El Ayuno Bíblico

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El ayuno bíblico es una disciplina espiritual que fue fomentada por Jesús Mismo

mientras estuvo en la tierra. Cuando le preguntaron por qué los Fariseos y los
discípulos de Juan el Bautista ayunaban, mientras que los de Jesús no lo hacían,
Jesús respondió: "¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el
esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y
entonces ayunarán (Mateo 9:15).

Jesús estaba indicando que el ayuno se volvería una necesidad cuando el esposo
(Jesús) fuera quitado. El ayuno también debe ser hecho con una actitud de humildad.
No es necesario que otros sepan que estamos ayunando; está dirigido a Dios. "Pero
tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que
ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público" (Mateo 6:17-18).
Cuando ayunamos, estamos dispuestos a:
(1) privar al cuerpo de alimento
(2) y del gusto placentero de la comida

Los cristianos, con la ayuda del Espíritu, ejercitando nuestra vida espiritual con mucha
oración, meditación, y el estudio de la Palabra de Dios. Adicionalmente a todas estas
herramientas que Dios nos ha dado también debe emplearse la disciplina de
humillación del ayuno para estar mas sensibles a las cosas espirituales; Cuando mas
gusto le damos a la carne, y esto incluye la comida y el placer de esta, menos
sensibles estamos a las cosas de Dios.
Dice la palabra: “humillaos en la presencia del señor, y el os exaltará”
El ayuno bíblico nos lleva a una unión más íntima con Dios. Él ha prometido acercarse
a nosotros. Esta es una certidumbre espiritual. A medida que nosotros decrecemos, el
Espíritu crece. Somos fortalecidos y renovados como individuos. . . .
A este tipo de humillación (ayuno, oración, abstinencias de la carne) se refiere la
palabra cuando dice; “Aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el
interior no obstante se renueva de día en día" (2da de Corintios 4:16).
A diferencia de la cultura que traemos de la religión popular creyendo que se trata de
“sacrificar” la carne, osea, pensamos que hay que sufrir por Cristo…NO! Ahora los
cristianos sabemos que se trata de una plena y mejor comunión con Dios, mientras
mas limitamos nuestra carne, mas esta sensible el espíritu para crecer y conocer a
Dios y su voluntad para nuestra vida.
Por otro lado, el ayuno biblico registra de un dia y hasta 40 dias. El menor (1 dia) se
trata de abstenerse de 3 comidas. Hay casos que es total y otros donde se puede
tomar agua natural con medida.
Tambien se registra el ayuno de Daniel que fue de 3 semanas (21 dias) y este consiste
en una dieta donde sacrificamos el placer y gusto por la comida tomando alimentos
únicamente necesarios, muy limpios y sanos que nos ayudaran también a estar más
dispuestos para una más profunda conexión espiritual, una relación más íntima con
Dios, al tiempo que libera al cuerpo físico de alimentos y bebidas no naturales y auto-
gratificantes hasta descubrimos en este ayuno una purificación de nuestro cuerpo
también.
Los lineamientos básicos del Ayuno Daniel incluyen comer:

 • Frutas, nueces
 • vegetales
 • beber sólo agua (para eliminar toxinas) Algunos dicen que pueden
incluirse jugos de frutas naturales si no contienen conservantes,
azúcares, etc., pero incluso esos jugos deben estar muy limitados. El
Café y el té no están permitidos.

El Ayuno de Daniel debe eliminar todas las carnes, los dulces, las papas fritas
o pasapalos, el pan, y las comidas fritas. Los panes contienen levadura, polvo
de hornear etcétera; ésos son agentes leudantes y deben evitarse.
Para ayunar es importante prepararse; escoger un tiempo que no vamos a trabajar ni
hacer otras actividades que no sean espirituales; (excepto el de Daniel) también hay
que orar antes para que Dios nos prepare y tome control de nuestro cuerpo y mente
y espíritu; es un tiempo para estar con Dios, no para sufrir, es un tiempo para
conocer su voluntad y no para querer que el haga la nuestra; es un tiempo para
crecer como adoradores y no para pedir conforme a nuestros deleites.

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