Crianza Urbana y Territorio Ancestral

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 24

Crianza urbana y territorio ancestral:

Pueblos indígenas Embera-


Katío y Nasa en Bogotá*

Urban Breeding and Ancestral Territory: Embera-


Katío and Nasa Indigenous Peoples in Bogotá
Criação urbana e território ancestral: povos
indígenas Embera-Katío e Nasa em Bogotá

Angie Benavides Cortés** | Carolina García Ramírez*** | Sandra Guido Guevara****

* Este artículo se presenta como Reporte de Caso y hace parte de los resultados del proyecto de investigación
“Prácticas y pautas de crianzas: del territorio ancestral al territorio urbano”, realizado por investigadoras del
grupo interinstitucional del Grupo Equidad y Diversidad en Educación, Angie Linda Benavides Cortés, Carolina
García Ramírez, Sandra Patricia Guido Guevara y Luz Magnolia Pérez Salazar, profesoras de la Universidad
Pedagógica Nacional (UPN) y Nohora Patricia Ariza Hernández, Ingrid Sissy Delgadillo Cely y Betty Sandoval
Fotografía: Christian Hederich©

Guzmán, profesoras de la Universidad Distrital Francisco José Caldas (UDFJC). Financiado por las dos Univer-
sidades, que inició en marzo de 2016 y finalizó en abril de 2018.
** Profesora Asistente Departamento de Posgrados, Facultad de Educación de la Universidad Pedagógica Nacio-
nal (Colombia), e integrante del grupo de investigación interinstitucional Equidad y Diversidad en Educación.
[email protected]
*** Profesora Asistente Departamento de Lenguas y la Maestría en Educación de la Universidad Pedagógica Nacio-
nal (Colombia), e integrante del grupo de investigación interinstitucional Equidad y Diversidad en Educación.
[email protected]
**** Profesora Asociada Departamento de Posgrados, Facultad de Educación de la Universidad Pedagógica Nacional
(Colombia), y coordinadora del Grupo de investigación interinstitucional Equidad y Diversidad en Educación.
[email protected]

pp. 37-60
Resumen
Este artículo presenta los resultados del proyecto de investigación “Prácticas y pautas
de crianzas: del territorio ancestral al territorio urbano”. Su propósito es el de analizar
las transformaciones de las prácticas de crianza cuando familias indígenas Embera-Ka-
tío y Nasa migran al espacio urbano. La metodología se centra en un estudio de caso
colectivo y descriptivo utilizando relatos de vida de familia. Los resultados se presentan
en dos partes: Territorio ancestral y prácticas de crianza, y tránsitos hacia lo urbano.
El análisis da cuenta de una construcción de nuevas identidades y formas de crianza
desde prácticas culturales que deben ser llevadas a todos los espacios educativos.

Abstract
This article presents the results of the research project “Prácticas y pautas de crian-
zas: del territorio ancestral al territorio urbano”. Its purpose is to analyze the trans-
formations of the breeding practices when indigenous families Embera-Katío and Nasa
migrate to the urban space. The methodology is descriptive and takes a collective
case study using family life stories. The results are presented in two parts: Ancestral
territory and raising practices, and transits to the urban. The analysis deals with the
construction of new identities and the raising children from cultural practices that must
be taken to all educational spaces.

Resumo
Este artigo apresenta os resultados do projeto de pesquisa “Práticas e diretrizes da
parentalidade: do território ancestral ao território urbano”. Seu objetivo é analisar as
transformações nas práticas parentais quando as famílias indígenas Embera-Katío e
Nasa migram para o espaço urbano. A metodologia se concentra em um estudo de
caso coletivo e descritivo usando histórias de vida familiar. Os resultados são apresen-
tados em duas partes: território ancestral e práticas de criação e trânsitos em direção
ao urbano. A análise mostra uma construção de novas identidades e formas de criação
a partir de práticas culturais que devem ser levadas a todos os espaços educacionais.
Recibido: 11 | 06 | 2019 Palabras clave

Evaluado: 25 | 11 | 2020 Prácticas de crianza, educación


intercultural, territorio, transformaciones,
pueblos indígenas.

Keywords

Raising practices, intercultural


education, territory, transformations,
indigenous people.

Palavras chave

Práticas parentais, educação intercultural,


território, transformações, povos indígenas.
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

E
l trabajo sobre prácticas de crianza del sentados en la ciudad de Bogotá, pero en
territorio ancestral1 al territorio urbano, el presente artículo se expone el caso del
aporta a la construcción de la educación Embera-Katío y del pueblo Nasa, habitantes
inicial y su relación con escenarios pedagó- ancestrales del territorio colombiano.
gicos interculturales. Asimismo, atiende a
A manera de contexto se destaca que
la línea de investigación sobre Infancias en
algunas comunidades y pueblos originarios
tanto responde a la necesidad de una edu-
en la sociedad actual se enfrentan a cam-
cación con pertinencia cultural para pueblos
bios culturales e identitarios generados por
y comunidades migrantes a nivel urbano,
fenómenos como la migración y el desplaza-
para así encontrar elementos cercarnos
miento forzado, así como por la globalización
a las construcciones de las pedagogías
de pautas culturales ajenas a sus tradiciones
ancestrales.
y costumbres.
El propósito central de la investigación fue
En este sentido, el presente trabajo
el de identificar transformaciones y adapta-
investigativo propende por una mayor com-
ciones en las prácticas de crianza que tienen
prensión de las transformaciones que el
lugar al interior de pueblos indígenas rea-
desplazamiento al mundo urbano ha cau-
sado en sus prácticas de crianza. Por tanto,
1 El territorio es mucho más que un espacio geográ- dicha comprensión permitirá, en muchos
fico, éste se configura desde las prácticas culturales
y las relaciones espirituales con ancestros y ances- casos, revitalizar las formas tradicionales al
tras, es el espacio de nacimiento, es el escenario de respecto, así como, analizar la resistencia a
reconocimiento de las historias que
los cambios que las comunidades y pueblos
nos permite ubicar-nos desde una corporeidad, han instaurado. La posibilidad de mantener
un origen, un contexto, una comunidad y un
legado cultural. “El territorio además de ser la las prácticas de crianza influye no solo en la
tierra misma, son todas aquellas historias y formación individual, sino en la reproduc-
significados relacionados con los lugares y los
sitios donde hemos vivido. El territorio como
ción de saberes y nociones comunitarias;
espacio es más que un ‘pedazo de tierra’ en él es a partir de las prácticas de crianza cómo
está la vida espiritual y material [...]. Por eso pervive la comunidad incluso para algunos
lo llamamos la casa grande”. (Cabildo Indígena
de Ambaló, 2008, p. 33, citado en Jutinico, pueblos en las condiciones urbanas.
2016, p. 288)
Para el campo educativo y en lo referido
Por su parte la ancestralidad se refiere a la pervi-
vencia y conservación de la identidad, asociada a a las inclusiones y exclusiones de pueblos
los territorios habitados por los pueblos desde su y comunidades ancestrales, este tipo de
origen, al pensamiento, a las prácticas culturales y
a las distintas dinámicas que identifican a los pue- análisis aporta a la formación de nuevos
blos (…) y a su cultura (…) es un vínculo cultural educadores y educadoras que se sitúan en
que ha sido heredado y, en algunos casos, trans-
la realidad social actual para acompañar a
formado, en la medida en que se reconstruye por el
paso de generación en generación, lo que Rivade- los pueblos y comunidades desde el lugar
neira (2005) y Martínez (2003), conciben como uno del conocimiento real y práctico de su situa-
de los elementos vitales desde donde se establecen
los derechos colectivos y los valores propios de una ción, asimismo, el conocer otras prácticas
comunidad que se fortalece y consolida en el tras- de crianza aportará en un descentramiento
curso del tiempo con el actuar de los antepasados
permitiéndoles estar vigentes en la actualidad. (Juti-
nico y et al., 2016, p 40-41)

40
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

cultural propio de una pedagogía intercultural que aviva el pensamiento


ancestral en Colombia y América Latina.

Problemática

En Colombia se reconocen 102 pueblos indígenas, de los cuales, según


la Corte Constitucional, 34 de ellos podrían dejar de existir, mientras
que la Organización Indígena de Colombia (ONIC) identificó 32 más,
considerándose en total 66 pueblos indígenas en alto riesgo de des-
aparición, los cuales cuentan con menos de 500 personas (El Mundo,
2013). Al respecto, el Departamento Administrativo Nacional de Esta-
dística (DANE) informó que de cada mil niños y niñas indígenas entre 0
y 5 años, 250 mueren al año, un 70% de los niños indígenas sufre de
desnutrición crónica, el 63% del total de su población está sumergida
en una pobreza estructural y el 47,6% está por debajo de la línea de
miseria (El Universal, 2013).

Para los pueblos indígenas urbanos la ruptura con el territorio, en


términos espaciales y simbólicos, puede conllevar al debilitamiento de
vínculos comunitarios, la necesidad de generar estrategias de sobre-
vivencia a través de actividades económicas informales, y la difícil
continuidad de sus prácticas culturales, por lo que, la población indí-
gena, en las principales ciudades de Colombia, ha sido considerada en
situación de vulnerabilidad, y por tanto se debe garantizar la restitución
de derechos y su posterior reparación.

El panorama que acabamos de presentar nos invita a pensar las


implicaciones de los tránsitos vivenciados por las familias indígenas que
se movilizan entre los entornos ancestrales y urbanos, de esta manera
es necesario indagar sobre las prácticas de crianza en dos sentidos: en
primer lugar, las prácticas configuradas desde ancestralidad y su cone-
xión con el territorio; y en un segundo momento, cómo estas prácticas
se transforman a partir de los tránsitos entre ambos territorios (ances-
tral-urbano). Pues estas prácticas, independientemente del escenario
en el que se realicen, buscan la pervivencia cultural y el relacionamiento
comunitario como un ejercicio que da cuenta de las transformaciones
propias de los sujetos que configuran dichas prácticas.

Contextualización de los pueblos Nasa y Embera-Katío

El pueblo Embera desde tiempos inmemorables ha habitado la región


occidental del país, incluyendo el occidente de Panamá y el norte de

41
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

Ecuador. A nivel cultural, se puede plan- tra ubicado geográficamente en Huila y en


tear la generalidad de la configuración de el norte del departamento del Cauca; no
“familias extensas que funcionan como uni- obstante, por las diferentes situaciones de
dad básica de producción y colaboración. desplazamiento en la actualidad, habita
Su economía se basa en agricultura, caza, regiones como Valle del Cauca, Caquetá,
pesca y recolección” (Guido, 2015, p. 115) Putumayo y Bogotá, donde se encuentran
y, entre los elementos identitarios, encon- certificados como cabildo en contexto de
tramos la pervivencia de la lengua Embera, ciudad.
la cosmovisión basada en el jaibanismo y la
La memoria de la comunidad Nasa está
vivienda en tambos, casas tradicionales de
inexorablemente unida a su lucha por el
este pueblo. Desde la organización política
territorio ancestral y la pervivencia cultural,
se ha apropiado la figura de cabildos y, más
a través de procesos de resistencia y organi-
recientemente, se han constituido las orga-
zación que les ha permitido recuperar tierras,
nizaciones regionales.
abolir formas serviles de trabajo y consoli-
El desplazamiento del pueblo Embera ha dar organizaciones regionales en defensa
sido una constante a lo largo de su historia, de su derecho a mantener los resguardos
el cual desde la época colonial fue cercado y su carácter comunal, a fortalecer la auto-
por los invasores de su territorio, situación ridad propia a través de la organización de
que ha sucedido así en innumerables ocasio- cabildos, a robustecer su proceso político/
nes, pero en el siglo XX este proceso se vio organizativo para la defensa de sus terri-
influenciado por “la creación de la prefectura torios, a ejercer y mantener sus prácticas
apostólica del Chocó en 1908, las misiones culturales a través de la educación propia2
Lauras en 1914 y la instauración de escuelas que propende por la formación de las nue-
e internados donde ‘civilizan’ a los indígenas” vas generaciones en la defensa de la tierra,
(Ulloa, 2004). Sin embargo, a partir de los la autonomía y la cultura.
años 50 todo esto se arraigó a través de la
Esta lucha sostenida históricamente por
instauración del proceso de guerra entre las
siglos ha generado permanentes enfrenta-
denominadas Fuerzas al margen de la ley
mientos con diversas fuerzas que se han
y los diferentes representantes del Estado
disputado el control y posesión territorial a
en los territorios. De esta manera, a finales
través de estrategias —yo no las definiría
del siglo pasado la población Embera inició
como estrategias— masacres, amenazas,
un desplazamiento hacia los centros urba-
hostigamientos, usurpación y señalamientos,
nos, a causa de “la inseguridad alimentaria,
con un costo muy alto en vidas especial-
los conflictos al interior de la comunidad,
mente de sus líderes y lideresas, generando
la intervención de la guerrilla y los grupos
como consecuencia el desplazamiento for-
paramilitares, y el reclutamiento de jóvenes”
zado desde los resguardos hacia las zonas
(Guido, 2015, p. 117).
urbanas. La presencia Nasa en la ciudad es,
Por otra parte, el pueblo Nasa, denomi-
2 La educación propia es un proceso de pervivencia de
nado como el pueblo del maíz y el trueno, los pueblos indígenas, en el que se concibe la educa-
por su cosmovisión y tradiciones, se encuen- ción como un proceso de y para la vida y en el cual
la política y la pedagogía convergen.

42
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

de acuerdo con Bernal (2012), “una manera de construir nuevos esce-


narios y de transmitir un legado ancestral y una historia de pensamiento
propio” (p. 85).

Para este proyecto tuvimos la oportunidad de dialogar con familias


nucleares y extensas. Para el caso Nasa, participaron una familia nuclear
y dos mujeres cabeza de familia, todos con estudios universitarios o ya
profesionales con un fuerte trabajo desde lo público en sus labores coti-
dianas relacionadas con el campo de la educación; mientras que en el
caso Embera, participó una familia extensa Embera-Katío con entrevista
a profundidad a dos familias nucleares, en las cuales, las mujeres poseen
poco conocimiento de la lengua española, sin escolarización y quienes
se circunscriben a un espacio más privado o supeditado a la socializa-
ción desde lo masculino mientras ejercen su labor de comerciantes.

Recorridos investigativos

Diversos trabajos de investigación han estudiado las prácticas y pau-


tas de crianza de distintos pueblos indígenas de América Latina, por
lo que se destaca que para el Sistema de Educación Indígena Propio
(SEIP) en Colombia el ciclo de vida comienza desde que se siembra la
semilla, esto quiere decir, desde el mismo momento de la gestación e
implica un proceso comunitario de enseñanza del legado ancestral, así
desde el SEIP el proceso educativo escolarizado inicia con el programa
denominado “Semillas de vida”, por su símil con el proceso de siembra.
Por otra parte, en la investigación realizada por el equipo de la Institu-
ción de Salud Indígena Ipsi-Totoguampa, denominada “Familia Hiladora
de vida pueblo Ambaló” (2012) se evidencian procesos de formación
para orientar a las familias desde el momento de la concepción, hasta
el nacimiento, con base en la recopilación de prácticas ancestrales del
pueblo Ambaló.

Otra investigación desarrollada desde la cosmovisión indígena es


“Pautas de crianza Mapuche” (Ministerio de Planificación, 2006) en
donde se busca conocer significados y prácticas de las familias de
este pueblo, frente a la crianza y el cuidado de niños y niñas desde la
gestación hasta los 5 años, en las regiones Metropolitana y de la Arau-
canía, en Chile. Se enuncian aspectos desde la cosmovisión de estas
comunidades, las cuales comprenden que la gestación y la crianza de
niños y niñas son procesos que se desarrollan en el ciclo de vida, y que
representan un aspecto fundamental para la socialización. Asimismo, el
trabajo realizado por María Yaneth Moreno (2009), nos brinda elementos

43
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

para fundamentar la presente investigación cos como centro de las comprensiones de


al tener como objetivo la crianza: la lengua, el juego y la religión.

Caracterizar las pautas y prácticas en La investigación “Estilos de crianza en


la etapa de crianza entre los indígenas familias indígenas Cañaris” de María Punin
Embera-Katío del Alto Andágueda y (2016) evidencia cómo los estilos de crianza
Zona Carretera Quibdó-Medellín, en el de estas familias indígenas se constituyen en
Departamento del Chocó, que funda- el primer proceso de socialización, además
menten los lineamientos de un proceso resalta que la crianza en familia se puede
de educación pre-escolar propia que caracterizar como: democrática, autoritaria
sea desarrollada en los planteles edu- y/o permisiva, también se describe las rela-
cativos indígenas de esta región. (p. ciones intrafamiliares, los roles y funciones
44)) de cada miembro y distintas formas de resol-
ver las dificultades familiares.
Moreno plantea la existencia de una
Luego de realizar el recorrido por dife-
geopedagogía Embera-Katío, donde existe un
rentes estudios desarrollados frente a las
territorio-familia y un territorio-comunidad.
diversas prácticas de crianza en comuni-
De otra parte, Marilú Cusi se propone dades indígenas de América Latina y de
investigar los patrones de crianza de niños Colombia, se puede evidenciar que la mayor
y niñas en la comunidad campesina andina3 parte de los trabajos se centran en el recono-
de Roccoto-Cusco-Perú, y se pregunta: qué cimiento de patrones en el mundo indígena
prácticas socioculturales de crianza desa- al interior del territorio de origen para la
rrollan las familias de la comunidad en los pervivencia cultural de cada uno de sus pue-
procesos de enseñanza y aprendizaje, en blos. Sin embargo, no se establecen puntos
dónde se desarrollan, cómo son transmiti- de encuentro o desencuentro en la relación
das, y cuál es su finalidad, para así poder con el reconocimiento de un nuevo territorio,
desarrollar “metodologías de enseñanza y en este caso urbano, con lo que se pueda
aprendizaje interculturales en la escuela o pensar en la importancia de investigar estas
institución educativa” (2009, p. 8) que rom- nuevas relaciones para una pedagogía de lo
pan la brecha. Se plantea la manera como ancestral en medio de las resignificaciones
estos saberes son compartidos a través de que trae consigo habitar en la ciudad.
dos mecanismos: la palabra (el consejo) y
la observación. Elementos conceptuales

A su vez, García et al. (2015), en su artí- Para el análisis realizado es importante


culo “Crianza y niñez en dos comunidades tener en cuenta el concepto de prácticas
indígenas de la Argentina (qom y mbyá)”, de crianza, infancia y ancestralidad que se
realizan una investigación etnográfica en expresan a continuación. Las prácticas de
la que se plantean tres intereses temáti- crianza son

3 En este caso se hace referencia a población indígena


acciones de los adultos, en especial
quechuahablante. padres de familia, encaminadas a

44
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

orientar el desarrollo de los niños. Éstas se orientan a garantizar


la supervivencia del infante, a favorecer su crecimiento, desarro-
llo psicosocial y aprendizaje de conocimientos; son acciones que
una vez inducidas, le permiten reconocer e interpretar su entorno,
aunque éstas difieren en la forma de expresarse y los contenidos
que transmiten, la finalidad es la misma en todos los grupos huma-
nos: asegurar a los niños y niñas la supervivencia e integración a
la vida social. (Aguirre y Durán, 2000, p. 27)

Para el caso de esta investigación, las prácticas se someten a contin-


gencias determinadas por un contexto urbano-marginal que les resulta
ajeno y desprovisto de muchos de los elementos culturales que eran
propios (simbólicos o materiales).

Se reconoce para este trabajo la existencia de infancias diversas y


diferenciadas, cuyas demandas en materia de atención, protección y
educación desbordan los parámetros de programas nacionales de pri-
mera infancia. Desde este punto de partida, se hace necesario reconocer
las muchas maneras de vivir la infancia en el mundo actual, pues más
allá de una categoría etaria, la infancia es aquello que colectivamente
se ha definido como tal y que se transforma con el transcurrir histórico.
Resulta, por lo tanto, fundamental reconocer en este proceso la com-
plejidad histórica y cultural que lo atraviesa. Y de esto dan cuenta los
estudios de antropología de la infancia (Díaz y Vásquez, 2010; Cohn,
2001; Correa, 2010; Pachón, 2009).

Por otra parte, la ancestralidad es entendida según Martínez (2003),


como uno de los elementos vitales desde donde se establecen los dere-
chos colectivos y los valores propios de una comunidad. De acuerdo
con esto se puede afirmar que la ancestralidad se refiere a la perviven-
cia y conservación de la identidad, asociada a los territorios habitados
por los pueblos desde su origen, al pensamiento, a las prácticas cultu-
rales y a las distintas dinámicas que los identifican culturalmente. La
ancestralidad se constituye así en el lazo cultural que por derecho de
los antepasados corresponde a la herencia histórica que se transmite
de generación en generación (Asamblea Nacional de la República Boli-
variana de Venezuela, 2005).

Metodología

Esta investigación se acoge a un paradigma de corte cualitativo inter-


pretativo y se sitúa en el estudio de caso partiendo de relatos de familia.

45
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

La investigación asumió el estudio de caso el legado expresado a través de la ley de


colectivo, según Stake (1994), y descrip- origen porque establece los elementos del
tivo, según Martínez (2006). Este tipo de saber propio que guiarán a la configuración
investigación se desarrolla desde situaciones del “ser indígena”.
dialógicas que involucran técnicas de acopio
La familia también se concibe como otro
tales como el relato, la entrevista narrativa y
territorio, por ser el motor que guía las accio-
la historia de vida familiar; instrumentos que
nes de cada uno de sus miembros, por lo
permiten acercarse a nuevas comprensio-
que esta se comprende como un universo,
nes sobre la transformación de las prácticas
en donde se convive con todos los seres de
de crianza de un territorio ancestral a uno
la naturaleza, asimismo, se asume por parte
urbano en familias indígenas radicadas en la
del Pueblo Nasa que
ciudad de Bogotá. Asimismo, brinda la opor-
tunidad de conocer, revitalizar y socializar
la familia es portadora de semilla que
historias cotidianas inéditas de los individuos
se reproduce en pareja, es la conti-
y colectivos desde los propios escenarios cul-
nuidad de la especie. Su función es
turales. Se han tenido en cuenta también,
reproducir, procrear no sólo hijos,
los principios de los métodos narratológicos
sino también la cultura y el legado
que, de acuerdo con Pujadas (2000), per-
espiritual. Pero también la función de
miten dar valor y expresión a las voces de
la familia es proteger, cuidar, guiar,
las poblaciones minorizadas con el fin de
orientar y mantener la semilla. (UAIIN,
comprender realidades sociales desde sus
2012, p. 12)
palabras y construcciones.

El cuerpo también se constituye en un


Resultados, discusión y análisis territorio que se transforma en distintos
momentos, ya sea por condiciones físicas o
Los resultados presentados, se analizan por agentes externos, desde la mirada del
en dos sentidos, en primer lugar, las prác- pueblo Nasa, y como lo expresa una de sus
ticas ancestrales de crianza, que incluyen familias, “el cuerpo es como la casa, es el
su relación con el territorio, la partería, la espacio, donde está la vida, donde surgen,
enchumbada, la alimentación y el papel de la entonces se tiene que tener unos cuidados
familia extensa; y en un segundo momento, muy especiales, y mucho más cuando se
la manera cómo estas prácticas se transfor- está portando una semilla”.
man en el territorio urbano.
En esta relación entre territorio, ley de
Territorio ancestral y prácticas de crianza origen, familia, cuerpo y prácticas culturales,
ubicamos la crianza, que se asume desde
El territorio no solo está consagrado a un los pueblos indígenas como las prácticas
espacio geográfico, sino a la configuración rituales que buscan fortalecer al individuo,
de escenarios de socialización en donde se a la familia y a la comunidad, en la cual es
transmiten los saberes propios, la lengua, vital establecer una conexión con los seres
las acciones de pervivencia, pero sobre todo de la naturaleza y, además, unas acciones

46
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

para el cuidado del sí y de todos los otros seres. La naturaleza tiene un


papel fundamental, ya que evidencia los momentos y los cambios de la
crianza, pero además educa a los niños y las niñas, como, por ejemplo:
para los Nasa, los niños o niñas que han sido concebidos o que nacen
en luna mayora o luna llena, serán seres fuertes y sabios, para los que
nacen en otra luna, siempre existirá un ritual que les permitirá poten-
ciar las habilidades. “La luna es nuestra familia, por ello, nos indica
qué debemos hacer de acuerdo a su energía” (Palabras de una mayora
nasa, Cauca), en este sentido la luna, configura y orienta algunas de
sus prácticas culturales.

Algunas de las prácticas de crianza en el territorio de los pueblos


indígenas Nasa y Embera-Katío, contemplan el uso de plantas, animales
y de la luna. Estas prácticas se realizan desde antes del nacimiento, y
transitan hasta después de este. Se menciona que el ciclo de la vida ini-
cia desde antes del momento de la gestación, pasa a ser semillas, que,
aunque en esta etapa del ser no se pueda hablar, se puede escuchar,
y es de esta manera que se inicia el proceso de la crianza, entendido
como un recorrido permanente de acompañamiento.

Para el pueblo Nasa es importante la consolidación de la familia,


desde elementos físicos, espirituales y relacionales como la comple-
mentariedad. Por ello, en la consolidación de la familia, los padres y los
médicos tradicionales, son quienes determinan la pareja que permitirá
establecer una familia, en coherencia con los valores y los principios
Nasa, como se evidencia en el siguiente relato:

(…) cuando yo tenía 19 años, mis padres me dicen: “usted tiene


que organizarse, porque es la tradición, y hay que seguirla”. Enton-
ces, yo siempre vivía con muchos deseos de venir a estudiar, de
quererme formar y todo eso; y no teníamos las condiciones, pero
mi preocupación era estudiar. Entonces yo le digo: “no pues, si
el afán es que yo forme mi familia, entonces hagamos una cosa,
ustedes me presentan a mi pareja, quien sea, afro, indígena,
mestiza, puede ser blanca y me la colocan y yo acepto, porque
eso es de ustedes, pero tienen que saber seleccionar a nivel de lo
espiritual, cultural, político, educativo, formación intelectual” (…)

La familia también debe establecer unas prácticas culturales que


le permita conservar las tradiciones, y se conviva en armonía, es por
esto, que aún se conserva el “año de amañe”, cuando la pareja debe
convivir un año, tiempo en el que debe demostrar sus habilidades de

47
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

acuerdo al género, es decir, los hombres enchumbar. El chumbe es un cinturón o


deberán sembrar y cosechar el maíz y cons- fajón tejido, donde de manera simbólica
truir la casa, y la mujer deberá realizar las se relata la historia, como lo expresa Qui-
labores del hogar, al igual que tejer la ruana guanás (2011): “en el chumbe se escribe
y la mochila. Todo esto para evidenciar que la historia y cada figura cuenta una historia
se complementan como pareja. Si pasado porque los ancestros eran muy cuidadosos
el año, alguno de los dos no cumple con sus y ellos construían la historia en los chum-
tareas, se dice que no sirve para tener fami- bes para no perder la memoria” (p. 18).
lia (Conversación con mayor del resguardo Para la crianza, se dice que se deben usar
Quichaya). tres chumbes tejidos, preferiblemente por la
madre, mientras se encuentra en su periodo
Por otro lado, la partería es una de las
de gestación, así: “uno es para que la madre
prácticas que, para los diferentes grupos
se faje después del nacimiento, el otro para
étnicos, es de gran importancia, ya que se
enchumbar —envolver el cuerpo del niño
indica que es la experiencia y sabiduría de
como un tabaco— y el tercero, para cargar
una mujer la que debe recibir a los niños y
el niño, mientras acompaña a la madre en
las niñas. En cuanto a los partos para los
sus diferentes actividades” (Palabras de una
Embera-Katío, este ritual se debe realizar
mayora Nasa, Cauca).
cerca de un río, “no se puede nacer en la
casa, lo llevan al río” (Entrevista con mujer En los pueblos indígenas se asume que la
Embera-Katío). Mientras que, en el caso de alimentación tiene un papel fundamental en
los Nasa, el parto se realiza en casa, para la crianza, tanto antes del nacimiento como
conservar el calor, para que ni la madre, ni después de este, por lo cual, para los Embe-
el bebé se afecten. ra-Katío, las mujeres durante la gestación
deben consumir alimentos que favorezcan
En varios pueblos indígenas se hace el
la coagulación y disminuyan el dolor durante
ritual de la siembra del ombligo, para lograr
el parto, igualmente se prohíbe el consumo
un vínculo que traspase y dé un sentido dis-
de alimentos que tengan escamas o espinas.
tinto a la práctica del nacimiento. El cordón
Asimismo, durante la dieta y como forma
umbilical es el lazo que une a los nuevos
de cuidado de la madre y su bebé, se reco-
seres con la madre, pero a la vez, representa
mienda la ingesta de alimentos y algunas
el vínculo con el territorio y con la madre
plantas calientes.
naturaleza. Por lo general, en el territorio es
enterrado como un símbolo de pertenencia, En función de la crianza se establece
vínculo y relación permanente con éste. En una relación permanente entre la familia y
los Nasa, se entierra debajo de la hornilla o las mujeres que hacen parte de la familia
fogón, con algunas plantas, para que con- extensa (madres, abuelas, tías y hermanas)
serve el calor de la cocina; mientras que los quienes tienen a cargo la enseñanza y rea-
Embera, siembran el ombligo en la tierra. lización de algunos rituales para el cuidado
de los niños y las niñas. Tanto hombres como
El chumbe en los pueblos indígenas,
mujeres tienen unas labores determinadas
específicamente en el caso Nasa, hace parte
a partir de su constitución biológica como
de una práctica de crianza, denominada

48
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

seres femeninos o seres masculinos, para la enseñanza y las activida-


des que permiten fortalecer la cultura.

El territorio como espacio físico, como familia, cuerpo, naturaleza,


cosmovisión o como espiritualidad, está vinculado a las prácticas de
crianza, las cuales se han heredado de generación en generación, para
transmitir los valores y tradiciones de cada cultura.

Tránsitos hacia lo urbano

El problema del desplazamiento de los pueblos indígenas y las con-


diciones de arribo a una ciudad como Bogotá, caracterizadas por la
marginalidad y la afectación de derechos, marcan prácticas de crianza
urbanas, expresadas a continuación.

Los pueblos indígenas históricamente han sido despojados de sus


territorios, cuyo acontecimiento no obedece solamente al pasado, pues
por la riqueza natural de los mismos, diversos actores emplean acciones
en contra de los pueblos indígenas haciendo que estos abandonen sus
tierras y migren. Así, como elemento característico de la problemática
de las migraciones de los pueblos indígenas hacia zonas urbanas de
Colombia se encuentra el fenómeno de la invisibilidad en las políticas
educativas y el ocultamiento de la situación de crisis de DDHH y vul-
nerabilidad de la primera infancia indígena. Por tanto, algunos deciden
transitar por la ciudad, desde la vivencia de un Estado ausente en el
cumplimiento de necesidades básicas dentro del territorio ancestral, y
en la búsqueda de un ideal de “progreso”, así se constituye la imagen
de que “la única forma de mejorar su calidad de vida, es habitando la
ciudad”.

Opciones laborales y educativas son las ideas más atractivas para los
indígenas que deciden migrar hacia la ciudad, porque asumen que esta
les traerá mejores salarios, condiciones laborales dignas, amplias ofertas
educativas, becas y, a su vez, un ascenso laboral, condiciones que no
encuentran en sus territorios de origen. De esta manera, Bogotá como
ciudad que concentra mayores oportunidades laborales y educativas se
constituye en el lugar del deseo y el espacio para la sobrevivencia, por
tanto, es el territorio urbano que más población indígena acoge; para
al año 2016 la ciudad registra 30.500 indígenas, agrupados en 6.400
familias pertenecientes a 25 pueblos diferentes (Bohórquez y García,
2018, p. 1).

49
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

Desplazamiento y marginalidad. Como uno de los casos extremos de este


desplazamiento por violencia se puede citar
La realidad de los pueblos indígenas en la al pueblo Embera-Katío, cuyo ciclo de lle-
ciudad de Bogotá es diversa, por lo que en gada a Bogotá se produce en medio de la
gran medida depende de las circunstancias búsqueda de sus conocidos, se alojan en los
que mediaron el tránsito, así que la situa- mismos lugares y empiezan a compartir los
ción es distinta para aquellos que decidieron mismos círculos. En este escenario aparece
por voluntad propia migrar a este territorio, la figura del pagadiario, una antigua casa
frente a lo que sucede con aquellos que fue- grande, con muchas habitaciones, que se
ron obligados a vivenciar dicha movilidad, de convierte en inquilinato, permitiendo el com-
acuerdo a lo mencionado por López (2011). partir de una misma habitación para más de
una familia, pero para “disfrutar” del uso de
Este panorama se intensifica porque el
dicho espacio, este debe ser pagado diaria-
desplazamiento es en gran medida ocasio-
mente. Los pagadiarios se encuentran en una
nado por la violencia que se sufre en los
de las zonas más deprimidas de la ciudad,
territorios de origen de estos pueblos, el cual
pues a su alrededor se presencia la venta
a su vez es también parte de la marginaliza-
y consumo de sustancias psicoactivas, y la
ción que de manera histórica ha posicionado
prostitución, entre otras actividades ilegales;
a los pueblos indígenas colombianos como
allí se vive en condiciones de hacinamiento,
los habitantes del país que se deben man-
lo cual produce enfermedades virales, escasa
tener en un espacio alejado de los centros
alimentación y enfrentamientos recurrentes
urbanos, como aquellos que, siguiendo el
entre las familias y los administradores del
pensamiento de Fanon (2012), pertenecen a
pagadiario. Bajo este panorama los adultos
la zona del no ser y por tanto están posicio-
de las familias se dedican a trabajar en labo-
nados en las esferas de la periferia.
res marginalizadas en la ciudad, mientras
Muchas comunidades indígenas se ven que los niños y las niñas ingresan a las ins-
obligadas a laborar de manera informal, tituciones escolares urbanas para comenzar
en condiciones precarias, otras encuen- o continuar la formación educativa. En varios
tran como única forma de subsistencia, la apartados de los relatos se puede evidenciar
limosna, es decir, la recolección de dinero la razón del abandono del territorio ances-
en las calles de la ciudad. Sin embargo, ante tral, como uno de los padres de las familias
este panorama y con base en las políticas Embera-Katío cuenta:
nacionales e internacionales sobre el recono-
cimiento y la garantía de los derechos de los (…) Primero a Bogotá después des-
pueblos indígenas, desde el 2006 la admi- plazado, allá mataron a mi hermano,
nistración de Bogotá ha venido estableciendo mataron a mis familiares. No se puede
normatividad que posibilita condiciones de trabajar con ese miliciano, con ese no
participación y organización de los pueblos se puede trabajar, a Libardo, a Elber
al interior de la ciudad, así como el mejora- y a Leonel lo mataron la guerrilla,
miento de la calidad de vida de estos. cuando nosotros nos quedamos y vuel-
ven a la casa (…)

50
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

Por otra parte, el pueblo Nasa se liga con la lucha y la pervivencia


cultural a través de la consolidación de organizaciones comunitarias y
regionales para la defensa de sus derechos, autonomía, educación propia
y territorio ancestral. En el espacio urbano esta lucha se ha empezado
a fortalecer a través de la conformación de los cabildos, siendo estos
reconocidos o no.

Asimismo, la marginalidad del pueblo Embera-Katío en la ciudad es


observada continuamente por los habitantes bogotanos, pues al cami-
nar es común encontrar en el piso a mujeres, madres y a sus niños y
niñas vendiendo artesanías o interpretando algún instrumento musical
y solicitando a cambio alguna moneda. Este tipo de ocupación marca
las representaciones sociales que sobre lo indígena se tiene, la mendi-
cidad y pobreza son directamente asociadas con los pueblos indígenas
en el mundo urbano. Como lo menciona Wacquant (2007) en su texto
“Los condenados de la ciudad” el estudio directo de situaciones con-
cretas, da cuenta también de determinantes macro estructurales que
siguen gobernando las prácticas y las representaciones de sus habitan-
tes porque están inscritas en la distribución material de recursos. La
observación permite correr el velo de territorios de perdición urbana
para comprender relaciones y significaciones vividas.

Lo presentado hasta el momento nos hace visible las transforma-


ciones que se vivencian con respecto al territorio, como espacio físico,
espacio de relaciones y espacios de existencia, es decir, nos posiciona
frente a los tránsitos que experimentan los pueblos indígenas cuando
son causados por el desplazamiento y la marginalización, que según
Bernal (2010)

conllevan resignificaciones de eso que se considera el sitio donde


nosotros nos ubicamos, es la lengua que hablamos, es compartir
unos con otros, es esa unidad que hay. Territorio no es solamente
ese pedazo de tierra, sino la comunicación, el contacto, la convi-
vencia, en donde podemos estar día a día en unión los unos con
los otros, en trabajos de minga, en trabajos de fortalecimiento,
todo eso es territorio para nosotros. (p. 88)

Existen diferentes formas de concebir las relaciones con el territorio,


por ejemplo, para el pueblo Nasa se fundamenta en entender a la fami-
lia como el territorio principal, porque está al lado del corazón y de esa
manera se convierte en el motor que guía las acciones de cada uno de
los miembros de esta. Es importante, entonces estar en contacto con la

51
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

casa grande–territorio, para que los miem- Para la comunidad Nasa el contacto con
bros de la familia que han nacido o viven en el agua es fundamental, ya que desde sus
la ciudad logren aprender y transmitir cada narraciones ancestrales se reconoce la impor-
una de las costumbres. Asimismo, se ve al tancia de este elemento, así por ejemplo, el
cuerpo como un territorio que se transforma gran héroe Juan Tama de la Estrella, quien
y debe ser cuidado como semilla. durante el siglo XVII fue figura de resistencia
y lucha por el territorio y las tradiciones, se
La tercera manera de relacionarse es
cuenta que es hijo de la estrella y la laguna,
experimentar el territorio como espacio
de donde emergió para llevar enseñanzas a
geográfico, para el caso de las familia Embe-
su pueblo, y luego de vivir grandes luchas
ra-Katío el contacto con el territorio ancestral
regresó a la laguna con su esposa, y ambos
es poco frecuente debido a que las causas
se sumergieron en estas aguas con la espe-
de su desplazamiento dificultan el retorno
ranza de dar soporte a su pueblo. Teniendo
y se produce una ruptura para la continui-
en cuenta esta tradición, se produce la nece-
dad de prácticas cotidianas que en Bogotá
sidad de buscar un páramo, territorio donde
ya no se pueden realizar, como el caso de la
nace el agua, para así reconectarse con los
placenta, la cual ya no se lleva al territorio,
aprendizajes Nasa (Yonda, 2015).
y por tanto debe ser desechada cuando las
mujeres realizan su proceso de parto en los En el caso de las familias Embera-Katío
hospitales de la ciudad. uno de los elementos que, consideramos,
hace parte de su resistencia y conexión terri-
Nostalgias por el territorio torial, es el uso cotidiano de la lengua propia,
ancestral y resistencias. muchas de las mujeres del pueblo se comu-
nican mayoritariamente en lengua; para
Como se ha indicado el territorio es una niños y niñas la lengua materna es la lengua
de las aristas fundamentales para la expe- de su comunidad y en los procesos escolares
riencia de vida de los pueblos indígenas, y dentro de la ciudad empiezan a acercarse al
aunque para algunas familias sea indispen- español, mientras que los hombres dominan
sable el generar permanentes tránsitos entre su lengua materna ancestral y se movilizan
el territorio ancestral y el territorio urbano un poco más en torno al contacto con el
en el que habitan, en diversas ocasiones la español. En esta dinámica de las experien-
materialidad de ese tránsito no se puede cias lingüísticas, también se evidenció otro
efectuar debido a falta de recursos económi- elemento de relevancia, pues mientras se
cos, o porque en medio del desplazamiento planeaban los encuentros con las familias
forzoso sufrido, las familias continúan en se planteó una reunión en la que tan sólo
riesgo a causa de la violencia. Por ello, ante participaran las mujeres, pero esto no fue
la imposibilidad de retornar o la decisión de posible pues al encuentro también asistieron
no hacerlo, muchas de las prácticas ances- sus parejas, y eran los hombres quienes se
trales se continúan realizando en el contexto encargaban de responder., aunque la pre-
bogotano. gunta se dirigiera a sus compañeras. Esto lo
podemos evidenciar en el siguiente relato:

52
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

—¿Y usted le contaba historias a María Elena? [Dirigiéndonos a


la mamá]

—No, porque no sabe hablar con la hija, porque mujer en los indí-
genas como ustedes así no es, no tiene pensar bien, no tiene que
hablar ni contar bien [responde el hombre].

—¿O sea que las historias las cuenta usted?

—Si yo sé la historia [responde el hombre].

Con respecto a las prácticas lingüísticas Nasa en la ciudad, se debe


enunciar que la organización del pueblo cuenta con cabildo, casa de pen-
samiento para atender a la primera infancia y distintos escenarios de
encuentro y diálogo que junto a las prácticas de resignificación territorial
motivan el aprendizaje de la lengua Nasa y la lengua española, para de
esta manera transitar por contextos de ancestralidad en la ciudad, y así
niños y niñas del pueblo Nasa tienen la posibilidad de —y como elección
de sus padres y madres— decidir cuál de las dos lenguas será la lengua
materna, que en muchos casos no implica la pérdida de la lengua Nasa.

Asimismo, la resignificación territorial presenta grandes dificulta-


des porque las familias Embera habitan en los pagadiario, como ya se
había mencionado, o en los albergues, refugios institucionalizados por
la administración de Bogotá y coordinados por fundaciones de carácter
religioso, en los cuales se regula la experiencia de vida familiar, ya que
en estos espacios se habita bajo las normas y restricciones que ofrece
una vivienda sin pago y una alimentación en cuya cocción sólo participan
los empleados del albergue; hasta mediados del año 2017, contaban
con una habitación para cada núcleo familiar, luego el albergue siguió
siendo pagado por la administración, pero en una casa grande, ubicada
en un barrio periférico, en la cual viven cerca de 200 familias de nuevo
en hacinamiento, pero sin las regulaciones que ordenan las fundaciones
religiosas. De esta manera, se hace tangible la marginalización viven-
ciada por la comunidad, que en dichas condiciones no logra resignificar
las relaciones con el territorio, pues no tienen un territorio geográfico
que los convoque a gestar relaciones comunitarias, y se encuentran
desarticulados debido a los diferentes contratiempos a los que les con-
voca la vida en Bogotá.

La lengua y las resignificaciones territoriales se pueden leer como


prácticas de resistencia que emergen en medio de los tránsitos entre

53
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

las líneas difusas de lo ancestral y lo urbano, Entonces, el abuelo vino a llevarlo a la


tránsitos que nos recuerdan la vida misma tierra y sembrarlo, y así se lo vamos
de las experiencias culturales que se movi- mostrando a la familia, eso es lo que
lizan y se comunican en distintos y variados nos une al territorio, al vientre de la
territorios geográficos, sociales y corporales. madre tierra, porque su corazón, sus
raíces están allá, y está con el calorcito
La gestación y la crianza en Bogotá. porque está en la cocina, y los abue-
los les cuentan a ellos, ustedes están
Hasta este punto hemos realizado un reco- aquí (…)
rrido por las implicaciones de la movilidad y
sus relaciones con las transformaciones que En segundo lugar, la madre se desplaza
experimentan las familias en su cotidiani- hacia el territorio ancestral para que allí
dad, donde niños y niñas apropian su vida pueda tener todo el ritual necesario durante
de maneras distintas a las que vivenciaron el recibimiento de una nueva vida, junto a
sus padres y madres. Pero ahora, queremos médicos tradicionales y parteras. Pero no
centrarnos en la creación de la semilla y en para todas las familias es la misma expe-
cómo esta es recibida en la ciudad. Uno de riencia, tal como lo narra otra madre Nasa:
los grandes cambios que se produce en las
prácticas del parto, que como ya se vio en Bueno, se hace el ritual hasta ahora
el territorio ancestral presenta una rituali- en las familias más tradicionales y
dad característica, mientras que en la ciudad que viven más alejadas del casco
pueden suceder dos procesos distintos. En urbano, se realiza el jambués, que es
el primer caso de familias que decidieron el ritual cuando el niño nace, le cor-
migrar sin tener inconvenientes por despla- tan el ombligo, y queda la placenta,
zamiento forzoso, como es el caso de una entonces la placenta se entierra al lado
de las familias Nasa con la que conversa- del fogón y se colocan unas plantas
mos, quienes mantienen los vínculos con el medicinales que el médico es el que
territorio ancestral y aunque, por ejemplo, maneja ese ritual, si no hay médico lo
el parto suceda en un hospital de la ciudad, hace el padre de familia (...) Acá eso
mantener dicho vínculo posibilita que la no puede pasar porque muchos viven
madre reciba plantas y baños preparados por en arriendo (…)
sabedoras y sabedores, con los cuales tendrá
un mejor parto. Igualmente, se posibilita el Asimismo, hay mujeres que deciden no
viaje hacia el territorio ancestral con el fin tener relación con las prácticas ancestrales
de que el ombligo pueda ser sembrado en el de manera consciente porque, tal como nos
territorio, como lo relata la familia Nasa, para cuenta esta madre:
que así esa nueva semilla de vida mantenga
sus raíces culturales: Mi mamá, todos sus hijos, los tuvo en
territorio, y con partera, duró más de
(…) los mayores lo prepararon, man- seis horas en tener a uno de mis her-
daron plantas, baños, la norma del manos. Ella sufrió mucho, por eso yo
cordón umbilical, debían venir por él. opté por que mis hijos nazcan en el

54
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

hospital. No quiero sufrir, ni que ellos sufran. La verdad, le tengo


miedo.

Por otra parte, en el caso Embera-Katío la situación es distinta, pues


el parto es un acontecimiento exclusivamente femenino, no se permite
la presencia de hombres, particularmente del padre, ni de niños o niñas
menores, quien acompaña principalmente es la abuela o partera, y en
la ciudad muchas veces las mujeres realizan su parto solas, tanto en
los pagadiarios como en los albergues, pero unas horas después son
trasladadas a los hospitales.

—Sí, eso, ahí mismo cuando nacieron en el pagadiario y después


una hora al hospital […]

—¿Quién le ayudó en el pagadiario?

—Yo sola, nació sin ayuda.

En estas condiciones la ritualidad que se desarrollaba en el territorio


ancestral se transforma, y así la placenta y el ombligo son desechados
en los entornos hospitalarios.

Muchas de las transformaciones referenciadas se relacionan con el


hecho de que la cosmovisión ancestral en variadas ocasiones no encuen-
tra el lugar de reflexión en la ciudad, pues la vida que propone este
entorno invisibiliza la necesidad de resignificaciones, así, por ejemplo,
una madre Nasa nos cuenta:

Bueno, yo lo que veo en la ciudad y voy a referirme al caso de


pronto de los pocos niños que conozco acá Nasa, por ejemplo, todo
depende es de la identidad y de los valores que tenga la familia
que haya llegado de allá, si esos valores son fuertes, pues en ver-
dad conservan la identidad, pero si no se tiene claridad entonces
empieza a ver televisión, por ejemplo el niño de [una compañera]
lo dejan solito y ¿qué puede hacer?, la mamá todo el día está
estudiando, la tía se va porque ella vende productos de café y
también tiene su agenda, él tiene problemas para comer, no come
con juicio, él deja enfriar la comida, entonces, acá realmente el
niño se está debilitando, en la nutrición, en lo afectivo y también
en la comunicación, porque la mamá llega y no tiene tiempo para
conversar con el niño, tiene que cocinar, lavar y ahí el niño llama

55
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

la atención, comienza a molestar, y le cios. La crianza como primer escenario de


sacan la piedra a la mamá. educación y la posterior vinculación institu-
cional de niños y niñas está marcada por un
En el relato anterior, se evidencia la desconocimiento de prácticas comunitarias
transformación de la alimentación y de sus y familiares develadas en este trabajo solo
actividades lúdicas, modificadas por el uso desde una arista. Para las familias entre-
de diversas tecnologías y entornos diferen- vistadas es difícil mantener las prácticas
tes a los familiares. De esta manera, las culturales materializadas en la crianza, sin
actividades de los niños y niñas se relacio- embargo, algunas de éstas se mantienen o
nan con la cotidianidad de la escuela, con la transforman. Las nuevas prácticas sociales
diversión con juguetes y demás implemen- producen una desestructuración-reconstruc-
tos típicos de la infancia bogotana, como el ción de la identidad, por tanto, se asumen
uso de pañales, por lo que estas aristas de nuevos papeles, aprendizajes y conocimien-
crianza reiteran la pregunta por los procesos tos, y se hibridan prácticas que finalmente
de socialización de niños y niñas, de familias inciden en la construcción de nuevas iden-
indígenas, que crecen hoy en Bogotá. tidades. Las mismas que de acuerdo con
Guido (2015) hacen parte de algo no termi-
Las prácticas de crianza relatadas mues-
nado y que es posible siempre de sostener
tran una brecha importante entre el deber
o dejar.
ser que establecen las pautas más vincu-
ladas con los territorios ancestrales, y las En este sentido, el contacto con lo urbano,
posibilidades reales de criar a los hijos en el interviene en sus procesos de identificación,
contexto urbano con unas prácticas que son los hace diferentes, lo que pareciera en
el resultado de la hibridación entre lo ances- palabras de Hall y Du Gay (2003) cruzado
tral y lo citadino. Los espacios que ocupan y antagónico. Las identidades tienen que
en la ciudad (casi siempre marginales), la ver con el uso “de recursos de la historia, la
ruptura con la red extensa de relaciones, las lengua y la cultura en el proceso del deve-
instituciones a través de las cuales el Estado nir y no de ser, no de quienes somos o de
materializa la política pública de infancia y la dónde venimos sino en qué podríamos con-
política con enfoque diferencial, entre otros, vertirnos” (p. 17). Si bien las prácticas de
va generando sin lugar a dudas en las fami- crianza ligadas al territorio como la siembra
lias indígenas, rupturas, resignificaciones y del ombligo, el parto asistido por parteras o
apropiación de otros referentes culturales. el uso de plantas medicinales para atender
a la madre, se debilitan en un espacio como
Conclusiones Bogotá, el uso de lenguas ancestrales o el
trabajo de los sabedores o médicos tradi-
Este recorrido investigativo da cuenta de la cionales que en la actualidad también son
reproducción de desigualdades económicas, involucrados en el aula y a manera de resis-
sociales y culturales para los pueblos indíge- tencia hacen su incursión en los escenarios
nas que migran a Bogotá. Su desplazamiento escolares, tales como las casas de pensa-
trae consigo una marginación geográfica y miento (jardines infantiles indígenas) o en
dificultades para el acceso a bienes y servi- algunas prácticas educativas, principalmente

56
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

en la escuela primaria. Estas resistencias dan cuenta de una posibilidad


de transformación en los espacios educativos que reconozcan y traba-
jen con los saberes y lenguas propias y atiendan a unas características
culturales que antes de dificultar la labor educativa la enriquecen al
poner de presente estas nuevas identidades desconocidas y muchas
veces subvaloradas.

Así que, de acuerdo con el recorrido presentado, las prácticas de


crianza se han constituido en conocimiento y experiencia intercultural,
ya que, muchas de ellas han sufrido modificaciones inconscientes, sea
por la imposición del legado de la colonización o por la consolidación
de familias biculturales.

La transformación de las identidades se materializa en unas prácticas


de crianza que son difíciles de concebir en el territorio urbano, y a su
vez en el territorio ancestral también se han modificado en relación con
las configuraciones actuales de un pensamiento globalizado y tendiente
a la occidentalización. En este sentido, dichas prácticas no podrían ser
genuinas y originales en territorio ni alejadas de la ancestralidad en el
mundo urbano.

De otra parte, los procesos formativos a nuevos maestros y maes-


tras, y el reconocer prácticas de crianza propias de los y las estudiantes
o de los investigadores son procesos importantes de trabajo a partir de
las identidades propias. De esta manera, la educación en la diferencia,
la educación intercultural o la pedagogía de la alteridad deja de ser un
título de los proyectos educativos para hacerse parte de prácticas per-
tinentes culturalmente.

Bibliografía

Aguirre, E. y Durán, E. (2000). Socialización: prácticas de crianza y cui-


dados de la salud. Universidad Nacional de Colombia.

Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (2005).


Ley orgánica de pueblos y comunidades indígenas. http://www.
acnur.org/fileadmin/scripts/doc.php?file=fileadmin/ Documentos/
Pueblos_indigenas/ley_organica_indigena_ven

Bohórquez, C. y García, C. (2018). Fluir de un territorio a otro. Soñemos


con el universo informado que habitamos. [Documento de trabajo].

Bernal, M. I. (2012). Territorialidad Nasa en Bogotá: apropiación, per-


cepción y sentido de lugar. Revista Colombiana de Geografía, Volumen

57
ISSN 2145- 0366 | Revista Aletheia | Vol. 12 N.º 2 | julio-diciembre 2020 | pp. 37- 60

2, enero a junio de 2012, 83-98. Univer- para propuestas pedagógicas. Infancias


sidad Nacional de Colombia. Imágenes, 16(2), 282-294.

Correa, F. (Ed). (2010). Infancia y trabajo López, C. (2011). Formulación participa-


infantil indígena en Colombia. Universidad tiva de la política pública Distrital para
Nacional de Colombia. el reconocimiento, garantía, protección y
restablecimiento de derechos de los pue-
Cusi, M. (2009). Los patrones de crianza de
blos indígena en Bogotá. [Documento de
niños y niñas en la comunidad campesina
la Alcaldía Mayor de Bogotá]. http://old.
andina de Roccoto-Cusco-Perú. [Diser-
integracionsocial.gov.co/anexos/docu-
tación de maestría]. Biblioteca Virtual
mentos/polpublicas/pol%C3%ACtica%20
PROEIB Andes.org
ind%C3%ACgena.pdf
Díaz, M. y Vásquez, S. (Ed) (2010). Contri-
Martínez, B. (2003). Religiosidad indígena
buciones a la antropología de la infancia.
y estado pluriétnico: de lo ancestral a la
La niñez como campo de agencia, auto-
república. Revista de Antropología Experi-
nomía y construcción cultural. Editorial
mental, Nº 5, 2005. Texto 12. Universidad
Universidad Javeriana.
de Jaén España.
El Mundo (2013). Niñez indígena, en peli-
Martínez, P. C. (2006). El método de estu-
gro. En: http://www.elmundo.com/portal/
dio de caso estrategia metodológica de
noticias/poblacion /niniez_indigena_en_
la investigación científica. Pensamiento
peligro.php#.ViT3BX4rK00. Consultado
y gestión, No. 20. Universidad del Norte.
el 17 de octubre de 2015
Ministerio de Planificación - Gobierno de
Hall, S. y Du Gay, P. (comp.) (2003). Cues-
Chile (2006). Pautas de Crianza Mapuche.
tiones de identidad cultural. Amorrortu.
Estudio “Significaciones, actitudes y prác-
IPSI Totoguampa (2012). Familia hiladora de ticas de familias Mapuches en relación a la
vida Pueblo Ambaló. Silvia, Cauca. crianza y el cuidado infantil de los niños,
niñas desde la gestación hasta los cinco
Guido, S. (2015). Interculturalidad y Edu- años”. http://www. crececontigo.gob.cl/
cación en la ciudad de Bogotá: prácticas wp-content/uploads/2013/06/03-Pau-
y contextos. Universidad Pedagógica tas-de-crianza-mapuche.pdf
Nacional.
Moreno, M. Y. (2009). Cómo ponerle piel
Jutinico, M. S., y et al. (2016). Representa- al ser humano y “preparar el corazón”.
ciones sociales de lo indígena: una mirada De un Embera Katío para ser un Embera
de los niños, niñas y jóvenes colombia- Katío. Primera infancia: tiempo para la
nos. Colección didácticas, Universidad siembra. [Disertación de maestría]. Uni-
Distrital. versidad de Antioquia. http://hdl.handle.
net/10495/439
Jutinico, M. S. (2017). Educación para la
vida: elementos de diferencia cultural Pachón, X. (2009). Dónde están los niños:
Rastreando la mirada antropológica sobre

58
Crianza urbana y territorio ancestral:
Pueblos indígenas Embera-Katío y Nasa en Bogotá
Angie Benavides Cortés | Carolina García Ramírez | Sandra Guido Guevara

la infancia. Revista Maguaré, No 23. Universidad Nacional de


Colombia.

Pujadas, J. (2000). El método biográfico y los géneros de la memoria.


Revista de Antropología Social, Vol. 9, pp. 127-158.

Salazar, Francisco. (2011) “Embera en Bogotá: en la búsqueda de una


nueva ciudadanía y del retorno” En: Voces, los Embera en Bogotá.
Vasco, Luis et al. (2011). Alcaldía Mayor de Bogotá.

Stake, R. E. (1994). Case studies. N. K. Denzin y Y. S. Lincoln (Dirs.).


Handbook of qualitative research. Sage.

Quiguanás, A. (2011) Los tejidos propios: simbología y pensamiento


del pueblo Nasa. [Tesis de grado para optar al título de Licenciado
en Etnoeducación]. Universidad del Cauca.

Ulloa, E. (2004). Grupo indígena los Embera. En: Geografía humana de


Colombia. Tomo IX. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geo-
grafia/geograf/Embera1.htm

Wacquant, L. (2007). Los Condenados de la Ciudad. Siglo XXI editores


Argentina.

Yonda, G. (2015). Khwen Tama A’. Juan Tama de la Estrella. Serie Río
de Letras - Territorios Narrados.

59

También podría gustarte