Aparato Urinario y Sistema Reproductor

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Licenciatura en optometría

PRIMER SEMESTRE semipresencial

Nombre del maestro: Dr. Ladislao Vázquez Morales

NOMBRE DEL ALUMNO: YAWO-TETE ENOS DEGBE

MATRICULA: ac007555

Semestre: Primer semestre

Tarea1: RESUMEN LIBRO CAP. 15 y 16.

Ciudad de origen, estado y fecha de entrega de la tare: Montemorelos, 23 de


septiembre 2021
El aparato urinario
Riñones
Localización y estructura: Aunque muchos piensan que los riñones se localizan en la parte
baja de la espalda, ésta no es localización correcta. Por el contrario, estos órganos pequeños,
de color rojo oscuro y con forma de judías se sitúan en la pared dorsal del cuerpo en una
posición retroperitoneal (por debajo del peritoneo parietal) en la región lumbar superior. El riñón
de un adulto mide aproximadamente 12 cm de largo, 6 cm de ancho y 3 cm de grosor, más o
menos como el tamaño de una pastilla grande de jabón. Tiene forma convexa en el lateral y
muestra una indotación media llamada hilio renal.

En la parte superior de cada riñón, se encuentra la glándula suprarrenal, que forma parte del
aparato endocrino y cuya función forma un órgano aparte. Una cápsula fibrosa transparente
envuelve cada riñón y le da un aspecto fresco y brillante. Una masa grasa, la cápsula grasa
perirrenal, se dispone alrededor de los riñones y actúa como protección contra los golpes. La
fascia renal, la cápsula más exterior, ancla cada riñón y ayuda a sostenerlo en su lugar contra
los músculos de la pared torácica.

Cuando un riñón se corta a lo largo, se pueden distinguir tres partes diferentes. La región más
exterior, que tiene un color menos in tenso, es la corteza renal. Dentro de la corteza se
encuentra una zona de un rojo oscuro menos intenso, que se conoce como la médula renal. La
médula tiene muchas regiones básicas triangulares, las pirámides medulares o renales. El lado
mayor de cada pirámide está de cara a la corteza y su vértice está dirigido a la parte más baja
de los riñones. Las pirámides están separadas por extensiones del tejido de la corteza,
llamadas columnas renales. La pelvis renal es una cavidad plana cerca del hi lio. La pelvis
continúa hasta el uréter cuando se acaba el hilio. Las extensiones de la pelvis, los cálices,
forman zonas en forma de taza que encierran los vértices de las pirámides. Los cálices recogen
la orina, que se drena continuamente desde los vértices de la pirámide a la pelvis renal.
Entonces, la orina fluye de la pelvis al uréter, y este la transporta a la vejiga, donde será
almacenada de forma temporal.
Suministro de sangre

Los riñones purifican continuamente la sangre y modifican su composición, por lo que no es de


extrañar que tengan muy buen suministro de sangre. Aproximadamente, un cuarto del
suministro de sangre total del cuerpo pasa por los riñones cada minuto. La arteria que lleva la
sangre a cada riñón se llama arteria renal. A medida que la arteria se aproxima al hilio, se
divide en arterias segmentarias, de cada una de las cuales salen varias ramas llamadas
arterias interlobulares, que viajan por las columnas renales hasta llegar a la corteza. En el lugar
donde se unen la corteza con la médula, las arterias interlobulares se con vierten en arterias
arciformes, que se curvan en las pirámides medulares. Las pequeñas arterias radiales
corticales se bifurcan de las arterias arciformes y proporcionan el suministro de sangre al tejido
cortical. La sangre venosa que se drena desde los riñones a través de las venas traza el
camino para el suministro arterial pero en la dirección opuesta (de las venas radiales corticales
a las venas arciformes, a las venas interlobulares, a las venas renales, que emergen del hilio
del riñón. No hay venas segmentarias)

Nefronas y formación de la orina

Nefronas: Cada riñón contiene más de un millón de estructuras di minutas llamadas


nefronas. Las nefronas son unidades funcionales y estructurales del riñón y, como tales, son
responsables de la formación de la orina. Cada nefrona tiene dos estructuras principales: un
glomérulo, que es un nudo de capilares, y un túbulo renal. La parte cerrada del túbulo renal
está alargada en forma de taza y envuelve completamente al glomérulo. Ésta porción del túbulo
renal se llama glomerular, o cápsula de Bowman. La capa más interior de la cápsula está
compuesta por células que tienen forma de pulpo y que están altamente modificadas, las
cuales reciben el nombre de podocitos. Los podocitos tienen un largo proceso de bifurcación
en el que se entrelazan unos con otros y rodean al glomérulo.

Las superficies luminales (es decir, las superficies expuestas al filtrado) de las células del
túbulo en los túbulos contorneados proximales están cubiertas con ovillos densos, gracias a lo
cual su área de superficie aumenta enormemente. Estos ovillos también se producen en otras
partes de las células del túbulo, pero esto ocurre en un número mucho más reducido.
A la mayoría de las nefronas se las llama nefronas corticales como consecuencia de su
localización en la corteza. En muy pocos casos, se las llama nefronas yuxtamedulares, ya
que están situadas muy cerca de la unión corteza-médula, y sus asas de Henle se adentran en
la médula. Los conductos colectores, los cuales reciben orina de muchas nefronas, se disponen
hacia abajo a través de las pirámides medulares, dando a las pirámides un as pecto a rayas.
Estos conductos transportan la orina final a los cálices y a la pelvis renal. Cada una de las
nefronas está asociada con dos conjuntos de capilares (los capilares glomerulares, ya
mencionados, y los capilares peritubulares. El glomérulo se alimenta y se drena por las
arteriolas. La arteriola aferente, que llega por la arteria radial cortical, es el vaso sanguíneo “de
alimentación”, y la arteriola eferente recibe la sangre que ha pasado por el glomérulo. Los
capilares glomerulares, especializados en la filtración, son diferentes a cualquier otro conjunto
de capilares del organismo. A causa de ser alimentado y drenado por las arteriolas, que son
vasos sanguíneos de alta resistencia, y porque la arteriola aferente tiene un diámetro más
grande que la eferente, la presión sanguínea en los capilares glomerulares es mucho más alta
que en cualquier otro conjunto de capilares. Esta presión extremadamente alta dirige los fluidos
y los solutos (más pequeños que las proteínas) hacia el exterior de la sangre, dentro de la
cápsula glomerular. A veces, las células de los túbulos reclaman hasta el 99% del filtrado, que
devuelve a la sangre por los capilares peritubulares. Los capilares peritubulares surgen de la
arteriola aferente que drena el glomérulo. Al contrario de la alta presión de los glomerulares,
estos capilares presentan una presión baja y son vasos porosos que están adaptados para la
absorción en vez de para la filtración. Éstos rodean todo el túbulo renal, donde se encuentran
en la posición ideal para recibir solutos y agua de las células tubulares, ya que estas sustancias
se reabsorben del filtrado a través del túbulo. Los capilares peritubulares drenan estos
productos a las venas interlobulares que abandonan la corteza.

Formación de la orina

La formación de la orina es el resultado de tres procesos: filtración glomerular, reabsorción


tubular y secreción tubular.

. Filtración glomerular: Como se acaba de describir, el glomérulo actúa como un filtro. La


filtración glomerular es un proceso pasivo, no selectivo, por el cual el fluido pasa de la sangre a
la cápsula glomerular. Una vez en la cápsula, el fluido se llama filtrado y en esencia está
compuesto por plasma sanguíneo sin proteínas. Tanto las proteínas como las células
sanguíneas son normalmente demasiado grandes para atravesar la membrana de filtración y
cuando alguna de estas aparece en la orina significa que hay muchas posibilidades de que
haya algún problema en los filtros glomerulares. Mientras que la presión sanguínea sistemática
sea normal, el filtrado se formará sin problemas. Si la presión sanguínea arterial cae a un nivel
bajo, la presión glomerular se vuelve insuficiente para obligar a las sustancias de la sangre a
que salgan de la sangre a los túbulos, y el filtrado se detiene.

. Reabsorción tubular: Además de los desechos y del exceso de iones que deben
eliminarse de la sangre, el filtrado también contiene muchas sustancias que pueden ser útiles
(entre ellos el agua, la glucosa, los aminoácidos y los iones), y que deben recogerse del filtrado
y devolverse a la sangre. La reabsorción tubular comienza al mismo tiempo que el filtrado
penetra en el túbulo contorneado proximal. Las células tubulares son “transportadores”, que
toman las sustancias necesarias del filtrado y las pasan al espacio extracelular, de donde son
reabsorbidas por la sangre de los capilares peritubulares. Algunos tipos de reabsorción se
llevan a cabo de forma pasiva (por ejemplo el agua, por ósmosis), pero la reabsorción de la
mayoría de las sustancias depende de los procesos de transporte activo, que utilizan a los
transportadores de las membranas y son muy selectivos. Existen numerosos transportadores
para las sustancias que se necesitan reabsorber, y muy pocos transportadores para sustancias
innecesarias del organismo. Las sustancias que se necesitan (por ejemplo la glucosa y los
amino ácidos) se reabsorben completamente del filtrado en condiciones normales.

. Secreción tubular: La secreción tubular es esencial mente lo contrario a la reabsorción


tubular. Algunas sustancias como los iones de hidrógeno y potasio y la creatinina también
pasan desde la sangre de los túbulos peritubulares a través de las células tubulares, o bien
desde las propias células tubulares, al filtrado para ser eliminadas en la orina. Este proceso
parece ser importante para deshacerse de sustancias que aún no están en el filtrado, como
algunos fármacos, el exceso de potasio, o como un medio adicional de controlar el pH se la
sangre.

Características de la orina

1. En 24 horas, los maravillosos y complejos riñones filtran entre 150 y 180 litros de
plasma a través de los glomérulos a los túbulos, que procesan el filtrado al extraer
sustancias (reabsorción) y al añadir otras (secreción).
2. La orina normal es por lo general clara y amarilla. El color amarillento normal se debe al
ureocromo, un pigmento que es el resultado de la destrucción de hemoglobina del
organismo.
3. El pH de la orina es ligeramente ácido (alrededor de 6), pero los cambios en el
metabolismo del cuerpo y algunos alimentos pueden provocar el aumento de su acidez
o de su basicidad.
4. Como consecuencia de que la orina esté compuesta por agua más solutos, ésta es más
pesada y más densa que el agua destilada. El término que se usa para comparar el
peso de la orina con el del agua destilada es gravedad específica.

Uréteres, vejiga urinaria y uretra


Uréteres
Los uréteres son dos tubos alargados que miden entre 25 y 30 cm de largo y 6 mm de
diámetro. Cada uréter se sitúa a lo largo del peritoneo desde el hilio renal hasta la parte
posterior de la vejiga, en la que entra ligeramente en ángulo (véanse las figuras 15.1 y
15.6). La parte superior del uréter es una continuación de la pelvis renal, y su
recubrimiento mucoso continúa con el de la pelvis renal y la vejiga. En esencia, los
uréteres son conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga.

Vejiga urinaria
La vejiga urinaria es un saco muscular liso y plegable que almacena la orina de forma
temporal. Se sitúa en la zona retroperitoneal, en la parte posterior de la sínfisis púbica.
Si se escanea el interior de la vejiga, se pueden diferenciar tres aperturas: las dos de
los uréteres (orificios ureterales) y la única apertura de la uretra (orificio interno uretral),
que llega hasta la vejiga (Figura 15.6). La lisa región triangular de la base de la vejiga
delimitada por estas tres aperturas recibe el nombre de trígono.
La pared de la vejiga tiene tres capas de músculo liso, conocidas en conjunto como
músculo detrusor, y su mucosa es un tipo especial de epitelio, el epitelio transicional.

Uretra
La uretra es un tubo de pared delgada que transporta la orina mediante la peristalsis
desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo. En la unión vejiga-uretra, un engrosamiento
del músculo liso forma el esfínter uretral interno, un esfínter involuntario que mantiene la
uretra cerrada cuando la orina no está pasando. Un segundo esfínter, el esfínter uretral
externo, está modelado por un músculo esquelético donde la uretra pasa por el perineo.
Este esfínter se puede controlar.
La uretra del hombre tiene una función doble: transporta la orina al exterior del cuerpo, y
también constituye el conducto por el que se eyecta el esperma del cuerpo. Por lo tanto,
en el hombre, la uretra forma parte tanto del aparato urinario como del reproductor.

Micción
La micción, o diuresis, es el acto de vaciado de la vejiga. Dos esfínteres o válvulas, el
esfínter uretral interno (situado más arriba) y el esfínter uretral externo (situado más
abajo, controlan el flujo de orina desde la vejiga.

El sistema reproductor
La mayoría de los sistemas de órganos del cuerpo funcionan casi continuamente para
mantener el bienestar de la persona. Sin embargo, el sistema reproductor parece estar
“adormecido” hasta la pubertad. Las gónadas, u órganos sexuales primarios, son los testículos
en los hombres y los ovarios en las mujeres. Las gónadas producen células sexuales o
gametos y secretan hormonas sexuales. El resto de las estructuras del sistema reproductor son
órganos reproductores accesorios. Aunque los sistemas reproductores del hombre y la mujer
sean bastantes diferentes, su objetivo común es producir descendencia.

El papel reproductor del hombre es fabricar gametos masculinos llamados espermatozoides y


conseguir que lleguen al tracto reproductor femenino. La mujer, a su vez, produce gametos
femeninos, llamados óvulos. Si es un momento apropiado, el óvulo y el espermatozoide se
unen para producir un huevo fertilizado, que es la primera célula de una nueva persona. Una
vez que la fertilización ha tenido lugar, el útero femenino proporciona un entorno protector en el
que el embrión, más tarde llamado feto, se desarrolla hasta el nacimiento.

Las hormonas sexuales juegan un papel fundamental tanto en el desarrollo y funcionamiento


de los órganos reproductores como en el comportamiento y en los impulsos sexuales. Estas
hormonas también influyen en el crecimiento y desarrollo de muchos otros tejidos y órganos del
cuerpo.

Anatomía del sistema reproductor masculino

Testículos

Cada testículo tiene el tamaño aproximado de una ciruela, midiendo aproximadamente 4 cm


de largo y 2,5 cm de ancho. Una cápsula fibrosa de tejido conectivo, la tú nica albugínea
(“envoltura blanca”) rodea cada testículo. Las extensiones de esta cápsula (septo) profundizan
en el testículo y lo dividen en un gran número de lóbulos con forma de cuña. Cada lóbulo
contiene de uno a cuatro túbulos seminíferos fuertemente enrollados, las “fábricas de
formación de espermatozoides”. Los túbulos seminíferos de cada lóbulo vierten el esperma en
otro grupo de túbulos, la rete testis, situada a un lado del testículo. Los espermatozoides viajan
a través de la rete testis para entrar en la primera parte del sistema de conductos, el epidídimo,
que rodea la superficie exterior del testículo.

Situadas en el suave tejido conectivo alrededor de los túbulos seminíferos están las células
intersticiales, células funcionalmente diferenciadas que producen andrógenos, de los que el
más importante es la testosterona. Así, las funciones de producción de espermatozoides y de
hormonas de los testículos se realizan a través de poblaciones de células totalmente diferentes.

Sistema de conductos

Epidídimo
El epidídimo es la primera parte del sistema masculino de conductos y proporciona un lugar de
almacenamiento temporal para los espermatozoides inmaduros que llegan a él procedentes del
testículo.

Conducto deferente

El conducto deferente, o vaso deferente, sube desde el epidídimo por el canal inguinal a la
cavidad pélvica y se arquea por encima de la parte superior de la vejiga urinaria.

Uretra

La uretra, que se extiende desde la base de la vejiga urinaria hasta la punta del pene, es la
parte terminal del sistema masculino de conductos. Tiene tres zonas: (1) la uretra prostática,
rodeada por la glándula prostática; (2) la uretra membranosa, que abarca la distancia desde la
uretra prostática hasta el pene; y (3) la uretra esponjosa (peneana), que tiene la misma longitud
que el pene.

Glándulas anexas y semen


Estas glándulas producen el semen, el líquido que contiene esperma y que es expulsado del
tracto reproductor masculino durante la eyaculación.

Vesículas seminales

Las vesículas seminales, localizadas en la base de la vejiga, producen alrededor del 60% de
líquido seminal, el volumen líquido del semen. Su densa y amarillenta secreción es rica en
azúcar (fructosa), vitamina C, prostaglandinas y otras sustancias que alimentan y activan el
esperma que pasa por el tracto. El conducto de cada vesícula seminal se une al del conducto
deferente en el mismo lado para formar el conducto eyaculador (véase la Figura 16.2). Así, el
esperma y el líquido seminal entran juntos en la uretra durante la eyaculación.

Próstata

La próstata es una glándula única con forma circular y de tamaño parecido a un hueso de
melocotón (véase la Figura 16.2). Rodea la parte superior (prostática) de la uretra, justo por
debajo de la vejiga. La secreción de la glándula prostática es un líquido lechoso que juega un
papel a la hora de activar los espermatozoides. Durante la eyaculación, el líquido entra en la
uretra a través de varios conductos pequeños. Como la próstata está localizada
inmediatamente antes del recto, su tamaño y textura pueden palparse mediante un examen
digital (con los dedos) a través de la pared anterior del recto.

Glándulas bulbouretrales

Las glándulas bulbouretrales son minúsculas glándulas, del tamaño de un guisante, situadas
debajo de la glándula prostática. Producen una mucosa espesa y clara que desagua en la
uretra peneana. Esta secreción es la primera que pasa por la uretra cuando un hombre se
excita sexualmente. Limpia y aclara la uretra de res tos de orina, que es ácida, y sirve como
lubricante durante el acto sexual.

Semen

El semen es una mezcla, de color blanco-lechoso y algo pegajosa, formada por esperma y
secreciones de las glándulas anexas. La parte líquida sirve de medio de transporte para
nutrientes y sustancias químicas que protegen el esperma y le ayudan en su movimiento.

Genitales externos
Los genitales externos masculinos incluyen el escroto y el pene.

El escroto es un saco de piel que cuelga fuera de la cavidad abdominal, entre las piernas y en
la base del pene.

El pene está diseñado para introducir esperma en el tracto reproductor femenino. El pene
cubierto de piel consiste en un eje o cuerpo, que termina en una punta alargada, el glande.

Funciones reproductoras masculinas


El papel principal del hombre en el proceso repro ductivo es la producción de
espermatozoides y de la hormona testosterona. Estos procesos se describen a continuación.
Espermatogénesis

La producción de espermatozoides, o espermatogénesis, empieza durante la pubertad y


continúa a lo largo de la vida. Cada día, un hombre fabrica millones de espermatozoides. Sólo
uno fertiliza un óvulo, así que parece que la naturaleza se ha asegurado el hecho de que la
especie humana no se vea amenazada por falta de espermatozoides.

Producción de testosterona

las células intersticiales producen testosterona, el principal pro ducto hormonal de los
testículos. Durante la pubertad, conforme la FSH estimula a los túbulos seminíferos para
producir espermatozoides, las células intersticiales se activan a través de la hormona
luteinizante (LH), que se libera también por la glándula pituitaria anterior.

Las características sexuales secundarias son inducidas por las hormonas sexuales en los
órganos no reproductores. Entre las características sexuales secundarias masculinas figuran:

• La voz se hace más grave conforme la laringe aumenta de tamaño.

• Aumenta el crecimiento del pelo por todo el cuerpo, particularmente en las zonas axilar y
púbica y en la cara (la barba y el bigote).

• Se incrementa el tamaño de los músculos esqueléticos para producir la masa muscular más
pesada típica del físico masculino.

• Aumenta el peso del esqueleto debido al crecimiento de los huesos y a un incremento en su


densidad.

Anatomía del sistema reproductor


femenino
Ovarios

El par de ovarios tiene una forma muy parecida a la de unas almendras, pero con casi el doble
de su tamaño. Si miramos un ovario por dentro, veremos muchas estructuras minúsculas
parecidas a sacos llamadas folículos ováricos (Figura 16.7). Cada folículo consiste en un óvulo
inmaduro, llamado ovocito, rodeado por una o más capas de distintas células llamadas células
foliculares. A medida que un óvulo en desarrollo dentro de un folículo empieza a madurar, el
folículo aumenta de tamaño y desarrolla una zona central llena de líquido llamado antro. En
esta etapa, el folículo, llamado folículo vesicular o de Graaf, ya es maduro y el óvulo en
desarrollo está listo para ser expulsado del ovario, acontecimiento que recibe el nombre de
ovulación. Después de la ovulación, el folículo roto se transforma en una estructura de
apariencia muy diferente llamada cuerpo lúteo, que finalmente se degenera. La ovulación suele
ocurrir cada 28 días, pero puede tener lugar con mayor o menor frecuencia dependiendo de la
mujer. En las mujeres mayores, las superficies de los ovarios están llenas de cicatrices y
hoyos, prueba del hecho de que se han liberado muchos óvulos. Los ovarios están sujetos a
las paredes laterales de la pelvis por los ligamentos suspensorios. Éstos flanquean el útero por
los laterales y se anclan a él central mente mediante los ligamentos ováricos (Figura 16.8). En
medio, se hallan contenidos y sujetos por un pliegue del peritoneo llamado ligamento ancho.

Sistema de conductos

Los tubos uterinos, el útero y la vagina forman el sistema de conductos del tracto reproductor
femenino.

Trompas de Falopio

Las trompas de Falopio o uterinas forman la parte inicial del sistema de conductos. Reciben el
ovocito ovulado y proporcionan un lugar en el que puede ocurrir la fertilización. Cada uno de los
tubos de Falopio mide alrededor de 10 cm de longitud y se extiende desde el ovario para
desembocar en la parte superior del útero. Al igual que los ovarios, las trompas de Falo pio
están rodeadas y sostenidas por el ligamento ancho. A diferencia del sistema masculino de
conductos, que se continúa con el sistema de túbulos de los testículos, hay muy poco o ningún
contacto entre las trompas de Falopio y los ovarios. El extremo distal de cada trompa se abre
como un embudo, denominándose in fundíbulo, con unas proyecciones en forma de dedos
llamadas fimbrias, a medida que se acerca y rodea al ovario. Cuando un ovocito es expulsado
de un ovario.

El útero

El útero, localizado en la pelvis entre la vejiga y el recto, es un órgano hueco que funciona para
recibir, re tener y alimentar un óvulo fertilizado. En una mujer que nunca haya estado
embarazada, tiene la forma y tamaño de una pera. (Durante la gestación, el útero aumenta
tremendamente de tamaño y puede sentirse con claridad por encima del ombligo en la última
parte del embarazo.) El útero está suspendido en la pelvis por el li gamento ancho y anclado
anterior y posteriormente por el ligamento redondo y el uterosacro, respectiva mente (véase la
Figura 16.8). Nos referiremos a la parte principal del útero como el cuerpo. Su región superior y
redondeada por encima de la entrada de las trompas de Falopio es el fundus, y su estrecha
salida, que sobresale hacia abajo, hacia la vagina, es el cérvix.

Vagina

La vagina es un tubo de paredes finas de 8 a 10 cm de longitud. Se encuentra entre la vejiga y


el recto y se ex tiende desde el cérvix hasta el exterior del cuerpo. A menudo llamada el canal
del parto, la vagina proporciona un conducto para el parto de los hijos y para que el flujo
menstrual salga del organismo. Al recibir al pene (y al semen) durante el acto sexual, es
también el órgano femenino de copulación. El extremo distal de la vagina está parcialmente
cerrado por un fino pliegue de la mucosa llamado himen. El himen está muy vascularizado y
suele sangrar cuando se rompe durante el primer acto sexual. Sin embargo, su dureza varía.
En algunas mujeres, se rompe durante la práctica de algún deporte, al introducir un tampón o
en el curso de un examen pélvico. En ocasiones, es tan duro que debe romperse mediante
cirugía si va a tener lugar un acto sexual.

Genitales externos

Las estructuras reproductoras femeninas localizadas en el exterior de la vagina son los


genitales externos (Fi gura 16.9). Los genitales externos, también llamados colectivamente
vulva, constan de: el monte de Venus o pubis, los labios, el clítoris, los orificios uretral y vaginal
y el orificio de la glándula vestibular mayor. El monte de Venus o pubis es una zona grasa y
redondeada que cubre la sínfisis púbica. En la pubertad, esta área se cubre de vello púbico.
Naciendo en la parte posterior del pubis hay dos pliegues de piel alargados cubiertos de vello,
los labios mayores, que rodean a otros dos pliegues delicados y sin vello, los labios menores.
Los labios mayores rodean una zona llamada vestíbulo, que contiene las aberturas externas de
la uretra*, seguidas por la de la vagina. Un par de glándulas productoras de moco, las
glándulas vestibulares mayores, flanquean la vagina, una a cada lado. Su secreción lubrica el
extremo distal de la vagina durante el acto sexual. Anterior al vestíbulo se encuentra el clítoris,
una pequeña estructura protuberante que corresponde al pene masculino. Como el pene, está
cubierto por un prepucio y compuesto por tejido eréctil sensible que se hincha de sangre
durante la excitación sexual. El clítoris se diferencia del pene en que carece de un conducto
re productor. La región con forma de diamante entre el ex tremo anterior de los pliegues
labiales, el ano y las tu berosidades isquiáticas laterales es el perineo.

BIBLIOGRAFIA
Anatomia_y_Fisiologia_Humana_Marieb_sign.pdf

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