Resumen Dipr Parte 2
Resumen Dipr Parte 2
Resumen Dipr Parte 2
En el campo de la justicia penal, rige, la regla que dice que ningún Estado aplicará en su
territorio las leyes penales de los demás, lo cual significa la interdependencia de la jurisdicción
penal y del Derecho aplicable.
La jurisdicción internacional argentina como consecuencia de la aplicabilidad del Derecho
Penal argentino constituye un supuesto enfocado en la primera parte del Art. 1 inc. 1º; del C.
Penal, y se da en cuanto el Derecho Penal argentino resulta aplicable en virtud de los principios
adoptados por él a este efecto.
El principal es principio de la territorialidad, con arreglo a este el Derecho Penal argentino es
aplicable a cuantos delitos se cometan en el territorio de la Nación Argentina.
El primer problema que se suscita en este orden de ideas es saber dónde se perpetran los
llamados delitos a distancia, o sea, aquellos en los cuales pueden disociarse espacialmente la
conducta delictuosa y su resultado.
El segundo problema con el cual hemos de enfrentarnos es el de la delimitación del territorio
argentino. La delimitación del territorio de un país se hace primariamente según las reglas
pertenecientes al DIPú. Lo que se discute es si dichas reglas juspublicistas internacionales
forman parte sin más del Derecho nacional correspondiente (doctrina monista, la que sigue la
argentina).
La territorialidad no constituye el único punto de conexión del Derecho Penal argentino. Existe
también el principio de la personalidad que enlaza a la nacionalidad del presunto autor del
delito, y del cosmopolitismo que enfoca el bien protegido por la disposición penal como de
interés universal.
Existe también el llamado principio real u objetivo. El `principio real parte del bien jurídico
protegido por la disposición penal: SI este bien jurídico tiene un interés nacional especial, se
castiga al delincuente dondequiera que haya perpetrado el delito. El principio real enfoca los
casos en los que tanto la conducta delictuosa como sus efectos se llevan a cabo fuera del
territorio nacional, repercutiendo, sin embargo, las consecuencias del delito sobre un bien
jurídico nacional estimado digno de especial protección. El CPen argentino recoge el principio
real en el Art. 1º, inc.2º.
Dimensión dikelógica:
Hay que distinguir entre el ámbito espacial activo (Quienes aplican) y pasivo (Dónde deben
realizarse los casos).
En cuanto al primero, el Derecho Penal argentino es aplicado por las autoridades argentinas; y
estas autoridades no aplican otro Derecho Penal que éste, y en principio, sólo ellas lo aplican.
En cuanto al segundo, el Derecho Penal argentino se aplica siempre a los delitos perpetrados
en la Argentina (principio de territorialidad), a veces a los delitos que producen efectos no
tipificados en la Argentina (principio real objetivo o de defensa), a los cometidos por un
argentino en el extranjero cuya extradición se deniega (principio de personalidad) y a ciertos
delitos llamados internacionales dondequiera que se cometan (principio cosmopolita).
Entre ambos ámbitos espaciales existe una relación de interdependencia. Si a un delito resulta
aplicable Derecho Penal Argentino (ámbito espacial pasivo), debe haber competencia
jurisdiccional argentina, puesto que sólo las autoridades argentinas aplican Derecho Penal
argentino. Por otra parte, si hay jurisdicción internacional argentina (ámbito espacial activo),
forzosamente debe resultar aplicable Derecho Penal argentino, ya que las autoridades
argentinas no aplican otro Derecho Penal que éste.
En el proceso penal la presencia física del acusado es de gran trascendencia, puesto que su
inspección y su interrogatorio arrojan luz iluminadora sobre los acontecimientos a esclarecer.
La persona condenada a causa de un delito penal muchas veces es condenada a una pena
privativa de libertad, y a veces inclusive a la pena capital; la ejecución supone su presencia
física. Como evidentemente puede ocurrir, y por razones obvias es fácil que ocurra, que el
acusado o el condenado no esté ni tenga inclinación de estar ante los estrados del tribunal, el
4
auxilio judicial internacional en materia penal dispone un expediente tendiente a remediar esta
dificultad que es la extradición.
Auxilio judicial internacional en materia penal: Las mismas causas que facilitan la comisión de
delitos internacionales (tecnología, avances en transportes, etc.) permiten a su vez mejorar la
colaboración de los Estados. La Argentina se ha adaptado a la lucha contra esas modalidades
delictivas ratificando o adhiriendo a tratados internacionales y modificando su normativa interna
que las prevén.
En la Reunión de Ministros de Justicia (RMJ) del Mercosur, se celebraron varios convenios que
hacen a la cooperación penal.
Extradición:
Con respecto a los delincuentes políticos, existe la institución del asilo que puede ser
diplomático (conferido en una representación diplomática) o territorial (concedido en un
territorio nacional). El asilo diplomático será respetado. Pero el jefe de la legación está obligado
a poner inmediatamente el hecho en conocimiento del Gobierno del Estado ante el cual está
acreditado, quien podrá exigir que el perseguido por delitos políticos sea puesto fuera del
territorio nacional, dentro del más breve plazo posible. El jefe de la legación, a su vez, podrá
exigir garantías necesarias para que el refugiado salga del territorio nacional.
El asilo territorial es igualmente inviolable. Pero la Nación de refugio tiene el deber de impedir
que los asilados realicen en su territorio actos que pongan en peligro la paz pública de la
Nación contra la cual han delinquido.
Con respecto a la extradición de personas ya condenadas, es preciso que la sentencia las
condene a una pena mínima de un año de privación de libertad.
El asilo diplomático aprovechado por reos de delitos comunes termina con la entrega.
Por lo demás, ningún delincuente asilado en el territorio de un Estado podrá ser entregado a las
autoridades de otro, sino conforme a las reglas que rigen la extradición.
Estas reglas distinguen una fase administrativa previa, el juicio de extradición y su ejecución.
La fase administrativa previa consiste siempre en un examen de los requisitos formales de la
extradición de parte del Gobierno exhortado. El juicio de extradición trata de tres temas:
identidad de la persona reclamada; cumplimiento de las formas; procedencia del pedido. El
juicio tiene dos instancias.
- Oportunidad para solicitar la extradición: Se distinguen tres períodos: antes del proceso,
una vez iniciado y después de condenado. El primer supuesto es de vital para países
como Argentina, que requieren la presencia del presunto delincuente como requisito
para la realización del proceso penal (proceso penal presencial).
- Causales procesales:
Dimensión dikelógica:
El hecho de que otro Estado reclama la extradición de un extranjero no hace caducar las
facultades mencionadas de la Administración, que, pese al requerimiento de extradición, puede
expulsar a un extranjero en virtud de reglas comunes. No obstante, la expulsión debe
producirse en circunstancias tales que no haga caer al extranjero expulsado en manos del país
que reclama su extradición. La repulsa de un extranjero, en cambio, no tiene que preocuparse
de cuales son sus consecuencias. La repulsa se lleva a cabo con respecto a cualquier persona
que no ha recibido un permiso ni siquiera provisional de estancia, realícese o no en la frontera.
10
Las sentencias dictadas en el fuero penal comprenden siempre una parte específica
relacionada con la decisión sobre la acusación, y luego una aparte económica en lo que atañe
a las costas del proceso.
Por otra parte, no habiendo una reglamentación expresa de las condiciones de la admisibilidad
del reconocimiento, resulta difícil suplir el silencio del legislador.
Un último problema consiste en saber si, al referirse nuestra ley a una sentencia penal, sólo
enfoca sentencias penales dictadas por tribunales argentinos, o si hace extensiva su referencia
a sentencias penales extranjeras. El Art. 50 del C. Penal contempla este problema a los efectos
de la reincidencia, teniendo en consideración en este orden de ideas la sentencia penal
extranjera.
El DIPro se reconduce a una sola norma indirecta, que estatuye que todos los problemas
procesales se regularán por el Derecho del Estado a que pertenecen los tribunales ante los
cuales el proceso se tramita (lex fori). Esto lo establece el Art. 1 de ambos Tratados de
Derecho Proc. Int.
La dificultad está e distinguir entre problemas procesales y de fondo. Los Arts. 2 de ambos
tratados, estatuyen que las pruebas se admitirán y apreciarán según la ley a que esté sujeto el
acto jurídico, materia del proceso, excluye las pruebas del imperio de la lex fori, y las adjudica
al gobierno de la ley de fondo. Lo que necesitamos es un criterio que nos permita indicar la
naturaleza de la cuestión como procesal o material.
El Derecho Procesal aplicable a un caso internacional que se presenta ante los tribunales de un
Estado es principalmente, no siempre el derecho procesal del foro (lex fori). Este derecho es el
del Estado al que el juez presta sus servicios, el que generalmente es el del territorio del
Estado en el que trabaja el juez.
La lex fori depende del lugar donde nos situemos. Desde la perspectiva de “un determinado
proceso argentino”, habrá cuestiones reguladas por nuestro derecho y otras regidas por uno
14
ajeno. Tal el caso si se nos presenta una sentencia extranjera que se pretende ha pasado en
autoridad de cosa juzgada. El derecho aplicable a la cosa juzgada es el del país de
procedencia, por ello para su reconocimiento se requiere la certificación de ese país del que no
le caben recursos algunos.
La lex fori tiene características especiales en la cooperación internacional pues, según se mire,
hay dos leyes del foro o extraterritorialidad larvada de la ley de un foro. Dado que los
problemas procesales internacionales son similares a los del Derecho Procesal de origen
interno, la ley procesal interna utiliza sus propias categorías y adapta la secuencia procesal
para el caso internacional.
Fuero de extranjería: El Art.100 CN, establece el fuero de extranjería, o sea, el privilegio del
fuero federal. Beneficia a los individuos extranjeros y a personas jurídicas extranjeras. Los
favorece tanto si son demandantes como si son demandados, aunque la C.N solo contempla la
última hipótesis. El extranjero actor puede optar entre una y otra jurisdicción. El privilegio no se
da entre dos extranjeros, ya que en este supuesto no cabe sospechar parcialidad de los jueces.
El Art.20 implica que si la Argentina celebra un tratado que asegura a los argentinos
determinados privilegios en otro país, la Argentina debe insistir en que el tratado asegure los
mismos privilegios a los extranjeros domiciliados en la República. El fuero de extranjería
requiere que el Estado que lo aplique tenga jurisdicción internacional.
Beneficio de litigar sin gastos: Si el litigante que solicita el beneficio, estuviese domiciliado en el
extranjero, la prueba debe llevarse a cabo en el extranjero observando el plazo extraordinario
(Art. 369). Concedido el beneficio, el privilegiado queda igualmente protegido contra la
excepción de arraigo en juicio, que sin su concesión casi siempre procedería.
- Derecho Interno: El beneficio de litigar sin gastos está regulado en los Arts. 78 a 86 del
CPrCCN.
Esta situación cambia con el surgimiento del Estado ruso comunista, que tiene monopolio del
comercio exterior. Se propone la tesis de la exención incondicional, que distingue, entre las
reclamaciones dirigidas contra el Estado extranjero, aquellas que se basan en actos que ésta
ha realizado como poder público (iure imperii) y aquellas otras que enlazan los actos que el
Estado extranjero llevó a cabo como cualquier particular (iure gestionis); la exención del Estado
extranjero existe sólo si la demanda estriba un acto iure imperii de él, mientras que se levanta
si la acción descansa en un acto iure gestionis. FALLO GRONDA. (RETORSIÓN: Contestación
de un acto poco amistoso pero lícito con otro de igual laya).
19
El Estado extranjero puede, por supuesto, renunciar a su exención jurisdiccional, lo que hace,
tanto cuando demanda ante los tribunales extranjeros como cuando demandado hace ante el
tribunal alegaciones de cualquier tipo que fuese, inclusive aduciendo su exención.
Dimensión dikelógica:
20
El privilegio que el Art. 100 CN, pone a disposición de los extranjeros, constituía
en su momento una institución prudente tendiente a evitar, dentro de lo posible,
la peligrosa protección diplomática de los Estados europeos a favor de sus
súbditos. Actualmente, asistimos a un proceso de derogación jurisprudencial de
ese fuero por considerarlo injusto.
Los Tratados de Der. Int. Procesal tratan el tema en sus respectivos arts. 3º y 4º y que, en lo
esencial, coinciden.
Las sentencias y laudos homologados, dictados en asuntos civiles, comerciales o contencioso-
administrativos, las escrituras públicas y los demás documentos otorgados por los funcionarios
de un Estado y los exhortos y cartas rogatorias, se considerarán auténticos en los otros
21
Estados signatarios, siempre que estén debidamente legalizados (Art. 3º). La legalización se
considerará hecha en debida forma cuando se practique con arreglo a las leyes del país de
donde el documento procede, y éste se halle autenticado por el agente diplomático o consular
que en dicho país tuviere acreditado el gobierno del Estado en cuyo territorio se pide la
ejecución.
Conviene denominar el acto que lleva a cabo el cónsul “la autenticación”, mientras que se debe
apellidar la certificación de las autoridades extranjeras referentes al documento su
“legalización”. Los T.M estatuyen que es el país que legaliza el que determina su suficiencia.
Como la firma del cónsul tampoco es conocida ante las numerosas autoridades del país que la
envía, resta todavía que el Ministerio de Relaciones Exteriores autentique la firma del cónsul.
En resumidas cuentas, nos encontramos, pues con la legalización del documento extranjero
por las autoridades extranjeras respectivas, con la primera autenticación que corre a cargo del
agente diplomático o consular, que asegura que el documento es lo que parece ser (que no es
falsificado), y con la segunda autenticación que practica el Ministerio de Relaciones Exteriores
y que garantiza la autenticidad de la autenticación; es, por ende, una autenticación en segundo
grado.
Jurisdicción internacional:
¿En qué supuestos son competentes los tribunales argentinos y cuándo lo son los tribunales de
otro país?
Hay que distinguir entre la jurisdicción directa (para deducir una demanda) de la indirecta (para
reconocer una sentencia extranjera. La jurisdicción directa reparte las jurisdicciones
equitativamente entre los diversos países, la indirecta protege, en cambio, la propia jurisdicción
contra invasiones procedentes de éstos.
Ambos Tratados de Der. Civ. Int contienen en su Art. 56, normas generales coincidentes en
materia de jurisdicción internacional. Pero el Tratado de 1940, a diferencia del de 1889,
contempla la prórroga voluntaria de jurisdicción: “Las acciones personales deben entablarse
ante los jueces del lugar cuya ley está sujeto el acto jurídico en materia de juicio. Podrán
entablarse igualmente ante los jueces del domicilio del demandado. Se permite la prórroga
territorial de la jurisdicción si, después de promovida la acción, el demandado admite
voluntariamente, siempre que se trate de acciones referentes a derechos personales
patrimoniales. La voluntad del demandado debe expresarse en forma positiva y no ficta”.
La segunda regla radica la jurisdicción internacional en los tribunales del país en cuyo derecho
es aplicable a la materia del juicio (teoría del paralelismo).
En ambos tratados se aplica la teoría del paralelismo, lo cual parece acertado ya que se unifica
jurisdicción y derecho aplicable, además que un juez conoce como nadie su propio derecho.
25
En los Tratados, se distingue según que los actos jurídicos se refieran a cosas ciertas y
determinadas, a cosas determinadas por su género y cosas fungibles. Si se determina la
jurisdicción en un conflicto que involucra a cosas ciertas y determinadas, tendrán jurisdicción
los jueces del país donde el objeto cierto y determinado se encuentra al momento de la
celebración del contrato.
El Tratado cambia de frente cuando se trata de cosas determinadas por su género o cosas
fungibles. Se entiende por lugar de cumplimiento del acto jurídico el domicilio del deudor al
tiempo de la celebración del contrato.
o Ámbitos:
- Conexiones subsidiarias: Para el caso que las partes no hubieren hecho uso de la
autonomía de la voluntad para elegir la sede del litigio, el Protocolo prevé conexiones
procesales subsidiarias, a elección del actor.
Ámbito personal: El Acuerdo está previsto sólo para los conflictos que se
susciten entre particulares.
Forma: La lex loci celebrationis regit formam actum, rige tanto para las
formas entre los presentes como entre ausentes. En los actos celebrados
entre ausentes se presenta el problema del lugar y el momento en que se
perfecciona o se celebra la convención, lo que obstaculiza la aplicación
27
- Validez del contrato base: Es el contrato que origina el problema que ha de ser
sometido a arbitraje.
Dimensión dikelógica:
conveniente no sólo por las facilidades procesales sino también por la probable solución que se
dará a su sentencia. Se trata de una “elección de foro” allí donde el convenio, la ley o la
voluntad de las partes no lo admiten.
Con respecto al fuero de atracción en el orden internacional hay que distinguir dos supuestos.
Estando en juego un Tratado que determina la jurisdicción internacional para los diversos
casos, parece que no es admisible el fuero de atracción, en razón de que su admisión
modificaría las reglas convenidas; y no sería lícito suponer que tal haya sido la voluntad de las
partes.
El auxilio judicial consiste en que los jueces del proceso solicitan de otros jueces que les
ayuden en su tramitación, a personas domiciliadas en la jurisdicción de estos últimos, o
tomando declaración a testigos en análoga situación, etc. El juez solicitante se denomina
“exhortante”, el juez solicitado es el “exhortado”, y la solicitud se llama “exhorto”.
El T.M del 89’ tiene al efecto diversas disposiciones (Arts. 9 a 12): Los exhortos y cartas
rogatorias que tengan por objeto hacer notificaciones, recibir declaraciones o practicar
cualquiera otra diligencia de carácter judicial, se cumplirán en los Estados signatarios, siempre
que dichos exhortos o cartas rogatorias reúnan las condiciones establecidas en este Tratado.
Cuando los exhortos o cartas rogatorias se refieran a embargos, tasaciones, inventarios o
diligencias preventivas, el juez exhortado proveerá lo que fuese necesario respecto del
nombramiento de peritos, tasadores, depositarios y, en general, a todo aquello que sea
conducente al mejor cumplimiento de la comisión. Los exhortos y cartas rogatorias se
diligenciarán con arreglo a las leyes en donde se pide la ejecución.
TM 40’: Repite las disposiciones del 89’ y agrega algunas innovaciones: Los exhortos y cartas
rogatorias deberán ser redactados en la lengua del Estado que libra el exhorto, y serán
acompañados de una traducción hecha en la lengua del Estado al cual se libra dicho exhorto,
debidamente certificada. Si se tratara de embargos, la procedencia de la medida se regirá y
determinará por las leyes y los jueces del lugar del proceso. La traba del embargo, su forma y
la inembargabilidad de los bienes denunciados a ese efecto, se regirán por las leyes y se
ordenarán por los jueces del lugar en donde dichos bienes estuvieran situados.
- Medidas Cautelares: La Argentina cuenta con dos fuentes específicas sobre medidas
cautelares: La Convención Interamericana sobre Cumplimiento de Medidas Cautelares
y el Protocolo sobre Medidas Cautelares del Mercosur.
Dimensión dikelógica:
Hay que distinguir entre el reconocimiento y la ejecución de una sentencia firme. No hay
ejecución sin reconocimiento; pero sí puede haber reconocimiento sin ejecución.
Puede sostenerse que el reconocimiento y la ejecución de una sentencia se realiza a través del
auxilio judicial internacional. El pedido puede ser expreso cuando la autoridad que dictó la
sentencia pide su reconocimiento y en su caso, la ejecución o implícito cuando lo promueve la
33
Los requisitos procesales para el reconocimiento de una sentencia tienen por objeto la defensa
de la soberanía jurisdiccional y el cumplimiento de las reglas del debido proceso al que todos
los requisitos procesales contribuyen. A su vez, el debido proceso hace al orden público
internacional procesal.
Cualquiera que sea el tipo de sentencias extranjeras, todas tienen un efecto normativo:
declaran, reconocen o constituyen algún derecho. Una sentencia extranjera partirá siempre del
derecho privado o público o del DIPr del juez del proceso.
Acreditados que sean los recaudos exigidos, en determinadas circunstancias, las sentencias
producen el efecto de cosa juzgada. La cosa juzgada extranjera produce efectos
extraterritoriales, tanto en el ámbito procesal como en el sustantivo.
T.M 89’ (Arts. 5 a 8): Las sentencias y fallos arbitrales en asuntos civiles y comerciales en uno
de los Estados signatarios, tendrán, en los demás, la misma fuerza que en el país en que se
han pronunciado, si reúnen los requisitos siguientes: a) que la sentencia o fallo haya sido
expedido por tribunal competente en la esfera internacional; b) que tengan el carácter de
ejecutoriado o pasado en autoridad de cosa juzgada en el Estado en que se ha expedido; c)
que la parte contra quien se ha dictado, haya sido legalmente citada, y representada o
declarada rebelde, conforme a la ley del país en donde se ha seguido el juicio; d) que no se
oponga a las leyes de orden público del país de su ejecución.
T.M 40’: Reproduce, en lo esencial, las disposiciones del de 1889. Pero añade algunas
novedades: Se incluyen en las sentencias a ejecutar las sentencias civiles dictadas en
cualquier Estado signatario, por un tribunal internacional, que se refieran a personas o a
intereses privados. La ejecución de las sentencias t de los fallos arbitrales deberá pedirse a los
jueces o tribunales competentes, los cuales, con audiencia del ministerio público, y previa
comprobación de que aquéllos se ajustan a lo dispuesto, ordenarán su cumplimiento por la vía
que corresponda con arreglo a lo que a ese respecto disponga la ley de procedimiento local.
El Art. 519 libera el reconocimiento de una sentencia extranjera en el curso de un proceso, del
llamado juicio de exequátur (de ejecución). Si bien este Art. solo contempla el reconocimiento
de sentencia extranjera dentro de un proceso, corresponde extender su exención del juicio de
exequátur, a cualquier tramitación. En virtud del Código, reconocimiento y ejecución tienen los
mismos requisitos.
34
El Convenio del 89’ relativo al ejercicio de profesiones liberales estatuye que los nacionales o
extranjeros que, en cualquiera de los Estados signatarios de esta Convención, hubiesen
obtenido título o diploma expedido por la autoridad nacional competente para ejercer
profesiones liberales, se tendrán por habilitados para ejercer en los otros Estados. Para que el
título o diploma produzca los efectos expresados, se requiere: 1) Su exhibición, debidamente
legalizado; 2) que quien lo exhiba acredite ser la persona en cuyo favor ha sido expedido.
ESTE TRATADO NO RIGE LA EQUIVALENCIA DE CARRERAS.
Un título puede sólo ser revalidado si tanto en el país que lo emite como el que revalida, lo
considera relativo a una profesión liberal. Quien pueda ejercer su profesión en uno de los
países ratificantes o adheridos, puede pedir su reválida en cualquiera de los demás, aunque su
título habilitante proceda de un tercer país.
1939: Se llegó a una nueva reglamentación, que exige que los títulos o diplomas a revalidar
correspondan a estudios y trabajaos prácticos que guarden razonable equivalencia con los que
se haya exigido en las épocas respectivas a los estudiantes locales en la universidad ante la
cual se presente la reválida, y el interesado llene los requisitos generales para el ejercicio de
las respectivas profesiones.
Hay quienes estiman que el Derecho extranjero declarado aplicable, se aplica como Derecho
que originariamente es, sea como Derecho nacional (teorías de la nacionalización del derecho
extranjero), sea como Derecho extranjero (teorías de su extranjería). Con ellos se enfrentan
otros que reputan el Derecho extranjero un hecho, concibiéndolo, por ejemplo, como la
sentencia que con el máximo grado asequible de probabilidad dictaría el juez extranjero en el
supuesto de que el aspecto de la contienda, sometido a su Derecho, realmente se hubiese
radicado en su jurisdicción (teoría del uso jurídico).
A esta altura nos interesa saber qué tratamiento corresponde dar al derecho extranjero en el
proceso.
Los dos Protocolos Adicionales disponen, en plena coincidencia, en sus primeros tres artículos:
las leyes de los Estados contratantes serán aplicadas en los casos ocurrentes, ya sean
nacionales o extranjeras las personas interesadas en la relación jurídica de que se trate. Su
aplicación será hecha de oficio por el juez de la causa, sin perjuicio de que las partes puedan
alegar y probar la existencia y contenido de la ley invocada. Todos los recursos acordados por
la ley de procedimientos del lugar del juicio para los casos resueltos según su propia
legislación, serán igualmente admitidos para los que se decidan aplicando las leyes de
cualquiera de los otros Estados.
- Personas que pueden solicitar la información: Legitiman sólo a las autoridades judiciales
y jurisdiccionales de cada país. La autoridad que hace el enlace de país a país en el
Convenio Argentino-Uruguayo es el de los Ministerios de Justica respectivos, mientras
que otros convenios multilaterales dejan librado a cada país la elección de las
autoridades o disponen que se tramitará por medio de las Autoridades Centrales.
El C.C contempla nuestro problema en el Art. 13 que dice: “La aplicación de las leyes
extranjeras, en los casos en que este código la autoriza, nunca tendrá lugar sino a solicitud de
parte interesada, a cuyo cargo será la prueba de la existencia de dichas leyes. Exceptuándose
las leyes extranjeras que se hicieren obligatorias en la República por convenciones
diplomáticas o en virtud de ley especial”. La nota al Art. 13 añade: “La ley extranjera es un
hecho que debe probarse. La ley nacional es un derecho que simplemente se alega sin
depender de la prueba”.
Dimensión dikelógica:
El Art. 13 C.C aborda un tema exclusivamente procesal. En efecto, en primer lugar, la cuestión
de cómo se debe probar algo es, como problema probatorio, un problema procesal.
En realidad, el Derecho Extranjero constituye un hecho notorio. Como tal, el juez debe tenerlo
en cuenta oficialmente, sin perjuicio de que las partes lo aleguen y que aporten las pruebas que
estimen oportunas.
La mejor manera de aclarar el Derecho extranjero consistiría en someter el aspecto del caso
que se regula por un determinado derecho extranjero, al juez correspondiente al hilo del auxilio
internacional; el tribunal exhortante quedaría vinculado por la información del juez exhortado.
Mientras esta solución nos e haya puesto todavía en movimiento, el juez debe aplicar Derecho
extranjero de oficio. La misma obligación incumbe a todos los funcionarios llegados al caso.