Relación Entre Postura Craneocervical, Posición Del Hioides y Respiración Oral
Relación Entre Postura Craneocervical, Posición Del Hioides y Respiración Oral
Relación Entre Postura Craneocervical, Posición Del Hioides y Respiración Oral
postura
craneocervical,
posición del
hioides y
respiración oral
Universidad de Sevilla
Facultad de Odontología
Certifica:
Que el citado trabajo es original y cumple en mi criterio todos los requisitos éticos y
méritos suficientes para su calificación positiva como Trabajo Fin de Grado en Odontología
por la Universidad de Sevilla.
Y para que así conste y a los efectos oportunos firmo el presente certificado en Sevilla
el día 25 de mayo de dos mil quince.
A mis padres,
nada de esto.
RESUMEN/ABSTRACT .................................................................................................................... 1
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 2
Hioides ....................................................................................................................................... 5
OBJETIVOS ................................................................................................................................... 11
DISCUSIÓN ................................................................................................................................... 17
CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 29
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 30
RESUMEN
Objetivo: el motivo principal del presente trabajo es realizar una revisión de la literatura para
investigar la posible relación de la respiración oral con las alteraciones en la postura
craneocervical y la posición del hioides.
Resultados: de los 297 artículos encontrados, 13 fueron seleccionados por cumplir los criterios
de inclusión. 8 artículos investigan la relación de la postura craneocervical con la respiración
oral, 3 tratan sobre la posición hioidea y 2 analizan ambos temas.
ABSTRACT
Purpose: the main reason of the present study is to do a literature review to investigate the
possible relationship of mouth breathing regarding the alterations in craniocervical posture and
position of the hyoid bone.
Method: an search of publications was conducted in PubMed electronic database and a number
of inclusion criteria were applied to select the articles.
Results: of the 297 articles, 13 were selected because they matched the inclusion criteria. 8
articles investigate the relationship of the craniocervical posture with mouth breathing, 3 are
about the hyoid position and 2 analyze both subjects.
Conclusions: despite the variability, it can be concluded that mouth breathers have
craniocervical extensión, forward head posture and loss of the physiological cervical lordosis,
which have a negative effect on general posture and respiratory function. The anteroposterior
position of the hyoid bone remains stable in spite of respiratory pattern, however, the vertical
position of the hyoid bone has a high variability between the studies.
1
INTRODUCCIÓN
POSTURA CRANEOCERVICAL
La postura de la cabeza sobre la columna cervical depende del centro de gravedad de la cabeza
y de su articulación con la columna cervical. Si ambos coincidieran en el mismo eje vertical, la
cabeza se encontraría en equilibrio y apenas se necesitaría acción muscular, no obstante, esto
no ocurre así y el centro de gravedad de la cabeza está más anterior, por lo que es necesario un
esfuerzo muscular para mantener erguida la postura de la cabeza (1). Los músculos extensores
posteriores del cuello actúan como la cadena muscular que equilibra la cabeza en sentido
posterior. Para contrarrestarlo a nivel anterior, actúan los músculos supra e infrahioideos, así
como la envoltura anterior de los tejidos blandos incluyendo el músculo platisma del cuello (2).
A la hora de establecer un análisis cefalométrico hay que partir de una postura de referencia de
la cabeza. Tradicionalmente se ha utilizado el plano de Frankfurt para orientar el cráneo de
forma aproximada a la posición natural de la cabeza, asumiendo que es paralelo a la horizontal
verdadera. El posicionamiento del paciente se realiza orientando su cabeza para que este plano
quede paralelo con la horizontal. No obstante, se ha demostrado que no existe tal paralelismo
cuando se toma como referencia la posición natural de la cabeza y, además, el plano de
Frankfurt óseo y el medido de forma clínica no suelen coincidir. Esto puede dar lugar a errores
diagnósticos, más aún cuando se intenta evaluar la postura craneocervical habitual, puesto que
esta está siendo alterada cuando modificamos la postura de la cabeza del paciente para
paralelizar su plano de Frankfurt con la horizontal (3–5).
Por ello, gran cantidad de artículos defienden la utilización de la posición natural de la cabeza
(PNC) como la referencia lógica, reproducible y estandarizada para la evaluación
cefalométrica. Esta se define como la posición de la cabeza cuando el sujeto tiene su eje visual
en el plano horizontal, reflejando por tanto la posición de la cabeza en relación a la vertical
verdadera (perpendicular al plano horizontal del suelo). Un plano de referencia extracraneal
supone una mejor alternativa frente a los planos intracraneales tradicionales que presentan una
importante variabilidad y llevan al paciente a una postura forzada (3–9).
2
oscilaciones de la cabeza hacia delante y hacia atrás, con una amplitud decreciente, hasta que
encuentre la posición más neutral sin una fuente de referencia externa visual (posición de
autobalance); o bien pedir al paciente que dé un paso hacia adelante, momento en el cual el
sujeto reproduciría la PNC (ortoposición). Otros autores (3) sostienen que es el propio
profesional el que debe guiar directamente el posicionamiento de la cabeza (posición natural de
la cabeza estimada), mientras que otros defienden que la PNC es un concepto dinámico que
constituye un rango de posiciones fisiológicas más que una sola postura estática y, por tanto,
debe ser registrada idealmente de manera continua y dinámica (13).
Por otro lado, ciertos autores (5,14) diferencian el concepto de “postura” del de “posición”
natural de la cabeza. No obstante, la mayor parte de la literatura encontrada o bien habla
indistintamente de posición y postura natural de la cabeza sin considerarlas conceptos
diferentes, o bien los diferencian pero siendo esta diferenciación dependiente de la propia
interpretación que hace cada autor de estos conceptos. Por ello, a lo largo de esta revisión se
considerarán equivalentes ambos términos.
Como puede observarse, cada investigador introduce variaciones en los conceptos de la PNC,
opta por un método u otro para obtenerla, e incluso es habitual que utilicen combinaciones de
los mismos (5–11).
Las variaciones individuales de la PNC se han relacionado con multitud de aspectos, como
la morfología craneodentofacial (15–17), el patrón de crecimiento (11,17) o las necesidades
respiratorias (11,17–20). Se ha sido sugerido que la posición de la cabeza en relación a la
columna cervical es principalmente controlada por la necesidad de mantener una vía aérea
faríngea permeable, así como por la integración a nivel del SNC de diferentes señales externas
e internas, participando la vista, la orientación vestibular y los receptores cutáneos y
musculotendinosos (9,11,15,17). Sin embargo, los mecanismos responsables no están
totalmente comprendidos y genera cierto debate en la literatura.
3
cual implica a su vez, una extensión craneocervical para mantener el eje visual. Además, la
inclinación anterior de la columna cervical suele venir acompañada de una rectificación de
la lordosis cervical fisiológica.
HIOIDES
Es un hueso impar, situado en la línea media, cóncavo posteriormente y con forma de herradura.
Es el único hueso del cuerpo que no se encuentra articulado con otro, sino que se ubica en el
cuello suspendido por músculos y ligamentos entre el suelo de la boca y la laringe. Se sitúa
cranealmente a esta, a una altura entre C3 y C4. Forma parte del complejo hio-gloso-faríngeo,
prestando inserción a estructuras provenientes de faringe, lengua, mandíbula y cráneo. Se
distinguen 3 partes: cuerpo, astas mayores y astas menores (26).
5
permitir ese descenso o lo descienden durante la fonación. Los músculos genio e hiogloso y los
linguales permiten la movilidad de la lengua. Por otra parte, el hioides sirve de protección a la
laringe y la faringe. Además, presta inserción a la fascia de la faringe y al músculo digástrico,
permitiendo el aumento de la dimensión anteroposterior de la orofaringe durante la deglución,
mientras el vientre posterior de dicho músculo y el músculo estilohioideo actúan previniendo
la regurgitación de los alimentos y el constrictor medio de la faringe actúa propulsando el bolo
alimenticio. También participa en el mantenimiento de la vía aérea, al provocar la tensión de la
fascia cervical, disminuyendo así la succión interna de las partes blandas e impidiendo la
compresión de grandes vasos y los pulmones. Por todo ello, una mala posición del hueso hioides
podría provocar un desequilibrio en cualquiera de estas funciones (28,29).
Por todo ello debe prestarse especial atención a las telerradiografías, ya que aportan una valiosa
información al mostrar el hioides y su relación con las estructuras vecinas. Las medidas
cefalométricas para el análisis de la posición hioidea incluyen medidas respecto a planos de
referencia craneales y respecto a PM (plano mandibular), pero el análisis más frecuentemente
usado es el del triángulo hioideo (15,30,31) (figura 2). Está formado por la unión de los puntos
cefalométricos H (hyoidale, punto más anterosuperior del cuerpo del hioides), RGn
(retrognation, punto más posteroinferior de la sínfisis mandibular) y C3 (punto más
anteroinferior del cuerpo de C3). En base a esto, pueden calcularse una serie de medidas:
6
- H-RGn: distancia lineal entre H y RGn. Representa la posición anteroposterior del hioides
respecto a la sínfisis mandibular.
- H-C3: distancia lineal entre H y C3. Representa la posición anteroposterior del hioides
respecto a la columna cervical.
- H-H’: distancia lineal entre los puntos H y H’. H’ es la proyección perpendicular de H sobre
el plano C3-RGn. Esta medida representa la posición vertical del hioides respecto a la
columna cervical y la sínfisis mandibular.
En una situación normal, el hioides debería estar situado verticalmente por debajo del plano
C3-RGn (hasta 5 mm), lo que daría como resultado un triángulo “positivo”. Si alguna alteración
provoca la elevación del hioides, se encontrará sobre el plano C3-RGn (provocando la
desaparición del triángulo) o por encima de él (formándose un triángulo “negativo”).
RESPIRACIÓN ORAL
La respiración bucal u oral (RO) es una alteración común en la infancia y tiene una etiología
multifactorial. Normalmente, los niños afectados no tienen una respiración oral exclusiva sino
un patrón mixto, en el que predomina la ventilación a través de la cavidad oral en lugar de la
vía normal nasal (18). Puede dividirse en dos tipos etiológicos (18,25):
- Obstructiva: hay una obstrucción física al paso de aire en algún punto a lo largo de las vías
aéreas superiores.
- No obstructiva, habitual o funcional: no hay obstrucción de la vía aérea, sino que se produce
como resultado de hábitos orales prolongados y alteraciones musculares causadas por una
obstrucción ya resuelta de la vía aérea o por una inflamación transitoria de la mucosa nasal
7
(rinitis intermitente). Una vez eliminada la obstrucción, el niño mantiene la costumbre de
respirar a través de la boca.
Las causas más frecuentes de obstrucción de la vía aérea superior citadas en la literatura
(11,25,32) son la hipertrofia de las amígdalas palatinas y de las adenoides y las rinitis crónicas
(de causa alérgica en su mayor parte o por infecciones recurrentes). También, aunque con menor
frecuencia: sinusitis crónica, desviación del tabique nasal, hipertrofia idiopática de los cornetes
y, finalmente, pólipos, abscesos y tumores nasales.
La obstrucción respiratoria y la RO han sido relacionados con una serie de anomalías faciales,
esqueléticas y dentarias, que se agrupan en la denominada facies adenoidea o síndrome de cara
larga, aunque no siempre es constante (33). Los rasgos faciales típicos son (34,35):
- Cara estrecha y larga, con incremento notable del tercio facial inferior.
- Boca entreabierta en estado de reposo debido a un sellado labial incompetente con
contractura de la musculatura labiomental. Labio superior corto e incompetente y labio
inferior grueso y evertido.
- Nariz pequeña con narinas poco desarrolladas y orientadas hacia adelante.
- Mejillas flácidas y ojeras.
Ricketts (32) señaló las anomalías dentoesqueléticas propias de los respiradores bucales,
enmarcándolas dentro de un cuadro específico de maloclusión que llamó “síndrome de
obstrucción respiratoria”:
Según la teoría de Moss, el crecimiento facial está íntimamente relacionado con la correcta
función de los distintos elementos de la cabeza y el cuello, por lo que solo una adecuada
8
respiración nasal permitiría el desarrollo correcto del complejo cráneo-cérvico-facial (37).
Siguiendo esta línea, hay autores (15,32–36,38) que defienden la existencia de una relación
entre la RO y la morfología craneodentofacial, proponiendo distintos mecanismos por los que
la RO produciría las distintas alteraciones señaladas anteriormente. Según estos autores, la RO
modifica la dinámica neuromuscular del complejo cráneo-cérvico-mandibular, provocando
cambios morfológicos de todo tipo a nivel de los tejidos blandos, huesos y dientes de este
territorio.
Por otro lado hay autores que niegan la existencia de relación significativa entre morfología y
modo respiratorio, resaltando la importancia de la herencia y sosteniendo que hay una
distribución bastante similar de las maloclusiones y los patrones faciales entre respiradores
nasales y bucales (36,39,40).
A pesar de que hoy día sigue existiendo cierta discusión sobre el tema, los estudios de Harvold
et al. (41) y Vargervik et al. (42) (que evidenciaron la producción de alteraciones dentofaciales
en monos tras la inducción de RO), así como la gran cantidad de estudios que han ido
apareciendo desde entonces que confirman la existencia de relación entre RO y cambios
morfológicos, hacen que actualmente sea imposible negarla. Sin embargo, hay controversia en
cuanto a qué sucede primero. Por un lado, hay autores que defienden que la obstrucción
respiratoria y la RO son una consecuencia más del patrón innato dolicofacial (a causa de las
dimensiones sagitales y transversales disminuidas, la rotación posterior mandibular y la
debilidad muscular, cualidades que facilitarían la obstrucción y dificultarían el sellado labial),
mientras que otros autores sostienen que la RO es la causa primaria (y no la consecuencia) de
ciertas alteraciones comúnmente atribuidas al patrón genético (18,32,35,38,43).
De cualquier forma, a pesar de que es difícil negar la existencia de una relación entre la RO y
las alteraciones descritas (sea cual sea la dirección causa-efecto), la literatura evidencia que
tampoco es posible afirmar que exista una relación obligatoria y absoluta entre ambas variables
(es decir, que la RO sea el principal factor etiológico de la facies adenoidea, o que las
características de los dolicofaciales vayan a causar obligatoriamente una RO), ya que no está
estrictamente comprobado y es constatable la habitual existencia de pacientes con
características típicamente asociadas al respirador oral que respiran de forma nasal y viceversa.
Esto provoca que en algunos estudios las relaciones entre RO, alteraciones morfológicas y
patrón dolicofacial no sean significativas (18,38,44). Incluso los ya mencionados estudios de
Harvold y Vargervik encontraron que, a pesar de que era indudable que la obstrucción nasal
9
inducida había provocado alteraciones, estas eran enormemente variables en función de la
respuesta individual.
En conclusión, se considera importante señalar que, tal y como indicaba Ricketts (32), la
herencia es un factor etiológico fundamental en el establecimiento de las maloclusiones, pero
la gran variedad de posibles modificadores ambientales hace que todos ellos, sumados entre sí
y de forma mantenida, puedan influir notablemente en el curso de la expresión genética del
individuo, por lo que ciertos factores ambientales de larga duración podrían ser tomados
erróneamente como simples efectos del patrón genético. Por todo esto, hay que tener en cuenta
que no hay una relación simple causa-efecto entre la función respiratoria y el desarrollo de las
alteraciones antes comentadas, siendo más bien una interacción compleja entre la herencia y
los factores ambientales. Por tanto, no es posible predecir que un determinado tipo de
respiración vaya a provocar obligatoriamente una determinada alteración morfológica, aunque
indudablemente, potenciará la anomalía si el patrón morfogenético es sensible a la misma
tendencia de desarrollo. Además hemos de tener en cuenta que, debido a la gran variabilidad
de las alteraciones craneofaciales que se han relacionado con la RO, a veces es difícil hablar de
un “síndrome” de obstrucción respiratoria. La RO es un proceso de etiología múltiple, con
diferente acción según el patrón facial y distintas reacciones mandibulares que condicionan
una amplia variedad morfológica (18,32–35,38,42).
10
OBJETIVOS
El motivo del presente trabajo es realizar una revisión de la literatura existente con 2 objetivos
principales:
- Por un lado, investigar las posibles relaciones entre la respiración oral y las alteraciones
en la postura craneocervical, así como determinar qué tipo de alteraciones se producen, y
de qué manera repercuten tales alteraciones sobre el desarrollo de las estructuras
craneofaciales, sobre la postura general del cuerpo y sobre el propio patrón respiratorio del
sujeto afectado.
- Por otro lado, investigar si existe relación entre la respiración oral y la posición del hueso
hioides, así como determinar qué importancia tiene su posición y cuál es su utilidad en el
diagnóstico y tratamiento de estos pacientes.
11
METODOLOGÍA DE LA BÚSQUEDA
Se llevó a cabo una búsqueda de publicaciones en la base electrónica de datos PubMed. La
búsqueda principal de los artículos incluidos en los resultados de esta revisión se llevó a cabo
hasta el mes de enero de 2015.
Se usaron términos MeSH y palabras libres combinadas con los operadores booleanos AND Y
OR para elaborar una estrategia de búsqueda que se limitó al campo “Title/Abstract” haciendo
uso de uno de los filtros del buscador. Algunas palabras claves fueron: “mouth breathing”,
“hyoid bone”, “oral breath*”, “hyoid position”, “head position”, “craniocervical posture”,
“cervical inclination”, “breathing pattern”, entre otras.
Pese a que la literatura es amplia en cuanto a estudios que analizan la postura craneocervical o
la posición del hioides, el número de artículos que relacionan alguno de estos dos factores
específicamente con la respiración oral (y que además cumplen el resto de criterios de inclusión)
es mucho menor. Es importante comentar también que una limitación de esta revisión
bibliográfica fue el hecho de que solo se incluyeron aquellos artículos a los que fue posible
acceder al texto completo a través de los convenios suscritos por la Universidad de Sevilla (a
través del catálogo FAMA y, en algunos casos concretos, a través del préstamo
interbibliotecario). Por ello, con el objetivo de tener un suficiente número de artículos que
permitan la elaboración de este trabajo, se ha escogido un amplio rango temporal.
Los criterios de inclusión que debían cumplir los artículos para que formasen parte de los
resultados de esta revisión fueron los siguientes:
12
RESULTADOS DE LA REVISIÓN
La búsqueda inicial de los términos (acotada al campo “Title/Abstract”) arrojó un total de 297
resultados. Se aplicaron los filtros correspondientes en las opciones del buscador para que solo
se mostraran los estudios realizados sobre humanos, de 1984 a 2014 y con el texto en inglés o
en español. Se obtuvieron 203 artículos. Tras la lectura de los títulos, se descartaron todos los
estudios que no tenían relación con el tema del trabajo, quedando un número total de 91
artículos. De la información aportada por el título y resumen de estos estudios, se seleccionaron
aquellos que parecían cumplir los criterios de inclusión, obteniéndose 52 artículos. Tras
prescindir de aquellos cuyo texto completo no fue accesible, se obtuvo un total de 33. Tras la
lectura completa de estos últimos, se aplicaron el resto de criterios de inclusión para, finalmente,
obtenerse los 13 artículos que se detallan a continuación.
13
Cuccia et Evaluar Niños de 5-13 años: 35 con Los respiradores orales tienen:
al. (2008) relación entre RO y 35 con respiración nasal. - Morfología craneofacial alterada:
(15) RO y variables Cefalometrías en PNC patrón dolicofacial y tendencia a la
de la (posición de autobalance). clase II esquelética.
morfología y
Postura craneocervical - PNC alterada: extensión de la cabeza
postura del
evaluada mediante las medidas respecto a la vertical verdadera y
territorio
del análisis de Solow (11,23). columna cervical, y curvatura cervical
cráneo-cervical.
Posición del hioides respecto a reducida.
C3, PM y RGn. - Posición más baja del hioides
respecto al PM.
Bolzan et Comparar el 3 grupos de niños de 8-11 - El tipo braquifacial fue más frecuente
al. (2011) tipo facial y la años: 15 respiradores nasales, en respiradores nasales y menos
(18) FHP de niños 22 con RO obstructiva y 22 frecuente en RO obstructiva, de forma
respiradores con RO habitual. significativa. Conclusión: el tipo
nasales y orales El tipo facial fue evaluado braqui, por sus aspectos estructurales,
(diferenciando mediante el índice morfológico favorece la respiración nasal; la RO
la etiología facial usando un calibre obstructiva produce el alargamiento de
obstructiva de digital. la cara haciendo menos frecuente el
la habitual). tipo braqui en este grupo. El tipo
La FHP fue evaluada por
dólico fue más frecuente en RO
examen físico y
obstructiva, pero no fue significat. En
biofotogrametría (ángulo entre
el grupo con RO habitual los tipos
trago, C7 y la horizontal), sin
faciales tuvieron frecuencias similares.
utilizar ningún método de
registro de la PNC. - Hubo FHP en los 3 grupos, sin
diferencias significativas: la FHP no
está influenciada por el modo
respiratorio.
Lima et Determinar y Niños de 8-10 años de edad: - GMM (posición del mentón) y GME
al. (2004) comparar la 19 respiradores nasales, 26 con (posición de la cabeza): los 2 grupos
(25) postura general respiración oral habitual y 17 con RO mostraron retracción del
de niños con con respiración oral mentón y FHP, siendo significativo
respiración obstructiva. solo en el tipo obstructivo.
nasal, oral Análisis mediante - C2C7 y T2T9 (curvaturas cervical y
obstructiva y biofotogrametría torácica): solo el tipo obstructivo
oral habitual, computarizada de diversos mostró enderezamiento cervical y
así como ángulos corporales, sin utilizar convexidad torácica aumentada.
evaluar la ningún método específico de - La RO obstructiva y habitual no
eficacia del registro de la PNC. tienen las mismas alteraciones
método
biofotogramé- posturales.
trico. - La biofotogrametría computarizada
es una técnica segura y fiable para la
medición de alteraciones posturales.
Milanesi Evaluar el Se compararon 2 grupos de 24 Grupo con historia de RO: mostró FHP
et al. impacto de la y 20 adultos de 18-30 años de (ángulo A9 disminuido, ángulo CL y
(2011) RO infantil en edad, el primero con historia distancia cervical aumentados) y
(48) la postura de RO en la infancia y el 2º sin mayor lordosis lumbar (ángulo LL más
historia de RO. bajo). Por tanto: la RO en la infancia
determina alteraciones posturales,
14
corporal en la Análisis biofotogramétrico de principalmente en la cabeza y columna
edad adulta. varias medidas corporales. No lumbar, y estas se perpetúan hasta la
se registró la PNC. edad adulta.
Neiva et Investigar la 21 niños con RO y 21 con El grupo con RO mostró posición
al. (2009) posición de la respiración nasal, 8-12 años, escapular significativamente elevada.
(49) escápula, todos ♂. La ausencia de significancia del resto
columna Análisis fotogramétrico de de medidas se atribuye a la gran
torácica y medidas de la angulación y cantidad de alteraciones posturales de
postura de la posición escapular, protrusión los niños a esta edad. Además: menor
cabeza entre de los hombros, cifosis nº de sujetos fueron amamantados y
niños con torácica y FHP (ángulo entre menores valores del AUQEI (test de
respiración oral trago, C7 y la horizontal). PNC calidad de vida).
y nasal. mirando al horizonte.
Okuro et Evaluar la 92 niños de 8-12 años: 30 - Valores medios MIP, MEP y 6MWT
al. (2011) fuerza muscular respiradores orales (23♂ y 7♀) más bajos en RO: la RO afecta
(50) respiratoria y la y 62 nasales (23♂ y 39♀). negativamente a la biomecánica
tolerancia al Evaluación de la FHP respiratoria y capacidad de ejercicio.
ejercicio en mediante el test de New York - FHP en el 96,7% de respiradores
relación al tipo (se basa en un examen físico orales (severa en 12 niños y moderada
respiratorio y a directo), sin utilizar ningún en 17) y en el 48,4% de los nasales
la FHP, método específico de registro (moderada). Esta diferencia fue
comparando de la PNC. significativa: hay asociación entre
respiradores postura cervical anormal y RO.
La fuerza muscular respiratoria
orales con
se evaluó calculando las - La FHP no produjo variación
nasales.
presiones máximas inspiratoria significativa (en MIP, MEP y 6MWT)
y espiratoria (MIP y MEP); la entre los respiradores orales; pero en
capacidad de ejercicio se los respiradores nasales MIP y MEP
evaluó mediante el test de la fueron más altos con FHP que con
marcha de 6 minutos (6MWT). posición normal de la cabeza (mejora
de la fuerza muscular respiratoria).
Silveira Analizar la 17 niños con RO (7♀ y 10♂) y - Los respiradores orales presentan
et al. postura de 17 respiradores nasales (9♀ y aumento en la PC y LC, centro de
(2010) niños con RO y 11♂) de 8-12 años. gravedad avanzado y volúmenes
(20) estudiar la Evaluación postural por pulmonares reducidos (todas las
existencia de biofotogrametría con medidas variables espirométricas estuvieron
correlaciones de: proyección de la cabeza significativamente reducidas).
entre postura y (PC) y de los hombros (PO), - Las alteraciones posturales evaluadas
edad y postura lordosis cervical (LC) y aumentan con la edad de forma
y volúmenes lumbar (LL). No especifican significativa en los niños con RO.
pulmonares. un método de registro de PNC. - La capacidad vital se correlaciona
Función pulmonar evaluada negativamente con la proyección de la
mediante espirometría forzada: cabeza: los cambios posturales
capacidad vital forzada (FVC), contribuyen al empeoramiento de la
volumen espiratorio forzado en función pulmonar en los niños con RO.
el primer minuto (FEV1) y el
ratio FEV1/FVC.
15
Bibby Investigar el 3 grupos de 18 sujetos (♂ y ♀, No hubo diferencia significativa en la
(1984) efecto de la RO no se indica la edad): un grupo posición del hioides entre los 3 grupos:
(51) y la deglución de sujetos con RO, otro con el hioides tiene una posición estable y
atípica sobre la deglución atípica y un grupo es independiente de las alteraciones
posición del control. posturales debidas a la deglución
hioides. Análisis cefalométrico atípica o la RO.
mediante el análisis del
triángulo hioideo. No se usó
ningún método de registro de
PNC.
Ucar et Evaluar las 66 niños de 12-15 años con - La RO influencia el desarrollo
al. (2012) diferencias en clase I esquelética: 34 con RO craneofacial, encontrándose maxilar
(52) la morfología (16♂ y 18♀) y 32 con retruído y patrón dolicofacial.
craneofacial, respiración nasal (8♂ y 24♀). - La RO produjo posible postura
postura de la Medidas cefalométricas para el extendida de la cabeza (aumento de
cabeza y análisis craneofacial, postura PP.OPT y disminución de PP.VER).
posición de la cabeza y posición hioidea - La posición del hioides se mantiene
hioidea en la (respecto a Me, PM y C4). No estable sin importar el tipo
RO y nasal. se registró la PNC. respiratorio.
Chung Comparar las 118 niños de 6-12 años (51♀ y - Medidas craneofaciales y de la vía
Leng et cefalometrías 67♂): 53 con RO y 65 con aérea: los niños con RO tienen
al. (2014) de niños respiración nasal. mandíbula más retruída, patrón de
(31) respiradores Análisis cefalométrico con crecimiento dolicofacial y espacios
nasales y medidas para el análisis aéreos naso y orofaríngeo más
orales, así craneofacial y del espacio de la pequeños. Además: correlación
como el espacio vía aérea. Se usó el triángulo positiva edad-inclinación del plano
de la vía aérea hioideo para valorar la mandibular (en respiradores nasales la
superior e posición del hioides. No se usó correlación es negativa).
inferior. ningún método de registro de - Posición hioidea: depende del tipo
PNC. respiratorio. En respiradores orales
está más elevado y posterior.
Ferraz et Analizar la 53 niñas con una edad media - No hay relación significativa entre el
al. (2007) posición del de 10 años, clase I: 28 con tipo respiratorio y la posición del
(53) hioides en respiración nasal y 25 con RO. hioides, el cual se mantiene estable.
función del Análisis cefalométrico de la No obstante, en el grupo con RO se
patrón posición del hioides mediante encontró que estaba en una posición
respiratorio. medidas craneales y el más inferior en relación a C3-RGn (no
triángulo hioideo. Radiografías fue significativo).
tomadas en PNC (ortoposición - La medida AA-ENP fue constante en
y posición de espejo). ambos grupos y mostró una relación
positiva significativa con C3-H.
16
DISCUSIÓN
POSTURA CRANEOCERVICAL – RESPIRACIÓN ORAL
Solow, junto con otros autores, realizaron una serie de estudios (7,8,11,16,17,45,46) en los que
se analiza la relación entre la postura del cráneo y la columna cervical con la morfología
craneofacial. En estos estudios se encuentra relación entre el crecimiento vertical de la cara
(gran altura facial inferior, retrognatismo maxilomandibular y gran inclinación del plano
mandibular) y la presencia de ángulo craneocervical aumentado (cabeza en extensión), ángulos
cérvico-horizontales disminuidos (columna cervical inclinada anteriormente) y rectificación
de la lordosis cervical, mientras que los individuos con las medidas inversas suelen presentar
un patrón de crecimiento horizontal. Uno de esos estudios (45), intentando dilucidar la causa-
efecto de esta relación, concluyó que el ángulo craneocervical 2-4 años antes del pico de
crecimiento puberal da una información predictiva en cuanto al subsecuente desarrollo facial.
De forma que sujetos con ángulos craneocervicales muy pequeños (<79º) desarrollan un
crecimiento anterior de ambos maxilares, y sujetos con ángulos craneocervicales muy grandes
(>113º) desarrollan un crecimiento vertical de la cara. Así mismo, sus estudios señalan que,
mientras que los ángulos craneocervicales y cérvico-horizontales sí están significativamente
relacionados con la morfología craneofacial, los ángulos craneoverticales (NSL/VER)
presentan una correlación baja o inexistente.
Por tanto, según estos estudios, queda clara la existencia de un mecanismo que hace que la
postura (o los factores que la determinan) influencie la dirección del desarrollo facial. Solow y
Kreiborg (46) propusieron una teoría que intenta explicar el mecanismo que produce esta
relación: la hipótesis del “estiramiento del tejido blando”. Esta sostiene que las diferencias en
la morfología craneofacial podrían ser explicadas en función de las fuerzas que la capa de tejido
blando de la piel y músculos faciales ejerce sobre el esqueleto facial. Esta capa se encontraría
pasivamente estirada durante la CCE y la FHP. Esto incrementaría las fuerzas sobre las
estructuras esqueléticas, restringiendo el crecimiento anterior de los maxilares y redirigiéndolo
en una dirección más caudal. Esta cadena de eventos llega a convertirse en un círculo vicioso
que necesita de una actuación terapéutica para que sea interrumpido (11).
En cuanto a los factores que pueden desencadenar una modificación de la postura craneofacial,
estos autores proponen que la obstrucción de la vía aérea superior, a causa de su importancia
vital, desencadena un mecanismo de control fisiológico que busca compensar la obstrucción
mediante la extensión de la cabeza y la postura adelantada de la misma. Solow y Sandham
(11) señalan que la vía aérea superior puede ser dividida en los segmentos nasal, nasofaríngeo
17
y orofaríngeo, indicando que cada uno de ellos puede ser un sitio de obstrucción que podría
desencadenar las alteraciones posturales.
La relación que señalan estos autores entre obstrucción de la vía aérea superior y cambio
postural ya fue vislumbrada por Ricketts (32), al detectar que los respiradores orales que habían
sido tratados con adenoidectomía para eliminar su obstrucción de la vía aérea, desarrollaron
una flexión de la cabeza, evidenciando que, antes del tratamiento, esta se encontraba en una
posición anómala de extensión.
La respiración oral se produce normalmente como respuesta a una obstrucción a cualquier nivel
de la vía aérea superior (32,33), por lo que considerando todo lo comentado anteriormente, es
lógico pensar que este tipo respiratorio acarree una serie de alteraciones posturales
craneocervicales, con la repercusión sobre el desarrollo craneofacial que esto podría implicar.
Gran parte de los artículos de los resultados de esta revisión, tratan de analizar precisamente
esto, es decir, si la respiración oral se encuentra o no relacionada con los cambios
posturales, y qué tipo de consecuencias pueden derivar de esta relación.
El estudio de Hellsing et al. (54) confirma la hipótesis del estiramiento del tejido blando.
Encontraron un aumento de la presión labial con la extensión de la cabeza y una disminución
con la flexión. Hay que tener en cuenta que los resultados de este estudio se alcanzaron bajo
condiciones inducidas y de corta duración y, si la respuesta es mantenida en el tiempo o no, no
puede ser determinado por este estudio. No obstante, los autores concluyen que, si la presión
labial alterada por la RO y la extensión de la cabeza es mantenida a largo plazo, posiblemente
se alterará el desarrollo esquelético y dentofacial. Esta conclusión cobra aún más fuerza si
tenemos en cuenta que, en una situación clínica, la presión durante la extensión podría aumentar
al sumar la actividad incrementada de los músculos periorales que presentan los respiradores
orales debido a la incompetencia labial (33). Además, debemos considerar la posible
combinación con otros factores como la posición alterada de la lengua descrita en respiradores
orales, que puede alterar el equilibrio de las presiones sobre los arcos dentarios (33). En
concordancia con esto, Adamidis et al. (55) encontraron que los niños con RO tenían una lengua
posicionada inferior y anteriormente y una inclinación aumentada de la mandíbula.
Los resultados del estudio de Hellsing concuerdan con los de Linder-Aronson (56), que halló
incisivos retroinclinados en niños con vías aéreas nasales obstruidas, siempre que asumamos
como cierto que los sujetos con RO obstructiva desarrollan la extensión de la cabeza que
provocará tal alteración. Para analizar esto, en el estudio de Sforza et al. (19) se indujo
18
respiración oral y se evaluaron las modificaciones posturales desencadenadas mediante
biofotogrametría. Concluyen que la RO inducida tiene un papel significativo en la alteración
de la postura del cráneo y la columna cervical pero con una gran variabilidad, ya que las
diferencias medias respecto a la posición de referencia fueron mínimas (hasta 1,7 grados) con
grandes desviaciones estándar. Por tanto, aunque de forma promedio se halló una extensión
craneocervical (CCE) y una proyección anterior del cuello (FHP) durante la RO (lo cual está
en concordancia con lo señalado en los artículos anteriormente descritos), la cantidad es tan
pequeña y la variabilidad individual tan alta, que solo se puede afirmar (en base a este estudio)
que la RO produce alteración postural, sin señalar un tipo concreto de alteración. Este estudio
está basado en el estudio de Vig et al. (9), quienes evaluaron solo la posición de la cabeza
respecto a la vertical, encontrando una significativa extensión de la cabeza (hasta 5,2º mayor).
Obtuvieron unos resultados menos variables que los de Sforza y unos valores medios más altos,
por lo que concluyeron que la RO inducida produce extensión de la cabeza.
Este tipo de estudios en los que se induce una RO exclusiva, tienen el inconveniente de que no
reflejan la realidad clínica de un respirador oral, ya que este no suele tener una RO exclusiva
sino un patrón mixto (18,57); además, los estudios que valoran los cambios posturales de forma
inmediata pueden no ser del todo extrapolables a una situación clínica de RO, ya que no valoran
los cambios a largo plazo que presentan los respiradores orales.
Otro tipo de estudios son aquellos que analizan la postura de verdaderos respiradores orales
como el estudio de Ucar et al. (52), Cuccia et al. (15) y Bolzan et al. (18). Ucar et al. (52), tras
analizar la posible relación de la RO con varias medidas posturales, solo encuentran relación
con las medidas del plano palatino (las cuales pueden estar indicando tanto una extensión de la
cabeza como una anterorrotación del plano palatino). Cuccia et al. (15) sí encontraron una clara
extensión de la cabeza, tanto respecto a la vertical verdadera como a la columna cervical,
además de una rectificación de la curvatura de esta. No obstante, no encontraron variación en
la angulación cervicohorizontal. Sus resultados concuerdan con lo anteriormente indicado por
Solow et al. (11,45), excepto por la ausencia de disminución de la angulación cervicohorizontal
(que indicaría la esperada inclinación adelantada de la columna cervical, FHP). Lo mismo
sucede en el estudio de Bolzan et al. (18), en el que encuentran FHP en los 3 tipos respiratorios
(respiración nasal y RO obstructiva y habitual), por lo que concluyen que el tipo respiratorio
no influye en la presencia de FHP.
Por otro lado, Wenzel et al. (24) analizaron el efecto de la administración de un corticoide
tópico sobre un grupo de niños con RO obstructiva (por rinitis alérgica permanente) y asma
19
bronquial. El fármaco produjo una disminución de la resistencia nasal que se acompañó de una
disminución proporcional de la angulación craneocervical (flexión de la cabeza). La conclusión
de los autores es que la obstrucción nasal provocó una CCE que fue reversible tras la remisión
de la obstrucción, estando en concordancia con estudios anteriores (9,11,15,32).
Los artículos de Lima et al. (25), Milanesi et al. (48) y Neiva et al. (49) estudian mediante
biofotogrametría las alteraciones que provoca la RO en la postura general y craneocervical.
Lima et al. (25), al comparar niños con respiración nasal y RO obstructiva y habitual,
encuentran retracción del mentón y FHP en ambos grupos con RO, habiendo una diferencia
significativa con respecto a los respiradores nasales solo en el caso de la RO obstructiva;
igualmente solo en estos pacientes encuentran rectificación de la curvatura cervical y cifosis
torácica aumentada. Llegan a la conclusión de que las alteraciones posturales varían en
función del tipo de RO, requiriendo por tanto aproximaciones terapéuticas diferentes. Los
autores sostienen que la FHP causa tensión de la musculatura supra e infrahioidea, lo cual baja
y retruye la mandíbula y tensa al músculo constrictor superior de la faringe (lo que, en un
principio, rectifica el espacio oronasofaríngeo y facilita la entrada de aire por la boca). La
eliminación de la obstrucción en niños con RO habitual provoca una reducción de la tensión de
la musculatura y una disminución parcial de las alteraciones posturales a través de una
moderada remisión de la FHP; pero en el caso de los niños con RO obstructiva, el
mantenimiento y agravamiento de la FHP acaba ocasionando el desarrollo de alteraciones en
la postura general del cuerpo. La FHP provocaría tensión de los músculos cervicales
(suboccipitales, esternocleidomastoideo y escaleno), los cuales están asociados con la fascia
cérvico-torácico-pélvico-abdominal, cuya tensión puede provocar alteraciones a distintos
niveles del cuerpo. Esto coincide con los hallazgos de Ribeiro et al. (58), que encuentran
actividad disfuncional del esternocleidomastoideo y trapecio en respiradores orales.
El estudio de Milanesi et al. (48) determina que la RO en la infancia provoca una serie de
alteraciones posturales que perduran hasta la edad adulta (FHP y mayor lordosis lumbar),
señalando la importancia de un tratamiento fisioterapéutico temprano para corregir los patrones
posturales alterados. Los autores sostienen que, debido a la mayor velocidad del crecimiento
durante la infancia, el modo respiratorio en este periodo es fundamental para un adecuado
desarrollo. La RO en esta fase provoca cambios en las estructuras faciales y cervicales, que
pueden provocar la desalineación completa de la postura del cuerpo. Yi et al. (59) concuerdan
con Lima y Milanesi al encontrar hipercifosis torácica e hiperlordosis lumbar en respiradores
orales, además de movilidad disminuida del diafragma. Kapreli et al. (60) señalan que en la RO
20
se produce un sobreuso de los músculos inspiratorios accesorios, de forma que la CCE y la
FHP disminuirían la fuerza muscular respiratoria debido a la desventaja biomecánica que
producen en estos músculos. Además, hay estudios (61) que analizan los efectos del tratamiento
postural (ejercicios respiratorios y de reeducación diafragmática) en niños con RO, mostrando
resultados positivos sobre la actividad eléctrica de los músculos cervicales, con mejora de la
postura general y de la cabeza.
Neiva et al. (49), al analizar distintas medidas posturales en niños con RO y sin ella, solo
encuentran diferencias significativas en la posición escapular, que está elevada en los
respiradores orales. Los autores atribuyen la elevación escapular a la FHP (que fue mayor en
respiradores orales pero no de forma significativa). Esta postura provocaría la tensión de la
musculatura infrahioidea y, como el músculo omohioideo se origina en el margen superior de
la escápula, cualquier tensión en esta musculatura podría provocar su elevación.
En este estudio se usó el ángulo entre trago, C7 y la horizontal para medir la FHP. Los autores
señalan que la ausencia de diferencias significativas en cuanto a la FHP entre respiradores orales
y nasales puede deberse al ángulo empleado para su medición, puesto que este informa de la
posición de la cabeza únicamente respecto a C7, sin tener en cuenta la inclinación del resto de
la columna cervical, que es precisamente la que más influye sobre la FHP. Esto demuestra la
importancia de usar medidas fiables para la evaluación postural de niños con RO y explicaría
también la ausencia de diferencias significativas del estudio de Bolzan et al. (18), quienes
usaron el mismo ángulo para medirla. Es importante comentar que el método biofotogramétrico
requiere de la localización de ciertos puntos de referencia sobre la superficie del cuerpo para
poder realizar las mediciones correspondientes. En cuanto a esto, los autores señalan que
encontraron dificultades en la localización precisa de ciertas prominencias óseas bajo la piel, lo
cual podría haber influenciado los resultados.
Además, realizan una importante apreciación al justificar que la ausencia de significancia del
resto de medidas posturales se debe a la presencia de anormalidades posturales en ambos
grupos, a causa de la gran cantidad de alteraciones de la postura que presentan los niños a esta
edad, sea cual sea su patrón respiratorio. La desproporción del tamaño de la cabeza respecto
al cuerpo, la localización del centro de gravedad en T12 (en lugar de en S2 como en adultos),
así como los ajustes posturales que ocurren en la fase prepuberal para adaptarse a las nuevas
proporciones del cuerpo (62), son factores que contribuyen a la aparición de alteraciones
posturales en niños. Penha et al. (63) concuerdan con esto al encontrar una alta frecuencia de
alteraciones posturales en niños (sin problemas respiratorios), muchas de las cuales se
21
solucionan espontáneamente durante el crecimiento. No obstante, la aparición de RO durante
esta etapa puede hacer que estas alteraciones se mantengan y se agraven con el paso de los años,
como ya indicaron Milanesi et al. (48) en su estudio. Esto concuerda con los hallazgos de
Krakauer et al. (64), que no encontraron diferencias significativas en la postura entre niños con
RO y nasal de 5 a 8 años de edad, hallando alteraciones posturales en ambos grupos; no
obstante, a medida que fueron creciendo, los respiradores orales mostraron un mayor número
de alteraciones, confirmando lo anteriormente comentado.
Según lo señalado por algunos de los estudios anteriores (25,49,60), las adaptaciones posturales
craneocervicales (CCE y FHP) de los respiradores orales provocan alteraciones en la postura
general y pueden afectar negativamente a la función pulmonar. Por otro lado, según Weimert
(65), la RO causa inhibición de los nervios nasales aferentes, nervio autonómico y simpático
trigeminal, que actúan regulando la profundidad de la respiración y la permeabilidad de la vía
aérea, lo que afectaría a la función pulmonar e intentaría compensarse mediante las
adaptaciones posturales craneocervicales (11,15,59). Sin embargo acaba de comentarse que
estas pueden alterar también la función respiratoria, por lo que hacen falta estudios que analicen
la función pulmonar de los respiradores orales y determinen de qué manera influyen en ella
los cambios posturales que adoptan.
Okuro et al. (50) encuentran que la RO tiene un efecto negativo sobre la fuerza muscular
respiratoria (MIP y MEP) y la tolerancia al ejercicio (6MWT). Además, se demuestra una
asociación entre postura cervical anormal y RO ya que, aunque se encuentra FHP tanto en
respiradores nasales como en orales, en estos últimos ocurre de forma más severa y mucho más
frecuente (en el 96,7%), al contrario de lo que encontraron Bolzan et al. (18) y Cuccia et al.
(15). En cuanto a los efectos de la FHP, en el grupo con RO no produjo diferencias significativas
en los valores medios de MIP, MEP y 6MWT, pero en los respiradores nasales sí se encontró
una mejora significativa de MIP y MEP, mejorando su función pulmonar.
Silveira et al. (20), en lugar de evaluar la fuerza muscular respiratoria, evalúan los volúmenes
pulmonares mediante espirometría. Sus resultados, de forma parecida al estudio anterior,
muestran que los respiradores orales presentan FHP y volúmenes pulmonares reducidos. No
obstante, en este estudio se encuentra que, cuanto mayor fue la proyección de la cabeza en los
respiradores orales, peores resultados se obtuvieron en la evaluación espirométrica. Sin
embargo no se analiza el efecto de la FHP en los respiradores nasales, por lo que no da
información sobre qué efecto tiene este cambio postural en condiciones de normalidad
respiratoria. Además, se encontró lordosis cervical aumentada y una correlación positiva de
22
ambas alteraciones posturales con la edad (solo en el grupo RO). En cuanto a la lordosis
cervical, el aumento que indican Silveira et al. no coincide con estudios anteriormente descritos
como el de Cuccia et al. (15) o Lima et al. (25). Respecto al método usado para evaluarla, es
importante observar que, para medir adecuadamente la lordosis cervical (11), sería necesario
evaluar la posición diferencial entre las vértebras cervicales para así obtener una representación
de la curva a este nivel, en cambio, en el estudio de Silveira indican que ha sido evaluada
midiendo la distancia desde el punto más profundo de la curvatura del cuello (en la vista sagital)
a una línea de referencia, por lo que es posible que la proyección anterior de la cabeza que
realizan los sujetos de su estudio esté sobrevalorando la medición de la lordosis tal y como
estos autores la plantean.
Por otro lado, Huggare et al. (22) realizaron un análisis cefalométrico en PNC de adultos sin
obstrucción, y encontraron CCE y FHP en sujetos con un área transversal nasofaríngea y un
flujo aéreo nasal relativamente grandes, lo que indica que este patrón postural produce el
ensanchamiento de la vía aérea. De forma parecida, Muto et al. (66) encontraron que la
extensión craneocervical inducida en un grupo de adultos sanos, provocó un aumento sagital
del diámetro orofaríngeo. Estos resultados son una confirmación experimental en sujetos sanos
de los mecanismos teóricamente esperados que provocan las adaptaciones posturales en sujetos
obstruidos (11) y concuerdan con los hallazgos de Okuro et al. (50).
Teniendo en cuenta los estudios anteriores sobre las alteraciones de la postura general y la
función pulmonar, puede concluirse lo siguiente. En un respirador nasal, la CCE y la FHP
actúan como mecanismos compensatorios ante una vía aérea algo más pequeña de lo normal,
siendo suficiente para producir la mejoría de la función pulmonar anteriormente mencionada
(22,50). En contraste, los respiradores orales tienen una disfunción respiratoria más severa (65),
impidiendo que las adaptaciones posturales surtan efecto (50). Por ello, estas se agravan y
mantienen en el tiempo y acaban provocando toda una cadena de alteraciones musculares,
posturales y respiratorias que se van intensificando con el paso de los años para compensar la
caída de la capacidad ventilatoria, estableciéndose un sistema de feedback que,
contradictoriamente, acaba mermando aún más la función pulmonar y postural de estos
pacientes (20,25,48,49,58,59,61).
Pese a que se encuentra cierta variabilidad entre los estudios de esta primera parte de la
discusión, pueden sacarse una serie de conclusiones que se resumirán al final de la revisión. La
variabilidad encontrada en cuanto a la relación de ciertas alteraciones posturales con la RO,
puede deberse a múltiples factores. Por un lado es necesario tener en cuenta que, al igual que la
23
morfología craneodentofacial presentada por los respiradores orales varía dependiendo de la
respuesta individual, las alteraciones posturales relacionadas con la RO también son variables
en función del individuo. Además, la frecuente existencia de alteraciones posturales en niños
(independientemente de su patrón respiratorio) puede estar influenciando la fuerza de esta
correlación. Otra posible causa de la variabilidad entre estudios radica en la gran cantidad de
medidas diferentes usadas entre ellos, lo cual dificulta la comparación entre sus resultados.
Muchas de esas medidas tienen un mismo significado, pero, al tomar puntos de referencia
distintos, es inevitable encontrar cierta variación. Este hecho cobra aún más importancia cuando
se habla de métodos de medición totalmente distintos, como son la cefalometría y la
biofotogrametría. En cuanto a este último método, pese a que la mayoría de los artículos
encontrados señalan que es válido y fiable, algunos autores comentan que es posible introducir
errores ante la dificultad de localizar algunas prominencias óseas usadas como puntos de
referencia. Otro factor importante a considerar es la diferencia entre estudios en cuanto al
registro de la PNC, puesto que unos utilizan algún método específico para registrarla y otros
no la tienen en cuenta. La PNC es importante en el estudio de las alteraciones posturales, por
lo que el hecho de no registrarla puede provocar errores en la valoración postural. Asimismo,
la existencia de tantos métodos distintos para determinarla, dificulta su estandarización y puede
estar introduciendo también cierta variación.
Como comentan Bibby y Preston (30), los estudios anteriores al suyo que analizan la posición
del hioides, usan medidas que toman como referencia diferentes planos craneales, siendo el más
común el sella-nasion. Estos autores señalan que las referencias usadas están muy alejadas del
hioides, por lo que pequeñas variaciones en estos planos o pequeños cambios en la postura de
la cabeza, provocan una gran variación aparente de la posición hioidea. Por ello, introducen un
método de medición denominado “triángulo hioideo” (comentado en la introducción), que es
usado frecuentemente en los estudios que analizan la posición del hioides. Este análisis, según
estos autores, conlleva mucha menor variabilidad puesto que toma como referencia a la
mandíbula y la columna cervical, que son estructuras más cercanas al hioides, permitiendo así
una determinación más correcta de la posición hioidea, al eliminar la variación de los planos de
24
referencia craneales y reducir el efecto de cambios en la postura de la cabeza. En su artículo
comentan también que no existe dimorfismo sexual en la posición del hioides, igual que otros
autores (55). Además, encuentran que la posición anteroposterior del hioides respecto a la
columna cervical (H-C3) es muy constante, al igual que la dimensión anteroposterior de la vía
aérea ósea superior (AA-ENP), habiendo entre ambas una fuerte correlación. En base a esto
indican que el hioides representa el límite óseo anterior de la faringe, de la misma forma que
ENP, pero a un nivel más inferior.
La posición del hioides es un reflejo de las tensiones de los músculos, ligamentos y fascias
unidos a él. La unión funcional de este hueso con el cráneo, la mandíbula y la lengua, hace que
su posición esté muy relacionada con estas estructuras. Como ya se ha comentado en esta
revisión, estas presentan comúnmente alteraciones en su posición en los respiradores orales,
por lo que podrían inducir una postura del hioides típica en estos pacientes, haciéndolo un
potencial indicador en el diagnóstico y tratamiento ortodóncico y quirúrgico (30,51).
En su estudio, Bibby (51) habla sobre el riesgo de que la persistencia de los hábitos de deglución
inmadura y RO provoquen la recidiva de la maloclusión pese al tratamiento ortodóncico y/o
quirúrgico. Si el ortodoncista fuera capaz de determinar con seguridad la persistencia de los
hábitos, podría tomar ciertas precauciones para prevenir la recidiva. El estudio de la posición
hioidea permitiría la evaluación de su posición fisiológica y las funciones de la anatomía que
lo rodea, pudiendo ser útil en la confirmación de un hábito. Si el tratamiento, además de corregir
la maloclusión, corrige también el hábito, es de esperar que el hioides cambie su posición
alterada y adopte una nueva posición estable, permitiendo al ortodoncista descartar la
posibilidad de recidiva debida al hábito. Por el contrario, si permanece en una posición alterada,
sería esperable una recidiva. No obstante, tras analizar el triángulo hioideo de los sujetos de su
estudio, Bibby no encontró diferencias en la posición del hioides entre los individuos con RO,
deglución atípica y el grupo control. Concluye que el hioides tiene una posición estable y no se
afecta permanentemente por las alteraciones posturales debidas a la deglución atípica o la RO,
perdiendo su posible valor diagnóstico.
Los resultados de Ucar et al. (52) son similares. Los autores analizaron un grupo de
adolescentes con RO y nasal, usando para el estudio del hioides distintas medidas
cefalométricas que lo relacionan con la columna cervical y la mandíbula (C4, plano mandibular
y Me). Concluyen que el hioides se mantiene estable sin importar el tipo respiratorio,
probablemente para proteger las adecuadas proporciones de la vía aérea.
25
Chung Leng et al. (31), contrariamente a los hallazgos de los dos estudios anteriores, encuentran
que la posición del hioides sí varía en función del tipo respiratorio. La mayoría de los
respiradores nasales tuvieron un triángulo hioideo positivo correcto, mientras que la mayoría
de los respiradores orales tuvieron un triángulo hioideo inexistente o negativo, con el punto H
sobre o por encima del plano C3-RGn (hioides en una posición más elevada). Esto concuerda
con el estudio de Chaves et al. (67), que señalaron que los niños con asma y RO presentan con
mayor frecuencia un triángulo hioideo ausente o negativo. Chung Leng et al. explican que la
posición más alta del hioides podría ser debida a cambios musculares en el área circundante
que desplazan el hueso hacia arriba, o por cambios en los puntos de referencia cervical o
mandibular, ya que estas estructuras se encuentran alteradas en los respiradores orales (al
descender la mandíbula el hioides estaría elevado respecto a ella).
En cuanto a la posición anteroposterior del hioides, C3-H estuvo reducido en ambos grupos
pero mucho más en el grupo con RO, indicando que los respiradores orales tienen el hioides en
una posición más posterior. Ambos hallazgos coinciden con el estudio Janicka et al. (68). Sin
embargo Juliano et al. (69) observaron una posición más anterior en niños con RO.
Tanto el estudio de Ferraz et al. (53) como el de Cuccia et al. (15) realizan un análisis
cefalométrico en PNC (aunque registrada de formas distintas) comparando la posición hioidea
entre niños con RO y nasal, el primero haciendo uso de medidas craneales y el triángulo hioideo,
y el segundo mediante medidas que lo relacionan con la mandíbula y la columna cervical (plano
mandibular, RGn y C3). Ferraz et al. (53), al igual que Bibby et al. (30), encuentran que la
medida AA-ENP fue constante en ambos grupos y mostró una correlación positiva con C3-H,
realizando la misma afirmación: ENP y H representan los límites óseos superior e inferior del
espacio aéreo faríngeo. Además, no hallan relación significativa entre la posición hioidea y el
patrón respiratorio, concluyendo que el hioides se mantiene estable, probablemente para
asegurar las correctas proporciones del espacio aéreo. No obstante, realizan la observación de
que en el grupo con RO el hioides estaba en una posición más inferior en relación a C3-RGn
(pero no fue significativo), probablemente como resultado de una adaptación postural
orofaríngea para mantener la vía aérea. Por otra parte, Cuccia et al. (15) sí encuentran una
posición significativamente más baja del hioides respecto al plano mandibular en respiradores
orales, al igual que Özbek et al. (21).
Como se puede observar, existe una gran variabilidad en los resultados de los diferentes
artículos. Revisando la literatura existente, se encuentran distintos estudios que intentan
explicar el mecanismo que determina la posición hioidea.
26
King (70) sostenía que los cambios en la posición de la cabeza provocan cambios en la posición
del hioides, de forma que si la cabeza se extiende el hioides se mueve hacia atrás, y si la cabeza
se flexiona el hioides se mueve hacia adelante. En cambio, Opdebeeck et al. (71) afirmaban que
la posterorrotación de la mandíbula de los pacientes dolicofaciales hace que el hioides, debido
a su conexión anatómica, siga su mismo movimiento, arrastrando también a la lengua. Al
acercarse el hioides a la columna cervical, se produce un estrechamiento del espacio aéreo
faríngeo, que se compensa mediante una extensión craneocervical para mantener un diámetro
constante de la vía aérea. En contraposición, Brodie (72) negaba que el hioides siguiera los
movimientos de la mandíbula. Los músculos suprahioideos mantienen en suspensión al hioides,
la laringe, la faringe y la lengua, como estos músculos están unidos a la mandíbula, si el hioides
siguiera sus movimientos, todas estas estructuras se moverían y colapsarían la vía aérea. Para
evitarlo, el hioides se mantendría estable mediante una tensión controlada de la musculatura
suprahioidea. Esto concordaría con los hallazgos de Bibby (51), Ucar et al. (52) y, parcialmente,
con los de Ferraz et al. (53).
Por otro lado, Tourné (73) afirma que en los pacientes dolicofaciales con RO hay una
obstrucción de la vía aérea que provoca un descenso de la lengua y una serie de adaptaciones
posturales a nivel orofaríngeo. En estos pacientes se produce una posterorrotación mandibular
pero el hioides no sigue el mismo movimiento que la sínfisis, ya que si lo hiciera, invadiría el
espacio vital orofaríngeo. Para evitarlo, el hioides se mueve inferiormente respecto a la
mandíbula (lo que se relaciona con la posición inferior de la lengua). Esto se acompaña de CCE
y FHP para mantener el diámetro de la orofaringe. Tourné concluye que la estabilidad del
espacio de la vía aérea es el principal factor determinante de la posición del hioides. Los
hallazgos de Behlfelt et al. (74) y Adamidis et al. (55) concuerdan con esto, al encontrar en
niños con RO obstructiva, una postura extendida de la cabeza, mandíbula descendida, posición
anteroinferior de la lengua y una posición inferior del hioides. Esto concuerda con los hallazgos
de Cuccia et al. (15) y, parcialmente, con los de Ferraz et al. (53).
27
de la vía aérea. La medida C3-H es muy constante y, según varios estudios, está relacionada
con la dimensión ósea anteroposterior de la vía aérea superior (AA-ENP), con el punto H
representando el límite óseo anteroinferior de la vía aérea superior.
En esta variabilidad podrían estar interviniendo también varios factores. Primeramente, hay que
tener en cuenta que la amplia variedad de medidas diferentes usadas por cada autor complica la
comparación entre estudios. Además, el uso de medidas como el triángulo hioideo u otras que
toman como referencia la mandíbula y la columna cervical, presentan el inconveniente de que
se basan en unas estructuras que no son fijas, sino que cambian su posición en función de la
posición de la cabeza y las alteraciones propias de los respiradores orales (posterorrotación de
la mandíbula, rectificación de la columna cervical…). Además, las alteraciones que presentan
los respiradores orales en estas estructuras y en la postura de la cabeza (y que podrían
caracterizar la posición del hioides si se midieran desde una referencia fija) puede que se estén
registrando de forma alterada debido a que pocos son los estudios que registran la PNC,
utilizando en su lugar la técnica estándar en la que se posiciona al paciente en el cefalostato y
se le indica que cierre la boca poniendo sus labios y dientes en contacto. Esto llevaría al paciente
a forzar el sellado labial, modificar la posición habitual de su mandíbula y adoptar una postura
no natural de su cabeza, pudiendo alterar el registro de la posición del hioides, el cual adoptaría
una postura forzada que puede no reflejar la realidad clínica del paciente.
Debido a la enorme conexión funcional entre las estructuras de este territorio, se hace difícil
encontrar unos puntos ideales de referencia que se mantengan siempre invariables (Chung Leng
et al. (31) proponen el punto sella). A pesar de ello, si las radiografías se tomasen en PNC (la
cual ha demostrado ser constante en el tiempo) y se consensuaran unas mismas medidas para
valorar la posición hioidea, se conseguiría que la comparación entre los distintos estudios fuera
más fiable. Aun así, es importante tener en cuenta que, como se ha comentado anteriormente,
la RO produce una gran cantidad de alteraciones diferentes en función del patrón genético y de
las condiciones individuales del sujeto; por lo que es de esperar que el hioides responda de la
misma forma y es probable que se encuentren alteraciones de su posición distintas dependiendo
de la alteración causada por la RO de forma individual.
28
CONCLUSIONES
- Existe relación entre la postura craneocervical y la respiración oral: se encuentra
extensión craneocervical y, según parte de los artículos encontrados, inclinación anterior
de la columna cervical y pérdida de la lordosis fisiológica a este nivel.
- En cuanto a la posición vertical del hioides en la RO, no es posible señalar una posición
concreta asociada, debido a la gran variabilidad entre los estudios encontrados.
- Se hace evidente la necesidad de consensuar unas mismas medidas que sean usadas entre
los distintos estudios para permitir una adecuada comparación entre los resultados. En el
caso de las medidas de la posición hioidea, es necesario además encontrar medidas que
tomen como referencia estructuras más estables.
29
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