Clase 1 - 2021
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Derechos Humanos
Índice de contenido
Introducción ........................................................................................................................ 2
El Principio de Igualdad y las luchas contra todas las formas de discriminación ............. 10
Les damos la bienvenida al primer módulo del curso. Este módulo apunta a presentar los
núcleos centrales de la reflexión respecto de las nociones de derechos humanos,
igualdad y no discriminación. En este sentido, esperamos poder brindarles elementos
para comprender la relación intrínseca que existe entre promoción y defensa de los
derechos humanos, equidad y lucha contra la discriminación.
La perspectiva central de esta unidad se orienta a sentar las bases para una
reflexión en profundidad sobre los diversos aspectos puestos en juego desde el
paradigma de los derechos humanos.
Cuando hablamos de Derechos Humanos partimos de la premisa de que “todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, tal como lo establece la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es así como llegamos a decir que el
paradigma de los derechos humanos se organiza alrededor de los principios de igualdad
y no discriminación. Sumado a ello, hablar de derechos humanos supone tener presente
que todos los derechos humanos son “universales, indivisibles e interdependientes”, no
hay jerarquías entre ellos, son progresivos y se encuentran en constante expansión.
1 Conferencia Mundial de Derechos Humanos (1993): Declaración y Programa de Acción de Viena, punto 5.
2 NANCY, Jean-Luc. 1999. “Conloquium”.En ESPOSITO, Roberto. 2003.Communitas: origen y destino de la comunidad, Amorrortu, Buenos Aires
Es en este marco que debemos reflexionar sobre las diversas formas de negación en
el acceso a derechos y, en particular, sobre las vulneraciones y violaciones concretas que
ocurren de forma cotidiana. Es en este escenario que la “violencia institucional” se
presenta como principal obstáculo para el ejercicio pleno de los derechos humanos.
3 VVAA. (2005): Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación, Buenos Aires, INADI.Pág. 67
Nuestra mirada parte de considerar que el paradigma de los derechos humanos nos
brinda un horizonte para abordar, analizar y modificar prácticas sociales que establecen
valoraciones distintas para distintos grupos de personas. Este tipo de prácticas se
fundamentan en distintos “motivos” que varían a lo largo del tiempo y los lugares: el
color de la piel, el lugar de nacimiento, los ingresos familiares, el sexo y la identidad
sexual, etc. Todas estas formas de violencia tienen como presupuesto la consideración
de que todos los seres humanos no son igualmente dignos.
4 GARRIGA ZUCAL J. y NOEL G. 2010. "Notas para una definición antropológica de la violencia: un debate en curso", Publicar, año VIII N° IX.
Trece años más tarde, los policías recibieron la primera condena. Sin embargo, el juicio
fue anulado por un error técnico. Tras un nuevo juicio, en 1994, los tres policías fueron
condenados a 11 años de prisión por homicidio simple. Aun así, recién en el año 2007 los policías
fueron efectivamente apresados y enviados a prisión.
5 Resolución PGN N°455/13 Procuración General de la Nación, creación de la "Procuraduría de Violencia Institucional"
Al analizar cuestiones relativas a los derechos humanos uno de los aspectos centrales a
tener en consideración se refiere a la tipificación de determinados hechos como
“violaciones a los derechos humanos”. Como sabemos, los/as agentes, funcionarios/as y
autoridades públicas, son quienes tienen la responsabilidad concreta de respetar,
garantizar, proteger y velar por el real cumplimiento de los derechos y libertades
fundamentales que estamos analizando6. El trabajo que estas personas desarrollan, cada
una de sus acciones u omisiones, es considerado como una acción del Estado y ello
significa que estas acciones acarrean responsabilidad para el Estado.
6 En este punto vale la pena recordar que, siguiendo la definición propuesta por Max Weber, la característica distintiva del Estado moderno es monopolizar la
violencia física legítima; esto es, que toda forma de violencia legítima se concentra en sus instituciones. Sin embargo debemos resaltar que esto no significa que la
única forma de acción posible sea el uso de la fuerza sino que mayormente la función del aparato represivo se ejerce de esta forma. Véase WEBER, Max. 1967.El
político y el científico, Alianza, Madrid.
Mientras que los delitos cometidos por particulares reciben este tipo de
tipificación, las acciones u omisiones de los/as funcionarios/as públicos/as que vulneran
un derecho consagrado en un instrumento internacional de derechos humanos reciben
el tratamiento de “violación de derechos humanos”. Esto significa que, en los casos en
que el agresor es la propia autoridad estatal, hablamos de violación a los derechos
humanos. Sin embargo, debemos tener presente que existen casos en los que un
particular también puede cometer una violación a los derechos humanos: esto ocurre
cuando esta persona o grupo de personas actúan en complicidad, en conexión o bajo
órdenes de agentes estatales.
Vale la pena destacar que esta calificación (“violación a los derechos humanos”) se
utiliza en todos los países que han incorporado a su legislación interna el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos. Cuando hablamos de tratados internacionales
hacemos referencia a pactos entre gobiernos. Es en este sentido que destacamos que
los sujetos obligados por los pactos internacionales de derechos humanos son los
Estados, no las personas ni organizaciones privadas. Resulta pertinente avanzar en este
punto respecto de los aspectos centrales de los marcos e instrumentos jurídicos
internacionales. El marco internacional de los Derechos Humanos establece obligaciones
y deberes que los Estados deben respetar. Al firmar y ratificar los distintos instrumentos
internacionales, los Estados asumen las obligaciones y los deberes, en virtud del derecho
internacional, de respetar (abstenerse de interferir o limitar el disfrute de los derechos
humanos, sea por acción u omisión), proteger (impedir todo tipo de abusos y violaciones
de los derechos humanos) y garantizar (adoptar medidas de todo tipo tendientes a
promover y asegurar el ejercicio de los derechos humanos) los derechos humanos.
En este contexto, cuando por conductas imputables al Estado –es decir relativas a la
acción u omisión de sus agentes, realizadas al amparo de su carácter oficial, aún si
actúan fuera de los límites de su competencia– se violan derechos fundamentales y no
7 Nikken, Pedro, 1994. “El concepto de Derechos Humanos”, en: VVAA, Estudios Básicos de Derechos Humanos, T.I, San José, C.R., IIDH, Pp. 27-28.
Entre los presupuestos sobre los que se asientan las prácticas sociales
discriminatorias podemos dar cuenta de la vigencia de nociones que postulan la valencia
diferencial de las personas (basadas en conjuntos cambiantes de atributos, socio-
históricamente delimitados) y que tienen como presupuesto la consideración de que
todos los seres humanos no son igualmente dignos. Asimismo, encontramos creencias
que presuponen la existencia de una correspondencia entre una determinada sociedad
humana y un conjunto poblacional definido por un cierto conjunto de características,
sean estas simbólicas, aspectuales o de otro tipo. Desde esta perspectiva, la
encarnación, portación y/o exhibición de estas características resultaría un criterio
básico para delimitar la pertenencia a esa determinada sociedad, estableciendo un
'nosotros' en contraposición a unos 'otros' que resultan caracterizados de acuerdo a
otros aspectos, generalmente negativos. Esta idea de comunidad se construye sobre un
presupuesto y una pretensión de homogeneidad (biológica y/o social) que no responde
(ni podría responder) a la realidad y diversidad del género humano. En la mayoría de los
Secretaría de Derechos Humanos ● Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación 1
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casos, lo que encontramos son sociedades que, sobre la base de esta pretendida
homogeneidad, segmentan a su población distribuyendo prerrogativas a quienes
ostentan caracteres considerados positivos y negando derechos a quienes no lo hacen.
En este sentido, como hemos visto, el paradigma de los derechos humanos nos
habilita la reflexión respecto del carácter constitutivamente no homogéneo de cualquier
sociedad y comunidad humana. Desde una perspectiva de este tipo las diferencias entre
las personas no son vistas como rasgos salientes de una pretendida homogeneidad de
base sino como elementos constitutivos de lo humano. Por tanto, sobre la base del
abandono de las representaciones binarias en relación a la pertenencia comunitaria
(‘nosotros - los otros’), el paradigma de los derechos humanos sienta las bases para
desarmar matrices discriminatorias basadas en estereotipos identitarios esencialistas.
En este contexto debemos tener presente que tanto las costumbres (hábitos,
tradiciones, rituales, etc.) como las instituciones sociales (familias, organizaciones
Desde el paradigma de los derechos humanos, una de las premisas para pensar la
vigencia actual del principio de igualdad y la lucha contra todas las formas de
8 Al hablar de discursos socialmente dominantes (o hegemónicos) hacemos referencia a un amplio conjunto de significados que circulan a nivel de la sociedad, sin
desconocer que existen otros discursos posibles y efectivamente circulantes. Una prevención que debemos tener en nuestro análisis es que, en la mayoría de los
casos, no se trata de discursos construidos con la direccionalidad y finalidad explícitas de perpetuar prácticas sociales discriminatorias. Esto es lo que Rita Segato
llama “racismo automático”. Véase, Segato, .Óp. Cit.
Volviendo sobre las citas con las que comenzamos el módulo, vemos que pensar la
igualdad requiere siempre pensarla en el marco de la comunidad, ya que es la
comunidad la que nos permite dar sentido, contenido y alcance a aquello que
entendemos por igualdad. El desafío es, entonces, pensar y desarrollar el principio de
igualdad ante las condiciones actuales de cada comunidad. Asimismo, resulta de
importancia notar que es sobre esta base que el “derecho a tener derechos” – planteado
por Arendt y retomado por Lechner, entre otros– deviene tanto una máxima para
orientar la intersubjetividad (esto es, que toda instancia de interacción plena requiere
del reconocimiento de nuestro/a interlocutor/a como par) como un requisito de
configuración de lo social, en la medida en que la pertenencia comunitaria es la que
hace posible la protección de todas las personas o grupo de personas frente a la
posibilidad de ser colocado/as en condición de inferioridad y/o discriminación.