La Educación Durante El Período Colonial Ii

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“LA EDUCACIÓN DURANTE EL PERÍODO COLONIAL”

El período colonial en Guatemala abarca casi trescientos años,


incluyendo los primeros tiempos llevada a cabo por los españoles. Se inicia
con la fundación del primer asiento fijo que dispusieron los conquistadores
en Iximché y que denominaron Santiago de los Caballeros de Guatemala.
Fue fundada por Pedro de Alvarado en 1524.

La gente que componía la expedición conquistadora que llegó a


Guatemala comandada por Pedro de Alvarado, eran de costumbres rudas, de
pocas letras y un acentuado fanatismo religioso. Siendo así, es fácil
explicar la crueldad que emplearon para llevar a cabo la conquista.
Los primeros colonizadores despojaron a los indígenas de sus tierras y
sus bienes, y no contentos con eso, los redijeron a la más vil esclavitud.

Las reales cédulas donde se pedía mejor trato para los indios, eran letra
muerta para los encomenderos y explotadores de aquellos de aquellos
desamparados seres, quienes no representaban para ellos más que medios
de enriquecimiento y explotación inicua.
Las misiones evangelizadoras, sin bien llevaron a cabo una labor
culturizadora dentro de los pueblos aborígenes, no se quedaron a la zaga en
lo tocante a las encomiendas y repartimientos. Los conventos tenían
asignada un área de explotación en la que desplegaban su actividad con
similares métodos. La resistencia natural que oponían los indios a admitir la
nueva religión llevada por los conquistadores, era penada con la reducción a
la esclavitud, como lo manda la real cédula del 19 de marzo de 1533, que
establece “que los indios que se resistan a recibir a los evangelizadores,
sean sometidos a la esclavitud”.

En nuestro país la encomienda tuvo en un principio, un carácter


esclavista, los indios encomendados eran herrados y vendidos y además de
su trabajo personal forzado para su encomendero éste los alquilaba a otras
personas recibiendo a cambio cierta cantidad en remuneración.

Dentro de éstas circunstancias, es natural que la preocupación


educativa distara mucho de ser de las más importantes. La castellanización
y la evangelización eran los únicos objetivos existentes para con las masas
indígenas.
Las escuelas de primeras letras, las cas de recogimiento para doncellas
y los hospicios y hospitales, nacieron en primer lugar para beneficio de los
peninsulares y en segundo para “los pobres hijos de españoles”. Estos
últimos eran resultado de las uniones irregulares de españoles con mujeres
indígenas y que se convertían a menudo en vagabundos y sin hogar.

Los indígenas recibían algunas veces educación en los conventos, la


cual se reducía al aprendizaje de la doctrina y los dogmas religiosos. Por
esta razón los frailes aprendieron con esmero las principales lenguas que
se hablaban en ese entonces en lo que era la capital de general de
Guatemala.

La educación media fue suministrada en los colegios conventuales y


colegios mayores. Sobresalieron en esta obra las órdenes de los domínicos,
franciscanos y jesuitas. Estos colegios funcionaron desde la segunda
mitad

del siglo XVI.

La Universidad de San Carlos de Guatemala fue creada por la real cédula


del 31 de enero de 1676. Antes que fuese fundada, la función de impartir la
educación superior estuvo a cargo de los colegios mayores de Santo
Tomás, San Borja, San Buenaventura San Lucas. Su fundación abrió una
nueva etapa para el desarrollo cultural de Guatemala.

Otro hecho de gran importancia del siglo XVII, fue la introducción de la


imprenta. En 1663 sale a la luz la primera obra editada en la imprenta de
José de Pineda Ibarra. Pronta habría de imprimirse los primeros libros de
texto para uso de las escuelas.

La Gaceta, El primer periódico de Guatemala, se empezó a imprimir en


noviembre de 1729, y poco a poco se fue convirtiendo en un meritorio
órgano de difusión de las luces.
Aunque la enseñanza de la historia no figuró en los planes de estudio de
la Universidad, de los Colegios Mayores ni de las escuelas de primeras
letras, el cultivo de esta disciplinase mantuvo con gran calidad por parte de
algunos frailes de las órdenes de Santo Domingo, San francisco y otras
personas. La primer persona digna de mención es la de Bernal Díaz del
Castillo, soldado que acompañó a Cortez en sus expediciones, luego son
dignos de de citar los nombres de Fray Bartolomé de las Casas, Antonio de
Romesal, Francisco Vásquez, Francisco Ximénez, Antonio de Fuentes y
Guzmán y Domingo Juárros. Sus obras, a las que nos referimos en su
oportunidad, son fuentes valiosas para la investigación histórica del período
colonial y los tiempos precolombinos,

ya que muchos de estos cronistas gustaron del estudio de los tiempos de la


gentilidad indígena.
En las postrimerías del siglo XVIII y a principios del siglo XIX, se operan
interesantes cambios en materia educativa. Estos, obedecían a los cambios
políticos y económicos surgidos en la península y que engendraron un
florecimiento cultural que trascendió a la América.
Este período corresponde al apogeo de la universidad colonial, al
desarrollo de la educación media y nacimiento de la escuela pública
elemental. La contribución de Cayetano Francos y Monroy en la
planificación educativa de Guatemala, fue decisiva como se testimonia en
los estatutos de las escuelas primarias de San Casiano y San José de
Calasanz.

Otra realización de trascendencia, llevada a cabo en este período, fue la


fundación de la Sociedad Económica de Amigos del País, que impulsó el
desarrollo económico de Guatemala y creó los centros de estudio
necesarios para contribuir a tal desarrollo.
Este es el cuadro general que ofrecía la colonia, dentro de la cual las
realizaciones educativas dejaban mucho que desear. Fue la educación un
privilegio para la oligarquía feudal formada por los peninsulares, sus
descendientes, los criollos y algunos mestizos. La escuela para el pueblo no
nace todavía.
Las masas indígenas estuvieron por lo general al margen de toda
acción educativa, como no fuera la emprendida por las órdenes religiosas,
la cual se reducía a la enseñanza de la doctrina, la castellanización y
algunas industrias caseras.

EL CHOQUE ENTRE DOS CULTURAS

LA CONQUISTA DE GUATEMALA.

El 6 de diciembre de 1523 salió de México una expedición cuyo objetivo


era la conquista de Guatemala. Iba al frente de ella Pedro de Alvarado,
que era uno de los más lo que hoy es Centroamérica.
Todo hace suponer que los cakchiqueles habían mandado a testimoniar
su subordinación a Alvarado, pues deseaban su apoyo por encontrarse en
guerra con los quichés. Lo cierto es que la mayor resistencia que
encontraron los españoles fue por parte de éstos últimos.
El primer encuentro se llevó a cabo en Tonalá, en donde los reyes
quichés Oxib-Qeh y Beleheb- Tzí habían situado sus fuerzas en estrecha
alianza con el cacique de Soconusco. Aquí sufrieron los indígenas su
primera derrota, explicada por desigualdad de armas, pues mientras que los
castellanos peleaban con armas de fuego, aquellos lo hacían con lanzas y
flechas.
El comando general de la resistencia indígena estuvo a cargo de Tecún
Humán, elegido de la casa de Cagüek, quien dio batalla hasta donde sus
fuerzas se lo permitieron. Muchas fueron las bajas en el mando indígena en
las sangrientas batallas de Tilapa, Salamá y Olintepec. Finalmente muere el
jefe indígena en una batalla que se libró en el lugar denominado Pachah
(Urbina).
El espíritu sanguinario de Alvarado se desbordó con lujo de poder
mandado a quemar a los reyes quichés en abril de 1524.

Muertos los reyes quichés y quemada la ciudad de Utatlán, Alvarado dirige


sus pasos a la capital de los cakchiqueles y funda allí la ciudad de Santiago
de los Caballeros.

La conquista no era un hecho concluido; se inicia un período de


incursiones, ya para sojuzgar nuevos pueblos.

Progresivamente fueron sojuzgados los Tzutuiles, Pipiles, Mames,


Pocomames, Choles e Itzaes. Los tres primeros grupos lo fueron por
Alvarado con la ayuda de sus aliados los cakchiqueles, con no pocas
dificultades.

La conquista de los pocomames y choles se confió a la orden de Santo


Domingo, por iniciativa de Fray Bartolomé de las casas, razón por la cual se
declaraba que los indios de Tesulutlán o Tecolotlán no serían dados en
encomienda y se prohibiría a los españoles penetrar en aquellas tierras,
para permitir que los misionero desarrollaran sus planes. Tal concesión fue
otorgada por don Alonso de Maldonado en mayo de 1537.

La conquista de los itzaes fue intentada primero por los religiosos de la


orden de San Francisco de san José de Yucatán, sin que la hayan podido
consumar. Por parte de Guatemala llegó fray José Delgado, de la orden de
los domínicos, en el año de 1674. Posteriormente el rey se dirige a los
gobernadores de Guatemala y Yucatán por real cédula de 1693 instándolos
a que combinaran sus fuerzas a efecto de lograr reducir a los pueblos de
Petén y Lacandón.

Fue hasta marzo de 1697, cuando logró conquistar el Petén el general


Martín Ursúa y Arismendi, cuya expedición fue organizada en Campeche.
Tan pronto como fue comunicado este hecho el presidente de la audiencia
de Guatemala, don Gabriel Sánchez de Berrospe, envió como gobernador de
esta provincia, que por disposición del rey debía formar parte de la
Capitanía General de Guatemala, al Capitán Melchor de Mencos, el cual
tomó posesión en 1699.

LOS LEVANTAMIENTOS Y SUBLEVACIONES DE INDIOS.

La insurrecciones y levantamientos de indígenas que registra la historia


de Guatemala son abundantes. Algunas veces contra las autoridades civiles
y otras contra la dominación ejercida por los religiosos. La causa
fundamental de esos levantamientos fue el mal trato que daban los
encomenderos a los indígenas. Entre las primeras de estas sublevaciones
figura la de los cakchiqueles, quienes asediados por las exigencias de que
entregaran grandes cantidades de oro a los españoles, se levantaron con
sus reyes a la cabeza. Por esta razón Jorge de Alvarado, hermano del
adelantado, trasladó la capital al valle de Almolonga.

Los indios por lo general mantenían con respecto a los religiosos una
actitud de aparente aceptación, aunque el fondo continuaban con sus
antiguas creencias practicaban os ritos propios de sus religiones antiguas.

Otros levantamientos e insurrecciones que registra la historia, fueron lo


de los indios tzendales en Chiapas y la de los Talamancas en la Provincia de
Costa Rica.

Por lo apuntado se puede inferir que la situación de los indígenas


desde la conquista, se tornó desesperante y que a menudo se producían
sublevaciones y levantamientos de los cuales apenas hemos citado algunos
de los muchos que registra nuestra historia.

LOS PRIMEROS TIEMPOS DE LA DOMINACIÓN ESPAÑOLA.


Pedro de Alvarado fue el primer gobernador que tuvo Guatemala. Por su
crueldad con los indios fue varias veces acusado ante Hernán Cortés y ante
el rey de España. De los 17 años que tuvo a su cargo el Gobierno de
Guatemala, los primeros cuatro fueron por comisión de Hernán Cortés y
los otros trece, como Gobernador y Capitán General. Murió el 4 de julio de
1541, a consecuencia de los golpes que recibió cuando prestaba auxilio al
gobernador de Nueva Galicia en el peñol de Nochistlán.

Doña Beatriz de la Cueva, esposa del adelantado, asumió el poder


después del interinato de su hermano Francisco de la Cueva. Gobernó
solamente del 9 al 11 de septiembre día en que murió a consecuencia de la
terrible inundación que sufrió la ciudad a causa del volcán de agua.
Del 17 de septiembre de 1541, al 17 de mayo de 1542, el gobierno de
Guatemala estuvo a cargo del obispo Francisco Marroquín y el Licenciado
Francisco de la Cueva. A partir de esa fecha entró en funciones el nuevo
gobernador don Alonso de Maldonado.

Entre tanto, la ciudad capital había sido trasladada al valle de Panchoy,


y por considerarse un sito más seguro frente a las amenazas que
presentaba la proximidad del volcán de agua.
La característica de los primeros tiempos de la dominación española,
fue la crueldad y el fanatismo religioso por parte de los conquistadores.

En tanto, los colonizadores ejercían su acción culturizante mediante las


misiones evangelizadoras. Las distintas órdenes religiosas que operaban en
Guatemala

reciben instrucciones del rey de aprender las lenguas habladas por los
pueblos indígenas con el objeto de convertirlos al cristianismo. Los
procedimientos represivos que empleaban los conventos contra los indios
no eran menos crueles que los usados por los encomenderos, tanto que en
1961, el rey intervino mediante su real cédula del 4 de agosto en que
prohibía que los religiosos tuvieran en sus conventos “cepos y cárceles para
castigar a los indios”, así como ordenaba abstenerse de rapar, trasquilar y
azotar a los indígenas cuando se negaban a asistir a los oficios religiosos.
Por considerarse de suma urgencia se crea un hospital para indios, con
el objeto de recoger en él a los moribundos que abandonaban los
encomenderos cuando ya no les eran útiles para el trabajo. Así mismo un
hospicio para los hijos de indias y españoles,tuvo a su cargo atender a esos
seres que no tenían protección ni por parte de los indios ni por parte de los
españoles. La primera escuela que crea el padre Francisco Marroquín, es
dedicada a los hijos de españoles, que como el propio padre lo reconocería
“ya eran muchos”.

LOS BENEFACTORES DE LOS INDIOS.

Bartolomé de las Casas: El primer lugar dentro de estos beneméritos


hombres lo ocupa el infatigable Fray Bartolomé de las Casas. Hasta los
últimos momentos de su vida tuvo en su mente a los desesperados
indígenas de los cuales fue, en los últimos 19 años de su existencia,
procurador y abogado general en la península.

El espíritu proteccionista del padre las Casas se extendió a los negros


esclavos que habían traídos los españoles, reclamando en reiteradas
oportunidades la libertad de esa gente.

Fray Juan Torres: Este fraile llegó a Guatemala de Soconusco en


compañía de Fray Pedro de Angulo religioso de la orden de Santo
Domingo, fueron destinados a fundar un convento en Quetzaltenango. En
este lugar realizó el padre Torres una labor de protección a los indios,
enseñándoles a trabajar la tierra y oponiéndose a las disposiciones que
lesionaban los intereses de ese pueblo. Llegaron a Quetzaltenango en
persecución de la doctrina que desean los frailes dominicos en defensa de
estas gentes contra la tiranía de los españoles.

Fray Martín de Paz: La obra benefactora de este fraile consistió en el


cuidado de los indios enfermos y abandonados, pues era muy común en
aquellos tiempos.
La caridad inefable con la que el padre fray Martín de Paz cuidaba de los
pobres indios, que aún hasta esta piedad faltaba a aquellos cristianos.
Todos estos recogía el bendito padre y curaba y regalaba según su pobreza
alcanzaba, cargaba en sus hombros cuando los hallaba imposibilitados
totalmente de tenerse en sus pies.

El hermano Pedro de San José de Betancourt: Este caritativo padre fue


un protector de los indios y mestizos pobre su vida la dedicó por completo al
alivio de los menesterosos y enfermos.
LAS LIMITACIONES DE LA CULTURA Y LA INQUISICIÓN.

La inquisición funcionaba en Europa desde principios del siglo XVIII, y su


objeto era la vigilancia del clero y los seglares en cumplimiento de los
preceptos religiosos. Por medio de esta institución se persiguió a religiosos
y seglares que profesaban ideología reformista en lo tocante a la religión.
Pablo III fue el primero de los pontífices vinculado a la contrarreforma,
después de la crisis que había sufrido la iglesia católica con motivo de la
reforma planteada inicialmente por Martín Lutero y Calvino.

La inquisición, a través del tribunal del Santo Oficio, se convirtió en un


instrumento de represión, a cuya sombra se perseguía no sólo a aquellos
que no profesaban la fe católica, sino también a los que participaban de las
modernas ideas económicas y políticas.
La inquisición se instauró en Lima en el año de 1570, y en México en
1571. Un año después el Santo Oficio de éste último, extiende su
jurisdicción a la Capitanía General de Guatemala.
El primer comisario que llegó a Guatemala fue Diego de Carbajal.

El recién inaugurado tribunal guatemalteco, limitó al principio sus


actividades a la persecución de judíos, portugueses, bígamos, frailes
apóstatas, y otros, reservándose para después la persecución y
enjuiciamiento de todos aquellos patriotas en quienes empezaba a
despertar el anhelo de libertad y progreso para su pueblo.

Las autoridades españolas cuidaban con extremado celo las lecturas de


los guatemaltecos, tanto que se establece que “todo libro impreso sin la
licencia respectiva y que se refería a las Indias Occidentales debe ser
confiscado.

El cuadro educativo que presentaba la Colonia no era halagüeño ni


mucho menos: eran muy pocas las escuelas de primeras letras y menos aún
los centros donde los hijos de los españoles y los mestizos podían continuar
sus estudios. A los indígenas no nos referimos por ser general la falta de
oportunidad educativa para ellos.

A esta realidad pedagógica, a la que nos referimos con detalle más


adelante, se agregaba la serie de limitaciones establecidas por el clero y el
gobierno colonial. Estaba así la colonia guatemalteca limitada a leer
solamente aquellas obras de carácter religioso.

El auge cultural de la segunda mitad del siglo XVIII y primeros años del
siglo XIX, a la cabeza del cual se encontraba la Universidad de San Carlos,
se tuvo que abrir paso dentro de penosas circunstancias ya que ese
movimiento abarcaba la gesta de la independencia, tan duramente
combatida por el clero y los encomenderos.

Como se puede advertir, las limitaciones de la cultura no sólo se daban


dentro de lo que podríamos llamar condiciones materiales, sino también en
estas acciones dirigidas por la iglesia y el Estado Colonial.

II RASGOS ESENCIALES DEL RÉGIMEN ECONÓMICO


DURANTE LA COLONIA

1. Nacimiento de la esclavitud: Los encomenderos de indios.

La encomienda de indios consistía en otorgar a un español una cantidad


variable de indios con el objeto de explotarlos y cobrarles el tributo a
nombre del rey. En este punto, como en muchos otros de la época colonial,
encontramos una gran contradicción entre lo que se preceptuaba en las
leyes de las reales cédulas, y lo que se hacía en la realidad, ya que las
cédulas proponían defender

y amparar a los indios.

Los españoles mantuvieron en la mayor parte de los pueblos la


organización política y económica de los indígenas, aprovechándose así de
la autoridad de los caciques para los efectos de la explotación; pero cuando
un pueblo entero era dado en encomienda, eran los capataces los
encargados de forzar a los indígenas a trabajar.

2. Iniciación del desarrollo agropecuario y minero.

La base económica durante el período colonial fue la agricultura,


sobresaliendo los cultivos del maíz, el cacao, el añil, el algodón, la caña de
azúcar y el tabaco. Más adelante se desarrolló la ganadería y la minería.
Según el historiador Romesal, la primera semilla de trigo llevada a
Guatemala fue conducida por don Francisco de Castellanos, sin embargo,
otras fuentes dan este mérito a fray Benito de Villacañas, quien se tiene
noticia que llevó este grano procedente de México en el año de 1529.
Se tiene así mismo noticia de que el ganado lanar fue llevado por
primera vez por el mismo señor Castellanos, que fue el primer Tesorero
Real. El ganado vacuno fue llevado por primera vez en 1530, y procedía de
México: Su crianza se desarrolló en la Costa Sur de Guatemala y en los
márgenes del río Michatoya.

En explotación minera ocupaban el primer lugar el oro y la plata,


siguiéndoles el plomo; el desarrollo de la minería hizo que se formaran en
Guatemala muy hábiles artífices en el trabajo de la plata y el oro.

Los trabajos en las minas causaron grandes daños a los indígenas


debido a las pésimas condiciones de las instalaciones: no había alimentos,
carecían de agua y no disponían de primeros auxilios para afrontar las
emergencias.

El mal trato dio origen a una real cédula por medio de la cual se prohibía
mandar a los indios a las minas y cargarlos como irracionales.

Hubo sin embargo 3 factores que contribuyeron al alivio de la población


aborigen: el primero de ellos fue el establecimiento de la Real Audiencia
que vino a frenar la codicia y crueldad de los encomenderos. Esta
institución inició sus trabajos en 1542, y su primer presidente fue el
licenciado Alonso de Maldonado. El segundo factor, consistió en la gestión
llevada a cabo por el sucesor de Maldonado, licenciado Alonso López
Cerrato, quien procedió a libertar a muchísimos esclavos, dejando en poder
de sus amos a aquellos que, según lo establecía la nueva legislación,
pudieron comprobar la legitimidad de su posesión. El tercer factor fue la
generosa labor llevada a cabo por algunos religiosos como Fray Bartolomé
de las Casas.

Los encomenderos, sin embargo no se resignaron a perder sus


prebendas y pronto gestionaron ante el rey la importancia de esclavos
negros para sustituir a los indígenas. Así, arribó una embarcación
procedente de Santo Domingo, con la primera barcada de negros.

3. Mandamientos, repartimientos y habilitaciones.


Como puede advertirse, el régimen de las encomiendas continuó en su
apogeo, muy pronto se inventaron nuevas modalidades para extorsionar aún
más a los pobres indios.
En Guatemala hubo dos formas de mandamientos: la primera consistió
en el envío de indios a trabajos forzosos a cambio de un corto jornal. Estos
indios eran de los que no estaban encomendados y eran obligados por la
justicia a emprender tales trabajos; y la segunda consistía en la negativa
del encomendero de recibir el tributo en especie, obligando al indígena
encomendado a prestar sus servicios personales. De ambas formas de
mandamientos se abusó extremadamente.
Los repartimientos constituyeron otra de las modalidades ideadas para
explotar al indio. Esta modalidad consistía en que el mismo Alcalde Mayor
distribuía entre los aborígenes, mercancías, tales como machetes, tijeras,
semillas, ropa personal, guarapo y otras baratijas que aquellos tomaban sin
necesitarlos la mayor parte de veces y contra toda su voluntad; pero el
mencionado alcalde les cobraba inexorablemente cuando los naturales
levantaban sus cosechas de cacao o maíz.
Las Habilitaciones consistían en anticipar al indígena alguna cantidad
de dinero a cuenta de la compra que se haría de la cosecha. Algunas veces
eran las propias autoridades las que daban a los indios una cantidad de
dinero, la cual debería ser pagada a un plazo fijo, en especie, según
convenio.

4. Desarrollo Económico de Guatemala durante la colonia.

El comercio interior tenía como sede más importante a la ciudad de


Santiago de Guatemala, adonde concurrían comerciantes de todos los
rumbos y poblaciones. En Petapa llevaban a vender a Guatemala el pescado
que adquirían de en un lago cercano, acarreando también víveres y trigo.
Escuintlaera un pueblo rico en cacao, maíz y frijol, aves y pesca, otros
pueblos se dedicaban al cultivo de algodón lo hilan y hacen tejidos, enaguas
huipiles para vestirse y vender.
El añil es una tintórea que los indios conocían desde su gentilidad. En
los primeros años del siglo XVII, apunta la historia económica de Guatemala
que existían 18 obrajes de añil, a lo largo de Escuintla, Guazacapán y
Jalpatagua.

Otro cultivo que alcanzó gran desarrollo a mediados del siglo XVII fue el
cacao, del cual se exportaban a la Nueva España cerca de 200,000 cargas
al año.
El cultivo de la grana o cochinilla ocupó un lugar importante durante la
colonia, habiendo gozado de gran fama la cochinilla procedente de Chiapas,
que era entonces parte de la Capitanía General de Guatemala.

Escuintla y Amatitlán sobresalieron por el cultivo de la caña de azúcar.


La miel se extraía por medio de trapiches de rueda.

En el mismo siglo tomó gran incremento la explotación minera,


sobresaliendo las minas de oro de Mataquescuintla, San Marcos y el Cerro.
Casi misma importancia merecen los lavaderos de oro de las vacas, Pínula y
Jilotepeque.

En Quetzaltenago y Totonicapán floreció la ganadería lanar y vacuno.


El comercio interno llevado a cabo por los indígenas consistía en el
traslado de productos de tierra fría o tierras altas a las costas o viceversas,
utilizando como medio de transporte a las bestias de carga o las espaldas
de los propios indígenas.

Pese a las consideraciones hechas, el desarrollo económico de


Guatemala durante la colonia se vio frenado por las absurdas disposiciones
dictadas por la corona, por ejemplo era prohibido el comercia internacional.
En las transacciones comerciales se encontraba la dificultad de la falta
de una moneda propia, teniéndose que recurrir al trueque o el empleo del
cacao, cuando se escaseaba la moneda proveniente de España o del Perú.

Fue hasta el 14 de enero de 1731, cuando por medio de real cédula se


ordenó la fundación de una casa de moneda en Santiago de los Caballeros
de Guatemala. La circulación de las primeras monedas con el sello de Felipe
V, se llevó a cabo en 1773, y su valor era de cinco doblones.
El desarrollo industrial de Francia, Inglaterra, Holanda y otras
naciones europeas, surgido por la revolución de los instrumentos de
producción, favorece la industrialización en gran escala. El comercio
adquiere gran incremento y surgen así las revoluciones burguesas.

LA ORGANIZACIÓN EDUCATIVA DE GUATEMALA COLONIAL.

Los servicios educativos fueron un privilegio de la minoría dominante


representada por los encomenderos, la aristocracia y el clero.
Los objetivos de la educación eran dictados por las clases dominantes,
convirtiéndose la escuela en un instrumento de represión y tiranía. El
régimen que privaba en el ámbito escolar era drástico y cruel, inspirándose
no pocas veces en el precepto medieval de que “la letra con sangre entra”.
Los grupos mestizos y masas indígenas permanecieron en general al
margen de la cultura: las clases dominantes no encontraban ninguna

razón para instruir a sus explotados, ya que según su concepción la


culturización en nada mejoraría los trabajos de la tierra, de las minas o las
actividades derivadas del comercio, por el contrario, la mayor parte de
veces se oponían a que los indios se culturizaran.

Los conventos y la acción evangelizadora.

La organización de los conventos estuvo en los primeros tiempos bajo el


cuidado del licenciado Francisco Marroquín, que fue el primer obispo de
Guatemala. El padre Marroquín llegó a la ciudad de Santiago acompañando
a Pedro de Alvarado a su regreso de uno de sus viajes a la Península.
El padre Marroquín observó los rudos procedimientos empleados por los
encomenderos para con los naturales y se propuso a llegarles algún alivio.
La labor más destacada del Padre fue dentro dl campo educativo.

Convento de Santo Domingo.

Fue el primer convento en la Cuidad de Santiago de los Caballeros de


Guatemala, el cual fue comenzado a edificar por Fray Domingo de Betanzos
en 1529.
El padre Las Casas inició sus trabajos como protector de los indios
acompañado de Fray Luis Cáncer, Fray Pedro Angulo y Fray Rodrigo de
Ladrada, conocidos estos cuatro misioneros dominicos con el nombre de
“los cuatro de la fama”. La llegada de estos sacerdotes causó el enojo de
los encomenderos y esclavizadores de indios, pues veían en ellos a los
abogados de los pobres naturales.
Bajo la jurisdicción de la Orden de Santo Domingo funcionaron dos
colegios: El colegio Conventual para los religiosos de esta congregación

y el de Santo Tomás, cuyos alumnos eran externos y no era necesario que


permanecieran a la Orden.
Fue el primer convento que organizó y reglamentó los estudios dentro
del claustro. Sobresalen entre los más destacados miembros de esta Orden,
Santo Tomás de Aquino y Fray Bartolomé de las Casas. Recorrieron muchos
pueblos y villas de Guatemala, enseñando la doctrina y aliviando las
necesidades de los indígenas. “Las llamadas doctrinas no eran un mero
aprender la doctrina cristiana, aunque este era su fin principal, sino
conjuntamente la enseñanza de diversidad de letras, a leer y escribir y
cantar.
Convento de San Francisco de Guatemala.

Los religiosos de la Orden de San Francisco llegaron a Guatemala


después de los dominicos. En este convento se tiene noticia que hubo Casa
de Estudios desde el año de 1575, en donde se leyeron las cátedras de
Teología, Cánones y Filosofía. Anexo al convento funcionó el Colegio de San
Buenaventura, donde según dice Juárros se seleccionaba a los jóvenes que
tenían mayor talento y aptitud para las ciencias. Este colegio se extinguió a
mediados del siglo XVII, pero resurgió en la Nueva Guatemala de la
Asunción en el año de 1798.

Convento y Orden de los Agustinos.

Se inició en Guatemala en el año de 1610, a instancias de Fray


Francisco Ibarra. Se tiene noticias que en algunas ocasiones se leyó en este
convento Filosofía y Teología. El convento desapareció con la ruina de la
ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1773. Su
personalidad eclesiástica data del año de 1256.

Entre sus reglas se destacan: la castidad, la pobreza y la obediencia.

Convento de Nuestra Señora de la Merced.

Tercer convento que se organizó en Guatemala. Los mercedarios que


quedaron en Guatemala fueron Fray Juan Zambrano y Fray Marcos Pérez
Dardón. Hubo en este convento estudios de Filosofía y Teología.

Religiosos de San Juan de Dios.

El convento de San Juan de Dios fue fundado en Guatemala en el año de


1636, y jurisdiccionalmente pertenecía a la provincia del Espíritu Santo de
México.
Las actividades de estos religiosos estaban dirigidas al cuidado de
enfermos y servicios en hospitales de la ciudad, a excepción del hospital de
convalecientes que estaba bajo el cuidado de los betlemitas.

Orden de Nuestra Señora de Betlén.


La Orden de los betlemitas tuvo su origen en Guatemala, debido al
entusiasmo de Pedro de San José de Betancourt, conocido con el nombre de
Hermano Pedro. Sus objetivos eran buscar el alivio de los enfermos y
desamparados, así como iniciar a los niños pobres en las primeras letras.
Quizá por haber nacido esta orden con el sello de la nacionalidad
guatemalteca, supo aplicar su sensibilidad al dolor de la gente pobre y
aprender actividades que beneficiaban directamente a los indios y mestizos
necesitados.

La Compañía de Jesús.

La Orden de los jesuitas fue fundada por Ignacio de Loyola en 1534 y su


propósito era la recuperación del poder espiritual del clero y del Papa,
después de la Reforma iniciada por Martín Lutero.
Los objetivos concretos de esta Orden eran los siguientes: predicar,
confesar y dedicarse a la educación.

El colegio de los jesuitas, llamado de San Lucas, funcionaba ya por el


año de 1582, y disponía de escuela de primeras letras anexa. Años después
crearon el colegio de San Francisco de Borja, destinado a la juventud. Este
colegio otorgó títulos con rasgo universitario, después de la creación de
nuestra máxima Casa de Estudios.

Los religiosos aprendieron las lenguas indígenas para desempeñar con


mayor eficiencia sus cargos religiosos. Destacándose en estas actividades
las órdenes de Santo Domingo y San Francisco de Guatemala.

LOS LINGÜISTAS Y LA CASTELLANIZACIÓN DE LOS INDIOS.

Las lenguas guatemaltecas y los investigadores lingüistas.

De esta época datan las primeras noticias que se tienen sobre la


variedad de lenguas habladas en esta región. Durante los primeros tiempos
de la dominación española se usaron intérpretes indígenas o lenguas que
hacían el papel de traductores entre los españoles y los indios.
El licenciado Francis Marroquín, obispo de Guatemala, fue el primero en
poner el ejemplo en el aprendizaje de las lenguas vernáculas, con lo cual
contribuyó a que se obtuviera una mejor comprensión del indígena.

El lingüista de mayor relieve que hubo en Guatemala fue indudablemente


el fraile Francisco Ildefonso José Flores, quien tuvo a su cargo la cátedra de
Cakchiquel que se fundara en la Universidad de San Carlos. Sus obras más
importantes son El Arte de la Lengua Cakchiquel y la Teología de indios. La
primera de estas obras, que es indiscutiblemente la más importante, se
imprimió en 1753, en la Tipografía de Sebastián Arévalo.

Las aportaciones del historiador mixicano Wigberto Jiménez Moreno son


notables en cuanto a la clasificación de las lenguas guatemaltecas. Dicha
clasificación agrupa las lenguas en siete grandes familias que comprenden
a su vez varios dialectos. La clasificación de referencia es la siguiente.

1. Grupo Quiché: Quiché, Cakchiquel, Tzutuhil y Uspanteca.


2. Grupo Mam: Mam, Aguacateca, Jacalteca, Kanjobal, Chuj e Ixil.
3. Grupo Pocomam: Kekchí, Pocomchí, Pocomam Oriental, Pocomam Central
4. Grupo Chol: Chorti y Lacandón Chol.
5. Grupo Maya: Lacandón del Norte, Yucateco y Mopán
6. Grupo Caribe. Caribe Araguaco.
7. Grupo Español-Kekchí.

La castellanización de los indios durante la Colonia.

Existen aun masas monolingües de indios que se encuentran al margen


de la cultura y desconocen naturalmente el castellano.

Durante la colonia, hubo un gran interés por estudiar y hablar las


lenguas vernáculas de Guatemala. Durante el periodo colonial la
castellanización se llevó a cabo por dos vías distintas: una sistemática y
otra espontánea. La primera la llevaron a cabo los frailes desde sus
conventos o en sus giras evangelizadoras por todos los pueblos, y la
segunda se operó mediante la relación constante entre la población
indígena y la española.

Durante el periodo colonial no hubo escuelas para niños indios, de no ser


para los hijos de los principales y caciques.
LAS ESCUELAS DE PRIMERAS LETRA: DE FRANCISCO

MARROQUÍN Y CAYETANO FRANCOS Y MONROY.

Francisco Marroquín y los Primeros centros educativos de Guatemala.

Francisco Marroquín llegó a Guatemala cuando apenas hacía seis años


que se había fundado la primera ciudad de Santiago de los Caballeros. Los
problemas eran múltiples: se iniciaba la explotación del indio mediante el
régimen de encomiendas; se exploraban diversos terrenos en busca de oro,
se iniciaba la producción agrícola. Lo que no atraía mucho la atención de
los conquistadores era el problema de la cultura. Sin embargo, poco a poco
se fue abriendo paso el nuevo hombre guatemalteco, el mestizo. En los
primeros años de su vida colonial, se eleva la figura del licenciado
Francisco Marroquín, como el más grande pionero de la cultura.

Las soluciones ofrecidas por este personaje, tuvieron todas las


limitaciones propias de su época. La primera preocupación de Marroquín fue
la educación de los niños españoles que iban naciendo en estas tierras, y
así dio vida a su célebre Escuela de Primeras Letras; la educación indígena
formó parte de sus preocupaciones, prefirió dejarla al cuidado de las
congregaciones religiosas. La educación en un nivel superior, mereció la
atención del obispo creando como base de esa preocupación la Cátedra de
Gramática en la ciudad de Santiago, en el año de 1548.
Marroquín desempeño por un corto tiempo la Gobernación de Guatemala
en compañía del licenciado Francisco de la Cueva.

La primera escuela de Guatemala

La escuela de Primeras Letras es creada por el licenciado Marroquín. Se


tiene noticia de que esta Escuela de Primeras Letras fue creada por
Marroquín cuando aún no era obispo de Guatemala, por lo cual se ubica la
fecha se su creación entre los años de 1532 a 1534.
De acuerdo con la época, se enseñaba en esta escuela a leer, escribir,
contar y la doctrina cristiana. Esta escuela era exclusivamente para niños
criollos, estando ausentes de ella los mestizos, mulatos e indígenas.
La Escuela de Primeras Letras del colegio de San Lucas.

Dentro de los centros educativos más prestigiosos figura el colegio de


San Lucas dirigido por los jesuitas. Este colegio mantuvo permanentemente
una Escuela de Primeras Letras anexa, donde se preparaba a los niños para
proseguir su educación. Se había fundado a petición del Ayuntamiento de
Guatemala, por el año de 1582. Al principio fue gratuito, pero tan pronto
como esta Orden se extendió a Guatemala, empezaron a cobrar cuotas altas
que discriminaban automáticamente a los pobres. Al igual que la Escuela de
Primeras Letras fundada por Marroquín, era un centro para la población
española y acaudalada.

La escuela de Betlén: Primera escuela para niños pobres.

La Orden de Betlén tuvo su origen en Guatemala en el año de 1653. El


Hermano Pedro, creador de la orden, enseñaba personalmente a los niños
pobres. El contenido de sus enseñanzas se reducía al catecismo, las
primeras letras y rudimentos de cálculo. Las actividades escolares las
alternaban con las caritativas

La Orden se trasladó a la Nueva Guatemala de la Asunción, en donde


Juárros refiere

que tenía “espaciosa sala para escuela de primeras letras, hospicio para
recibir y regalar peregrinos desvalidos, y enfermería para convalecientes”.

Cayetano Francos y Monroy y las bases de la Educación Pública.

Llegó Francos y Monroy a Guatemala en el año de 1779. El nuevo


arzobispo Francos y monroy, era originario de Villavicencio de los
Caballeros, Reino de León, España; había nacido el 7 de agosto de 1735, y
su familia era de origen noble. Hizo sus estudios en Salamanca y Valladolid,
y posteriormente desempeñó el cargo de rector del colegio de San
Salvador de Oviedo. Murió en Guatemala en julio de 1792.

El pensamiento pedagógico de Francos y Monroy se traduce con claridad


meridiana en los estatutos de las dos famosas escuelas de primeras letras
creadas por él: la de San José de Calasanz y la de San Casiano.

La obra llevada a cabo por este esclarecido precursor de la escuela


primaria guatemalteca, se agiganta si tomamos en consideración el marco
de la realidad en que le tocó actuar. Guatemala sufría las terribles
consecuencias de los terremotos de Santa Marta, que motivaron la
traslación de la ciudad al valle de la Ermita en el año de 1776.

Francos y Monroy despliega su actividad a favor de la cultura. Gracias a


su gestión se abren las dos escuelas de primeras letras, se funda una casa
para recogimiento de niñas desamparadas y se abre el Colegio Seminario de
San José de los Infantes. También se construyeron el Colegio Tridentino, el
de los Seises, la Iglesia y Beaterio de Santa Rosa.

Refiriéndose a los fines de la educación, advierte que tres con los


objetivos que demanda la institución de la juventud, ciencias, costumbres y
religión. Los objetivos de la educación así considerados exaltan la dignidad
del hombre, llenándole de seguridad en sí mismo mediante el dominio de las
ciencias, con las limitaciones propias de la edad, la educación pública se
convierte en un índice, que marca el grado de desarrollo de un pueblo.

Digna de mencionarse es también la enorme fe que tenía francos y


Monroy en el valor formativo de la educación y sus poderes transformadores
de la sociedad. Pensaba extirpar por medio de ella el vicio, el crimen y las
malas costumbres, que por lo visto impresionaron en alto grado su espíritu.
Los conocimientos pedagógicos de Cayetano Francos y Monroy, no se
restringían solamente al terreno filosófico de la educación, también tenía
claras orientaciones sobre didáctica, estos centros educativos los puso
bajo el cuidado de ambos cabildos: El eclesiástico y el Secular, y que la
educación que se impartía en ellos era gratuita para los niños pobres. Sus
instrucciones que se hallan contenidas en los reglamentos de las escuelas,
se refieren a todos los aspectos de la educación: dese horarios, hasta
métodos y textos, revelando con ello que sus conocimientos sobre esta
materia estaban de acuerdo con las más modernas concepciones
pedagógicas de su tiempo.
Después de lo expuesto, creemos justificado proclamar a Cayetano
Francos y Monroy, como el precursor de la escuela pública guatemalteca,
ademásde ser un ameritado teórico de la educación.

Las Escuelas de Primeras Letras de San José de Calasanz y San Casiano.


Para el estudio de las Escuelas de Primeras Letras de San José de
Calasanz y San Casiano, se toman como base los estatutos de los citados
centros educativos.
El importante documento a que nos hemos referido se compone de una
introducción que contiene los fundamentos filosóficos de esas escuelas; los
artículos correspondientes a la Escritura de Fundación y las Reglas para la
dirección y gobierno de los maestros en la enseñanza de los niños. Aspectos
que encierran los temas siguientes.

1. La fundación de las escuelas;


2. Sus fines;
3. Problemas de organización;
4. Aportaciones de orden didáctico; y
5. Textos.

Fundación
La escuela de San José de Calasanz estuvo situada, según se desprende
de los papeles de la época, contigua o en el antiguo edificio del
Ayuntamiento (en el predio que hoy ocupa el Palacio Nacional), en su
costado que da a la 5ª. Calle. La escuela de San Casiano estuvo situada en
una esquina que da frente al templo de Nueva Señora de Candelaria, en el
barrio del mismo nombre. Temporalmente tuvo su edificio en las
inmediaciones del templo de San José.
Cinco años después de celebrarse la Escritura de fundación y darse los
estatutos correspondientes; estos documentos están fechados el 26 de
junio de 1789, de manera que en el año de 1794 ambas escuelas abrieron
sus puertas. Los primeros maestros de San José de Calasanz fueron: el
presbítero don José Mariano Villavicencio

y don Manuel María Alvarado, quienes fungieron como primero y segundo


Maestro, respectivamente.

Los fines de estas escuelas

Como rasgo sobresaliente debemos advertir que ambas escuelas eran


gratuitas para los niños pobres.
El objetivo de estas escuelas decían los estatutos: Será enseñar a
cuantos niños concurrieren pobres o ricos a leer el libro Castellano y
después Latino, escribir, contar, ayudar a Misa, y el Catecismo de la
Doctrina Cristiana como también las buenas costumbres, otra
característica, es el cuidado que manifiesta el autor de los estatutos, por la
formación de la conciencia cívica y la introducción de los principios
científicos de acuerdo con la edad de los alumnos.

Principios organizativos

Un ejemplo lo encontramos en la exigencia del silencio que debía


imperar en la escuela. Aparte del natural murmullo que producía el trabajo
escolar, no se permitía conversaciones, juegos ni otras cosas
impertinentes.

La limpieza y el aseo de la escuela haya quedado encomendado a los


niños pobres, no hubo aspecto organizativo que no hubiera sido considerado
por Francos y Monroy. La edad necesaria para a estas escuelas era entre
los 6 y los 7 años.

El horario se componía de dos jornadas: por la mañana era de 8 a 11


horas, y por la tarde de 2 y media a 5, La primera jornada se empleaba para
oír misa, y la primera parte de la tarde, para rezar el rosario.

La disciplina era mantenida a base del estímulo y el castigo. La primera


se empleaba por medio de premios a la buena conducta o a la aplicación, y
el segundo aunque excluía la férula y los puntapiés, admitía que se usara de
él después de agotar otros recursos.
Los demás puntos organizativos se refieren a las relaciones de los
patrones de las escuelas, al nombramiento de los profesores, a la
distribución de los ingresos etc.

Métodos y procedimientos

Con relación a la enseñanza de la lectura, Francos y Monroy era


partidario de emplear el método silábico, según sus observaciones, se
conseguía cierta economía de tiempo. El método alfabético había sido ya
superado por estas escuelas, no obstante que por muchos años todavía se
habría de emplear en varios otros centros educativos de Guatemala.

Es partidario de que se hagan explicaciones oportunas que se refieran al


vocabulario empleado, Modernamente diríamos que esto tiene por objeto
motivar el aprendizaje y aumentar la comprensión.
Francos y Monroy recomienda algunos textos, como el de don Francisco
Javier de Santiago Palomares, que expone el método de don Pedro Díaz
Morante recomendando así que no se exija a los niños de corta edad que
tengan una letra perfecta; y tomando como base a Quintiliano, pide que los
temas que se empleen en la escritura se refieran a máximas útiles que
contribuyan a la formación moral del educando.

Proponen que la enseñanza de la Aritmética se inicie cuando el niño ya


sepa leer y escribir. El contenido abarca la resolución de problemas
mediante la Regla de Tres, usando alternativamente números quebrados y
decimales.

Bibliografía y textos citados por francos y Monroy

En una relación de obras citados por Cayetano Franco y Monroy en los


estatus de la escuela de San José de Calasanz y San Casiano.

Y entre los textos y autores que él recomienda para uso de las dos
escuelas de su creación, sobresalen las siguientes: La Gramática
Castellana de la Academia Española y su Ortografía.Diccionario de la lengua
castellana; Catecismo histórico del Abad Fleury: el Compendio Histórico
de la Religión de don Josef Pintón en dos tomos, el arte de escribir de don
Francisco Javier de Palomares: el método también de escribir de Pedro
Díaz Morante, impreso en 1776 el Arte de escribir por Reglas, Curso de leer
y escribir repartido en tres clases der silabaciones por don Francisco
Mariano Nipho impreso en Madrid en 1770 : Método de Escribir de don
Francisco Lucas, que fue adoptado en la enciclopedia Metódica
Parisiense.

Noticia breve de todas las reglas más principales de la Aritmética práctica,


por el Bachiller Juan Joseph de Padilla. Esta obra tiene el mérito de haber
sido uno de los primeros textos compuestos en Guatemala, se imprimió en
el año de 1732, en la imprenta del seños Beteta: curso de Matemática de
don Benito Bails.

EXISTENCIAS DE LAS ESCUELAS DE SAN JOSE DE CALASANZ Y SAN


CASIANO
Con el correr de los años las escuelas que estudiamos fueron
decayendo, quizá por el abandono de sus patronos o por limitaciones de
carácter económico. Lo cierto del caso es que en la segunda mitad del siglo
XIX aparecen múltiples peticiones donde se entrevé que no disponían de
suficiente

material ni muebles.

Las escuelas de san José de Calasanz y San Casiano pasaron a ocupar un


lugar secundario dentro de las múltiples escuelas creadas por la revolución
Liberal. La escuela de San José de Calasanz fue objeto de una total
reorganización.

METODO PARA ENSEÑAR A LEER Y ESCRIBIR. DE FRAY MATIAS DE


CORDOBA
Fray Matías de Córdoba conocido como un gran poeta y fabulista.
En su célebre Método Fácil de Enseñar a Leer y Escribir. Principia por
dar algunas recomendaciones sobre el material didáctico que debe
emplearse para tener éxito. Lo primero que sugiere es que los maestros
confeccionen unos cartoncillos con una letra del alfabeto cada uno. En
segundo término, pide que los niños estén provisto de pizarras o piedras
lisas de mollejón, o cuando no, ladrillos bien raspados. Sobre estas pizarras
se trazaran líneas horizontales que marquen el tamaño de las letras y
diagonales para su inclinación y anchura.

Como el niño que está aprendiendo, seguramente cometerá errores, y no


debe permitirse que un niño corrija a otro, porque es muy notable que de
ese modo siga errando muchas veces. A
continuación transcribimos textualmente un fragmento del método a que
nos estamos refiriendo, conservando la ortografía del original.

Las vocales son las primeras letras que se harán conocer, y formar al
niño. Al hacerle conocer la se le advertirá que siempre se ve aquella figura,
ha de pronunciar a.se le hará fijar bien la consideración de ella. Después la
ira mostrando y haciéndola pronunciara cada uno de sus discípulos.

Conocida la letra se le pondrá a formarla en la pizarra de yeso, cuidando


desde luego que se arreglen a las líneas horizontales, y diagonales: que
comience a formarla por donde debe de ser.
El tiempo que deberá emplearse en la lección será de una hora por la
mañana y otra por la tarde. El tiempo se puede emplearse en repasar
alguna, o algunas de las lecciones anteriores. Conocida la última letra y
sabiéndola formar, debe considerarse concluida la enseñanza de leer y
escribir.

MAESTROS QUE SOBRESALIERON DURANTE LA COLONIA EN LAS


ESCUELAS DE PRIMERAS LETRAS

Francos Monroy señalaba la necesidad de crear escuelas de Primeras


Letras en los pueblos indígenas. Para llevar adelante esta iniciativa se pidió
a los maestros que opinaran sobre el método más aconsejable.

La realización de estas encuesta estuvo a cargo del prior de Betlén cuya


orden sostenía una es cuela de las Primeras Letras en la ciudad Capital.
Gracias a este estímulo se conocieron los interesantes trabajos llevados a
cabo por los hermanos Cervantes, que eran maestros de la Escuela de San
Casiano.

Los maestros Cervantes eran autores de un interesante Método para la


Enseñanza de la Lectura y Escritura, cuyo mérito mayor consistía en que el
trabajo debía ser simultaneo. Entre las recomendaciones que hacían estos
maestros figuraba la eliminación de la férula “ya que les oprime el espíritu, y
los acordaba de modo que los hace huir.

Consistía este método en un “Arte fácil que imitando a la naturaleza,


facilita prontamente los conocimientos de combinaciones, pronunciación y
silabeo: que los principios elementales, sin fatiga del maestro ni fastidio de
los niños.

El método propuesto por los hermanos Cervantes era el resultado de


varios años de experiencia, fue estudiado por Fray Antonio de Goicoechea y
Fray José Delgado. Refiriéndose a sus bondades, decía Goicoechea estas
palabras: “ El método más antiguo daba muchos azote con injusticia a los
que no sabían la lección, por ignorarse quienes la ignoraban por
haraganería, y quienes por rudeza (debido al trabajo individual y al método
imperfecto: pero en el actual repiten fielmente lo que dice el apuntador,
repitiendo lecciones por muchas veces, todos han cumplido lo que deben, y
el que no sabe la lección ya sabe que es por rudo y se le pone el castigo
que merece.
Además los hermanos Cervantes, sobresalió en el religioso Adrián de
San José que era maestro de la escuela del Convento matriz de la orden
Betlemítica. Son dignos de mención también los maestros fundadores de la
Escuela de San José de Calasanz, profesores J. Mariano Villavicencio y
Manuel María Alvarado.

LAS ESCUELAS PARA HIJOS DE CACIQUES

Anteriormente ya existían esclavos, que eran por lo general rehenes de


guerra. Los pobladores prealvaradinos de Guatemala estaban dividido en
tres estamentos sociales: los nobles o principales sacerdotes y el pueblo.
Los dos primeros grupos en realidad constituían uno solo, pues los
sacerdotes y el pueblo. Los dos primeros grupos en realidad constituían uno
solo,pues los sacerdotes surgían de la propia nobleza.

Fuentes y Guzmán, aprovechando datos de su rebisabuelo Bernal Díaz


del Castillo, refiere que existían dos grupos sociales claramente definidos:
los principales y los masa guales o plebeyos. Señalaba asimismo que el
primero de estos grupos gozaba de múltiples privilegios y de una educación
esmerada.

Alvarado redujo a prisión y dio muerte a los jefes indígenas de las


distintas poblaciones que sojuzgo. Así los hijos de los reyes cachiqueles,
quiches, mames, poco mames y zutuhiles, fueron reconocidos como nobles
y se les dio una Parente participación en el gobierno de sus jurisdicciones
como caciques.

El objetivo principal en la ordenanza anterior, era la difusión de la fe


cristiana por medio de la educación de los hijos de caciques.

SE CREAN DOCE PLAZAS PARA HIJOS DE CACIQUES EN EL COLEGIO


TRIDENTINO
El 31 de diciembre de 1777. Se dirige al rey el presidente del tribunal y
gobernador de Guatemala, señor Pedro Salazar, transmitiéndole la petición
del rector del Colegio Tridentino, don Juan Gonzales Batres que se refiera a
la creación de doce becas para los hijos de caciques.
Los indios pueden y deben ser admitidos a matricula y grados Propuso
Sarassa, entre otras medidas importantes, la creación de doce becas en el
colegio anexo para “colegiales naturales de estas provincia.
La educación de los hijos de caciques, y en general de los indios
principales se impartió no solamente en los establecimientos citados. Las
escuelas de primeras letras y colegios conventuales también les brindaron
oportunidades pedagógicas en distintos lugares del Reino.

BEATERIOS Y CASAS DE RECOGIMIENTO PARA DONCELLAS


La educación de la mujer durante el periodo colonial, tropezaba con
múltiples dificultades, pobreza que privaba entre los mestizos e indios la
mujer era a menudo víctima de todo género de atropellos por parte de los
audaces conquistadores y colonizadores. Existía en la segunda mitad del
siglo XVI, una escuela para niñas blancas, una escuela para niñas indias y
un asilo para doncellas pobres. No existía una tendencia a favor de la
culturalización de la mujer.

Los monasterios y los beaterios para religiosos, desempeñaron un papel


muy importante en la educación de la mujer, pues generalmente disponía de
una escuela anexa para atender a niñas desamparadas o simplemente por
encargo de sus padres.

Las disposiciones reales por su parte, se proponían dotar de


posibilidades educativas a la población indígena y mestiza: así lo revelan
múltiples disposiciones giradas en este sentido. En la Recopilación de las
Leyes de los Reinos de la Indias, publicado en 1681. Se establece “ que
hagan y conserven Casas de Recogimiento en que se crían las Indias
“encomendada “que con muy particular cuidado procuréis su conservación y
donde no las hubiere, se funde y pongan en ella por s Matronas de buena
vida y ejemplo, para que se comunique el fruto de tan obra por todas las
provincias “. Siendo uno de los fines la castellanización, se sugería que se
prohibiera el habla en sus lenguas, como, se expresa en la parte final de
esta ordenanza.

Para la protección y educación de las doncellas así como para la


profesión de la fe, la colonia contaba con un internado para doncellas
pobres, dos centros educativos, tres beaterios y cinco conventos para
religiosas; dichos centros son los que pasamos a considerar a continuación.

COLEGIO DE LA PRESENTACION DE NUESTRA SEÑORA

Este centro educativo fue el primero en su género y su objetivo era


suministrar protección y educación a las doncellas pobres.
Al principio se había concebido como un orfelinato para niñas, pero por
una disposición real se transformó en asilo con escuela anexa.

Este centro se destinó para resolver el enorme problema de las “pobres


hijas naturales de los conquistadores “. Que no se asimilaban a la cultura
indígena ni eran admitidas en el medio español.
Se tiene testimonio de un terrible incendio que convirtió en cenizas a
este asilo en el año de 1635, se edificó después gracias a la generosidad
de algunos vecinos. Con su estructura también cambio su objetivo, pues las
autoridades empezaron a usarla para depositar mujeres de mal vivir, por lo
que “insensiblemente se convirtió en clausura de penitentes. Hasta finales
del siglo XVII, pero gracias a las gestiones promovidas por algunos vecinos
de la ciudad, volvió a desempeñar su antigua función de centro de
recogimiento de doncellas y escuelas para alumnas extremas.

BEATERIO DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO: “CASAS DEL ROSARIO”


El beaterio de la Orden del Rosario fue el primero en su género que se
fundó en Guatemala. Estos centros estaban destinados a la educación de
mujeres indígenas, se denominaban “Casa del Rosario “. Pues aunque su
finalidad primordial era la evangelización, también impartían algunas
enseñanzas como lectura, escritura y labores de mano.

En 1771, más de doscientos años después años después de su


fundación, las religiosas vistieron hábito y observaron la Regla de la Tercera
Orden de Santo Domingo, hicieron profesión y guardaron clausura

BATEERIO Y ESCUELAS ANEXO DE SANTA ROSA

Este beaterio inicio sus actividades por el año de 1580, siendo su primer
titular Santa Catarina de Sena, y posteriormente Santa Rosa. En este centro
eran recibidas únicamente niñas de la nobleza guatemalteca y además de la
doctrina cristiana, se les enseñaba a leer y escribir, coser y labores del
hogar. Tuvo escuela anexo a donde concurrían algunas jóvenes extremas
con el objeto de adquirir los conocimientos ya indicados.

BEATERIO Y ESCUELA ANEXA DE BETLÉN

La orden betlemita se fundó en la ciudad de Guatemala en el año 1653,


siendo su más entusiasta organizador el Hermano Pedro de Betancourt.
El hermano Pedro había prohibido que hubiese mujeres en su hospital,
pero más adelante se les abrió la oportunidad de organizarse para ese
objeto. En ambos centros había escuelas de primeras letras, y se buscaba el
alivio de los pobres, repartiéndoles ropa y alimento.

Las obras más destacadas de la Orden fue el hospital de convalecientes.


Por el año 1781, frente a las múltiples solicitudes formuladas por las
gentes pobres con quienes tenían contacto, abrieron una escuela pública
para mujeres niñas y adulto, en la cual se les enseñaba, además de la
doctrina cristiana a leer, coser, bordar, etc. Podemos decir, sin temor a
equivocarnos, que este fue el primer centro público de educación de niñas
de que dispuso la población mestiza.

MONASTERIO MÁXIMO DE SAN JERÓNIMO, DE LA ORDEN DE LA


INMACULADA CONCEPCIÓN NUESTRA SEÑORA.

La función de este convento fue gestionada por obispo Marroquín, sin


que este ilustre varón haya alcanzado a ver la realización de la obra. En el
año de 1578 llegaron a Guatemala, procedentes de México, cuatro religiosas
al frente de las cuales estaba la superiora sor Juana de San Francisco.
En el año de 1729 tenía 103 monjas, 140 pupilas y 700 criadas y beatas
profesas.

CONVENTO DE SANTA CATARINA MÁRTIR

Fue el segundo que existió en Guatemala: estuvo al frente de él la


reverenda madre Elvira de San Francisco, la cual había sido desde la edad
de seis años pupila del convento de Concepción. Este convento se trasladó
a la nueva Guatemala después de la ruina de la ciudad capital en 1780.

MONASTERIO DEL SEÑOR SAN JOSÉ DE CARMELITAS DESCALZAS

Esta congregación religiosa inicio sus actividades en el año de 1677.


Sus tres fundadores procedían de la ciudad de Lima, y fue priora sor Ana de
San Joaquín. No se tiene noticia de que haya tenido escuela anexa, aunque
se sabe recibía pupilas.
CONVENTO DE SANTA CLARA

La fundación de este convento se debe a la dirigencia de una viuda


virtuosa llamada María Ventura de Arrivillaga, la cual hizo venir a seis
religiosas del convento de Puebla para su organización. Estas religiosas
llegaron en 1699.

Esta congregación religiosa presto algunos servicios educativos, pues


recibía algunas jóvenes a las cuales preparaba en distintos aspectos. Entre
otras acciones de carácter educativo, creo cuatro becas destinadas para
las hijas de los S.S. ministros de la Real Audiencia.

CONVENTO DE CAPUCHINAS

Las primeras religiosas de esta Orden llegaron a Guatemala en 1725. En


el año de 1789 se trasladaron a la Nueva Guatemala, habiendo contado para
la edificación de su convento, con la ayuda del arzobispo de Guatemala,
Francos y Monroy.

HOSPICIOS Y HOSPITALES COLONIALES

Los hospicios y hospitales coloniales vinieron a proporcionar un poco de


alivio frente al desamparo de los niños huérfanos y la enfermedad agravada
por el estado de atraso en que se encontraba la ciencia médica en la
Guatemala colonial. Los niños desamparados y huérfanos, eran el resultado
de uniones irregulares entre españoles y mujeres indígenas.
La población española y mestiza se vio amenazada por otras
calamidades, tales como las pestes, los terremotos y las inclemencias de la
naturaleza.

HOSPICIOS.
El colegio de la Presentación de nuestra Señora, que se fundó por
inspiración del obispo Marroquín, con el objeto de atender en él a las niñas
desamparadas. Ente centro, como ya lo dijimos. No fue exclusivo para niñas
huérfanas, sino para todas aquellas que por su pobreza o desamparo
necesitaban de él.
Los antecedentes de nuestro hospicio de hombres los encontramos en la
Orden betlemitas, la cual, además de sostener hospital y escuela de
primeras letras, alojaba a ciertos niños huérfanos y desamparados,
cuidando de su educación.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, se inician los primeros pasos
para el establecimiento de un orfanato, a instancias del ayuntamiento de la
ciudad de Santiago.

HOSPITALES
Durante los primeros años de la colonia, hubo en Guatemala dos
hospitales: el de Santiago, para españoles y mulatos, y el de San Alejo, para
indígenas. El primero de estos centros asistenciales, se fundó por iniciativa
del arzobispo Marroquín en el año de 1553; el segundo, o sea el destinado a
los indígenas, se fundó pocos años antes por Fray Martin de Paz. Este último
centro se estableció en la plaza de la Candelaria, y más tarde se trasladó a
inmediaciones del convento de Santo Domingo.
Antes de la existencia de estos hospitales, se tiene noticia que existió
en la ciudad de Santiago, cuando aún se encontraba en el Valle de
Almolonga (Ciudad Vieja), un hospital denominado “de la Misericordia”. Se
tiene asimismo noticia de otro centro hospitalario, destinado a los enfermos
contagiosos, que se denominan “San Lázaro” y que estaba ubicado a un
cuarto de lengua de lo que es hoy la Antigua Guatemala.

HOSPITAL DE SAN ALEJO

Este centro fue destinado para los indígenas como ya dijimos. El padre
fray Martin de Paz “los curaba y regalaba, según su pobreza alcanzaba,
cargándolos en sus hombros cuando los hallaba imposibilitados
totalmente de tener en sus pies.

HOSPITAL DE LOS BETLEMITAS

Fundaron en efecto un hospital para convalecientes por iniciativa del


creador de la Orden, el Hermano Pedro de San José de Betancourt. Este
centro, aunque con muchas limitaciones económicas, inicio sus trabajos
desde el año de la creación de la orden, es decir desde 1653.
HOSPITAL DE SAN PEDRO

El hospital de San Pedro se fundó en el año de 1663 y su destino era


atender a los eclesiásticos que enfermaban.

El edificio que se inauguró hasta 1672, y en mayo del año siguiente se


recibieron los primeros enfermos. Ente hospital, por razones de su natural
destino, no era tan grande como los que describimos con anterioridad. Con
el corre de los años todos los centros hospitalarios de Guatemala pasaron a
formar parte de las atribuciones de los religiosos de la Orden de Sn Juan de
Dios.

LA EDUCACION MEDIA Y LOS CLOLEGIOS MAYORES

A los veinte años de estar fundada la ciudad de Santiago de los


Caballeros de Guatemala se siente la urgencia de la creación de la cátedra
de gramática que por esos tiempos se tomaba como el principio de la
educación media y superior. Los conventos por lo general dispusieron de los
colegios conventuales en los cuales existía la cátedra de Gramática y se
estudiaba Teología, Artes y Cañones, pero su acción quedaba a menudo
reducidaal ámbito del monasterio.
Se funda por fin la cátedra de Gramática: al principio con los escasos
recursos de que disponía el país. A esta memorable obra sigue la fundación
de importantes centros de cultura media y superior como el Colegio
Tricentenario, el de Santo Tomas el de San Lucas de los Jesuitas, el de
San Buenaventura de la Orden de San Francisco, el de San Borja (también
de la compañía de Jesús), el de Cristo Crucificado; y los conventuales de
Santo Domingo, San Francisco, San Agustín, la Merced, etc.
Las masas indígenas no dispusieron de ninguna atención en los centros
de educación media, pese a que las constituciones de la Universidad,
redactadas por el licenciado Francisco Sarassa y Arce, les abrían las
puertas de ese centro.

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