1er Domingo de Pascua
1er Domingo de Pascua
1er Domingo de Pascua
Ciclos A, B y C
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Hermanos:
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde
está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a
los de la tierra.
Porque habéis muerto, y nuestra vida está con Cristo escondida en Dios.
Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis,
juntamente con él, en gloria.
Palabra de Dios.
O bien:
Hermanos:
¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura
vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido
inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebramos la Pascua, no
con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes
ázimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios.
Secuencia:
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Ha sido inmolada
nuestra víctima pascual: Cristo.
Así, pues, celebramos la Pascua en el Señor.
EVANGELIO
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien
quería Jesús, y le dijo:
—«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos,
pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al
sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas
en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo
con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al
sepulcro; vio y creyó.
Vigilia Pascual
Ciclo B
EVANGELIO
Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande.
Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de
blanco. Y se asustaron. Él les dijo:
—«No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí.
Ha resucitado. Mirad el sitio donde lo pusieron.
EVANGELIO
Él les dijo:
Él les preguntó:
—«¿Qué?».
Ellos le contestaron:
—«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No
era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en la gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se
refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos
le apremiaron diciendo:
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan,
pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y
lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron:
—«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos
explicaba las Escritura?».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían
reconocido al partir el pan.