resto de partidos políticos, incluso a los
republicanos, a los que tildaban de burgueses. En 1888 se fundó el sindicato
socialista UGT, Unión General de Trabajadores.
El anarquismo
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La disolución de la FTRE fue también la consecuencia de llevar hasta el
último extremo el ideal anarquista, al contrario que los socialistas, los anarquistas
condenaban toda forma de poder político, perseguían la abolición del Estado…Por
esta razón nunca constituyeron un partido político.
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llegaron a cuajar. También en las últimas décadas del s. XIX comenzó a extenderse
entre los conservadores la convicción de que el Estado debía adoptar medidas que
mejoraran la situación de los trabajadores ( la iglesia por su parte publicó la
encíclica Rerum Novarum, en 1891, que estableció las líneas generales de la doctrina
general de la Iglesia.
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guerrilleros rebeldes y tendrían la misma consideración que el gobierno español.
La situación en España empeora por el momento Cánovas es asesinado.
Las cosas no iban mejor en las Antillas. A mediados de mayo la flota española
en el Caribe se guareció en el puerto de Santiago de Cuba. Los yanquis tomaron la
ciudad, cuando los barcos españoles intentaron salir a mar abierto fueron hundidos
uno a uno. El 27 de julio de 1898 España reconoció su derrota y solicitó
conversaciones de paz. Habían muerto cerca de 60.000 españoles. Tras el Tratado
de París, firmado el 10 de diciembre de 1898, Estados Unidos se quedó con Puerto
Rico, Filipinas y la isla de Guam y Cuba obtuvo su independencia. El 30 de junio de
1899 Alemania compró las islas de Pacífico-las Carolinas, Marianas y Palaos- donde
España apenas había ejercido la soberanía y quedaron fuera de su control tras la
derrota. España había perdido el resto de su imperio colonial.
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la prensa extranjera presentó a España como una nación moribunda, con un
ejército totalmente ineficaz, un sistema político corrupto y unos políticos
incompetentes. Y esa visión cuajó en buena parte de la opinión pública española.
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En materia económica consideraba que era fundamental desarrollar una
política hidráulica de embalses y una modernización de la agricultura para
asegurar la alimentación de la población.
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