La Danza Celestial
La Danza Celestial
La Danza Celestial
En el corazón de una aldea ancestral, donde las leyendas susurraban entre las
hojas y las estrellas danzaban en el cielo nocturno, habitaba una joven llamada
Anya. Desde pequeña, Anya se sentía fascinada por los colores. Observaba
con deleite cómo el sol se reflejaba en las gotas de rocío, creando un
caleidoscopio de luces sobre las flores. Soñaba con poder tocar esos colores,
atraparlos en sus manos y convertirlos en algo mágico.
Anya, cautivada por la belleza del arcoíris, salió de la cueva y se dirigió hacia
él. A medida que se acercaba, la música se intensificaba y los colores del
arcoíris parecían cobrar vida. De repente, una figura luminosa emergió del
interior del arcoíris. Era una mujer de belleza celestial, con un vestido tejido con
los colores del espectro.
"Soy Iris, la guardiana del arcoíris", dijo la mujer con una voz melodiosa. "He
venido a ti porque he visto tu fascinación por los colores. Eres un alma pura y
bondadosa, y tu corazón está lleno de sueños."
"He escuchado tus sueños, Anya", continuó Iris. "Y he decidido concederte un
regalo. Te daré la habilidad de crear y controlar los colores, para que puedas
convertir tu imaginación en realidad."
Iris extendió su mano hacia Anya, y de ella brotó una esfera de luz que se posó
sobre la palma de la joven. Al instante, Anya sintió una energía vibrante
recorrer su cuerpo, llenándola de una alegría inmensa.
"Ahora, Anya", dijo Iris, "tienes el poder de dar vida a tus sueños. Usa este
regalo con sabiduría y responsabilidad, para embellecer el mundo y llevar
alegría a los corazones de las personas."
Epílogo
Años después, Anya se convirtió en una anciana sabia y venerada. Sentada
junto a su nieta, bajo un cielo radiante donde un arcoíris brillaba con intensidad,
le contó la historia de su mágico encuentro con Iris.
"Recuerda, mi querida nieta", le dijo Anya, "los colores del arcoíris no solo son
hermosos, sino que también representan la esperanza, la alegría y la
posibilidad de convertir tus sueños en realidad. Usa tu imaginación para crear
un mundo mejor, un mundo lleno de luz y color."
La nieta de Anya, con los ojos llenos de brillo y la imaginación encendida, miró
hacia el arcoíris y sonrió. En su corazón, sabía que el legado de Anya viviría
por siempre, inspirando a las personas a soñar en grande y a crear un mundo
mágico con el poder de los colores.