Apego SolisObispo Jorge

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APEGO PARENTAL EN

ADOLESCENTES: ANÁLISIS DESDE EL


ENFOQUE PSICOSOCIAL DEL 2015-
2020

TESIS PARA OPTAR EL TÍTULO DE


LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

JORGE LUIS SOLIS OBISPO

LIMA-PERÚ

2022
MIEMBROS DEL JURADO

Dra. Elizabeth Dany Araujo Robles


Presidente

Mag. Victoria de Jesús Vigo Fernández-Prada


Vocal

Lic. Norma Gisella Díaz Arana


Secretaria
ASESOR DE TESIS

Lic. Giuliana Salazar Álvarez


DEDICATORIA

A mi madre, por sus enseñanzas, consejos y apoyo incondicional.


A mis queridos abuelos, en donde estén, Eloy y Paula, por ser inspiración de la
constancia hacia mis metas.
A mis tíos, Héctor y Aníbal, por su preocupación y acompañamiento permanente.
Y a mis amigos y amigas universitarias, por las aventuras, complicidades y la
motivación infaltable cuando las dificultades aparecían.
AGRADECIMIENTOS

Al Programa Nacional de Becas por la oportunidad de acceder a educación


superior en una de las mejores universidades del Perú. A los docentes presentes en
mi formación profesional, cada uno dejó más que una lección teórica, dejaron
ejemplos de buenos profesionales. A los voluntariados de los que formé parte
durante mi etapa universitaria: OCASO y AYSIRI, porque me permitieron
acercarme más a esta hermosa profesión y reconocerme como ser humano.
TABLA DE CONTENIDO

RESUMEN
ABSTRACT
1. INTRODUCCIÓN 1
2. ANÁLISIS DEL ESTADO DEL ARTE 5
2.1. 5
2.2. 17
2.2.1. Enfoque metodológico cuantitativo en el estudio del apego parental
en adolescentes 18
2.2.2. Enfoque metodológico cualitativo 22
2.2.3. Instrumentos para evaluación del apego 23
2.3. 31
2.3.1. Nacionales 31
2.3.2. Internacionales 33
2.4. 57
2.5. 61
CONCLUSIONES 64
REFERENCIAS 69
RESUMEN

En este estudio se esquematiza las principales propuestas teóricas acerca del apego;

es decir, las de Jhon Bowlby, Mary Ainsworth y Mary Main, de las cuales

convergen los estilos seguro e inseguro. Asimismo, se indagó sobre los principales

problemas que surgen en la adolescencia, de los que resaltan: la ansiedad, la

depresión y la ideación suicida. A partir de ello, se acercan la perspectiva

psicológica y social a la realidad de la población analizada, generando

conocimiento cohesionado de ambos focos. Por este motivo se emplearon las bases

de datos Redalyc, Scielo, Dialnet y ProQuest, en las cuales se buscaron artículos

producidos entre el 2015 – 2020 que contemplen como unidad de análisis a la

población adolescente, su foco temático sea el apego parental y haya sido producido

en una muestra latinoamericana. Se hallaron 21 investigaciones que cumplían

dichos requisitos. Los resultados señalan que el apego parental impacta

significativamente en la etapa adolescente, de acuerdo al estilo desarrollado en la

infancia habrá mayores o menores predisposiciones a generar trastornos o

sintomatologías vinculadas al estado psicológico (ansioso, depresivo, tendencia

suicida y adictivo) y las relaciones sociales (interpersonales y de pareja).

PALABRAS CLAVE: Apego parental, adolescencia, enfoque psicosocial


ABSTRACT

This study outlines the main theoretical proposals about attachment. That is, those

of John Bowlby, Mary Ainsworth and Mary Main, of which the secure attachment

and insecure attachment converge. Likewise, the main problems that arise in

adolescence were investigated, of which the following stand out: anxiety,

depression and suicidal ideation. From this, the psychological and social

perspectives approach the reality of the analyzed population, generanting cohesive

knowledge of both focuses. For this, the Redalyc, Scielo, Dialent and ProQuest

databases were used. In which articles produced between 2015-2020 were searched,

which contemplate the adolescent population as the unit of analysis, their thematic

focus is parental attachment and there are produced in a Latin American sample. 22

investigations were found that met theses requirements. The results indicate that

parental attachment has a significant impact on the adolescent stage, according to

the style developed in childhood, there will be greater or lesser predispositions to

generate disorders or symptoms linked to the psychological state (anxious,

depressive, suicidal and addictive tendency) and relationship (interpersonal and

couple).

KEYWORDS: Parental attachment, adolescence, psychosocial approach


1. INTRODUCCIÓN

El desarrollo humano está asociado a muchos y diferentes factores,

siendo una de las principales influencias el entorno familiar, debido a que el

tipo de interacción que se vivencia en este espacio puede afectar en

dimensiones humanas, como la afectiva, cognitiva o social, durante el

desarrollo vital (Horno, 2014). Dentro de dicho espacio, la figura de los

cuidadores tiene un gran impacto sobre las primeras experiencias, los

esquemas tempranos, e incluso las percepciones que la persona estructurará

en el futuro. Es con ellos con quienes se generan vínculos emocionales

elementales, de los que se esperan, sean de protección y seguridad; lo cual

engloba al apego parental (Burutxaga, et al., 2018).

El apego es aquel vínculo o relación emocional generada entre un

infante y su cuidador, donde el primero espera seguridad del segundo

mediante la atención a sus necesidades y el restablecimiento de la tranquilidad

luego de un episodio estresante o que represente peligro para el niño (Bowlby,

2009 citado por Páez y Rovella, 2019). Estas relaciones primarias con los

cuidadores representan episodios significativos durante el crecimiento,

siendo dicho vínculo un factor predictor del bienestar psicológico en futuras

etapas, principalmente la adolescencia. Asimismo, logra impactar en las

dimensiones académica y social, durante dicho periodo (Gorostiaga et al.,

2017).

Si bien el estudio del apego parental está vinculado generalmente a la

etapa infantil, hay evidencia de afectación de la adolescencia por dicha

1
variable (Chávez y Vinces, 2019). Ese ciclo es concebido como uno de los

más críticos del desarrollo humano, dado que conlleva a una serie de cambios

generales que afectan de manera multidimensional: biológica, cognitiva,

psicológica, emocional y socialmente (Papalia, et al., 2009). En este sentido,

las variaciones o conflictos principales están vinculados a cambios físicos, los

que influyen en la autovaloración e imagen personal; los psicoafectivos

asociados a la inestabilidad emocional constante y la búsqueda de expresión

de las mismas; también se dan los cambios conductuales, reflejados en

acciones para alcanzar independencia y autonomía; los conflictos familiares,

donde se da el enfrentamiento entre la búsqueda de diálogo desde los padres

y la negativa constante de los adolescentes. Desde ello se presume que la

comunicación familiar y la convivencia en sí es un ámbito afectado

significativamente durante esta etapa (Fernández, 2014).

Aunque esta secuencia de conflictos puede contemplarse como

esperados en la adolescencia, existen probabilidades de que surja un escenario

con conductas de mayor intensidad como las antisociales. Estas mantienen un

origen relacionado a diferentes factores de la dinámica familiar, como son las

relaciones de violencia o maltrato por los padres o figuras cuidadoras (Rivera

y Cahuana, 2016).

De acuerdo con lo señalado, Saavedra, et al. (2018) mencionan que en

una muestra de adolescentes limeños se evidencia cercanía a las conductas

disociales; las cuales se ven reflejadas en tendencias a conductas delictivas,

permisividad frente a manifestaciones de psicopatía (actos de robos o su

2
justificación) y alta frecuencia del uso de mentiras. Estas situaciones

representan un riesgo para los mismos adolescentes e incluso para el entorno

que los rodea, ya que considerando la lógica relacional las cogniciones

erradas y/o conflictivas pueden alterar la dinámica de convivencia en

sociedad. (Hernanz y Gonzales, 2017).

En consecuencia, el presente estudio buscó principalmente analizar

las implicancias psicosociales del apego parental en la adolescencia. Además,

concentra esfuerzos en explicar los principales conflictos psicosociales que

acontecen en la adolescencia, describir los cambios en el apego parental ante

el confinamiento social por la pandemia de Covid-19 y exponer las

características del apego en el contexto sociocultural peruano.

Por lo tanto, el presente trabajo sigue el formato de estudio

documental en forma de estado del arte; el cual se desarrolla mediante la

búsqueda de estudios producidos entre el 2015 y el 2020, considerando solo

aquellos de origen latinoamericano e hispanohablante que se centren en

indagar a la población adolescente y sus aspectos psicológicos y sociales en

relación con el fenómeno del apego parental.

La razón de estos propósitos se debe a que el apego parental ha sido

poco estudiado en la población adolescente, difiriendo del énfasis abocado en

el estudio con la población infantil (Barajas, 2016). Además, es necesario

conocer la situación académica actual del tema, considerando que después del

estudio realizado por Morán y Martínez (2019) donde analizaron los alcances

del apego hasta el 2015, no existe revisión que documente los avances en el

3
conocimiento del apego parental en adolescentes. Asimismo, en el Perú,

debido a que la producción científica de este fenómeno es mínima se requiere

relacionar los alcances hallados al contexto del país.

Acorde con lo desarrollado en las líneas anteriores, se consideran los

datos del estudio epidemiológico de salud mental en Lima Metropolitana y

Callao del 2012, debido a que muestran cifras preocupantes sobre las

conductas disociales, conductas suicidas y tendencia a la violencia en

adolescentes (Saavedra, et al., 2013). Todo esto sumado a la preocupación

por los estresores psicosociales que manifiestan presencia de factores de

riesgo para la salud en la población adolescente, tanto mental como física

(Saavedra, et al., 2018). Además, dicha data proyecta inquietud sobre las

causas de estos fenómenos y, sobre todo, de las propuestas preventivas que

se puedan ejecutar a beneficio de la sociedad.

Es así como el análisis de la implicancia del apego en la adolescencia

sobre el ámbito psicosocial permitirá conocer nuevos caminos por el cual se

propongan intervenciones que promuevan el sano apego parental en el

ambiente familiar; a través de las cuales se realicen acciones a favor de la

salud, el bienestar psicológico y calidad de vida de los adolescentes, y en

general del bien común. Esto representaría un avance hacia el desarrollo de

mejores adolescentes, lo cual podría decantar también en mejores ciudadanos,

y en consecuencia, en la construcción de una mejor sociedad.

4
2. ANÁLISIS DEL ESTADO DEL ARTE

2.1. Conceptualización y alcance del apego parental en adolescentes

y el enfoque psicosocial para su análisis

El apego parental es la relación emocional entre un infante y su

cuidador, donde el primero espera protección y respuesta del segundo. Esta

no se limita al espacio físico en el que interactúan los involucrados, sino

conlleva la interiorización de la disponibilidad permanente del cuidador para

el infante; es decir, el niño o niña interioriza la disposición de respuesta

emocional del cuidador, el cual corresponde a las necesidades emocionales

además de físicas (Bowlby, 1988, 1989 citado por Burutxaga, et al., 2018).

Los aspectos generales y actuales del apego resultan en dos tipos, cada uno

con características propias.

Primero, el apego seguro. Este se entiende como “saludable” para el

niño, y en general para el desarrollo humano. Ocurre en situaciones donde la

figura cuidadora atiende de manera pertinente y oportuna a las necesidades

del menor a su cuidado. Además, conlleva receptividad, disponibilidad,

calidez y conexión emocional entre ambos individuos. En este caso, el infante

al cuidado logra entender la disponibilidad de su cuidador y por lo tanto no

presenta mayores angustias ante la aparición de necesidades o situaciones de

peligro (Botella, 2015, citado por Dávila, 2015). El apego seguro presenta

diversas características, entre las que sobresalen las siguientes:

- Favorece el desarrollo de patrones de autoseguridad y confianza.

- Muestra afectividad en sus conductas verbales y no verbales.

5
- Receptividad y alegría ante los reencuentros con la figura del

cuidador.

- Inicia interacciones nuevas y mantiene apertura a situaciones de

juego.

- Conserva adecuada disposición a las reglas y normas.

Segundo, el apego inseguro. Comprende relaciones poco cercanas o

mayormente distantes entre el infante y la figura del cuidador. En sus subtipos

se presentan características tanto homogéneas como diferenciales; sin

embargo, el común resaltante de este tipo de apego es la incidencia de

conflictos con que está asociado, los cuales aparecen a lo largo de las etapas

de desarrollo (Chamorro, 2012).

a) Apego inseguro-evitativo: este tipo de apego es aquel donde las

relaciones entre el niño y su cuidador experimentan separaciones

inadecuadas, forzadas o hasta agresivas. El infante suele presentar

desconfianza en la receptividad del cuidador y desinterés por un

próximo reencuentro con dicha figura. Algunas de las características

de este tipo de apego, son:

- Evita el contacto físico y emocional con la figura de apego.

- Se aleja y evita el contacto comunicativo.

- Evita implicarse en situaciones de juego con su cuidador y

extraños.

- Evita la interacción con personas nuevas o desconocidas.

- Escasa o nula ansiedad por separación con su cuidador.

6
b) Apego inseguro-ambivalente: se perciben en el menor muestras de

ansiedad tras la separación de su figura cuidadora. Además, se

observan exageradas formas de asegurar muestras de afecto. Respecto

a la figura cuidadora, es de presencia inconsistente; lo que quiere decir

que no está disponible siempre. Las principales características del

apego ambivalente son:

- Exploración pasiva al medio/entorno y del acercamiento a la

figura cuidadora.

- Denotada dependencia y ausencia de autonomía.

- Percepción hacia el cuidador como no disponible o impredecible.

- Comportamientos coléricos, indefensos, vigilantes y

ambivalentes.

- Comportamiento de aproximación y rechazo hacia el cuidador.

- Difícil aceptación de normas y reglas.

c) Apego inseguro-desorientado: es poco considerado por los autores,

debido a que su abordaje es relativamente nuevo. Este apego señala la

presencia de un cuidador con conductas abusivas y agresivas hacia el

menor, las cuales son impredecibles y de difícil comprensión.

Asimismo, se asocia a psicopatologías en el cuidador. Algunas de las

características de este apego son:

- Ausencia de estrategias o inconsistencia de respuesta frente al

estrés.

- Expresiones incompletas o mal dirigidas (emocionales o físicas).

- Búsqueda de proximidad seguida de evitación.

7
- Constante expresión de confusión y temeridad hacia el cuidador.

- Expresiones de aturdimiento, depresión y/o apatía.

- Posición hipervigilante a su entorno.

Respecto a las posiciones teóricas del apego, se encuentran diferentes

posturas. Para John Bowlby, considerado como el padre de la teoría del

apego, las relaciones objetales primarias experimentadas en la infancia

requieren ser emocionalmente seguras; esto para formar adecuados modelos

operativos internos, los cuales están inmersos en la comprensión de las

interacciones que la persona experimente en el futuro, así como de las que

tuvo en el pasado (Bowlby, 1989, citado por Burutxaga, et al., 2018).

Del mismo modo se contempla que la formación del apego no se

limita a la asistencia alimentaria, sino que se valora la forma de respuesta del

cuidador primario; aunque sin dejar de lado la de los cuidadores secundarios

(Bowlby, 2009). La unidad de interés en la relación de apego es el sistema

conductual del infante, ya que mediante este se podrá perfilar como seguro o

no.

Por otro lado, Mary Ainsworth aportó en los planteamientos de

Bowlby en la medida que además de trabajar en el aspecto teórico del apego,

buscó generar conocimientos empíricos respecto a la variable. La autora

postula que los patrones de comunicación entre el infante y el cuidador serán

el componente más importante para el desarrollo del apego (Wallin, 2007,

citado por Buruchaga, 2018). Asimismo, formula un instrumento de medición

para las relaciones de apego conocido como “situación extraña”. Esta

8
herramienta plantea una situación de laboratorio controlada, donde el infante

y su cuidador es ingresado a un ambiente en el cual son acompañados por un

agente extraño; posteriormente la figura cuidadora abandona el espacio

dejando al infante. Pasado un tiempo, dicha figura regresa al ambiente y se

evalúa la reacción del infante (Chávez y Vinces, 2019). A partir de este

experimento se generó la clasificación por tipo de apego: el seguro e inseguro;

donde este último contiene al inseguro evitativo, inseguro preocupado e

inseguro desorganizado, lo que se suma al planteamiento propuesto

inicialmente (Buruchaga, 2018; Chávez y Vinces, 2019).

A su vez, Mary Main ofrece propuestas en base a los aportes de

Bowlby y Ainsworth, pero contemplando nuevos enfoques. Main propone el

estudio del apego dirigido a las representaciones mentales e interiorización

de apego de la relación emocional; es decir, desplaza el análisis de la conducta

observable a las percepciones. Este planteamiento surge de la crítica a la

“situación extraña” de Ainsworth (Wallin, 2007, citado por Buruchaga,

2018).

La autora suma al estudio del apego el planteamiento de la “entrevista

de apego adulto (AAI)”, buscando medir aquellas representaciones vinculares

del adulto, tanto en sus pasadas experiencias como en su estado actual; es

decir, el AAI “mide el estado mental con respecto al apego” (Wallin, 2007,

p. 28 citado por Burruchaga, 2018, p. 42). La autora plantea que son las

narrativas obtenidas a través de la aplicación de su instrumento las que

permiten conocer aquel estado de la variable; este estado se conoce mediante

9
el análisis del sentido y coherencia del relato (Main, 1985, citado por

Buruchaga, 2018), de manera que las propuestas de la autora esbozan bases

para estudios teóricos y empíricos del apego parental.

Dentro del desarrollo humano, la adolescencia oscila entre los 11-20

años (Papalia et al., 2009) e implica diferentes modificaciones en los campos,

biológicos, cognitivos, emocionales, psicológicos y sociales de la persona.

Estos dos últimos están vinculados a la definición de la identidad, las nuevas

formas relacionales, el ejercicio de nuevos roles y su posicionamiento en

grupos sociales, tales como familia, escuela, amigos, entre otros (Benarouz y

Mazet, 2020; Persano, 2018).

Si bien esta etapa es percibida como la más crítica del desarrollo

humano, también se debe considerar que la forma en la que se desarrolla es

influida por distintos aspectos, entre ellos, el apego. Este podría estar

conectado a la incidencia de patologías, estilos de habilidades sociales,

habilidades emocionales y hasta la contemplación del propósito vital en la

adolescencia (Guzmán, 2017; Martín, et al., 2019; Páez y Rovella, 2019;

Pinto, et al., 2018). Bajo esa misma línea, a continuación se detallan algunos

de los principales problemas y conflictos psicológicos manifestados en la

adolescencia.

En primer lugar, diversos estudios señalan a la ansiedad como uno de

los principales problemas en la población adolescente. Se debe agregar que

parece presentarse con mayor regularidad en edades más tempranas (Barajas,

2016). Aquella es entendida como una respuesta adaptativa, que se encarga

10
de advertir y activar al individuo ante situaciones estresantes, peligrosas o

inciertas, de modo que se salvaguarde el bienestar. Sin embargo, tras

apariciones desproporcionadas esto se puede volver aún más conflictivo en la

vida del adolescente. En suma, cuando los estados de ansiedad se vuelven

permanentes en el tiempo y son exagerados respecto a la situación real, se

puede hablar de un trastorno de ansiedad (Espinosa, et al., 2019).

Al asociar la ansiedad con la población adolescente, se encuentra que

puede significar el antecedente para mayores patologías que aparecen en la

etapa adulta. Además, no es usual que este grupo etario dé una adecuada

importancia a este tipo de sintomatología; mas bien, mantienen la idea de que

es algo temporal o que ellos lo pueden controlar solos. Sin embargo, los

impactos negativos no son sutiles y suelen repercutir en ámbitos como el

académico, social o de ocio, y familiar (Ezpeleta, et al., 2001, citado por

Espinosa, et al., 2019).

En segundo lugar está la depresión, aunque su relevancia lo ubica en

igual importancia que la ansiedad. Estos casos demandan especial atención

para el diagnóstico por parte de los especialistas, de manera que se deben dar

exploraciones sistemáticas en cada caso para su abordaje adecuado (Levy,

2019 en Manual MSD). En la adolescencia este trastorno se muestra a través

de cambios abruptos en los estados de ánimo, los cuales son asociados a la

irritabilidad. Esta se manifiesta a través de oposicionismo, conductas de

riesgo y agresividad. Dichos cambios alteran problemáticamente sus

interacciones en el ámbito académico, social y familiar. Otras de las muestras

11
de depresión en la adolescencia son las alteraciones en rutinas como el sueño,

la alimentación y el apetito, continua distractibilidad, reducción de la energía

e interés sobre actividades que antes le solían interesar (Voltas y Canals,

2019).

El diagnóstico y tratamiento de esta psicopatología en la etapa

adolescente exigen de trabajo multidisciplinario, donde la medicina,

psicología, psiquiatría, docencia y familiares estén involucrados. Por otro

lado, las consecuencias de la depresión también representan un amplio

campo, puesto que pasan de generar conflictos en el rendimiento académico,

alterar las relaciones familiares y sociales, hasta perjudicar la funcionalidad

de la sociedad en la que el adolescente interactúa (Voltas y Canals, 2019).

En tercer lugar se encuentra el suicidio, que es entendido como “el

acto deliberado de quitarse la propia vida”; además, comprende situaciones

de autolesiones y muerte. En la adolescencia destaca la incidencia de ideación

suicida como problema central; no obstante, el intento sigue siendo centro de

preocupación (Levy, 2019 en Manual MSD). El suicidio es considerado un

tema de salud pública con grandes consecuencias negativas y se encuentra

entre las principales causas de muerte en el mundo. Asimismo, la sociedad

suele percibir este fenómeno como infrecuente en la adolescencia, cuando es

todo lo contrario. Las situaciones propias de esa etapa, como conflictos

emocionales, procesos de adaptación, demandas familiares, presiones

sociales, formación de identidad, entre otros, los hacen un grupo vulnerable a

tomar decisiones mortales (Castelvi y Piqueras, 2019).

12
En cuarto lugar se encuentran los conflictos relacionados a la salud

sexual y reproductiva. Dicho ámbito se torna un problema tras la aparición de

conductas sexuales de riesgo, las cuales desembocan en embarazos no

deseados y/o contagio de enfermedades de transmisión sexual. Estas

situaciones generan un impacto negativo para la situación académica, el

desarrollo personal y hasta la situación económica de los adolescentes. Se

conoce que la falta de comunicación con los padres sobre temas de

sexualidad, con la pareja y el desconocimiento de métodos anticonceptivos

son las principales causantes de dicha problemática; más aun en sociedades

que todavía contemplan estos temas como tabú (Barajas, 2016).

En último lugar, se encuentran los problemas de adicciones y/o

consumo de sustancias adictivas. Esto coincide con la premisa de que en la

etapa adolescente es donde mayores conductas de riesgo se realizan; algunas

influidas por la presión social, pero otras como consecuencias de conflictos

en la biografía del adolescente, sea en el ámbito familiar, académico o

personal (Diaz, et al., 2019). Las principales drogas consumidas en la

adolescencia son el alcohol, el tabaco, la marihuana y los inhalantes. En el

caso de estas, en la mayoría de los casos sus consumidores suelen desconocer

los efectos. (Loor, et al., 2018). Es importante mencionar que las adicciones

en esta edad no solo se dan a sustancias, sino también en conductas como las

de consumo de internet, videojuegos o redes sociales; las que podrían

desencadenar iguales o mayores consecuencias que las primeras adicciones

descritas anteriormente (Gómez y Galvete, 2019).

13
Por otro lado, desde marzo del 2020 el mundo atraviesa una pandemia

a causa del Covid-19. Este virus provoca una serie de síntomas similares a

una gripe común, pero de efectos mucho más nocivos e incluso mortales. Esta

situación obligó a las autoridades gubernamentales a implementar el

confinamiento social obligatorio como medida sanitaria para detener y

disminuir el contagio de dicha enfermedad; como consecuencia, todas las

personas debían situarse permanentemente en sus domicilios, en algunos

casos solos y en otros con sus familias (Sánchez, et al., 2020).

Las consecuencias de dichos cambios en el estilo de convivencia se

dieron en distintos planos: laboral, académico y familiar. Justamente este

último es el protagonista de las principales alteraciones psicológicas,

emocionales, conductuales y/o sociales (Conejo, et al. 2020). Desde el inicio

del confinamiento, dentro de la convivencia familiar se han alterado roles;

como el aumento de funciones en el caso de los padres. Además, se perdieron

redes de apoyo propios de ese círculo (por fallecimientos o mudanza); así

como también surgieron sensaciones frecuentes de miedo y tristeza en el caso

de los niños, esto como respuesta a las situaciones impredecibles durante el

desarrollo de la pandemia (Etchebehere, et al., 2021).

Asimismo, situaciones de crisis como la pandemia suelen

desencadenar, dentro de las relaciones vinculares de familia, alteraciones

conductuales como la irritabilidad, agitación, temor de conocer detalles sobre

la crisis (se vuelve tema central de conversación), deseo incrementado de

involucrarse en los cuidados de miembros significativos de la familia; esto

14
principalmente en niños y adolescentes. Mientras que principalmente en los

niños, se presenta temor a que otros familiares se enfermen o fallezcan;

además de generar relaciones sobrevinculantes a los padres (Linhares y

Enumo, 2020). Estos mismos autores señalan que el estatus socioeconómico

de las familias será determinante en el afrontamiento del confinamiento; es

decir, las de mayores recursos atravesarían mínimas situaciones de conflictos

dado que las necesidades básicas se ven cubiertas adecuadamente y no se

generan expectativas negativas. En cambio, las de menor estatus

experimentarían incremento de necesidades y con ello mayores alteraciones

dentro de la convivencia y las relaciones familiares, ya que el panorama se

torna desalentador y angustiante por mantener los requerimientos mínimos

dentro del círculo familiar.

Continuando con esta misma línea, en el plano nacional, al 2020 el

30.1% de la población peruana se vio afectada por la pobreza, equivalente al

aumento de 9.9% respecto al año anterior (INEI, 2021). En cuanto a la

pobreza extrema, esta alcanzó a 5.1% de peruanos, lo cual representa el

aumento de 2.2% en comparación del 2019. Este panorama permite intuir la

existencia de afectación en la convivencia y relaciones vinculares en los

núcleos familiares peruanos.

La serie de alteraciones en la convivencia familiar implican posibles

cambios en los vínculos de apego, los cuales se caracterizan por gestarse en

las interacciones físicas con trasfondo emocional, por este motivo, si bien no

existen aún estudios que precisen las consecuencias de la pandemia por

15
Covid-19 en dicho ámbito, esto permite estructurar ideas al respecto sobre

cuáles serán los efectos del cambio de dinámica por confinamiento social.

En congruencia con lo descrito sobre los conflictos surgidos en la

adolescencia, se entiende que las formas de comprenderlos se han dado

prioritariamente desde la perspectiva clínica; sin embargo, Morán y Martínez

(2019) señalan que el estudio del apego en adolescentes requiere un

acercamiento al campo social, debido a que la tendencia de explorar el aspecto

psicológico individual demanda ser complementada. Es así como la sinergia

de ambos campos resulta en el empleo del enfoque psicosocial; desde el cual

se estructuren conclusiones que valoren la individualidad del adolescente, así

como su rol dentro de la sociedad.

Por consiguiente, resulta atinado consultar al enfoque psicosocial; el

cual desde su origen ha generado diversos debates para alcanzar la claridad y

exactitud de su propuesta de intervención. Si bien hasta ahora se siguen dando

este tipo de análisis, existen planteamientos comunes que definen a lo

psicosocial como aquella interacción entre el campo psíquico-interno y

social-externo; en la cual se comprenden situaciones históricas,

sociopolíticas, económicas, entre otros (Pavón y Orozco, 2016). Otro detalle

del trabajo desde este enfoque es el ejercicio teórico-práctico mediante la

multidisciplinariedad y transdisciplinariedad; esto proyectado en el amplio

campo de intervención que se visualiza desde dicho enfoque (Pavón y

Orozco, 2016).

16
Es entonces que, para este enfoque los problemas o malestares que

afectan a las personas pueden ser explicados y atendidos desde la

comprensión de su entorno social y la forma en la que interactúan con este,

pero sin descuidar el estado psíquico; sobre todo, valorando y comprendiendo

lo que sucede en él. Dicho de otra manera, supera el dualismo propuesto por

las ciencias modernas y se acerca a las relaciones interdependientes entre

ambos espacios: psíquico y social (Frosh, 2003 citado por Quintana, et al.,

2018).

Por lo tanto, el presente estado del arte abarca el estudio de la

población adolescente, independientemente del sexo. Además, se considera

al enfoque psicosocial como elemento guía dentro del análisis que se realizó

posteriormente como medio para las conclusiones del trabajo. Se consideran

los años del 2015 al 2020 como rango de tiempo para la búsqueda de artículos;

así como también se contempló la producción científica de zonas

hispanohablantes y angloparlantes, en vista de que resultan ser las principales.

2.2. Métodos de estudio del apego parental en adolescentes

De acuerdo con Guzmán et al. (2016), el apego parental tiene dos

vertientes de estudio. Por un lado, en sus inicios, su forma de análisis se centró

en el uso de entrevistas; mediante las cuales se evaluaban las

representaciones, además de coherencias de la descripción de las experiencias

de apego pasadas. Por otra parte, en cercanía a la psicología evolutiva, las

indagaciones sobre el apego fueron centradas en las cogniciones, conductas y

sentimientos acerca de los vínculos actuales. Este método se traduce

17
principalmente en cuestionarios de autoreporte. Es justamente esta forma de

estudio la que será desarrollada con mayor precisión más adelante.

Asimismo, en los estudios revisados sobre el apego parental en

adolescentes se observó el uso de metodologías cuantitativa y cualitativa. La

primera, bajo el diseño correlacional; es la más empleada por los autores de

los artículos revisados, dejando de lado el enfoque cualitativo. En cuanto al

método empleado en este estudio, la búsqueda de artículos se realizó en las

bases de datos: Redalyc, Scielo, Dialnet y ProQuest. Durante la exploración

de estudios se emplearon los términos “apego parental”, “vínculo parental”,

“adolescencia”, “social”, “psicológico” y “psicosocial”.

A partir de esta búsqueda, se hallaron 87 estudios que cumplían con

emplear dichos términos; sin embargo, las investigaciones finalmente

seleccionadas fueron las que cumplieron con tener a adolescentes como parte

o total de la muestra estudiada o señalar que el enfoque evaluador se dirige a

personas dentro del rango de 11 a 20 años. Además, debían asociar el estudio

del apego parental a alguna variable, sea psicológica, clínica o social; haber

sido producida entre el 2015 y 2020; y ser de idioma español, inglés o

portugués. Como resultado se obtuvieron 21 artículos, los cuales fueron

analizados y sirvieron de insumo para las conclusiones y reflexiones finales.

2.2.1. Enfoque metodológico cuantitativo en el estudio del apego


parental en adolescentes

Este enfoque busca medir las variables o fenómenos a investigar

(Hernández, et al. 2014). En el caso de los estudios revisados que cumplen

18
con los criterios propuestos, los presentados a continuación han empleado

este enfoque bajo el diseño descriptivo-correlacional en su totalidad.

Autores como Páez y Rovella (2015) hacen uso de este enfoque y

diseño, ya que buscaron conocer las relaciones entre el apego parental; los

estilos parentales, referidos a las pautas de crianza; y la empatía de los

adolescentes, en las dimensiones afectivas y cognitivas. Otros autores que

siguen esta línea y con interés hacia el campo interpersonal son Balabanian et

al. (2015), quienes realizaron mediciones y asociaciones del apego percibido

y la conducta prosocial en una muestra de adolescentes argentinos.

De igual manera, otros autores que emplearon el diseño descriptivo-

correlacional son Suarez y Campos (2019). Dichos investigadores exploraron

los componentes del apego parental como la comunicación, confianza y

alienación; para luego comprobar su relación con ideación suicida en una

muestra de adolescentes colombianos.

El campo de las psicopatologías también ha sido indagado con este

enfoque. Gutiérrez et al. (2017) midieron y describieron los síntomas,

actitudes, conductas, y constructos psicológicos y clínicos asociados a los

trastornos alimenticios; así como las dificultades vinculadas a la regulación

emocional y al apego según su tipo. Otro campo patológico estudiado con el

enfoque cuantitativo es la ideación suicida, en el cual Moral y Quintana

(2018) exploraron y asociaron las relaciones paternas y el apego a los pares

como posibles factores predictores de la ideación, y con ello el riesgo suicida

en adolescentes. De manera semejante, Pinto et al. (2018) también emplearon

19
este enfoque, puesto que describieron la sintomatología psicopatológica

encontrada en una muestra de adolescentes para luego determinar su relación

con el tipo de apego encontrado. Por su lado, Zhou et al. (2019) exploraron la

relación entre el apego parental percibido por adolescentes, sobrevivientes al

terremoto del 12 de mayo del 2008 ocurrido en Wenchuan, y la recuperación

postraumática de los mismos; explorando el rol mediador de los sentimientos

de seguridad, justicia, creencia y reevaluación cognitiva.

El campo de impacto social, respecto al apego, también ha sido

evaluado con enfoque cuantitativo y diseño descriptivo-correlacional.

Investigadores como Cornellà et al. (2018) exploraron las dimensiones del

temperamento y del apego en una muestra adolescentes españoles, para

analizar su rol como factores protectores o de riesgo frente al consumo de

sustancias psicoactivas. Igualmente, Cornellà et al. (2020) describieron las

mediciones de una muestra de adolescentes respecto a las dimensiones del

apego, del autoconcepto y el riesgo al consumo de psicoactivos; para luego

correlacionar los datos con el fin de identificar factores protectores y de riesgo

frente a dicha condición de consumo.

Por otro lado, Balola, et al. (2019) indagaron sobre las relaciones entre

la concepción autobiográfica, el apego adulto y los esquemas tempranos

desadaptativos; buscando acercarse a explicaciones sobre la forma de

desarrollarse la concepción autobiográfica a partir de los esquemas

desadaptativos.

20
Uno de los ámbitos más indagados por diversos autores, a través del

enfoque cuantitativo, es el emocional. Guzmán et al. (2016) emplearon el

diseño no experimental transversal en su estudio, que indaga la relación entre

el tipo de apego parental percibido con las dificultades de regulación

emocional que pueden presentar una muestra de adolescentes universitarios.

En ese mismo sentido, Islas et al. (2017) describieron y determinaron

las relaciones entre niveles de depresión, tipo de apego parental y factores de

elección de pareja en una muestra de adolescentes y jóvenes con y sin pareja.

Por su parte, Valle y Moral (2018) también hacen uso de este enfoque y diseño

para buscar diferencias en los conceptos de apego y dependencia emocional;

para posteriormente determinar la relación entre las mismas, pero

contemplando aspectos como género, la edad, tener novio/a y el historial de

parejas.

Estévez et al. (2018) se suman a este conjunto de autores, ya que con

su estudio de corte transversal bajo diseño correlacional no experimental

buscaron conocer las relaciones entre dependencia emocional, tipo de apego

parental y la conducta impulsiva; además de indagar sobre la predicción que

pueden dar estas dos últimas variables sobre la primera.

Del mismo modo, Rocha et al. (2019) desarrollaron su estudio

cuantitativo de tipo descriptivo-correlacional. En este se recolectaron datos

sociodemográficos de la muestra adolescente, además de identificar los tipos

de apego y medir dimensiones de la dependencia emocional para su posterior

correlación. Asimismo, Rocha et al. (2019) emplearon el diseño transversal

21
descriptivo-correlacional para determinar la relación entre los estilos de

apego parental y los celos románticos en adolescentes, para lo cual se

recolectaron datos sociodemográficos y mediciones de las variables.

Otro campo de estudio con gran interés, en continuidad con el

apartado anterior, es el de las relaciones amorosas en la adolescencia. Para

esto, Gómez et al. (2016) ejecutaron una investigación de corte transversal

con diseño descriptivo-correlacional, donde se indaga en los modelos internos

de apego a través de escalas de ansiedad y evitación, el tipo de apego parental

y de pares, así como en los niveles de dificultad de regulación emocional; esto

con el fin de correlacionar los datos con las mediciones de la disposición al

riesgo del comportamiento sexual. De igual modo, Guzmán et al. (2016)

elaboraron su estudio de corte transversal con diseño descriptivo no

experimental con fines descriptivos. Lo que se buscó en esta investigación

fue determinar la relación entre la violencia física recibida en una relación de

pareja y el estilo de apego en una muestra de adolescentes, la cual estuvo

compuesta por personas con presencia de episodios de violencia y de ausencia

de esta, lo cual sirvió para la posterior comparación de grupos.

2.2.2. Enfoque metodológico cualitativo

Este enfoque se caracteriza por hipótesis ausentes o no definidas, y la

búsqueda de describir, comprender e interpretar el fenómeno que se estudie

(Hernández et al., 2014). Solo se hallaron tres estudios que emplean este

enfoque para la indagación del apego parental en adolescentes. A

continuación se describen detalles de cada uno.

22
Couto y Tavares (2016) emplearon este enfoque de estudio. En su

investigación revisan artículos publicados entre 1996 y 2016 que aborden el

apego parental y riesgo de suicidio en la población adolescente, para

posteriormente proponer análisis de los datos y conclusiones pertinentes.

A ellos se le suma Guzmán (2017), quien buscó recabar ejes teóricos

de las variables: apego ambivalente, sentido de vida, logoterapia y adultos

mayores. Esto se realizó con el fin de aterrizar los planteamientos a la realidad

actual de los grupos adultos jóvenes. Asimismo, Morán y Martínez (2019)

realizaron una revisión sistemática en las principales bases de datos de

estudios sobre apego parental en adolescentes que hayan sido publicados

entre el 2000 y 2015 en Latinoamérica. Se encontraron 19 artículos de los

cuales el autor analiza instrumentos usados para medir la variable,

metodologías usadas y las variables a las que más se asocian.

2.2.3. Instrumentos para evaluación del apego

a. Cartes, Models Individuelles de Rélation (CaMir). Es una prueba

elaborada por Pierrehumbert et al. (1996), que permite evaluar las

representaciones del apego y la concepción de la funcionalidad

familiar a través de 72 ítems. Este instrumento contiene 13

dimensiones, las cuales representan cogniciones específicas sobre

el apego:

i. Interferencia parental: mide las acciones de

sobreprotección y generación de sensación de

indefensión, dependencia y débil autonomía.

23
ii. Preocupación familiar: examina el nivel de preocupación

actual sobre el bienestar de familiares y malestar respecto

a la separación.

iii. Resentimiento de infantilización: indaga sobre el ambiente

inseguro y no acogedor de la familia.

iv. Apoyo parental: analiza a la familia como soporte y

referente de seguridad.

v. Apoyo familiar: mide la sensación actual de la familia

como agente de soporte y seguridad.

vi. Reconocimiento de apoyo: mide la satisfacción por

experiencias familiares en la infancia y certeza de contar

con ellos de ser necesario.

vii. Indisponibilidad parental: analiza la figura

despreocupada y negligente de la familia, genera

desapego.

viii. Distancia familiar: destaca independencia de la familia e

incomodidad frente a la posibilidad de requerir ayuda de

ella.

ix. Resentimiento de rechazo: examina actitudes de rechazo y

abandono de los padres, las cuales podrían generar

resentimiento.

x. Traumatismo parental: indaga sentimiento de temor por

entorno violento u hostil.

24
xi. Bloqueo de recuerdos: indaga lo difícil de recordar y

reconocer las experiencias de la infancia.

xii. Dimisión parental: examina la ausencia de autoridad de

los padres durante la infancia.

xiii. Valoración de la jerarquía: examina el valor de los roles

y jerarquías en la familia.

En cuanto a las respuestas, estas se dan mediante escala Likert

de 1 al 5, siendo uno totalmente en desacuerdo y cinco totalmente

de acuerdo. Los resultados obtenidos mediante esta prueba son los

estilos de apego "preocupado”, "desentendido” y "seguro”; esto a

partir de la correlación de los resultados de la suma de puntuaciones

y los prototipos de estilos de apego propuestos por la misma prueba.

En el Perú se cuenta con la validación hecha por Nóblega y Traverso

(2013), quienes de una muestra de 372 personas evaluadas

determinaron, a través del coeficiente de Cronbach, que cuenta con

adecuados niveles de confiabilidad por consistencia interna. Solo la

escala de distancia familiar presento correlación menor a 0.5.

Asimismo, se determinó óptima validez de constructo; es decir, esta

prueba se encuentra habilitada para ser usada en población peruana.

Por otro lado, algunos de los autores que emplearon dicho

instrumento fueron Estévez et al. (2018) y Cornellá et al. (2020).

b. Experiences in Close Relationships-Revised (ECR-R). Es un

instrumento desarrollado por primera vez por Brennan et al. (1998),

quienes proponen las dimensiones de ansiedad y evitación como eje

25
de la evaluación. La primera se refiere al miedo de rechazo

interpersonal, ser abandonado y búsqueda excesiva de aceptación

de los demás. Mientras que la segunda conlleva temor al

acercamiento, dependencia, búsqueda incrementada de la

autosuficiencia y restricción a ser conocido por los demás. Sin

embargo, en el año 2000, Fraley, Waller y Brennan estructuran la

versión revisada de esta prueba; la cual ha sido poco trabajada en su

versión en español. El ECR-R evalúa las características del apego

romántico adulto a través de 36 ítems; 18 para evaluar ansiedad y

18 para evitación. La aplicación de este instrumento tiene como tipo

de respuesta la escala Likert con 5 puntos de frecuencia (1 = siempre

y 5 = nunca). En el plano nacional, se halló la validación del ECR-

R a cargo de Nóblega et al. (2018), quienes en una muestra de 590

jóvenes de 16 a 26 años buscaron adaptar dicha prueba y confirmar

su adecuada fiabilidad y validez en el contexto peruano. Los autores

determinaron que es adecuada la confiabilidad y validez de este

instrumento para la aplicación en una muestra peruana, pero

proponen la consideración de tres factores en lugar de dos: ansiedad,

evitación medida con ítems directos y evitación medida con ítems

inversos. Además, reducen la cantidad de ítems a 27. Esta prueba es

una de las que más ha incrementado su uso; autores como Guzmán

et al. (2016), Guzmán et al. (2016) y Pinto et al. (2018). Cabe

mencionar, que dicho aumento podría deberse a lo manejable de sus

26
dimensiones para correlaciones y análisis en general durante un

estudio.

c. Cuestionario de Relación (RQ). Es un instrumento elaborado por

Bartholomew y Horowitz (1991), que evalúa las orientaciones de

las personas hacia las relaciones cercanas con base en 4 párrafos que

describen los 4 patrones de apego adulto: seguro, evitativo,

preocupado y temeroso; esto con base en las dimensiones de

ansiedad y evitación. La primera comprende conductas de

dependencia a los vínculos cercanos; y la segunda de evitación al

contacto interpersonal y recepción de apoyo que se le muestre. Esta

prueba arroja como resultado alguno de los 4 estilos de apego

evaluados: seguro, temeroso, preocupado y desvalorizado. Durante

la aplicación, en un primer momento, el evaluado escoge la

situación que identifica mejor los sentimientos que experimenta.

Posteriormente, otorga una valoración en escala Likert de 7 puntos

(1 = totalmente desacuerdo y 7 = totalmente de acuerdo) a cada una

de las cuatro escenas planteadas. Jiménez (2018) buscó validar este

cuestionario en el contexto peruano. De esta manera, en una muestra

de 441 participantes halló que la confiabilidad para evaluar el apego

varía entre aceptable (>.40) y bueno (>.60) de acuerdo con cada uno

de los cuatro estilos de apego.

d. Inventario de Apego a Padres y Pares (IPPA). Es una prueba creada

inicialmente por Greenberg, Siegel y Leitch en 1984. Originalmente

contaba con 53 ítems y buscaba evaluar la seguridad del apego hacia

27
el padre, la madre y los pares. Posteriormente, Armsden y

Greenberg, en 1987, reevaluaron el constructo inicial y propusieron

tres factores que explicaban mejor el fenómeno: confianza (posturas

de comprensión y respeto a las figuras parentales, además de a los

compañeros), comunicación (calidad en su forma verbal y su forma

percibida) y alienación (aislamiento o lejanía hacia

padres/compañeros, reconociendo la necesidad de cercanía). Dos

años después, estos mismos autores plantearon una versión con 75

ítems, de forma que se evaluaba de manera idéntica a las figuras

paternas, pero por separado. Este instrumento es contestado en

escala Likert que va del 1 al 5 y los resultados se obtienen con la

suma de ítems (considerando la inversión de los ítems negativos).

Ha sido empleado por autores como Gómez et al. (2016), Suarez y

Campos (2019) y Rocha et al. (2019). Sin embargo, también es

posible solo el empleo de las escalas individuales; tal como lo

hicieron Moral y Quintana (2018) con la escala de apego a pares.

En el plano nacional, no se han encontrado artículos que aborden la

validación del instrumento en mención.

e. Apego Parental, es la propuesta de Liang, Hou y Tian (2006) como

opción reducida de la escala de padres del IPPA. Esta versión cuenta

con 25 ítems y tres dimensiones explicativas: comunicación

parental (9 ítems), alienación parental (6 ítems) y confianza parental

(10 ítems). Las respuestas son desarrolladas en escala Likert de 5

28
puntos (1= completamente en desacuerdo y 5 = completamente de

acuerdo).

f. Escala de Preferencias y Expectativas en las Relaciones

Interpersonales Cercanas (EPERIC) de Fontanil, Ezama y Alonso

(2013). Es un instrumento en diseño de autoinforme que evalúa el

apego y es elaborado en español con base en el Cuestionario-Escala

de Relaciones Interpersonales (RSQ) de Griffin y Bartholomew

(1994). Este instrumento consta de 22 ítems con opciones de

respuesta en escala tipo Likert de 5 puntos (1= no se parece nada a

lo que me ocurre y 5 = se parece mucho a lo que me ocurre), con

agrupación en subescalas: temor al rechazo o al abandono (TRA),

deseo de cercanía (DC) y preferencia por la independencia (PI).

Cuenta con consistencia interna de 0.82, 0.71 y 0.73

respectivamente para cada una de las subescalas. No se halló

evidencia de validación individualizada de la prueba; sin embargo,

autores como Gutiérrez et al. (2017) emplearon esta escala para su

estudio, considerando la adaptación interna a su estudio.

g. Escala de Apego Adulto (ASS) original de Collins y Read (1990),

traducida y adaptada por Canavarro (1995). Este cuestionario

explora el grado de apego percibido sobre las relaciones que el

sujeto establece. Cuenta con 18 ítems y las respuestas se dan en

escala Likert de 5 puntos. Además, ofrece tres dimensiones

explicativas: ansiedad, cercanía y dependencia. No se han hallado

estudios que solo evalúen la confiabilidad ni validez de este

29
instrumento; sin embargo, autores como Balola et al. (2019) la han

empleado para el estudio del apego en adolescentes.

h. Cuestionario de apego adulto, de Melero y Cantero (2008). Es una

prueba que evalúa los estilos de apego adulto en población no

clínica, y aún no se encuentra validado en el Perú. Consta de 40

ítems que deben ser contestados en escala Likert de 1 (Nada de

acuerdo) al 6 (Muy de acuerdo), y contiene 4 factores explicativos:

baja autoestima, resolución hostil de conflictos, expresión de

sentimientos y comodidad con las relaciones y autosuficiencia

emocional e incomodidad con la intimidad. Respecto a los

resultados, clasifica a los participantes en sujetos con apego seguro

e inseguro; además de discriminar los tipos de este último: alejado,

preocupado y temeroso-hostil. Algunos de los autores que hicieron

uso de esta prueba fueron Valle y Moral (2018) y Berenguer et al.

(2018).

i. Escala de seguridad de Kerns- versión madre y padre. Original de

los autores Kerns, Klepac y Cole (1996). Esta escala busca medir

las percepciones en niños y adolescentes respecto a la seguridad en

el vínculo de apego. En la versión original se propone esa dimensión

única; sin embargo, Lieberman, Doyle y Markiewicz (1999)

sugieren dos dimensiones que expliquen mejor la seguridad:

disponibilidad y confianza a la figura de apego. Esta prueba cuenta

con 18 ítems, con tres opciones de respuesta: “Si me parezco”, “Me

parezco en parte” y “No me parezco”; no contando con validación

30
peruana para el uso en adolescentes. Cabe mencionar que Páez y

Rovella (2015) han hecho uso de dicha escala para su investigación.

j. Cuestionario de Apego Parental de Kenny, original de Balabanian

(1987) traducida por Lemos y Vargas Rubilar (2014). Esta prueba

contiene 41 reactivos que buscan evaluar la percepción de los

adolescentes hacia sus padres y la relación con ellos a través de dos

factores: apego positivo y apego negativo. Los 24 primeros ítems

exploran el primer factor mediante los niveles de confianza y

cercanía, patrones adecuados de autonomía y buena comunicación.

Mientras que el segundo, con 17 ítems, busca conocer

preocupación, inseguridad y temor en la relación parental, patrones

inadecuados de comunicación, niveles bajos de proximidad y

dificultades emocionales. Quienes hicieron uso de este instrumento

fueron Balabanian et al. (2015) para su estudio.

2.3. Estudios acerca del tema

2.3.1. Nacionales

En el estudio Apego ambivalente y sentido de vida de Guzmán (2017)

se realizó una revisión bibliográfica sobre la teoría del apego, el apego

ambivalente, el sentido de vida, la logoterapia y adultos jóvenes. Esto con el

fin de analizar y generar conclusiones reflexivas a partir de la exposición

conceptual.

Dicha revisión articuló comprensiones asociadas al campo empírico

de las personas, de modo que la autora postula que la teoría del apego es

31
esencial para la comprensión del ciclo vital. Además, explica el estado

emocional y conductual de las personas adultas jóvenes. En consecuencia,

afirma que el apego ambivalente es perjudicial y promotor de irregularidades

en las personas. No obstante, se afirma la existencia de recursos y

potencialidades que confrontan el impacto de las primeras experiencias, pero

que afloran bajo ciertas circunstancias como la terapia psicológica. Respecto

al sentido de vida en los adultos jóvenes, Guzmán (2017) señala que este

grupo tiende a llevar de manera apresurada y poco consciente la vida.

Por otro lado, sobre la logoterapia, plantea y sugiere el uso cauteloso

y únicamente cuando se tiene amplio manejo de la teoría y estrategias, ya que

puede generar alteraciones y perjudicar al paciente. Si bien este estudio no

refleja aspectos empíricos, los acercamientos teóricos respecto al apego

parental resultan sumatorios para su comprensión; ya que vincula conceptos

clave y acerca el análisis a una población influenciada por múltiples factores

y poco estudiada a la vez.

Sin embargo, habría sido enriquecedor que se profundice sobre los

otros tipos de apego; tales como el seguro, el evitativo y el ansioso. De modo,

poder acercarlos al sentido de vida. Además, contribuiría a reflexionar sobre

la efectividad de la logoterapia en la reestructuración del apego sano.

La afectación del apego en las etapas posteriores a la infancia parece

ser directa, aunque con variación proporcional a los recursos personales

adquiridos con los años. Asimismo, en acercamiento al contexto actual, el

32
sentido de vida se pudo haber alterado ante las variaciones sociales y

familiares a causa de la pandemia.

2.3.2. Internacionales

a. Relación con otras variables psicológicas o clínicas

Guzmán, et al. (2016) realizaron el estudio Estilos de apego parental

y dificultades de regulación emocional en estudiantes universitarios, en el

cual tuvieron el objetivo de evaluar la relación entre los estilos de apego y las

dificultades en la regulación emocional en una muestra de 548 adolescentes

de entre 18-25 años provenientes de Chile.

Para ello hicieron uso del Cuestionario de Experiencias en

Relaciones Cercanas (ECR-E) y la Escala de dificultades en la Regulación

Emocional (DERS-E). Los resultados muestran que no existen diferencias en

las puntuaciones de dificultades de regulación emocional según sexo. Sin

embargo, sí las hallaron en todas las escalas de ellas según el estilo de apego;

es decir, aquellos con estilo de apego seguro obtuvieron puntuaciones bajas

en DRE.

No obstante, quienes presentaron patrones de apego seguro no se

diferenciaron de quienes tuvieron apego preocupado en las dimensiones de

descontrol emocional, rechazo emocional e interferencia cotidiana. En ese

sentido, ese mismo grupo tampoco difiere con el de apego preocupado en la

dimensión “desatención emocional”.

33
También hallaron que, los de estilo seguro y desatendido obtuvieron

menores puntajes en la dimensión “ansiedad”, que los de estilo preocupado y

temeroso. De ahí se puede plantear que la consideración del apego como

agente explicativo no debería ser evaluado bajo la categoría bimodal, sino,

con las sub-estilos o incluso las dimensiones del apego, ansiedad y evitación;

de modo que, los análisis puedan ser más detallados y definir con precisión

las afectaciones en cada uno de dichos estilos.

La población estudiada fue escogida por la serie de transiciones que

atraviesan y el conflicto de madurez que proyectan. La replicación en una

población de menor edad arrojaría data interesante, más aun considerando las

variaciones psicoemocionales causadas por el confinamiento social y

emergencia sanitaria por la Covid-19.

Asimismo, Islas et al. (2017) desarrollaron el estudio Depresión,

estilos de apego y elección de pareja en adolescentes y jóvenes de Pachuca,

Hidalgo, el cual tuvo como objetivo determinar la relación entre los niveles

de depresión, los estilos de apego y el tipo de elección de pareja en una

muestra de 400 adolescentes mexicanos de entre 15 y 25 años.

Los instrumentos empleados para la medición de las variables fueron

la Escala de Depresión de Beck, Escala de Estilos de Apego de Márquez y la

Escala de Elección de Pareja de García. Los resultados señalan que existe

diferencia en los niveles de depresión respecto al estatus de pareja; es decir,

quienes tienen pareja obtuvieron niveles más bajos en depresión a

comparación de quienes no tuvieron pareja. Asimismo, indicaron que existe

34
relación positiva y significativa entre la depresión y el estilo de apego ansioso,

mientras que para el estilo seguro y evitativo no se alcanzó significancia.

También encontraron correlación significativa negativa entre los

niveles de depresión y las dimensiones similitud, convivencia, estatus,

valores, atractivo y social afectivo. Ello indicaría que quienes escogen a sus

parejas de acuerdo con dichas dimensiones presentan bajos niveles de

depresión.

En coherencia con estos planteamientos, Voltas y Canals (2017)

reafirman la pertinencia de explorar la depresión en la adolescencia, la cual

parece de incidencia creciente en dicho grupo; incluyendo al fenómeno del

apego como medio explicativo. Esta propuesta resulta pertinente de

desarrollar considerando los cambios relacionales de los adolescentes con sus

pares y familia a causa de las restricciones sociales impuestas como medida

sanitaria por pandemia y las necesidades sociales propias de dicha etapa vital.

No obstante, la depresión sigue siendo principal eje de preocupación respecto

al bienestar de los adolescentes.

Gutiérrez et al. (2017) desarrollaron la investigación Patología

alimentaria en adolescentes: efecto del apego y regulación emocional, con la

cual tuvieron el objetivo de determinar la relación entre patología alimentaria

(PA), estilo de apego (AP) y regulación emocional (RE) en una muestra de

485 adolescentes españoles de entre 12 y 18 años.

Para las mediciones de las variables emplearon el Eating Disorder

Inventory-2, para PA; Difficulties in Emotion Regulation Scale, para RE y la

35
Escala de Preferencias Y Expectativas en las relaciones Interpersonales

Cercanas, para AP. Los resultados descriptivos mostraron que las chicas

tienen tendencia a mayor puntuación en PA en comparación con los chicos

entre los 14-15 años. Pero desaparecen en los 15-18 años en cuanto a la escala

“bulimia”; aunque se incrementa en la de “obsesión por la delgadez” e

“insatisfacción corporal”, lo cual se acentúa a medida que la edad es mayor.

Respecto a los resultados correlacionales, hallaron relación

importante entre dimensiones de la PA y “el temor al rechazo” del apego,

siendo mayor en “insatisfacción corporal” para chicas y menor en” obsesión

por la delgadez” en chicos. En cuanto a la PA y la regulación emocional,

también tuvieron correlaciones significativas, siendo ligeramente más fuerte

en chicas.

En este mismo sentido, las autoras determinaron que las variables de

apego y regulación emocional podrían explicar la PA; sin embargo, sería

diferente entre chicos y chicas, ya que en ellas las relaciones más fuertes están

con el temor o rechazo al abandono y problemas para regular las emociones.

Mientras que, en ellos, en la preferencia por la independencia y regulación

emocional.

Dichos datos son coherentes con lo que plantean Voltas y Canals

(2019) respecto a la predisposición de problemas alimenticios y vínculos al

ámbito emocional; sin embargo, el estudio ofrece un camino para la

prevención o intervención de dicho tipo de patologías, las cuales se

encuentran dentro de las más frecuentes en la adolescencia. En definitiva, el

36
estilo de apego predominante en la infancia afecta el desarrollo de la

alimentación saludable, y con ello aspectos psicológicos vinculados a la

autoimagen, autoconcepto y/o autoestima.

Estévez et al. (2018) realizaron la investigación The role of emotional

dependence in the relationship between attachment and impulsive behavior,

que traducida al español es El papel de la dependencia emocional en la

relación entre el apego y la conducta impulsiva. En este estudio se buscó

analizar la relación entre la dependencia emocional, el apego y la conducta

impulsiva; indagando en la predicción de esta última mediante las dos

primeras variables.

La muestra fue de 1533 adolescentes españoles de entre 14-18 años

que estudiaban en Cantón Portoviejo de la Provincia de Manabí, Ecuador. Se

empleó el CaMir-R, como instrumento para determinar estilos de apego; la

Emotional Dependence Scale in the Bridehood of youth and adolescents, para

la medición de dependencia emocional; y el Impulsivity Scale; para la

calificación de la impulsividad, la cual contempla factores tales como la

impulsividad no planificada y la impulsividad motora.

Los resultados indican que el apego y conducta impulsiva resultan

predictores de la dependencia emocional. En este mismo sentido, hallaron

relación entre el apego y la impulsividad considerando la dependencia

emocional como agente mediador. Cabe mencionar que estas relaciones son

explicadas por los factores de cada variable.

37
La propuesta de este estudio resulta completa debido a que plantea

análisis predictores de la conducta impulsiva, siendo lo común solo la

determinación de relaciones de variables. Si bien el apego es explorado como

agente secundario, queda clara su importancia sobre el estado socioemocional

en la adolescencia. Este escenario podría impactar en situaciones de riesgo

adictivo como las que plantean Cornellá et al. (2020), reafirmando lo

naturalmente conflictivo que resulta la adolescencia y el fuerte impacto de los

esquemas adaptativos adquiridos con el apego parental. Cabe considerar que,

los mismos autores también contemplan los factores sociales y culturales

como importantes en la comprensión de casos de adicción.

Valle y Moral (2018) desarrollaron la investigación Dependencia

emocional y estilo de apego adulto en relaciones de noviazgo de jóvenes

españoles, la cual tuvo por objetivo analizar la relación entre la dependencia

emocional y los diferentes tipos de apego adulto; así como su prevalencia y

los perfiles en función del género, la edad y el historial de parejas.

La muestra estuvo conformada por 382 adolescentes españoles, entre

hombres y mujeres, la cual fue evaluada con una ficha de datos

sociodemográficos en la que se añadió la tenencia y el historial de pareja.

También se empleó el Inventario de Relaciones Interpersonales y

Dependencias Sentimentales además del Cuestionario de Apego Adulto.

La recolección de datos fue vía online en un plazo de tres meses. Los

resultados exponen que el 23.3% de las participantes presentan prevalencia a

la dependencia emocional. Respecto al apego, el 51.57% de la muestra encaja

38
en la categoría de estilo de apego seguro, mientras que el 48.43 % en la de

apego inseguro. Además, se hallaron relaciones significativas entre el apego

y la dependencia emocional; siendo los sujetos con apego seguro los que no

presentan signos de dependencia emocional, mientras que los de estilo

huidizo-temerosos son quienes cuentan con más indicios de esta.

Respecto a las variables sociodemográficas y de dependencia

emocional, se observó que los hombres tienen mayor prevalencia. Por otro

lado, las personas con historial de más de dos parejas puntúan medianamente

más alto que quienes tuvieron menos. Esta investigación ha explorado

detallada y directamente la relación entre apego y dependencia emocional,

contemplando los aspectos sociodemográficos que aportan explicación al

fenómeno principal. Además, promueve reflexiones importantes para el

abordaje en salud emocional de los adolescentes; los cuales se caracterizan

justamente por las diversas relaciones sociales que experimentan, entre ellas,

las amicales y las amorosas. Estas representan un nuevo campo de vivencia

y, por lo tanto, también de conflictos.

Además, Pinto et al. (2018) desarrollaron el estudio Apego y

psicopatología en adolescentes del Norte de Chile, en el cual se buscó

analizar la relación entre los estilos de apego y la sintomatología

psicopatológica en una muestra no clínica de adolescentes de Chile entre 13

a 17 años.

En este caso se empleó una ficha sociodemográfica para conocer la

edad, el sexo, los ingresos y el tipo familiar de los participantes. Además,

39
aplicaron el Experiencies in Close Relationships-Relationships Structure

(ECR-RS) para evaluar los patrones de apego, y el Inventario Breve de

Síntomas (BSI) para la indagación del estado psicopatológico. Con base en

ello, se recolectaron datos que posteriormente fueron correlacionados.

Los resultados señalan una mayor incidencia de apego inseguro de

estilo evitativo, seguido del estilo preocupado, luego el temeroso y en último

lugar, el seguro. También se encontraron diferencias significativas en los

resultados de la escala del BSI respecto al estilo de apego, siendo los de apego

temeroso con mayor puntuación en malestar psicológico a comparación de

los participantes con estilo seguro.

En esta línea, el análisis de los investigadores sugirió relacionar cada

estilo de apego (temeroso, preocupado y evitativo) con sintomatologías más

precisas, como fueron: ansiedad, somatización, obsesivos compulsivos,

depresión, ansiedad fóbica, paranoia y psicoticismo. Como resultado, se

observó que el apego temeroso es el de mayor relación con las diferentes

sintomatologías.

Por lo tanto, este estudio puede ser concebido como una propuesta que

se acerca a la comprensión de un marco general de la psicopatología en la

adolescencia; la cual resulta pertinente de conocer frente a los diversos

cambios ocurridos en dicha edad, siendo así un importante avance para

comprensión del apego en adolescentes. Este postulado refiere evidente

afectación del estado psicológico en la adolescencia a causa de los vínculos

40
parentales no seguros. Si bien no se recurre a una muestra clínica, los

indicadores son suficientes para sugerir la exploración en una de ellas.

Berenguer et al. (2018) realizaron la investigación Apego y superación

de la pérdida de una persona significativa, cuyo objetivo fue analizar la

relación del apego con la pérdida de una persona significativa en una muestra

de 96 estudiantes argentinos.

Los instrumentos empleados para el estudio fueron el Cuestionario de

Apego Adulto y el Inventario de Duelo Complicado, con el cual se indaga en

las pérdidas por muerte y de pareja. Los resultados señalan que el duelo por

muerte presenta mayor probabilidad de duelo complicado que la pérdida por

ruptura de pareja.

En esa misma línea, en la muestra general existe correlación negativa

significativa entre las dimensiones expresividad emocional y comodidad con

la intimidad y la sintomatología de duelo, pero al analizar por tipo de duelo

no se observan índices de significancia.

Con las dimensiones baja autoestima, necesidad de aprobación y

miedo al rechazo; la muestra general mostró correlación positiva con la

sintomatología de duelo. Cabe mencionar que se hace referencia al estilo de

apego inseguro ansioso. Para este caso, la significancia se mantiene solo al

analizar el caso de los dolientes por pérdida de pareja. Los alcances de estos

autores encajan en las propuestas que hicieran Islas et al. (2017) y Valle y

Moral (2018), en la medida que estas proponen que las relaciones amorosas

pueden comprenderse desde el estilo de apego; no obstante, también suma a

41
los procesos terapéuticos por duelo, ofreciendo explicaciones en el abordaje

por pérdida de muerte.

Moral y Quintana (2018) realizaron el estudio Ideaciones suicidas en

adolescentes, relaciones paternofiliales y apego a los iguales. El objetivo de

esta investigación fue identificar predictores socio familiares de la ideación

suicida en una muestra de 204 adolescentes de España de entre 12 y 18 años.

Para la medición de la Socialización Familiar se empleó la Escala de

Estilos de Socialización Parental en Adolescentes; para el apego, la Escala

de Apego a los Iguales; mientras que para la ideación suicida se aplicó el

Inventario de Resiliencia ante el Suicidio y el Inventario de Ideación Suicida

Positiva y Negativa. Los resultados mostraron que no hay diferencias

significativas en las puntuaciones de ideación suicida, según género y edad.

En conexión con esto, hallaron relaciones significativas positivas entre las

dimensiones comunicación y confianza del apego a los pares, tanto con la

ideación suicida positiva como con la negativa.

Para la dimensión alienación a los pares no se obtuvieron datos

significativos. En cuanto a la socialización familiar y la ideación suicida,

resulta que quienes califican a la figura materna como autoritaria o indulgente

obtienen mayor puntaje en ideación suicida negativa que el resto. Además,

ocurre una situación similar con la socialización paterna. Por ende, los

alcances de estas dos autoras no son utópicos, ya que Suarez y Campos (2019)

señalaron planteamientos similares al considerar el riesgo suicida como un

fenómeno explicable desde el análisis del apego. Sin embargo, la profundidad

42
de Moral y Quintana (2018), sobre las dinámicas parentales, permiten

proponer que la formación de paternidades sanas y democráticas son un

recurso protector para el suicidio.

En ese mismo sentido, Suárez y Campos (2019) llevaron a cabo el

estudio Asociación entre apego y riesgo suicida en adolescentes

escolarizados de Colombia; |con el objetivo de establecer la asociación entre

la confianza, comunicación y alienación-dimensiones del apego parental- y el

riesgo suicida en una muestra de 399 adolescentes colombianos escolarizados

de entre 13-19 años y caracterizados por mantener necesidades básicas

insatisfechas.

Los datos fueron recolectados con la aplicación del Inventario de

Apego Parental y de Pares (IPPA) y la Escala de Riesgo Suicida de Plutchik.

Los participantes fueron en su mayoría del sexo masculino y vivían con

ambas figuras parentales u otras que representen este rol.

Los resultados muestran que los adolescentes con alto riesgo suicida

suelen tener bajos niveles de confianza y comunicación, así como altos en

alienación a la figura materna. Asimismo, los niveles altos de riesgo suicida

se encuentran en adolescentes con baja confianza, comunicación y alienación

a la figura paterna. En consecuencia, se comprende que el postulado de los

autores explora una variable de riesgo en edades tempranas; acción que podría

parecer atrevida, pero que encaja en el campo de las alteraciones del bienestar

psicológico en la adolescencia.

43
Si bien la metodología resulta pertinente para el logro de los

objetivos, la indagación del apego con el uso completo del IPPA (añadiendo

la escala de pares) pudo haber otorgado nuevas e interesantes reflexiones

sobre el tema, ya que la dimensión social influye significativamente en la vida

de los adolescentes.

Rocha et al. (2019) realizaron la investigación Estilos de apego

parental y dependencia emocional en relaciones románticas de una muestra

de jóvenes universitarios en Colombia, con el objetivo de identificar la

relación entre los estilos de apego parental y la dependencia emocional en una

muestra de 500 estudiantes colombianos de entre 18 a 25 años.

Con este propósito, se empleó el Inventario de Apego con Padres y

Pares (IPPA), para la medición del apego; el Cuestionario de Dependencia

Emocional y un cuestionario sociodemográfico. Los análisis de datos señalan

que el 46.60% de la muestra puntuó apego seguro, mientras que el 27% y el

26.40% restante obtuvieron esos porcentajes en apego evitativo y

ambivalente, respectivamente. Asimismo, la dimensión búsqueda de atención

tiende a disminuir en niveles socioeconómicos altos a comparación de los

niveles bajos.

Respecto a la relación del apego con la dependencia emocional, se

determinó que sí existe significancia. Esto debido a que aquellos con estilo

seguro obtuvieron bajo puntaje en las dimensiones de dependencia

emocional, en comparación de aquellos con las dimensiones de estilo

evitativo y ambivalente.

44
Estas conclusiones son reforzadas por planteamientos como los de

Guzmán et al. (2016), quienes sostienen que las dificultades de regulación

emocional en la adolescencia serán mayores en quienes presenten apego

inseguro. De manera semejante los de Valle y Moral (2018), quienes afirman

que el historial de pareja influirá en la predisposición a dependencia

emocional en adolescentes.

Por ende, se observa que la dimensión emocional en la adolescencia

puede ser comprendida con amplitud desde el estudio del apego que presente

el individuo adolescente. Asimismo, se reafirma la necesidad de observar la

afloración de psicopatologías del ánimo en dicha etapa y lo delicado que

pueden resultar las experiencias negativas respecto a relaciones sociales para

los adolescentes.

Cornellá et al. (2020) realizaron el estudio Risk of Addiction: Its

Prevalence in Adolescence and its Relationship with Security of Attachment

and Self-concept, que la traducción al castellano es El riesgo de adicción: su

prevalencia en la adolescencia y su relación con la seguridad del apego y el

autoconcepto. Buscaron analizar la prevalencia del riesgo de adicción a

sustancias psicoactivas en la adolescencia, determinar la relación entre dicho

riesgo y las percepciones del apego y autoconcepto; así como analizar la

relación entre apego y autoconcepto.

Las mediciones fueron realizadas mediante el Inventario Juvenil 4

(YI4) para el riesgo de adicción; la versión reducida del Cartes (CaMir-R)

para el Apego; y el Autoconcepto Forma 5 (AF5), para el autoconcepto. La

45
muestra estuvo conformada por 668 adolescentes españoles de entre 13 y 19

años, divididos en grado de educación secundaria obligatoria y educación

superior.

Los resultados señalan que, a mayor edad y a mayor grado académico

el riesgo de adicción incrementa. Respecto al apego, se halló una relación

significativa inversa entre el riesgo de adicción y las dimensiones seguridad,

y disponibilidad de apoyo de figuras de apego y valor de autoridad parental.

Por otro lado, las relaciones fueron positivas para tolerancia excesiva de los

padres y trauma infantil. En cuanto al autoconcepto, las dimensiones

autoconcepto académico y autoconcepto familiar se correlacionaron negativa

y significativamente con el riesgo de adicción.

En consecuencia, un sano desarrollo del autoconcepto como parte de

la personalidad y fortalecimiento de los vínculos familiares pueden reducir

incidencia y riesgo de adicciones en adolescentes (Rivera y Cahuana, 2016).

A partir de esto se desprende la importancia de que las primeras relaciones

vinculares sean sanas y de su impacto en la regulación del adecuado esquema

psicológico.

a. Relación con otras variables sociales

Páez y Rovella (2015) realizaron el estudio Vínculo de apego, estilos

parentales y empatía en adolescentes, cuyo objetivo fue analizar las

relaciones entre las percepciones del vínculo del apego, de las relaciones

parentales y de los aspectos cognitivos y emocionales de la empatía en una

46
muestra probabilística no intencional de 518 adolescentes argentinos de entre

13-20 años.

Los instrumentos empleados fueron la versión madre y padre de la

Escala de Seguridad de Kerns, para la medición del apego; la Versión

abreviada del Inventario de la percepción de los hijos acerca de las relaciones

con sus padres para adolescentes, para calificar las relaciones parentales; y la

versión para adolescentes argentinos del Índice de Reactividad Interpersonal,

para evaluar la empatía en sus dos componentes.

Los resultados señalan la existencia de diferencia de la empatía según

género, puesto que las mujeres fueron quienes obtuvieron mayor puntuación

sobre dicha variable. Respecto al aspecto relacional, se halló una asociación

entre el vínculo de apego y estilos parentales; lo que quiere decir que

vivenciar un apego seguro hacia las figuras parentales se vincula con percibir

relaciones parentales sostenidas por aceptación e implicación positiva.

También se determinó la existencia de relación entre las percepciones

sobre las relaciones parentales y las percepciones de apego parental con el

grado de empatía alcanzado en la adolescencia. Estos datos están dirigidos a

generar propuestas de intervención en ambientes como el académico y

familiar en busca de promover las prácticas empáticas, prosociales y

prevención de situaciones violentas desde el fortalecimiento de las relaciones

parentales y del vínculo parental seguro.

Este estudio ofrece un entendimiento de una de las variables más

empleadas en el campo social, la empatía. Además de promover el accionar

47
preventivo de la salud en espacios comunitarios y familiares, lo cual coincide

con las nuevas propuestas interventoras en salud comunitaria; siendo un buen

referente para futuras investigaciones en el campo del desarrollo del apego

parental.

Balabanian et al. (2015) realizaron el estudio Apego percibido y

conducta prosocial en adolescentes, el cual tuvo como objetivo estudiar la

relación entre la percepción de apego parental en adolescentes y la conducta

prosocial. La muestra fue de 285 adolescentes argentinos de entre 14 y 18

años, pertenecientes a escuelas secundarias de Argentina.

Los instrumentos usados son el Cuestionario de Apego Parental de

Kenny y el Prosocial Tendencies Measure (PTM) para medir la conducta

prosocial. Para la medición del apego se contempló el seguro e inseguro;

mientras que la conducta prosocial en dimensiones de público, respuesta,

altruismo y anónimo.

Los resultados indican diferencias significativas en el perfil de

prosocialidad en función del apego seguro. Esta diferencia se da en la

dimensión respuesta; es decir, se concluyó que quienes tienen mayor puntaje

en apego seguro tienen también altos puntajes en conducta prosocial en la

dimensión respuesta, la cual se entiende como aquella conducta de apoyo

impulsada ante una crisis o demanda. De esta forma se entiende la existencia

de una relación entre percepción del apego y la conducta prosocial en

adolescentes.

48
Este estudio abre las opciones de la comprensión del apego a una de

las variables más estudiadas en el campo social, como es la conducta

prosocial. El acercarla a la población adolescente refleja la importancia de

promover vínculos saludables en el campo interpersonal de dicha población.

Gómez et al. (2016), realizaron el estudio denominado Disposición al

riesgo en la actividad sexual de adolescentes: El rol de los modelos internos

de apego, de las relaciones de apego con padres e iguales y de las dificultades

de regulación emocional. Este buscó analizar la relación existente entre la

disposición al riesgo en las relaciones sexuales en personas adolescentes y

variables afectivo-emocionales tales como apego a la madre, al padre y los

iguales; los estilos de apego y las dificultades de regulación emocional.

La muestra fue conformada por 1911 adolescentes españoles de entre

15 a 20 años. Los instrumentos empleados fueron el Cuestionario de

valoración del comportamiento sexual, el Attachment Style Questionnaire

(ASQ), el Inventory on Parent and Peer Attachments (IPPA), la Escala de

disposición a riesgos al comportamiento sexual y el Difficulties in emotion

regulation.

Para el desarrollo del análisis de datos se generaron dos grupos: uno

con los participantes sin experiencia sexual, y otro con quienes sí

experimentaron sexualmente. Los resultados indican que el 57.4% de los

participantes cuentan con experiencia sexual, mientras que el resto no. En este

sentido, los hombres del grupo sin experiencia sexual presentaron mayor

disposición al riesgo que las mujeres.

49
Para el apego a padres y pares se halló que hay relación negativa con

la disposición al riesgo, y positiva con las dificultades de regulación

emocional en ambos sexos. Otro hallazgo similar se da en la relación entre

dificultades emocionales y la disposición al riesgo, la cual evidencia relación

positiva para ambos sexos.

El estudio propone una gran extensión de la comprensión del apego

en cuanto a los vínculos de pareja en adolescentes y el cuidado de la salud

sexual. Asimismo, el involucramiento de muchas variables también les

permitió a los autores generar conclusiones más exactas respecto al campo

emocional.

Guzmán et al. (2016) desarrollaron el estudio Asociación entre los

estilos de apego y violencia física recibida en relaciones de noviazgo en

estudiantes universitarios, el cual tuvo como objetivo evaluar la asociación

entre los estilos de apego y la violencia física recibida en relaciones de pareja;

en una muestra de 744 jóvenes universitarios chilenos de entre 18-28 años.

La muestra fue dividida en dos grupos: uno con presencia de episodios de

agresión física en el último año y otro sin ella.

Para evaluar los estilos de apego se empleó el Experiences in Close

Relationships (ECR) y para medir la violencia física, el Conflict Tactics Scale

(CTS). Los resultados muestran prevalencia de mujeres en el grupo que no ha

recibido violencia física en el último año, mientras que los hombres

prevalecen ligeramente en el grupo de quienes sí la recibieron.

50
En cuanto al estilo de apego, un 34.1% presenta estilo preocupado;

seguido de un 30.6% con estilo seguro; 23.3% con estilo temeroso; y 12%

con estilo desentendido. En consecuencia, se indica una relación significativa

entre agresión física percibida y apego; siendo aquellos con estilo seguro

quienes presentan muy pocos episodios de agresión, mientras que en los de

estilo preocupado se encontró mayores indicadores de violencia física

recibida.

El estudio aborda un ámbito sumamente delicado en el grupo

adolescente, ya que acerca una forma de autoanálisis sobre el tipo de relación

amorosa que están llevando o han llevado. La propuesta suma notoriamente

al entendimiento del apego y afianza la importancia de promover vínculos

saludables, pues resultan protectores de situaciones de riesgo como la

violencia física de pareja.

Cornellá et al. (2018) desarrollaron el estudio Temperament and

attachment as predictive factors for the risk of addiction to substances in

adolescents, que traducido al español es Temperamento y apego como

factores predictivos para el riesgo de adicción a sustancias en adolescentes.

En este estudio se buscó examinar las relaciones entre las dimensiones del

temperamento y del apego con el riesgo suicida; además de indagar si alguna

de ellas ejerce como factor de riesgo o protección.

Los 642 adolescentes españoles participantes tenían entre 13-19 años

y fueron evaluados con el Junior Temperament and Character Inventory, el

cual está conformado por 7 dimensiones, de las cuales solo se usaron 4:

51
dependencia de recompensa, persistencia, evitar daños y búsqueda de

novedades. Además, se empleó el CaMir-R para medir las representaciones

del apego parental. También se hizo uso de la dimensión O del Youth

Inventory-4, el cual contiene 6 ítems asociados al consumo de sustancias.

Los resultados obtenidos muestran que el grado escolar y la edad son

factores de riesgo para generar tendencia hacia la adicción a sustancias. En

cuanto a las correlaciones del temperamento con riesgo de adicción, se halló

que entre las dimensiones de riesgo de adicción a sustancias y búsqueda de

novedad existe correlación positiva y significativa; mientras que con la

dimensión persistencia fue negativa pero igual de significativa. Asimismo,

hallaron que la dimensión seguridad, disponibilidad y apoyo de las figuras

adjuntas del CaMir-R, correlacionó significativamente con todas las

dimensiones del JTCI, a excepción del “prevención de daños”.

La propuesta de estos autores está vinculada a estudios anteriores,

donde también indagan variables conectadas con la composición personal de

cada persona. Dicho campo resulta provechoso en el estudio de adolescentes,

teniendo en cuenta que son variables al tiempo y circunstancia constante

(Saavedra, et al., 2018). Asimismo, la evaluación estadística con intención de

hallar factores predictores del riesgo de adicción desde las dimensiones del

apego representa una innovadora propuesta en este campo de estudio.

Rocha et al. (2019) llevaron a cabo el estudio Evaluación de la

asociación entre el estilo de apego parental y los celos románticos en una

muestra de estudiantes universitarios colombianos. La muestra la

52
conformaron adolescentes entre 18 a 25 años. El objetivo fue analizar la

relación entre el estilo de apego parental y los celos románticos de jóvenes

con una relación amorosa vigente. Para ello se empleó el IPPA y la Escala

Interpersonal de Celos.

Los resultados obtenidos señalan que el 71.5% de los participantes

tuvieron a ambos padres como figuras de cuidado. Asimismo, el 40.4%

obtuvo apego seguro. Cabe resaltar que las relaciones entre las variables

analizadas sólo se hallaron en los participantes con variable de nivel

socioeconómico medio. De igual manera, en dicho grupo el apego

ambivalente es el más frecuente y justo con ellos; suele darse más los

resultados patológicos de celos. No obstante, en la evaluación general no se

halló correlaciones significativas de variables, por lo que se concluye que el

apego parental no impactaría en el desarrollo de celos patológicos en las

relaciones amorosas durante la adolescencia.

Si bien estos resultados difieren de los señalados en los estudios

correspondientes a Moral y Quintana (2018) y Campos y Suarez (2019), estos

indican que los resultados en el estudio del apego podrían variar cuando se

evalúa una muestra no clínica, tal como en el presente caso. Esto explicaría

la falta de correlación de variables. Por el contrario, aquel acercamiento entre

el estilo ambivalente y los celos patológicos concuerdan con lo hallado por

Guzmán (2016) respecto al impacto del apego en el manejo de emociones,

sobre todo en aquellos con estilo inseguro de apego.

53
b. Revisiones sistemáticas y teóricas

Couto y Tavares (2016) realizaron el estudio Apego e risco de suicídio

em adolescentes: estudo de revisão, cuya traducción al castellano es Apego y

riesgo de suicidio entre adolescentes: estudio de revisión. Dicho estudio

buscó analizar artículos publicados entre 1996 y 2016 que examinaron la

asociación entre apego y el riesgo de suicidio entre los adolescentes, haciendo

énfasis en los tipos de vínculo y las figuras de apego relacionadas con el

suicidio; luego de la exploración en diferentes bases de datos a través de

descriptores como el suicidio, los adolescentes y el apego.

Además, se escogieron 46 artículos para analizar. Este proceso

determinó que existen pruebas empíricas para sugerir la relación entre apego

inseguro o bajo vínculo parental. Con la conducta suicida en población

adolescente también se estableció la falta de consenso respecto a la

dimensión, factor o modelo del apego inseguro (evitativo, preocupado,

desorganizado, etc.), el cual se correlaciona con el riesgo suicida.

Por otro lado, quedó evidenciado que el apego a la figura materna se

configura como factor de protección frente al riesgo suicida en adolescentes.

Esta investigación recoge estudios producidos en un lapso considerable de

tiempo, contemplando diferentes muestras de estudio y una diversidad de

enfoques y metodologías de estudio. Es así como la propuesta de Couto y

Tavares (2016) facilita el entendimiento del estado académico del apego

parental en conexión con un factor clínico de relevancia para el bienestar

psicológico de los adolescentes. A su vez que incita a ampliar el estudio de

54
dichas variables en Latinoamérica, debido a la poca producción académica

hallada en esta zona. Si bien no ofrecen datos empíricos, la extensión a la

diversidad muestral, metodológica y cronológica, otorga sustentos válidos

para impulsar la indagación experimental sobre las relaciones entre el apego

y el riesgo suicida.

Morán y Martínez (2019) llevan a cabo el estudio El apego en la

adolescencia: una revisión sistemática de la investigación latinoamericana

durante los últimos 15 años, el cual busca caracterizar el contexto de las

investigaciones realizadas respecto a las características metodológicas y

resultados. Con este propósito, se ejecutó una revisión sistemática de

investigaciones que aborden el tema del apego en la adolescencia en

Latinoamérica. De un total de 328 hallazgos en los buscadores, solo 19

cumplían con los parámetros requeridos.

Los resultados señalan que existen pocos trabajos sobre el apego que

dirijan su interés en la población adolescente, sobre todo hacia menores de 14

años. Además, se presenta la tendencia a emplear metodología transversal,

correlacional y descriptiva; así como de validación de instrumentos que

miden la variable. Asimismo, se tiene que los campos relacionales más

estudiados respecto al apego son los patológicos y adaptación, dejando de

lado los familiares y de pares. De igual modo, se halló que la cantidad de

producción literaria es nula hasta el 2004; sin embargo, a partir del 2008 dicha

producción tiene un promedio de una publicación al año sobre el apego en

adolescentes. Esta fecha coincide con la creación de la Red Iberoamericana

55
de Apego (RIA), la cual promueve la investigación e intercambio científico

sobre esta variable.

Esta revisión representa el acercamiento más preciso sobre el estado

puro del apego parental en Latinoamérica, facilita datos a considerar para

futuras investigaciones sobre dicha variable y promueve mayores estudios en

esa parte del mundo; siendo así un adecuado referente teórico para futuros

investigadores interesados en ampliar el conocimiento del apego en

adolescentes.

Por su parte, Marrone (2018) desarrolló La teoría del apego y el

psicodrama, estudio en el cual realiza una recopilación de datos acerca del

apego y el psicodrama acercados al paradigma psicoanalítico; explorando los

componentes de dichas variables y su utilidad en el abordaje terapéutico y

clínico.

La propuesta de este autor recae sobre la comparación del aporte que

ofrece la teoría del apego en el abordaje emocional y psíquico con la del

psicodrama; tras la búsqueda explicativa de las primeras propuestas sobre la

teoría del apego, como son las de Bowlby y Ainsworth, citados por el autor.

Por otro lado, el desarrollo conceptual y práctico de los modelos internos

planteados por esta teoría pasan a analizar la diferenciación de la propuesta

frente al psicodrama.

Marrone (2018) llega a la conclusión de que las propuestas teóricas

que respaldan a ambos factores son compatibles; de hecho, el apego suma

elementos para la comprensión y conceptualización de dificultades

56
emocionales o procesos internos humanos. Sin embargo, no suma en términos

de técnicas al ejercicio del psicodrama, por lo que postula que la refinación y

solidificación de la teoría podría afinar la técnica psicoterapéutica en el

psicodrama. Si bien este estudio difiere de los anteriormente presentados,

permite observar la influencia de la teoría elemental del apego sobre las

propuestas de herramientas psicológicas modernas, como es el psicodrama.

2.4. Reflexiones teóricas sobre el tema

A partir de la recolección de estudios sobre el apego parental en

adolescentes, la clasificación y análisis de dicha información; se denota que

entre los años 2015 y 2020 existe un reducido interés por explorar el apego

en la población adolescente. Esto se ve reflejado en el poco número de

artículos encontrados, sobre todo en el ámbito latinoamericano. No obstante,

en el europeo, principalmente en España, se halló mayor generación de datos

al respecto. Este escenario simboliza una limitación para este estudio; sin

embargo, la data europea permite entender el escenario actual del fenómeno

a través de la pertinente extrapolación de hallazgos a la realidad local. Si bien

el contexto sociocultural en la estructuración del apego puede variar, debe

considerarse que la adolescencia es una etapa universal y que este modo de

abordaje es el único viable en la actualidad, considerando la limitada

información obtenida.

En este sentido, se observó mayor inclinación por la indagación de

aspectos psicológicos respecto al apego en adolescentes. De estos resalta la

temática de depresión, ansiedad, adicciones, dependencia emocional e

57
ideación suicida. Aunque el ámbito social es débilmente explorado, se

identificaron variables de interés de este campo, tales como la conducta

prosocial, empatía y conductas de riesgo sexual. La convergencia de estos

escenarios permite comprender que el apego parental, más allá de su efecto

inmediato en el esquema psicosocial del infante, altera las formas de

relacionarse en el futuro con uno mismo, así como con el entorno.

En consecuencia, las implicancias psicosociales identificadas en la

adolescencia son la predisposición para ejecutar conductas de riesgo; la

conflictividad con su entorno cercano, como la dependencia emocional en las

relaciones amorosas o la integración de grupos con conductas negativas; y la

alteración de la dinámica en el núcleo familiar, como reacción a la

manifestación de psicopatologías. No obstante, se debe considerar que dichas

implicancias se deben al estilo de apego que se estructure desde la infancia;

debido a que la generación de factores protectores podría ser una implicancia,

pero relacionada al estilo de apego seguro.

En este sentido, se comprende que en la adolescencia acontecen

cambios que predisponen conflictos. De estos resaltan las conductas

adictivas, la tolerancia a comportamientos psicópatas (uso y permisividad de

mentiras), relaciones de pareja con dinámica de dependencia emocional,

tolerancia a la sintomatología de trastornos como los de ansiedad, depresión,

obsesiones, compulsiones o somatizaciones. Estas alteraciones se

caracterizan por extender la afectación al entorno social del adolescente, sea

cercano o no.

58
Por otro lado, las relaciones sociales se han trasnformado por el

cambio en la forma de convivir a partir de la pandemia y el confinamiento.

Las principales variaciones responden a la generación de sobre apego en las

edades tempranas (5-8 años), el cual es en respuesta al escenario de

incertidumbre y temor por la situación sanitaria. Asimismo, en edades

posteriores hasta la adolescencia, se presenta un escenario de ambivalencia.

La razón para que esto ocurra son los deseos de cercanía, pero a la vez de

separación de las figuras familiares importantes (Linhares y Enumo, 2020).

Esto impulsa la creencia de lo predispuesto que es el incremento de la

población con estilos de apego inseguro, lo cual podría generar cuadros de

alteración psicológica, emocional y conflictividad social.

En el plano nacional no se hallaron artículos que describan la situación

actual del fenómeno del apego parental en adolescentes. Esto limita la

exposición de los rasgos de dicha variable en el contexto peruano. Sin

embargo, Barboza et al. (2017) señalan que la dinámica familiar peruana

tiende a ser disfuncional. Además, en aquellas que cuentan con algún

miembro adolescente, la sensibilidad al conflicto incrementa. Añadido a esto,

Prieto et al. (2020) sugieren que existen cambios en el escenario de las

familias peruanas a raíz de la pandemia, y con ello, en las relaciones

vinculares primarias. De acuerdo con dichos autores, se presentan cambios

emocionales compatibles con la ansiedad y depresión dentro de los núcleos

peruanos; estas variaciones se proyectan en temor a salir de casa, síntomas de

agorafobia, miedo de asistir a lugares concurridos, frustración frente a los

cambios, alteración del sueño, entre otros. Estas características invitan a

59
pensar que dentro del contexto nacional, el apego tiende a ser de tipo

inseguro; escenario que se reafirma por la situación sanitaria que se vive

actualmente.

En los estudios sobre apego se emplea prioritariamente la división

dicotómica de los estilos seguro e inseguro, aunque esta propuesta

corresponde al planteamiento teórico primario del apego. La subdivisión del

estilo inseguro es indeterminada; es decir, no hay consenso sobre su

clasificación nominal. Los términos más empleados suelen ser: inseguro

evitativo e inseguro ambivalente. Aunque hay autores que también emplean

los términos ansioso o desorganizado.

Si bien Mary Ainsworth planteó otro tipo de división, que contempla

al inseguro evitativo, inseguro preocupado e inseguro desorganizado

(Buruchaga, 2018; Chávez y Vinces, 2019); los nuevos términos no

resultarían incorrectos siempre que se acompañe de la conceptualización

correspondiente. Por lo tanto, tal como lo plantean Morán y Martínez (2019),

es pertinente proponer la homologación de términos en subtipos del apego

inseguro; ello sumaría a la comprensión estandarizada del tema, ya sea para

especialistas en el tema o para la población en general que busque conocer al

respecto.

En congruencia con las líneas anteriores, se identificaron diferentes

propuestas psicométricas para las mediciones del apego. Sobre el enfoque de

autoreporte, las propuestas pasan por el apego a padres, al apego a pares, al

apego conyugal, hasta el apego al ambiente laboral. En este sentido, el IPPA

60
y CaMir son los más usados en las diversas investigaciones que miden el

apego parental. Estos instrumentos vienen siendo empleados desde hace más

de 30 años; y frente a la opción de crear nuevos instrumentos de medición,

los investigadores optan por validarlos en sus entornos cercanos o en

poblaciones con características específicas, tales como en muestras

patológicas o de alguna región geográfica. En el escenario actual se ha dejado

de lado el eje propuesto por Ainsworth o Main, quienes apostaron por

mediciones a través de situaciones propuestas y sistemáticas como las

entrevistas (Buruchaga, 2018; Chávez y Vinces, 2019).

Por otra parte, se evidencia el distanciamiento con la evaluación de

muestras clínicas; las cuales podrían aportar data más precisa respecto al

impacto del apego parental en la adolescencia (Pinto et al. 2018). A esto se le

suma la resistencia de los investigadores por acercar el análisis del apego

parental al campo social; situación que debe ser atendida, ya que al ser el

apego de naturaleza clínica, sería sumamente provechoso asociarlo a aspectos

sociales de manera que desde el enfoque psicosocial se podrían ofrecer

comprensiones novedosas de cómo son afectadas las relaciones sociales a

partir de lo que Bowlby llamaría estructuras comportamentales (Quintana et

al., 2018). Esto representa un amplio campo para la intervención de mejoras

en la dinámica relacional de los adolescentes.

2.5. Impacto teórico y social del tema

La indagación del apego parental en la adolescencia aporta a la

comprensión de situaciones conflictivas de dicha población, esto a través de

61
la descripción de ellas y desarrollo de explicaciones causales sobre las

alteraciones vinculadas a la dimensión psicológica y social. Esta propuesta es

un aporte a la psicología, dado que el empleo del enfoque psicosocial como

herramienta de análisis no es usada frecuentemente; además otorga una

perspectiva integradora del tema (Morán y Martínez, 2019) y permite

comprensiones pertinentes al respecto, especialmente en la dinámica sanitaria

que atraviesa el mundo a causa de la Covid-19.

La psicología del desarrollo se ve favorecida con las nuevas

comprensiones sobre la adolescencia respecto al estado de bienestar o

conflicto de dicha etapa; todo esto desde tres ejes: psicológico, emocional y

social. Además, representa una invitación a la continuidad de la investigación

de la línea causal infancia-adolescencia, con el objetivo de promover las

relaciones vinculares sanas (Chávez y Vinces, 2019).

El estudio también suma al campo social-comunitario, puesto que

propone un nuevo tópico de observación en los procesos diagnósticos de

comunidades; así como para intervenciones. De manera semejante impulsa a

reforzar el trabajo de promoción del apego saludable (Díaz, et al. 2019), que

puede ser parte de programas maternos o de primera infancia que se realicen

en centros de atención primaria. Estas iniciativas se ven acompañadas con

este contenido, ya que cuenta con una lista de instrumentos por emplear,

además de un desarrollo actualizado de temáticas asociadas al apego para la

guía en el diseño de sus intervenciones.

62
Esto representaría un soporte a la formación de una nueva sociedad,

ya que estaría involucrada en el desarrollo de nuevas generaciones; las cuales

podrían experimentar situaciones de crianza saludable y así favorecer sus

estructuras psicológicas e interacciones sociales a futuro.

En relación con líneas anteriores, la lista de instrumentos

desarrollados, algunos validados en el contexto peruano, aportan al ejercicio

de evaluación psicológica en los procesos de diagnósticos clínicos. Además,

son reforzados por una serie de escenarios clínicos que se han descrito (como

el de problemas socioemocionales), los cuales pueden ser empleados como

referencia para el ejercicio del profesional en psicología.

El impacto alcanza a la psicología educacional, ya que el contenido

desarrollado servirá también de insumo para incitar la capacitación a docentes

de los primeros niveles educativos hasta los últimos. Esto debido a que la

expresión de un apego inseguro se puede dar en cualquier etapa del desarrollo,

aunque el interés del estudio sea la adolescencia (Buruchaga, 2018). Este

trabajo, surgido de la psicología, permite abordajes multidisciplinarios a favor

del desarrollo saludable de nuevas generaciones; de modo que los ambientes

en los que interactúa, como la escuela, se encuentren aptos para detectar

indicadores de apego inseguro. Esto representaría relaciones objetales

conflictivas.

63
CONCLUSIONES

Las relaciones objetales, también llamadas primarias, tienen efectos

tanto en las estructuras psicológicas así como en las interacciones sociales

expresadas durante la adolescencia. Este tipo de impacto podrá variar de

acuerdo con el estilo de apego que haya vivenciado la persona. Sin embargo,

se debe considerar la posibilidad de la influencia de otros factores para este

tipo de análisis, ya que muchos de los estudios que garantizan esta relación

de efecto han considerado de tres a más variables para la explicación de los

fenómenos estudiados. Por lo que seguir empleando esta estructura de

investigación favorecerá significativamente al conocimiento en el tema.

Las implicancias psicosociales del apego en la adolescencia se centran

en la mayor o menor tendencia a ejecutar conductas de riesgo, la alteración

de sus relaciones sociales (dentro de las cuales se contemplan las amorosas)

y la afectación de clima en la convivencia familiar; esto como consecuencia

de alteraciones psicológicas, tales como cuadros depresivos, ansiosos,

somáticos, psicópatas, adictivos, entre otros. Es importante considerar que

esta situación es relacionada al estilo de apego inseguro, el cual se halló

predominante en los estudios; sin embargo, la formación de apego seguro

contemplaría implicancias de seguridad, conocidos como factores protectores

frente a la serie de alteraciones negativas que han sido descritas a lo largo del

presente estudio.

En este sentido, se observa que la investigación de la salud psicológica

ha sido más explorada desde aspectos individuales que sociales. Si bien este

64
estudio contempla el enfoque psicosocial como medio de análisis, para llegar

a ello se partió desde las dos categorías que conforman dicho enfoque: lo

psicológico y lo social. A partir estas se identificó que sobresalen estudios

dirigidos a estudiar los conflictos emocionales, la depresión, ideación suicida,

entre otros. Esto pone en evidencia el vacío de conocimiento sobre el ámbito

social, desde el cual se podría explorar fenómenos como el altruismo,

responsabilidad social o conductas proambientales en relación con el apego

parental.

También se observó que los estudios revisados reflejan la preferencia

por analizar y relacionar al apego con los fenómenos conflictivos de los

individuos y la sociedad; dejando de lado la exploración de variables

percibidas a estados de bienestar en las personas y grupos. El cambio de esta

tendencia podría favorecer la detección de factores protectores que aporten al

fortalecimiento del bienestar psicológico, tanto en adolescentes como en

infantes; quienes parecen ser una población de interés constante por

investigadores. En relación con lo planteado, se sostiene que los conflictos

psicosociales que destacan en la adolescencia son los vinculados a las

conductas adictivas; le siguen las de riesgo sexual; las de relaciones sociales

insanas, con dependencia emocional; y de tolerancia o práctica de psicopatía,

como el empleo de mentiras o justificación de estas. También se caracterizan

por la manifestación de rasgos psicopatológicos, los cuales son percibidos

como controlables, aun cuando no es así. Este escenario es igual de

conflictivo que los descritos anteriormente.

65
Asimismo, se evidencia que la pandemia por Covid-19 alteró las

formas de relacionarse socialmente. Si a ello le sumamos el confinamiento

social como medida preventiva para el contagio de dicha enfermedad, la

forma de socialización dentro de la familia se modifica incluso más. Los

principales cambios generados en la dinámica de relación familiar a causa de

dicha situación sanitaria son el incremento de la necesidad de la figura de

apego, para el caso de infantes; esto acompañado de conductas temerosas

frente a la socialización en espacios abiertos o diferentes al familiar, aumento

de la ansiedad y preocupación por el estado de salud de los miembros de la

familia, mayor involucramiento en los rituales familiares (espacios en común

con familia), acercamiento a la biografía familiar con efecto de identificación

con referentes, como padres, hermanos o abuelos. Por el lado de los

adolescentes ocurre un escenario similar, con la variación del surgimiento de

escenas de ambivalencia; es decir, con deseo de separación del núcleo

familiar en búsqueda de la experiencia en el ámbito académico y social

amical.

Respecto a las posiciones teóricas del apego parental, han sido poco

trabajadas en los últimos años. En consecuencia, se siguen tomando como

referencia prioritaria las propuestas conceptuales de Bowlby y Ainsworth,

principalmente. Estas representan los primeros pilares de la explicación del

apego, por lo que se puede seguir resaltando sus aportes. Sin embargo, sería

interesante analizar la vigencia de dichos modelos en contextos actuales;

considerando las nuevas dinámicas y conformaciones familiares, como las

monoparentales, con hijos adoptados, familias extensas, hogares sustitutos,

66
entre otros escenarios. Siguiendo esta línea, no se evidencian acuerdos

formales respecto a la categorización del apego inseguro. En los estudios

revisados no existe planteamiento teórico acerca de cuáles serían oficialmente

las nominaciones para los subtipos de apego parental; por lo que se

recomendaría homogenizar los términos o en su defecto, contemplar la

descripción conceptual de cada subtipo cada vez que se emplee cualquiera de

ellos.

La ausencia de estudios sobre el tema en el plano nacional impidió la

elaboración concreta de características del apego en el Perú. Sin embargo, a

partir de la observación de características familiares de los peruanos; sumado

al contexto pandémico, el cual representa alteraciones en dicho ámbito a

causa de la aparición de necesidades no cubiertas, adaptación a las variaciones

de socialización (además de las formas de llevar clases en el caso de

adolescentes) e incertidumbre por ser una situación desconocida; se plantea

que el estilo de apego inseguro estaría siendo predominante en el contexto

peruano. Esta idea es reforzada por lo observado en los artículos revisados,

en donde los resultados descriptivos de las mediciones de apego muestran

poca incidencia de parte del estilo seguro.

Por último, si bien se ha descrito que las implicancias del apego en la

adolescencia resultan primordialmente negativas, es necesario contemplar el

rol de las experiencias individuales en el proceso de crecimiento; es decir, los

aprendizajes propios de los cuales pueden surgir factores protectores que

mengüen aquellas afectaciones en la infancia. En otras palabras, si bien los

67
vínculos primarios impactan en el estado del adolescente, los recursos que

puedan adquirir durante su desarrollo evolutivo y las nuevas relaciones

significativas que estructuren sumarán a que atraviesen una adolescencia

saludable.

68
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