Exámen de Aristóteles-1

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1.

Explica este texto de Aristóteles relacionándolo con su concepto de Naturaleza (2


puntos).

“La comunidad perfecta de varias aldeas es la ciudad, que tiene ya, por así decirlo, el
nivel más alto de autosuficiencia, que nació a causa de las necesidades de la vida, pero subsiste
para el vivir bien. De aquí que toda ciudad es por naturaleza, si también lo son las comunidades
primeras. La ciudad es el fin de aquellas, y la naturaleza es fin. En efecto, lo que cada cosa es,
una vez cumplido su desarrollo, decimos que es su naturaleza, así de un hombre, de un caballo o
de una casa. Además, aquello por lo que existe algo y su fin es lo mejor, y la autosuficiencia es,
a la vez, un fin y lo mejor.

De todo es evidente que la ciudad es una de las cosas naturales, y que el hombre es por
naturaleza un animal social, y que el insocial por naturaleza y no por azar es o un ser inferior o
un ser superior al hombre. Como aquel a quien Homero vitupera:

sin tribu, sin ley, sin hogar,

porque el que es tal por naturaleza es también amante de la guerra, como una pieza aislada del
juego de damas.”

Este es un fragmento de la obra Política escrita por Aristóteles. En primer lugar, el autor
sostiene que la ciudad, como la forma más alta de comunidad, surge naturalmente de la
necesidad humana de mantenernos en sociedad. Expone asimismo que esto lo hacemos por
naturaleza, pues la corriente filosófica de Aristóteles es teleológica, y con la búsqueda de la
sociedad conseguiríamos naturalmente alcanzar la felicidad, que es el fin último de los seres
humanos.

Por otro lado, es importante hacer mención al término autosuficiencia (o autarquía) pues
se consigue únicamente en la comunidad política que como fue mencionado anteriormente, se
produce de forma natural. Es así como todas las cosas tienen su propia naturaleza, tienden a su
propio fin.

Por último, se explica que los seres humanos somos seres sociales y que simplemente
los seres inferiores o superiores a nosotros son los que pueden vivir en soledad y esto es así
porque si no estamos en una comunidad política no podríamos alcanzar la autarquía y por lo
tanto no cumpliríamos el fin último de nuestra naturaleza que es ser feliz.

“La razón por la cual el hombre es un ser social, más que cualquier abeja y que
cualquier animal gregario, es evidente: la naturaleza, como decimos, no hace nada en vano, y el
hombre es el único animal que tiene palabra. Pues la voz es signo del dolor y del placer, y por
eso poseen también los de más animales, porque su naturaleza llega hasta tener sensación de
dolor y de placer e indicársela unos a otros. Pero la palabra es manifestar lo conveniente y lo
perjudicial, así como lo justo y lo injusto, y de los demás valores, y la participación comunitaria
de estas cosas constituye la casa y la ciudad.

Por naturaleza, pues, la ciudad es anterior a la casa y a cada uno de nosotros, porque el
todo es necesariamente anterior al parte. En efecto, destruido el todo, ya no habrá ni pie ni
mano, a no ser con nombre equívoco, como se puede decir una mano de piedra: pues tal será
una mano muerta.”
Este es un fragmento de la obra Política escrita por Aristóteles en la que se defiende el
lenguaje como recurso para mantenernos en sociedad. Puesto que podemos comunicarnos entre,
nos podemos compartir el conocimiento que tenemos que es una de las funciones facultativas
que tiene el alma según este autor: la facultad racional. Esta está predeterminada por la
naturaleza de forma que a medida que obtengamos mayor conocimiento más sabio seremos y
por lo tanto más felices, lo cual es el fin último de los seres humanos.

De esta forma, si nos comunicamos entre nosotros nuestro conocimiento aumentará y


así alcanzaremos naturalmente la felicidad.

Por otro lado, la sociedad se ha creado también de manera natural pues no podríamos
vivir solos ya que somos seres sociales por naturaleza.

“Todas las cosas se definen por su función y por sus facultades, de suerte que cuando
estas ya no son tales no se puede decir que las cosas son las mismas, sino del mismo nombre.
Así pues, es evidente que la ciudad es por naturaleza y es anterior al individuo: porque si cada
uno por separado no se basta a sí mismo, se encontrará de manera semejante a las demás partes
en relación con el todo. Y el que no puede vivir en comunidad, o no necesita nada por su propia
suficiencia, no es miembro de la ciudad, sino una bestia o un dios.

En todos existe por naturaleza la tendencia hacia tal comunidad, pero el primero que la
estableció fue la causante de los mayores beneficios. Pues así como el hombre perfecto es el
mejor de los animales, así también apartado de la ley y de la justicia, es el peor de todos.”

Este es un pequeño fragmento de la obra política escrita por Aristóteles en la que se


explica como necesitamos por naturaleza estar en sociedad. Según este autor, el estar en
sociedad es algo que sucede por naturaleza pues no podemos vivir solos a menos que seamos
una bestia o un dios, pues necesitamos de los demás, es decir, la autarquía solo se puede
conseguir a través de una comunidad política con la que finalmente poder alcanzar el fin último
del hombre que es la felicidad.

Por último, se explica que tanto como el hombre perfecto es el mejor de los animales, si
no vivimos en sociedad seríamos el peor de todos ya que no estaríamos siguiendo nuestra propia
naturaleza.

“El texto de Aristóteles resalta la ciudad como una entidad natural primordial que
precede al individuo, pues este depende de la comunidad para satisfacer sus necesidades y
alcanzar su plenitud. Aristóteles sostiene que la función esencial de la ciudad es proporcionar un
entorno donde los individuos puedan vivir en comunidad y buscar el bien común.

Aquellos que no pueden o no desean vivir en comunidad son considerados fuera del
ámbito humano, ya sea como bestias o dioses. Este enfoque resalta la importancia fundamental
de la vida en sociedad para el florecimiento humano y la realización plena de la naturaleza
humana, en consonancia con la idea aristotélica de que el hombre es un “zoon politikon”, un ser
social.”

LUCÍA
2. Explica el significado que tienen en Aristóteles 3 de los siguientes términos:
felicidad, sustancia, potencia-acto, causa (3 puntos. Escoger únicamente 3
términos).

Felicidad:

La felicidad es una “determinada actividad del alma desarrollada conforme a la virtud”,


es decir, es aquello que acompaña a la realización del fin propio de cada ser vivo, que
en el caso de los seres humanos es el desarrollo de las capacidades intelectuales que
conducen a una vida contemplativa y prudente (propia del filósofo), pues la felicidad
tiene que ver con la actividad del alma y en los humanos más concretamente con el alma
intelectual. Es por esto, que a medida que nos acercamos al conocimiento de la realidad
más perfecta obtenemos mayor felicidad y aspiramos a una vida virtuosa. Por otro lado,
Aristóteles era realista pues acepta que para ser feliz se necesita una cantidad moderada
de medios como los bienes externos (un mínimo de nivel económico), bienes del cuerpo
(salud) y bienes del alma (contemplación o sabiduría).

Sustancia:

La sustancia es lo que permanece inalterable a pesar de los cambios que pueda tener, es
decir, el ser individual, concreto, único. Esta se diferencia de los accidentes, que son
todos los cambios o atributos que esta pueda sufrir. Aristóteles diferencia entre la
sustancia primera y la sustancia segunda. La sustancia primera se identifica por ser una
entidad individual dotada de existencia independiente porque en ellas descansan las
otras determinaciones genéricas que les puede sobrevenir, por ejemplo, aquella silla,
una determinada planta o mi perro son las sustancias primeras, ya que pueden
sobrevenir de sillas, plantas o perros. Por el contrario, encontramos la sustancia segunda
que es la especie a la que pertenece esa sustancia primera, es decir, los perros, las
plantas o las sillas. Esta es la forma que tienen la sustancia primera, es decir, aquello
que lo hace que sea lo que es y que no lo haga ser otra cosa.

Causa:

Es el factor o principio de lo que interviene en la producción de un proceso o un cambio


cualquiera. Para entenderlo se distinguen cuatro causas:

• la causa material o aquello de lo que está hecho algo;


• la causa formal o aquello que un objeto es;
• la causa eficiente o aquello que ha producido ese algo;
• y la causa final o aquello para lo que existe ese algo, a lo cual tiende o puede
llegar a ser.

Aristóteles pone el ejemplo de una escultura: si se trata de una escultura del dios Zeus
hecha de bronce por un escultor con la finalidad de embellecer la ciudad, la causa
material es el bronce, la causa formal el ser el dios Zeus, la causa eficiente el escultor, y
la causa final el motivo de su existencia: embellecer la ciudad. Podemos dividir las
causas en:
• intrínsecas como la causa material y la formal, pues estos principios descansan
en el propio ente;
• y extrínsecas como la causa eficiente y la final, pues se trata de principios
exteriores al ente.

3. Relaciona la filosofía de Aristóteles con 3 de las siguientes doctrinas y autores:


Platón, Kant, Hume, Hobbes (3 puntos. Escoger únicamente 3 comparaciones).

Aristóteles-Platón
A pesar de ser Aristóteles discípulo de Platón difiere de él en muchos aspectos, aunque
conserve algunas influencias innegables.

En el plano de la ontología, Aristóteles se desmarca de la visión dualista de su maestro,


pues considera que solo hay un mundo: el sensible. Ambos coinciden en que la ciencia debe
estudiar la esencia de las cosas, aunque se distancia de Platón porque entiende que dicha
esencia no puede estar separada de las cosas mismas (sustancias).

Desde el punto de vista epistemológico, el conocimiento no puede ser fruto del


recuerdo (reminiscencia) ni tampoco de la ascensión puramente racional (dialéctica), según
Aristóteles, sino que el conocimiento comienza con la experiencia sensible y solo después,
mediante la capacidad de abstracción que facilita el entendimiento, conseguimos una idea
universal. En cuanto al origen del conocimiento, Aristóteles opta por la experiencia, tomando
como modelo la biología, mientras que Platón enfatiza la razón como fuente de conocimiento.

En el plano antropológico, Aristóteles difiere igualmente al igual que su maestro ignora


el dualismo platónico para apostar por el monismo aristotélico. Para él el alma es inseparable
del cuerpo y la muerte se lleva consigo el alma. Además, afirma que el alma no tiene
características divinas, solamente es lo que insufla vida a la materia.

En cuanto a la política, Aristóteles se muestra más realista de Platón: parte de un


análisis exhaustivo de las diferentes formas de gobierno existentes en su época, mientras que
Platón es utópico, pues plantea primero la política para luego llevarla a cabo. Aunque ambos
reconocen que el ser humano es político por naturaleza, Aristóteles considera que hay que
estudiar las condiciones concretas para decidir que modelo de gobierno es el más adecuado
mientras que Platón proponía la aristocracia como un Estado ideal, donde cada persona tenía
una función en la sociedad dependiendo de la virtud que dominara en sí mismo.

Aristóteles- Hume:
David Hume y Aristóteles son dos importantes filósofos que han influido en el
pensamiento occidental de diferentes maneras. Aunque el término “empirismo” (conocimiento
que se origina desde la experiencia) haya aparecido en la modernidad (cuando surge Hume)
también se le denomina “empirista” a Aristóteles.

Para comenzar, la teoría ética de Aristóteles es eudemonista y teleológica, es decir, se


basa en los conceptos de felicidad y finalidad, respectivamente. Para Aristóteles, la felicidad es
el fin del hombre y es una actividad del alma y Hume, por otra parte, defendía desde su
emotivismo moral que la moral se fundamenta en la sensación de aprobación o desagrado que se
perciba tras una acción determinada y así el bien y el mal se fundamentan en las emociones, es
decir, si al realizar un acto tenemos una sensación de aprobación, ese acto será bueno, y si la
sensación es de desagrado entonces será malo. Hume no confiaba en la razón para encontrar la
felicidad pues esta solo era capaz de analizarla.

Atendiendo a la epistemología, Aristóteles sostenía que el conocimiento se deriva de la


experiencia y la observación, pero que va más allá de la experiencia. Sin embargo, Hume fue
más lejos y afirmó que todo conocimiento proviene y acaba en la experiencia. Asimismo,
Aristóteles creería que existe una realidad objetiva, mientras que hume, no.

En cuanto a la metafísica, Aristóteles creía en la existencia de entidades inmateriales


como los universales y los seres divinos. Hume, en cambio, sostenía que no podemos conocer
nada más allá de nuestras propias percepciones y que no podemos afirmar la existencia de
nada que no sea una idea o impresión en nuestra mente. Por lo que, el empirismo aristotélico se
basa en la observación de los hechos para llegar a conclusiones, mientras que el empirismo de
Hume sostiene que todo conocimiento proviene de la experiencia, y que la razón no es una
fuente independiente de conocimiento.

En general, podemos decir que ambos filósofos tienen en común una preocupación por
entender la naturaleza humana y su relación con el mundo. Sin embargo, sus perspectivas
son diferentes y pueden ser consideradas como dos enfoques distintos dentro de la filosofía
occidental.

Aristóteles-Kant
Tanto Kant como Aristóteles son figuras fundamentales en la historia de la filosofía,
aunque pertenecientes a contextos y tradiciones diferentes. A pesar de las discrepancias
significativas en sus enfoques filosóficos, existen puntos de convergencia y contraste que
permiten establecer una relación entre ambos pensadores.

En el ámbito ético, Aristóteles postula una ética de la virtud donde la excelencia moral y
la búsqueda de la felicidad (eudaimonia) son centrales. Su ética se basa en la práctica de las
virtudes y el desarrollo del carácter moral. En contraste, Kant propone un enfoque ético
centrado en el deber y la moralidad universal. Para él, la buena voluntad y la intención detrás de
las acciones son fundamentales, independientemente de las consecuencias. Aunque difieren en
sus fundamentos éticos, ambos filósofos comparten un interés por la moralidad y el
comportamiento humano.

En cuanto a la teoría del conocimiento, Aristóteles defiende una epistemología basada


en la observación y la experiencia sensorial. Considera que el conocimiento se adquiere a través
de los sentidos y la experiencia empírica. En contraposición, Kant introduce la noción de los
"juicios sintéticos a priori", argumentando que hay conocimientos independientes de la
experiencia y basados en la estructura de la mente humana. Aunque divergen en sus
concepciones del conocimiento, ambos reconocen la importancia de la razón y la comprensión
del mundo.

En el ámbito metafísico, Aristóteles desarrolla una metafísica basada en las cuatro


causas y la noción de sustancia, postulando la existencia de un primer motor inmóvil como
causa final del movimiento en el universo. Por otro lado, Kant critica la metafísica tradicional y
propone una epistemología centrada en los límites del conocimiento humano. Limita el alcance
del conocimiento a lo que él llama el "fenómeno", la realidad tal como se nos aparece, dejando
de lado el "noumeno", la realidad en sí misma. A pesar de estas diferencias, ambos abordan
cuestiones metafísicas y ontológicas, aunque desde perspectivas distintas.

En resumen, Kant y Aristóteles ofrecen distintas visiones sobre la ética, la teoría del
conocimiento y la metafísica. Aunque sus enfoques difieren en muchos aspectos, el estudio
comparativo de sus obras permite comprender mejor las complejidades del pensamiento
filosófico y las diferentes maneras de abordar las cuestiones fundamentales de la existencia
humana.

4. Realiza una disertación sobre alguno de los temas planteados en las diferentes
épocas (2 puntos).

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