07 - Caetano
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Gerardo Caetano1
Introducción
Los tiempos que corren presentan contextos desafiantes para los sistemas políticos nacionales de la región sudamericana,
las instituciones regionales y, en general, para el MERCOSUR en su conjunto como esquema de cooperación e integración
regional. A veinte años de su fundación, el MERCOSUR presenta una historia azarosa, a la que no le han faltado proble-
mas, algunos de ellos irresueltos. Sin embargo, en este mundo cargado de incertidumbres, en un contexto de rebalance
de poder internacional y cada vez más necesitado de multilateralismo y efectiva política de bloques, pocas veces antes el
MERCOSUR y la Unión Sudamericana de Naciones (UNASUR) han encontrado razones más fundadas para apostar a una
profundización y consolidación de sus acuerdos estratégicos y de los lazos efectivos de integración. Un programa viable
de profundización, una “agenda corta” de concreciones efectivamente relevantes en campos decisivos (agenda externa
común, avances efectivos en los acuerdos comerciales, implementación de políticas públicas regionales, consolidación ins-
titucional del bloque, entre otros), configura hoy la prioridad del MERCOSUR como proceso de integración y refiere a la
necesidad, ya no sólo de cumplir los pactos establecidos, sino de empujar a favor de un modelo de integración alternativo,
con una nueva agenda de propuestas e iniciativas. Por su parte, en los nuevos contextos, la profundización del MERCO-
SUR supone su asociación estratégica con el proyecto UNASUR, de acuerdo a una estrategia de “círculos concéntricos”2
que responda a lógicas de complementariedad y no de construcción alternativa.
Como se advertirá a lo largo del texto y como puede inferirse de un balance histórico de este proceso dinámico y cambiante
de dos décadas, no parece creíble un proyecto de profundización del MERCOSUR sin una inflexión de sinceramiento profundo
entre sus Estados Partes, a los efectos de renovar el pacto “para andar juntos”3 de cara a los nuevos contextos. Pero desde esa
premisa ineludible, ¿cuál podría ser el listado sucinto de los titulares de esa agenda de profundización para el MERCOSUR a
sus veinte años? Como se verá, no se trata tanto de agregar temas novedosos sino de confirmar y consolidar un programa sobre
el que ya existe una masa crítica razonable. Hagamos una pequeña reseña de aspectos sustantivos de ese programa de pro-
fundización: complementación productiva, a través de los Foros de Competitividad y del surgimiento de cadenas productivas
MERCOSUReñas; complementación de políticas de proyección regional (energéticas, educativas, culturales, de derechos huma-
nos); complementación y creación de infraestructuras comunes; coordinación macroeconómica, en particular, de las políticas
cambiarias; consolidación y aplicación efectiva de la Carta Socio Laboral; tratamiento serio de la propuesta ya acordada de libre
circulación de personas; reconocimiento de asimetrías y flexibilidades legítimas, en especial en relación a Paraguay y Uruguay;
implementación plena e incremental de los Fondos de Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM); negociación in-
ternacional como bloque económico-comercial y también político ante terceros y en foros internacionales; estrategia comercial
conjunta; estrategias de financiamiento intrazona; incorporación consistente de nuevos socios; nueva institucionalidad que sea
funcional a los objetivos referidos; entre otros.
1 Historiador y politólogo. Doctor en Historia, Universidad Nacional de La Plata. Coordinador del Observatorio Político, Departamento de Ciencia Política, UDELAR. Director
Académico del Centro de Formación para la Integración Regional (CEFIR).
2 La expresión que alude a una política exterior “de los círculos concéntricos” fue defendida con particular énfasis por el líder nacionalista uruguayo, Luis Alberto de Herrera. Su
visión geopolítica fue heredada por diversos pensadores de la integración regional latinoamericana, entre los que destaca el uruguayo Alberto Methol Ferré, quien siempre
reivindicó su “herrerismo intelectual”.
3 El ensayista uruguayo, Carlos Real de Azúa, expresó en más de una ocasión que una nación era, entre otras cosas, la renovación permanente de “las razones para andar juntos”.
A nuestro juicio, el sentido de la expresión también vale, salvando las distancias, para afirmar una auténtica ciudadanía integracionista.
MERCOSUR 20 años | 21
En un documento de hace menos de un lustro, de autoría de la entonces Presidencia de la Comisión de Representantes ternacional como un bloque unificado ante terceros, más allá de condiciones en parte diferentes pero que no obstan para
Permanentes del MERCOSUR (CRPM), fechado el 13 de julio de 2006 y titulado “Desafíos de la integración regional. Ini- la concreción ajustada de posturas efectivamente comunes o por lo menos convergentes. En ese afán radica también la
ciativas y Propuestas”, se identificaba una agenda de ejes de carácter estratégico en la formulación de políticas públicas muy vocación manifiesta de defender la búsqueda de mercados, ratificando la filosofía de un “regionalismo” que pueda ser, al
parecida a la antes referida: “mecanismos para corregir las asimetrías entre los países; impulsar la articulación productiva mismo tiempo y de manera consistente, “autonómico, solidario y abierto”5, pero discutiendo con rigor los temas emergen-
a escala regional; ampliar la agenda externa común; desarrollo de instrumentos para integrar zonas fronterizas; profundi- tes y especialmente sensibles de la nuevas agendas de la negociación internacional más actual (disciplinas, regulaciones,
zar la cooperación e integración energética; mayor impulso a las políticas comunes en medio ambiente; hacia un Consejo etc.). Es el MERCOSUR que comienza a intentar en serio estrategias comerciales conjuntas, que busca la interlocución con
Regional de Políticas Sociales; definición de una estrategia comunicacional; participación ciudadana” 4. otros bloques, no sólo en el marco de la triangulación clásica con Estados Unidos y con la Unión Europea, sino también a
No se trata en suma de una ausencia de ideas o de propuestas que puedan converger en un programa común que se través de negociaciones realistas con China, India, Japón, Sudáfrica y Rusia, entre otros.
oriente hacia la forja de un MERCOSUR más consolidado. Ideas similares pueden encontrarse en otros muchos documen- Aun con una agenda más corta y viable en lo inmediato, que recorte desde una lógica más moderada e incremental
tos, como por ejemplo las incorporadas en la propuesta “Somos MERCOSUR. Concepto y Plan de Trabajo”, adoptada ini- los múltiples temas que aparecen, existe una convicción que comienza a generalizarse y que debe reiterarse una vez más:
cialmente en el segundo semestre de 2005 por la Presidencia Pro Tempore de Uruguay y luego asumida como plataforma la actual institucionalidad, aun con los importantes cambios y creaciones incorporadas en tiempos recientes, no resulta
común del bloque en su conjunto por los restantes Estados Partes. suficiente para la consecución de logros efectivos en varios de estos planos de la agenda más actual6. También se trata, en
Si hay efectivamente una agenda común, lo que ha faltado (y en ciertos aspectos sigue faltando) ha sido la voluntad po- suma, de un MERCOSUR que se orienta hacia una nueva institucionalidad que supere las deficiencias del MERCOSUR
lítica efectiva de darle pleno cumplimiento, lo que entre otras cosas supone el establecimiento de una nueva institucionali- originario del año 1991, que profundice los avances y que avance sobre las omisiones del Protocolo de Ouro Preto de 1994,
dad capaz de ofrecer instrumentos eficaces para concretar acciones positivas en cada uno de los temas referidos. Ninguno que consolide el camino iniciado –aunque con altibajos- con las creaciones institucionales del último tiempo. En ese mar-
de los asuntos de esta nueva agenda está desprovisto de problemas y de contradicciones, todos ellos exigen mucha nego- co, no puede resultar casual que lo que se comience a discutir sea la necesidad de un nuevo MERCOSUR que trascienda el
ciación política y no es previsible un proceso de cambio sin conflictos y sin gradualismo. Los obstáculos en esta dirección interpresidencialismo extremo como pauta institucional excluyente, y que incorpore el tema de la evolución (no impuesta,
no resultan menores: el imperativo de las exigencias acrecentadas de sociedades nacionales heridas por una larga historia sin copias acríticas, sin hegemonismos, con mucha negociación política) hacia una tensión más equilibrada entre inter-
de postergaciones; la tentación siempre presente de los acuerdos bilaterales con terceros países por parte de uno o más de gubernamentalismo y supranacionalidad, tan temida como malentendida en sus alcances y consecuencias. En ese marco
los Estados Partes, con resultados coyunturales y muy inciertos en el mediano plazo, en todo caso siempre lesivos del pro- general, se trata sin duda de un MERCOSUR que ratifica y profundiza su insoslayable naturaleza de proyecto político7.
ceso de integración en su conjunto; las diferencias de patrones de comercialización entre las economías nacionales de los No debe pensarse el MERCOSUR desde la identidad coyuntural de gobiernos que ideológicamente puedan ser más
socios del bloque; las probadas y evidentes dificultades para la consolidación de una unión aduanera sólida, en contextos o menos afines. Como creemos ha quedado demostrado, este enfoque de las “afinidades ideológicas” como motor domi-
internacionales en los que ese camino de integración encuentra desafíos renovados y no constituye la tónica predominante nante y casi excluyente de integración regional constituye una apuesta riesgosa y parcial. No apunta en esa dirección la
en este tipo de experiencias; los escasos avances obtenidos en la agenda externa común, en los ámbitos de la negociación experiencia de los procesos de integración exitosos en la historia universal contemporánea. Si lo que se quiere es avanzar
internacional de comercio con países y bloques extra-zona; la heterogeneidad de economías y sociedades; la emergencia pero con profundidad de convergencias estatales y no meramente gubernamentales, la acumulación integracionista tradu-
de conflictos bilaterales de gravedad a menudo incremental y de resolución complicada; la ausencia de institucionalidad cida en clave institucional es sin duda el mejor resguardo, el instrumento más idóneo para obtener los logros económicos y
apta para este tipo de acciones; etc. Sin embargo, sin voluntarismo ni visiones ingenuas, la actual coyuntura parece perfi- sociales que permiten abonar una cultura sólida como bloque compartido. Por supuesto que no hay modelo institucional
larse –una vez más– como una oportunidad a no desperdiciar. Pero su no aprovechamiento, más que otras veces, parece neutro y que las coyunturas de afinidad ideológica entre los gobiernos socios pueden ayudar a avanzar en varios aspectos.
perfilar consecuencias mucho más negativas y profundas que en el pasado, en relación a la solidez de la apuesta estratégica Pero también para aprovechar al máximo esas oportunidades, como lo revela la historia más reciente del MERCOSUR, se
al futuro del bloque. debe pensar en clave más institucional que ideológica, desde la premisa que hay que crear instituciones que consoliden,
¿Cuál puede ser el rumbo entonces? ¿De qué MERCOSUR comienza a hablarse? Es el MERCOSUR de una agenda más desde la negociación política exigente, avances integracionistas que arraiguen de manera sólida en nuestras sociedades
integral, que por cierto no olvida ni menoscaba la relevancia de los acuerdos comerciales, pero que se hace cargo con igual cen- nacionales. No hay proceso de integración de gobiernos democráticos, cuya vida natural es la de la rotación en el poder y
tralidad de las implicaciones políticas de su proyecto histórico. Es el MERCOSUR que por muchos motivos, con otros bloques la de la incertidumbre de los resultados electorales, que pueda hacerse articulado rígidamente a una propuesta ideológica
del mundo, debe contribuir a contestar el esquema de globalización unipolar que se consolidó después del 11 de septiembre de cerrada del bloque regional del que se participa. Esta premisa resulta a nuestro juicio tan relevante como la que nos orienta
2001, que tiene que procurar actuar como colectivo cohesionado en ámbitos internacionales y multilaterales, en la búsqueda de a que es desde la afirmación de la integración propia de los Estados nacionales que se puede avanzar en serio en procesos
acceso efectivo a mercados externos bajo condiciones favorables, a partir del reconocimiento externo de personería internacio- interestatales de integración regional.
nal, como un bloque que pueda hablar –y negociar– con otros bloques. Es en suma, un espacio regional que contiene en su seno a En el texto que sigue, con el foco centrado en la compleja interrelación entre el registro de las coyunturas históricas de
Brasil, una de las naciones emergentes en el mundo de hoy y que en los últimos tiempos –en una opción que el reciente resultado
electoral ha ratificado en clave ciudadana- parece haber reforzado un camino firme de afincamiento en la región como cimiento 5 El concepto de “regionalismo abierto” ha quedado adscripto a la visión liberal y aperturista de los procesos integracionistas de los años noventa. Sin embargo, como concepto
general debería a nuestro juicio evitarse esa asimilación. Desde un enfoque genuinamente alternativo al del MERCOSUR comercialista y rígidamente intergubernamentalista
de su actuación como global player en los nuevos contextos internacionales. de los noventa, cuesta en verdad concebir un regionalismo que no sea “abierto”. Valga este señalamiento para evitar confusiones.
En un marco de pugna asimétrica entre unilateralismo impuesto y posibilidades dificultosas de un multilateralismo 6 Sobre el tema de la discusión acerca de una reforma institucional del MERCOSUR, cfr. Gerardo Caetano (coordinador), “La reforma institucional del MERCOSUR. Del diagnóstico
alternativo, la emergencia de un nuevo bloque que por otra parte se proyecte luego hacia América del Sur y hacia América a las propuestas”. CEFIR-TRILCE, Montevideo, 2009. Colección Integración y Desarrollo.
7 En lo que constituye a nuestro juicio un error, más de un líder político de la región, entre ellos uno de los firmantes del Tratado de Asunción como el expresidente uruguayo
Latina, adquiere una dimensión internacional fuerte. Se perfila de ese modo la necesidad de actuar en la negociación in- Luis Alberto Lacalle, han sostenido y sostienen que el MERCOSUR no debe ser político y que el proceso nacido en 1991 era un acuerdo reducido a lo económico y comercial.
Más allá del énfasis, la bibliografía internacional abona en forma abrumadora el que todo proceso de integración regional tiene intrínsecamente una dimensión política que no
4 Cfr. Presidencia de la Comisión de Representantes Permanentes del MERCOSUR, Desafíos de la integración regional. Iniciativas y Propuestas. Montevideo, 13 de julio de 2006. puede ignorarse. Las diferencias sí emergen a la hora de definir los rumbos programáticos e institucionales que comporta la vocación política de un proceso integracionista.
orientación general de perfil más integral y conjunto, menos ejecutivista, con mayor apertura a enfoques auténticamente
regionalistas. En el cuadro 3 se indican en forma cronológica esas innovaciones institucionales que se fueron dando en for- Creación de la Comisión de Representantes Permanentes del MERCOSUR (Dec. CMC N°. 11/03)
ma un tanto aluvional, cada una de ellas con su correspondiente decisión. Se trata sin duda de un cúmulo relevante de in-
novaciones institucionales graduales y dispersas, que refieren un problema persistente y la voluntad de atenderlo, pero que Creación del Foro Consultivo de Municipios, Estados Federados, Provincias y
no terminan de consolidar –a nuestro juicio– una reforma integral de la institucionalidad MERCOSUR en su conjunto60. Departamentos del MERCOSUR (FCCR). Decisión CMC Nº. 22/04
Sin “inflación institucional”, la presencia de déficits diversos en el funcionamiento del MERCOSUR parece requerir
Creación del Centro MERCOSUR de Promoción del Estado de Derecho (Decisión CMC N°. 24/04)
hasta el día de hoy una iniciativa reformista de veras integral en este campo61. Buena parte de las innovaciones en este
campo no casualmente encontraron su principal base de apoyo y promoción en una auténtica voluntad “institucionalista”
por parte del Foro Consultivo Económico y Social (FCES) y, de manera especial, de algunos de sus integrantes, como la Creación del Parlamento del MERCOSUR (Dec. CMC N° 49/04 y N°. 23/05)
Coordinadora de Centrales Sindicales del MERCOSUR. Entre otras muchas comunicaciones de similar tenor que podrían
citarse, en la XII Reunión Plenaria del FCES, celebrada el 7 de octubre de 1999 en Montevideo, este organismo convocaba Creación de la Reunión de Ministros y Altas Autoridades de Ciencia, Tecnología e Innovación del
MERCOSUR (Decisión CMC N°. 05/05)
a “fortalecer la estructura institucional del MERCOSUR ya que la presente crisis ha puesto de manifiesto la insuficiencia
de los actuales instrumentos del proceso de integración”62.
Creación del Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM).
En ese marco, los integrantes del FCES no sólo reclamaban una mayor participación de los actores de la sociedad civil sino Decisión CMC N°. 45/04
que con la misma firmeza enfatizaban acerca de la necesidad de consolidar el rol de los Parlamentos como ámbitos centrales del
proceso de integración. La prédica de las organizaciones que representaban más directamente al llamado “MERCOSUR social” Se crea el Instituto Social del MERCOSUR (Decisión CMC N°. 03/07)
ya reconocían notorios antecedentes de pronunciamientos en esa dirección. A este respecto, por ejemplo, había señalado la
Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), en una declaración fechada en Asunción el 9 de octubre de 1994, Creación del Instituto MERCOSUR de Formación (IMEF). Decisión CMC N°. 04/07
en las vísperas de la aprobación del “Protocolo de Ouro Preto”: “Las centrales sindicales de la región también tienen preocupa-
ción por el contenido democrático del proceso. Debe existir una mayor y mejor participación de las representaciones sociales y Creación de la Comisión de Coordinación de Ministros de Asuntos Sociales del MERCOSUR
de los Parlamentos. Este último aspecto es muy claro si partimos de la base que las decisiones del MERCOSUR, para que tengan (CCMASM). Decisión CMC N°. 39/08
vigencia en cada Estado, necesitan, frecuentemente, ratificación parlamentaria”63.
Por múltiples razones, luego del colapso político y financiero de la Argentina durante los años 2001 y 2002, con su Creación del Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos (IPPDDHH).
fortísimo impacto en toda la región, esta voluntad política e institucionalista no sólo se consolidó sino que comenzó a Decisión CMC N°. 14/09
producir impactos y resultados importantes a nivel de los gobiernos. El 18 de febrero del 2002, reunidos en la Quinta Pre-
Creación del cargo de Alto Representante del MERCOSUR (Decisión CMC N°. 63/10)
sidencial de Olivos y teniendo como anfitrión al entonces novel Presidente argentino, Eduardo Duhalde, los Presidentes y
Ministros de Relaciones Exteriores de los cuatro países del MERCOSUR firmaban el largamente esperado Protocolo para
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Decisión
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CMC Nº. 18/02.
������� Aprobación de un Plan de Acción para un Estatuto de Ciudadanía del MERCOSUR
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Decisión
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CMC Nº. 20/02, Brasilia, 06/12/02. (Decisión CMC N°. 64/10)
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Decisión CMC Nº. 23/02, Brasilia, 06/12/02.
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Cfr. G. Caetano, “Los retos de una nueva institucionalidad para el MERCOSUR”. Montevideo, FESUR, 2004. Allí sostuvimos, en acuerdo con otros expertos que compartían la misma
Creación de una Unidad de Participación Social (Decisión CMC N°. 65/10)
idea, que el proceso de reforma institucional del MERCOSUR debía (y debe) tener una vocación de integralidad que sólo puede resolverse en forma coherente con un nuevo Protocolo,
con una envergadura similar al de 1994.
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Para un desarrollo más amplio de esta convicción del suscrito, cfr. Gerardo Caetano (coordinador), La reforma institucional del MERCOSUR. Del diagnóstico a las propuestas. … etc. ob. cit.
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Cfr. Recomendación FCES Nº. 3/99.
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Cfr. “Propuesta de las centrales sindicales del Cono Sur a la estructura institucional del MERCOSUR”, Asunción, 9 de octubre de 1994. Fuente: Elaboración propia sumada a datos obtenidos de Silvia Lospennato, “Parlamento del MERCOSUR. La profundización de la integración en el MERCOSUR”
• Este proceso se agudizó sobre todo en 2009, por la caída y la inestabilidad del precio internacional de las com- • Han aumentado de manera consistente las reservas internacionales netas.
modities, lo que agravó el déficit de las relaciones de intercambio, en un contexto de creciente primarización de la
matriz exportadora de las economías de la región, fenómeno que ya venía de antes pero que en este último bienio • Ello ha permitido incluso a varios gobiernos aplicar políticas anticíclicas ante los giros de contracción, amorti-
se ha acrecentado de manera significativa. guando algunos de sus efectos.
• Todo esto generó en casi todos los países sudamericanos una caída considerable en el Producto Bruto Interno • La deuda pública ha disminuido en forma considerable en la región, en el marco de renegociaciones que proyec-
(PBI) en 2009, provocando la desaceleración del crecimiento primero y la recesión (con algunas excepciones) des- tan una mejoría general de su tramitación de cara a los próximos años.
pués, lo que resultaba inquietante pues interrumpía un ciclo de un lustro de incremento sostenido.
• Esto se traduce –aunque con diferencias importantes entre países– en una relación favorable entre los montos de
• Ha caído en forma contundente el volumen de las remesas, con consecuencias muy severas para varios países del la deuda externa de corto plazo y el nivel de las reservas internacionales.
continente que tienen una fuerte dependencia de las mismas para sus respectivos equilibrios.
• Los niveles de exposición externa de los sistemas financieros sudamericanos en relación con los mercados inter-
• Se confirmó en 2009 una disminución de los flujos de la Inversión Extranjera Directa (IED), lo que profundizó nacionales resultan relativamente bajos.
una tendencia decreciente de la participación de ALC en los flujos de IED mundial en la última década.
• Las tasas de inflación han permanecido en general estables en la región, favorecidas en algunos casos (Chile,
• Se redujeron los ingresos por la vía de los dividendos obtenidos por la actividad turística. Colombia, Perú, Brasil) por la adopción de políticas monetarias anticíclicas.
• Se confirmó un incremento en las dificultades para el acceso al crédito externo, producto del aumento de su costo Pese a que estos mismos analistas advierten que esta situación de corte más bien favorable es promedial y que no todas las
y de la menor disponibilidad de financiamiento a nivel internacional. economías de la región comparten un mismo nivel de consistencia frente a la exposición externa, coinciden en destacar que, a
pesar de que los guarismos del ciclo expansivo del lustro 2003-2008 tardarán en ser recuperados, la mayoría de los países del
• Se ha consolidado finalmente la tendencia decreciente en la participación de América Latina en los flujos de ayu- continente y del MERCOSUR se encuentran mejor preparados que en el pasado para enfrentar las consecuencias de corto y
da oficial al desarrollo. mediano plazo de esta crisis. Incluso alguno de ellos se atreve a pronosticar que la recuperación será más rápida en la región que
en los países desarrollados. De todos modos, más allá de estos señalamientos auspiciosos, los analistas también coinciden en el
Los analistas coinciden en que el impacto de la crisis en la región ha sido mayor al que se esperaba inicialmente en 2008, pero destaque de varios efectos sociales negativos, de envergadura no desechable:
también señalan que en términos generales nuestros países se encuentran en mejores condiciones para enfrentar sus retos y que
• En la mayoría de los países de la región se ha producido –también con excepciones– un aumento casi inmediato
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Para una profundización de consideraciones del autor en torno a los impactos políticos de la crisis en América del Sur, cfr. Gerardo Caetano, “La crisis mundial y sus impactos en las tasas de desempleo general, con niveles particularmente graves en relación al desempleo juvenil.
políticos en América del Sur”. Montevideo, CEFIR, 2010, 96 pp. En el anexo de este texto se agrupan cuadros y gráficas que contienen información sobre distintos indicadores
de la crisis en los países sudamericanos y del MERCOSUR.
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Para fundamentar las consideraciones de este subcapítulo se ha recurrido de manera particular a los siguientes trabajos: Francisco Rojas Aravena, “V Informe del Secretario. • A la caída del empleo se le ha sumado un proceso de precarización y deterioro en la calidad de los puestos de
Documento preparado para el XXXII Consejo Superior de FLACSO”. 2009 (mímeo); Josette Altmann Borbón – Francisco Rojas Aravena, “Efectos sociales de la crisis financiera global en
América Latina y el Caribe”. Secretaría General de FLACSO - Programa de Gobernabilidad y Convivencia Democrática en América Latina y el Caribe – AECID, 2009. Cfr. www.flacso.org;
Alicia Bárcena (Secretaria Ejecutiva de CEPAL), “Las economías de América Latina y el Caribe frente a la crisis internacional”. Montevideo, CEPAL, marzo de 2009. (Power Point) Tobías Roy ������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
En esta dirección resulta ilustrativa la lectura de los textos que integran la sección “Tema Central” del último número de la revista Nueva Sociedad, precisamente bajo el
(Representante Residente en Asunción del FMI), “La Crisis Económica Mundial. Causas y el Impacto sobre América Latina” (Power Point) presentado en el Seminario organizado por título “Crisis bajo control. Efectos de la recesión mundial en América Latina”. Cfr. “Nueva Sociedad”. Nº 224, noviembre-diciembre 2009. Nueva Sociedad, pp. 47 a199, FES, 2009.
CEFIR sobre el tema “La región frente a la crisis mundial. Impactos y nuevas respuestas”, 8 y 9 de junio de 2009); José Rivera Banuet (Secretario Permanente del SELA), América Latina y el ����������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
José Antonio Ocampo da una versión diferente respecto a este punto: “(…) debe matizarse considerablemente la percepción de que la fortaleza de la región proviene de un cambio
Caribe ante la Crisis Económica Mundial (Power Point), presentado en el mismo seminario ya citado. SEGIB, “América Latina ante la crisis financiera internacional”. Montevideo, Centro de importante en la política macroeconómica durante los años de auge, que se expresaría en la alta prioridad otorgada a los equilibrios macroeconómicos. En realidad, tanto la política
Información de la SEGIB, 2009; Felipe González (ed.), “Iberoamérica 2020. Retos ante la crisis”. Madrid, Fundación Carolina – Siglo XXI, 2009. Fueron también consultadas las páginas web fiscal como la evolución del saldo en la cuenta corriente de la balanza de pagos siguieron mostrando en general un comportamiento procíclico”. Cfr. José Antonio Ocampo, “La crisis
de la OIT, de CEPAL, del Banco Mundial, de la OMC, del FMI, de ALADI, entre otras. económica global: impactos e implicaciones para América Latina”, en “Nueva Sociedad”, Nº 224, etc. ob. cit. p. 62.
• Luego de un ciclo favorable en términos de políticas y estrategias eficaces en la reducción de la pobreza y de la • En materia de políticas económicas se tiende a promover políticas proactivas y anticíclicas, con sesgos redistri-
indigencia, en 2009 se produjo una discontinuidad en ese proceso, aunque menor a la esperada y con una reversión butivos, dentro de las posibilidades efectivas de cada país, en especial en los campos de las políticas monetaria y
más rápida que la prevista121. financiera, fiscal, de rearticulación de políticas cambiarias y de comercio exterior, con estrategias específicas diri-
gidas a programas de vivienda, apoyo a Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs), políticas sectoriales que interco-
• Se confirmó sin embargo un incremento en los niveles de desigualdad (ya de por sí de los más altos del planeta), necten con estímulos efectivos para la generación de empleo.
con una mayor concentración del ingreso y la ampliación de la brecha social.
• En materia de políticas sociales, las mayores insistencias se dirigen a la necesidad de mantener los programas
• Por su parte, la crisis tiende a afectar con más fuerza a los sectores históricamente más vulnerables en ALC (mujeres, sociales de protección frente a la crisis, evitar por todos los medios posibles la contracción del gasto social (en espe-
niños, jóvenes, pueblos originarios, afrodescendientes). cial en educación, salud y protección social a sectores vulnerables), recombinar con formas innovadoras medidas
de corte universalista con políticas selectivas, desplegar nuevas políticas en materia migratoria que enfoquen el
• Se han confirmado también las previsiones respecto a un incremento en los niveles de inseguridad ciudadana, de tema en su integralidad.
violencia y de conflictividad dentro de las sociedades, que ya antes de la crisis presentaban registros muy elevados y
preocupantes en estos campo. • Finalmente, se plantea un fuerte consenso respecto a que el impacto de la crisis en la región fortalece la centra-
lidad de los procesos de integración regional, en procura de construir una agenda de concertación regional sobre
• Este deterioro de las condiciones sociales ha incrementado el empuje de los fenómenos migratorios, tanto dentro temas estratégicos (infraestructura, energía, comercio, producción de alimentos, innovación en ciencia y tecnolo-
como fuera de la región, en contextos nada favorables para un flujo tranquilo de este tipo de procesos a nivel inter- gía, manejo integrado de recursos naturales, adopción de posiciones comunes en escenarios multilaterales), de cara
nacional. a administrar estrategias convergentes para acciones en materia de agenda externa acordada y proactiva, de promo-
ción de comercio intrarregional, de reformulación de la nueva arquitectura financiera internacional.
• En el mismo sentido, es de prever que se produzca una “sobredemanda” de políticas sociales activas en los recla-
mos al Estado, en un contexto de reducción del crecimiento económico que restringirá las disponibilidades para un Lejos de dar por finalizados los efectos de la crisis global sobre la región, pero también distantes de visiones catastro-
gasto público incremental. fistas, muchos analistas tienden a coincidir en que desde América del Sur en general y desde el MERCOSUR en particular,
una respuesta certera y profunda ante esta coyuntura desafiante de la crisis global, puede configurar una oportunidad para
• Es de esperar también un incremento de la conflictividad social en la perspectiva de la pugna entre sectores para profundizar ciertas definiciones políticas estratégicas. Entre estas últimas destacan: la necesidad de renovar la voluntad
evitar la caída de sus ingresos y condiciones de vida, para enfrentar un eventual incremento de la presión impositi- política integracionista, bastante bloqueada en los últimos años; relanzar desde esa reafirmación integracionista estrategias
va o mejorar el cuadro distributivo regresivo. audaces y viables en procura de iniciativas eficaces de reinserción internacional; la promoción de acuerdos nacionales y re-
gionales en la perspectiva de activar en clave política nuevos proyectos de desarrollo con visión más integral y estratégica,
En este marco, otro centro del análisis ha apuntado a registrar cuáles han sido las principales orientaciones de las res- menos dependientes de las oscilaciones de los mercados internacionales; renovar compromisos y coaliciones para confir-
puestas que los gobiernos sudamericanos en general han practicado frente a la crisis, a la vez que evaluar algunas recomen- mar políticas de reintegración social, con reducción de la pobreza y de la indigencia, pero también con opciones vigorosas
daciones en esa dirección de cara a las estrategias para afrontar los requerimientos de una salida positiva de esta coyuntura en materia de estrategias redistributivas y de equidad; la reafirmación más contundente del camino democrático como vía
desafiante. Algunas de las visiones más reiteradas y apoyadas en este campo figuran en la siguiente reseña: excluyente para garantizar la gobernabilidad y los cambios sociales de signo positivo de los últimos años.
La fortaleza constatada frente a la crisis internacional en el MERCOSUR ha redundado, tanto en clave nacional de los
• La mayoría de las posturas converge en reivindicar propuestas de diálogo y concertación social para pactar políti- Estados Partes como a nivel de las decisiones de proyección efectivamente regional, en la promoción de una agenda de pro-
cas con niveles de acuerdo importante, para orientar agendas concretas de reactivación económica y de retorno al fundización en las iniciativas integracionistas. El reinicio veloz de la senda del crecimiento no puede tampoco ocultar ciertos
crecimiento. peligros acechantes: la recuperación -que ha tenido a China y a la zona Asia-Pacífico como motores fundamentales- hasta ahora
ha venido de la mano de la exportación masiva de commodities, con particular énfasis de alimentos, minerales no procesados y
petróleo, consolidándose tendencias ya existentes de reprimarización. Esta circunstancia pone en entredicho la posibilidad de
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De acuerdo al Informe de la CEPAL denominado Panorama Social de América Latina 2010, presentado el 30 de noviembre del 2010 en Santiago de Chile, la pobreza y
la indigencia disminuirán 1,0 y 0,4 puntos porcentuales en relación al año anterior. Durante 2009, el año en que la región sufrió el impacto más severo de la crisis financiera nuevos enfoques productivos y formatos de desarrollo en los que la clave sea la agregación de valor a los rubros exportables, con
internacional, la pobreza aumento en la región sólo un décimo de punto porcentual (de 33% a 33,1%), contra previsiones más pesimistas. Cfr. Noticias del Sur. Informes de perspectivas de inserción internacional más consistentes e independientes. De todos modos, incluso de cara a la identificación
Coyuntura Suramericana. Nº 4. Noviembre 2010.
• ¿Se está haciendo un análisis ponderado de los cruces entre las políticas nacionales de los países integrantes ple- Esta lista, por cierto no exhaustiva, refiere algunos de los obstáculos concretos que enfrenta no sólo el MERCOSUR,
nos del MERCOSUR y la evolución general del MERCOSUR en su conjunto? sino también –aunque de manera sin duda diferente– los otros procesos de integración regional o concertación política en
el subcontinente sudamericano. Sobre todos y cada uno de estos puntos, los debates resultan tan extensos como intensos,
• ¿Cuáles son y cuáles deberían ser los límites, alcances y niveles de convergencia en las estrategias integracionistas, configurando en muchos casos núcleos centrales de las agendas políticas de los procesos electorales nacionales. Y no debe
bilaterales y multilaterales, de cada uno de los Estados partes del bloque? olvidarse que los políticos sudamericanos, más allá de sus ideas y anhelos respecto a la integración regional, cotizan electo-
ralmente al interior de sus respectivos países, en el seno de electorados poco sintonizados -cuando no enfrentados- con las
• ¿Cuál podría ser un “plan B” en materia de inserción internacional para los pequeños del bloque como Paraguay demandas y tópicos de los repertorios integracionistas. ¿Convergen de un modo sustantivo los partidos y las ciudadanías
y Uruguay, enfrentados a la persistencia del relacionamiento privilegiado (y a menudo excluyente) entre Argenti- de los países de la región en la respuesta a estas preguntas radicales? La respuesta posible a esta pregunta tiende por lo
na y Brasil? ¿Qué pasos comportaría una estrategia efectiva en esa dirección, cuáles serían los fundamentos y los menos a la incertidumbre, aunque también en este punto los matices deben imperar frente a las conclusiones categóricas.
cálculos que abonarían su razonable preferencia? ¿Se han medido de alguna manera las implicaciones y consecuen- Sin embargo, sobre todo a la hora de gobernar o de disputar el voto en las encrucijadas electorales, las propuestas ante
cias de diversa índole que tendría para ambos países una salida (desde la hipótesis poco probable del abandono o este tipo de interrogantes suelen ser por lo menos vacilantes cuando no retóricas. Incluso no resulta sencillo unificar el
en la perspectiva más gradualista del cambio de calidad de la integración, pasando de miembro pleno a asociado) rumbo de las acciones concretas en esa perspectiva. Cuando lo que en verdad se necesita en estas materias, sobre todo
del MERCOSUR? ¿La alternativa es en efecto un TLC en su formato clásico con los EEUU o cualquier acuerdo de desde perspectivas genuinamente integracionistas, son apuestas valientes y de proyección estratégica, los sinceramientos,
asociación con la UE? ¿Es viable y deseable para Uruguay, por ejemplo, un camino “a la chilena”? aunque riesgosos, resultan insoslayables y tal vez también impostergables. En una coyuntura que, como vimos, combina
desafíos acuciantes con ciclos y tendencias favorables, desde balances razonables que acumulen los aprendizajes de dos
• De mantenerse sin cambios sustantivos las actuales condiciones del proceso de integración para países como décadas de forja, la experiencia que surge de estos 20 años parece afirmar que el primer paso hacia un prospecto augural
Uruguay y Paraguay, ¿cuáles son los límites y alcances de la estrategia de combinar en la medida de lo posible y de para el MERCOSUR, con seguridad habrá de vincularse con la capacidad de sinceramiento y con la voluntad política que
la forma más rigurosa la doble estrategia de regionalismo abierto y bilateralismo múltiple? ¿Tiene futuro el actual los socios del pacto regional exhiban en los próximos años.
statu quo en este sentido?
• ¿Cuáles son hoy la “agenda corta” y la “agenda larga” de la integración regional globalmente considerada? ¿Cuáles
son las definiciones últimas y compartidas en los gobiernos del bloque sobre temas no estrictamente comerciales
como reforma institucional del MERCOSUR, asimetrías, complementación productiva, articulación de políticas
públicas regionales, convergencia cambiaria, agenda externa común, desarrollo social regional, finanzamiento
intrazona, complementación productiva?
• ¿Se ha avanzado de manera efectiva en la concreción de instrumentos de gobernanza regional dentro del MER-
COSUR, articulando los formatos institucionales de la integración con las dimensiones territoriales, sociales y cul-
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El 26 de julio de 2009, los Presidentes de Brasil, Lula da Silva, y de Paraguay, Fernando Lugo, firmaron un acta que significa un cambio en verdad histórico respecto al Tratado originario. El
acuerdo, que consta de 31 puntos, establece pasar el coeficiente de compensación a pagar por el Brasil al Paraguay de 5,1 a 15,3, lo que implica un incremento del 200 por ciento, a resultas de lo
cual, a valores actuales significa pasar de 120 a 360 millones de dólares estadounidenses anuales. De todos modos, según lo rubricado por los dos primeros magistrados, ello, como algunas de
las otras pautas acordadas, requerirá de la aprobación de los respectivos Parlamentos nacionales. En otra de sus cláusulas, el acuerdo logrado establece el uso exclusivo hasta 2023 de la energía
de Itaipú por los socios, lo que restringe el objetivo paraguayo de comercializar a terceros sus excedentes energéticos. De todos modos, el acuerdo significó un avance muy serio respecto a lo
dispuesto en el Tratado originario firmado en 1975. Paraguay también tiene un contencioso parecido con Argentina respecto a la Represa de Yacyretá.