Serie Wolves of New Haven 01 - Beta Sin Azúcar
Serie Wolves of New Haven 01 - Beta Sin Azúcar
Serie Wolves of New Haven 01 - Beta Sin Azúcar
AZÚCAR
Angelique Voisen
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Capítulo 1
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asociarlos íntimamente con alguien en especial, pero que aún no podía
identificar.
Jack intento sentarse para tener una mejor vista de la habitación,
pero un profundo gruñido le recordó el por qué no podía hacerlo. —
Bájate, gran…— Jack comenzó a decir, irritándose al no poder terminar.
Su corazón palpitaba dolorosamente contra su pecho, y su piel
reacciono poniéndole la piel de gallina. Una rápida mirada fue suficiente
para darse cuenta que la bestia que tenía encima no era un perro. Entre
otras razones, porque este era malditamente enorme. El hocico era largo
y delgado, y probablemente escondía unos blancos y afilados
colmillos. Todo sobre el enorme animal, pero de una figura elegante
clamaba depredador, como si hubiese sido creado especialmente para
derribar enormes presas.
Jack no podía respirar. Esto no era un perro. Este era un maldito
y magnifico enorme lobo, y estaba seguro de que no era ningún lobo
ordinario o algo parecido. La visión del animal le provocó algo terrible
en su interior. Algo que era difícil de aceptar―lejanos recuerdos de
dolor, de siempre estar temeroso y el intento de esconderse en pequeños
rincones, y de un atractivo y sensual rostro.
¿Por qué no podría ser un simple perro? ¿Por qué este tenía que
ser de su propia especie? Mirando hacia el hombre lobo que estaba
frente a él, Jack se dio cuenta de que nunca podría ser como este lobo. Ya
que era un lobo sumiso y siempre permanecería en la parte inferior de
cualquier jerarquía de la manada. Siempre he parecido ser nada más que
un juguete. En este momento, todo estaba penosamente regresando.
Jack se estaba mordiendo el labio inferior cuando los ojos de color
ámbar del lobo se abrieron. Tragó saliva, sintiendo sus grandes patas
moviéndose sobre su pecho. Abrió la boca, revelando un impresionante
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juego de colmillos, y... dejó escapar un bostezo. Jack se preparó para un
golpe de advertencia o que lo arañara para recordarle cuál era su lugar,
pero nunca llegó.
Está siendo muy cuidadoso. Sus patas ni siquiera están haciendo ni un
solo rasguño sobre mi piel humana. Con ese alentador pensamiento, Jack
miró al lobo a los ojos. En lugar de los sentimientos negativos que
normalmente venían asociamos con los lobos dominantes, se sentía
diferente hacia este enorme rojo.
Haciendo acopio de su ingenio y valentía, Jack dijo un alegre —
Buenos días. —Parpadeó cuando el lobo sacó su larga lengua rosada
para lamer su mejilla. La sorpresa se transformó en disgusto cuando el
lobo seguía lamiendo y su baba comenzó a gotear por su cuello. No le
sorprendería a Jack que la baba cayera sobre las almohadas. Lo bueno es
que esta no era su cama o le hubiera dado un ataque.
—Deja de hacer eso. —Jack lo agarró por la nuca de su rico pelaje
de color marrón rojizo, apartando su rostro de su insistente lengua. —
¿Podrías bajarte? Eres pesado.
Unos ojos de color ámbar lo miraron fijamente por un momento.
— ¡Abajo!—Jack le exigió, con cierta duda de que el gran lobo le
obedecería. Para su sorpresa, lo hizo. Este se bajó de encima de él y se
acomodó a su lado en la gran cama, su enorme cabeza se volvió hacia
él. Jack se sentó lentamente. El lobo movió su cola de aquí para
allá. Vacilante, Jack se acercó a acariciar el pelo de su espalda.
El gran rojo dejo salir un gruñido de satisfacción. ¿Por qué no se
transformaba? ¿Estaba más cómodo en su segunda forma que en la
humana? Jack no estaba seguro. La mayoría de los lobos dominantes
suelen asegurarse de demostrar su dominio sobre sus lobos más débiles,
pero este lobo estaba actuando más como un perro que un lobo.
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La mayoría de los Lobos más dominantes usualmente suelen valer sus
derechos sobre otros lobos más débiles. Jack se humedeció los labios. ¿Acaso
Jack ahora le pertenecía a este lobo? Extrañamente, no le parecía mala
idea. De hecho, un estremecimiento de emoción lo estremeció ante la
perspectiva de que finalmente le pertenecía a alguien que pudiera
tratarlo bien. ¿Sin embargo, el lobo lo querría? Esa fue otra pregunta que
valía la pena ser reflexionada, pero Jack descubrió que estaba ansioso
por convencer al otro lobo de los beneficios de quedarse con él.
Un ligero empujoncito en la pierna lesionada distrajo a Jack de sus
pensamientos. Al ver esa enorme mandíbula cerrándose en su
pantorrilla, gritó. El miedo lo invadió nuevamente, recordándole que un
lobo nunca sería un perro.
― ¿Qué diablos estás haciendo? ―Jack trató de empujar al lobo rojo
para apartarlo, pero este continúo empujando en su herida. Su temor se
desvaneció cuando se dio cuenta que el lobo no estaba pensando
morderlo.
―Bien. Lo entiendo. — Jack dejo salir un resoplido y comenzó a
desenvolver el vendaje. Una vez que la herida fue expuesta, el lobo
inclinó su enorme cabeza y comenzó a lamer la mordida. Sin duda
alguna la mordida se veía horrible. De hecho, como la mordida del perro
más grande del mundo. El dolor le punzo brevemente a Jack cuando la
lengua del lobo tocó la herida abierta.
—Mira, esto no está ayudando— Jack se detuvo en seco. ¿Era su
imaginación, o la herida le dolía menos? Sólo pudo quedarse viendo
mientras el lobo siguió lamiendo la sangre. No. No era su
imaginación. Por algún milagro, la herida se estaba cerrando.
Cuando sólo quedó una cicatriz rosada, el lobo rojo tomó su lugar
junto a él una vez más.
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— ¿No vas a cambiar, perrote?—Jack tenía la sospecha de conocer
la forma humana de este lobo en particular, pero no estaba cien por
ciento seguro. ¿Era posible que el hombre debajo del lobo era
tímido? Era igual que él.
—Me salvaste anoche, ¿no es cierto?—preguntó Jack. El lobo rojo
lo miró con lo que sospechaba eran ojos adormilados.
Abrió sus grandes mandíbulas de nuevo y dejó escapar un
bostezo. Viendo como cerraba sus ojos, Jack suspiró. Esto no está
funcionando. Tendría que esperar a que el lobo se despertara por
completo. Tal vez entonces podría enfrentar al hombre detrás del pelaje,
y le mostraría lo mucho que valía la pena para que se quedara con él.
****
24 horas antes
Derrick Starr se quedó mirando fijamente hacia el pastelito
cubierto de glaseado que estaba detrás del trasparente cristal del
aparador, y este silenciosamente le devolvió la mirada. El pastelito
parecía fresco y esponjoso. El caramelo glaseado que lo cubría parecía
rico e igualmente tentador. Enfundado debajo de la camisa de gran
tamaño, su estómago gruñó con tristeza. Su labio superior
temblaba. Derrick deseaba tanto ese pastelito, incluso más que una
nueva pareja.
Era una lástima que no conseguiría pronto obtener el pastelito o
un compañero en cualquier momento.
A pesar de tan solo tener veinticinco años, Derrick acababa de
descubrir que tenía diabetes tipo dos. Sabía que debía evitar las
cafeterías, panaderías, y las dulcerías por completo para no ver nada
dulce. En cuanto a la búsqueda de un compañero, el ser un tanto
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gordinflón y peludo diabético hombre lobo Beta no era exactamente la
miel en el tarro de nadie.
Jared, su anterior pareja Gamma, le dijo a Derrick que si su yo
humano no era lo suficientemente horrible, su lobo era prácticamente
una “salchicha de color marrón con patas rechonchas”. Una salchicha de
color marrón que corría sobre la azúcar en lugar de la carne fresca y la
carne cruda era la única cosa que los hombres lobos reales comían.
Ese último comentario le dolió. Le dolió incluso más que el abuso
verbal que tuvo que soportar desde que era un lobo más pequeño.
Era un Beta, maldita sea, y si fuera un real, dominante Beta, habría
golpeado a ese engreído y atractivo Gamma hasta recordarle cuál era su
lugar. Al ser una Beta, el segundo al mando, debió de haber defendido
su posición en la manada, pero rara vez ejercía su poder. Derrick no
podía evitarlo. Se avergonzaba de su cuerpo, y se avergonzaba de sus
dos mitades: la humana y la animal.
La única razón por la que Jared se quedó tanto tiempo con él fue
porque Derrick llevaba el apellido Starr, e incluso aun cuando Derrick
fue exiliado de la manada Mountain Starr, el apellido aún era
importante. Tal vez el Gamma esperaba que la familia de Derrick lo
aceptara nuevamente después de cierto tiempo, pero las posibilidades
de que eso sucediera eran escasas, tan escasas como la que existiera una
cura para su diabetes.
Si Jared realmente se hubiese preocupado por él, sabría que sacar
a colación algo tan sensible como el tema de su familia era un dolor que
realmente nunca desaparecía. No importaba cuántas veces Derrick
fingiera que le complacía el ser un lobo solitario y el no estar atado a
ninguna manada, el estar solo todo el tiempo sin nadie a quien recurrir
no era exactamente lo que quería.
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—Hey, hombre, ¿vas a ordenar? Estás deteniendo la fila —, dijo
una voz molesta detrás del mostrador.
—Un café negro—, Derrick murmuró, sin dejar de mirar el
pastelito glaseado relleno de caramelo e imaginando cómo le gustaría
quitarle el relleno de caramelo y lamerlo en alguien.
Lo que realmente sería ideal era lamer todo ese glaseado quitarlo
del pecho liso y bronceado de Jared. Podría tener al Gamma acostado
sobre su vientre y dejando al descubierto su cuello en sumisión mientras
él untaba el glaseado por todo su pecho. Entonces bajaría la cabeza y lo
lamería en perezosos y ociosos círculos. Atormentaría y provocaría al
Gamma hasta que este le rogara y llorara para que Derrick lo follara.
Claro, si no me importara que el nivel de la azúcar en mi sangre se
disparara por lamer toda esa azúcar. Esta ya a un nivel peligroso tal como está.
Derrick no debió haberse sorprendido tanto cuando el Gamma
simplemente lo abandono sin dejarle una nota, junto con todas las
facturas y tarjetas de crédito en su billetera.
Basta. Sólo te estas castigando.
Todas las señales estaban ahí. Como si no fueran suficientes las
interminable excusas de Jared y el olor de otros hombres, el sudor y olor
a sexo en la ropa del Gamma, tantas noches en las que Derrick las paso
solo en cama, mientras que furiosamente comía barra tras barra de
chocolates sin azúcar debieron de haber sido una pista.
Tenía miedo de que me abandonara. Ahora que todo termino, Derrick
se sentía totalmente vacío, como si alguien hubiera cortado su vientre y
vaciado todas sus entrañas. Pero también se sintió un poco aliviado. De
todos modos no podía ver como lo de Jered y el funcionara. El tipo era
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demasiado coqueto y espíritu libre para su propio bien. Derrick, por su
parte, era una persona reservada y tímida.
Su idea de una buena cita era la de una romántica y tranquila
noche. Tal vez viendo una buena película, mientras comían unas cuantas
bolsas de Raisinets y salir a correr en los bosques de los alrededores de
New Haven después, en el área donde la manada local no pudiera
molestarlos a él y a su compañero imaginario. El que ya no pudiera
Raisinets no era tan grave. Derrick podría reemplazarlos con barras de
chocolate sin azúcar. Un compañero, por otra parte, no era tan fácil de
reemplazar.
El que Jared rompiera con él era una buena señal, no una mala.
Derrick podría empezar de nuevo, ser más saludable y quizás encontrar
otro compañero por ahí, a un compañero quien aceptaría toda su
enorme, peludo, y libre de azúcar tímida persona.
Sí, claro. Derrick resopló.
Dando una última e insistente mirada hacia el pastelito, tomó su
triste taza de café negro y le pregunto al hombre detrás del mostrador
si tenía alguna endulzante artificial adicional.
—Sí, espera.
Ahora que Derrick ya no estaba distraído por el pastelito, estudió
el barista. Había asumido automáticamente que el empleado era un
estudiante universitario de aspecto desaliñado, pero el hombre que
estaba detrás del mostrador era mayor, tal vez en la mitad de sus veintes.
A pesar de que tenía una apariencia desaliñada a causa de todo
ese alborotado cabello de color marrón, era alto, bien parecido, y
probablemente hetero. El rasgo más interesante del joven eran sus ojos
ligeramente rasgados, Derrick pensó que tal vez en alguna parte tenía
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una mezcla oriental en su abolengo. Derrick observó la línea de la
espalda y la curva de su trasero cuando se inclinó sobre un cajón para
sacar dos paquetes de Equal. Bonito trasero.
―Gracias. ―Derrick agarro los dos paquetes, sorprendido cuando
el chico le tocó su brazo peludo. Un extraño escalofrío rápidamente
subió por el brazo de Derrick, y el otro hombre se retiró rápidamente,
con una extraña expresión en su rostro.
Probablemente piensa que soy un bicho raro.
— ¿Te estabas comiendo con los ojos mi trasero?—el barista le
preguntó con tanta franqueza y naturalidad sobre el asunto que Derrick
parpadeó un par de veces para asegurarse de que escucho correctamente
esas palabras.
Podía sentir como se enrojecían sus mejillas y estaba seguro
que el barista pudo verlo a pesar de la enorme barba que cubrían sus
mejillas y barbilla.
― ¿Qué? ―Derrick logró decir, pero sus palabras salieron ásperas
y duras. El barista hizo una mueca, como si estuviera esperando que
Derrick se inclinase sobre el mostrador y cogiera en un puño su
camisa. Una parte de oculta de él estaba tentado a hacer precisamente
eso, y cuando el barista estuviera inmovilizado de un solo golpe, tomaría
la oportunidad para besarlo.
Naturalmente, Derrick era demasiado cobarde para hacer algo tan
audaz. Un silencio incomodo transcurrió.
—No olvides esto. —El chico finalmente murmuró y extendió una
bolsa de papel hacia el brazo de Derrick. Tenía una expresión en su
rostro que Derrick no pudo descifrar.
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Con el ceño fruncido, Derrick se asomó hacia el interior de la bolsa
de papel, sorprendido de ver el pastelito. —No ordené esto. Debes de
estar equivocado.
El recelo fue rápidamente reemplazado por irritación pura.
Incluso el lobo en su interior levantó la cabeza curioso. ¿A que estaba
jugando este hombre? Le regreso la bolsa, pero el otro hombre la empujo
nuevamente hacia él. El chico dirigió una disimulada mirada hacia su
ocupado gerente quien estaba ocupado arreglando la máquina de café
expreso.
Derrick vio que sus ojos eran de un sorprendente tono de azul. La
especie humana normalmente no lo tiene. ¿Acaso Derrick se equivocó
pensando que era humano? No pudo detectar el habitual olor de
almizcle que la mayoría de los lobos lleva, o el olor familiar que es
asociado con otros animales cambia formas.
—Mira, tómalo. Te ves como si realmente lo deseabas, —el
hombre dijo en voz baja, sus oídos se iban poniendo más rojas.
Sus propias saludables mejillas se sentían calientes. ¿El tipo pensó
que no podía pagar por un maldito pastelito? Pero al mirar a la cara del
barista y las puntas de sus enrojecidas orejas le dijo a Derrick que la
expresión del otro hombre era genuino. El hombre de descuidada
cabellera se movió nerviosamente de un pie al otro. Parecía nervioso, no
haciendo contacto visual con Derrick.
Los ojos de Derrick se movieron bajando la mirada de su rostro
hacia si delgado pecho. El Beta decidió que tenía un cuerpo bastante
agradable bajo toda esa ropa desaliñada. Uno que hacía el suficiente
ejercicio para mantenerse en forma, pero no tan evidente
abiertamente. Concéntrate, Derrick, se reprendió a sí mismo. No era el
cuerpo del barista lo que debería estar mirando. Tomando una
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respiración, lo intentó nuevamente para recoger los detalles que
parecían fuera de lugar.
No tenía placa de identificación con su nombre. Extraño. Tampoco lo he
visto por el pueblo. ¿Era un nuevo empleado? ¿Por qué se ven tan
cauteloso?
Finalmente, Derrick se rindió. Ya había estado allí de pie
demasiado tiempo, y el hombre de negocios detrás de él comenzó a
quejarse. Tal vez el tipo estaba nervioso en su primer día. Tal vez
simplemente era amable, o se compadeció de Derrick. Este último
parecía la opción más probable, pero en su opinión era mejor ser tomado
en cuenta que ser invisible.
La palabra que era diabético estaba en la punta de su lengua, pero
se contuvo. No quería preocupar o avergonzar al chico por más tiempo.
―Genial. Gracias. ―Derrick tomó la bolsa y estaba a punto de dar
el barista una sonrisa tranquilizadora, pero ya estaba sirviendo a otro
cliente. ¿No actuaba demasiado ansiosos por escapar de mí?
En su camino hacia la puerta de la cafetería, Derrick le dirigió al
hombre una última mirada. No podía quitarse de encima la sensación
en sus entrañas. Le resultaba muy sospechoso que el hombre actuara
demasiado nervioso a su alrededor como un colegial. Derrick dudaba
de que era debido a su buena apariencia o encanto.
¿Trabajaría ese chico para un viejo enemigo de su familia? ¿Tal vez
incluso un espía enviado por su familia?
Pero, ¿quién se molestaría con él? Por lo general mantenía la
cabeza baja y concentrada en sus propios asuntos. Incluso la manada
local de New Haven le dejó relativamente solo. Derrick era
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esencialmente un pez pequeño e insignificante en un tanque lleno de
tiburones.
—Tal vez sólo estaba siendo amable. Sólo otro acto de bondad al
azar, — murmuró para sí mismo.
Una vez fuera de la puerta, se detuvo en la acera y nuevamente se
asomó al interior de la bolsa de papel marrón. El pastelito, no parecía
menos atractivo que hace solo unos minutos. Derrick todavía lo deseaba
y mucho; todavía deseaba comerlo sobre alguien. Sin embargo, en lugar
del rostro de Jared, se imaginó la expresión deliciosamente avergonzada
del barista. Hubiera sido agradable verlo retorcerse y escucharle gemir
cuando Derrick chupara y lamiera el glaseado caramelo en sus pezones.
El temerario pensamiento de regresar y pedirle al chico su
número telefónico repentinamente incomodo a Derrick.
Sólo lo asustarías si resulta que es heterosexual. Realmente era una
mala idea, y además, Derrick dudaba de que fuera capaz de decir una
simple oración. Nada era fácil para él cuando estas se trataban de
relaciones.
—No echaré a perder una buena cosa—, Derrick se amonestó a sí
mismo. Rápidamente dobló la bolsa de papel, maldiciendo cuando casi
aplastó su contenido con la enorme garra de una mano.
Al otro lado del cristal de la cafetería, capto la mirada obscura y
curiosa del barista. El chico de cabello oscuro levantó la mano en un
incierto saludo. Sonrojado, Derrick se alejó de la tienda de café tan
rápido como pudo.
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Capítulo Dos
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pudo controlar a su lobo de que saltara como un ansioso perro con ganas
de oler y respirar el aroma de un potencial compañero.
También, olía muy bien. Como a almizcle y vainilla. Un lobo
dominante así podría calentar un pequeño lobo como él en las noches
más frías del invierno. Olía peligroso, pero también olía a seguridad.
—Nunca aprenderás, Jacky. —El escuchar la voz de ex amante en su
cabeza le hizo estremecerse. Al ser un lobo sumiso garantizaba que
siempre existirían lobos más poderosos y más grandes oliéndolo. Era
natural que los lobos más débiles buscaran la protección de los lobos
más dominantes, pero Jack ha estado con grandes hombres y grandes
lobos toda su vida y se volvió receloso de ellos. La experiencia le enseño
que existían muy pocos hombres buenos y ahí afuera existían aún menos
buenos hombres lobo.
Demonios, ha pasado tres meses escapando de un bastardo
abusivo, si no hubiera pasado tres meses seguidos con un bastardo
abusivo, ¿y ahora quería enredarse con otro? No necesitaba esto. De
hecho, no necesitaba de nadie, cuando se tenía así mismo.
―Está bien. Cuídate Jack. — Gerry finalmente le entregó el sobre,
que rápidamente se metió en el bolsillo de atrás. Estaba a punto de girar
la perilla de la puerta cuando ella lo llamó por su nombre otra vez.
― ¿Sí?
—Sea lo que sea de lo que estés huyendo, no podrás huir para
siempre, Jack. A veces es bueno encontrar un lugar para establecerse —
dijo Gerry. Había algo en el tono de su voz que hizo que Jack la estudiara
un poco más de cerca.
No sabía mucho acerca de su ex jefe, y lo poco que sabía venía de
rumores. Gerry había sido abogada de divorcios en Upper Cities, según
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escucho era malditamente buena. Por razones inexplicables, se mudó a
New Haven hace diez años para abrir una cafetería, y dudaba que esto
fue porque estaba harta de la vida en la ciudad.
De vez en cuando Jack la había visto con la mirada perdida en la
distancia cuando creía que nadie la estaba viendo, quizás perdida en
recuerdos privados y dolorosos.
Jack no le respondió. Sólo dejó el calor de la cafetería para inhalar
el frío de la noche. ¿Qué más podía decir? Estaba acostumbrado a las
despedidas cortas y nunca se apegaba en un solo lugar. ¿Qué es lo que
existía en New Haven que se sentía tan diferente?
La mayoría de las pequeñas tiendas en el pueblo ya estaban
cerradas. ¿Era ya tan tarde? Jack miró su maltratado reloj de pulsera y
dio un suspiro de alivio. Justo a tiempo para recoger sus escasas
pertenencias en el motel y coger el último autobús de vuelta a Upper
Cities, donde podría esconderse fácilmente en las numerosas grietas
sombras de la ciudad y desaparecer como un fantasma.
Una dolorosa e inesperada punzada lo recorrió ante tal
pensamiento. ¿Realmente quería nuevamente huir? Jack estaba harto de
hospedarse en baratos moteles, en lugares sin nombre e inventando
nuevos nombres. Estaba tan cansado de correr. Una parte de él sólo
deseaba meter el rabo entre las piernas, rodar sobre su vientre y pedirle
a su ex amante que lo perdonara. Tendría por lo menos un techo
permanente bajo su cabeza.
¿Ya estas rindiéndote, Jack? Cómo se esperaba. Jack apretó los dientes
ante esa voz. ¿Cómo podía olvidar las noches llenas de drogas y
confusión, o las mañanas en las que despertó atado a la cama de un
extraño?
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Para Nicky, él solo fue una propiedad a la cual podía dominar y
atar por el cuello. ¿Cuántas penes al azar se vio forzado a chupar?
¿Cuántos penes golpearon sin piedad su trasero y boca mientras Nicky
fríamente observaba? Jack había querido borrar esa arrogante expresión
en su rostro, pero cada intento sólo lo condujo a interminables
palizas. No. No escapo porque lo deseaba; escapo porque necesitaba
hacerlo.
Metiendo sus enguantadas manos en el interior de los bolsillos de
su abrigo, Jack miró furtivamente el cruce. Había algunas personas sobre
las calles, pero no muchas. Había parejas y familias que se dirigían a la
matinée de la tarde en el Lotus, o personas que salían por la noche para
tomar una copa y ver los deportes en el bar local.
Maldición, sin embargo les tenia envidia. Ello simplemente
parecían tan absortos en sí mismos, tan despreocupados... ¿Cómo sería
el pasear por las tranquilas calles de New Haven con alguien especial a
su lado? Por alguna razón inexplicable, pensó en el tipo con la enorme
barba en la chaqueta de cuero. Jack se podía imaginar como el hombre
lo acercaba hacia él, bajo su chaqueta para compartir su calor. Tal vez
Jack llevaba una chaqueta ligera a propósito sólo para ese fin. El rostro
del gran hombre se frunciría en una sonrisa, y él revolvería el pelo de
Jack…
¿Por qué diablos estoy pensando en un extraño? Demonios, incluso
podría ser uno de los ejecutores de la manada de New Haven. Realmente era
enorme y de aspecto peligroso. Todo lo que Sin embargo, en todo lo que
Jack podía pensar, era que deseaba por lo menos conocer el nombre del
tipo.
Los pensamientos de Jack se dispersaron cuando su nariz percibió
un peculiar olor mientras cruzaba la calle hacia el parque. Había
decidido tomar un atajo a través del parque para llegar a su motel y así
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ahorrarse unos diez buenos minutos por lo menos. Otros diez minutos
extra para mirar hacia el pueblo en el que podía imaginarse quedarse
permanentemente.
Jack arrugó la nariz y olfateó otra vez. El problema con
enmascarar su olor de lobo y pretender ser un simple humano era que
también era tan vulnerable como cualquier ser humano apagando sus
sentidos y lentos reflejos.
Es solo el viento cambiando de dirección. Has cubierto tu rastro. Debo
tener una ventaja de por lo menos unos días. Aun así, Jack no dejaba de mirar
con desconfianza detrás de él de vez en cuando. Una o dos veces, incluso
saltó al ver algún movimiento, pero no fueron más que las sombras de
los árboles que se desfiguraban por la luz de las farolas.
En mi maldita opinión, estas farolas están demasiado separadas la una de
la otra. Alguien debería decirle al consejo de la ciudad de New Haven que hiciera
algo al respecto. Aunque eso no debería de importarle. Para cuando
amaneciera ya estaría muy lejos. La punzada de dolor en su corazón
aumento ante ese lógico pensamiento. Simplemente es genial, Jack. ¿Otra
vez estas siendo sentimental?
Ya era más que suficiente que pensara sobre el asunto o perdería
su autobús. Jack decidió apretar el paso, aliviado de ver que la salida
hacia la calle estaba justo delante.
—No te lastimes siendo paranoico—, susurró, apretando su
bufanda alrededor de él.
Su nariz se estremeció de nuevo. —Basta, — susurró.
No haría ningún daño el mirar hacia atrás una última vez para
estar seguro. Respirando con dificultad, Jack estiró el cuello y sólo vio
los árboles moviéndose. Era sólo el viento de otoño. Dejó escapar un
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suspiro. Esto era ridículo. Era demasiado paranoico para su propio bien.
Demasiado experimentado en escapar de…
Jack no logró completar ese pensamiento. En ese mismo momento,
unos ojos amarillos le devolvieron la mirada desde los arbustos, y antes
de que pudiera reaccionar, una borrosa masa de pelaje negro, garras y
mandíbulas saltó sobre él.
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Con dos pesadas bolsas llenas de bocadillos libres de gluten y
libres de azúcar acunadas en sus gruesos brazos, Derrick estaba listo
para una solitaria noche de viernes. No estaba orgulloso de lo que tuvo
que hacer para conseguir esos aperitivos. Derrick tuvo que dar su brazo
a torcer y obligarse entrar a la pequeña sección orgánica del Teddy’s
Market y buscar entre todos los chocolates que quedaban que eran sin
azúcar y papas fritas bajas en carbohidratos y meterlas en su cesta. Esto
era una situación de sálvese quien pueda. Si no luchaba por conseguía
sus aperitivos, el supermercado más cercana con productos libres de
azúcar estaba a dos pueblos de distancia.
En ese momento estaba listo para todo. No es que este viernes por
la noche fuera diferente de cualquier otro. Derrick ha tenido su
respectiva cuota de noches solitarias. Noches en las que se las pasaba
mordiéndose las uñas y terminándose una bolsa tras otra de chocolate,
preguntándose dónde estaba Jared y con quién estaba. Siempre ha sido
un amante de lo dulce e incluso le apetecía más lo dulce que la carne
fresca, así que este era prácticamente la enorme y cruel mano del destino
por la que ahora era un maldito diabético.
Mientras que los dulces sin azúcar eran una pobre imitación de los
verdaderos, al menos no tenía que preocuparse más acerca de ser apenas
capaz de aferrarse a su compañero. El Gamma realmente nunca le
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perteneció. Si Derrick fuera realmente un lobo dominante, habría hecho
valer sus derechos.
No es que fuera un cobarde. Derrick había ganado su cuota de
peleas a muerte, y fácilmente podría haber aplastado como una mosca a
ese payaso con el que Jared estaba. Simplemente pensó que era
demasiado trabajo defendiendo a alguien que sabía que nunca sería
capaz de mantener. Además, dudaba de que pudiera manejar hiriente
mirada de desprecio de Jared mientras derrotaba a su amante.
Derrick emitió un profundo suspiro. Su apartamento estaba justo
a unas cuantas cuadras de distancia, así que tomaría un atajo a través
del parque que le permitirá ahorrar tiempo y evitar las ocasionales
miradas de compasión que le daban los otros humanos. Sólo otro enorme
y solitario tipo paseando en una noche de viernes.
Justo cuando puso el pie en la pista de grava, un bestial y
escalofriante aullido atravesó la noche silenciosa. Derrick no sintió
cuando las bolsas se deslizaron cayendo de sus brazos. Ese aullido no
podría ser confundido con otra cosa que un hombre lobo. Un oído
humano no entrenado normalmente atribuiría ese sonido a lobos que
ocasionalmente merodeaban las montañas, pero Derrick sabía
diferenciarlo. Era un tipo especial de aullido que recordaba a la emoción
humana, un aullido que se escuchaba demasiado como una victoria.
Si el lobo cerca de allí justo acababa de cazar y estaba triunfante
con una presa, el mejor curso de acción para Derrick era alejarse tan
silenciosa y rápidamente como fuera posible. El lobo que andaba por ahí
posiblemente percibiría su olor y asumiría que Derrick se estaba
inmiscuyendo en su caza y territorio.
Además, si el lobo pertenecía a la manada local, entonces estaría
en problemas. El Alfa local había, en más de una ocasión, le dio a
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entender que sólo tolera a Derrick debido a su apellido. Un movimiento
en falso y Derrick podría empacar sus maletas. Entonces esto significaría
volver a viajar de ciudad en ciudad, en busca de un lugar donde la
manada local tolerara un lobo solitario, y esos lugares eran raros.
Derrick estaba a punto de agarrar las bolsas del suelo y hacer una
cobarde salida cuando una serie de agresivos gruñidos siguieron
después de ese aullido. El ruido no le asusto mucho, pero fue el gemido
que lo mantuvo clavado en ese lugar.
Este no fue cualquier gemido, sino un gemido decididamente muy
humano.
El lobo en su interior despertó de su sueño. La parte humana de
Derrick y su parte de bestia olfatearon el aire. Sangre fresca y un leve,
pero olor familiar llenó sus fosas nasales.
Capturaron el olor de productos de panadería, de manos que
trabajaban frecuentemente con harina, mantequilla, bolsas de té y café
en grano. Un olor atribuido a un pastelito glaseado que Derrick lucho
por no comer. Una fragancia conectada a un rostro coronado de
abundante cabello de color marrón y unos nerviosos y oscuros ojos. El
barista.
Un gruñido salió por sí mismo de su garganta. Derrick siempre
ha sido consciente de quitarse la ropa en público… otro rasgo
decididamente anti-característico de lobo… pero se quitó el pantalón,
camisa y chaqueta antes de que se diera cuenta. La impaciencia se hizo
cargo, y rasgó la tela cuando el cambio se apoderó de él.
Furioso. Estaba tan furioso que todo lo que veía era rojo. ¿Cómo se
atrevía ese fortuito lobo a lastimar lo que era suyo? ¿No sabe que ese
hombre en especial le pertenecía desde el momento que le tocó el
brazo? Que ese amable extraño in nombre le pertenecía simplemente
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porque tenía el olor de Derrick. Cualquier inhibición o reserva de la
parte humana que Derrick albergara sobre de involucrarse en una
imprudente pelea, a su lobo no le importaba ninguna de esas cosas.
El barista no es un ordinario humano, gordo idiota. Sólo es un lobo
asustado, pero no cualquier lobo asustado. Él es tu compañero. Nuestro
compañero, el lobo le recordó. Derrick gimió ante su estupidez, pero sólo
un rebelde gruñido salió de su boca que ya no era humana. Se sacudió
violentamente los pedazos de tela que todavía estaban en su pelaje con
molestia, utilizando sus garras para acelerar el proceso.
El lobo en su interior tenía razón. Siempre la tenía, pero Derrick
no podía dejar que ciegamente lo hiciera a su manera. Saltando
imprudentemente hacia una pelea sin evaluar la situación no era
lógico. Incluso si Derrick era una triste excusa de un hombre lobo,
todavía era capaz de retener algo de su lado humano. Su lobo alzó la
cabeza furiosamente en desafío, su pensamiento era más primitivo, pero
Derrick lo obligo a retroceder para pensar.
El otro lobo no olía débil, pero tampoco olía a la manada local.
Tenía que ser cuidadoso. Consideró una búsqueda arriesgada, incluso
una arriesgada cacería, pero después de realizar ese estúpido aullido
que efectivamente y tontamente anunció su presencia, uno de los lobos
vigilantes de la manada local vendría corriendo a meter sus narices en
la pelea en su territorio.
Maldita sea, no se trataba de cualquier arriesgada cacería. Era su
cacería. El lobo de Derrick decidió que la interferencia de la manada
local era un asunto insignificante que podría enfrentarla cuando llegara
el momento. Recordando la nerviosa mirada de esos ojos azules del
barista, su mitad humana estuvo de acuerdo con el lobo. Tenía la
sospecha de que el barista estaba huyendo de algo. ¿Entonces, estaba
huyendo de este intruso?
22
Si ese fuera el caso, entonces el pequeño lobo podría haber
acudido a Derrick para conseguir protección. Lobito Tonto. No importa,
Derrick se lo recordaría más tarde. Por ahora, lo único que importaba
era conseguir recuperar lo que era suyo y despedazar al otro lobo
invasor.
****
Jack no recordaba haber probado la grava del suelo. Todo lo que
recordaba era que intentaba apartarse rápidamente de unas enormes
mandíbulas que se abalanzaban velozmente hacia él. En el mejor de los
casos fue un intento con poco éxito. Ya que esas mandíbulas se cerraron
sin piedad en su pantorrilla izquierda, obligando a que gritara. El dolor
rápidamente se expandió en toda su ensangrentada pierna y subiendo
por su cuerpo.
Un impresionante lobo de color negro azabache del tamaño de un
pequeño pony fulminó a Jack con uno salvajes ojos de color ámbar. El
tamaño de un lobo es proporcional al tamaño de sus mitades humanas,
y Nicky era un maldito infierno de monstruo incluso para ser un hombre
lobo. Por una razón le decían El Destructor Negro, ya que solo algunos
cuantos se atrevían a desafiarlo y ganaban. Maldición, el negro y
monstruoso Alfa le encantaba desgarrar a sus oponentes.
Nicky no me mataría todavía. Quiere enseñarme una lección. El
pensamiento le trajo a Jack un poco de alivio, alivio y una familiar
sensación de temor enfermizo. Jack vacilante intento nuevamente
arrastrar sus pies hacia atrás a pesar de que los colmillos estaban
enganchados en su piel y sus rasgados pantalones vaqueros. Era seguro
de que Jack no iría a ninguna parte, era necesario que el Alfa le soltara
la pierna.
23
Nicky le gruñó en advertencia, ojos de color ámbar, salvajes e
implacables.
La sangre y la saliva goteaban por el hocico del dominante lobo
que Jack estuvo evitando durante meses. Cada chasquido y la
exposición de esos terribles colmillos hicieron que Jack se tambaleara
retrocediendo, su terror sólo deleitaba al otro lobo.
¿Cuánto de su ex amante estaba todavía allí?
Jack ya no estaba seguro de que Nicky aun estuviera allí, pero
ambos el lobo y el hombre compartían una inclinación a la crueldad. La
mejor cosa que podía hacer Jack era girar sobre su vientre y mostrar su
cuello en sumisión. Jack sólo podía esperar a que el Alfa no le desgarrara
la garganta de inmediato por la ciega rabia.
Jack comenzó a llegar a su lobo para el cambio. Ya no quería estar
en su frágil y vulnerable piel humana. Incluso si no tenía ninguna
posibilidad contra Nicky en su forma hombre o lobo, se sentiría más
seguro en su pelaje.
Pero cuanto más tiraba de la bestia, más se negaba a unirse con él.
El lobo en su interior sacudió su peluda cabeza, negándose a
cambiar. Este se negaba a someterse al dominante y abusivo lobo. Tenía
bastante con vivir constantemente con miedo y ser amedrentado. Un
lobo no era un perro, e incluso un lobo Gamma no debía ser tratado
como un animal doméstico.
Los ojos de color ámbar de Nicky se estrecharon, y sus colmillos
se cerraron con impaciencia hacia el rostro de Jack. Esta era una
advertencia, una advertencia de que podría hacer algo más que morder
a Jack la próxima vez.
24
—Por favor, Nicky. Algo está mal con mi lobo... no puedo... —
Jack hizo una mueca. Más saliva salpicó en su cara, y los colmillos de
Nicky rozaron en sus mejillas.
Las enormes mandíbulas del Alfa se abrieron de nuevo. Su cálido
aliento y el hedor de la carnicería llenaron las fosas nasales de Jack. Ha
comido recientemente, pero todavía podía tomar otra buena comida. Cerró los
ojos. El ser comido vivo no era su forma ideal de morir, y Jack ha visto
más aspectos de Nicky de lo que le gustaría. El perverso bastardo se
aseguraría de hacerlo mucho peor para que sufriera terriblemente.
Ha visto como el Alfa exhibe su brutal autoridad sobre los nuevos
y desobedientes lobos en su manada y ocasionalmente a algún
desafortunado humano que se cruzó en su camino. Sin duda a Jack no
le apetecía acabar como carne picada.
—Por favor...— La suplica murió en su garganta.
Jack estaba listo a aceptar su muerte. Sólo podía esperar que él le
importara algo a su ex amante aunque fuera un poco, lo suficiente al
menos para que Nicky lo matara rápidamente.
—Sabes que es un pensamiento melancólico y es poco probable, Jack. Tú
deberías saber eso mejor que nadie, Jack. —Casi podía escuchar a Nicky
diciendo eso en su forma humana. Podía imaginar el rostro del atractivo
y enorme hombre haciendo una mueca de desprecio. Podía imaginar el
sonido de sus grandes puños golpeando en su carne. No sólo una vez,
pero en buena medida un par de veces. La mayoría de la manada de
Nicky simplemente estarían observándolo con miradas discretas y
compasivas en la mañana. De cualquier manera Jack no esperaba
ninguna ayuda de ellos.
Estaba listo para el sonido de los colmillos de Nicky dentro de su
suave piel humana, pero no pasó nada. El cálido y pútrido hedor a
25
carnicería desapareció. Un grito de sorpresa fue lo que siguió. Los ojos
de Jack se abrieron rápidamente, justo a tiempo para ver como Nicky ser
arrojado lejos como si algo igual de grande y poderoso como un cañón
hubiera ido directamente hacia él.
Jack parpadeó. Un desconocido gruñido salió de su inesperado
salvador… otro lobo. De color rojizo y de aterrador tamaño, las orejas
del intruso estaban echadas hacia atrás, sus colmillos al descubierto y
sus ojos color ámbar se estrecharon. Era todo músculo y gracia cuando
se movió, no le dio a Nicky la oportunidad de recuperarse.
El Alfa le dio un zarpazo al otro lobo, chasqueando sus
mandíbulas y preparando sus garras enfurecido para la bestia que
finalmente le podría dar un verdadero desafío. La mayoría de las peleas
de los hombres lobo no eran más que peleas de perros para Jack, pero
esta pelea era una lucha, una contienda entre dos mortales y hermosas
bestias.
Se lanzaron hacia la garganta del uno al otro, mordiendo y
luchando el uno al otro sólo para retroceder, estudiándose
detenidamente entre sí como iguales. A esta altura, ambos estaban
cubiertos de sangrientas mordidas y arañazos. Nicky se lamió una pata
lesionada mientras el lobo rojizo parecía despreocupado por sus propias
heridas, sus ojos de color ámbar estaban centrados únicamente en el Alfa
de negro pelaje.
Qué monstruo.
No intimidado, Nicky emitió finalmente un aullido de desafío. El
retador, sin inmutarse y determinado, sólo hizo eco de este. Los dos
combatientes comenzaron a caminar en círculos entre sí. ¿El lobo rojizo
estaba luchando en nombre de Jack? Pero, ¿por qué? ¿Y quién era ese
26
lobo? Jack se quedó atónito. Nunca antes nadie había peleado a su
favor. Un Gamma no era exactamente un premio atesorado.
Aprensivo sobre el resultado final de la contienda, Jack logró
sentarse e ignoró su pierna dolorida. Nicky rompió la tensión e hizo el
primer movimiento. El Alfa fue una mortífera mancha negra de
fuerza. Gruñendo, el lobo rojizo fue al encuentro de su combatiente.
Nicky con éxito choco y golpeo fuertemente al intruso, sus garras
arañaron el vulnerable bajo vientre del lobo rojizo. Sin dejarse intimidar
por la lamentable posición se veía forzado, el otro lobo luchó para
recuperar el control. Gruñendo, el gran rojo logró sujetar con sus
mandíbulas el cuello de Nicky.
Jack sólo pudo observar, paralizado, mientras el lobo rojizo rasgó
con sus colmillos la garganta de Nicky. La enorme cabeza negra dejó
escapar un doloroso sonido de muerte, de su garganta salía sangre a
borbotones y sus patas hicieron una última desesperada lucha. El
salvador de Jack no se movió ni un centímetro. Sólo apretó más las
mandíbulas sobre Nicky hasta que el Alfa dejó escapar su último aliento.
El lobo rojizo finalmente colocó el cuerpo de Nicky en el suelo y
dejo salir un triunfal aullido que le erizo la piel a Jack. Por último, volvió
su atención a Jack. El miedo invadió el corazón de Jack. Sus manos
comenzaron a temblar. De hecho, todo su cuerpo comenzó a temblar.
Derroto a Nicky. Venció al Alfa que era el más poderoso de West Cities.
Jack tragó. Tenía la boca seca. ¿Este lobo será su nuevo amo
ahora? ¿Obligará a Jack a ser sumiso y lo mantendría como esclavo
como Nicky lo hacía antes de encontrar el valor para huir?
El gran lobo rojizo trotó hacia él, sus uñas escuchándose en la
grava. Sin embargo, el lobo dentro de Jack extrañamente estaba
27
tranquilo y sin miedo ante este nuevo y poderoso lobo. Su lobo estaba
complacido y feliz de verlo. Después de todo el lobo ha estado
esperando por mucho tiempo, sabía que el rojo vendría. Una extraña
sensación de calidez invadió a Jack. Se extendió desde sus entrañas y
recorrió sus miembros.
Compañero, dijo su lobo en una voz de regaño. Nuestro compañero.
Jack comenzó a retroceder con miedo mientras el lobo rojo se
acercaba, pero su lengua sólo salió como una flecha para lamer la
sangrante mejilla. Sintiéndose como un estúpido, Jack vacilante estiro su
mano para tocar su pelaje. Jack no estaba seguro de cuan herido estaba
el lobo, porque cualquier herida que le fueron hechas en su defensa
estaban ocultas por el brillante pelaje color rojo.
Una punzada de vergüenza golpeo a Jack, pero rápidamente pasó.
Existían otras formas de recompensar a su salvador. Podía curar sus
heridas. Podía acurrucarse cerca del hombre debajo del pelaje para
mantenerlo caliente en los próximos meses de invierno.
Jack respiró el aroma de su nuevo salvador y ya no sintió miedo.
De hecho, su corazón se desaceleró a un ritmo constante y seguro. Por
alguna razón inexplicable, supo que este lobo no le haría daño. De
hecho, fue todo lo contrario. Este lobo lo mantendría a salvo.
—Compañero. —La palabra era extraña en los labios de Jack.
El lobo lamió su rostro nuevamente en señal de aprobación, y sus
ojos color ámbar parecieron satisfechos. Después, se separó de Jack,
moviendo su cola de un lado hacia otro. Levantó la cabeza y paró sus
orejas, como si dijera: escucha. Obedeciendo, Jack aguzó el oído y
escuchó los sonidos de ladridos y aullidos en la distancia.
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—La manada local, — susurró en comprensión, mirando hacia el
lobo rojizo en busca de ayuda.
Trotó hacia adelante unos pasos alejándose de Jack, girando la
cabeza en dirección de la calle. Ya es hora de marcharnos, el otro lobo dijo.
—No puedo caminar—, admitió Jack, sintiéndose débil y patético.
El lobo examinó la herida en su pierna y gruñó suavemente.
Curiosamente, el lobo parecía como si estuviera pensando, antes de que
finalmente bajara su cuerpo. Sin embargo, Jack no estaba del todo seguro
de que comprendiera.
— ¿Tú... me llevarías? —Preguntó con evidente sorpresa.
Los hombres lobo no eran ponis, y lobos dominantes no llevaban
a su Gammas. En la jerarquía de hombre lobo, los débiles eran dejados
atrás o eran eliminados, pero este gran lobo estaba dispuesto a llevar a
Jack.
Impaciente, el lobo ligera y suavemente le dio un pequeño
mordisco. Los aullidos se acercaban al parque.
Sin otra opción, Jack gruñó y maldijo, finalmente consiguió rodar
para subirse en la peluda espalda del lobo. El pelaje del lobo se sentía
increíblemente caliente contra él.
— ¡Wow! ¡Hey! — Jack apenas logró envolver sus brazos
alrededor del cuello del lobo, ya que este se echó a correr.
Sus músculos se movían y tensaban debajo de Jack, quien se
estremeció. Apenas podía imaginar qué tipo de forma humana tendría
su campeón. ¿Sería un hombre tan imponente como Nicky? Pero Jack no
asociaba con el miedo a este lobo.
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Jack apoyó su mejilla contra el áspero pelaje del lobo, aspirando en
esta el olor a almizcle y sangre. El viento azotaba contra su ropa y rostro,
pero Jack no estaba preocupado por caerse del gran lobo aun cuando
existía la probabilidad de que se resbalara en cualquier momento. El
lobo se aseguraría de que no se cayera. Aunque si Jack caía, el lobo se
detendría y se agacharía nuevamente para que Jack pudiera subirse.
Sin embargo, milagrosamente Jack no se cayó. Enfermo y cansado
de siempre estar huyendo y nunca permanecer en un solo lugar por
mucho tiempo, Jack se dio cuenta de que nunca antes sintió esta
tranquilidad desde hace mucho tiempo.
De hecho, se dio cuenta de que nunca antes se había sentido tan
contento.
30
Capítulo 3
31
—Hola. Buenos días de nuevo. —Un hermoso rostro enmarcado
por el espeso cabello de color marrón oscuro se inclinó hacia él. Antes
de que Derrick se alejara, el otro hombre lo beso. En el momento en que
sus labios tocaron los suyos, todo pensamiento desapareció de la mente
del Beta.
El cosquilleo que sintió que subió por su brazo el día de ayer se
sentía un poco como esto, sólo que esta era otra cosa. Algo más salvaje
y exigente. Derrick se dio cuenta que sus enormes y torpes manos
estiraban al otro hombre hacia él. Con su asombrosa cadena de
relaciones fallidas, el Beta casi espero que el otro hombre se apartara con
asco, pero él sólo se inclinó hacia el interior del abrazo de Derrick.
Los besos con Jared nunca fueron así. Ninguno de los besos que he tenido
con otros hombres fue así.
—Ni siquiera sé tu nombre—, dijo Derrick, casi sin aliento cuando
mientras se apartaba. Le parecía importante saber algo tan simple como
el nombre del otro hombre. A regañadientes, dejó ir el otro hombre a
pesar de que el lobo en su interior lo miraba con impaciencia.
—Es Jack, —contestó el Gamma. Sus brillantes ojos azules estaban
enfocados en Derrick. —Jack Lee.
La intensidad de su mirada incomodo a Derrick. Se sentía como si
el Gamma fuera capaz de ver más allá de lo que no pudieron ver sus
otros amantes, y la sensación de ser expuesto a otro lobo le aterrorizaba
e inquietaba a Derrick. ¿Esto era realmente lo que siente, cuando un lobo
finalmente encuentra a su verdadero compañero? Su relación con Jared
se sentía débil y superficial en comparación con esto. ¿Cómo se las
arregló para vivir tanto tiempo sin tener a Jack a su lado?
—Jack, encantado de conocerte. Soy Derrick Starr —, dijo Derrick
vacilante. Ahora que la pasión del beso se desvaneció, se sentía
32
incómodo e inseguro nuevamente. ¿Sería igual que ayer por la mañana con
el incidente del pastelito? ¿Sólo era otro acto de bondad al azar por parte del
Gamma?
—Derrick—, el Gamma dijo su nombre lenta y cuidadosamente,
como si estuviera saboreando el sonido de su nombre en sus labios.
—Escucha, Jack. Acerca de lo que sucedió ayer en la noche, por
favor, no pienses que me debes un favor ni nada parecido, —comenzó a
decir Derrick.
Derrick no entendía del todo que fue lo que sucedió anoche, y no
esperaba que Jack le confiara todos sus secretos a un completo
desconocido. Todo lo que Derrick sabía era que nunca sintió tanta rabia
desde hace tiempo. Había hecho las paces con su lado salvaje hace
mucho tiempo, pero el puro instinto protector que desarrollo hacia el
Gamma era peligroso. Si él era un verdadero Beta, las cosas saldrían
como deseaba. Nunca permitiría que Jack Lee se apartara de su vista
nuevamente porque el Gamma era legítimamente suyo y él le pertenecía
por derecho al Gamma.
Aunque, el lado humano y cobarde de Derrick nunca haría una
cosa así, porque de igual manera odiaba y estaba orgulloso del hecho de
que no era como otros lobos. Nunca forzaría a otro lobo más débil, y
mucho menos a su predestinado compañero, a someterse a él. Le parecía
que el abuso que tuvo Jack tuvo que soportar ya fue suficiente en su
vida. El Gamma sin duda se merecía algo mejor.
Ese podrías ser tú, una voz le recordó.
—Lo que estoy diciendo es, que no tengo mucho, pero si necesitas
algo más, como dinero en efectivo para un billete de autobús o tren yo
te puedo conseguir esas cosas. —Derrick lamentó las palabras en el
mismo instante en que salieron de su boca.
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El ceño fruncido en el rostro del Gamma se profundizó. —
¿Quieres que me vaya?
—No—, dijo Derrick rápidamente, levantando la mano: —Pero yo
no quiero obligarte a…
— ¡Nadie me obliga a estar aquí!
—Yo… —Derrick estaba confundido. Jack Lee lo confundía
porque el Gamma no era como cualquier otro lobo u hombres que jamás
haya conocido.
—Si quieres que me vaya, sólo tienes que decírmelo, — Jack le
respondió bruscamente.
Un repentino pánico se apoderó de Derrick cuando el Gamma
retiro el resto de las sábanas, revelando su deliciosamente cuerpo
marcado y sin un gramo de grasa. Derrick lo agarró del brazo.
—Eso no es lo que quise decir, campeón—, Derrick interrumpió,
un poco fastidiado.
— ¿Campeón?—Jack gruñó.
Sin duda el pequeño lobo podría darle una pequeña mordida.
—Sí, ¿por qué no te quedas quieto y me dejas explicarte? —ante el
tono tolerante en su voz, Jack se recostó sobre las almohadas, cruzando
los brazos sobre su pecho desnudo. Derrick de pronto recordó el
pastelito el cual todavía no comía y estaba aún en su nevera y apareció
en su mente la idea de untar el delicioso bocado en el bronceado pecho
del Gamma.
―Seguro. Si dejas de verme como si me quisieras comer —, Jack
resopló.
34
—Oh, créeme, es lo último que quiero hacer. Apenas tienes algo
de carne en tus huesos —, Derrick se burló.
― ¿Ah, sí?
¿Cómo no se había dado cuenta de este comportamiento rebelde
del Gamma? Pero Derrick descubrió que le gustaba un poco de esta
impertinencia y la afilada lengua del Gamma. Era mejor, al menos, que
un herido y temeroso lobo.
—Preferiría follarte. —Las toscas palabras salieron antes de los
labios de Derrick antes de que pudiera detenerlas. Esperaba que Jack
pareciera disgustado, pero el Gamma sólo se volvió una sombra
brillante de color rojo.
—Bueno, ¿y por qué no lo haces? Un hombre tan grande como tú,
una magnifica arma letal, y además de ser un hermoso hombre lobo, no
tendría ningún problema para tomar a un pequeño Gamma como yo.
Derrick estaba asombrado. No parecía que Jack estuviera
mintiendo. Podría haber dicho su pequeño discurso con un tono de voz
desafiante y retadora, pero Derrick lo encontró cautivador. De hecho, el
pequeño Gamma sonaba y parecía tan peligroso que Derrick quería
agarrarlo del rostro y besarlo de nuevo. Sin embargo esta vez, habría
mucho más que besos.
― ¿Qué? ―Jack preguntó finalmente ante el silencio de Derrick, sus
mejillas aún estaban ruborizadas.
—Dijiste que mi lobo es hermoso. —Derrick tragó. —No creo que
lo sea. El que me adules no te llevará a ninguna parte, pequeño
lobo. Desde hace mucho tiempo he sabido que no existe ni remotamente
nada especial o interesante acerca de mí.
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El Gamma hizo la peor cosa que Derrick pudo imaginar. Echó la
cabeza hacia atrás y soltó una carcajada a pleno pulmón. Si Derrick no
estuviera tan avergonzado o enojado habría tapado esos malditos labios
callándolos. Cuando Jack vio la expresión sombría de Derrick, se
detuvo.
—Espera... ¿no puedes estar hablando en serio?—El Gamma dejo
de reír. Derrick casi hizo una mueca cuando Jack estiro su mano para
tocar la áspera barba de su mejilla sin afeitar.
—Déjame demostraré, la manera en que yo te veo, — dijo Jack,
inclinándose hacia adelante hasta que sus narices se tocaron. —Déjame
demostrarte que valgo la pena para que me conserves.
—Espera un segundo, ¿no está tu pie lesionado? Tenemos que
curarlo —, señaló Derrick, odiándose a sí mismo por la interrupción.
—Está completamente sanado—, el Gamma insistió. Derrick no
estaba seguro de por qué el pequeño lobo se veía tan enojado cuando le
exigió que se acostara para asegurarse si la lesión estaba curada. ¿Por
qué demonios no estaba su pierna envuelta en vendas? Derrick frunció el ceño
y tocó la sangre seca. ¿Por qué no sangra?
— ¿Siempre eres un maldito mamá gallina?—Jack lo regaño
cuando Derrick desapareció en el cuarto de baño y regresó con un
botiquín de primeros auxilios.
—Cállate y déjame examinar la herida—, Derrick exigió,
sentándose junto a la cama. Esto sólo lo puso más nervioso por la forma
en que Jack lo miraba, con aire de suficiencia cuando limpiaba la sangre
seca. La herida no sólo estaba curada. Estaba totalmente y
completamente sanada. Sólo había una cicatriz rosa brillante.
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— ¿Cómo es esto posible?—Derrick se encontró preguntándose así
mismo.
—El vínculo entre compañeros funciona al igual que la magia en
una manada, — explicó Jack, cruzando los brazos. — ¿Satisfecho?
—He escuchado hablar de eso, pero en realidad nunca lo había
visto—, Derrick murmuró.
— ¿Así que podemos continuar, o tienes otra excusa?—Jack le
reclamo.
Derrick tenía en mente decir algo ingenioso, pero el Gamma
deslizó una mano en la nuca de Derrick y se inclinó para besarlo
nuevamente. Su otra mano descansaba sobre el pecho de Derrick. El
calor explotó en el interior de la boca de Derrick, haciendo que Jack se
acercara hacia él. El Gamma no protestó. Sólo se acercó más, su piel
frotándose contra él.
La necesidad de tocar a su compañero era inmensa. Sus cuerpos
necesitaban tocarse y besarse, acariciarse y atormentarse, y conocer cada
centímetro del otro. Derrick de repente se evadió, por qué fue tan
tonto. ¿Cómo pudo vivir tanto tiempo, sin conocer el toque de su
compañero predestinado?
Derrick podía sentir el lobo del Gamma, encerrado en el interior
de su hermoso y delgado cuerpo. El lobo de Jack felizmente se frotó
contra su propio lobo, y el gran lobo rojo sólo gruño ante su creciente
aprobación. Las atrevidas manos del Gamma vagaron, pellizcando uno
de sus pezones hasta que se endureció. Derrick gimió, pero fue
silenciado por la persistente boca de Jack. La mano de Jack vagaba con
deliberada lentitud bajando por su pecho y su vientre, hasta que esta se
curvo alrededor de su creciente dureza.
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Derrick apartó su boca para susurrar —eres un pequeño y
lujurioso lobo.
Jack no le respondió. El Gamma sólo presionó sus labios contra los
suyos, su mano ocupada en su tarea. Jack acarició, toco y paso su mano
sobre su erección hasta que estuvo duro y listo.
—Espera. —Derrick jadeó, apartando su boca. —No creo que… te
dije, espera, maldita sea.
Esta vez, agarró ambas muñecas del Gamma en sus dos grandes
manos. Jack lo recompensó con los ojos muy abiertos y sorprendidos, y
Derrick lo dejó ir. Un atisbo de temor aún persistía allí, y Derrick se dio
cuenta de que debía tomar las cosas con calma a pesar de la actitud
bocazas de Jack. Una cosa era cierta. No lamentaba el haber desgarrado
anoche la garganta del bastardo del Alfa. Derrick sólo hubiera deseado
poder desquitarse haciéndolo sufrir un poco más.
—Espera, tengo que conseguir el lubricante. —Sus palabras
parecieron calmar al otro hombre.
Derrick torpemente a tientas busco el lubricante dentro de su
desordenado cajón, apretando los dientes ante su dolorida erección.
Cuando finalmente lo encontró, casi esperaba que el Gamma hubiera
salido por la puerta y de su vida. No hubiese estado sorprendido. No
era la primera vez que un lobo sumiso ha escapado de él. ¿Tal vez,
finalmente tuvo unos segundos para pensar?
En lugar de ello, Jack se había colocado en el borde de la cama, con
las piernas abiertas, una maliciosa sonrisa plasmada en su rostro. Ahí no
existía ninguna duda. Sus labios sólo se ampliaron más cuando Derrick
se acercó sobre él y comenzó a destapar el lubricante.
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—Apúrate—, el Gamma incluso susurró, su voz llena de
necesidad.
Derrick se inclinó y comenzó a untar el lubricante alrededor del
agujero del trasero de Jack. Cuando el Gamma comenzó a retorcerse y
gemir a sentir sus dedos en movimiento, todo el nerviosismo que sentía
se desvaneció. Derrick coloco una pesada, pero suave garra contra el
muslo de Jack para mantenerlo quieto.
Su pene estaba creciendo más grande que nunca, y no ayudo el
que Jack no paraba de decir: —Por favor. Por favor.
—Creo que finalmente estás listo, pequeño lobo—, Derrick
decidió.
Debajo de él, Jack frunció el ceño hacia él por el apodo. Derrick
sólo sonrió y continuó frotando la línea sensible de la piel. La cabeza del
Gamma cayó hacia atrás con un suspiro. Jack estaba respirando
profundamente, pero no por miedo. Una deliciosa emoción
surgió. Podía sentir cada centímetro de la vibrante y ardiente piel bajo
sus manos.
—He estado más que preparado desde el comienzo, maldito y
gran bastardo, — Jack murmuró.
No dijo nada más cuando Derrick separó sus piernas. Derrick
levantó el trasero de Jack. Trató de controlarse a sí mismo cuando Jack
dejó escapar otro gemido de necesidad. Respirando con fuerza para sí
mismo, Derrick comenzó a introducirse lentamente en el interior de su
compañero. No hubo resistencia. Su dedo había suavizado y preparado
a su compañero para su acceso.
—Más Rápido. Duro, —Jack gimió cuando Derrick casi estaba
profundamente enterrado en su interior. Derrick estaba, por supuesto,
39
feliz de cumplir su demanda. Confiaba en que Jack supiera lo que estaba
pidiendo y estaba seguro de que el Gamma podía tomarlo.
Agarrando las piernas de Jack firmemente, comenzó a montar al
Gamma. Animado por los gemidos de placer de Jack, Derrick comenzó
a aumentar su ritmo. Esto se sentía como si algo hacia clic en su interior
mientras que Derrick penetraba a su dispuesto compañero. Esto era
perfecto. Eran como un maldito y perfecto rompecabezas. ¿Por qué
demonios tuvieron que esperar tanto tiempo?
Un gemido finalmente provino de los propios labios de Derrick, y
sabía que no iba a aguantar por mucho tiempo.
—Me corro, —Derrick gruñó con evidente tensión, pero Jack no se
apartó. Realizo un último y profundo sonido de satisfacción y comenzó
a vaciarse en el Gamma. Derrick vio la perezosa sonrisa que poco a poco
comenzó a extenderse en el rostro de Jack. Lobito presumido. Debo de
follarte más a menudo.
—Deberías de hacerlo, — Jack estuvo de acuerdo.
Derrick no se había dado cuenta que lo dijo en voz alta. Era
demasiado tarde para arrepentirse, y además, no quería hacerlo porque
planeaba hacer precisamente eso. Quería ver a Jack retorcerse y gemir
debajo de él otra vez. Tal vez incluso voltear a Jack para poder agarrar
las nalgas de Gamma mientras lo penetraba.
Sin embargo, era demasiado pronto y no quería presionar al otro
hombre. Por ahora, Derrick se derrumbó junto a su compañero, cansado
y contento.
—Hay pañuelos de papel en el cajón. Los alcanzare por ti en un
segundo — Derrick murmuró, sorprendido cuando Jack rodó con la
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gracia de un depredador encima de él. La presión en su piel se sentía
cálida y maravillosa.
— ¿Crees que hemos terminado, eh?—Gamma lo desafió.
—Bueno... —Derrick dudó, pero Jack ya no lo escuchaba.
Seductoramente se deslizo hacia abajo de él. Antes de que Derrick
pudiera preguntarse qué demonios estaba haciendo, sintió los cálidos
labios cerrándose sobre su miembro.
—Oh, — era la única palabra que dijo antes de que un gemido de
placer saliera de su interior.
Jack sin duda sabía lo que estaba haciendo. Comenzó a lamer y a
jugar con pelotas de Derrick, tomándolas cuidadosamente en su boca y
ocasionalmente dando la cantidad correcta de mordiscos. Para el
momento en que nuevamente se movió hacia el miembro de Derrick,
este estaba una vez más erecto y duro. Maldita sea el talento del pequeño
Gamma.
Jack se tomó su tiempo, alternando con movimientos largos y
perezosos con su lengua como si quisiera atormentar a Derrick tanto
como fuera posible. Lo que Derrick hacia era de tirar de su cabello
indicándole su impaciencia ya que no era capaz de decir ni una palabra,
ya que una vez más, Jack tenía sus labios alrededor de su pene. El ver
como el Gamma lo tomaba por completo era indudablemente era algo
extraordinario. Derrick descubrió la brillante y alegre mirada de Jack.
Por la expresión que tenía, parecía que el pequeño lobo estaba
encantado.
Efectivamente, no pasó mucho tiempo antes de que él estuviera
duro y lleno hasta el punto de explotar. Derrick agarró la enmarañada
melena de Jack para apartarlo y decirle que se iba a correr, pero el
Gamma tercamente permaneció en su lugar.
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Asombrosamente Jack tragó todo su semen, no derramo ni una
sola gota. La vista del rostro inclinado y tan concentrado del esbelto
hombre fue demasiado para que el Beta pudiera soportarlo. Infiernos, el
sumiso lobo definitivamente estaba decidido a demostrar lo que valía y
que merecía permanecer a su lado.
Sumiso, ¡que mentira! El pequeño lobo claramente tiene una hábil y
descarada boca. Una boca que me encanta tanto como me encanta cada parte de
él. No quiero cambiar nada de él.
― ¿Qué? ―Preguntó Jack, deslizándose a su lado en la cama.
—Estaba pensando que no quiero cambiar nada de ti—, dijo
Derrick, complacido cuando un rubor apareció en las mejillas del otro
hombre.
—Nicky… el Alfa que mataste ayer por la noche, quería controlar
mi vida, — Jack no lo miro a los ojos. —Quería que yo fuera otra
persona. Otra cosa. Durante mucho tiempo, casi creí que sólo era el un
juguete de otro hombre.
Derrick puso una mano en el hombro. —Yo no soy Nicky.
El Gamma olfateó indignado ante eso. —Ya lo sé. Así que, ¿esto
significa que me mantendrás a tu lado?
―Por supuesto. Si no te importa vivir aquí conmigo en este
apartamento de mierda. —Derrick hizo un gesto a su habitación. —Para
que lo sepas, de vez en cuando cada cosa se descompone y el calentador
de agua no funciona.
—No me importa tu departamento. —Jack apoyó su cabeza sobre
el pecho de Derrick. El Gamma dio un sonido de satisfacción cuando
Derrick comenzó a acariciarle su pelo empapado de sudor.
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—Bueno, tal vez podamos hacer un poco de redecoración. Tal vez
conseguir una cama más pequeña, —Jack decidió.
— ¿Una cama más pequeña?—Derrick alzó las cejas a su
compañero. — ¿Me has visto últimamente?
—Bueno, esta cama es demasiado grande. ¿Cómo voy a ser capaz
de abrazarte fuerte y cómodamente contra ti?
Eso dejó a Derrick aturdido. El Gamma se escapó de sus brazos y
empezó meterse en sus pantalones vaqueros. La idea que se iba apareció
en la mente de Derrick. ¿Estaba Jack jugando un juego cruel con él? Tal
vez solo dijo esas cosas que lo hicieron feliz porque le debía a Derrick su
vida. El Gamma sólo le dirigió extraña una mirada.
—Tengo hambre, y tú tienes que estar hambriento después de usar
toda tu energía para sanar mi pierna. Puedo hacer una tortilla de jamón.
—El Gamma le dio un rápido beso en la mejilla antes de salir por la
puerta.
Derrick cerró los ojos y se recostó contra las almohadas cuando
escucho a Jack caminando en su cocina. Sin duda hace demasiado ruido para
ser un pequeño lobo. Sus sensibles oídos capturaban el sonido de los
gabinetes siendo cerrados de golpe y de cosas siendo lanzadas hacia
algún lugar.
—Maldición, Derrick. Eres un maldito hombre lobo además de ser
grande y poderoso, y los grandes lobos necesitan comer. ¿Dónde
demonios guardas la carne? Todo lo que veo son dulces —, grito Jack
desde la cocina.
—No como carne.
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Como lo esperaba, el Gamma estuvo junto a la puerta del
dormitorio. Derrick decidió que prefería ver a su compañero sin camisa,
descalzo, y todavía despeinado.
—Podemos tener más sexo más tarde. Necesitamos comer —. El
Gamma agitó un dedo amenazante hacia él.
—No estaba pensando en sexo—, Derrick protestó.
Jack levantó una ceja. —Muy bien. De todos modos, regresando a
lo dijiste antes de que no comes carne. Estas bromeando ¿no?
—No, pero tampoco soy vegetariano. Me gustan los dulces, pero
recientemente he sido diagnosticado con diabetes.
Mas valía no guardar ningún secreto si iban a vivir juntos, pensó
Derrick. El concepto de vivir juntos todavía le sonaba extraño, pero una
parte de él estaba ansioso de hacerlo. No más viernes de noches
solitarias para Derrick Starr. De hecho, podía esperar que no tendría ni
una sola noche solitaria. Casi podía imaginar a Jack vestido con nada
más que su delantal de barista...
— ¿Derrick?
— ¿Eh? ¿Qué?
—Te pregunté por qué tomaste el pastelito si sabías que eres
diabético, si me preguntas, eso es desperdiciar comida. ¿Por qué estás
distraído? ¿Tienes pensamientos sucios? — Jack sonrió.
—Por supuesto que no, y sólo tomé ese estúpido pastelito porque
te veías como un perro apaleado. —Derrick dejó escapar un
suspiro. Maldición. Jack ahora parecía abatido, así que lo intentó de
nuevo, con la esperanza de animarlo. —No es que me haya afectado que
creyera eres lindo, y tienes un hermoso trasero.
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— ¿Creías que?—Jack sonrió. Como lo esperaba, la cama rechino
mientras la ágil figura del Gamma se unía a él. —Sabía que te estabas
comiendo mi trasero con la mirada.
Derrick se mordió el labio superior, haciendo caso omiso de las
manos delgadas que estaban sobre él. Su nerviosismo vaciló cuando Jack
le dio un rápido beso en la mejilla.
—Lobo gruñón, ¿puedo hacer algo para que te sientas bien del
todo?—Jack estaba a punto de llegar a su miembro pero Derrick dio una
palmada en la mano. Antes de que el dolor apareciera en las facciones
del otro hombre, Derrick deslizó su enorme mano dentro de los
desabrochados pantalones vaqueros de Jack.
—Permíteme regresarte el favor—, dijo Derrick, sonriendo al ver
la expresión de sorpresa de Jack —, pero primero, vamos a quitarte esos
jeans.
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Epílogo
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del lobo había una mirada posesiva que Jack conocía muy bien. El lobo
gris ya había decidido que Jack era exclusivamente su presa, y
cualquiera que se interpusiera entre ellos sería tratado sin
piedad. Lástima que no sabía que Jack ya tenía un sobreprotector
compañero.
Un aullido fuerte y posesivo de rabia condujo al lobo gris lejos de
Jack. Un indescriptible placer lo llenó ante la vista del rojizo lobo de
Derrick. ¿Cuándo cambio?
Derrick se colocó firmemente entre Jack y su atacante, gruñendo y
enseñando los dientes como un enfurecido animal salvaje. El lobo gris
gruñó, pero retrocedió cuando Derrick dio un feroz rugido de
desafío. Ese rugido le puso todos los pelos de punta a Jack.
No puedes protegerme de todos ellos, Jack pensó desesperadamente.
Vacilante se acercó hasta tocar el lomo de Derrick. Por un momento,
tuvo miedo de que el lobo de Derrick era el que tuviera el control, y no
el hombre que amaba, pero solo sintió que el pelaje erizado de Derrick
se bajaba y visiblemente se relajaba ante su toque.
—Ningún sensato Alfa permitiría tener a un lobo solitario y su
compañero creando caos en su territorio, y no matarlo de inmediato —
un hombre alto y musculoso, de anchos hombros y piel oscura dijo
arrastrando las palabras.
De pie desnudo en la luz de la luna con el sudor brillando por su
cuerpo duro como una piedra, el Alfa de la manada New Haven parecía
impresionante. Jack no podía equivocarse con pensar en otra cosa más
que un Alfa. No era simplemente la dominante e inexplicable presencia
imponente que le rodeara. De este salían olas amenazadoras. Aun en su
forma humana, el resto de los lobos lo observaban y obedecían sin
protestar. Si es así como un líder natural debía lucir, entonces Nicky
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simplemente fue un pequeño matón quien gobernó a sus lobos usando
el miedo.
Incluso las orejas de Derrick bajaron ante su imponente presencia.
—Nunca me has causado ningún problema hasta ahora, Starr. Eso
evitaría que lucharas por esto. —El Alfa hizo un gesto hacia Jack, cuyo
rostro inmediatamente se sonrojo.
Derrick sólo bajó su hocico hacia Jack para lamer su mejilla,
tranquilizándolo. Jack respiró el aroma familiar de su nuevo compañero,
y la confianza lo invadió. Ya no tenía miedo. De hecho, su vacilante
corazón se desaceleró a un ritmo constante y seguro. Cualquier cosa que
sucediera, sabía que podían salir adelante juntos.
—Todo estará bien. —Jack inclinó su rostro contra la gran mejilla
peluda de Derrick. Derrick sólo lamió la cara en de acuerdo, sus ojos de
color ámbar lo miraron fijamente. Entonces Derrick, se separó de Jack,
su cola se balanceaba de un lado hacia otro. Entonces se dio la vuelta,
alerta y tenso una vez más cuando el alfa de la manada de New Haven
se acercó a ellos.
—Él no hizo nada—, las palabras de Jack salieron antes de la alfa
pudiera decir nada. Ignoró el gruñido de Derrick de desacuerdo. —Es
mi culpa. Si tiene que castigar a alguien, ¡castígueme a mí!
El Alfa levantó una oscura ceja. Ignorando a Jack, se volvió hacia
el lobo rojo. —Puedo ver el por qué estás con este, Starr. No te quitare
mucho tiempo. Te diré lo que quiero. Hace mucho tiempo, rechazaste
mi oferta de unirte a mi manada. Bueno, ahora no te lo pregunto. Te lo
ordeno.
El Alfa sonrió, mostrando sus muy blancos e inhumanamente
colmillos de lobo hacia ellos. Percibo una amenaza. Esta era unirse a la
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manada local o ser asesinado. No tenían otra opción que aceptar la oferta
del Alfa, ¿pero realmente era tan malo unirse a la manada?
Jack quería decirle a su nuevo compañero que no era una mala
opción. Podía ver a ambos viviendo en New Haven, correr con una
manada completamente funcional con un carismático líder que
aparentemente sabía lo que estaba haciendo. Al menos aún estaban
vivos y estaban juntos, pero él detuvo su lengua. Esta no era su decisión.
Derrick se alarmo, deteniéndose cuando Jack agarro con urgencia
un puñado de su pelo en señal de advertencia. La mayoría de los
hombres lobo actuaban por instinto, pero Jack se dio cuenta de que
Derrick tenía un control excepcional de su parte humana racional. Tras
lo que pareció un par de minutos, Derrick se calmó. Se sacudió del
agarre de Jack y trotó hacia el Alfa. Le dolió a Jack ver a su compañero
descubrir su cuello en sumisión a su nuevo amo. Para la sorpresa de
Jack, el Alfa se inclinó para frotar las orejas de Derrick.
—Sabia decisión, Starr.
Jack sintió algo que no le gustaba en ese sorprendentemente
amable gesto. Algo que era mejor no decirlo. Al menos por ahora. Este
Alfa en particular parecía demasiado petulante y muy contento por el
resultado de la noche. Parecía como si siempre ha estado esperando una
oportunidad, ¿por el momento adecuado para atrapar a Derrick? Si es
así, Jack sólo ha entregado a su compañero y él mismo en un plato.
Antes de que la culpabilidad podría hacer más estragos en la boca
de su estómago, la cabeza de Jack rápidamente se levantó cuando el Alfa
comenzó a caminar hacia él con el lobo rojo pegado a sus talones.
Derrick estaba a su lado de manera protectora, pero el Alfa no
significaba ningún peligro. Sólo le extendió una mano en forma
amigable a Jack.
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—Soy Carlos Medina, Alfa de la manada de New Haven. Mis
lobos y yo les damos la bienvenida, Jack Lee.
Jack se estremeció y aceptó el apretón de manos. Esta sólo fue tan
educada que él también quiso desnudar su cuello hacía su nuevo
Alfa. Trató de no hacer una mueca cuando esos extraños dedos le
rozaron su cuello posesivamente.
¿Cómo Carlos sabia su nombre? tuvo miedo de preguntar, miedo
de hacer cualquier cosa, más que acercarse para abrazar a su nuevo
compañero. Carlos sólo le recompensó con la misma arrogante
sonrisa. El trato estaba hecho.
Girando y alejándose, el Alfa de la manada New Haven se sacudió
quitándose su piel humana para tomar su segunda forma… una
polvorienta y casi dorada bestia que podría rivalizar con el tamaño de
su nuevo compañero. Carlos se mezcló entre los árboles oscuros hasta
que solo se vio una pequeña mancha de color oro, su manada detrás de
él siguiéndolo de cerca. Anunciaron su salida con ladridos y
desagradables aullidos.
Una vez que estuvieron solos, Jack dejó escapar su respiración, no
se había dado cuenta que estaba conteniéndola. Echando un vistazo a su
tímido y ahora torpe compañero con su ropa, Jack se arrodilló junto a
Derrick y presionó su nariz entre los omóplatos tensos del otro
hombre. La tensión lentamente abandono a Derrick cuando Jack lo
abrazó.
—Al parecer nunca existirá ni un momento aburrido contigo, mi
Beta sin azúcar, — Jack bromeó a la ligera.
— ¿No tienes dudas?
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Jack no necesitaba ver el rostro de Derrick para ver que estaba
dudando. —mi gran tonto rojo. ¿No te lo dije antes? ahora estás atrapado
conmigo.
Fin
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