EL HORROR DE LAS SIRENAS La Musica Del O
EL HORROR DE LAS SIRENAS La Musica Del O
EL HORROR DE LAS SIRENAS La Musica Del O
La música occidental del siglo XX busca, para- gias que ha adoptado para realizar su propósito la obsolescencia de la tonalidad en la escritura músico no iniciado, la gran música del siglo XX
dójicamente, un retorno a la música. Siguiendo han sido múltiples pero todas parecen conver- erudita contrasta notablemente con su prolon- no responde al capricho pequeño burgués de
una tendencia generalizada en el arte que le ger, exceptuando relativamente a las estéticas gación ad infinitum en la industria discográfica las vanguardias históricas ni a los malabares
es contemporáneo, persigue revelar su propia realistas en los países del este y a las llamadas contemporánea, determinando las matrices so- esotéricos de una alienación en la técnica, como
materialidad arrebatándola a un referente que escuelas «neoclásicas», en un gran distancia- ciales de recepción y los hábitos masivos de es- suele prescribir el peor cliché de sus detractores.
estaría siempre más allá de sí misma, en un con- miento crítico ante el orden musical precedente, cucha (Ver «La banda sonora de nuestras vidas» Bien al contrario, ella responde a una reflexión
tenido descalzado de su forma, desde el cual ella caracterizado por la hegemonía del sistema de Juan Pablo González en este mismo dossier). profunda de la creación ante la opacidad de lo
obtendría su sentido. Sentido que a su vez ella tonal. Nada permite afirmar hoy, con certeza, No obstante, y a pesar de la complejidad de moderno, a una conciencia trágica secular ante
recobra, o espera recobrar, haciendo de su forma que la operación haya concluido, ni que lo haya sus recursos idiomáticos que la pueden volver el devenir de la historia, la regresión de la razón
su propio contenido. Históricamente, las estrate- hecho satisfactoriamente, menos aun cuando hermética ante el melómano diletante o ante el y el horror de la guerra.
La emancipación del arte de y VI grados) poseen una categoría secundaria neración «natural» y divide por convención la oc- LA DESAGREGACIÓN CRÍTICA
DEL MODELO
la imitación de la naturaleza y permiten matizar por sustitución o variación tava en semitonos iguales. Andreas Werckmeister
es análoga, en la música, a las funciones primarias. El VII grado permite realizó este ajuste a finales del siglo XVII, y su Hacia finales del siglo XVIII, la antigua estética
la construcción de un acorde disminuido, sus- eficacia fue probada por Johann Sebastian Bach de las reglas del arte y lo bello derivó en una es-
la evolución de la tonalidad. tentado en la nota sensible (si), llamada así en en 1722, en su Clavecín bien temperado, que com- tética crítica que aspira a la invención por sobre
Ello confirma su marginalidad razón de su vulnerabilidad a las influencias porta la escritura de dos preludios y dos fugas el canon y concibe una claridad extensiva de la
respecto de las demás culturas que ejercen sobre ella otros sonidos de la escala para cada una de las doce tonalidades mayores razón en el proceso creativo, aun en oposición a
musicales del planeta. tonal. La quinta disminuida (si-fa) es extrema- y doce tonalidades menores disponibles a la los límites del sistema social de sentido. El fenó-
damente inestable y en la armonía clásica llama ejecución, sin variar la afinación del instrumen- meno posee un correlato simbólico en la pintura
imperiosamente a una doble resolución (el si to. El nuevo orden, sistematizado el mismo año de Turner o Goya, pero también en la música de
grave es atraído por el do superior, el fa agudo en Francia por Jean-Philippe Rameau (Traité de Mozart que asume ya «privadamente» la intuición
EL ORIGEN DEL SISTEMA TONAL por el mi inferior). Una pieza clásica escrita en l’harmonie réduite à ses principes naturels), se aleja de un más allá formal ajeno a las posibilidades au-
Desde el siglo XVI, la música occidental co- una sola tonalidad utiliza por lo tanto sólo siete de la resonancia natural y consolida las bases ditivas de la escena artística, como lo prueban por
mienza a organizarse en torno a un sistema que sonidos en lo que concierne a su estructura y para su desagregación. La emancipación del arte ejemplo sus cuartetos a Haydn (adagio del cuar-
recupera sólo dos de los modos grecoeclesiás- si utiliza los otros cinco (por ejemplo las teclas de la imitación de la naturaleza es análoga enton- teto K. 465), sus últimos conciertos para piano
ticos antiguos, el modo jonio (mayor primario) negras del piano en una gama de Do), estos no ces, en la música, a la evolución de la tonalidad. (K. 488) o sus fugas masónicas en do menor, que
y el modo eólico (menor relativo), para fundar tendrán una función orgánica sino transitoria, Ello confirma además su marginalidad respecto inauguran la práctica moderna de la asimilación
sobre él una jerarquía compleja de funciones como notas de paso, de retardo, o de apoyo. En de las demás culturas musicales del planeta y su del pasado en su recurrencia al tema de La ofrenda
de tensión y distensión auditivas (arsicotesis). la práctica cada obra adopta una tonalidad prin- limitación a un período muy reciente de la histo- musical. El surgimiento de la estética y la historia
El punto de distensión o reposo coincide con cipal pero realiza incursiones más o menos pro- ria europea. También explica que la percepción del arte, como disciplinas autónomas, a mediados
el primer grado de una gama de siete sonidos longadas en tonalidades diferentes más o menos «natural» del sistema tonal en el sentido común del siglo XVIII, se apoya necesariamente en la
temperados desiguales (gama diatónica) selec- lejanas (modulación), que se acentúan conforme auditivo de Occidente repose sobre dos valores aparición de una representación social nueva que
cionados a partir de una gama de doce sonidos a la evolución histórica. En la tonalidad, cada que son heterónomos a la forma musical. Por unifica, en la noción misma de arte, prácticas de
temperados iguales (gama cromática). Puesto sonido representa una función tonal subdepen- una parte, su exigencia anamnésica: el ciclo de producción simbólica hasta entonces concebidas
que el acorde de doble tercera construido sobre diente de funciones estructurales mayores. La tensión y reposo depende del recuerdo de un en la diversidad de técnicas canónicas. La sínte-
el primer grado, o acorde de tónica (por ejemplo historia de la composición tonal comporta un tema o gesto sonoro, que la composición expone, sis de las «artes liberales» es, simultáneamente,
do mi sol en la gama de do a si), es el eje de gra- desarrollo espacial temporal u horizontal de je- desarrolla, reexpone y sintetiza (forma sonata); hipóstasis y tautología de dicha técnica y, como
vitación sonora y por lo tanto el referente dialéc- rarquías de altura (contrapunto) y un desarrollo por otra, su carácter psicofigurativo: la tonalidad consecuencia de ello, superación del canon. Ella
tico de todo movimiento de tensión, estamos en espacial vertical (armonía) que acepta la diso- crea matrices convencionales de asociaciones traduce además, en la estética, una desvinculación
presencia de un sistema «tonal». El gesto tensio- nancia en la medida en que ésta sea preparada y de imágenes y afectos vinculadas a sonotipos paulatina con las obras del presente que resisten
nante se prepara en el cuarto grado o subdomi- resuelta en función de la tonalidad. determinados. Por ejemplo, sólo en el ámbito de al canon y, en la historia del arte, una proyección
nante (siguiendo el ejemplo, fa la do), alcanza su Por razones acústicas no fue posible utilizar las tonalidades (el fenómeno se extiende a gestos hacia el pasado de su propio sistema de sentido.
clímax antitético en el quinto grado o dominan- todas las tonalidades del sistema sino hasta melódicos, ritmos, metros), mi mayor podrá ex- Hegel será capaz de advertir y conceptualizar, en
te (sol si re) y busca nuevamente su resolución principios del siglo XVIII. Hemos dicho antes, presar en el barroco la pasión amorosa (Haendel, los albores de la sociedad industrial, una acele-
en el primer grado, el punto de reposo, el asien- para efectos didácticos, que la gama cromática Mattheson), pero entre los románticos se volverá ración de lo real que la sociedad de su tiempo
to tonal. Los acordes construidos en los tres estaba constituida por doce sonidos iguales. la tonalidad nupcial, como el si menor será en percibía de manera difusa. Con la profundización
grados primarios de la gama mayor, son acordes Pero en estricto rigor, de atenerse a la genera- Bach la región de la trascendencia religiosa o re, del sistema de sentido ilustrado, el Aufklärung
mayores y contienen los siete sonidos elementa- ción matemática de intervalos, estos sonidos sol, do y fa menor ascendentes adquirirán un co- (literalmente, iluminismo) –la razón del progreso
les (I, IV y V; nótese la repetición del primer y (semitonos), no lo eran enteramente. Es el siste- lor fúnebre en Mozart, en Beethoven, en la ópera («razón en progreso», dirá Adorno)–, las expec-
el quinto sonido). Tres acordes menores (II, III ma temperado moderno el que renuncia a la ge- napolitana. tativas de la cultura ante el porvenir se organizan
Gama cromática: doce sonidos; en El sistema tonal: desde el siglo XVI, la música occidental se
este ejemplo, en la gama de Do, organiza sobre una jerarquía compleja de funciones de tensión
las teclas blancas y negras. y distensión auditivas, con dos modos: mayor y menor. El punto
Gama diatónica: siete sonidos; en de reposo coincide con el primer grado de una gama de siete
este ejemplo, en la gama de Do, sonidos (gama diatónica). En esta serie, la gama es de Do y a
las teclas blancas. partir de ella se suceden los siete grados.
GAMA CROMÁTICA
GAMA DIATÓNICA I grado: Do Mayor II grado: re menor III grado: mi menor IV grado: Fa Mayor V grado: Sol Mayor VI grado: la menor VI grado: Si (disminuido)