TL, (QUES ESA COSA LLAMADA ética?
Juan Jonos Mic Baris,
Sobée ta chatura. ‘Tejer on sesin, dormir en andlisis.
Erica y mala praxis. Introduecién de Bart Simpson
= El sol que nos encandila por las ventanas en un ngulo verdadera-
mente inusitado para esta hora de la tarde, cierto cosquilleo en el aire,
alguns rabores, hasta un par de lentes ascuros que se alcanzan a°ver por
allf, nos indican que estamos, efectivamente, en una época del aio en la
que habitualmente no venimos a clase.
Cabe entonces la pregunta: qué estamos haciendo aqui? Ustedes se
plantearin fa cuestdins en caddo caso yo me ta planteo, porgue es evidente
‘que podrfamas estar en otto tado y sin eimhargo elegimas éste. Sobre el
alcance de una eleccidn, es decir sobre lo que nos hace respoitsables por
ella, hablaremos més adelante. Permitanme hoy sefialar algo que todos
sabemos pero de to que se habla poco: ato a afo tn inicintiva de los
curios de verano divide opiniones en la facultad. Podriamos ser expeditivos
y nombrar coma apocalipricos e integrados 2 esos, digamos, bandos, para
evocar los emblemas con que Umberto co sintetisé fas actitudes ante la
cultura de masas, Tendfamos algo de cazén al hacerlo pero también per-
deriamos otra parte en el camino, ya que nada es reductible a estructuras
tan clementales. ;Para qué hacerlo, entonces?
De manera inmediata y para entrar eh materia, una alusién al desti-
no de ciertas hatallas initiles. Para decirlo de una ver, os enfrenramientos
»‘eipeculates, aquellos que por habemos conido en mas de una ocasién
como protagonistas tal ver nos autoricen a desplegar aqut los argumen
de una nueva eaus
De las integrdos no hace fatta hablar demasiado: son aquellos que
asumen como natural fo que en verdad no lo es, confundiendo ast la
naturaleza de la especie humana con tas formas historicas y contingentes
cen que ésta se refracta, asimilindose de manera acritica a cualquier cambio
por ef mero hecho de que alguien asf se los indica.
Las razones de los apocalipticos, en cambio, parecen siempre mas
simpéricas; sus insurrecciones, romanticas @ no, son de algéin modo las
nuestras, porque Hlevamos alge de esa oposiciin radical en el fondo det
corazin. Haciendo votos para no alistarnos en ellos, mostraremos sin
‘embargo el profundo interés que tienen algunos de sus argumentos,
Las resecvas para dictar un curso en febrero suelen apoyarse en una
tesis recurtente: el riesgo de transformar la funcién docente en una linea
de produccién. Una suerte de fabtica de psicdlogos, que, inagotable, no
dlescansaria jamas, La imagen mis clara en que podria encamar este fancasma
1a poxiemos encontrar en el timo Catalogo de la empresa italiana Benetton,
‘empresa de la que hablaremos mas de una ver en este espacio, Se trata det
centro de distribucisn computarizado que la empresa, ha montado en
Castrette, Italia, y cuya estrella central es un prodigioso sistema roborizado
“Gue’se encarga de distribuir, de manera automética y ultraeficiente, fas
cajas con fos pedidos a cada negocio, no importa el lugar del mundo en
que se encuentre. Big Chartie es ef nombre de a maravilla y sus records
pueden reconocerse féeilmence: 236.000 posi
3 transbordadotes, 30,000 bulros en entrada y salida; en fin, un eieme
apabullante.que se mantiene incluso fos fines de semana.
NES POE caja, 6 .KOrTES,
Lo interesante es que accedemos a toxia esta informacién porque fa
empresa nas la presenta bajo ta forma de un comic. cuya historia gra en
tomo a las vieisitudes de un desperfecto, una falls en ef ststema que
paraliza el transbordader de manera inesperada. Treinia y dos minutos de
rmuedo es el titulo dle Ia historieta con yue la propia Benerron se burke
carifiosamente de sur prodigiosa maquinaria, con un Hamado que no
podemos desatender: hasta Big Charlie necesita un descanso.
@
Un deseanso, una pavsa, per
yuesti0s
programas, pare actualizar nuestras lecrutas, para no repetimnos somo
loras? Si, pero sabre todo y en definitive: para escapar de la chatura.
Como fa funcién docente no se define por la de! transbordador de
bibliografia, seguramence hubiéramos podido cetirarnos dignamence a
escansar; pero si nos quedamos —7 en efecto aqut estamos, ya es febrero,
sera para redoblar la apuesta,
Es en esa linea que hemos repartido, como un gesto auspiciow, cone
tante y seonante, postales en rercera dimensién. ‘Cusintos de ustedes pue~
den ver la imagen oculta’ Pricticamente ninguno. Es interesante, ya que
podremos chequear el estato de las cosas de aqui a cinco semanas. ‘Se han
preguntado por qué les obsequiamos con semejante cosa? Justamente para
coponer a la metifora del Big Charlie otra que nos parece mis acorde lo
que esperamos de este curse: la de las “estexeoscopias” que tienen entre
‘manos, sin saber todavfa qué hacer con ellas. Vedimoslo del siguiente modo:
si algin nostélgico quisiera comprar un equipo de audio mono, como aquel
‘Wincofén que animé la cultura musical de mss de una generacion, debers
acudir, casi, a una tkenda de antigiedades. En otras palabras, hoy nos pare-
ce natural que el sonido se reproduaca en “estérea” aunque pocas veces
teflexionamos sobre el sentido de esta evidencia. En rigor la palabra griega
stereo hace celerencia a los cuerpes sélidos, rigidas o més estrictamente
tridimensionales. Para los gticgos, ef arte “estérco” por execlencia era ta
scuitura, pare ellos figarativa, que seprodueta el mundo ca como se lo ve,
es decir en ta dimension de profundicnd ausente en ef dibujo plano.
Con frecuencia se cree que sterev significn algo asi como “dos, in
tuicién no de! todo errada, porque para ver cridimensionalmente hacen
falta, en efecto, dos ojos, como para escuchar tridimensionalmente soo
necesarios dos ofdos.
La generalizacién de los sonidos “eseéee” es mi
abundar en eilo. La emisidn celevisada de megarrecitales, como el que
se viene de fos Rolling Stones, ofteceri una excelente muestra de fos
conoeida ¥ no vay
avances en esta materia. ;Han sacado ya su entrada? Hay quienes estan
Bensando verlo en casa ¢ incluso conozco personas que estin por cam.
biar su ya solisticado televisor ultracolor por uno que, ademés, sea
apor supuesto el clésico golpeteo en el cenicero, etc, jpor qué cbjetat enton.
«es el tejido y no la pipa?
Ast las cosas, otra alumna, creyendo entrever el rumbo que ado
nuestra posicién de “abogados del diablo”, objets iamedlosamente a
8 crterio la terapeuta Ye podria conta las tas durante la ses, jo pinudselag!
‘Todavia estén alli escuchando? No se pierdan entonces la réplica que fe
esperaba de parte de ocra.compatiera, y.con un afguinento del que ya ex.
tracremos pc clnes: ih, no! Yo jamés podria ateider a un paciente
aientras me pinto las ufas, porque la concentracién que necesio me impedi
Ice cul tacos al mismo tempos rio me inbei
‘ormularemos @ esta altura lo que podrfamos Hamar una primer
observacién. Resulta impostergable sefialarla: tejer, cortarse las tas pine
selas gro es obvio que estamos ante la impronta de una imago materna? Y
siguiendo esta via, no es la imago de un padre/analista la que recoge las
simpatfas tras el frondoso humo de una pipa?
Seria una tercera interlocutora quien volveria a fa carga, abriendo el
campo para una segunda observacién: lo que me parece no ético de la situacién
que con el rido de las aguas la terapewa distrae a la paciene,interfriendo en
Sus asociaciones..Peroy-nucvamente, ide qué ruido estamos hablando? ‘Se
‘rata de una terapeuta que esté perforando la pazed del consultorio con un
‘aladro (para montar una biblioteca nueva, por ejemplo), en cuyo caso el
prcint st ‘basta de una vex con ese ruido, que me aturde y no
Siempre se trata de imagenes, ustedes lo ven, pero imagen por ima-
gen, preci ser que noc deen de lo qu ee tata No son ln Jeces
To que molestaria ali, sino su:cardcter, més que de ruido, de ruidito. Y si
Quisiéramos ofrecerles una imagen lo suficientemente generalizada, di-
rfamos: del orden de esos ruiditos que resulta dificil identificar, como et
débil rechinar de un eldstico de cama en la otra habitacién, fuera de
huestro campo visual. En suma, un ruidito cuya ambigtedad permita
‘conjeturar una trama que, asentada en el fantasma de la escena primaria,
no se completarie, por lo tanto, sin el salto sorpresivo que encontrata “in
tem al culpable de turno.
‘Por fin, una dltima inflexién argumental que abre entonces nuestra
terera cbse: yo, ex cambio ~desaié otra slunna. lo eva mc es
que la terapeuta obrenga un producto ~n pullover, por ejemplo durante el
tempo por el que le cobra a su paciente, Pero, niwevamente, ide qué estamos
36
; verapeuta,
{Gadl es ahora nuestra imagen? jLe de una analista que como
es para colocer
etna lo sficiente se dedica a teler durant ls sesiones pare colo
we Bus productos en el mercado extrac asl une suerte de plovaor
z : decirlo
sintesis “las observaciones podrian muluuplicarse~ y pare dec
s si ia terapeuta etcuche a su paciente. Si lo
ficiers y mientras Lo hogs, diremos, sera cuestiin secundaria la indole
pe iasimdgenes en que se soporte ese campo, minearemente simbélico,
Podré jugar con sus dedos, balancear ritmicamente una piers o Vena
de erabeseas Tos mérgenes de una hoja en blanco: Nadie puede coificar
del cuerpo que escuche.
Mas fuerte atin. Si el tejido fuera le condicién de escucha para est
‘al suscraérselo se estaria cancelando-la:posibilidad misma de
roducirfa, paradéjicamente, en nombre de
ublindo?
je uns ver: nadie pregunta
fa posicion
fa terapia. Accién que s¢ pr
una pretensién ética.
Jengn entonces ante ustedes la primera Ieccidn: el horizonte ético |
\ mae is inmnediatas. Algunos rostros mé ifdiGan que val
ve satin més confundidos que antes. {Es asf? Prucben volver después de
clase a las postales y verificarén que cel instante de la mirada ee
Suactivos, pero termina siendo decepcionante. Es necesatio avancat, ZEs-
tamos en condiciones de hacerlo?
Introduzco entonces, brevemente, el comentario sobre el que het
yaremos en la reunién préxima nuestra razones terieas. Se cata de fa
anéedotaextraida de esa extraordinaria serie de television lamada Los
Simpson. Se pueden apreciar algunas miradas cOmplices. Algunos de us:
tedes conocen el rudimento de la historia, por haber sido incluida cn
teuella conferencia de 1993, en Mar del Plata, publicada bajo su titulo
cniginal La érca de lo sinbdlico en la evade lo formal. Nos han hecho notar
por ahi que se crata de un hit, Si exo fuera certo, wayores sean entonces
tas zones para demote, dos afos después, certs evidencias que alt
deslizaron, un poco apresuradamente. Antes de abocarnos a ello, det
decir dos palabras sobre la importancia que asigno hoy a ese texto.
3Jus Jonce Mic Fae
Fue escrito en una noche Hena de incertidumbre, cuando todavia
no tenfa a mi cargo esta materia, y compartia, junto a Narciso Benbenaste,
las responsabilidades de las cétedras de Computacidn’y de Psicologia
Politica, en las que fuitnts templande nuestras ideas. Era, entonces, la
cportunidad de indicar el sentido que cobtaba pata nosotros el trata-
miento de los “derechos humanes”, a la ver que sefialar Ia distancia que
nos separaba de fas “humanidades médicas”.
Se trataba de un congreso de bioética, pero habia allt
“humanidad”. El propio término “bioética” es ya una redundancia, pero
no por mucho nombrar la vida se estd més ceres de alcanzar su sentido.
Qué es, entonces, un ser humano? Es ésa ta pregunta que recorre toda
jemasiade
‘esa confetencia. Pero ustedes pueden leerla por su cuenta. Agrezo aqui
‘una teferencia pata los nuevos lectores, que explica en parte las circuns-
tancias de su escritura, referencia que fue, por otra parte, la dedicatoria
con que la introduje en aquella ocasién.
Hacia el aio 1988, me encontraba trabajando sobre el fascinante
mundo de las redes computacionales. Se abrfa ante nosotros, come una
rata flot, la oportunidad de tas conferencias y el correo electrénico. Las
discusiones a distancia sin movernos de nuestro teclado ocupaban nuestras
horas y nuestro enttusiasmo de entonces. Desde y hacia cualquier lugar
del mundo, sin limite de espacio y de manera totalmente gratuita, Hasta
los estudiantes de Mosei dialogaban con sus pares de todo el mundo, sin
saber tal ver quie ese borramiento de las fronteras fisicas serfa uno de los
principios del desmoronamiento de la propia Unién Soviética.
En medio de esa votdgine, recibf un mensaje electr6nico originado
en la computadora de la Universidad de Mar del Plata, Era como una
botella arrojada al mar, la carta de alguien que haba perdido el rumbo,
ue ignoraba evidentemente el destino de su mensaje. Respondf inme-
diatamente, casi a ciegas pero con un texto alentador, y recibi a vuelta
de médem la respuesta de miinterlocutor.
Fue asi que conoci, electrénicamente, a Ana Kohen, estudiante por
quel entonces de la Carrera de Psicologia. Intercambiamos cientos de
mensajes durante cast dos afios. Discutfamos sobre epistemalogia, psi-
coanalisis, polftieas institucionales, y también sobre nuestras vidas.
Nunca sentimos la necesidad de conocernos personalmente, pero
nos preguntébamos sobre las bases en que pode(a sostenerse tal relacién
de correspondence computacional. En tiempos en que ya casi nadie
1 Qutesesa cosa wana Enc4?
escribe cartas personales con regularidad, nuestros mensajes eran sin em-
Dargo extensos y frecuentes. Tracabamos de pelearos lo menos posible,
porque en ¢! fondo desconfidbamos de esa levedad que es la distancia,
pero mantenfamas, implacables, nuestras ideas.
Fue justamente 2 través de Ans que conocf la existeticia de la
cétedra de Deontologix Paicologica, en la cual & originatta, varios afios
més tarde y par un camino diferente, la invitacién para hablar en Mar
del Plata,
Comencé mi intervencién -nada de esto ha sido publicado~, rela-
tando la historia de aquella amistad electrénica. Y a pesar de que las
dedicatorias estén fuera de moda, deseo que también hoy, en esta clase,
Is historia de Bart sea para Ana, que vive con sv marido y su hijo en Mar
del Placa, can enamorade de su famnilia y de sus ideas como el dia en que
envi6 su primer mensaje.
Y no por azar, entonées, el comentario sobre los Simpson, situado,
como ustedes saben, en el corazén mismo de una familia. La historia,
recordémoslo, dice asf: el pequefio Bart Simpson, en un rapto de amor
filial, decide tatuarse en cl brazo el clésico corazén con la palabra “Mother”
dentro de él. Sin enterarla a ella de su iniciativa, contrata por su cuenta
tun especialista, le indica la tarea y el tatuador comienza su trabajo.
En mitad de la tarea, mama Simpson regresa a casa y se encuentra
con la escena. Horrorizada, interrumpe la tarea del tatuador, lo expulsa
inmedistamente y, lejos de escuchar las razones de su hijo, se-lo lleva en
busca de un médico para que borre la escritura de su brazo. Bart se queja
Y feiters su declaracién de athor, pero Ia escena no puede ser més patética,
Porque el trabajo asf interrumpido por su madre muestra sobre su braxo
un corai6n que encierra shora un texto trunco:
|s palabra Moth, que en inglés significa “polila’..Nias jot des Ean
Retengan entonces la anécdota y remftanse a la conferencia men
cionada. Encontrarén alll apenas augerida la relacién entre esa ecuacin
madrespalilla ¥ ef sentido dé lo simbstico para la especie humana. Se
trata sélo de un comentario inroduetorio, pero no fo piesdan de vista.
En nucscea prima tetnién devplegaremes ef asuno, y verdn useedes el
esting que le expera a nuestra anéctiora, sobre codo st estamos dispyestos a
cextraer de ella nuesteas primeras lecciones de ética,