Sentencia C-290-08
Sentencia C-290-08
Sentencia C-290-08
REINCIDENCIA-Concepto/REINCIDENCIA EN DERECHO
DISCIPLINARIO-Valoración negativa no plantea desconocimiento
del principio non bis in ídem/REINCIDENCIA-No puede
concebirse como falta disciplinaria autónoma
Demanda de inconstitucionalidad
contra los artículos 23 (parágrafo), 40,
43 (parágrafo), 45 (parcial) y 108
(parcial) de la Ley 1123 de 2007,
“Por la cual se establece el Código
Disciplinario del Abogado”.
Magistrado Ponente:
Dr. JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
DECRETA:
(…)
TITULO III
CAPITULO I.
(…)
LIBRO SEGUNDO.
PARTE ESPECIAL.
TITULO III.
REGIMEN SANCIONATORIO.
CAPITULO UNICO.
LAS SANCIONES DISCIPLINARIAS.
(…)
(…)
PARÁGRAFO. La suspensión oscilará entre seis (6) meses y cinco (5) años, cuando los
hechos que originen la imposición de la sanción tengan lugar en actuaciones judiciales del
abogado que se desempeñe o se haya desempeñado como apoderado o contraparte de una
entidad pública.
(…)
A. Criterios generales
1. La trascendencia social de la conducta.
2. La modalidad de la conducta.
3. El perjuicio causado.
4. Las modalidades y circunstancias en que se cometió la falta, que se apreciarán teniendo en
cuenta el cuidado empleado en su preparación.
5. Los motivos determinantes del comportamiento.
B. Criterios de atenuación
1. La confesión de la falta antes de la formulación de cargos. En este caso la sanción no podrá
ser la exclusión siempre y cuando carezca de antecedentes disciplinarios.
2. Haber procurado, por iniciativa propia, resarcir el daño o compensar el perjuicio causado.
En este caso se sancionará con censura siempre y cuando carezca de antecedentes
disciplinarios.
C. Criterios de agravación
1. La afectación de Derechos Humanos.
2. La afectación de derechos fundamentales.
3. Atribuir la responsabilidad disciplinaria infundadamente a un tercero.
4. La utilización en provecho propio o de un tercero de los dineros, bienes o documentos que
hubiere recibido en virtud del encargo encomendado.
5. Cuando la falta se realice con la intervención de varias personas, sean particulares o
servidores públicos.
6. Haber sido sancionado disciplinariamente dentro de los 5 años anteriores a la comisión de
la conducta que se investiga.
7. Cuando la conducta se realice aprovechando las condiciones de ignorancia, inexperiencia o
necesidad del afectado.
(…)
TITULO IV
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS.
El término aquí previsto será de diez (10) años, cuando los hechos que originen la imposición
de la sanción de exclusión tengan lugar en actuaciones judiciales o extrajudiciales del
abogado que se desempeñe o se haya desempeñado como apoderado o contraparte de una
entidad pública.
El abogado que adelante y apruebe los cursos de capacitación autorizados por el Consejo
Superior de la Judicatura en instituciones acreditadas podrá rehabilitarse en tres (3) y cinco
(5) años, respectivamente.
III. LA DEMANDA
Por otra parte, la exigencia de observar una conducta de todo orden que
aconseje la reincorporación al ejercicio de la profesión, resulta contraria a
la Carta, pues vulnera la libertad personal y el libre desarrollo de la
personalidad (art. 16 C.P.). Es evidente, desde un punto de vista
constitucional, que sólo la conducta relacionada con las actividades
profesionales, debe tener incidencia para lograr la rehabilitación.
Por las mismas razones, debe declararse inexequible el inciso final del
artículo 108 de la Ley 1123 de 2007, que consagra posibilidades de
rehabilitación más beneficiosas para los abogados que adelanten y
aprueben cursos de capacitación autorizados por el Consejo Superior de
la Judicatura.
IV. INTERVENCIONES
1. Del Ministerio de Interior y de Justicia.
Así, ha señalado la Corte que, si bien los principios del derecho penal se
aplican a todas las formas de la actividad sancionadora del Estado, en
ámbitos distintos al derecho penal, su aplicación debe ser acorde a las
circunstancias propias de la materia objeto de regulación, de forma que, en
el ámbito del derecho disciplinario, tales principios pueden ser aplicados
con alguna flexibilidad (Sentencia C-1161 de 2000).
1.2 Sobre la sanción de exclusión (artículo 40, Ley 1123 de 2007- cargo
1º): La sanción, al interior del proceso disciplinario, es concebida como la
consecuencia jurídica desfavorable que produce el incumplimiento de un
deber, en relación con el obligado. El legislador tiene la libertad de regular
diversos procesos e intervenir en el ejercicio de las profesiones en defensa
del bien común, fijando las sanciones aplicables a quienes transgreden los
deberes y obligaciones legalmente establecidos para el ejercicio de la
profesión.
Con base en tales principios, la Corte consideró, en sentencia C-540 de
1993 que la sanción de exclusión no vulnera los derechos constitucionales
fundamentales a la igualdad, al trabajo y a la libertad de escoger profesión
u oficio; y que la exclusión no tiene carácter absoluto, en la medida en que
existe la posibilidad de que el sancionado sea rehabilitado.
2.1 Del parágrafo del artículo 23, Ley 1123 de 2007: El estatuto
disciplinario del abogado protege bienes jurídicos de diversos tipos. Así, es
posible percibir que algunos de estos bienes se relacionan con derechos de
particulares, de carácter renunciable, en tanto que otros hacen referencia a
derechos o intereses de carácter colectivo que no son irrenunciables. En
consecuencia, siguiendo las regulaciones establecidas en otros campos del
derecho, el desistimiento debe extinguir la acción disciplinaria cuando
estén en juego sólo intereses particulares, aunque no debe operar cuando
se encuentre comprometido el interés público.
Consideraciones generales
1. Competencia de la Corte
2. Cuestión preliminar.
4 Exposición de motivos ante el Senado de la República; Proyecto 091 2005. Gaceta del Congreso
Número 592 de siete (7) de septiembre de dos mil cinco (2005):
El derecho disciplinario de los abogados no podía estar ajeno a este fenómeno. Por tal razón se pone
a consideración un proyecto de código Disciplinario que busca principalmente ponerse a tono con el
actual orden constitucional, postulando cambios radicales en materia sustancial y procedimental, que
apuntan hacia un proceso ágil y expedito, regentado por el principio de oralidad, al tiempo que
respetuoso de las garantías fundamentales.
En materia sustancial, se propone un régimen de deberes y faltas que ubican al abogado dentro del rol
que actualmente desempeña al interior de un modelo de Estado Social y Democrático de Derecho,
teniendo en cuenta sus deberes y obligaciones no solo con el cliente, sino frente al Estado y a la
sociedad, sancionando con mayor drasticidad aquellos comportamientos que comprometan o afecten
intereses de la comunidad o al erario”.
5 Decreto 196 de 1971, “por el cual se dicta el estatuto del ejercicio de la abogacía”. Artículo 1º. La
abogacía tiene como función social la de colaborar con las autoridades en la conservación y
perfeccionamiento del orden jurídico del país, y en la realización de una recta y cumplida
administración de justicia.
6 Artículo 2o. La principal misión del abogado es defender en justicia los derechos de la sociedad y de
los particulares. También es misión suya asesorar, patrocinar y asistir a las personas en la ordenación y
desenvolvimiento de sus relaciones jurídicas.
A partir del anterior estudio concluyó la Corte 7 que ninguna de las
modificaciones introducidas por la Ley 1123 de 2007, se relaciona con un
cambio en la orientación dada por el legislador al papel del abogado al
interior del estado social y democrático de derecho, razón por la cual
halló posible reiterar la jurisprudencia constitucional producida en
relación con el decreto 196 de 1971, mutatis mutandi, al nuevo Código
Disciplinario.
“En cuanto a ello hay que decir que el poder legislativo tiene un amplio
margen de libertad para establecer el régimen disciplinario y que ese
amplio margen es consustancial a un régimen constitucional en cuanto
remite la configuración de las reglas de derecho -como supuestos
necesarios para la convivencia pacífica- a la instancia del poder
público de mayor ascendencia democrática17”18.
5.3. Ahora bien, teniendo en cuenta que los principios del derecho penal
son aplicables al derecho disciplinario, realizando los matices necesarios,
el alcance de la potestad de configuración legislativa se guía por las
siguientes reglas20:
Ibídem.
20 Cfr. Sentencia C-884 de 2007.
21 Sentencia C-038 de 1995 (M.P. Alejandro Martínez Caballero) y C-
013 de 1997 (José Gregorio Hernández Galindo).
22 Cfr. Sentencia C-653 de 2001 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa).
23 Sobre la potestad del legislador para determinar la gravedad de las
faltas disciplinarias, sentencia C-708 de 1999 (M.P. Álvaro Tafur Galvis).
24 Sentencia C-819 de 2006 (M.P. Jaime Córdoba Triviño), tomando a su
vez referencias de las sentencias C-341 de 1996 (M.P. Antonio Barrera
Carbonell), C-430 de 1997 (M.P. Antonio Barrera Carbonell, C-095 de
1998 (M.P. Hernando Herrera Vergara) y C-014 de 2004 (M.P. Jaime
Córdoba Triviño).
las causales de extinción de la acción o de la sanción penal o
disciplinaria25.
31 Sentencia C-252 de 2003 (M.P. Jaime Córdoba Triviño). En esta sentencia aclaró la Corte que la
valoración del dato de la reincidencia en el ámbito disciplinario debe partir de premisas distintas a las
que operan cuando se trata de conductas punibles, en razón a que de una parte, la falta disciplinaria
tiene su fuente en la infracción de deberes funcionales, y de otra, la sanción, en el peor de los casos,
impone la ruptura del vínculo que liga al servidor público con el estado. Adicionalmente, en este
campo el sólo dato fáctico de la reincidencia en faltas disciplinarias no plantea la ilegitimidad del
sistema de tratamiento penitenciario alguno, pues ninguna de las sanciones disciplinarias conduce a la
privación de la libertad del sujeto disciplinable. No obstante en otras sentencias (C-184 de 1998 y C-
062 de 2005) la Corte ha declarado la exequibilidad de normas de tipos penal que contemplan la
reincidencia como facto de endurecimiento punitivo al estimar que a pesar de la discusión que se
presenta sobre esta materia en la doctrina penal, la Constitución no adhirió a ninguna de esas corrientes
en pro o en contra de la valoración de la reincidencia, por lo que su regulación cae dentro del ámbito
de la libertad de configuración adscrita al legislador.
32 C-077 de 2006 (M.P. Jaime Araújo Rentería). El planteamiento se hizo al examinar unos
segmentos normativos que establecen como causal de suspensión de la inscripción de un contador
público hasta por el término de un (1) año, entre otras, la de reincidir por tercera vez en conductas que
den lugar a imposición de multas (Art. 25, Num. 7, Ley 43 de 1990), y que es causal de cancelación de
la inscripción de un contador público, entre otras, el reincidir por tercera vez en conductas que den
lugar a imposición de sanciones de suspensión de dicha inscripción (Art. 26, Num. 3, Ley 43 de 1990).
33 Sentencia 077 de 2006 (M.P. Jaime Araújo Rentería).
de las sanciones o como fuente de agravación, y no como falta disciplinaria
autónoma34.
En esta perspectiva, los fines éticos del estatuto que regula el ejercicio de
la profesión de abogado sólo pueden imponérsele a este profesional en
relación con el desempeño de su actividad profesional, y no en el
espectro de los comportamientos que él protagonice al margen de la
misma”. .
5. Cuando la falta se realice con la intervención de varias personas, sean particulares o servidores
públicos.
6. Haber sido sancionado disciplinariamente dentro de los 5 años anteriores a la comisión de la
conducta que se investiga.
7. Cuando la conducta se realice aprovechando las condiciones de ignorancia, inexperiencia o
necesidad del afectado”.
Como lo advierte el demandante el precepto acusado no asigna a cada
falta o a una categoría de ellas, un tipo de sanción específica, generando
así un amplio margen de discrecionalidad a la autoridad disciplinaria en
el proceso de individualización de la sanción. Sin embargo, ese ámbito de
libertad de apreciación se encuentra guiado por la explícita consagración
de los deberes del abogado, por la creación de un catálogo de faltas en
torno a determinados intereses jurídicos, y particularmente por unos
criterios de graduación de la sanción (Art. 45) que atienden exigencias de
lesividad, impacto particular y general de la conducta, valoración de
actitudes internas del disciplinable, y en general parámetros de
proporcionalidad.
En efecto:
- El ejercicio de la abogacía implica el desarrollo de una función social que
implica responsabilidades lo cual faculta al legislador para crear
instrumentos y diseñar mecanismos que le permitan al Estado encauzar
dicha función y conseguir las finalidades propias de la profesión del
derecho, e impedir el ejercicio indebido de la correspondiente actividad
profesional.
...
Síguese de lo expuesto, que los profesionales del derecho deben dar ejemplo
de idoneidad, eficiencia y moralidad en el desempeño de sus actividades y
estar comprometidos en los ideales y el valor de la justicia, los cuales
constituyen la esencia y el fundamento para la vigencia del orden político,
económico y social justo que preconiza la actual Constitución Política.
(...)”52
9.2.2. Para los demandantes las normas que incorporan esta agravante
son inconstitucionales por que en su sentir vulneran la justicia y la
dignidad humana, pues subordinan al ser humano al poder estatal; los
preceptos no se orientan a garantizar el cumplimiento de los fines
correctivos y preventivos del derecho disciplinario en los cuales nada
tiene que ver la calidad de las partes que intervienen en un litigio. La
norma es innecesaria y puede prestarse para que se castigue a quines
denuncian al estado.
9.3. Examen de los cargos contra los numerales 1 y 2 del literal B) del
artículos 45 (parciales). La reincidencia en materia disciplinaria.
Lo que significa que los dos preceptos acusados le dan efectos a los
antecedentes disciplinarios para negar determinados beneficios: en el
primer caso, aplicar sanción distinta de la exclusión para el confeso, y en
el segundo caso, acogerse a la sanción de multa para el reparador
voluntario, independientemente de la naturaleza de la falta.
9.4. Examen de los cargos contra los incisos 1° y 3° del artículo 108
de la Ley 1123 de 2007. La rehabilitación como derecho del excluido.
Ibídem.
56 Cfr. Sentencia C- 046 de 1995.
beneficio en el campo de la subjetividad, y confieren una
discrecionalidad absoluta de los funcionarios judiciales.
9.4.3. Al respecto observa la Corte que el título IV del Libro Tercero del
Código Disciplinario del abogado (Arts. 108, 109 y 110) se dedica a
regular la rehabilitación y su procedimiento. Como requisitos para su
otorgamiento prevé, el transcurso del tiempo, y la acreditación de una
conducta de todo orden que aconseje su reincorporación al ejercicio
profesional. Adicionalmente, y de manera potestativa, contempla la
capacitación autorizada por el Consejo Superior de la Judicatura, con el
propósito de reducir el término para la rehabilitación (Inciso 3° Art. 108).
9.4.4. Sin embargo, observa la Corte que el principal reparo que se puede
formular a la expresión demandada radica en que condicionar la
rehabilitación del profesional excluido, luego de transcurridos cinco años
de ejecutoria de la sentencia a que la autoridad competente considere que
observó “una conducta de todo orden que aconseje la reincorporación al
ejercicio de la profesión” distorsiona la naturaleza de la rehabilitación,
que es un derecho del sancionado y no una potestad librada a la
discrecionalidad de la autoridad disciplinaria.
58 Así en la sentencia C-110 de 2002, M.P., Antonio Barrera Carbonell, la Corte declaró la
inexequibilidad del numeral primero del artículo 204 del Decreto 1355 de 1970 (Código Nacional de
Policía), que establecía que los comandantes de estación y de subestación podían exigir promesa de
residir en otra zona o barrio a quien “en cantina, bares u otros sitios de diversión o de negocios
situados en el barrio donde tenga su residencia, fomente o protagonice escándalos, riñas o peleas hasta
el punto de ser tenido en esos sitios como persona indeseable”. La Corte, entre otras cosas, constató
que la medida correctiva en cuestión no tenía “límite en el tiempo”, por lo que las autoridades podían”
imponer la sanción consistente en exigir promesa de residir en otra zona o barrio, en forma
permanente”. La sentencia concluyó entonces que esa disposición violaba el artículo 28 de la
Constitución “según el cual no pueden existir medidas de seguridad imprescriptibles, lo que equivale a
que no puede el legislador autorizar a que se le limite a una persona en forma permanente alguno de
sus derechos fundamentales”.
59 Cfr. C- 144 de2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
transcurso del tiempo. Se trata de dos consecuencias sancionatorias que
gozan, cada una de ellas, de un ámbito propio y una naturaleza definida.
En efecto, la exclusión tiene una connotación de máxima gravedad que
comporta la cancelación de la tarjeta profesional, lo que conlleva a que el
profesional sancionado deba ser incluido nuevamente en el registro de
abogados, para lo cual debe mediar el acto de rehabilitación. En el
sistema de la propia Ley se prevé (Art. 109) que el sancionado debe
formular solicitud de rehabilitación y se establece su procedimiento (Art.
110). Esa máxima gravedad conlleva a que en virtud del principio de
proporcionalidad sea impuesta frente a las faltas con mayor potencialidad
lesiva y merecedoras del mayor reproche; puede extenderse hasta cinco
(5) y diez (10) años; su severidad justifica así mismo que se haya previsto
el mecanismo de la aceleración del término para la rehabilitación (inc. 2°
Art. 108).
La suspensión por su parte, opera ipso jure, por el mero transcurso del
tiempo, por ende no requiere acto de rehabilitación, se aplica a faltas que
incorporen una menor intensidad lesiva y un menor grado de reproche, y
su duración puede oscilar entre dos (2) meses y tres (3) años, sin que sea
posible la anticipación de los plazos.
No obstante, precisa la Corte que los términos de tres (3) y cinco (5) años
que contempla este inciso operan en relación con los plazos de cinco (5)
y diez (10) años establecidos en los incisos primero y segundo
respectivamente, de donde se infiere que, en ningún caso, puede haber
una rehabilitación que sea inferior a tres (3) años.
Precisa igualmente que, los cursos con idoneidad para fundamentar una
decisión de rehabilitación anticipada, en los términos del inciso tercero
del artículo 108, son aquellos que respondan a los fines de rehabilitación
y de formación ética que orientan el control disciplinario, impartidos por
instituciones que se encuentren acreditadas de acuerdo con la
normatividad expedida en ejercicio de la potestad de regulación,
inspección y vigilancia de la educación que compete al Estado (Art. 67
C.P.).
VII. DECISIÓN
RESUELVE:
Magistrado Ponente:
JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO
Fecha ut supra.
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD-Inexequibilidad
parcial de norma que prevé la rehabilitación del abogado, genera
ambiguedad (Salvamento parcial de voto)
Fecha ut supra.