Descartes
Descartes
Descartes
Descartes parte de la base de que la razón humana es una herramienta valiosa y eficaz
para el conocimiento de la realidad. Sólo poniendo un asentamiento firme y seguro en la
razón, sólo si llegamos a un primer principio evidente podremos, a partir de ahí,
cimentar el conocimiento. Haremos como los matemáticos, que después de llegar a un
axioma indiscutible prosiguen con los teoremas… El modelo matemático será el que
oriente la búsqueda de este nuevo método, modelo que introduce en la filosofía para
dotar a la razón humana de un criterio de verdad definitivo.
2. El análisis consiste en dividir en partes simples (ideas claras y distintas), pues ante
un problema complejo, resulta más eficaz dividirlo en sus partes y tratar así de
analizarlo de forma adecuada, al pormenor.
3. La síntesis es una regla que hace ascender gradualmente de lo más sencillo y simple
a lo más complejo, es decir, componer o unir lo más simple para llegar a lo más
complejo, incluso suponiendo un orden donde no lo hay. Esta regla supone que el orden
del saber está ordenado análogamente a la geometría. Es la regla de la deducción.
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Filosofía moderna – Descartes: El problema del método y la evidencia del cogito
Con estas reglas, las reglas del método cartesiano, considera que la filosofía se desharía
de los errores en los que había caído anteriormente la escolástica. Gracias al modo de
proceder de la matemática, considera que se harían avances en el estudio filosófico o en
el conocimiento metafísico de la realidad, construyendo una filosofía firme y segura.
Descartes pretendía, por medio del método, encontrar una primera verdad de la que sea
imposible dudar y a partir de ella construir todo su sistema filosófico. Descubre que el
camino para encontrar esa verdad indudable es empezar a dudar de todo hasta
encontrar alguna verdad cuya evidencia se resista todo intento de duda.
3. La hipótesis del genio maligno. Lo que no cabe duda es el hecho de que las
proposiciones matemáticas como “2+2=4” son verdaderas. Descartes dirá: “Y que pasa
si existe un genio maligno y engañoso que hace confundirme cada vez que sumo 2 y 2.
Si existiera un genio maligno yo estaría errado. Con esta hipótesis del genio maligno
nada escapa a la duda sistemática y se convierte en universal”.
Descartes medita, cuando pienso todo esto, sin duda, aunque sólo sea como
pensamiento, yo existo. Es decir, si pienso, luego existo. Aunque esté errado en todo,
aunque exista el genio maligno, yo existiría como el engañado, el ser que piensa, que
duda… Esto es una intuición: absolutamente nada permite dudar de ella, es una idea
clara y distinta. Este es pues el primer principio o primera verdad a la que llega
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Filosofía moderna – Descartes: El problema del método y la evidencia del cogito
Descartes: “Yo pienso, luego existo”, en latín: “cogito, ergo sum”, lo que se
denominará a partir de entonces el cogito cartesiano. El pensamiento es la primera
sustancia conocida la RES COGITANS.
Es curioso que llegamos a la existencia del yo, del cogito; sin embargo tenemos la duda
del cuerpo. Esto indica que el cuerpo está diferenciado del pensamiento, de la
conciencia, del alma. Conviene darse cuenta de que aún tenemos que encontrar el medio
para justificar la existencia del mundo (con eso, de mi cuerpo). A cuyo objeto se
pregunta: ¿Qué soy yo? Una cosa que piensa. ¿Y que es una cosa que piensa? Una cosa
que siente, que quiere, que imagina… Descartes atribuye al pensamiento los caracteres
de una sustancia, haciendo del yo pienso una “cosa”, a la que han de pertenecer ciertos
atributos. La duda sigue vigente con respeto a la existencia de cosas externas a mí, por
lo que el único camino en el que se puede seguir avanzando deductivamente es el de la
análisis de ese “yo pienso” a lo que Descartes caracteriza como una sustancia pensante,
como una cosa que piensa. ¿Qué es lo que hay en el pensamiento? Contenidos mentales,
a los que Descartes llama “ideas”. La única forma de progresar deductivamente es
analizando dichos contenidos mentales, analizando las ideas. Este medio partirá del
análisis de las ideas que el “yo” tiene. Así, el pensamiento opera siempre sobre Ideas,
Descartes hace la siguiente clasificación:
a) Innatas. Son aquellas ideas que nacen con nosotros. Estarían dentro de este tipo la
idea de Dios, la idea de causa, sustancia o número.
Todas las Ideas como tal son verdaderas, el problema se presenta cuando las intentamos
identificar con algo exterior (las más falsas son las adventicias y ficticias). Así, el
sistema cartesiano debe construirse sobre las innatas ya que son las más seguras y el
fundamento de todas las demás.
En conclusión, el autor sólo tiene certeza del pensamiento como garantía de su propia
existencia, ya que es una verdad clara y distinta. Descartes sólo tiene certeza de su YO,
se queda cerrado en el YO.
Pero, para salir al mundo exterior, habrá que demostrar la existencia de un Dios veraz
que nos garantice que existe un mundo (Dios será la garantía de la verdad objetiva de
mis ideas: que lo que yo pienso se corresponde con la realidad), nuestro cuerpo, que no
nos equivocamos al sumar 2+2, etc. Y así, terminaremos con la hipótesis del genio
maligno.